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Economía y Sociedad, Vol. 20, Nº 48 Cierre al 31 de diciembre de 2015, pp. 1-19

EISSN: 2215-3403 URL http://www.revistas.una.ac.cr/economia


EMPRENDEDURISMO EN COSTA RICA: ESTANCAMIENTO EN LA TRANSICIÓN A LA INNOVACIÓN

ENTREPRENEURSHIP IN COSTA RICA: STAGNATION IN THE TRANSITION TO INNOVATION

Manuel Chaves Núñez1

Raúl Fonseca Hernández2

Resumen

Costa Rica está estancada en una fase de desarrollo de transición entre una economía basada en eficiencia y una tendiente a la innovación, sin promover adecuadamente las condiciones de emprendedurismo que le permitan llevar a cabo dicha transformación. Mientras tanto, otros países de la región se ubican en mejor posición para fomentar emprendimientos de este tipo. Ante esta situación resulta importante cuestionarse, ¿cuáles son las condiciones sobre emprendedurismo en Costa Rica que podrían mejorar la transición hacia una economía basa en la innovación?

Para mejorar esta situación el país debe desarrollar un programa de apoyo interinstitucional tendiente a generar atracción de inversión extranjera directa, encadenamientos productivos, mejorar el capital humano y los servicios de capacitación, incubación, aceleración y financiamiento, así como la articulación de la política pública.

Palabras claves: Emprendedurismo; Eficiencia; Innovación; Competitividad

Abstract

Costa Rica is stuck in a transition phase between an efficiency-based economy and an innovation-based economy and is not promoting the necessary entrepreneurial conditions that would lead to the required transformation. Meanwhile, other countries in the region are in a better position to encourage entrepreneurship. In this situation, it is important to ask which are the conditions regarding entrepreneurship in Costa Rica that could improve the transition to an innovation-based economy.

To improve this situation, the country must develop an inter-institutional support program that attracts direct foreign investment and linkages between businesses, improve human capital, provide training, incubation and funding, and have better articulation of public policy.

Keywords: Entrepreneurship; Efficiency; Innovation; Competitiveness

Doi: http://dx.doi.org/10.15359/eys.20-48.5

Recibido el 26 de agosto de 2015. Reenvíos: 14 de octubre 2015, 11 de noviembre de 2015. Aceptado el 30 de noviembre del 2015. Publicado el 16 de diciembre 2015.

Introducción

El emprendedurismo es un proceso de mucha importancia para el desarrollo económico de los países. A través de la creación de empresas, el progreso tecnológico y la innovación liderada por las personas emprendedoras es posible mejorar la creación de riqueza de una nación y coadyuvar con el bienestar de sus habitantes. Para ello se requiere de políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones necesarias para que se desarrollen estas actividades emprendedoras.

Debido a la importancia que reviste el tema, varios institutos de investigación realizan estudios y generan información sobre el estado del emprendedurismo en diferentes países. Los reportes más importantes de divulgación anual son el Índice de Desarrollo y Emprendedurismo (GEDI, por sus siglas en inglés) y el Monitor Global de Emprendedurismo (GEM, por sus siglas en inglés), los cuales sistematizan información tanto del contexto, como de la actividad emprendedora. Con estos indicadores es posible analizar las condiciones de Costa Rica en emprendedurismo y compararla con la de otros países.

El documento se estructura en cinco apartados: el primero trata sobre las referencias teóricas que aproximan el origen y características del término emprendedurismo en el ámbito internacional y nacional. El segundo apartado metodológico presenta las técnicas aplicadas para el desarrollo de la investigación. El tercero analiza la posición internacional de Costa Rica en el tema del emprendedurismo y los principales obstáculos para avanzar hacia una economía basada en la innovación. El cuarto presenta las propuestas de política pública que podrían superar dichas limitaciones. El último apartado presenta las conclusiones del estudio.

