Bibliotecas. Vol 42, N°2, enero - junio, 2024. EISSN: 1659-3286
URL: http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/bibliotecas/index
DOI: https://doi.org/10.15359/rb.42-2.3
Licencia: Creative Commons (BY-NC-ND) 4.0 Internacional
Recibido: 06 de setiembre de 2023
Aceptado: 03 de octubre de 2023
Publicado: 26 de julio de 2024
Francisco de Paula Coronado es una personalidad para la historiografía y la bibliotecología cubana del siglo XX. Por su destacada labor, se desempeñó desde 1920 hasta 1946 como director de la Biblioteca Nacional “José Martí”. Durante su vida, se dedicó a coleccionar importantes obras bibliográficas patrimoniales, entre las que se encuentran tres incunables y manuscritos originales de la historia universal y de Cuba. Por diversos motivos, su biblioteca pasó a custodia de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, donde se localiza actualmente. Esta joya del patrimonio bibliográfico es poco conocida y, en consecuencia, no es muy consultada por investigadores e historiadores. La presente contribución está orientada a caracterizar la Colección Coronado a partir de los valores patrimoniales de los documentos que atesora. El estudio se categorizó como descriptivo con una contribución teórica; se empleó el análisis documental clásico como método principal y se analizó la historia de la colección, la composición de los fondos y su nivel de conservación.
Francisco de Paula Coronado, Colección Coronado, Patrimonio bibliográfico, Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Preservación, Conservación, Cuba.
Francisco de Paula Coronado is a significant personality in 20th-century Cuban historiography and library science. Due to his outstanding work, he served as the director of the National Library "José Martí" from 1920 to 1946. Throughout his life, he devoted himself to collecting important bibliographic heritage works, including three incunabula and original manuscripts of universal history and Cuba. Due to various reasons, his library came under the custody of the Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, where it is currently located. This gem of the bibliographic heritage is little known and therefore not frequently consulted by researchers and historians. This contribution aims to characterize the Coronado Collection based on the heritage values of the documents it preserves. The study was categorized as descriptive with a theoretical contribution. Classic documentary analysis was used as the main method. The history of the collection, composition of the holdings, and level of preservation were analyzed.
Francisco de Paula Coronado, Coronado Collection, Bibliographic heritage, Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Preservation, Conservation, Cuba.
Las bibliotecas de Cuba albergan tesoros culturales y patrimoniales de inestimable valía. En su interior, se resguardan desde manuscritos y libros antiguos hasta mapas y fotografías históricas que ofrecen una perspectiva singular y minuciosa de la rica historia y cultura de la isla caribeña. En Cuba, se fundaron salas de Fondos Raros y Valiosos desde la creación de las bibliotecas públicas provinciales. La preocupación por preservar el patrimonio bibliográfico nacional llevó a implementar la Instrucción Metodológica 04-79 de la Dirección Nacional de Bibliotecas el 1 de julio de 1979 (Bellas y Cárdenas, 2020; Suárez, 2022).
Esta regulación estableció los criterios para formar la colección, los servicios ofrecidos y los posibles usuarios. En una etapa inicial, existieron Salas de Colección Cubana que recopilaron no solo los impresos producidos en la región, sino también se encargaron del control bibliográfico (Olivia, 2021). Esta normativa sentó las bases para el desarrollo continuo del trabajo en las Salas de Fondos Raros y Valiosos.
La principal premisa de estas salas es la conservación de documentos de alto valor patrimonial de las provincias y de la nación, para lo cual se establecieron políticas de conservación y normas por seguir. La Biblioteca Nacional “José Martí” se encarga de orientar metodológicamente el trabajo de las salas con colecciones de libros raros, valiosos y manuscritos en Cuba (Vega, 1994). A partir de 1989, el especialista encargado de Fondos Raros y Valiosos de esa biblioteca brinda orientación al personal de cada una de las salas de este tipo en todo el país, mediante visitas metodológicas, capacitaciones y revaluaciones del personal.
En el país, existen colecciones de libros raros y manuscritos en bibliotecas, archivos y museos, tanto en la capital como en los municipios más alejados. Sin embargo, estas colecciones carecen de un catálogo colectivo nacional que dé a conocer su composición (González y Santana, 2019). Además, hay pocos recursos en la literatura publicada sobre este tema, salvo casos excepcionales
La creación de las salas estuvo determinada por la necesidad de compilar un fondo bibliográfico regional-provincial auténtico, de forma retrospectiva y también corriente, la cual se diseñó como subsistema de la bibliografía nacional que encabeza la Biblioteca Nacional “José Martí”. Además de estas funciones, los especialistas de las salas deben crear servicios y repertorios para ofrecer a sus usuarios potenciales, realizar investigación de los fondos, hacer inventarios de piezas faltantes para integrarlas a futuro y llevar a cabo actividades de promoción del fondo en la comunidad.
Entre los antecedentes principales para la creación de salas para documentos valiosos, está la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1945. Esta organización promovió la creación de Salas de Fondos Raros y Valiosos en bibliotecas de renombre mundial. En 1949, la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA) estableció una Comisión de Libros Raros y Valiosos (Clavijo, 2020), evidenciando el compromiso de organismos internacionales con el estudio y la preservación de estas colecciones de documentos.
La Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), en el centro de Cuba, alberga una colección invaluable: la Colección Coronado. Estos importantes documentos se encuentran en la sala del mismo nombre, ubicada dentro de la Biblioteca Universitaria “Chiqui Gómez Lubián”, perteneciente a la Dirección de Información Científico Técnica (DICT). La Sala Coronado alberga diversas colecciones que incluyen mapas, fotografías, manuscritos, publicaciones seriadas, libros, folletos, cartas y grabados, además de la colección facticia1 y la colección personal de Francisco de Paula Coronado (González, Céspedes, Díaz y Leyva, 2020).
