Revista Universidad en Diálogo • Vol. 6, N.°1, Enero-junio 2016, pp. 21-45
ISSN 2215-2849 • EISSN: 2215-4752
DOI: http://dx.doi.org/10.15359/udre.6-1.2
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Programa de Desarrollo Integral Comunitario Costero: Período 2009-20131
Integral Development Community Coastal Program: 2009-2013
Silvia Rojas-Herrera
Universidad Nacional
Heredia, Costa Rica
Óscar Juárez Matute
Universidad Nacional
Heredia, Costa Rica
Viviana Boza
Universidad Nacional
Heredia, Costa Rica
Recibido: 12/10/14 Aceptado: 16/2/16
Resumen: El Programa de Desarrollo Integral de Comunidades Costeras (PDICC), llevado a cabo entre el año 2005 al 2013, responde a un proceso histórico de este que dio inicio desde el año 2000; forma parte de los programas universitarios conocidos como integrados, que se constituyen de procesos de extensión, investigación, docencia y producción. Su objetivo fundamental es el mejoramiento de la calidad de vida y el empoderamiento de diversas comunidades ubicadas del distrito de Lepanto, Isla Venado, Isla Caballo y Cabuya, todas de la provincia de Puntarenas. Con la metodología del acompañamiento social participativo se lograron articular diversas facultades, unidades académicas, institutos, centros, Sede Regional Chorotega, así como instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales, empresa privada, organizaciones de la sociedad civil y otras universidades públicas nacionales e internacionales en procura del cumplimiento participativo de los planes de trabajo comunitario. De igual manera se fortaleció el PDICC como un modelo de formación de conocimiento horizontal, se consolidaron equipos de trabajo interdisciplinarios, intergeneracionales y participativos. Se reconoce durante estos años un fuerte mejoramiento de la relación docencia-extensión, al vincular, sistemáticamente, estudiantes de múltiples disciplinas profesionales, así como el fortalecimiento de la relación investigación-extensión-docencia, cuyos resultados han contribuido a la toma de decisiones con incidencia en las comunidades.
Palabras clave: Modelo de acompañamiento social participativo, organización comunitaria, extensión, investigación, docencia, teoría de género, empoderamiento.
Abstract: The Integral Development Program of Coastal Communities (PDICC), implemented between 2005 and 2013, responds to a historical process since year 2000; forms part of university programs known as integrated , which are constituted by extension, research, instruction and production processes The main objective is to improve the quality of life and empowering diverse communities located in Lepanto, Isla Venado, Isla Caballo, and Cabuya districts, all of them in the province of Puntarenas, Costa Rica. Applying social participatory methods, the researchers brought together academic centers, public institutions, Regional Chorotega Head Quarter, non-governmental organizations, private enterprises, social and civil organizations, and national and international universities to facilitate the accomplishment of the communities’ participative work plans. Furthermore, the PDICC was enhanced as a horizontal knowledge formation model, consolidating interdisciplinary, intergenerational, and participatory teams. During these years, the relationship between the faculty and the extended network was improved by systematically connecting students from multiple professional disciplines, as well as strengthening the relationship between research, faculty, and the extended network, thus enhancing the communities’ decision-making.
Keywords: Participatory action research, community organization, extension, gender theory, empowerment.
El Programa de Desarrollo Integral de Comunidades Costeras (PDICC) fue resultado de diferentes etapas de lo que originalmente se conoció como Proyecto Mujeres, jóvenes y el mar, impulsado en distintas partes del mundo, por medio del Instituto Internacional del Océano (IOI). Dos años después, esta iniciativa se inscribe en la Universidad Nacional con el nombre Proyecto de Desarrollo Integral de Isla Venado, el cual, para el año 2005, amplía su área de influencia a la comunidad de Cabuya en Cóbano y, a partir del año 2009, se transforma de proyecto a un programa quinquenal, con el nombre de Programa de Desarrollo Integral de Comunidades Costeras. Finalmente, para este año 2014, debido a la incorporación de comunidades rurales y ya no solo costeras e insulares, además de distintos cambios importantes del programa, inicia un nuevo quinquenio con el nombre Programa de Desarrollo Integral de las Comunidades Rurales Costeras del Golfo de Nicoya (PDICRC).
Durante este proceso, tanto su metodología participativa, como su estructura interdisciplinaria se transformaron, demostrando así, que la relación entre extensión, docencia, investigación y producción responde a procesos socio históricos y realidades comunitarias particulares, así como también, a un proceso de madurez epistemológica y metodológica complejo y dinámico dentro del equipo de trabajo y sus pares externos.
Incorporación de nuevas comunidades costeras, rurales e insulares
El PDICC plantea la necesidad de incorporar nuevas comunidades en condiciones de alta vulnerabilidad socioambiental, exclusión social y falta de oportunidades para el mejoramiento de calidad de vida de sus poblaciones. Se realizaron más investigaciones y diagnósticos en las comunidades de Lepanto e Isla Caballo, cuyos resultados permitieron tomar decisiones estratégicas, llevar a cabo el plan estratégico comunal de Lepanto, impulsar proyectos socio-productivos, el análisis ambiental y el fortalecimiento de la juventud. Además de los procesos de alfabetización de adultos en Isla Caballo y el apoyo interinstitucional e investigativo sobre el sistema de agua potable para Isla Caballo.
