Revista Ensayos Pedagógigos Vol. XVI, Nº 1. Enero-junio, 2021 URL: http://www.revistas.una.ac.cr/ensayospedagogicos LICENCIA: (CC BY NC ND) |
Estrategias de mediación según los principios pedagógicos de un proyecto implementado desde la Universidad Nacional con personas menores de edad ubicadas en albergues institucionales del Patronato Nacional de la Infancia
Maureen Camacho Oviedo1
Universidad Nacional
Costa Rica
Roxana Rodríguez Araya2
Universidad Nacional
Costa Rica
Priscilla Carranza Marchena3
Universidad Nacional
Costa Rica
priscilla.carranza.marchena@una.ac.cr
Silvia Ulate Oviedo4
Universidad Nacional
Costa Rica
Resumen
Este artículo detalla la manera en la que fueron valoradas las estrategias de mediación en función de los principios pedagógicos de interdisciplinariedad, espacio pedagógico, intencionalidad pedagógica, juego y flexibilidad; desarrolladas por el equipo de profesionales que laboraron en todos los servicios ofrecidos: I y II ciclos, preescolar, educación especial, matemáticas, inglés, educación física, música, orientación y artes plásticas y escénicas, que participaron en el marco del Proyecto Pedagógico para las Personas Menores de Edad (PME) realizado entre la Universidad Nacional (UNA), en Costa Rica y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI). La información analizada proviene del estudio de los planeamientos didácticos elaborados por los profesionales de las diferentes áreas y sus correspondientes sistematizaciones, los cuales muestran que el equipo de docentes logró comprender y aplicar los principios orientadores. Como principal conclusión, se reflexiona sobre la necesidad de construir propuestas pedagógicas ajustadas a las realidades y necesidades de las poblaciones educativas diversas.
Palabras clave: personas menores de edad, principios pedagógicos, proyecto
Abstract
This article describes the way in which the mediation strategies were assessed in terms of the guiding principles of the Pedagogical Project for the Institutionalized Children: Universidad Nacional (UNA) and Patronato Nacional de la Infancia (PANI), which are: interdisciplinarity, pedagogical space, pedagogical intention, game, and flexibility. These strategies were developed by the team of professionals, who worked in all the educational services taught: I and II cycle, Preschool, Special Education, Math, English, Physical Education, Music, Counseling, Arts, and Fine Arts. The information analyzed was gathered from the study of the didactic plannings designed by the professionals of the different areas and their corresponding systematizations, which show that the teachers comprehended the principles of the project and applied them accordingly. As a conclusion, a reflection on the need of pedagogical proposals adapted to the reality and needs of diverse educational populations is provided.
Keywords: guiding principles, project, underage children
A finales del 2018, culmina un proyecto desarrollado durante un lapso de dos años (octubre del 2016 a diciembre 2018) y en el que participaron dos entidades estatales de Costa Rica: la Universidad Nacional y el Patronato Nacional de la Infancia; el cual brindó apoyo educativo a las personas menores de edad que se encontraban bajo protección del Estado costarricense en albergues. La institucionalización de los niños, niñas y adolescentes tiene repercusiones importantes en su desarrollo emocional, social, físico y cognitivo; por lo tanto, dentro de la propuesta metodológica se buscó aportar al desarrollo integral de la población con el acompañamiento de, al menos, siete profesionales en el área de educación, quienes visitaban los albergues semanalmente y apoyaban los procesos educativos formales, no formales, o bien, potenciaban el desarrollo de habilidades básicas de lectoescritura y lógica-matemática en aquellas personas menores de edad que así lo requerían.
Además, el proyecto promovía el disfrute de la música, la actividad física y el arte (plástica y escénica) como complemento de los procesos académicos. El objetivo de este artículo es valorar las estrategias metodológicas utilizadas en la mediación pedagógica por el grupo de profesionales que trabajaron en el proyecto, en relación con los principios planteados, para contribuir en la discusión sobre la construcción de propuestas educativas ajustadas a una población infantil vulnerabilizada y con una diversidad funcional y social, dentro de un marco de derechos humanos y de calidad educativa.
Esta experiencia de valoración de las estrategias metodológicas se llevó a cabo mediante el análisis de los planeamientos de las diferentes disciplinas y sus sistematizaciones, lo que permitió una identificación de las principales acciones pedagógicas de los profesionales. Este proyecto se conviertió en una intervención única en su enfoque, puesto que no solo concretizó la vinculación entre el PANI y la UNA, sino que abrió un espacio nuevo de acción, desde la atención a una población en vulnerabilidad hacia un aprendizaje alternativo.
Sin embargo, se puede mencionar que el PANI, previo a la ejecución del proyecto pedagógico, proporcionaba apoyo educativo a las personas menores de edad mediante la contratación, por servicios profesionales, de algunos docentes, pero este esfuerzo, aunque valioso, se concentraba en ciertas regiones o albergues con mayores posibilidades de contratación. En el caso de la Universidad Nacional, ha mantenido, por medio de diferentes unidades académicas, acciones de vinculación con el PANI, por ejemplo, con la Escuela de Planificación y Promoción Social, la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión y el Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y Adolescencia (INEINA).