Francisco de Paula Coronado y Álvaro: algunos datos biográficos
Francisco de Paula Coronado (figura 1) nació en La Habana el 8 de enero de 1870. Su obra se reconoce como una de las más importantes, desde el punto de vista de la historiografía cubana, de la etapa republicana (1902-1959) (Fundora y Rodríguez, 2007). Las profesiones que desempeñó (bibliotecario, escritor e historiador) lo llevaron a desarrollar la afición de recopilar documentos como revistas, periódicos, ediciones príncipes cubanas, libros raros y valiosos, folletos. Formó su biblioteca, donde reunión los más importantes y representativos libros cubanos, además de obras extranjeras del siglo XIX; también recopiló grabados, fotografías, mapas, planos y láminas desde el siglo XV hasta el XIX.
Figura 1
Fotografía de Francisco de Paula Coronado
Fuente: Fondos de la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí”
Además de su profesión como periodista y crítico literario, Francisco de Paula Coronado también se dedicó a estudiar filosofía, derecho, letras y pedagogía. Debido a los eventos del Grito de Baire, el 24 de febrero de 1895, se vio obligado a emigrar y a establecerse en Estados Unidos hasta que finalizó el periodo de colonización española. Durante su tiempo allí, trabajó como redactor en los diarios El Porvenir, Cuba y Puerto Rico y Patria, todos ellos publicados en Estados Unidos. También tuvo la oportunidad de dirigir el periódico ilustrado Cacarajícara. Entre los nombres bajo los que ocultó su identidad (pseudónimos), se encuentran César de Madrid, El Caballero de la blanca luna, Fray Mostén, Pedro Sánchez, Panfilón y Clarinete.
Según Herminio Portell Vila (1901-1992, escritor y erudito cubano), Coronado se posiciona como el ciudadano cubano que mejor supo aprovechar las valiosas oportunidades de lectura brindadas por la biblioteca pública de Nueva York, luego de José Martí y Enrique José Varona (Costa, 1955). Allí adquirió una amplia colección de impresos y manuscritos relacionados con la historia y la cultura de Cuba. Después de su regreso a Cuba, participó en diversos roles públicos mientras continuaba su colaboración como periodista en publicaciones destacadas de la época como La Habana Elegante, Cuba y América, El Fígaro y La Discusión.
Fue en el 1920, cuando tenía 50 años, que asumió el puesto de director en la reconocida Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí”, una posición que mantuvo hasta su fallecimiento el 30 de noviembre de 1946, acumulando así un total de 26 años de servicio en este cargo. Su nombramiento lo realizó, a mediados de 1920, el mayor general y presidente de la república Mario García Menocal (1866-1941). En la designación, influyeron personalidades como Enrique José Varona, Rafael Montoro, Cosme de la Torriente y Manuel Sanguily.
Podría haberse convertido en uno de los grandes escritores maestros, pero su talento se limitó a cortos ensayos y breves artículos sobre sus temas de interés (Portell, 1953). Los que lo conocieron afirmaron que un consejo suyo en el momento justo tenía el mismo valor que un tratado. Renée Méndez Capote narra sus experiencias cercanas como adolescente y después como subordinada del erudito; en su descripción del segundo director de la Biblioteca Nacional, menciona su personalidad fuerte, inteligencia, vasta cultura, trato exquisito y un conocimiento de la bibliografía cubana que ningún otro director ha igualado (Álvarez y Gil, 1997).
Padecía miopía al punto de que tenía que acercar los libros tanto a su nariz que, en ocasiones, los llegaba a tocar; sin embargo, leía de manera increíble. En 1929, Francisco de Paula Coronado tuvo que enfrentar las consecuencias del incendio que destruyó varias cajas con fondos de la Biblioteca, las cuales estaban guardadas en una nave de la antigua cárcel de La Habana. Además, tuvo que lidiar con las dificultades del traslado de las colecciones de la Maestranza al Castillo de la Fuerza. En ese periodo, Emilio Roig de Leuchsenring (1889-1964, historiador de La Habana) y un grupo de intelectuales de la sociedad Amigos de la Biblioteca Nacional protagonizaron intensas campañas para conseguir un edificio adecuado para la institución (Setién, 1977).
Su pasión por la lectura y el amor por los libros consumieron todo su tiempo. Llegó a poseer la mayoría de los libros raros y valiosos de Cuba. Los anhelaba, los amaba y los guardaba celosamente. Los armarios no eran suficientes, llenó con libros y documentos cada habitación de su casa, en la calle Neptuno, donde vivió durante muchos años. A medida que perdía la capacidad de visión, los acariciaba y los trataba con amor: “Ya no puedo leerlos ni verlos claramente, pero los siento, los acaricio como a una mujer” (Costa, 1955, p. 2). Cuidaba que cada una de sus obras fuera encuadernada con la mejor calidad por los mejores artesanos encuadernadores. Su recopilación bibliográfica sobre Cristóbal Colón incluía documentos de gran singularidad, difíciles de encontrar en bibliotecas o archivos públicos y privados de la época.
Llegó a reunir las obras más importantes de autores cubanos y valiosas obras extranjeras, así como folletos, periódicos, revistas, documentos y manuscritos de los cubanos más representativos del siglo XIX. Aseguraba que no le faltaba nada de teatro cubano, esto se manifiesta especialmente en el teatro bufo cubano, pues en la actual Sala Coronado de la UCLV existe una representación de todas las obras. Coronado tenía en mente la redacción de tres obras trascendentales dado el extenso acervo documental del cual disponía: en primer lugar, una biografía exhaustiva de Antonio Maceo; en segundo lugar, una historia completa de Cuba y, por último, una obra literaria dedicada a explorar la cultura cubana en todos sus aspectos (Academia de Historia de Cuba, 1948).