Referencia teórica

La importancia de los procesos de creación y destrucción de riqueza a través de la innovación es un tema de mucha importancia. Schumpeter (1942) fue el primer autor que planteó la disyuntiva del proceso de destrucción creativa, liderado por un agente capaz de realizar las innovaciones necesarias para el desenvolvimiento de las economías. Actualmente, se ha asociado a este agente con la noción de emprendedor y por lo tanto ha nacido la discusión sobre la importancia del emprendedurismo para el desarrollo de las economías.

Por consiguiente, no hay una definición única sobre el término, el área de estudio es muy dinámica y está cambiando con los aportes de nuevas investigaciones y experiencias que aumentan el acervo de conocimiento disponible y brindan nuevos enfoques sobre la concepción del fenómeno (Chigunta, 2002 y GEDI, 2015), por lo que existen diferentes definiciones del término emprendedurismo, algunas que simplifican mucho el alcance de la definición y otros que lo perciben con un proceso más complejo.

La definición más simplificada y con la que comúnmente se identifica el término emprendedurismo hace referencia a cualquier intento llevado a cabo por los individuos para empezar una nueva empresa. La Real Academia Española (de ahora en adelante RAE) no ha aceptado emprendedurismo como una palabra válida o propia del lenguaje español, pero brinda dos definiciones de la palabra emprendimiento: por un lado, lo identifica como una “acción o efecto de emprender”, entendiéndose que es “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”; y por otro lado, indica que es la “cualidad del emprendedor” (RAE, 2014).

Cuando se hace referencia a emprendedurismo, incluso en su sentido más reducido, no se debe confundir con el autoempleo, pues lo que se quiere identificar es algo más complejo que ello y también se debe asociar con las personas emprendedoras; es por esto que la segunda definición de la RAE complementa indicando que emprendimiento no solo está asociado con la creación de empresas, sino que también tiene que ver con las cualidades de las personas. En el mismo sentido, Chigunta (2002) menciona que el emprendedurismo es un conjunto de cualidades emprendedoras, como la iniciativa, la innovación, la creatividad y la asunción de riesgos en el ambiente de trabajo, en donde se usan las habilidades apropiadas, que sean necesarias, para el éxito en ese entorno y la cultura.

Definiciones más integrales incorporan la importancia de otros elementos e identifican al emprendedurismo como un proceso complejo y multifacético de vital importancia para el desarrollo económico y social de las economías (GEM, 2013 y GEDI, 2015). Según estas nociones, el emprendedurismo es un proceso de generación de riqueza para las naciones a través de la innovación y la creación o discontinuidad de las empresas; en el cual intervienen diferentes factores y actores que ayudan a las economías para que trasciendan a nuevas fases de desarrollo económico (GEM, 2013 y GEDI, 2015).

Para el caso de Costa Rica, según la Política Pública Costa Rica Emprende (2010-2014), emprendedurismo es definido como la “Actividad o grupo de actividades que emergen de la detección de oportunidad e identificación de necesidades y que se traducen en beneficios económicos y sociales. Fenómeno económico o social que emerge en el desarrollo de la actividad emprendedora” (MEIC, 2010, p 4).

El desarrollo económico es considerado por varios autores como un proceso en el cual la economía atraviesa varias fases o etapas que implican mayores niveles de progreso; dentro de estos, destaca el paradigma desarrollado por Porter et al. (2002)3. A partir de su estudio sobre las ventajas competitivas de las naciones (Porter, 1990) se plantearon tres fases del desarrollo económico de los países: economías basadas en recursos, eficiencia e innovación. Algunas características básicas de la economía en cada una de las etapas se presentan en la tabla 1.

 

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La transición de las economías de una fase a otra depende de las condiciones que logre desarrollar la economía donde los actores fundamentales, en la formulación original de Porter et al. (2002), son los gobiernos y las empresas. El primero tiene la obligación de crear las condiciones institucionales y macroeconómicas propicias para que la estructura productiva y las empresas puedan evolucionar y ser más sofisticadas con el tiempo (Porter, 1987; Porter, 1990 y Porter et al., 2002). Por su parte, las empresas deben mejorar sus capacidades competitivas y tecnológicas que le permitan generar ventajas únicas y basadas en la innovación (Porter, 1987; Porter, 1990 y Porter et al, 2002).