Contextualización del enfoque pedagógico del proyecto
En Costa Rica, la educación como derecho fundamental ha sido regida por la Constitución Política (1949), la Ley Fundamental de Educación (1957), el Código de la Niñez y la Adolescencia (1998); así como en diversos tratados ratificados por el país, entre ellos la Convención de los Derechos del Niño (1990). En esta misma línea, la UNESCO (1990), en la Declaración Mundial de Educación para todos, insta a recordar que “la educación es un derecho fundamental de todos, hombres y mujeres, de todas las edades y en el mundo entero” (p. 2). Más recientemente, la UNESCO (2015), en la Declaración de Educación 2030: Declaración de Incheon, resalta el poder de “transformar las vidas mediante la educación, reconociendo el importante papel que desempeña la educación como motor principal del desarrollo y para la consecución de los demás ODS [Objetivos de Desarrollo Sostenible] propuestos” (p. 7), además de “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos” (p. 7).
Por consiguiente, el hablar de educación en un país con la historia social de Costa Rica y con la inversión de alrededor de un 8 % del Producto Interno Bruto (PIB), no es nuevo. Sin embargo, cuando se aborda la calidad y pertinencia educativa en poblaciones vulnerables, se requiere realizar un análisis mucho más profundo. La población infantil y adolescente que atiende el PANI responde a una gran diversidad de personas, quienes, por sus condiciones sociales, culturales, migratorias y cognitivas, entre muchas otras, presentan un desfase educativo. Por lo anterior, en la construcción de la propuesta pedagógica del proyecto se retomó la inquietud de desarrollar una oferta curricular pertinente que respondiera, de una forma lógica y ordenada, a las múltiples necesidades y potencialidades de la población infantil y adolescente que recibía el apoyo educativo.
La mediación pedagógica en relación con la propuesta curricular planteada
Las estrategias de mediación se refieren al sistema de acciones o actividades utilizadas para mediar o facilitar el proceso de aprendizaje; su propósito principal es potenciar y mejorar el conocimiento a través de la selección, organización, coordinación y aplicación de las diferentes habilidades cognitivas del estudiantado para el aprendizaje de información específica; en este sentido, las estrategias planificadas están estrechamente vinculadas con el aprendizaje significativo y con la capacidad de transformar la información adquirida, para aplicarla en diversos contextos educativos y de la vida diaria. La organización, la secuenciación y la aplicación de las estrategias permiten que, en diferentes momentos, fases y espacios, se dirija o guíe, en forma paulatina, la mediación pedagógica hacia el objetivo deseado.
Ferreiro (2006), establece que las estrategias de mediación se pueden definir como el conjunto de actividades y acciones que conducen a la realización de una tarea en particular. Por tanto, la utilización de estas le permite al personal docente orientar el proceso educativo hacia un objetivo específico y así, seguir una secuencia de trabajo previamente planificada; esto, con seguridad, le ayudará a organizar de forma adecuada y consecutiva el proceso de aprendizaje.
En esta misma línea, Gallego y Salvador (2002), señalan que las estrategias permiten la estructuración de una actividad, la cual debe estar muy vinculada con los objetivos y contenidos planteados; el papel del profesorado es el de “puente” entre las temáticas por enseñar y la capacidad cognitiva de sus estudiantes. Por ende, cabe resaltar que las estrategias de mediación enfocadas en el aprendizaje están basadas en el estudiantado, no en el docente; desde esta visión, estas se definen en función de las necesidades del grupo estudiantil y con base en el objetivo por alcanzar, la temática por estudiar y las competencias por desarrollar o fortalecer en la persona discente.
Por otra parte, Díaz-Barriga y Hernández (2010), según se citan en Gutiérrez (2018), plantean las estrategias de aprendizaje como el conjunto de pasos o habilidades que un estudiante adquiere y emplea de forma intencional, como instrumento flexible para aprender significativamente y solucionar problemas o demandas académicas. Asimismo, el accionar pedagógico debe funcionar como guía para que el estudiantado logre alcanzar los objetivos previstos, esto, siempre y cuando, se desarrolle una experiencia educativa significativa y la construcción del conocimiento sea paulatina y progresiva; para alcanzar lo propuesto, es fundamental considerar que la mediación pedagógica requiere ajustar las estrategias a las necesidades educativas de cada discente, a su capacidad intelectual, social y cultural; por ello, es que al tomar en cuenta la realidad de quienes están aprendiendo se logra fortalecer los procesos cognitivos.
Es por lo anterior, que el proyecto adecuó las estrategias de mediación y el accionar pedagógico al contexto de las PME, a sus necesidades específicas y a la dinámica de los albergues, lo que permitió la participación activa del mismo estudiantado en el proceso de aprendizaje.
Características de la población infantil y adolescente en el marco del proyecto
Con el fin de atender la diversidad que se presenta en un contexto tan dinámico como los albergues del PANI, es importante esclarecer las particularidades que cada profesional debió asumir y las que determinaron la ruta en la mediación o plan de trabajo a seguir, esto con el propósito de favorecer los procesos integrales en la población institucionalizada en los albergues. Al respecto, es importante destacar que el abordaje de la propuesta fue determinado por el reconocimiento de la diversidad de la persona menor de edad en los procesos formativos.
