Revista Universidad en Diálogo • Vol. 5, N.°2, Julio-diciembre 2015, pp. 187-205

ISSN 2215-2849 • EISSN: 2215-4752

DOI: http://dx.doi.org/10.15359/udre.5-2.12

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Contexto histórico del cese del enclave bananero en la zona sur de Costa Rica (1972-1985)

Historical context of the cessation of banana settlement in the southern zone of Costa Rica (1972-1985)

Geovanny Abarca-Jiménez

Universidad Nacional

Sede Regional Brunca, Pérez Zeledón.

gabarca@una.cr

Recibido: 22/9/14 Aceptado: 25/8/15

Resumen: El objeto de estudio del presente trabajo consiste en el análisis de las causas económicas que motivaron a la Compañía Bananera de Costa Rica a hacer abandono de sus plantaciones de banano en la zona sur del país (Corredores, Golfito y Osa). La investigación es de carácter histórica, se ubica en el período de 1972 a 1985; en él se estudian las causas de tipo económico y se hace énfasis en aspectos de productividad, rentabilidad, condición del comercio internacional del banano y costos de producción; se estudia también el proceso de sustitución del cultivo de banano por el de palma africana en esta región del país. Para llevar a cabo el estudio, se acudió a fuentes primarias, producto del rescate de importantes documentos de archivos de la Compañía Bananera de Costa Rica, en donde esta llevada el control estadístico de la producción tanto de palma como de banano; esto proporcionó valiosa información cuantitativa para abordar objetivamente la investigación. Como resultado, se llega a la conclusión de que el cede de actividades por parte de la transnacional obedeció tanto a factores internos asociados a la baja productividad producto de la sobreexplotación de las tierras, como a factores externos, vinculados con una sobreoferta en el comercio internacional del banano en dicho periodo de estudio. Sirve para aclarar que la huelga obrera (presentada ante la opinión pública como la causa principal del abandono) únicamente fue un detonante, aprovechado por la compañía para justificar el rompimiento de los contratos bananeros, los cuales culminaban hasta el año 1988. Sin duda, este acontecimiento cambió la dinámica productiva de toda la región Brunca y obligó al Estado costarricense a implementar diversos proyectos en el ámbito de la política pública para mitigar la problemática ocasionada.

Palabras claves: Enclave, producción bananera, desarrollo local.

Abstract: The present study analyzes the economic causes that incited the Compañía Bananera de Costa Rica to abandon its banana plantations in this country’s southern region (Corredores, Golfito and Osa). The research offers a historical overview of the period between 1972 and 1985; in this sense, the economic causes are studied and an emphasis on productivity, profitability, and the international conditions for banana trading and production costs is placed. This study also entails the process by which the banana crops in this region were substituted by African-oil palm. To conduct the research, the researchers recurred to primary sources from important documents in the files of the Compañía Bananera de Costa Rica. In such documentation, a statistic control in the production of both African-oil palm and banana was kept; this provided valuable quantitative data to objectively approach this investigation. The results reveal that the ceasing of business activities by this multinational company was the product of internal factors intertwined with low productivity due to the overexploitation of land, as well as external factors linked to the oversupply when the banana was traded at this period. It is imperative to point out that the labor strike-, which is believed to be the main cause of the abandonment- only played a determining role in the phenomenon under study, for it justifies the breach of contracts that expired in 1988. Undoubtedly, this event changed the production dynamics in the Brunca Region and forced the Costa Rican state to look for courses of action to mitigate the problems originated.

Keywords: Enclave, banana production, local development.

El 25 de marzo de 1985 se firman los convenios entre la Compañía Bananera de Costa Rica (CBCR) y el Gobierno de la República, mediante los cuales se pone fin oficial a la actividad bananera en los cantones de Osa, Golfito y Corredores. Dichos convenios son firmados posteriormente al abandono que de las últimas plantaciones de banano en el distrito de Palmar Sur hizo la Compañía Bananera, violando con ello los contratos firmados en 1936, los cuales la obligaban a mantener las plantaciones bananeras hasta el año 1988.

Anteriormente a este retiro, ya habían tenido lugar otros abandonos, no menos importantes, en la región de Laurel, cerca de la frontera con Panamá, y con el abandono de las plantaciones en Palmar Sur culmina un proceso de sustitución de los cultivos de banano por los de palma aceitera, el cual se había iniciado desde la década de los setentas. Previo a este último, abandonó Valle de los Cotos en Río Claro.