Otras visiones (Leibenstein, 1968 y Schumpeter, 1942) destacan la participación de un tercer agente de desarrollo: es la persona emprendedora, el cual a través de sus acciones facilita la transformación del parque empresarial y promueve la generación de innovaciones. Considerando las cualidades de asumir riesgos y habilidad para evaluar oportunidades económicas el emprendedor lidera la actividad (Leibenstein, 1968) o los procesos de destrucción creativa (Schumpeter, 1942) necesarios para el crecimiento económico.

Otro aspecto importante del emprendedurismo es el contexto: institucional, cultural, social y económico. El entorno en el cual se desarrolla la actividad emprendedora condiciona la capacidad y la velocidad con la que los emprendedores pueden aprovechar las oportunidades económicas y de negocios, y fomentar procesos de innovación (GEDI, 2015 y Klaus, 2014). El Gobierno es el principal responsable de garantizar las condiciones institucionales y económicas, así como los incentivos adecuados, para promover la innovación, el progreso tecnológico y la actividad emprendedora necesaria para que el país avance a etapas de desarrollo más complejas.

A pesar de que la importancia del emprendedurismo en el desarrollo económico fue identificada desde hace años (Schumpeter, 1942 y Leibenstein, 1968), es reciente el mayor interés que se le ha prestado como objeto de estudio. Las principales investigaciones sistémicas sobre el tema son desarrollados por GEM desde 1999, GEDI desde 2009 y WEF desde 2013, y han propiciado una batería de información básica que permite comparar la posición o situación relativa de un país con respecto al resto en el tema de mejorar o facilitar el emprendedurismo.

El emprendedurismo es un proceso que depende del entorno en el que se desarrolle la actividad emprendedora de creación, consolidación y continuidad de emprendimientos o empresas y de las cualidades de las personas que lo lideran o emprendedores, por lo que es un proceso complejo en el que interactúan agentes, como el Gobierno, las empresas y los emprendedores, en un contexto que define las condiciones que potencian u obstruyen las transformaciones institucionales y en el parque empresarial, lo cual permitirá a la economía posicionarse en etapas de mayor desarrollo, a través de emprendimientos que consoliden el progreso tecnológico e innovaciones de las empresas nuevas y las ya establecidas. Este proceso multifacético es lo que se representa en la figura 1.

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Figura 1. Componentes del emprendedurismo. Fuente: elaboración propia

Metodología

La disponibilidad de información es el principal problema que existe al analizar los temas relacionados con el emprendedurismo, debido a que no se encuentra en igualdad de condiciones para todos los países o solo se ha podido generar para una cantidad reducida de casos, incluso en algunos la periodicidad y metodología de recolección de la información varían, pues limitan la comparación de los resultados. Este problema se presenta principalmente en los países en vías de desarrollo donde los Sistemas de Cuentas Nacionales no se han consolidado lo suficiente y no se ha ampliado el rango de información que se recopila.

Considerando esta limitante de información, los estudios que realizan las organizaciones como Global Entrepreneurship Report y The Global Entreprenurship and Development Index resultan de vital importancia para el análisis y la tomas de decisiones sobre la actividad emprendedora. La información recopilada por GEDI se basa en información de 15 pilares de carácter individual, institucional y nacional para la construcción de un índice con base en 15 pilares que reflejan el estado del emprendedurismo en la economía. Este índice refleja información tanto del contexto como de la actividad emprendedora. Con base en esta se ubican las condiciones de emprendedurismo de Costa Rica en el puesto mundial y regional, así como, se determinan los aspectos en los que posee fortalezas y debilidades en el desempeño del índice y su brecha con respecto al promedio mundial y al promedio de América Latina.