Misión y visión que inspiran el accionar del programa
Con los nuevos retos de ampliación y fortalecimiento del programa se define su visión como:
El Programa Desarrollo Integral Comunitario Costero II (PDICC II) pretende crear un espacio universitario, interdisciplinario e interinstitucional que construya y fortalezca los procesos de extensión de la Universidad Nacional, la interrelación con la docencia, la investigación y la producción, mediante el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y el manejo armónico de los recursos marino-costeros en la región del Golfo y la Península de Nicoya; potenciando las capacidades individuales y organizativas de las comunidades. (PDICC II, 2009, p. 2)
Y como misión:
Somos un programa interdisciplinario de la Universidad Nacional, que en su accionar integra la docencia, la investigación, la extensión, la producción, y el trabajo interinstitucional; que promueve, articula y sistematiza los procesos de gestión de desarrollo humano y local integral, con comunidades rurales-costeras, desde la perspectiva de género, garantizando la armonía con la naturaleza y la participación protagónica de los diversos actores sociales en la región de Golfo y la Península de Nicoya. (PDICC II, 2009, p. 4)
Como orientadores de su accionar, se enuncian dos objetivos generales, que van a incluir una serie de objetivos específicos con el fin de alcanzar las metas establecidas. Cabe destacar que la definición de estos objetivos se da a partir de la experiencia de desarrollo del programa a lo largo de los años y desde un contexto de conocimiento previo de la zona de influencia. Estos objetivos (PDICC II, 2009, p 14) son los siguientes:
Objetivos generales:
1. Promover el mejoramiento de la calidad de vida de las y los [sic] habitantes de las comunidades rurales marino-costeras del Golfo y la Península de Nicoya con las que trabaja el PDICC II, mediante el fortalecimiento de las personas, la organización comunitaria, el manejo sostenible de sus recursos y la articulación regional para la solución de problemas comunes.
2. Propiciar acciones que permitan la articulación con los diversos programas y proyectos académicos de la Universidad Nacional, presentes en zona del Golfo y la Península de Nicoya, para contribuir al mejoramiento en la gestión académica de los procesos de trabajo con las comunidades rurales marino-costeras.
Objetivos específicos:
1.1 Promover el desarrollo de las capacidades organizativas, así como los procesos de cogestión y autogestión comunitaria por parte de las y los [sic] habitantes de tres comunidades rurales marino-costeras de la zona del Golfo y la Península de Nicoya con las que trabajará el PDICC II, para el mejoramiento de su calidad de vida.
1.2 Facilitar el desarrollo de capacidades productivas e iniciativas de generación de ingresos por parte de las y los [sic] habitantes de las tres comunidades rurales marino-costeras de la zona del Golfo y la Península de Nicoya, con las que trabaja el PDICC II, para el mejoramiento de su calidad de vida, fundamentados en la investigación de la población de las mismas.
1.3 Contribuir en la consolidación y generación de procesos de promoción humana mediante la incorporación de acciones educativas alternativas no formales, así como del acceso a servicios de salud física y mental por parte de las y los [sic] habitantes de las tres comunidades rurales marino-costeras de la zona del Golfo y la Península de Nicoya que son sujeto de las acciones del PDICC II y fundamentados en la investigación socioeconómico de las poblaciones.
1.4 Promover la incorporación de sectores históricamente excluidos principalmente mujeres, niñez y juventud en espacios de participación y toma de decisiones de comunidades rurales marino- costeras de la zona del Golfo y la Península de Nicoya para el desarrollo personal, sectorial.
1.5 Contribuir en el manejo sostenible de los recursos marino-costeros del Golfo y la Península de Nicoya, a través de la ejecución de actividades socioproductivas amigables con el ambiente, acompañadas de procesos de educación ambiental y basadas en los resultados de la investigación.
1.6 Participar en la construcción de estrategias políticas regionales que promuevan el mejoramiento de las condiciones sociales y jurídicas de los habitantes de las comunidades marino- costeras del Golfo y la Península de Nicoya por medio de la investigación, la participación en espacios de reflexión y análisis, así como en organismos consultivos relacionados con dicha temática.
1.7 Incorporar la perspectiva de género en todos los procesos y acciones generadas por el PDICC II y demás entidades de la Universidad Nacional en comunidades rurales marino-costeras de la zona del Golfo y la Península de Nicoya, para favorecer la inclusión y la equidad social.
2.1 Articular esfuerzos entre los diversos programas y proyectos de la Universidad Nacional para la optimización de los recursos en el ámbito de la extensión e investigación universitaria en la zona del Golfo y la Península de Nicoya.
2.2 Promover la participación de diversas unidades académicas, así como de las y los [sic] estudiantes de la Universidad Nacional de manera propositiva, en el trabajo universitario llevado a cabo en las comunidades rurales marino-costeras del Golfo y la Península de Nicoya, sujeto de la acción, para el fortalecimiento de los procesos de formación universitaria.
2.3 Contribuir en el fortalecimiento del trabajo académico desarrollado por la Universidad Nacional con las comunidades marino costeras de la Península y del Golfo de Nicoya mediante el debate y la reflexión sobre el desarrollo humano y local.
