Revista Latinoamericana de Derechos Humanos Volumen 28 (1), I Semestre 2017 (ISSN: 1659-4304) URL: http://www.revistas.una.ac.cr/derechoshumanos Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rldh.28-1.11 Páginas de la 275 a la 284 del documento impreso Recibido: 28/7/2016 · Aceptado: 5/6/2017 |
Miguel Baraona Cockerell: La trama y los hilos. Modernización capitalista y las cuatro espirales de la modernidad. EUNA 2016
Miguel Baraona Cockerell: The Plot and the Threads. Capitalist Modernization and the Four Spirals of Modernity. EUNA 2016
Miguel Baraona Cockerell: O enredo e os fios. Modernização capitalista e as quatro espirais da modernidade. Euna 2016
Lucía Rincón Soto1
Resumen
En el siguiente trabajo se expone la línea de pensamiento de Miguel Baraona Cockerell presente en su libro La trama y los hilos. Modernización capitalista y las cuatro espirales de la modernidad. En este mismo, grosso modo, plantea que globalización, modernización, conflicto y resistencia son parte intrínseca de la modernidad. Esta concatenación de hechos ha producido una espiral de problemáticas que atentan contra la existencia de la humanidad, las cuales son explicadas de manera contundente por el autor. Su crítica al sistema capitalista pone en evidencia la urgencia de un cambio de mentalidad, un Nuevo Humanismo que se concretará, en lo posible, a partir de la confluencia de movimientos sociales con una conciencia tendiente a la creación de un mundo posible.
Palabras clave: Modernización capitalista, globalización, crisis mundial, hipermodernidad.
Abstract
This paper develops the line of thought of Miguel Baraona Cockerell, present in his book The Plot and the Threads. Capitalist Modernization and the Four Spirals of Modernity. In this book, he broadly argues that globalization, modernization, conflict and resistance are an intrinsic part of modernity. This chain of events has led to a spiral of problems which threaten the existence of mankind; problems explained in such a convincing way by the author. His criticism of the capitalist system puts in evidence the urgency for a change in mentality, a new humanism which will be implemented, as far as possible, from the confluence of social movements with a conscience leaning toward the creation of a possible world.
Keywords: Capitalist modernization, globalization, global crisis, hypermodernity.
Resumo
Este artigo apresenta a linha de pensamento de Miguel Baraona Cockerell contida no seu livro A trama e os fios. Modernização capitalista e as quatro espirais da modernidade. Neste mesmo contexto, argumenta que a globalização, a modernização, o conflito e a resistência são uma parte intrínseca da modernidade. Esta cadeia de eventos produziu uma espiral de problemas que ameaçam a existência da humanidade, explicadas de forma contundente pelo autor. Sua crítica ao sistema capitalista destaca a urgência de uma mudança de mentalidade, um Novo Humanismo que será implementado, se possível, a partir da confluência dos movimentos sociais com a consciência que visa criar um mundo possível.
Palavras-chave: Modernização capitalista, globalização, crise global, hipermodernidade.
En este libro, compuesto por cinco capítulos, el público lector va a encontrar una descripción y análisis acerca del desarrollo capitalista, y cómo este redunda en el drama de las migraciones, las cuales han sido parte de la historia humana, pero que con el capitalismo se acentúan poniendo a los que tienen que dejar sus raíces en una situación de vulnerabilidad impresionante. Así, en el capítulo 1, Baraona (2016) analiza los cambios que se producen a lo largo de la historia del desarrollo capitalista y, para ello, profundiza en lo que denomina “Las cuatro espirales de la modernidad”, entendiendo que esta, la modernidad, es el resultado de la interacción entre globalización, modernización, conflicto y resistencia.
A partir del siglo XV, el capitalismo desencadena en modernización, donde la expansión económica está ligada intrínsecamente con los avances tecnológicos en el proceso productivo. Al respecto nos dice el autor:
En cada uno de sus grandes períodos de la modernización, el capitalismo de esa fase histórica consigue expandirse tanto desde el punto de vista productivo como geopolítico, mediante la puesta en práctica en el proceso de generación, circulación, comercialización y realización de la mercancía. Son revoluciones del aparato productivo que conducen a una transformación también de las relaciones sociales de producción y, finalmente, del proceso general de estructuración de la sociedad (pp. 27-28).
