Revista Latinoamericana de Derechos Humanos
http://www.revistas.una.ac.cr/derechoshumanos
Volumen 35 (1), I Semestre 2024
ISSN: 1659-4304 • EISSN: 2215-4221
Doi: https://dx.doi.org/10.15359/rldh.35-1.11
Recibido: 3-12-2023 • Aceptado: 20-10-2023


logo_revista

¿Qué es la paz? La perspectiva de personas con discapacidad cognitiva en Costa Rica

What Is Peace? The Perspective of People with Cognitive Disabilities in Costa Rica

O que é a paz? A perspectiva das pessoas com deficiência cognitiva na Costa Rica

Andrea Dotta Brenes1

Cristian Salazar Segura2

Alonso José Solís Molina3

Resumen

Con el fin de abordar la temática de la paz, se genera el presente escrito, partiendo de la pregunta generadora: “¿Qué es la paz y cómo practicarla?” Dirigida hacia población adulta en condición de discapacidad cognitiva, estudiantes del Programa de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior (PROIN) de la Universidad de Costa Rica. La discapacidad cognitiva que tienen se considera “leve” o “media”, siendo que no les restringe el desenvolvimiento social ni la autosuficiencia física. Se desarrolló un grupo focal con ocho personas que vieron imágenes ejemplificadoras (incluidas en los anexos), utilizadas para conocer la percepción de los y las participantes, sobre cómo diferencian visualmente qué es paz y qué no lo es. Partiendo de esta base, se desarrollaron discusiones sobre paz, guerra y resolución de conflictos según las perspectivas de las personas participantes. Se exponen las respuestas dadas por las y los estudiantes, así como una expresión final de qué es lo que consideran paz, utilizando dibujos, fotos, imágenes o sus pasatiempos. Se concluye cuáles perspectivas tienen de los temas de interés, cómo abordan en sus cotidianidades las situaciones de conflicto y cómo buscan la paz en sus núcleos familiares y ambientes cotidianos.

Palabras clave: discapacidad, paz, violencia y conflicto.

Abstract

To address the subject of peace, this paper originates from the generative question, ‘What is peace, and how can it be practiced?’ Targeted at the adult population with cognitive disabilities, the study includes students from the Program for the Inclusion of People with Cognitive Disabilities in Higher Education (PROIN) of the University of Costa Rica. The cognitive impairments they experience are deemed to be “mild” or “medium” since they do not hinder the students’ social progression or physical independence. A focus group was conducted with eight people who examined exemplary images (provided in the annexes). The aim was to understand their perception on how visually they differentiate between what is peace and what is not. From this standpoint, discussions on peace, war, and conflict resolution were developed according to the participants’ perspectives. This paper presents the students’ answers and a final reflection on what they consider to be peace through drawings, photos, images, or their hobbies. The study contributes to understanding the participants’ perspectives on the topics of interest, how they deal with conflict situations in their daily lives, and how they seek peace in their families and daily environments.

Keywords: disability, peace, violence and conflict.

Resumo

Para abordar a questão da paz, o presente documento é gerado partindo da pergunta: “O que é a paz e como pode ser praticá-la?” Dirigido à população adulta com deficiências cognitivas, a pesquisa contou com a participação de estudantes do Programa para a Inclusão de Pessoas com Deficiências Cognitivas no Ensino Superior (PROIN) da Universidade da Costa Rica. A deficiência cognitiva deles é considerada ‘leve’ ou ‘moderada’, e não restringe a sua capacidade de interação social ou a sua autossuficiência física. Foi desenvolvido um grupo focal com oito pessoas que visualizaram imagens exemplares (incluídas nos anexos), utilizadas para conhecer a percepção dos participantes sobre como diferenciam visualmente o que é paz e o que não é. Partindo desta base, foram desenvolvidas discussões acerca da paz, da guerra e da resolução de conflitos seguindo as perspectivas dos participantes. São apresentadas as respostas dadas pelos estudantes, acompanhadas por uma manifestação final do que consideram ser a paz, expressa mediante desenhos, fotografias, imagens ou os seus passatempos. O estudo contribui para o entendimento das perspectivas que os participantes têm sobre os temas de interesse, como lidam com situações de conflito na sua vida quotidiana e como procuram a paz nas suas famílias e ambientes quotidianos.