Poblaciones partícipes del modelo de acompañamiento social participativo
El PDICC definió que la población prioritaria de atención sería la más excluida, vulnerable, empobrecida y desprotegida por el Estado y, en ese caso, las comunidades costeras e insulares, especialmente, las mujeres, niños y niñas, jóvenes y pescadores de Isla Caballo, Isla Venado, Lepanto y Cabuya fueron escogidas. Estas poblaciones se encuentran inmersas en una serie de problemáticas que denotan condiciones socioeconómicas de pobreza y exclusión social, y poco acceso a mejores oportunidades de empleo.
Aunado a lo anterior, se identifican problemáticas de índole social que están relacionados con el poco acceso a procesos formativos integrales. Ahora bien, ciertamente algunas instituciones han impulsado capacitaciones en formación humana a mujeres, pero esto no ha resuelto las condiciones de vulnerabilidad social relacionada con prácticas patriarcales represivas y dañinas no solo para mujeres, sino también, para los hombres mismos: situaciones que limitan la toma de decisiones; el empoderamiento con respecto a las propias vidas y las capacidades de participación en el ámbito público.
Modelo de acompañamiento social participativo
Metodológicamente, este programa impulsa procesos de participación social tanto a nivel comunitario como a nivel académico, en donde es constante la aplicación transversal de las siguientes ideas fuerza:
Así también, la incorporación de la perspectiva de género en todos los procesos y acciones generadas por el PDICC (así como demás entidades de la UNA que trabajen en las tres comunidades rurales marino-costeras de la zona del Golfo y la Península de Nicoya) buscaba favorecer la inclusión y la equidad social de las personas y de los grupos participantes. Un proceso que no solo implicaba el trabajo conjunto con mujeres, sino también con la niñez, juventud y hombres interesados en la formación humana.
El modelo de acompañamiento social participativo se constituye no solo de las ideas fuerza, sino también de los elementos estratégicos:
Dichos elementos pueden visualizarse como acciones estratégicas para dar respuesta a las problemáticas que enfrentan los grupos de habitantes de las comunidades rurales marino- costeras con las que trabaja el PDICC. Estas acciones metodológicas estructuran el trabajo cotidiano del Programa para la consecución de los objetivos concretos, se trata de ejes programáticos orientadores de los procesos universitarios en las comunidades participantes.
Programa integrado constituido por la investigación, extensión, docencia y producción
Dentro de su metodología, el PDICC se enriquece por la integración dialéctica de la investigación, extensión, docencia y producción. Por un lado, las investigaciones realizadas permitieron la generación de conocimiento para la toma de decisiones comunitarias, académicas y políticas; acciones dirigidas por medio de prácticas profesionales supervisadas, prácticas organizativas, tesis de investigación de grado y post grado, bajo la responsabilidad de académicos y académicas del mismo programa, y contar con el apoyo investigativo de otros profesionales, así como del trabajo de campo de estudiantes capacitados en la temática. La relación del programa con la docencia es vital para poder enriquecer los procesos formativos del estudiantado que asiste en labores de campo. Se realiza de manera directa con docentes cuyos cursos tienen alguna relación con el programa o sus proyectos, en ese caso, incluye la participación de las unidades académicas correspondientes como también de otras instituciones de educación superior.
En el caso de la extensión, su desarrollo está directamente vinculado con los procesos investigativos señalados, de hecho, estos deben ser visualizados como parte de aquella. De los diagnósticos y las otras prácticas investigativas se desprenden las estrategias de acompañamiento participativo, de manera que se pueden interpretar como momentos de una misma acción.
Este proceso universitario está estrechamente vinculado a la docencia, relación visible, dado el que el marco de muchas de estas acciones corresponde a actividades de docentes en sus diversas modalidades (cursos, prácticas supervisadas, proyectos de graduación, entre otras).
La producción, por su parte, corresponde al resultado de las prácticas investigativas y de las acciones de extensión, completando, de esta manera, la praxis universitaria como una unidad indivisible. Este momento debe ser visualizado tanto como la culminación de un proceso donde se supera una determinada realidad como también el punto de partida de un nuevo ciclo de superación de las nuevas condiciones generadas.
Mecanismos estratégicos de gestión
Los mecanismos estratégicos de gestión, vitales en el ejercicio de una metodología bastante integradora, se establecen desde lo interno del programa como también desde el ámbito externo, entendiéndose este como el comunitario, interinstitucional y local. Implican un proceso interdisciplinario; interinstitucional; la integración de las áreas académicas en su accionar; la gestión participativa; la investigación acción participante; la formación de líderes comunitarios especialmente en aquellos sectores donde existe mayor invisibilización, exclusión social y vulnerabilidad; formación de jóvenes cuadros profesionales; la participación estudiantil de forma estratégica y la participación estratégica de docentes de diversas unidades académicas de la UNA.
El programa está compuesto por grandes componentes que se entrelazan mediante procesos de investigación interdisciplinaria, docencia, producción y extensión, los cuales, por medio del acompañamiento social participativo logran ejecutar proyectos sociales con impactos en las representaciones organizativas comunales, los habitantes de estas, el personal académico participante, el estudiantado como también funcionarias y funcionarias de diversas instituciones del Estado. En su mayoría, los actores sociales presentes, mediante procesos formativos integrales, se benefician y logran un fortalecimiento de sus capacidades y potencialidades. Durante estos cinco años, las familias y comunidades, a través de procesos organizativos con perspectiva de género, han logrado participar en espacios formativos con mayor equidad para la construcción de la autonomía individual y colectiva más justa. Los resultados alcanzados conllevan todo un esfuerzo complejo de organización, planificación, investigación, capacitación, evaluación y seguimiento que solo fue posible gracias a la articulación de un equipo de trabajo interdisciplinario e intergeneracional, con dinámicas grupales horizontales que se han venido madurando a lo largo de los años.