En este sentido, la globalización, producto del desarrollo capitalista y primera espiral de la modernización, no es más que el producto de la expansión mundial del capitalismo sediento de nuevos mercados, sobre todo con mano de obra e insumos baratos para sostener su dominio económico, basándose, claro está, en la explotación y empobrecimiento de quienes producen las mercancías. En este sentido, la “lógica capitalista” es perversa, va contra la misma especie humana, contra la posibilidad de que sigamos siendo parte del sistema planetario, el cual supone un planeta donde todas las especies vivamos en equilibrio. Por ello, con el capitalismo y la constitución del sistema-mundo que impone, surgen conflictos y resistencias desde los sujetos afectados y comprometidos de manera diferente con la vida:
La resistencia antisitémica; es decir, la resistencia no contra el principio general de que la humanidad se una a través de la globalización en un solo sistema mundial; sino la resistencia contra los intereses dominantes de este proceso, que son siempre los de una minoría privilegiada… (p. 29)
En el capítulo 2, el autor describe precisamente Los grandes brotes modenizadores, sus génesis y etapas que van explicando, posterior a la resistencia, la nueva espiral de la modernización: los conflictos. Se ubica primero en la paleomodernización, aproximadamente entre 1492 y 1789, donde describe de manera detallada que, a pesar de que el desarrollo capitalista moderno-urbano-industrial no estaba avanzado, eso no significa que los acontecimientos surgidos desde la fase temprana del capitalismo fueran menos importantes. Así, cuenta, hilo por hilo, lo que configuraría una trama de situaciones que generarán y concretarán el desarrollo, y posteriores conflictos, surgidos desde brotes modernizadores y por estos. Los hilos de esta trama la componen muchos rollos que van desde el proceso lento de comercialización de mercancías, el triunfo del Renacimiento, la revolución del conocimiento con Copérnico, Galileo y Kepler o la imprenta de Gutenberg. Si bien, mucho antes de este periodo hubo otros avances importantes, como la tecnología naval y el uso de la pólvora introducida desde China, lo cierto es que el impacto en dicho perfeccionamiento sentó las bases bélicas de la futura expansión conquistadora desde el siglo XVI al XVIII y, posteriormente, del colonialismo e imperialismo de los siglos XIX y XX.
Durante la Modernización Clásica, ubicada por el autor entre 1871 al 1917, siguen los hilos configurándose, pero ahora visibiliza otro sector, el de los grupos oprimidos por este sistema que está configurándose.
[Durante este periodo] las luchas de clases urbanas, que tienen como protagonista a la clase obrera en los países metropolitanos, asumen rasgos de gran agudeza y a menudo acaban en levantamientos armados (Rusia 1905, Alemania 1918, entre otros casos) o en huelgas nacionales prolongadas. En la periferia del sistema, las luchas patrióticas, nacionalistas e independentistas se acrecientan, y tanto el medio oriente como el resto de Asia y Africa son escenarios de luchas dramáticas por sacudirse del yugo de la dominación colonial ejercida sobre esas regiones y esos pueblos por los países capitalistas metropolitanos. (p. 46)
Durante esta época, la expansión empieza a hacerse más contundente, el capitalismo empieza a adentrarse en el mundo industrial donde la filosofía, desde los ideales del Henry Ford, es la explotación del sector obrero hasta su capacidad máxima. El imperialismo y la búsqueda de su expansión generarán luchas por el control de las colonias a la periferia del sistema y llevarán al mundo a la Primera Guerra Mundial que generaría una crisis económica profunda, y lo que el autor denomina Modernización Neoclásica, la cual se gesta entre 1917 y 1945, caracterizada, entre otras aspectos o hilos, por el apogeo y preponderancia de la industria petrolera y el uso de hidrocarburos de manera intensiva. Así, durante la II Guerra Mundial, se da una lucha frenética por el control de rutas y fuentes de petróleo. Al finalizar el conflicto con el triunfo de las potencias aliadas y de la Unión Soviética, se entraría en un proceso explosivo de desarrollo del mercado de la industria petrolera, el cual da entrada a la Modernidad tardía, ubicada aproximadamente entre 1945 y 1959. Esta etapa incluye el comienzo retrasado de la industrialización del tercer mundo en el proceso del “modelo desarrollista”. Es una etapa breve hacia la Alta Modernización y su importancia, aunque fuese breve, es que en ella el autor ubica la primera fase de la guerra fría, momento a partir del cual se posiciona el socialismo liderado por la Unión Soviética. Así, el mundo se divide en 2 bloques enemigos (Estados Unidos por un lado y la Unión Soviética por el otro). En esta etapa se da un sin fin de problemas enmarcados entre los conflictos constantes de estas potencias.