Los estudios del GEM se realizan con base en el modelo descrito en la figura 2. La información recopilada por el GEM se centra en comprender los emprendimientos. El emprendedurismo se caracteriza por un contexto que influye tanto sobre las organizaciones o empresas establecidas como en los emprendimientos. A su vez, las actitudes, actividades emprendedoras y aspiraciones personales son los factores que dinamizan la creación de empresas e innovaciones. El efecto final de este proceso se percibe en un mayor crecimiento económico, así como en mayores niveles tecnológicos y de innovación.

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Figura 2. Modelo del GEM sobre emprendedurismo. Fuente: GEM (2013, p. 19)

Considerando que la información obtenida en los estudios del GEDI se complementa con los reportes del GEM, se realizará un análisis comparativo del Emprendedurismo en Costa Rica con respecto a la situación que se presenta en otros países de América Latina. Para lo cual los países analizados se seleccionaron a partir de los 10 primeros puestos ocupados por los de América Latina en el Índice del GEDI.

Posicionamiento internacional de Costa Rica y estancamiento en la transición a la innovación

En el GEDI (2015) los principales puestos están ocupados por países de alto nivel de renta; encabezando la lista Estados Unidos con un índice de 82,5 en los pilares del emprendedurismo. El país de América Latina que mejor ubicado está es Chile, en la posición 16 de 120 países con un valor de índice de 65,1; lo que significa una diferencia de 17,4 puntos porcentuales. Australia ocupa el tercer puesto con un calificación de 77,9.

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Los países de mayor desarrollo y nivel de renta mantienen condiciones similares en aspectos de competitividad y de emprendedurismo, solo cuatro países en los primeros 10 puestos del GEDI no están en los 10 primeros puestos del Índice Global de Competitividad (IGC), pero según GCR (2014) todos son economías basadas en innovación. En otras palabras, los países que han alcanzado altos niveles de competitividad destinan recursos y esfuerzos para garantizar que, a través del emprendedurismo, se continúe manteniendo dichos niveles de productividad e innovación.

La posición que ostenta Costa Rica según este índice, refleja condiciones que limitan en el fomento del emprendedurismo. En el ranking mundial el país se encuentra en la posición 61 y es octavo dentro de América Latina. La diferencia cuantitativa en la valoración de los pilares que propician el emprendedurismo es muy significativa: 45,3 puntos porcentuales con respecto a Estados Unidos y 27,9 con respecto a Chile. Otra forma de analizar el rezago de Costa Rica es que la calificación del país en los pilares del emprendedurismo representa un 45,09% y 57,14% de las calificaciones obtenidas por Estados Unidos y Chile, respectivamente. Esto indica que el país se encuentra, aproximadamente, a mitad de camino de obtener las condiciones para fomentar el emprendedurismo que poseen los países líderes.

Actualmente, Costa Rica es catalogada por el GCR (2014) como un país en transición de una economía basada en eficiencia hacia una economía basada en la innovación, pues en el Índice Global de Competitividad ocupa el puesto 51 de 144 economías y es la cuarta economía más competitiva de América Latina. A diferencia de los países desarrollados, Costa Rica no muestra el mismo nivel de desempeño en sus condiciones de emprendedurismo.

Mejores condiciones para el emprendedurismo pueden significar mayores tasas de crecimiento en el futuro; por cuanto los emprendedores son los líderes de cambio que transforman la economía a través de la creación y consolidación de empresas, mejoramiento de la competitividad de las establecidas y por medio de la innovación y el progreso tecnológico. Países como Colombia, Uruguay, Perú, Argentina y México, que en el índice de competitividad se encuentran en posiciones peores que la de Costa Rica, pero cuando se valoran los aspectos de emprendedurismo están mejor posicionados.