De esta manera, los resultados se presentan en tres grandes dimensiones: por un lado, desde el ámbito microsocial, todo lo relacionado con los procesos comunitarios; por otro lado, lo relativo al accionar interinstitucional e inclusive incidencia a nivel macrosocial, y finalmente todos los alcances logrados en el contexto universitario. Tanto desde el plano individual como colectivo, las capacitaciones y procesos de acompañamiento promovieron la potenciación de las capacidades individuales y grupales que procurasen una mayor equidad de oportunidades con perspectiva de género, teniendo en sus mayores logros el reconocimiento de las condiciones patriarcales de exclusión social y, a partir de ahí, ir creando participativamente alternativas formativas y complementarias para niños y niñas, jóvenes y mujeres y, principalmente, en ellas mejorar sus dinámicas productivas para impulsar nuevos o más viablemente proyectos productivos.
Relación entre programas y proyectos
Con respecto a la relación del PDICC con otros programas y proyectos, se logra la participación en una estrategia de coordinación de apoyo y colaboración con diferentes proyectos internos al programa como proyectos FUNDER y FIDA, así como otros institucionales, promoviendo tanto el diseño como la ejecución de los mismos proyectos, programas o actividades. Dentro de las instituciones que se hacen presente durante este proceso se identifica: INCOPESCA, MINAET, INA, HIDROCEC, UCR, UNED, entre otras.
La construcción de enlaces institucionales para la vinculación interinstitucional
La coordinación interinstitucional, la cual se torna cada vez más compleja, no deja de ser una tarea transversal del PDICC. Tanto los planes de trabajo comunitario, como los proyectos y los procesos de autogestión comunitaria son más eficientes en la medida en que se hace más presente la plataforma interinstitucional cuyas competencias ya de por sí les obligan a cumplir con su compromiso, especialmente enfocado a estas comunidades que cada vez más adquieren capacidades para gestionar sus proyectos.
Este acceso a los recursos públicos del Estado muchas veces se facilita en la medida en que la institución, por medio de su personal a cargo, conoce más directamente la realidad de estas población, lo que también permite la generación de valores empáticos y mayor identidad para con el desarrollo de la comunidad, donde todos los individuos son responsables y copartícipes de la historia comunitaria y de sus proyectos de mejora.
Conformación interdisciplinaria del equipo de trabajo
Al respecto, el PDICC en su período 2009-2013 llegó a estar compuesto por un equipo permanente de profesionales en sociología, antropología, psicología, planificación económica y social, administración de empresas y química, cuyas especializaciones (gestión del riesgo, desarrollo rural y costero, estudios de género, política social, planificación y geografía humana) enriquecieron no solo la extensión en distintas comunidades de Lepanto, Isla Venado, Isla Caballo y Cabuya, sino también el quehacer reflexivo del programa. Por ende, la práctica interdisciplinaria de la construcción de conocimiento ha sido permanente dentro del programa desde sus inicios hasta la fecha. También, desde el plano más externo, se ha contado con el apoyo de otros y otras profesionales y estudiantes de múltiples disciplinas de todas las facultades de la UNA, así como de la Sede Regional Chorotega, otras universidades públicas y privadas, diversas instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y empresa privada; todo ello articulado en distintos equipos de trabajo con el objetivo de lograr la atención integral de las necesidades comunitarias para el mejoramiento de su calidad de vida.
Se contabilizan un total de 91 personas representantes de diferentes instituciones públicas, sector privado, asociaciones o agrupaciones comunales y organizaciones de la sociedad civil. A pesar de que se intentó realizar un análisis de género, con respecto a la participación de hombres y mujeres en el espacio público, y el tipo de labores realizadas o la incidencia de sus decisiones en la planificación del desarrollo comunitario o de proyectos comunitarios, esto no fue posible, ya que la determinación por sexo de participación interinstitucional no depende de este programa, es un fenómeno para nosotros fortuito.
Desde una distribución por sexo, y como síntesis se puede concluir que del total de personas 44 son mujeres y 47 son hombres. Así mismo, 28 personas son representantes comunales; sin embargo, en la realidad la lista se amplía mucho más, tal como constan en registros de asistencia en diversas actividades del programa. Finalmente, entre las personas restantes, se contabilizan un total de 63 funcionarios, funcionarias y representantes de organizaciones de la sociedad civil, lo que vuelve a indicarnos que el Programa de Desarrollo Integral Comunitario mantiene una metodología de gestión permanentemente interinstitucional e interdisciplinaria.
Por otro lado, el programa buscó promover procesos formativos y constantes en su equipo de trabajo y otros extensionistas como académicos y estudiantes, al facilitar espacios de reflexión con profesores pasantes internacionales de alto nivel, por ejemplo, sobre las prácticas metodológicas participativas, investigación acción participativa, construcción de redes interinstitucionales. Así también, espacios evaluativos sobre los procesos comunitarios que se vienen dando a partir de la realización de actividades propias de extensión mediante debates académicos interdisciplinarios que se enmarcaron en los procesos evaluativos de los proyectos FUNDER Y FIDA; todos, espacios de gran enriquecimiento académico donde también participaron estudiantes como observadores.