En los países desarrollados comienza a surgir una clase obrera en las principales ramas industriales que empieza a disfrutar de ciertas prebendas socioeconómicas y laborales nuca antes vista en esas naciones. El Estado Benefactor se impone muy rápido en Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y en todas las sociedades del capitalismo industrial desarrollado. (p. 74)
Esta receta, tendiente a contener la difusión del comunismo mediante un pacto social entre el Estado, la clase capitalista y la clase obrera, producen grandes mutaciones en las sociedades que facilitarían el auge de la socialdemocracia. Contrario a lo que decía Marx (que el capitalismo polarizaría la sociedad entre una clase miserable y una burguesa), plantea Baraona (y ahí es donde está la clave para entender el sostenimiento del sistema)… “el capitalismo desarrollado evoluciona hacia una estructura de clases que se beneficia considerablemente de la prosperidad económica” (p. 75). Sin embargo, en la Alta Modernización (1959-1990), aparece un modelo contrario de desarrollo surgido desde la periferia, como lo es la Revolución Cubana, único fenómeno surgido desde nuestra realidad, desde el Tercer Mundo, que rompe el paradigma del sistema previamente impuesto.
Este modelo divergente, sin embargo, queda diluido por un proceso en que se sumerge el planeta: el de la Tercera Revolución Industrial, la cual tiene como base de funcionamiento el uso de los combustibles fósiles y el desarrollo de las tecnologías computacionales e informáticas. En este punto, a nuestro parecer, es cuando la trama da un giro clave para entender y preocuparnos sobre nuestra posición en el planeta como especie. Y es que el autor detalla hilo por hilo la trama de cómo se ha configurado la modernización capitalista y nos alerta:
La era de los hidrocarburos ha sido tal vez la que mas cerca nos está llevando de nuestra potencial extinción en tanto especie. Aparte de los derrames que han causado verdaderas catástrofes ecológicas localizadas y efectos ambientales nocivos y perdurables sobre amplias extensiones marinas, la quema de combustibles fósiles como el petróleo genera grandes cantidades de gases carbónicos, entre los cuales el más dañino es el dióxido de carbono (CO2). (p. 115)
El uso indiscriminado de los combustibles nos empezó a llevar a un proceso de cambio global, donde se han elevado los océanos y se derriten los casquetes polares y glaciares. Pese a ello, el consumo sigue creciendo; y si bien existen propuestas para mitigar este proceso, dentro del capitalismo es imposible, en palabras del autor: “Es como querer detener un tren desbocado, colocando guijarros sobre las líneas férreas delante de él (p. 124).
Hasta acá, hemos hecho referencia de algunos puntos de la obra del autor que demuestran cómo los avances tecnológicos, desde el origen del capitalismo hasta la actualidad, han estado continuamente generando una modernización de la sociedad que impregna toda su estructura, desde lo social, político, cultural e ideológico. Y es que el desarrollo capitalista, como muy bien lo apunta el autor, es un núcleo dinámico de la modernidad.