Tenía un interés muy especial en adquirir fuentes relacionadas, en especial, con Cuba, lo que se corresponde con una relación directa con el folclor y con un profundo sentido de nacionalismo. Su labor bibliotecaria fue reconocida, fundamentalmente, por haber creado su Sistema Racional de Clasificación. Los encabezamientos se designaban utilizando el alfabeto latino occidental y se subdividían en clases identificadas con letras en minúscula, mientras que las subclases se representaban con números arábigos.
Las combinaciones de letras y números conformaban la signatura única asignada a cada libro o documento. El Sistema Racional de Coronado continuaba el trabajo previo de Luis Marino Pérez 2 , quien se encargó de actualizar y organizar las colecciones documentales utilizando procesos técnicos. Este enfoque marcó el comienzo de una tendencia de adaptación de distintos sistemas de clasificación y catalogación para satisfacer las necesidades de la Biblioteca Nacional “José Martí”.
A criterio de Becerra (1950), esta admirable iniciativa quedó finalmente en el olvido, a pesar de contar con la aprobación y el apoyo de las figuras más influyentes del país. Las prioridades de la política la relegaron y este primer intento fue abandonado y olvidado en los Archivos del Senado. En 1920, Fernando Miranda ocupa la dirección de la Biblioteca Nacional de Cuba, asesorado por Marino Pérez, quien se encargó de las labores técnicas. El cargo de director fue por un corto periodo, posteriormente, Francisco de Paula Coronado asume tal función.
Marino Pérez idea la creación de un sistema de clasificación propio que integre las necesidades de la institución cubana, labor continuada por Coronado. Los encabezamientos definidos en su Sistema Racional de Clasificación se encuentran en el texto de Paula (1950) que fue publicado por la revista de la Biblioteca Nacional “José Martí”, sin embargo, solo puede consultarse en la investigación realizada por Borges (2006, p. 79). En este estudio, se mencionan los encabezados:
Dentro de la Colección Coronado se encuentran folletos, periódicos, revistas, documentos y manuscritos pertenecientes a los célebres cubanos del siglo XIX. Además, cuenta con una amplia representación de todas las obras teatrales cubanas. Este conjunto de documentos se ha custodiado en la UCLV desde 1960 y a singularidad de esta colección radica en su temática, aspectos bibliológicos e históricos, lo cual brinda a la comunidad académica (especialmente a aquellas dedicadas a las letras, artes, historiografía y bibliotecología) una oportunidad única de explorar documentos que abarcan desde el siglo XV hasta la primera mitad del siglo XX (Rodríguez, Paz, Álvarez y Enriquez, 2021).
Cada fuente posee un valor primordial en cuanto a su documentación al proporcionar datos únicos y valiosos debido a su fecha de publicación o creación, su encuadernación, portada, impresor, autor y tema tratado. La Colección Coronado contiene valiosos documentos históricos y culturales, pero existe el riesgo de deterioro y pérdida de este valioso patrimonio debido a la fragilidad de los materiales y la falta de recursos para su preservación adecuada. Además, el acceso a la colección puede ser limitado por las restricciones de uso, la falta de digitalización y de difusión adecuada. Lo anterior plantea desafíos en la promoción de la investigación y la divulgación del contenido de estos documentos. Por lo tanto, se planteó como objetivo del estudio caracterizar la Colección Coronado a partir de los valores patrimoniales de los documentos que atesora.
El presente estudio se clasifica como descriptivo con aporte teórico. En un primer momento, se centró en describir las principales características de los documentos que atesora la Colección Coronado para luego plantear un estado general de los fondos. En el nivel empírico, se utilizó la observación y, principalmente, el análisis documental clásico como método principal para obtener resultados y como técnica se aplicó la revisión de documentos. El proceso de análisis documental clásico se llevó a cabo en varias etapas clave:
Adquisición de la colección Coronado
Luego del deceso de Francisco de Paula Coronado, su biblioteca personal estuvo expuesta para que la adquirieran coleccionistas e interesados en el extranjero y, por tanto, que se hubiera perdido el patrimonio bibliográfico cubano. Coronado había recibido en vida muchas ofertas para comprar su biblioteca, la mayor parte de estas procedían de Estados Unidos, donde tenía colegas que conocían las fuentes atesoradas, pero todas se rechazaron, puesto que muchos de los documentos tenían, además de lo patrimonial, un valor sentimental para su propietario. La biblioteca había sido producto de más de sesenta años de búsqueda y dedicación.
La primera posibilidad para el destino de la colección fue la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí”, donde Coronado había ejercido el rol de director, además de ser la institución más importante de la bibliotecología del país. Otra opción que se valoró fue la biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País, asociación de prestigio y de más antigua fundación en Cuba (9 de enero de 1793) (Vega, 1994), pero por ser una propiedad privada, en ese momento, los dueños decidieron venderla. Se convocó a coleccionistas e interesados y la Universidad de Miami se presentó como principal comprador.
A su efecto, el doctor Mariano Sánchez Roig3 (1890-1962, bibliógrafo cubano), salvó la biblioteca de Francisco de Paula Coronado para Cuba. Este bibliógrafo ya había realizado transacciones con la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí”, a la cual había vendido otras importantes colecciones documentales. La principal limitación era la puja por el monto que los compradores estaban fijando, para la cual Sánchez Roig no poseía los fondos necesarios.