Enfoque intergeneracional del accionar formativo
Por otro lado, desde un ámbito académico, el PDICC es, sin duda, interdisciplinario, intergeneracional y con dinámicas grupales altamente participativas e inclusivas. La integración de personas que provienen de distintas partes del país, de diferentes disciplinas profesionales, así como de experiencias de vida bastante particulares según su condición de género, condición socioeconómica y generación, hacen de la vinculación de la extensión, la docencia, la investigación y la producción una universidad para el intercambio de saberes desde los más cotidianos hasta los más complejos en sus niveles más teóricos y epistemológicos.
Una actitud abierta y crítica de académicos y estudiantes con una creciente experiencia en extensión permitió los procesos de formación de formadores, aunado a la más frecuente realización de talleres y seminarios para la población universitaria por medio de lo que se llamará la internacionalización del programa, principalmente a partir de la participación en el congreso Encuentro Centroamérica en el Sur, con científicos sociales de reconocida trayectoria internacional investigativa. Estas condiciones han favorecido la formación más crítica del personal académico, administrativo y de estudiantes, así como también el perfeccionamiento metodológico de las investigaciones realizadas contribuyen a un crecimiento académico del PDICC. Estas condiciones pueden observarse en el aumento progresivo de producciones intelectuales, ya sean en forma de ponencias internacionales, ensayos e informes de proyectos, de un nivel publicable.
Resultados obtenidos y discusión de estos
Seguidamente, se exponen los resultados generales de Programa, muchos de los cuales se refieren a cambios cualitativos generados por las comunidades participantes en las prácticas universitarias, como resultado de la superación de las condiciones de vulnerabilidad.
Participación estudiantil activa, crítica y permanente
La participación estudiantil en los procesos de extensión e investigación que promueve el PDICC va de la mano con el mejoramiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje que cada estudiante lleva a cabo desde sus estudios académicos. En los equipos de trabajo interdisciplinario se promueve el aprendizaje conjunto, la solidaridad, el respeto, la equidad, el reconocimiento de las potencialidades individuales y grupales, así como la igualdad de oportunidades, en procura de su mejoramiento como estudiantes, como hombres y mujeres, así como futuros profesionales.
El PDICC se ha caracterizado históricamente por el amplio semillero creado bajo la concepción de una formación constante y continua de jóvenes estudiantes, quienes desarrollan sus labores relacionadas con su formación universitaria, imprimiendo, así, un dinamismo diverso en el proceso de innovación académica, propiciado dentro del mismo programa, mediante diálogos epistemológicos y metodológicos que conllevan a la construcción y reflexión incesante del programa.
Existe una diversidad en el tipo de participación estudiantil, que incluye no solo el sistema de becas que la UNA ofrece, sino también otras múltiples formas relacionadas con la docencia, prácticas e investigación especializada, según el nivel académico que se cursa de grado y posgrado.
De esta forma, se logra involucrar a diferentes estudiantes en la modalidad de estudiantes asistentes, estudiantes horas colaboración, estudiantes en prácticas, voluntariado, tesiarios, entre otros.
Cabe destacar que sus aportes al PDICC y a las comunidades han permitido darles soporte a múltiples actividades programadas a lo largo de los cinco años, que a su vez se fueron mejorando gracias a los procesos continuos de capacitación, reflexión y práctica en el campo. Se logra, así, la formación integral de jóvenes profesionales, y se constituye el PDICC en un semillero de jóvenes profesionales con una visión mucho más interdisciplinaria, crítica y proactiva, y capaces de enfrentar, en conjunto con las poblaciones afectadas, las problemáticas que les afectan. Este proceso formativo, muy afín a los procesos de vinculación de docencia y extensión, contiene el compromiso de brindarles oportunidades de aprendizaje más allá de lo meramente académico, incursionando en dinámicas y procesos de extensión de mediano plazo, con un gran sentido humanista, con oportunidad de innovar desde sus aportes y potencialidades, hacia un constante y enriquecedor debate epistemológico en el accionar mismo, en interacción constante con equipos intergeneracionales e interdisciplinarios del mismo nivel académico o superiores.
Por ende, el PDICC se ha fortalecido en la constitución de un espacio universitario complementario a la docencia formal, es un espacio donde el alumnado puede repensar la propia disciplina desde las posibilidades de confrontar lo teórico o técnico con lo que presenta la realidad social, ambiental, económica, política, cultural, entre otras, de las comunidades donde asisten. Así se va incentivando, en estos grupos, lo valioso del aprendizaje académico y lo aún más relevante: su aplicación en sectores sociales carentes de toda clase de oportunidades, que con su aporte participan del mejoramiento de la calidad de vida de las personas, las comunidades y los pueblos costeros e insulares.
Este ejercicio de aprendizaje es parte de la metodología del modelo de acompañamiento social participativo, es modelo dialéctico de construcción de conocimiento donde se valora de manera destacada ese saber del individuo y del colectivo, como también el de cada joven participante, el de cada funcionario, sin importar su rango jerárquico. Estos diálogos y debates posibilitan a estudiantes y académicos permearse y establecer vinculaciones más profundas entre la teoría y las realidades de aquellas comunidades en las que se busca un mejoramiento en la calidad de vida, así como la integración de sectores históricamente excluidos como lo son la niñez y la juventud en la toma de decisión dentro de las comunidades.