El capitalismo es un tipo de racionalidad económica que pronto llegó a ser hegemónica luego de su emergencia en el siglo XV en el norte de Italia, como resultado se su capacidad para expandirse, erosionando, devorando y, eventualmente, eliminando o reduciendo a su mínima expresión toda otra forma de racionalidad económica alternativa. (p. 126)
Así, más cercano a nuestro tiempo, nos encontramos con una variante de la modernidad: el capitalismo neoliberal, o lo que el autor denomina hipermodernización, ubicada entre 1990 y 2007 y que no es más que el proceso mediante el cual queda garantizada la expansión global del capitalismo, la cual se extiende hasta los países con socialismo de Estado. Así, la globalización se convertirá en el escenario desde el cual se libran y negocian los conflictos dentro de la nueva economía mundial que se configura. El libre comercio sería la solución de la maquinaria globalizadora, ya que dentro de este mismo se genera el marco “legal” a partir del cual las naciones que ofrecen inversión extranjera echan garra de cuantiosas reservas y mano de obra barata en los países periféricos. Dicho de otro modo, la globalización neoliberal se convierte en la fase superior de la globalización transnacional. Del fenómeno de la globalización transnacional, el autor pone énfasis en que la importancia de entenderlo es que ahí surgen importantes movimientos sociales que buscan la regeneración de una identidad amenazada. Si bien, la globalización transnacional no acabó, como se pensaba, con los Estados nacionales, sí debilitó muchos viejos ordenes étnicos y promovió la migración transnacional masiva.
Con el tema de las migraciones, entramos al capítulo cuarto titulado Migraciones, etnicidad y las cuatro espirales. En este apartado el autor afirma que las migraciones son el resultado neto de todos los factores negativos y positivos que una sociedad representa para los sectores más pobres, y que solo poseen su fuerza de trabajo para vender y obtener así el sustento diario. Son los hilos que forman la trama de nuestra sociedad contemporánea. En la segunda mitad del siglo XX, las migraciones son producto de problemas económicos, políticos, guerras, sequías. Es un fenómeno que se ha acentuado a causa del mercado global, regido por la ideología neoliberal. El capitalismo, con su lógica de mercado, ha generado grandes flujos migratorios cargados de dramas humanos, los cuales se acentúan constantemente. Sin embargo, entra al análisis la categoría de órdenes étnicos para explicar cómo, a pesar de la desarticulación de los grupos humanos que pasan de un lugar a otro, la etnicidad surge como una manera específica de conciencia social. En otras palabras, la etnicidad es una forma de identidad colectiva que define a un grupo determinado frente a otros, con un ancestro común, un sistema general de jerarquías, con una conciencia social que lo lleva a definirse como grupo étnico y con una conciencia social en la cual los temas centrales son de índole cultural. Y si bien la etnicidad y sus ordenes precede a los procesos de modernización y desarrollo capitalista, son necesarios para entender los fenómenos contemporáneos de etnicidad.
Hoy, las migraciones de la periferia del sistema hacia el centro ponen de manifiesto no solo los cambios profundos en la economía global, sino lo que Appadurai ha definido como la colosal transformación del “etnoespacio” mundial; es decir, una revolución en la distribución espacial de los diferentes grupos étnicos que configuran la población humana contemporánea. Muy rápidamente, los paisajes raciales y culturales de casi todos los países más prósperos del centro se han modificado, permitiendo que a simple vista cualquier viajero pueda observar los cambios en la apariencia física de las poblaciones en países tradicionalmente homogéneos –o con una diversidad étnica previa muy diferente a la actual- desde el punto de vista racial. (p. 246)
Es decir, estamos en un momento de la historia donde hay más migraciones, y Estados Unidos donde hay más migrantes, seguido de otros países como Francia y Alemania. Desde el punto de vista cualitativo, en la era de la Globalización Transnacional, estamos en una época de complejidad y diversidad étnica sin precedentes. Y es que el fenómeno no pasa inadvertido, ya que esta migración masiva supone grandes conflictos sociales en cuanto se ignoran las fronteras culturales, económicas o sociales que antes parecían bien establecidas. Estos fenómenos nos llevan, al decir del autor, a un punto de la historia donde debemos intentar lo imposible para no llegar a lo impensable.
Así, en El capítulo cinco del libro titulado: La Hipermodernidad y sus alternativas: la Gran Depresión II y otro mundo son indispensables, el autor plantea:
Las dos espirales de la modernidad, globalización neoliberal y modernización capitalista, sin duda ha generado hacia principios del nuevo siglo XXI, poderosas respuestas políticas, sociales y culturales, que configuran en nuestros días las otras dos espirales que faltaron, o eran demasiado incipientes, durante la transición a la Hipermodernidad, y que son: el conflicto social y la resistencia.