Este cambio en la dinámica productiva de la transnacional tiene serias consecuencias en la estructura económica y social de los cantones afectados, las cuales repercutieron en las condiciones de vida de la población, dependiente en su mayoría de la presencia de la compañía bananera como principal empleador y “eje de desarrollo” de estos cantones.

Ante la opinión pública, el Estado Costarricense, así como la propia compañía, han justificado el abandono de la producción bananera en los cantones del sur del país debido a las pérdidas económicas que ocasionó la huelga obrera más larga de la historia de Costa Rica. Ese movimiento de protesta estuvo encabezado por la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG), se inició en julio y terminó en setiembre, ambos de 1984, y dio como resultado la muerte de un obrero bananero. Todavía hoy, en los textos de estudios sociales que utilizan los estudiantes de secundaria se culpa a los sindicatos bananeros del abandono de esta transnacional de sus actividades en el sur del país.

Se torna fundamental el estudio de las causas económicas que motivaron a la Compañía Bananera de Costa Rica, subsidiaria de la United Brand (corporación mundial de la producción y comercialización de alimentos) a cambiar la producción de banano por la de palma y, con esto, desmitificar, ante la opinión pública, la tesis de que fue por culpa del sindicato obrero que la actividad bananera se eliminó, de modo que pudiera inferirse que los sindicatos fueron los responsables de la crisis en que quedaron los cantones de Golfito, Corredores y Osa. De modo que el estudio busca responder a las siguientes inquietudes: ¿Cuáles fueron las causas reales del abandono de la actividad bananera en el Pacífico sur del país? ¿Se puede considerar la huelga obrera como el determinante principal de dicho abandono?

Los tres cantones estudiados forman lo que se ha denominado zona sur, subregión que presenta estructuras económicas y sociales muy diferentes a las de otros cantones de la región Brunca, ya que su desarrollo ha estado condicionado a la organización de la producción en las plantaciones bananeras, las cuales desde la década de los treintas se establecieron en la zona, y reprodujeron las relaciones económicas y sociales de subordinación, propias de una economía de enclave. Ello explica por qué, a nivel de estructura agraria de estos cantones, se han desarrollado pocos vínculos productivos, puesto que el enclave bananero no permitió el establecimiento de relaciones económicas importantes entre las unidades de producción capitalista a nivel regional e impidió el surgimiento de lo que Altemburg (1990) denomina un «desarrollo auto centrado», basado en la explotación de su propia potencialidad agroindustrial en manos de productores nacionales.

La presencia del enclave en este espacio geográfico condiciona el surgimiento de importantes centros de población, algunos directamente relacionados con la economía de plantación como Palmar Sur y Golfito -este último llegó a constituirse en el mayor centro poblado del sur del país. Otras ciudades como Palmar Norte, Ciudad Neily y Río Claro surgieron también como consecuencia indirecta de la actividad bananera, constituyéndose en importantes centros comerciales.

Para cumplir con los objetivos de este trabajo, se acudió al estudio de tres fuentes principales de información: una primera es la documental y bibliográfica, para lo cual se efectuó la revisión de bibliografía existente sobre el tema en las principales bibliotecas y centros de documentación a nivel nacional y regional. Entre tales fuentes se destacan la biblioteca García Monge, de la Universidad Nacional; la biblioteca de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica; el Centro de Documentación de la Secretaría para el Sector Agropecuario (SEPSA); así como Centro de Documentación EPPS.

Fue igualmente importante la información documental brindada por instituciones regionales como la Oficina Regional del Ministerio de Planificación y Política Económica (MIDEPLAN), el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA), y la Oficina Regional del Instituto de Fomento Cooperativo (INFOCOOP), con sede en Río Claro. Se acudió a una serie de reportajes periodísticos que dicho acontecimiento provocó en la opinión pública nacional.

De vital utilidad fue la información obtenida de documentos originales de la antigua compañía bananera, proporcionados por el historiador Claudio Barrantes, los cuales, si bien en su mayoría están en idioma inglés, permitieron el análisis de la actividad y producción bananera de esta compañía con base en información de primera mano.