Finalmente, esta experiencia se logró sistematizar mediante la elaboración de ponencias sobre la importancia del trabajo, sistematización, evaluación y reflexión académica con estudiantes voluntarios y colaboradores del PDICC, en las comunidades marino-costeras del Golfo y la Península de Nicoya.
Población y comunidades partícipes de los procesos de acompañamiento
Por otro lado, para el PDICC, la población excluida con mayor potencial para integrarse a procesos de fortalecimiento organizativo y de autogestión, son las mujeres y la juventud; en este sentido, cabe destacar que se lograron mayores resultados con el sector juvenil, que fueron atendidos desde distintos espacios de participación más institucionalizados, como por ejemplo: Colegio de Isla Venado, Colegio Técnico Profesional de Jicaral, Colegio Nuevo de Isla Caballo, los equipos de fútbol, los grupos 4S, sectores pesqueros. Así como, por ejemplo, otros espacios impulsados por la universidad y otras institucionales como los festivales culturales, festivales recreativos y lúdicos, los talleres participativos de deporte alternativo, entre otros. En estos procesos se logran realizar experiencias formativas más inclusivas, pues si bien es cierto permitieron, por medio del aprender-haciendo, generar capacidades de liderazgo en jóvenes, también se promovieron la organización y participación de hombres y mujeres, adultos y adultas, niños y niñas en encuentros más abiertos no solo a las comunidades sino también a la región.
El empoderamiento comunitario para la incidencia en la toma de decisiones
Los resultados finales del Programa se identifican, desde el plano del empoderamiento comunitario, por medio del aprendizaje y desarrollo de capacidades individuales y grupales en pobladores de estas comunidades, para realizar procesos de auditoraje social, fiscalización y seguimiento de los compromisos institucionales con respecto a los proyectos y actividades que se acordaron realizar en los respectivos planes de desarrollo comunitario, en donde los sectores excluidos han podido tener mayor incidencia. Así es como también se fueron incrementando los procesos comunales para la presentación de denuncias ante la Defensoría de los Habitantes en Puntarenas, para interponer recursos de amparo relacionados con los derechos de posesión de tierras o, por ejemplo, irregularidades con respecto al cumplimiento de compromisos de diferentes instituciones. Este empoderamiento también se observó mediante el cambio en el tipo de participación que parte del liderazgo comunal llegó a tener en el ámbito político, dinamizándose una mayor conciencia reflexiva con respecto a la situación socio jurídica de pobladores de islas y costas, y gracias a los debates relacionados con los proyectos de ley vinculados con la materia costera e insular: líderes de las islas llegan a tener mayor presencia en espacios políticos nacionales, por ejemplo, en la Red Nacional de Defensa de Territorios Comunitarios Costeros. Este apoyo en la representación política de las comunidades costeras e insulares en espacios de toma de decisión también se logra activar en el plano de los gobiernos locales, donde una representante de Isla Venado adquiere un puesto como regidora, logrando la vocería de su comunidad y un lugar estratégico en la toma de decisiones.
Impactos a mediano plazo y estructural nivel organizativo
Por otro lado, las organizaciones sociales, llámense estas organizaciones de desarrollo, organizaciones juveniles, juntas educativas o bien agrupaciones de mujeres lograron aprender diferentes herramientas de gestión de proyectos que les permiten transformar sus problemáticas socioeconómicas, ambientales y socioculturales en propuestas para el mejoramiento de su calidad de vida. Ya en estas condiciones, muchas de estas organizaciones pudieron articularse a las redes interinstitucionales convocadas inicialmente por el PDICC, para garantizarse apoyo en la gestión, en la asignación de recursos, en el seguimiento y ejecución de los proyectos.
Se logra capacitar en gestión organizacional y gestión comunitaria a más de 50 personas, principalmente en tres comunidades: Lepanto, Isla Caballo, Isla Venado, entre ellas mujeres, pescadores, pescadoras, productores, productoras, líderes comunales.
Se trabajó con 25 grupos sociales que históricamente han tenido dificultades de participar en los espacios de decisiones, por ello se capacitó sobre empoderamiento con respecto a su propio desarrollo, autoafirmación y empoderamiento; entre los grupos con los que más se trabaja se encuentran las organizaciones o grupos de mujeres, y de jóvenes. Se impactó a diferentes comunidades: Isla Caballo, Lepanto, Jicaral, Isla Venado.
Vinculaciones interinstitucionales en los procesos de extensión
En el plano de la vinculación interinstitucional, el PDICC adquiere una dimensión más estratégica al incorporarse en el Concejo Distrital de Coordinación Institucional de Lepanto, en donde se llega a elaborar el programa anual de coordinación del Plan de Desarrollo Distrital y Cantonal, para lo cual se realiza una revisión permanente de las políticas cantonales y las políticas públicas, de manera de que sus integrantes velen y asesoren sobre el uso eficiente de los recursos públicos en la acción pública del distrito. Se logra formular al menos unos 19 proyectos que buscan el desarrollo comunitario de la mano con la participación interinstitucional, tanto en la elaboración, gestión y ejecución.
Se impactó a tres comunidades: Isla Venado, Lepanto e Isla Caballo. Dentro de las temáticas que se propusieron como proyectos fueron: área de pesca responsable en Isla Venado, conformación y participación de cooperativa de productores y productoras, creación del Colegio de Isla Caballo, estudios para el mejoramiento de recursos hídricos en la misma isla. Se puede decir que en total se impulsaron, al menos, 20 proyectos de desarrollo comunitario.