Palavras-chave: deficiência, paz, violência e conflito.

Introducción

Las rupturas epistemológicas que vivimos como sociedad moderna en crisis, permiten re-pensar y reestructurar conceptos o categorías de análisis que muchas veces damos por sentadas, bajo un falso supuesto de que todas las personas entendemos lo mismo; en el caso que compete a este trabajo, lo que todas las personas entienden por “paz”.

Esta postura es inadecuada, puesto que parte de un supuesto de homogenización de las sociedades, las culturas, las personas, las historias de vida y las realidades. Por tanto, no solo resulta relevante, sino además imprescindible el acercamiento a diversas, múltiples, complejas y hasta contradictorias formas de pensar y concebir qué es la paz. Como Gurdián (2007) apunta, “Investigamos para conocer y conocer es siempre aprehender un dato en una cierta función, bajo una cierta relación, en tanto significa algo dentro de una determinada estructura” (p. 100).

Un primer acercamiento a los Estudios para la Paz, de acuerdo con Checa (2014), define elementos como el abordaje de la violencia y la promoción de la paz, la necesidad de una respuesta interdisciplinar, la gestión pacífica y no violenta de los conflictos, el enfoque global y multicultural, el análisis objetivo y compromiso normativo, así como la relación entre teoría y práctica.

El tema seleccionado refiere a las concepciones de un grupo de personas adultas con discapacidad cognitiva sobre “¿Qué es la paz y cómo practicarla?”, desde la perspectiva de que “Múltiples verdades reflejan múltiples universos… según son dichos en el interior de un específico espacio conversacional. Una cultura, como específico espacio conversacional, genera valores en los que creemos y que desarrollamos mediante nuestras acciones” (Gurdián, 2007, p. 105).

Es así como el presente documento recupera, a través de la técnica del grupo focal, las concepciones, expresiones y formas de concebir y practicar la paz de estudiantes del Programa Institucional de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior de la Universidad de Costa Rica (PROIN), en tanto permite una reflexión crítica sobre las teorías que construyen y construimos sobre la paz, y las prácticas que estas teorías fomentan (Comins, Martínez y París, 2009).

El objetivo del trabajo fue identificar las principales concepciones sobre la paz y sus manifestaciones en el grupo poblacional de personas con discapacidad cognitiva del Programa Institucional de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la educación superior de la Universidad de Costa Rica (PROIN) como acercamiento a sus formas de practicarla. La población escogida para trabajar fueron personas mayores de edad con discapacidad cognitiva leve o media, con capacidad de desenvolvimiento individual y las herramientas sociales necesarias para expresar su opinión sin intervención o asistencia.

Según el artículo 1 de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006), se establece que dentro de las personas con discapacidad se “incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás” (p. 4). La página oficial del PROIN (s.f.) que la discapacidad cognitiva “Son limitaciones significativas en áreas como comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, uso de los recursos de la comunidad, autonomía, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio (tiempo libre) y trabajo” (párr. 5).

Se establece el estudio bajo el entendido de que la discapacidad no es un concepto estático ni ahistórico, sino que por el contrario es “un concepto que evoluciona y resulta de la interacción entre las personas con discapacidad y las barreras debidas a la actitud y el entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás personas” (Ley para la Autonomía Personal de las Personas con Discapacidad, 2016, p. 1).

De acuerdo con el más reciente Informe Mundial sobre la Discapacidad, “Se estima que más de mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad; o sea, alrededor del 15% de la población mundial (según las estimaciones de la población mundial en 2010)” (OMS, 2011, p. xi). A pesar de que la información tiene más de diez años, el mismo informe señala que en 1970 se contabilizaba un 10% de la población total mundial con algún tipo de discapacidad. Esto significa un crecimiento del 50% en cuarenta años.