Antecedentes del abandono de la actividad bananera por parte de la Compañía Bananera de Costa Rica

En este apartado interesa resaltar el hecho de que existen importantes antecedentes que indican que la CBCR había manifestado la intención de abandonar las plantaciones bananeras y de sustituirlas por el cultivo de la palma aceitera; asimismo se hace un análisis de la dinámica productiva relacionada con la explotación bananera en la zona y de las principales características del mercado internacional de la fruta en el período 1972-1985, como elementos condicionantes para que la United Brand se retrajera de sus actividades bananeras en la región.

Las intenciones de la CBCR para abandonar el sur del país se venían manifestando desde el gobierno de Rodrigo Carazo, cuando funcionarios de esta compañía comunicaron al Gobierno sus intenciones de retirarse de la actividad bananera en el Pacífico Sur. Ante tal solicitud, el propio Presidente indica:

En la primera ocasión en que la Compañía me planteó la posibilidad de abandonar el área de Golfito, Palmar y Coto, yo le expresé a su gerente que mi gobierno se opondría, ya que dadas las difíciles situaciones sociales que se presentarían para la población de aquella Zona Sur, no eran los intereses de la compañía bananera de Costa Rica, sino los de la gente que vivía allá... las presiones de la compañía por abandonar la lona Sur continuaron hasta el final de nuestro gobierno. (Carazo, 1989, p. 384).

Es importante resaltar la posición del Gobierno de Carazo ante las intenciones de la Compañía de abandonar las actividades en el sur, lo que suscitó serias fricciones con altos funcionarios de la transnacional; también es rescatable su política agraria en materia bananera, orientada a buscar mayores beneficios para el país y rescatar la «soberanía nacional». Los objetivos de dicha política giraron en torno a tres aspectos fundamentales: a) desaparición para siempre y de manera absoluta de los contratos-ley, objetivo que se cumplió al pasar estos a denominarse «contratos administrativos, b) política de salarios que benefició ampliamente a los trabajadores, c) elevación importante en el volumen de los servicios y de los impuestos con que la actividad tenía que contribuir con el Estado, determinación que logró elevar el impuesto de la renta de un 30% a un 45% en ese período.

Desgraciadamente, el presidente Luis Alberto Monge no sostuvo la posición del gobierno anterior y permitió que la CBCR abandonara la actividad bananera cuatro años antes de la culminación del contrato-ley de 1938, curiosamente, este retraimiento se da en el momento en que el Gobierno firma los convenios dentro de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, donde una de las cláusulas impide la expropiación de empresas de capital extranjero en el país.

El interés de la Compañía de dejar las plantaciones bananeras del sur se evidencia cuando en abril de 1983, antes de la huelga obrera de 1984, altos ejecutivos revelaron nuevamente, esta vez ante un grupo de diputados, su decisión de dejar, paulatinamente, toda la actividad bananera en los cantones de Osa, Corredores y Golfito, para dedicar esas tierras al cultivo de la palma africana. La compañía aduce razones técnicas y económicas, «...ya que el negocio perdía rentabilidad porque la calidad producida no era la misma de años anteriores, además los rendimientos habían disminuido y los costos de producción se incrementaron en forma considerable» (La Prensa Libre, 8 abril de 1983. p. 3).

Otro antecedente importante de resaltar es el hecho de que la CBCR, a principio de los años ochenta, empezó a traspasar bienes de la División de Golfito a otras divisiones de su propiedad fuera del país; a reducir personal de sus instalaciones en Golfito y a concentrar actividades administrativas en la zona de Palmar, como último reducto del enclave bananero en el Pacífico sur.

Se suma a esto, el proceso de sustitución de banano por el de la palma aceitera, puesto en práctica desde la década del setenta; esto ocasionó una reducción paulatina en las áreas cultivadas de banano. Los antecedentes indican claramente que el «El telón de fondo del problema era el final previsible a corto plazo de una serie de exenciones y derechos que obligaron a la transnacional a evaluar por anticipado el rendimiento presente y futuro de su división en el sur del país» (López, 1988, p. 129).

Lo anterior indica que existen antecedentes para considerar que el cese de la actividad bananera no se dio en forma espontánea, como se ha querido justificar, sino que obedeció a políticas propias de la United Brand, casa matriz de la CBCR, y a una serie de elementos que se detallan a continuación.