El desempeño de Costa Rica en los 15 pilares de emprendedurismo considerados en el GEDI evidencia que, comparado con otros países, la economía no se está preparando adecuadamente para fomentar la transición hacia una economía basada en la innovación a través del emprendedurismo. Con respecto al promedio de América Latina hay 7 pilares en los que el país obtiene un calificación menor, y con respecto al promedio global son 10 pilares; lo que refuerza la tesis de que Costa Rica está en riesgo de un estancamiento en su desarrollo al no potenciar el emprendedurismo adecuadamente4.

Los pilares del emprendedurismo en los que Costa Rica muestra un mayor rezago, son precisamente aquellos fundamentales para que el país logre avanzar hacia una economía basada en innovación: capital humano, internacionalización, capital de riesgo, innovación de producto, sector tecnológico, innovación de procesos y aceptación de riesgo. Por lo que se destaca que los dos pilares con peor desempeño son en los que se ha orientado el modelo de desarrollo de Costa Rica implementado desde la mitad de los años ochenta.

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Figura 3. Desempeño comparado de Costa Rica con el promedio mundial y de América Latina en los 15 pilares del emprendedurismo de GEDI. Fuente: GEDI (2015)

Nota: Valores en porcentajes.

El Programa Estado de la Nación (2014) indica que el componente económico, promoción de exportaciones y atracción de inversión extranjera directa, el componente social, inversión pública con énfasis en educación, del estilo de desarrollo de los últimos años en el país no logró un periodo de alto crecimiento económico y se ha disminuido el dinamismo y la competitividad de los sectores de punta. El mismo informe indica que Costa Rica no ha preparado su recurso humano para insertarse adecuadamente en la nueva economía, ni para las transformaciones que se requieren para desarrollar al país, lo cual se demuestra en el faltante de técnico y profesionales en ciencias básicas que tiene el país.

Costa Rica tiene, con respecto a las otras economías seleccionadas en el índice, fortaleza en actitudes emprendedoras. En cuanto al indicador de intenciones de crear una empresa, en los últimos tres años, el país ha mejorado al pasar de 13,2% a 33,4% de las personas entre 18 y 64 años. Esta propensión a crear emprendimientos que tiene Costa Rica se complementan con otras actitudes. Los aspectos más favorables son que un alto porcentaje de personas consideran que el emprendimiento es una carrera deseable (72%), que los emprendedores exitosos gozan de alto estatus en el país (72%) y que los medios de comunicación brindan bastante cobertura al tema de emprendedurismo (79%). Destaca que el porcentaje de costarricenses que indican tener miedo al fracaso bajó con respecto a otros países como Colombia o Chile con un 69% y 66% respectivamente (GEM, 2015). La tabla 3 muestra las actitudes y percepciones emprendedoras de los países seleccionados entre el 2010 y 2012.

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El porcentaje de personas que consideran tener las habilidades y capacidades necesarias para emprender un negocio, aquellas que perciben la oportunidad de iniciar una empresa en el área donde viven y las que conocen a algún emprendedor es alto (63%, 47% y 41% respectivamente (GEM, 2015); no obstante, es mayor en el resto de países. Estos tres aspectos de las actitudes emprendedoras son una debilidad relativa, pues son claves para que el deseo o disposición de ser emprendedor se concrete.

La cantidad de actividades emprendedoras en Costa Rica es muy baja; en todos los aspectos que valora el GEM en este componente muestra un desempeño inferior a los demás países. Consecuencia de las actitudes en la que se poseen la debilidad relativa, Costa Rica no concreta suficientes emprendimientos; solamente el 3,3% de la población entre 18 y 64 años es propietaria de emprendimientos establecidos, mientras que en el resto de los países es superior al 10,4%, incluso en Chile es del 19,1% de la población. Además, la tasa de propiedad de nuevos negocios es del 5,3%, a pesar de haber aumentado de 3,3% en el 2010; pero en los otros países el porcentaje es superior a 48%.