Aunque no se segmentan en el reporte los tipos de discapacidad y el porcentaje que representan, resalta el hecho de que la discapacidad es un tema de derechos humanos. La discriminación hacia la población con discapacidad fue general, tanto así que el mismo informe menciona que “más de 40 países sancionaron leyes contra la discriminación por discapacidad en la década de 1990” (OMS, 2011, p. 10). La discriminación contra esta población era legal en varios países, y la legalización de discriminar tiene una huella en la cultura y las costumbres de los pueblos. Por eso, escuchar la voz de esta población es relevante para comprender diversos abordajes, así como entender desde qué postura se coloca la población con discapacidad cognitiva adulta de Costa Rica.

En este aspecto, el autor Comins (2018) exhorta a construir miradas situadas desde el diálogo y la interpelación, este es, un diálogo que debe reconocer las existencia de las diversidades y de las diversas formas de hacer las paces, bajo la consigna de posicionar a los grupos históricamente vulnerabilizados, reconociendo y aprendiendo sobre sus perspectivas y saberes en tanto “En la actualidad uno de los retos de las ciencias humanas y sociales es la elaboración de epistemologías capaces de hacer visibles y dar voz, a quienes no han sido sino sujetos sumergidos e invisibles, en las posiciones epistemológicas tradicionales” (p. 153).

Todo proceso investigativo requiere seguir la formalidad y el orden que le proporciona la definición de las técnicas y los instrumentos para la recolección de la información. En este caso específico, versa sobre la selección de la técnica que mejor se adecue a la población con la cual se va a trabajar el tema en cuestión. Es así cómo se selecciona la técnica del grupo focal, Gurdián (2007) explica que:

Desde el punto de vista metodológico, los grupos focales poseen elementos de la observación participante (OP) y de la entrevista cualitativa o en profundidad: es una forma de escuchar a la gente y aprender de ella a partir de su interacción discursiva en el grupo (p. 231).

En este sentido, el grupo focal permite acercarse a conocer la construcción sobre las ideas de paz, sus manifestaciones y las formas que identifican para practicar la misma, en tanto “Los valores los construimos en nuestras conversaciones” (Guardián, 2007, p. 105). A continuación, se detalla brevemente la guía de desarrollo del grupo focal.

1.¿Conocen qué significa la paz? Y ¿qué es tener paz con las personas?

2.¿Qué es violencia?

3.Discusión a partir de imágenes de ejemplo.

4.Solicitar que hagan un dibujo sobre qué es la paz o cómo la practican en su vida.

Resultados y análisis

En el grupo focal participaron cinco mujeres y tres hombres para un total de ocho personas. Se dio inicio con la presentación, explicación del objetivo y una técnica rompe hielo de presentación.

¿Qué significa la paz?

Es más, desde posiciones ideológicas distintas y con intereses diferentes, constantemente se nombra y apela a la paz, lo que la convierte en uno de los términos más fácil y profusamente manipulados.

Jares, 1999, p. 119

El ejercicio inicia con una pregunta base que busca conocer cuál es la conceptualización de las personas participantes sobre la paz: “¿qué es paz?”, que, tal y como menciona Hernández (2019), “es un ejercicio pedagógico que permite iniciar una reflexión sobre las diversas nociones de “paces”, encontrando un gran significado diverso, construido a partir de las realidades particulares y subjetivas, así como su cultura, educación, pedagogía y diario vivir” (p. 81).

A partir de esta pregunta generadora inicial, las principales respuestas se vieron enfocadas a ver la paz como un estado de tranquilidad y relajación, apuntando hacia un estado que “las personas tenemos”, lo que refleja una percepción a partir de una postura más individual que colectiva.

Así mismo, otra de las respuestas que tuvieron mayor peso fue la ligada a lo espiritual donde frases como “Paz en Dios, en tranquilidad y con uno mismo”, “Tener tranquilidad y tener paz con Dios y paz para las personas que me rodean”, lo que muestra una concepción de la paz como un valor religioso. Partiendo de las respuestas dadas a esta pregunta inicial y a la interacción de las personas participantes, se refleja el término como paz interna, la cual Hernández plantea “que se adquiere a partir de la introspección, la interiorización y lo trascendente, para algunos, Dios” (Hernández, 2019, p. 83).