Volumen de exportaciones y superficie cultivada de banano (1972-1985)

En la figura 1 se puede constatar cómo la actividad bananera en la zona sur del país, a partir de 1972, entra en un proceso de decadencia reflejado en una reducción drástica del volumen de exportaciones de parte de la CBCR, principalmente de las provenientes de sus propias plantaciones. Esto se origina por una reducción de la superficie cultivada y en los bajos rendimientos experimentados por dicha Compañía. En efecto, las exportaciones de banano provenientes de las plantaciones del sur pasan de 18.6 millones en 1972 a 10.1 en 1982, hasta llegar a significar solamente 4.3 millones en 1984, antes del cese definitivo de las operaciones de la CBCR relacionadas con la actividad bananera. En la misma figura se observa cómo la superficie cultivada experimenta cambios significativos, pasando de 7.808 hectáreas cultivadas en 1972 a 2.731 en 1984, hasta llegar a su eliminación total en 1985.

Si bien se experimenta una reducción paulatina en las áreas de cultivo, interesa destacar dos períodos en donde el abandono de plantaciones se dio en forma más intensiva, y que corresponde a los que se suscitaron en la zona de Laurel en 1972. Cuando más de 1.500 hectáreas fueron dejadas en forma repentina por la transnacional. Posteriormente, en 1983, dejan de cultivarse con banano y son sustituidas por palma, en el valle de los Coto.

Dichos abandonos se relacionan con los movimientos populares campesinos que surgen en la zona, desembocan en la invasión masiva de fincas bananeras, y obligan al Estado costarricense a la compra de grandes extensiones de tierra propiedad de la CBCR para su posterior adjudicación mediante los programas de ordenamiento agrario que el IDA ha desarrollado en la región.

Rendimientos por superficie cultivada

Siguiendo con la interpretación de la figura 1, se confirma cómo la disminución de los rendimientos en las plantaciones bananeras se comenzó a experimentar a partir de 1972, año en que se alcanzó una producción de 2.400 cajas por hectárea, hasta llegar a 1.568 cajas en 1984, muy inferior a los promedios alcanzados por otras compañías bananeras a nivel nacional.

Un análisis histórico de los rendimientos experimentados por esta Compañía en sus plantaciones revela que los más bajos se hallan en el período 1947-1951, los cuales representaron una producción de 816.2 cajas por hectárea; sin embargo, dichos rendimientos obtienen su punto máximo entre los años 1972-1976, cuando alcanzan una relación de 2 254.7 cajas por hectárea. Este incremento en los rendimientos a mediados de la década de los setentas obedece a la conversión de las plantaciones de variedad de banano Gros Michel, vulnerable al mal de Panamá, por la variedad Cavendish, resistente a dicha enfermedad.

Si bien en este período (1972-1976) se elevan los rendimientos, estos están por debajo de los experimentados por otras plantaciones en Guatemala y Honduras, siendo solamente mayores a los alcanzados por Panamá. En general, los rendimientos que logró la CBCR históricamente fueron inferiores a los promedios en los países centroamericanos tomados en conjunto.

El examen de los rendimientos de 1972-1984 nos refleja una disminución paulatina que va de 2.400 cajas en 1972 a 1.569 en 1964, casi 1000 cajas menos que los rendimientos de la década de los setentas.

Al comparar los resultados de la CBCR con los rendimientos que obtuvieron otras compañías, se observa que están muy por debajo del promedio de 2.150 cajas que mantenían estas en sus plantaciones bananeras, con una diferencia negativa de más de 500 cajas por hectárea, a partir de 1977 (ver figura 2).

Llama la atención observar cómo los rendimientos de la CBCR de 1972 a 1975 fueron superiores al promedio alcanzado por otras compañías a nivel nacional (figura 2). Dichos rendimientos tienden a normalizarse del 75 al 77; no obstante, a partir de 1977 estos se vienen abajo en forma asombrosa, sin que exista una causa de peso para ello; no se reportan catástrofes naturales, lo que hace suponer una reducción deliberada.

Puesto que la tasa económica de retorno está asociada a la capacidad del suelo, a la organización de la producción, al desarrollo de la infraestructura productiva y a la introducción de cambios técnicos en la producción, se hace necesario abordar estos elementos para tratar de explicar las reducciones tan drásticas en los rendimientos por plantación de banano de la CBCR a partir de 1977.