En Costa Rica el emprendimientos por necesidad representa un 20% y los liderados por mujeres, representan un 10,7%. Si bien el aporte de los emprendimientos por necesidad al progreso tecnológico e innovación suele ser muy reducido con respecto al que realizan aquellos que se formaron por oportunidad, la capacidad distributiva de los primeros es mayor, lo que permite que los beneficios del emprendedurismo lleguen a una población mayor y más necesitada de generar ingresos. La tabla 4 muestra las actividades emprendedoras de países seleccionados entre el 2010 y el 2012.

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Las aspiraciones emprendedoras de Costa Rica son muy limitadas y se refuerza la tesis de que las características de los emprendimientos no son las que permitirán al país transformarse en una economía basada en la innovación. La decepcionante orientación internacional de la actividad emprendedora, apenas un 7% de las nuevas empresas más del 25% de sus clientes son extranjeros, y la baja cantidad de emprendimientos con productos nuevos, 27% de los nuevos negocios, indican que Costa Rica está lejos de avanzar de fase de desarrollo económico. La tabla 5 muestra las aspiraciones emprendedoras de países seleccionados entre el 2010 y 2012.

 

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Petry y Lebendiker (2011) realizan un perfil general de las personas emprendedoras en Costa Rica. Algunas características positivas de dichos actores son: no hay diferencia de género en los emprendimientos en etapas iniciales, más de la mitad de emprendimientos están motivados por oportunidad (no por necesidad), la mayoría se realiza en servicios al consumidor, la edad promedio de los emprendedores nacientes es de 35,7 mientras que la de emprendedores establecidos es de 41,3 años.

A nivel de política pública, Costa Rica está realizando esfuerzos para promover emprendimientos sin conseguir necesariamente un mayor impacto. En 2010, el gobierno creó la primera política nacional de emprendimiento “Costa Rica Emprende”; con fundamento en la ley 8262 de Apoyo a las Mipymes, firmada en 2002 y la Ley 8634 del Sistema de Banca para el Desarrollo de 2008. Fonseca y Chaves (2014) llegan a seis conclusiones muy claras con respecto al limitado resultado que tiene esta política: el país logra mejorar en simplificación de trámites y en los índices de competitividad internacional; se institucionaliza y regionaliza el apoyo a las pymes, sin embargo tiene un limitado impacto; insipiente desarrollo del Sistema Nacional de Incubación al crearse el marco normativo, se inicia implementación, pero hay poca cobertura, acceso e impacto; pymes medianamente exportadoras: pese a su gran número, son inestables y general poco valor exportado; insipiente capacidad nacional para generar empresas vinculadas a la innovación y desarrollo tecnológico. En cuanto al Sistema de Banca para el Desarrollo, los resultados de la implementación del mismo han sido limitados, si bien es cierto se cuenta con una normativa fuerte, existe una alta concentración de recursos que son subutilizados y con requisitos poco accesibles al empresario promedio y están obstaculizando el posicionamiento internacional de Costa Rica con respecto a otros países que han logrado mejorar y ampliar las actividades emprendedoras.

Dos características dentro de este perfil refuerzan el argumento de que Costa Rica está atrapada entre las etapas de Economía basada en factores y en Eficiencia, o al menos en las etapas iniciales de esta última, las cuales se muestran de la siguiente manera: el bajo uso de nuevas tecnologías y la baja innovación en productos. De acuerdo con Petry y Lebendiker (2011) solamente el 16,4% de los emprendimientos nuevos y el 7,5% de los establecidos indicaron ofrecer productos nuevos, en contraste, un 88% de los nuevos y un 73% de los establecidos indicaron que utilizan tecnologías con una antigüedad mayor a cinco años.