Análisis proactivo de las condiciones socio jurídicas en islas y zonas costeras
La reciente aplicación de la Ley 6043 de Zona Marítimo Terrestre ha generado en todo el país una crisis sobre las comunidades que habitan áreas costeras e insulares reconocidas como zonas públicas. Durante estos cinco años, el PDICC brindó asistencia y asesoría en Isla Caballo, por medio del apoyo de la Red Activa de Derechos Humanos. A raíz de esta primera experiencia se integró a la Red de Comunidades Costeras a nivel nacional. Asimismo, se trabajó en el análisis de la propuesta de Ley 18.148 y se impulsó el estudio sobre la creación de una nueva propuesta de ley para la conservación y desarrollo de las Islas del Golfo de Nicoya y sus comunidades. Las investigaciones socio jurídicas, las consultas con especialistas en la materia de DDHH, así como de derecho ambiental, derecho civil, derechos humanos, entre otros, han contribuido a que las poblaciones tomen medidas de acción más estratégicas e inclusive políticas, participando en espacios de toma de decisión más estratégicos, como por ejemplo lo ha logrado Isla Venado.
La formación humana integral y derechos humanos
Tanto en el caso de la niñez como de la juventud, las capacitaciones realizadas mediante talleres, juegos lúdico-recreativos, deporte, arte, cine comunitario y diálogos grupales promovieron la participación activa en la identificación de sus problemáticas así como la creación de alternativas a estas mediante pequeños planes de acción, e incluso, se incentivó su participación y presencia en espacios públicos con toma de decisiones de grupos históricamente excluidos: mujeres, jóvenes y niñez, haciéndoles partícipes del empoderamiento comunitario. Un proceso, sin duda, de ejercicio y defensa de los Derechos Humanos.
Esa integración de la niñez y la juventud en la toma de decisiones dentro de las comunidades, se visualiza como un proceso socio-histórico y cultural en el cual el acompañamiento sobrelleva a transformaciones o empoderamiento de aspectos como lo son la identidad, trayectorias o proyectos de vida dentro de estas poblaciones.
Por lo tanto, dentro de este proceso comunitario y académico, se podría decir que las juventudes vienen a representar lo que Reguillo (2012, p. 12) llama “el espejo de la realidad”, el cual, metafóricamente, demuestra diversos patrones que permiten comprender hacia dónde se mueve la sociedad, sin dejar de lado los nuevos protagonismos que ha adquirido la niñez y la juventud mundialmente en la agenda pública durante los últimos años, poniendo en evidencia los diversos sistemas y opresiones adulto céntricas de hoy.
Igualmente Duarte (2006) llama a un debate y reflexión de los diversos análisis, registros y variaciones sobre juventudes y niñez que se han establecido con el tiempo, incitando a nuevas metodologías o investigaciones sobre acciones, políticas públicas, militancia política y al trabajo comunitario. Estas deben, según Duarte, realizarse desde la cultura propia de jóvenes, potencializando así sus capacidades dentro de su contexto.
Lo anterior no es algo distante a la metodología del PDICRC, donde se ha trabajado siempre el acompañamiento comunitario de esos sectores históricamente excluidos que han tenido dificultades en la participación en los espacios de decisión en las comunidades, por ende, estos procesos son analizados y facilitados desde la cultura y el contexto de cada persona, conllevando a su propio desarrollo, empoderamiento, organización, autogestión y autoafirmación como grupos consolidados en las diversas comunidades, tal como en Isla Caballo, Cabuya, Lepanto e Isla Venado.
Cabe destacar que el PDICC hizo un gran trabajo organizativo y formativo intenso en estas dos poblaciones, junto con las familias, pues son sectores sociales muy vulnerables a las dinámicas socioecómicas de la región (pesca artesanal y monocultivos agrícolas extensivos). Estas provocan mayores problemáticas a mediano o largo plazo, por ejemplo, la deserción escolar, el desempleo, prácticas sexuales riesgosas para su salud, embarazos a corta edad o exceso de ociosidad sin propuestas alternativas para su mejoramiento de calidad de vida.
Se impartieron procesos formativos a poblaciones de jóvenes en materia de derechos humanos, salud sexual y reproductiva, liderazgo, fortalecimiento de valores, violencia intrafamiliar y su prevención, abuso de sustancias tóxicas y equidad de género. Se logró impactar a la población meta de jóvenes, de comunidades como Isla Caballo, Lepanto, Cabuya e Isla Venado. En el año 2012 se lleva a cabo el “Primer Encuentro la Paz de Isla Caballo 2012”. Es decir, se impacta la población de jóvenes meta de cuatro comunidades diferentes del Golfo y la Península de Nicoya, principalmente en temas como salud y educación.
La participación de las mujeres en los procesos de fortalecimiento integral
En el caso de las mujeres, al ser las más afectadas –por la problemática del desempleo, la violencia intrafamiliar, el analfabetismo por desuso, las problemáticas ambientales como por ejemplo poco acceso a agua potable–, también fueron partícipes de procesos de capacitación en formación humana, derechos humanos, salud sexual y reproductiva, proyectos productivos y organización comunitaria. Es interesante observar cómo estos procesos se fueron complementando, en la mayoría de los casos, con su actitud al cambio para mejorar sus vidas, su empatía hacia nuevos procesos de aprendizaje y, en muchos casos, su seguridad en cuanto a experimentar nuevos proyectos productivos. Son estas las condiciones que han garantizado, de manera general, la sostenibilidad de los proyectos organizativos como los comunales en general, liderados cada vez más por mujeres. Cabe destacar, por ejemplo en Isla Caballo, que ellas dieron inicio con los procesos de alfabetización de adultos y organización social.