En consecuencia, se dirige a Paul Mendoza, cubano acaudalado que no estaba involucrado en el ámbito de la bibliografía y bibliotecología. Este hombre de negocios participó en la fundación de la banca cubana y creó, además, el Banco Hipotecario Mendoza como un banco comercial, nacional, con una sucursal y oficina central en el Palacio de Aldama (figura 2). Al conocer la situación de la biblioteca de Francisco de Paula Coronado y el riesgo de su pérdida para la nación, se presentó en el lugar donde yacían hacinados todos los documentos, por lo que vio ante él montañas de libros. Las afirmaciones del tesoro bibliográfico y lo terrible de su pérdida para Cuba fue motivo suficiente para cerrar el trato y comprarla.
Figura 2
Fotografía del Palacio de Aldama en 1944
Fuente: Fondos de la Sala Coronado.
También el expresidente constitucional de Cuba, Fulgencio Batista (primer mandato de 1940 a 1944), se interesó en la adquisición de los fondos y había ordenado comprar, de su peculio, la Biblioteca de Coronado, sin embargo, el Dr. Mendoza la adquirió la oferta un día antes. Esto fue parte de una nota de prensa recogida por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (2023) en un archivo vertical digitalizado que denominó Sobre bibliotecas:
En entrevista de prensa celebrada al mediodía, el ministro de Educación doctor José López Isa, aludió un artículo recientemente publicado y en el que se hacen afirmaciones, que el rector de la enseñanza calificó de inexactas (...) sobre la adquisición del Archivo y Biblioteca del Licenciado Francisco Paula Coronado. El gobierno tomó medidas para adquirir la Biblioteca y documentos del Archivo de Coronado —nos dijo el doctor López Isa—, convencido de su trascendencia histórica y el General Batista personalmente dispuso, que se ocupara y adquiriera con dinero que ofrecía de su patrimonio particular, pero al llegar la orden, y cumplimentarse, a la hora, no pudo hacerse efectiva, porque el día anterior la había adquirido el doctor Paúl González de Mendoza (Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 2023, p. 54).
El propósito principal de la compra por parte de Batista, a criterio del doctor López Isa, era evitar que pasara a propiedad extranjera. De igual forma, la tramitación de compra tenía como fin el traslado de los documentos a la Biblioteca Nacional de Cuba. Los libros y documentos del fallecido Coronado estaban almacenados en la calle Neptuno, entre Marqués González y Pasaje de Giquel, dispuestos en un salón que tenían alquilado al efecto.
A él nos dirigimos [a Mendoza] de inmediato —para tratar de su venta— , asunto que aplazó hasta que terminara de ordenarla, clasificarla e inventariarla el doctor Mario Sánchez Roig, al que había comisionado para esa labor, con la cooperación de empleados. Dr. Sánchez (...) estaba revisando [la colección de documentos] para determinar las piezas que allí se reunían, clasificarlas, así como indizarlas, por la importancia y valor que las mismas podían tener, razón por la que aplazó nuestra propuesta de compra para cuando se conociera lo apuntado y terminara su labor el Dr. Sánchez Roig, para entonces y en ese momento tratar de la venta, por su parte o el destino que él —el señor González de Mendoza— querría darle a esos documentos y libros (Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 2023, pp. 54-55).
Sobre la relevancia de los documentos también se menciona que se estiman de gran valor histórico, datos muy interesantes en fuentes inéditas del pasado glorioso de Cuba que se corresponden a ediciones ya agotadas.
Al siguiente día de la adquisición por parte de Paul Mendoza, los documentos empezaron a llegar al Palacio de Aldama (en la actualidad, Instituto de Historia de Cuba), propiedad de Mendoza (López, 2021). Fue necesario realizar entonces una adecuación al espacio del depósito; durante este proceso, lamentablemente, muchos documentos fueron dañados por la constante manipulación y el hacinamiento. Algunos documentos, ya en su disposición final, estaban muy deteriorados con necesidad de encuadernación y de reconstrucción; así como muchas piezas sueltas que era prácticamente imposible determinar a dónde pertenecían.
Se efectuó un primer trabajo de restauración de la mano de dos profesionales de origen alemán que trabajaban en la Universidad de Filadelfia (Arellano, 2018). Gracias a estos trabajos, se lograron restaurar muchos documentos con las técnicas más avanzadas del momento. La antigua biblioteca de Coronado permaneció en el Palacio de Aldana hasta 1960, cuando fue adquirida por la Biblioteca “Chiqui Gómez Lubián” de la UCLV, donde permanece actualmente.
La vía de adquisición fue la compra que se hace efectiva el 20 de febrero de 1960, cuando llega la colección a la universidad. La compra se realizó por 44 000,00 dólares americanos. El precio fue risible en comparación con el monto inicial que su dueño predecesor debió abonar. También se favoreció como política que una universidad se encargara de gestionar los cuidados de la colección, puesto que estas instituciones tienen el valor añadido de contar con personal capacitado (Paz, Domínguez y Hernández, 2015).
Fondos documentales de la Colección Coronado
Dentro de la Colección Coronado, se encuentran 14 933 títulos, los cuales comprenden un total de 78 496 documentos. En cuanto a los manuscritos, se han catalogado 169 tomos encuadernados, de estos aún quedan por procesar 18 cajuelas y 26 sobres con reproducciones manuscritas. Además, esta colección incluye una selección de obras martianas, compuesta por 216 títulos y 362 ejemplares (véase depósito en la figura 3). Por las características de estas colecciones, podrían considerarse documentos archivísticos (Castillo y Ravelo, 2016). La distribución por tipología material se muestra en el cuadro 1.