¿Qué es violencia?

Cuando se plantea esta pregunta se hace bajo la lógica que dicta Galtung (2003) que, “Para conocer la paz tenemos que conocer la violencia” (p. 31), las respuestas giraron en torno a Yo estuve en un hospital por una depresión, y una enfermera me jaló el pelo y me dolió tanto, o mi hermana un día me gritó”, “Golpes, pelear con otras personas” o “Violencia doméstica, es otro tipo de violencia, es agredir a la otra persona, es como matar con un cuchillo, jalar el pelo”. Dichas respuestas hacen alusión a la violencia física y psicológica, en tanto “paz es la ausencia/reducción de todo tipo de violencia” (Galtung, 2003, p. 31), sin embargo, se encuentran mayormente relacionadas con la paz negativa en tanto se busca actuar sobre actos ya efectuados a una persona (Jiménez, 2014).

En estas respuestas no es posible ubicar información que pueda ser relacionada con las ideas de violencia estructural, ya sea interna o externa a partir de las definiciones que diera Galtung (2003), a partir de cómo en el interior de las personas también puede existir violencia desde la personalidad (aunque en la pregunta anterior sí ubican paz interna), o la violencia externa desde la represión y explotación. Tampoco es posible identificar respuestas en torno a la violencia cultural que legitima la violencia estructural como aquella simbólica encontrada en “religión y la ideología, en el lenguaje y el arte, en la ciencia y en el derecho, en los medios de comunicación y en la educación” (Galtung, 2003, p. 20).

Formas de practicar la paz

Seguidamente, las personas participantes dieron algunos ejemplos de cómo practican la paz en su cotidianidad, así como representaciones en un dibujo, imagen o foto de algo que les transmite paz a partir de cómo la entienden. Cabe aclarar que se expuso de dos formas: “cómo evitar situaciones de violencia” y “formas de practicar la paz”.

Para que no sucedan situaciones de violencia, una estudiante señaló “no volver a ver a esa persona”. Otro estudiante mencionó “Hablar con la persona y explicarle lo que pasa con calma, paciencia y tranquilidad”. Se observan dos enfoques distintos de resolución de conflictos. La primera respuesta puede ligarse a la situación que existía cuando se originaron los estudios para la paz entre 1930 y 1959 con una concepción de la paz como “paz negativa”.

Señalan Comins, Martínez y París (2009) “(…) en una concepción de la paz como “paz negativa”, es decir, paz como mera ausencia de guerra o como ausencia de violencia directa” (p. 94), aquí se encuentran comentarios efectuados en el grupo focal como los siguientes: “Resolvemos el conflicto cuando está ausente la violencia”. “Corto mi relación con la persona, no vuelvo a verla y así”. La conclusión es que recuperarán la paz porque se acabó la guerra, no hay contra quién luchar si no vuelvo a encontrarme con esa persona.

La segunda respuesta da una visión hacia la tercera etapa de los estudios para la paz, desde 1990, donde se incorpora la variable de “cultura de paz” como alternativa a la violencia cultural, que se entiende como los discursos que legitiman y justifican la violencia directa o la estructural (Comins, Martínez y París, 2009). El segundo estudiante busca aclarar la situación por medios pacíficos, guardando el respeto desde y hacia ambas partes.

Otras dos respuestas, relacionadas a la actividad en que debían identificar como una situación de paz o no, fueron “Dar comida” (posiblemente originada por la imagen 7 de los anexos, que muestra una foto de un hombre durmiendo en una acera) y “Adoptar” (seguramente por la imagen 9 de los anexos, que muestra una foto de una niña llorando). Ambas respuestas son más de solidaridad que de paz, por ser respuestas aprendidas como construcción social, que aunque no se realicen, se identifican como buenas prácticas.