Elementos de política pública necesarios para fortalecer el emprendedurismo en Costa Rica

A continuación se enumeran y desarrollan los principales elementos que debería considerar una política pública para fortalecer el emprendedurismo y permitir al país avanzar a la etapa de innovación:

La política pública debería focalizar esfuerzos para atraer inversión extranjera directa (IED) que propicie los encadenamientos productivos y desarrollar un programa de apoyo a las pymes que se vinculen a estas empresas. Se debe tomar en cuenta dentro de su estructura las variables de capital humano, mejorar los servicios capacitación, incubación y aceleración, financiamiento, así como la articulación de la política pública. La IED debería focalizarse a sectores estratégicos de mediano y alto valor agregado, distribuido en el territorio nacional y no concentrado únicamente en el Gran Área Metropolitana. Al lograr este encadenamiento, se permitirá aprender–adquirir técnicas productivas, estándares de calidad, estandarización de procesos, entre otros elementos que mejoran sensiblemente la calidad de los productos y servicios, los tiempos de elaboración y los costos asociados a su producción.

Procurar la internacionalización, se debe reconocer que las Pymes en Costa Rica son medianamente exportadoras. “Pese a la gran cantidad de micro y pequeñas empresas que hay en el país, muy pocas son las que logran exportar, y solo un porcentaje muy pequeño logran mantenerse en el mercado en el corto plazo. Aunado a lo anterior la producción generada es de poco valor exportado” (Fonseca y Chaves, 2014, p 10).

En este sentido, el desarrollo de mercado local y encadenamientos productivos es vital para avanzar en la cadena de valor. Las empresas que se vinculan a la cadena de valor logran aprender mucho más rápido y ser más eficientes en la generación de productos y servicios en comparación con las que no se logran vincular. Normalmente, las empresas internacionales tienen amplia experiencia y han desarrollado un conjunto de buenas prácticas y normas de calidad que transfieren a las empresas que se vinculen por primera vez.

Capital Humano, se requiere más capacitación en conocimientos técnicos y empresariales para determinar una mayor porción de proyectos por oportunidad, ligados a procesos de innovación y desarrollo tecnológico. Ambos conocimientos son necesarios e indispensables para poder mejorar la competitividad empresarial. No basta con tener vastos conocimientos sobre la formas de hacer las cosas si no se puede administrar y promocionar bien las actividades y recursos vinculados con la empresa. De igual forma, de nada sirve manejar eficientemente un negocio si no se tiene las capacidades, destrezas y conocimiento de técnicas actualizadas para generar productos de una calidad y funcionalidad adecuadas.

En este sentido, la educación debería enfocarse en promover una cultura emprendedora desde los niveles escolares y colegiales, generar proyectos de investigación, cultivar las cualidades de un emprendedor desde edades tempranas, aplicar programas interactivos que motiven el aprendizaje, la innovación y el desarrollo tecnológico de las personas jóvenes participantes. Estos elementos garantizarán la formación de dicha cultura emprendedora, que a futuro se convertirá en el parque empresarial del país.

Mejorar servicios de apoyo, es necesario reorientar, interrelacionar y aumentar la capacidad instalada de las incubadoras y aceleradoras con otras instituciones que ofrecen servicios de apoyo empresarial a pymes en el país. En Costa Rica, la capacidad que tienen las incubadoras y aceleradoras es muy limitado, tanto en la cantidad que son como en la capacidad de atención a la población meta. Asimismo, las personas que acceden a la incubadora, tienen escasas opciones de acceder a una aceleradora, pues no existe un proceso lineal. Además, es necesario replantear el modelo metodológico por seguir en relación con el tipo y forma del apoyo técnico que se les brinda. Por lo que sería ideal tener un modelo de atención unificado, pensado integralmente según las necesidades particulares de la población meta, de tal forma que permita vincular otras instituciones públicas o privadas, que brinden apoyo complementario a las empresas. Todo debe pensarse bajo una lógica de proceso que permitan dar respuesta efectiva y coordinada a cada necesidad de las pymes, desde la etapa de la consolidación de la idea productiva, pasando por el desarrollo del plan de negocios, la consolidación de la empresa y la posterior vinculación internacional del mismo (Fonseca y Chaves, 2014).