Comúnmente se menciona la baja calidad de los suelos y su intoxicación con cobre como uno de los factores que incidieron sobre los bajos rendimientos. Si bien esto pudo afectar, lo cierto es que según Richard Johnson, representante de la CBCR., los suelos en propiedad de esta eran de buena calidad; el problema se presentaba más bien con los altos costos de mantenimiento en comparación con los suelos de la zona atlántica (Cornick, 1987).

En efecto, los costos de mantenimiento de las plantaciones del Pacífico sur son mayores, ya que las condiciones climáticas de la zona obligan a tener eficientes sistemas de drenaje y riego según época, y los que poseía la Compañía eran viejos y con altos costos de operación.

Por otro lado, según la Cámara Nacional de Bananeros, la intoxicación del suelo con el cobre utilizado en el tratamiento de la sigatoka, técnicamente ya había sido superada, y si bien podía incidir negativamente, la situación era técnicamente manejable. De ahí que parece ser que la baja calidad del suelo no es un argumento del todo válido para que la CBCR abandonara la actividad bananera en la zona.

El problema de la infraestructura productiva ya había sido considerado por la misma Compañía, cuando, en 1980, su gerente de producción anuncia un plan completo de inversiones tendiente a introducir cambios en las prácticas de cultivos para lograr una mayor productividad y rentabilidad en sus plantaciones. (La Nación, 6 de febrero, 1980). Este interés de la Compañía por invertir en infraestructura indica que la actividad bananera en ese momento era viable a pesar de la «mala calidad de los suelos» y de los costos de mantenimiento. Sin embargo, dicho plan no se puso en práctica del todo y, contradictoriamente, la decisión de la transnacional fue el cese de operaciones bananeras cinco años después.

Al no cumplirse con el plan de reactivación, los rendimientos siguen teniendo descensos drásticos, lo que hace suponer que dicha disminución fue inducida por la misma Compañía, al no atender técnicamente sus plantaciones. Tampoco en estos años se registran desastres naturales que expliquen la baja en los rendimientos, por lo que es lógico inducir que la CBCR deliberadamente se aprestó a abandonar los cultivos de banano en el Pacífico sur.

Esta misma estrategia de no atender las plantaciones ante la culminación de los contratos, se dio también en la zona atlántica, como ya fue analizado en los antecedentes históricos de la actividad bananera en nuestro país. Tal parece que la historia se repite con las plantaciones de los cantones del sur del país.

Mercado internacional del banano 1970-1990

Interesa, en este apartado, analizar el comportamiento de la oferta y demanda mundial del banano en los años setentas y ochentas, a fin de conocer en qué medida el mercado internacional influyó para que la CBCR tomara la decisión de eliminar sus plantaciones en los cantones estudiados.

Entre las principales modificaciones experimentadas en la oferta mundial de banano entre 1974 y 1982, se destaca un incremento de 386.8 miles de toneladas; en esta oportunidad, los países de la UPEB aumentaron su participación, la cual pasó de 42.9% en 1973 al 50.2% en 1982. (FAO, en López, 1988).

La participación de Costa Rica dentro de las exportaciones de la UPEB pasó del 36.7% en 1974 a un 26.3% en 1983. Dicho descenso obedeció a una disminución en su producción, y se refleja en el volumen de 18.2 miles de toneladas de sus exportaciones, que pasó de 54.4 millones de cajas en 1975 a 44.3 millones en 1985, lo que significó una reducción de cerca del 20% en el término de una década.

En relación con los cambios ocurridos en la demanda, sobresale el hecho de que, por primera vez en la historia, el mercado norteamericano sustituye en importancia al europeo, y los Estados Unidos resulta el mayor consumidor de banano del mundo. Este significativo cambio se debe al lento crecimiento de la demanda europea y a la reducción de su consumo per cápita, que se origina, al decir de Henry Guinard, en la debilidad de las monedas europeas frente al alza relativa del dólar y sus consiguientes efectos sobre el precio del banano al detalle. Este desplazamiento de la demanda en el mercado internacional del banano va a tener repercusiones en las políticas de producción de las compañías comercializadoras, dependiendo de la ubicación geográfica de las plantaciones en relación con el mercado norteamericano.