Cuadro 1
Distribución de tipologías documentales en la Colección Coronado
Tipología material | Cantidad y descripción |
---|---|
Libros | 9383 títulos |
Revistas | 720 títulos |
Periódicos o diarios | 346 volúmenes |
Mapas | 150 volúmenes |
Álbumes | 20 con 1956 fotografías |
Colecciones especiales (tipologías temáticas) | 1) la Colección Martiana que cuenta con 216 títulos de libros y 2) la Colección de Teatro Bufo Cubano con 591 obras que representan la totalidad de este tipo de manifestación teatral |
Repositorios (archivo vertical) | 48 con 316 recortes pertenecientes a la colección facticia |
Manuscritos | 169 que son todos originales |
Folletos | 8078 |
Obras talladas | 24 |
Grabados | 30 |
Fuente: elaboración propia
Dentro de la colección hay presencia de cajuelas que alojan la documentación personal de Coronado, escrita por su propio puño y letra, papeles que aún no han sido procesados (organizados y registrados). El tamaño es variable, pero oscila entre 25 y 80 centímetros de ancho por 25 y 60 centímetros de largo. Una evaluación inicial confirma la presencia de notas (fichas y registros bibliográficos) creadas por él para futuras creaciones, recortes de periódicos con críticas y notas adicionales adjuntas. Coronado ejerció como secretario de la Comisión Pro-Milanés y, en estas cajuelas, se encuentran documentos que atestiguan y exhiben la suma de dinero pagada por obras que se presentaron sin haber sido publicadas.
Estas incluyen escritos notariales, relatos de celebraciones y expediciones, métodos bibliotecarios empleados por el autor, epitafios y correspondencia dirigida a su dirección. La mayoría de las cartas testimonian cómo adquirió los libros que forman su colección y las fuentes de información que utilizaba para elaborar sus artículos. Además, se pueden encontrar anotaciones suyas sobre el costo pagado por los libros.
Figura 3
Depósito de la Colección Coronado
Fuente: elaboración propia
Esta colección de fondos raros y valiosos se localiza en la Torre de la Biblioteca “Chiqui Gómez” de la UCLV. Tiene acceso restringido y solo se puede ingresar con un permiso y un consentimiento firmado por los usuarios (Biblioteca Nacional “José Martí” de Cuba, 2021). En la sala hay un catálogo manual (figura 4) que no está actualizado. Algunos libros y fuentes, por su alto valor patrimonial, se encuentran almacenados en una bóveda fuera de la sala, otros están en el Rectorado, en un salón con máxima seguridad. La colección se ha ido enriqueciendo y, actualmente, no todos los documentos de la sala son parte de la colección original, sino que se han incorporado por su valor.
Figura 4
Catálogo de la Sala Coronado
Fuente: elaboración propia
La Colección Coronado alberga diversos recursos documentales que cubren un amplio período histórico, desde el siglo XV hasta el siglo XX, tanto en Cuba como en el resto del mundo (Pino, 2013). En los anexos, se puede encontrar una descripción detallada de los documentos y colecciones de mayor valor documental. En la actualidad, la colección incluye libros, revistas, publicaciones periódicas, folletos, manuscritos, grabados, fotografías, planos, mapas, tallados, documentos incunables4 (ver figura 5) y láminas correspondientes a esos siglos. Cada fuente ofrece información a través de su descripción física y de contenido: su fecha de publicación o creación, características de su encuadernación, portada, impresor, autor y temática abordada.
Figura 5
Documento incunable “Historia Florentina”
Fuente: elaboración propia
La adquisición de estos incunables y otros fondos por la Biblioteca General de la UCLV (a través de su dirección) en 1959, se incrementan a partir de un donativo de 10 000.00 pesos cubanos5 realizado por quien fuera presidente de la República de Cuba: Fulgencio Batista. Una primera partida del donativo permitió adquirir:
los títulos National Union Catalog, en 28 volúmenes, por $ 285,00 a la empresa J. W. Edwards Publisher, Inc.; Library of Congress Catalog of Card: 1942-1947, 209 volúmenes, servidos por Pageant Books por $ 1 895,00 y un grupo de libros adquiridos a la casa editora McGraw Hill, que no precisa ni cantidad ni costo (Manso, 2014, pp. 56-57)
Durante 1959, se llevaron a cabo importantes adquisiciones bibliográficas de la casa Stechert Hafner Inc., marcando un hito en el desarrollo de los fondos documentales de esta institución. Estas adquisiciones comprendieron la recepción de libros en cuatro distintas partidas, la primera de ellas por un valor de $566,00, seguida por una segunda partida con un coste de $1861,07. En adición, se realizaron dos adquisiciones adicionales por $1848,12 y $22,03, respectivamente (Consejo Universitario, 1959).
La significativa relación entre esta compañía y la entidad en cuestión destaca la relevancia que ha adquirido como principal proveedora de recursos informativos, especialmente aquellos procedentes de Estados Unidos. Esta preferencia fue formalizada por el Consejo Universitario en diciembre a través del Acuerdo 591. Esta disposición establecía que cualquier futura adquisición o renovación de suscripciones se haría, de forma exclusiva, a través de la mencionada casa.
Este enfoque estratégico tuvo como objetivo principal facilitar las labores de contabilidad, permitiendo una gestión más eficiente de los recursos y fortaleciendo así el crecimiento y desarrollo del acervo documental de la institución. En 1959, se tomaron decisiones fundamentales para el enriquecimiento y desarrollo de los fondos documentales de la institución. Entre estas, destacó la disposición adoptada durante la sesión del Consejo Universitario del 17 de noviembre, mediante el Acuerdo 793, que autorizó la adquisición de la prestigiosa Biblioteca y Colección Coronado.