Conclusiones

La noción de la paz va a estar siempre vinculada al contexto en que las personas se desenvuelven y a sus diversas realidades, tanto su contexto cultural como social serán determinantes en cómo se percibe y analiza la paz, por lo que es importante “generar discursos que enfaticen más lo que nos une, que lo que nos separa, evitando caer en visiones reduccionistas y deshumanizadoras de la otredad” (Comins, 2018, p. 155).

Es común encontrar que la paz esté influenciada por una percepción de la paz interna asociada a sentimientos de felicidad, solidaridad, serenidad y vista como un valor religioso importante; el autor Jiménez explica que “... no hay ningún problema en reconocer que tenemos intereses y preconcepciones en nuestro discurso y en nuestra realidad, el mayor prejuicio sería, sin embargo, el de creer que no tenemos prejuicios y que nuestro discurso es completamente puro o neutro, eso no existe y si pudiera existir tampoco sería deseable” (2014, p. 20). Por esto, se hace necesario vincular el abordaje de la presente temática, con esta población en específico, desde una perspectiva multidisciplinar, que permita llevar un abordaje amplio del tema, vinculando su importancia social y el papel que tiene en la reducción de la violencia en general.

Se puede identificar una concepción de la paz como negativa, al estar asociada a la no presencia de guerra ni de conflicto, porque también se entiende el conflicto como algo no deseado, y por lo tanto la serenidad, la tranquilidad sería el estado deseable desde esta definición de paz negativa, que ha enraizado un imaginario, parafraseando a Jares (1999) como algo pasivo, la paz se consigue al no hacer guerra, al no hacer conflicto, por lo que no hay dinamismo, no hay movimiento, ni lucha, este es un “Concepto pobre, clasista e interesado en cierto sentido perverso en tanto en cuanto mantiene el statu quo vigente” (p. 122).

Por el contrario, la noción de paz positiva y del uso del conflicto de maneras creativas para la lucha, para la liberación, para el desarrollo y para el cumplimiento de los derechos humanos y de la democracia, Bobbio (1991) citado por Jares (1999, p. 132) lo expresa mejor, “sin derechos humanos reconocidos y protegidos no hay democracia; sin democracia no existen las condiciones mínimas para la solución pacífica de los conflictos”. De ahí que se requiere de la paz negativa y de la paz positiva, de una visión de conjunto, amplia y compleja de la paz y de la violencia, ambas como procesos, con estructuras y relaciones sociales que afectan todas las dimensiones de la vida.

Con respecto a qué es violencia, las respuestas se dirigen hacia cómo evitar sufrir daños o en dado caso de haber sido víctima, cómo “salir” de dicha situación. Todos los comentarios se ubicaron desde la idea de paz neutra, en tanto para entender la paz es necesario entender también qué es la violencia, a este respecto, “el papel de los estudios para la paz ha de ser crítico, ya que, en primer lugar, debe reconocer la violencia usando la metodología de la deconstrucción para, en segundo lugar, superarla mediante la construcción de alternativas favorables a su transformación pacífica” (Comins, Martínez y París, 2009, p. 97).

En esta misma línea en relación a las ideas de violencia, vale rescatar la explicación que construye Jiménez (2019):

La violencia es algo que se ubica en nuestra conciencia (que aprehende y genera símbolos) y se manifiesta a través de lo que sentimos, pensamos y verbalizamos, inmersa en un “mundo” conflictivo ante el cual da unas determinadas respuestas, que evaluamos como negativas en la medida en que tenemos unas normas culturales y unos valores que así lo aconsejan (p. 13).

Como las violencias son interpretadas por el propio mundo, que no es neutro, que tiene su propio sistema de valores, se afirma lo que Galtung (1985), citado por Jiménez (2019), indica que “La violencia será identificada cuando tales expectativas no se cumplen o cuando las necesidades básicas no se cubren” (p. 13).

Lo que respecta a las formas de practicar paces, quizá las más relevantes son las dos formas muy distintas de resolver un mismo conflicto, o dejándolo de lado por completo, esperando que, con ignorarlo, se acabe, o confrontar a la contraparte de forma pacífica para discutir, dialogar y llegar así a un mutuo acuerdo concluyente.