Al comparar la tendencia de la oferta con la demanda, tenemos que mientras la oferta mundial creció en 386 mil toneladas, la demanda mundial decreció en cerca de 188 mil toneladas, lo cual evidencia la presencia de un desequilibrio entre ambas tendencias.

En efecto, desde 1980, las mismas compañías comercializadoras hacían sentir sus preocupaciones por la tendencia de saturación de los mercados consumidores. En 1980, la Chiriqui Land Company, subsidiaria de la United Brand, amenaza con cerrar sus operaciones en Panamá. La Castie and Cooke Inc., y la Standard Fruit Company observan una reducción del 10% de su producción por pérdidas atribuidas a la sobreoferta mundial. (La Nación, 30 de octubre 1982). Esto también explica las intenciones de la CBCR de terminar las actividades bananeras antes de la culminación del contrato en 1988, como una estrategia tendiente a reducir la producción y a hacerle frente al problema en el mercado internacional del banano.

La situación llegó al extremo de que, en febrero de 1983, empresas multinacionales le plantearon al Gobierno de Costa Rica, en forma conjunta, la necesidad de disminuir el volumen de producción por la sobreoferta mundial de la fruta (La Nación, 3 de febrero de 1983. pág. 4C).

Comenzando 1985, año en que la CBCR cesa en forma definitiva sus actividades bananeras en el Pacífico sur, la crisis por la sobreoferta mundial de la fruta tendían a agudizarse. Según datos de la FAO, la oferta mundial significaría ente 8.610 y 9.060 toneladas de banano, en tanto que la demanda solamente absorbería la cantidad de 7.552 toneladas. La sobreoferta fue estimada de 1.058 a 1.508 toneladas para ese año.

Esta tendencia a la sobreoferta del banano obedece a las leyes propias de la acumulación capitalista que, con miras a alcanzar un aumento permanente de la productividad del trabajo, ocasiona una sobreproducción no en relación con las necesidades de la sociedad, sino en relación con el impulso de valoración del capital.

Las proyecciones del comportamiento de la oferta y demanda hechas por la UPEB para el período 1987-1990, tomando en consideración el volumen histórico de exportaciones de cada país, la información disponible sobre área cultivada, los proyectos de expansión y los posibles aumentos en rendimientos por plantación, indicaban claramente una saturación de los mercados a corto y mediano plazo.

Como se visualiza en la tabla 1, las proyecciones de la oferta para el período 1987-1990 reflejaban un crecimiento promedio de 2.06% anual, en tanto que el crecimiento promedio de la demanda sería únicamente del orden del 0.77% anual, evento que originaría una sobreoferta de banano de 41.2 millones de cajas promedio por año.

Proceso de sustitución del cultivo de banano por el de palma aceitera

Con la reducción de las plantaciones de banano se experimenta simultáneamente un incremento en la actividad de la palma africana en la región del sur del país, que va a originar a la vez un incremento considerable en la producción nacional, tal y como se ilustra en la tabla 2.

El incremento en el área cultivada de palma africana coincide con la reducción de las plantaciones de banano tanto en las zonas de Quepos y Parrita, cuyas plantaciones bananeras fueron eliminadas en 1956, como en la zona sur del país, donde en 1989 ya se habían sembrado 12.222 hectáreas.

La superficie de cultivos de palma en la zona del Pacífico central y en el Pacífico sur, pasó de 8.270 hectáreas en 1970 a 22.970 en 1989: el área de cultivo se triplicó en menos de dos décadas (SENARA, 1991).

De 1988 a 1989 se experimenta un aumento de más de 2.500 hectáreas de palma, de las cuales 2.240 se cultivaron en la zona sur del país, mientras que en las zonas de Quepos y Parrita únicamente se incrementó en 296 hectáreas, lo que corresponde a productores nacionales y no de la CBCR, la cual mantuvo estables las áreas de cultivos.

Contrario a lo que sucedió con las plantaciones de palma en el Pacífico central, las cuales se mantuvieron relativamente estables, la actividad palmera en el sur del país sigue expandiéndose con la característica de que la participación de los productores nacionales es cada vez mayor en volumen de producción (pasó de 31% en 1986 a un 43% en 1989, como se desprende de la tabla 3). Esto obedece a que las plantaciones de la CBCR se mantienen relativamente estableces en los últimos años.