La adquisición de la biblioteca personal de Coronado fue recomendada por los reconocidos expertos Mario Sánchez Roig y Cintio Vitier 6 (1921-2009). Se estableció con determinación que dicha compra no se fraccionaría con otras instituciones y se autorizó su ejecución en diciembre del mismo año, con un coste total de $44 000,00. Estos recursos provinieron de los sobrantes del presupuesto de 1959, los cuales se sometieron previamente a una liquidación parcial en septiembre. Además, se impuso la condición de que el propietario Paul González de Mendoza entregara la colección desde un proceso estricto de inventariado.
El proceso de adquisición y traslado de la Colección Coronado a la Biblioteca General se llevó a cabo el 20 de febrero de 1960, marcando así un hito significativo en el crecimiento del acervo documental de la institución. Previamente, en noviembre del mismo año, se había realizado otra adquisición relevante: Mario Sánchez Roig 7 vendió a la institución dos valiosos incunables tamaño folio, impresos en 1492 en la ciudad de Florencia, los cuales estaban presentados en un único tomo que contenía las obras Historia Florentina, una escrita por Leonardus Aretinus y la otra atribuida a Poggious Florentinus. Ambas piezas fueron adquiridas por un monto de $195,00.
Estos excepcionales documentos serían parte de la destacada colección Coronado. Además de las adquisiciones mencionadas, otras acciones fueron emprendidas para el desarrollo y fortalecimiento de la colección. Se envió una comunicación tanto al Instituto Nacional de Reforma Agraria como al Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, instituciones relacionadas con la llamada revolución cubana, con la intención de favorecer a la Colección Coronado en la distribución de colecciones de documentos recuperados que pertenecían a miembros del gobierno depuesto. Además, se procedió a la cancelación de las revistas Life, Time y Fortune de origen estadounidense.
Los incunables que conformaron la Colección Coronado constituyen las fuentes de mayor relevancia. El incunable Sermones quadragesimales faris8 de Michaelis de Mediolano es una obra de notable importancia y relevancia en la historia de la imprenta y la literatura religiosa. Publicado en 1492 en Florencia, este incunable se distingue por su contenido teológico y su calidad de impresión, convirtiéndose en una pieza de gran valor para los estudiosos de la época y los coleccionistas de rarezas bibliográficas. Este texto fue robado de la colección, lo cual se detallará más adelante.
El incunable Historia Florentina de Leonardo Bruni (Aretino) es una obra histórica de gran trascendencia y valor en la historia de la literatura renacentista. Publicado en 1492, esta pieza bibliográfica destaca por su relevancia histórica y su contribución al florecimiento del humanismo en la Florencia del siglo XV. Leonardo Bruni, también conocido como Leonardo Aretino, fue un humanista italiano destacado por su erudición y su habilidad como historiador y escritor.
El texto aborda la historia de la ciudad de Florencia desde sus orígenes hasta el siglo XV. Bruni presenta un relato minucioso y apasionado, brindando una perspectiva única sobre los acontecimientos políticos, sociales y culturales que forjaron el destino de esta icónica ciudad italiana. El texto en lengua florentina confiere a esta obra un valor adicional, ya que refleja la riqueza y el esplendor del idioma vernáculo utilizado en la época. Bruni, al escribir en la lengua hablada por el pueblo, contribuyó a la difusión del conocimiento histórico entre una audiencia más amplia y diversa.
Destaca por su formato impreso, que rememora la era temprana de la imprenta. La meticulosa tipografía, los detalles ornamentales y las capitulares decorativas que embellecen el texto reflejan el esmero y el cuidado con el que se produjo esta obra. La importancia histórica de este incunable radica en su contribución al auge del humanismo y la transición del pensamiento medieval al renacentista. La obra de Bruni sirvió de inspiración para futuros historiadores y humanistas, dejando un legado duradero en la historiografía y en el estudio de la Florencia renacentista. El incunable atesorado en la Colección Coronado viene encuadernado con otro de Historia Florentina, pero de la autoría de Poggious Florentinus.
Esta obra, publicada en los albores del Renacimiento, destaca por su relevancia histórica y su contribución al estudio de la ciudad de Florencia. El texto fue escrito en el idioma vernáculo de la región, por lo que refleja la importancia que se le otorgaba al floreciente idioma italiano en ese momento histórico. La impresión en caracteres góticos, las capitulares y los detalles ornamentales son testimonio del esmero y la precisión con que se produjo esta obra literaria pionera. La encuadernación, con su estilo característico de la época, realza la elegancia y el valor de esta pieza bibliográfica única.
La importancia histórica del incunable Historia Florentina radica en su influencia en el desarrollo de la historiografía renacentista y el resurgimiento del interés por la historia antigua. Los documentos incunables registrados en la Colección Coronado carecen de marcas de procedencia fuera del país. En el caso de los textos de Historia Florentina, tiene inscripciones de Mario Sánchez Roig, su antiguo propietario. Luego de que estos documentos llegan a la UCLV se marcan con los sellos de la biblioteca (figura 6).
Figura 6
Sellos utilizados por la Biblioteca de la Universidad Central de Las Villas entre 1953 e inicios de la década de 1960
Fuente: elaboración propia
De los siglos XVI y XVII, la Colección Coronado posee ejemplares relacionados con la paleografía, la historia y las novelas tradicionales españolas. Se puede apreciar una gran cantidad de folletos sobre temas religiosos, sermones y ordenanzas, en su mayoría de origen español, que se caracterizan por su presentación tipográfica sobria. En el siglo XVIII, en la Sala Coronado, se produce un periodo dicotómico debido al surgimiento de las imprentas en América y en Cuba9, lo que provoca una explosión temática, autoral y formal en la colección, debido a la producción documental.
Durante el siglo XIX, se aprecia la presencia abundante de fuentes de documentos que se centran en un tema en particular: la producción e industria azucarera. Este enfoque temático se debe al crecimiento significativo de esta actividad económica en Cuba y, a su vez, a la intensa interacción cultural que la nación establece con otras naciones. En la Colección Coronado está representada la evolución del libro cubano desde el desarrollo de la edición en el país con la presencia de obras de referencia en catálogos especializados.