Ningún método confirma que habrá una solución, pero evidencia la existencia de ambos puntos de vista actualmente, y cómo se respaldan en la historia de los estudios para la paz, muestra también el proceso inacabado, aunque creciente, de la cultura para la paz.

Este tipo de acercamientos respecto a las nociones de paces y de violencias con diversos grupos de poblaciones brinda aportes para los Estudios para la Paz, en tanto campo interdisciplinar “que comprende el análisis sistemático de las causas de la violencia y las condiciones para la paz” (Checa, 2014, p. 9), no es sino, a partir de los espacios de interacción y de diálogo que se crean procesos de reflexión y análisis que acercan a las diversas formas que existen de percibir, interpretar y construir narraciones individuales y sociales sobre categorías de análisis como las del presente caso.

Así mismo, contribuye al posicionamiento de los Estudios para la Paz desde las condiciones para el entendimiento de los conflictos y las diversas y creativas formas en que se pueden establecer relaciones pacíficas, alejándose de otrora concepciones de la paz como la ausencia de guerra, y sus respectivos estudios, como aquellos para prevenir la guerra, pero no para contribuir a sociedades respetuosas, inclusivas y seguras. Comins, Martínez y París (2009) son enfáticos al establecer que “Hay una desviación sistemática que convierte la violencia y la guerra en objeto o materia digna de estudio, pero no la paz” (p. 108). En esta misma línea, Comins (2018) expresa:

Ese es uno de los factores que podría encontrarse tras la falta de eficacia transformativa de la investigación para la paz es su enfoque violentológico, genera fatiga del donante, desánimo e impotencia ante la percepción sobredimensionada de la desigualdad y la violencia en el mundo (p. 150).

Se entiende que este campo interdisciplinar es histórico y por lo tanto, tiene un llamado a ampliar continuamente su objeto de estudio, a partir de nuevas áreas de interés conforme van sucediendo cambios en las sociedades, cambiando a su vez las formas de hacer paces y hacer violencias y a superar la visión errónea de las paces como ausencias de violencias, y a las violencias como el centro de todos los estudios. Esto es así pues “no es solo una representación sesgada de la complejidad del mundo de la vida, sino que tiene implicaciones importantes para el cambio social, para nuestra comprensión del ser humano, de la política de la seguridad” (Comins, 2018, p. 152). El autor va todavía más allá cuando enfatiza en que quienes investigan haciendo de la violencia su foco, y el único punto de abordaje, naturalizan a la humanidad como intrínsecamente violenta y, por lo tanto, la misma se perpetúa tal cual, como una profecía autocumplida.

En el llamado para romper y transformar estas visiones sesgadas, ahistóricas, monocausales, simplistas y reduccionistas, los Estudios para la Paz deben verse ampliados con enfoques teóricos que se utilizan para trabajar con diversos grupos poblacionales. Por ejemplo, se conoce que el enfoque de género aporta una perspectiva crítica al análisis en cuestión. En este sentido y para el caso que atañe, se podría entender que el paradigma de abordaje de la discapacidad desde los derechos humanos también traza la ruta para el presente análisis, esta idea se apoya en Jiménez (2014) al indicar que “Cuando el estudio de los conflictos se hace más complejo, se amplía el concepto de violencia, entendiendo ésta como todo aquello que, siendo evitable, impide el desarrollo humano; comprende no sólo la violencia directa (física, verbal o psicológica), sino también la denominada violencia estructural (pobreza, represión, alineación, contaminación ambiental, entre otras) ” (p. 27).

En esta línea, Checa (2014) apunta algunos elementos que definen estos Estudios, por ejemplo, el abordaje de la violencia y la promoción de la paz, la necesidad de una respuesta interdisciplinar ante fenómenos que son multicausales y transversales a todos los ámbitos de la vida, la gestión pacífica y no violenta de los conflictos, un enfoque global y multicultural, el análisis objetivo y la relación entre teoría y práctica.