Esta sustitución de cultivos de banano por palma se evidencia en el hecho de que la CBCR produce una nueva variedad de palma denominada Delidura X Auros (BM719), la cual supera los rendimientos que históricamente se habían obtenido con las variedades tradicionales en un 43%. En efecto, la nueva variedad de palma, aparte de ser más resistente a las enfermedades propias de este tipo de cultivo, tiene la ventaja de que su cosecha sucede a los 2 años y no a los 4; asimismo, los rendimientos son de 6 TM/ha., superiores a los alcanzados con las variedades tradicionales de 4 TM.

Los avances se deben a más de 50 años de investigaciones hechas por la United Brand en sus laboratorios en Coto, lo que culmina en una mejora genética en el tipo de planta. Tanto es así, que se considera que la mejor semilla de palma se produce en nuestro país, y es exportada hacia otros mercados latinoamericanos como el de Brasil.

Los avances en la biotecnología del cultivo de la palma están controlados y patentizados por la United Brand, lo que hace que el acceso al productor nacional esté condicionado por la oferta de la semilla y la capacidad que este tenga de comprar tanto la semilla que se le ofrece como el paquete tecnológico que lo acompaña. Se explica, entonces, cómo la experimentación botánica con la palma africana, iniciada desde 1926 por la transnacional, demuestra su viabilidad comercial en áreas marginales y de «bajo rendimiento» bananero, primero en la zona del Pacífico central y luego en la región sur del país.

Paradójicamente, la expansión del cultivo de la palma significó para la United Brand una inversión de capital de más de 600 millones de colones, tanto en la siembra y renovación de plantaciones como en la ampliación de la planta extractora de aceite en Coto 54.

La sustitución del banano por palma origina serios problemas sociales en la zona. La capacidad de absorción de fuerza de trabajo de este cultivo es muy reducida en comparación con el banano. La relación persona/tierra con el banano es de aproximadamente 1 trabajador por hectárea, en tanto que en palma es de 1 trabajador por cada 10 hectáreas de cultivo. (Arias, 1988). Se suma a esto el incremento en los rendimientos, permitido por los avances tecnológicos ya comentados, lo que repercute en la utilización de menos superficie cultivada para abastecer las plantas extractoras de aceite.

Para muchos trabajadores, el cambio del cultivo de banano por palma aceitera empeoró las condiciones de vida, ya que pasaron a recibir un salario menor; ello puede achacarse, al menos en parte, a la destrucción del sindicato bananero; en todo caso, la desvalorización de la fuerza de trabajo solo redundó en beneficio del capital transnacional.

La comercialización e industrialización de la reproducción de la palma está controlada y monopolizada por la misma United Brand, por medio de sus subsidiarias en el país. Toda la producción de palma a nivel nacional es procesada por tres plantas extractaras de aceite, propiedad de esta corporación, ubicadas en Palo Seco (Parrita), Naranjo (Aguirre) y en Coto 54 (Golfito). A nivel del refinamiento del aceite para la fabricación de subproductos de consumo final, también está monopolizado por la Compañía Numar, subsidiaria de la United Brand.

De esta forma, la sustitución del banano por palma mantiene las características monopólicas propias del enclave bananero, ya que la United Brand posee el control de los tres niveles de la producción: agrícola, plantas extractaras, y refinería y comercialización del aceite para los mercados local e internacional.

Costos de producción de la Compañía bananera de Costa Rica

Antes de abordar este apartado se hace importante señalar que la Compañía Bananera mantenía un estricto control estadístico sobre la producción bananera, lo que le permitía evaluar sus operaciones en cuanto a rendimientos y costos por cada caja exportada. Dicha evaluación se realizaba con base en un plan anual de operaciones, que contemplaba la planificación de las acciones necesarias para cumplir con ciertas metas de producción y costos en cada ciclo productivo. El control se efectuaba mediante reportes diarios de las diferentes actividades que intervienen en la producción y exportación del banano. Estos reportes se resumían cada mes en los llamados “Analysis Variance” en los que se identificaban las principales variaciones en relación con lo planificado en el plan anual de operaciones. Mediante esta previsión microeconómica de actividades, la Compañía podía estar al tanto en forma inmediata de cualquier cambio en la producción (CBCR Analysis variance 1982, 1983, 1984).