Los textos extranjeros se caracterizan por ser encuadernados con sobriedad, utilizando, principalmente, media pasta y pasta española. Estos abarcan diversas temáticas y épocas, destacando las importantes biografías del siglo XVIII y XIX, así como la filosofía europea y sus tendencias. Además, se encuentran obras compilatorias que abordan personajes europeos y de la Antigüedad clásica y la Edad Antigua.
En cuanto a la religión, se incluyen tratados teológicos que fundamentan la visión española e italiana sobre el establecimiento de la religión anglicana y las religiones protestantes. También son frecuentes las referencias al folklore, la lingüística comparada y la educación tanto para jóvenes como para mujeres. Se pueden encontrar libros de texto, colecciones de documentos relacionados con las ciencias puras (matemáticas, física y química) y obras de referencia sobre ciencias aplicadas en áreas como veterinaria e ingeniería industrial. Por otro lado, los textos también abarcan el arte y la literatura de diversas nacionalidades, como la norteamericana, india, rusa, inglesa, francesa, alemana, italiana, española; así como las subdivisiones mexicanas, brasileñas, portuguesas y cubanas.
En la clasificación Cuba, se encuentran innumerables publicaciones seriadas (periódicos y revistas). Se puede evidenciar la presencia de los pioneros de la imprenta, una mirada a la transformación del libro y la aparición de múltiples revistas. Además, destaca la colección de más de 500 obras de teatro bufo, una valiosa muestra del arte cubano en el siglo XIX. Dentro de esta colección, se encuentran 591 obras, de las cuales 175 son y originales.
El bufo como género teatral toma como base el lenguaje popular de Cuba. Durante los años de mayor creatividad: 1891 y 1892, se experimentó un florecimiento cultural y expresivo que tuvo sus raíces en el siglo XIX. Las obras más comunes abarcaban desde dramas y tragedias hasta zarzuelas, sátiras y juguetes cómicos. Entre los autores más destacados, se encuentran Alfredo H. Piloto, Manuel Pérez Pérez, Ramón Piña, Santiago Pita, Martín Pizarro, José de Po, Alejandro del Pozo, José María de Quintana, Agustín Rodríguez y Ramón Rodríguez Correa, entre otros.
Dentro del resto de las fuentes, se pueden particularizar las siguientes por ser las más representativas y numerosas:
Estos valiosos documentos poseen relevancia tanto nacional como internacional. La UCLV fue designada Monumento Nacional de la República de Cuba el 30 de noviembre de 2009, en conmemoración de su 57 aniversario. La abundante documentación histórica y patrimonial que guarda fue un factor determinante para esta distinción. La protección del patrimonio debe ser una actividad constante de los directivos de esta institución educativa.
Estado general de conservación de la Colección Coronado
La conservación del patrimonio documental en bibliotecas es una tarea fundamental para garantizar la preservación de los documentos y de la información que contienen. Para lograrlo, es necesario establecer condiciones óptimas de conservación que aseguren la estabilidad y durabilidad de los materiales, además de minimizar el riesgo de deterioro. Una de las condiciones más importantes es el control ambiental y la integridad de las fuentes.
Luego del análisis de los inicios de la adquisición de la Colección Coronado y la forma en que llega a la UCLV, resulta lamentable la descripción del estado constructivo del depósito. Eso ha ocasionado que la colección esté expuesta a un deterioro continuo. El primer elemento para considerar es la falta de un equipamiento y del personal de seguridad adecuado.
La seguridad deficiente propició el robo de la que se consideró como la fuente más importante: un incunable de 1492, los Sermones quadragesimales faris de Michaelis de Mediolano. El robo ocurrió en 1997, cuando también sustrajeron un total de 11 libros y la edición fascimilar de El Quijote. Luego de este hecho, se tomaron acciones para garantizar mayor seguridad, fundamentalmente resguardar documentos en otras áreas con más vigilancia.
En la Sala Coronado no existe un catálogo automatizado y una parte del fondo está sin procesar, esto se revierte en perjuicios para los usuarios y especialistas que laboran en la institución. Se han realizado muchas acciones para digitalizar el fondo a través de estándares internaciones (García, 2021): procedimientos, avances en las colecciones de fotografía y grabado, pero estos esfuerzos no representan ni la mitad del fondo atesorado. Aunque el acceso a los documentos es muy restringido, es presencial y a través de la manipulación, por lo que aumentan las afectaciones por factores físico-mecánicos.
La institución ha recibido ofertas para el traslado de la documentación debido a sus malas condiciones y a las de la sala donde se encuentra almacenada (figura 7); sin embargo, la UCLV no permite que la documentación salga, a pesar de que continúa su deterioro progresivo. El uso de una estantería metálica en estado de corrosión puede ocasionar severos daños a los documentos almacenados en ella.
La presencia de óxido en la superficie de la estantería puede transferirse y provocar manchas y deterioro. La corrosión puede debilitar la estructura de la estantería, aumentando el riesgo de que colapse y dañe irreparablemente los documentos almacenados en ella. También se puede generar un ambiente propicio para la proliferación de hongos y moho, lo cual puede contaminar la documentación; y, a su vez, el contacto constante con el metal corroído podría acelerar el proceso de deterioro, haciendo que se vuelvan frágiles y propensos a desgarrarse con facilidad.
La limpieza de los documentos se efectúa mensualmente, cuando hay alcohol. Se limpian mezclando agua con alcohol en la misma proporción: se humedece un paño y se limpia de forma manual documento por documento, por ello se requieren meses para limpiar todos los documentos, a causa de la falta de especialistas. Estas labores se realizan solo los viernes, por ser los días de higiene, cuando no se abre al público.