Financiamiento, toda empresa requiere complementariamente recursos financieros para poder iniciar, consolidarse e internacionalizarse. En el país la normativa de banca de desarrollo debe flexibilizar los requisitos, montos y plazos que se ponen a disposición de las Pymes. Asimismo, debe avanzarse en la consolidación de opciones de financiamiento complementario tales como el capital ángel, de riesgo y el capital semilla, que son dineros no reembolsables aportados por un tercero (empresa, organización sin fin de lucro o institución pública) que procura la puesta en marcha del negocio o la consolidación del mismo. Estos cambios permitirán desconcentrar los recursos, aumentar su utilización y generar una mayor cobertura.

Articulación de la política pública, es indispensable fortalecer la rectoría del Ministerio de Economía y Comercio para que pueda articular y evaluar los distintos actores y ofrecer una estrategia integral de apoyo a las pymes. Instituciones como el Instituto Mixto de Ayuda Social, la banca nacional, las universidades estatales, el Instituto Nacional de Aprendizaje, el Instituto Nacional de las Mujeres, el Ministerio de Trabajo, diversas municipalidades, las incubadoras, aceleradoras, entre otros, poseen programas dispersos de apoyo a las pymes. Entre estos entes no existe comunicación alguna, no se coordina áreas geográficas de atención ni poblaciones objetivo. Todas las instituciones poseen cuantiosos recursos operativos, financieros y humanos, sin que los resultados e impacto sean evaluados mediante metodologías estándar, reproduciéndose las buenas prácticas para las demás instituciones o incorporando mejoras en las debilidades que se detecten.

Conclusión

El emprendedurismo en Costa Rica se encuentra estancado en las etapas de transición, el principal reto que se debe asumir es propiciar las condiciones necesarias para lograr avanzar hacia la etapa de la innovación, siendo esta la base fundamental de una verdadera estrategia de desarrollo. El país no encuentra la forma para poder avanzar hacia mayores niveles de desarrollo. Por lo tanto, presenta una erosión de la competitividad de los sectores de punta y un menor dinamismo de la economía, causado por la incapacidad del actual modelo de promoción de exportaciones y atracción de inversión extranjera directa para crear mayores encadenamientos productivos y aumentar la productividad.

El país podría basar su modelo de desarrollo en el fomento de capacidades endógenas de las personas emprendedoras. La generación de micro y pequeñas empresas de base tecnológica, o con elementos de innovación fuertes, proporcionarán un tejido empresarial en el mediano plazo que aportará en la disminución del desempleo, aumento en la dinámica económica y proporcionará un alivio a las finanzas públicas vía aumento en la recaudación del impuesto de ventas y renta.

Se debe fomentar el emprendedurismo mediante una política pública fuerte e integradora. Debe generar mejoras en sustanciales en sus política pública de tal forma que logre atraer una mayor cantidad y calidad de inversión extranjera directa, procurar la internacionalización de empresas nacionales, desarrollar el mercado local y generar verdaderos encadenamientos productivos, formar más y mejor capital humano, promover una cultura emprendedora, mejorar servicios de apoyo, financiamiento, así como la articulación de la política pública.

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1 Máster en Economía del Desarrollo, Universidad Nacional de Costa Rica. Correo: manuel.chaves09@gmail.com

2 Máster en Economía del Desarrollo, Académico Escuela de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Costa Rica. Correo: raul.fonseca.hernandez@una.cr

3 Dicha publicación está inmersa en el Reporte Global de Competitividad 2001 del Foro Económico Mundial. En esta edición del informe se reformuló el cálculo del Índice Global de Competitividad a partir de los microfundamentos del desarrollo económico investigados por Michael Porter y la investigación social de Jeffrey Sachs. A partir de la publicación de este documento se posicionó la concepción de las tres fases de desarrollo económico, las cuales han servido de referencia para la mayoría de investigaciones que tratan los temas de competitividad, innovación y emprendedurismo.

4 Para un análisis de los resultados de la política pública en emprendedurismo de Costa Rica, revisar Fonseca y Chaves (2014)


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