Los costos por caja que la CBCR mantenía estaban condicionados por el volumen de producción en un período determinado. Así, un análisis de sensibilidad hecho por la misma Compañía en junio de 1983 indicaba que, por cada 100.000 cajas, el costo subía o bajaba 4.10 colones, y por cada 100.000 dólares, el costo por caja subía o bajaba en 1.7 colones.

La comparación, a junio de 1983, de los costos en cuatro divisiones de la United Brand en Centroamérica, indica que los costos por caja de banano producida en su división de Golfito están por encima de los de sus divisiones en Panamá (al respecto puede consultarse la tabla 4). Sin embargo, la diferencia no es tan significativa, ya que representa únicamente una desventaja de $0.119, en comparación con su división en Armuelles, y de $0.536 con la de Bocas. En relación con la división de la United Brand en Tela, Honduras, la CBCR está en una posición ventajosa, ya que el costo por caja en la división de Golfito es de $0.786 menos.

Una característica importante de la estructura de costos por caja producida es el hecho de que el componente de costos variables del volumen es inferior a los experimentados en las divisiones de Armuelles y Tela, pues están prácticamente equiparados con los de la división de Bocas del Toro en Panamá.

Conclusiones

En suma, en la comparación de costos con otras divisiones de la United Brand en el área centroamericana, (contrariamente a lo que se ha afirmado), evidencia que la CBCR mantenía una ventaja competitiva importante en 1983, en relación con las operaciones de la United Brand en Tela y Honduras, y si bien mantuvo un costo superior a las divisiones de Panamá, estos no son tan elevados como para no ser manejables.

En resumen, en la decisión de abandono de las plantaciones bananeras del sur del país intervinieron más que todo factores de tipo «global - estratégico » propios de la casa matriz de esta empresa transnacional (United Brand), tendientes a diversificar sus operaciones y a concentrar sus actividades en las etapas de circulación y comercialización, como una nueva modalidad de intervención del capital transnacional para obtener mayores beneficios a un menor riesgo. Se suma a esto la crisis en el comercio internacional del banano, asociada a una sobreproducción de la fruta, que ocasionó un desequilibrio entre la oferta y la demanda con sus repercusiones en la caída en los niveles de los precios a corto y mediano plazo. Esto obligó a las compañías comercializadoras a reestructurar sus aprovisionamientos de banano por medio del mecanismo que históricamente han aplicado, de reducir y abandonar grandes áreas de cultivos en los países productores.

Esta crisis en el comercio mundial del banano tiene repercusiones mayores para la United Brand, ya que coincidió con una reducción drástica en los niveles de consumo de la costa oeste (Pacífico) de los Estados Unidos, por lo que se vio obligada a trasladar y concentrar sus operaciones bananeras en la zona atlántica de Costa Rica, con la característica de que la fruta era comprada directamente a productores nacionales, eliminando así el riesgo de tener que invertir directamente en la producción.

De este modo, los factores internos que generalmente han aparecido como determinantes para el abandono de la actividad bananera en el sur –bajos rendimientos, altos costos para rehabilitar los bananeras después de una huelga obrera– no parecen ser causas sino consecuencias de la política deliberada de la United Brand, la cual desde finales de la década de los setenta había manifestado sus intenciones de replegarsedefinitivamente en sus operaciones bananeras en el sur del país.

Finalmente, esta decisión de la transnacional no puede verse separada del hecho de que en 1988 expiraba el contrato-ley que regía las actividades de la compañía desde 1938. Esto implicaba que la Compañía tendría que renegociar con el Gobierno las condiciones en que podría operar en el país, los privilegios de que disfrutaría y los costos o compromisos que esto implicaría. Cuanto mejor fuera la situación técnica y financiera de sus plantaciones en la zona sur, más débil sería su posición negociadora frente al Gobierno y menores las concesiones que podría obtener; así, el deterioro de las plantaciones, que parece asociarse a la decisión estratégica de replegarse en un futuro cercano, habría sido también consistente con la posibilidad de una eventual renegociación con el Gobierno para mantener sus actividades en la zona, ya no con el cultivo del banano sino con el de palma.

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