La educación como herramienta estratégica del empoderamiento comunitario
Por otro lado, desde el plano educativo, este se subdivide en educación formal y en educación no formal. Por un lado, las escuelas de las comunidades donde se realizaron procesos de extensión han sido fortalecidas ya sea directamente por medio de asesorías al personal docente, como también visibilizando ante las autoridades institucionales las condiciones de abandono o deterioro de la calidad e infraestructura escolar, así como el poco acceso a capacitaciones especializadas para el personal docente, entre otros. De esta manera, se pudo lograr un mayor apoyo a estas, donde resultó la niñez –para el caso de las escuelas– o la juventud –para el caso del colegio– los más beneficiados.
Desde el ámbito de la educación no formal se lograron articular algunas capacitaciones para las comunidades por medio de las redes interinstitucionales, ya sea en materia de artesanía, gestión microempresarial, proyectos productivos, planes de negocios y planes de desarrollo comunitario. Para el PDICC, estas temáticas son muy importantes porque contribuyen al mejoramiento la calidad de vida de las comunidades.
Proyectos productivos y procesos de generación de ingresos para mejoramiento de la calidad de vida
La generación de ingresos alternativos a la pesca artesanal es el elemento vitalizador de lo que se llamará “diversificación productiva. Este es un esfuerzo de exploración, estudios y ejecución con, al menos, 8 grupos productivos a lo largo de estos años. Estos grupos se capacitan en materia de gestión organizacional y gestión empresarial. Se trabajó con: Mujeres Artesanas de la Florida, Cooperativa Isla Venado, Artesanas de Cabuya, Asociación de Productoras Rosa Claus en Lepanto, Mujeres Puerto Viejo, Asociación de Pescadores de Puerto Viejo. Es decir, se trabajó tanto con la comunidad de Lepanto como de Cabuya.
Hacia la gestión ambiental con participación activa de las comunidades
Desde el ámbito del accionar socioambiental, el PDICC logró generar un proyecto anual acerca de reciclaje y manejo de desechos sólidos en la comunidad de Cabuya e Isla Venado, trabajando conjuntamente con la Asociación de Ecoturismo de la Isla Venado y con la red apoyo interinstitucional (UNA, UCR, INA, UNED). La temática de la educación ambiental no solo impacto a las personas que estaban ejerciendo el proyecto sino que también logró un alcance en niños y niñas. En resumen, se difundió información educativa y, a su vez, se generaron, al menos, cuatro proyectos.
Y, finalmente, muy enfocado en el tema ambiental, se da un fuerte seguimiento a la realización del Área de Pesca Responsable en Isla Venado, hasta que se aprueba por las autoridades correspondientes. Para darle sustento, se llevaron a cabo diversas investigaciones ambientales y eventos comunitarios en procura del manejo sostenible de los recursos marino-costeros, de la mano del desarrollo comunitario.
El PDICC como un espacio alternativo para la producción de conocimiento
En esta etapa se realizó el esfuerzo de sistematizar experiencia en ponencias sobre temáticas que se relacionaran con el modelo de acompañamiento social participativo y desarrollo local; debates interdisciplinarios desde la experiencia del PDICC; aportes de la extensión universitaria en la generación de política pública para la superación de la pobreza. Sin duda, el esfuerzo de sistematizar los productos de las investigaciones realizadas en cinco años permitió preparar los insumos para futuros trabajos publicables.
Enfoque microrregional de los procesos de extensión en comunidades y la internacionalización del programa
Por último, la experiencia de estos cinco años plantea un reto aún más complejo y es gestionar la aprobación y ejecución del programa por otros cinco años, para poder fortalecer los procesos comunitarios en la región y los procesos de internacionalización mediante la su vinculación con otros programas similares e incluso universidades en la región centroamericana, suramericana y del Caribe.
Cumplimiento de los objetivos específicos
Respecto al cumplimiento de los objetivos, considerando los indicadores, se puede señalar que se ejecutaron en un 93%, donde el menor cumplimiento corresponde a la temática relacionada con la coordinación interinstitucional con un 80% y las de más alta ejecución, al desarrollo de capacidades organizativas, desarrollo de habilidades personales y participación de las diversas unidades académicas de la UNA con un 100%.
Sin embargo, este grado de ejecución descrito respecto a los objetivos específicos no refleja los resultados de mayor relevancia desde la perspectiva e interés del Programa, es decir, las transformaciones socioculturales y estructurales generadas por las comunidades con el acompañamiento del Programa. Estas transformaciones son registradas en los reportes formales como resultados indirectos.
En la siguiente tabla 2 se presentan los objetivos específicos, según su grado de cumplimiento.
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1 Se agradece la colaboración de las estudiantes asistentes del PDICRC: Bach. Sharon Rodríguez y Bach. Jeanina Hidalgo, egresadas de la Licenciatura en Sociología; Bianka Álvarez y Alejandra Rivera, estudiantes de III Nivel del Bachillero en Género y Desarrollo del Instituto de Estudios de la Mujer.