Figura 7
Malas condiciones de almacenamiento de la colección
Fuente: elaboración propia
El local cuenta con ventanas de cristal muy grandes, desprotegidas por completo, y la luz solar incide de manera directa en los documentos. Lo anterior ha provocado que en muchos documentos no se distinga el texto que estuvo plasmado en su cubierta. No hay un clima estable, el clima artificial solo funciona en horario laboral, por lo que después hay muchas fluctuaciones de temperatura, al encontrarse la sala en una torre expuesta constantemente al calor solar.
La luz del sol tiene un efecto directo sobre los documentos patrimoniales, ya que la exposición prolongada a los rayos ultravioletas puede provocar la decoloración de la tinta y el papel. Esto hace que los documentos sean difíciles de leer e incluso causar daños irreversibles, lo cual afectaría su valor histórico y cultural. El calor y la radiación es posible que hagan que el papel se vuelva quebradizo y se descomponga. Asimismo, la exposición a la luz solar directa acelera el proceso de envejecimiento del papel, esto hace que se desintegre más rápidamente.
Hay filtraciones de agua en el techo, y tanto este como las paredes están visiblemente dañados. Muchos documentos contienen hongos, producto de la humedad y de la presencia de insectos (figura 8).
Figura 8
Afectaciones provocadas por factores biológicos en la colección
Fuente: Díaz (2011)
Los daños en cuestión parecen haber sido ocasionados por insectos que ya se eliminaron del local; de acuerdo con la naturaleza de los daños (galerías), se calcula que los originaron insectos pertenecientes al orden Coleoptera. Se hallaron residuos de estos en las galerías provocadas por coleópteros, así como cámaras pupales, larvas y adultos, todas características comunes de los daños descritos en el papel afectado por este tipo de insectos (Díaz, 2011).
La Sala Coronado cuenta con una sola especialista que hace todo el trabajo, este es el principal motivo por el que no pueden realizarse todas las funciones requeridas de forma adecuada. La especialista tiene su sitio laboral también dentro de la sala, junto a la Colección y al espacio destinado a los usuarios. La sala es muy pequeña y el lugar dispuesto para el trabajo del usuario está dentro del mismo depósito, lo cual favorece el hurto y mal manejo de la documentación ante la imposibilidad de observar al usuario.
Hay documentos con marbetes que, al estar adheridos con pegamento de cola de origen animal, han provocado reacciones químicas y, por tanto, daños a esa parte de las fuentes. Este procedimiento no es justificable de forma alguna, puesto que pueden utilizarse otras alternativas. Las fumigaciones son escasas y dependen de los productos a los que puede acceder la Universidad, por lo cual se afirma que estos tampoco son los óptimos.
Francisco de Paula Coronado fue una figura destacada en la historiografía cubana de la etapa republicana. Su labor como bibliotecario y coleccionista de documentos fue fundamental para preservar la historia cubana. Además, se desempeñó como periodista y crítico literario y ocupó diversos cargos públicos en Cuba. Su dedicación y amor por los libros y documentos se reflejaba en su biblioteca personal, donde reunía importantes obras cubanas y extranjeras; también se destacó por haber creado el Sistema Racional de Clasificación. A pesar de no haber logrado publicar grandes obras literarias, su legado perdura en su contribución a la preservación de la historia y la cultura cubana.
La intervención del bibliógrafo cubano Mariano Sánchez Roig y el apoyo financiero de Paul Mendoza favorecieron que la colección personal de Francisco de Paula Coronado pudiera ser adquirida y preservada para el patrimonio bibliográfico cubano. A pesar de algunos daños sufridos durante el proceso de traslado y almacenamiento, se realizó un trabajo de restauración que permitió recuperar muchos de los documentos. Por último, la colección fue adquirida por la Biblioteca “Chiqui Gómez Lubián” de la UCLV, donde se encuentra actualmente. Esta adquisición permitió que un centro educativo se encargara de gestionar esta valiosa colección.
La Colección Coronado es una valiosa colección documental de Cuba y el mundo que abarca desde el siglo XV hasta el siglo XX. Cuenta con una amplia variedad de documentos, incluyendo libros, revistas, periódicos, mapas, álbumes de fotografías, manuscritos, folletos, obras talladas y grabados; también, colecciones especiales, como la Colección Martiana y la Colección de Teatro Bufo Cubano. Además, la colección cuenta con incunables, libros impresos durante el periodo de la invención de la imprenta de tipos móviles. Estos incunables son testimonio del impacto de la tecnología en la difusión de la información y la cultura. Esta colección se obtuvo a través de la compra y adquisiciones estratégicas, lo que ha enriquecido el acervo documental de la institución.
La situación de la institución analizada es extremadamente precaria en lo que respecta a la conservación y cuidado de sus documentos. El progresivo deterioro de los documentos se agrava por la carencia de especialistas y recursos adecuados para su limpieza y mantenimiento. La falta de protección en las ventanas expone los documentos a la luz solar directa, lo que ha causado daños en el texto de muchos de ellos. El clima inestable y las filtraciones de agua en el techo también contribuyen a la degradación de los documentos, pues provocan la aparición de hongos y otros signos de deterioro. Además, el uso de pegamento de origen animal para adherir marbetes ha causado daños químicos en partes de las fuentes, lo cual podría haberse evitado utilizando otras alternativas. Asimismo, la falta de personal especializado y de seguridad en el depósito facilita el hurto y mal manejo de la documentación.
Descripción de documentos y colecciones de mayor valor patrimonial en la Sala Coronado recogidos por Borges (2006, pp. 80-85).