En este marco es imperante continuar desde construcciones de alternativas pacíficas, los autores Comins, Martínez y París (2009) señalan la necesidad del uso de la cooperación, de nuevas formas de percibir las cosas y a las personas que nos rodean, de nuevos usos del poder o de los poderes y del valor de reconocer las diferentes formas de vida que permitan el reconocimiento de la otredad y de la dignidad.

Referencias

Asamblea General de las Naciones Unidas (2006). Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Un.org. https://www.un.org/esa/socdev/enable/documents/tccconvs.pdf

Checa, D. (2014). Estudios para la paz. Una disciplina para transformar el mundo. University and Knowledge: Curricular Developments and Normative Engagements.

Comins, I. (2018) Retos epistemológico-normativos de la investigación para la paz. Revista de Paz y Conflictos pp.143-160. https://doi.org/10.30827/revpaz.v11i2.8388

Comins, I., Martínez, V., Paris, S. (2009). La nueva agenda de la filosofía para el siglo XXI: los estudios para la paz. Convergencia Revista de Ciencias Sociales, pp. 91-114.

Galtung, J. (2003). Presentación. En: Paz por medios pacíficos. Paz y conflictos, desarrollo y civilización, pp. 19-28.

Galtung, J. (2003). Presentación. En: Paz por medios pacíficos. Paz y conflictos, desarrollo y civilización, pp. 31-47.

Gurdián, A. (2007). El Paradigma Cualitativo en la investigación Socio-Educativa. Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC), Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). San José, Costa Rica.

Hernández, D. A. (2019). Nociones de paz: una revisión teórica del concepto. Ciudad Paz-ando, No. 12(1), pp.78-88. https://doi.org/10.14483/2422278X.13951

Jares, X. (1999). La estructuración pedagógica. En: Educación para la paz. Su teoría y su práctica, cap. 8. Madrid: Editorial Popular, pp.119-148.

Jiménez, F. (2019). Antropología de la violencia: origen, causas y realidad de la violencia híbrida. Revista de Paz y Conflictos, vol. 3: 9-51.

Jiménez, F. (2014). Paz neutra: una ilustración del concepto. Revista de Paz y Conflictos. N.° 7, pp. 19-52.

Organización Mundial de la Salud (OMS). (2011). Informe Mundial sobre la Discapacidad. Ediciones de la OMS. https://www.afro.who.int/sites/default/files/2017-06/9789240688230_spa.pdf

Programa Institucional de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior (PROIN). (s.f.). Discapacidad cognitiva. Consultado el 10 de abril de 2021. http://www.proin.ucr.ac.cr/la-discapacidad-cognitiva/

ANEXOS


1 Costarricense. Magíster en Derechos Humanos y Educación para la paz de la Universidad Nacional de Costa Rica. Licenciada en Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica, Magíster en Tecnología Educativa de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, egresada de la Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz del IDELA-UNA. Adscripción: Asociación Gerontológica Costarricense (AGECO). Costa Rica. Correo electrónico:adottab@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8198-7681

2 Costarricense. Magíster en Derechos Humanos y Educación para la paz de la Universidad Nacional de Costa Rica. Bachiller en Sociología de la Universidad Nacional de Costa Rica. Máster en Gestión y Dirección de Industrias Culturales de la Universidad Miguel de Cervantes de España. Egresado de la Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz del IDELA-UNA. Adscripción: Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, Costa Rica. Correo electrónico: crisalazarse@gmail.com ORCID: https://orcid.org/

3 Costarricense. Magíster en Derechos Humanos y Educación para la paz de la Universidad Nacional de Costa Rica. Bachiller en Administración Aduanera y Comercio Exterior de la Universidad de Costa Rica. Adscripción: Independiente. Correo electrónico: ajsm08@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9338-2276

EUNA UNA

Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA)
Universidad Nacional, Campus Omar Dengo
Apartado postal: 86-3000. Heredia, Costa Rica
Teléfono: (506) 2562-4057
Correo electrónico revistaderechoshumanos@una.ac.cr
Equipo editorial