Pero si todos las formas de resistencia no se orientan por un programa común, universal y que dé un sentido estratégico a las demandas puntuales y a las diversas tácticas de lucha contra el desmantelamiento de todo aquello que la humanidad conquistó durante décadas de avance progresista y democrático, de poco servirá el esfuerzo para revertir un proceso en que las elites del poder y del dinero buscan salvar el capitalismo, a costa de enormes penurias para las grandes mayorías de la población mundial. (p. 259)
Y es que, por más que el sistema capitalista tenga muy buena prensa y goce de una estética apetecible por muchos, lo cierto es que, como nos alerta el autor, es un sistema que recrudece la desigualdad social, es enemigo de la naturaleza, y produce sufrimiento a las mayorías.
Así, la única fuerza que puede oponerse a esta visión del mundo que nos engloba surgirá desde el socialismo, así, la misión de los grupos progresistas será oponerse a las guerras que producen ganancias a las élites dominantes e impulsar un modelo socialista, único capaz para ayudar a la humanidad a salir del embrollo al que nos llevó la modernización capitalista.
El problema, a nuestro modo de ver, es que el socialismo tiene mala prensa, quienes tienen el poder de los medios lo construyen y satanizan constantemente. Por más que los movimientos sociales estén cada vez más activos y luchen por el bienestar de la humanidad, a la velocidad que surge la maquinaria que nos domina los reprime y desaparece sin piedad. En este contexto, quiero aprovechar para recordar, a tres meses de su muerte, el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres, ejemplo de lo que nos habla Baraona: Su liderazgo surge en el contexto del capitalismo voraz. ¿Por qué la mataron? Porque Berta defendió a su pueblo contra una empresa transnacional que pretendía desviar y secar el río alrededor del cual la comunidad lenca ancestralmente vivía. Las contantes movilizaciones lideradas por Berta y su grupo COPHIN le torcieron la mano al Banco Mundial y a una empresa China que, con la autorización del Estado hondureño, tenían el permiso de destruir el río sagrado de su comunidad. Sin embargo, las fuerzas del capital, con su máquina de dinero acabaron con la vida de esta inspiradora mujer que nos enseñó que sí se puede luchar, aunque parezca imposible. A Berta la mataron entre varios, personas de su mismo lugar de origen, veinte dos mil dólares costó su muerte.
Su muerte nos da pesar, así como la de muchos luchadores sociales que lo único que buscan es una vida digna, en un planeta que también se mantenga digno. A este respecto, Baraona señala que, a pesar de todo, otro mundo es indispensable y, ¿por que no, posible?
Estamos presenciando el nacimiento de nuevos movimientos sociales ciudadanos, que primero protestan y luchan mediante un activismo básico contra las elites políticas y del dinero que intentan solventar la crisis poniendo todo el peso de esta sobre los hombros de la mayoría de la población. Cuando estos movimientos sociales hayan adquirido un grado de organización y hayan sido capaces de movilizarse no solo para defender a la población de medidas retrogradas, sino de plantear un programa de cambios estructurales para formas de vida social, económica y política aleternativas a lo que ofrece la modernización capitalista, entonces, habremos ingresado de lleno a la hipermodernidad, y quizás más aun, en sus posibles alternativas. Y no será sino con esas alternativas, que podría iniciar la gestación de un mundo indispensable para la sobrevivencia de la especie. (p. 284)
En este sentido, el autor nos invita, después de haber demostrado la crisis mundial producida bajo el modelo capitalista, a que apoyemos otras iniciativas, que nos sensibilicemos hacia temas fundamentales como las migraciones, el calentamiento global, las injusticias sociales, consecuencia de este sistema capitalista que ha desestructurado a los grupos étnicos, al planeta, a la vida misma.
Referencias
Baraona, M. (2016). La trama y los hilos. Modernización capitalista y las cuatro espirales de la modernidad. Heredia: EUNA.
1 Dra. en Estudios Latinoamericanos con énfasis en Pensamiento Latinoamericano por la Universidad Nacional de Costa Rica; Máster en Antropología con énfasis en Antropología Socio Cultural y Licenciada en Filosofía por la Universidad del Zulia de la República Bolivariana de Venezuela. Actualmente profesora e investigadora del Proyecto Cátedra Rolando García de humanismo, interdisciplina y complejidad del Centro de Estudios Generales de la Universidad Nacional, así como profesora de la Universidad de Costa Rica, Sede del Caribe.