En esta línea, Sánchez y Ortega (2008), mencionan que
potenciar la diversidad desde las instancias educativas, constituye una exigencia ineludible en sociedades multiculturales y pluriétnicas. Esta aseveración hace necesaria la puesta en práctica de una pedagogía que tome en cuenta las características particulares de cada individuo y el contexto sociocultural donde se desenvuelve. (p. 125)
Desde la mirada del proyecto, se concibe a la PME como el ente central del proceso de aprendizaje y de la práctica docente. De allí que las estrategias de mediación, además de estar enmarcadas desde los principios pedagógicos de la propuesta, debían procurar atender las características y necesidades de la persona menor de edad, bajo el enfoque de atención a la diversidad. Por tanto, el equipo de profesionales fue el encargado de articular el quehacer educativo, al considerar al estudiantado y las particularidades del contexto, las cuales se detallan a continuación.
a.Regionalización: el proyecto funcionó en diversas regiones del país (Chorotega, Brunca, Huetar Caribe, Huetar Norte, Cartago, San José Sur, San José Central, Heredia y Alajuela), lo que implicó que, el contexto en el cual el equipo de profesionales trabajó y al que debió ajustar su quehacer pedagógico, fuera muy diverso, evidenciándose particularidades según el área geográfica, en aspectos como: accesibilidad a servicios y recursos, lejanía de centros poblacionales, sin omitir aspectos específicos de la realidad nacional que han tenido que enfrentar como las inundaciones, las evacuaciones, las emergencias climatológicas, entre otros.
b.Infraestructura de los albergues: los sitios en los que conviven las PME y en los cuales laboró el equipo docente son espacios físicos muy diversos, algunos cuentan con infraestructura amplia y lugares de recreación grandes (patios y áreas de recreo, etc.), mientras que otros son ambientes reducidos o casas de habitación adaptadas para su atención.
c.Edad: las personas menores de edad que se contemplaron dentro de la propuesta de atención provenían de grupos etarios muy diversos, los cuales se ubican, según su edad, dentro de los dos perfiles de albergues existentes: mixtos de 0 a 12 años y adolescentes de 12 años hasta alcanzar la mayoría de edad, estos últimos se subdividen de acuerdo con el género.
d.Transitoriedad: el tiempo que permanecen las PME en los albergues es muy distinto, este puede variar en días, meses e incluso años. Asimismo, el equipo profesional debía estar preparado para enfrentar la posibilidad, convertida en realidad, en muchos casos, de encontrarse con una nueva PME para atender en el mismo instante en que la conoce.
e.Vulnerabilidad: la población atendida posee una serie de características o vivencias que los colocan en una situación de vulnerabilidad social, tales como abandono familiar, condición de calle, embarazos adolescentes, violencia familiar, abuso, entre otros.
f.Diversidad funcional: las personas menores de edad albergadas poseen un nivel de funcionamiento cognitivo muy diverso; algunas tienen discapacidad o enfermedades crónicas y muchas presentan rezago escolar en relación con su edad. Por otra parte, hay presencia de talentos, habilidades, destrezas personales y emocionales que les permiten avanzar tanto académicamente como en sus expectativas de vida; lo que permite romper con estereotipos y mitos sociales construidos acerca de esta población.
g.Interculturalidad: la población institucionalizada en los albergues cuenta con una gran cantidad de particularidades culturales y étnicas, las cuales fueron atendidas por el profesorado del proyecto, logrando superar barreras lingüísticas y socioculturales.
Cada docente tenía una función muy especial, lograr un apoyo que impactara positivamente la visión que las personas menores de edad poseían de su entorno. Es por lo anterior, que, en la labor formativa, se confía en la posibilidad de adecuar los contenidos a las realidades del estudiantado y de su contexto. El perfil del educador, dentro de esta propuesta, requirió habilidades específicas, que más que ser de carácter técnico, consistían en desarrollar un trabajo, desde una postura humanista y colaborativa, con el entorno del albergue. Por tanto, como lo mencionan Sánchez y Ortega (2008), es destacable que “trabajar con equipos de apoyo propicia las condiciones formales para encontrar soluciones viables, a la vez genera un clima de compromiso y respeto mutuo en que los docentes como personas, y como equipos pueden poner en práctica sus conclusiones” (p. 129). En este sentido, la interdisciplinariedad fue un principio importante que permitió dinamizar el trabajo realizado.
La presente indagación se enmarca dentro de la investigación cualitativa de tipo descriptiva, pues intenta “dar sentido o interpretar los fenómenos en los términos del significado que las personas les otorgan” (Vasilachis, 2006, p. 24), dado que se pretende valorar, desde el accionar pedagógico, las estrategias de mediación desarrolladas por el equipo de profesionales del proyecto, esto en relación con los principios pedagógicos planteados para este. Además, según Vasilachis (2006), la investigación cualitativa se “interesa en las formas en las que el mundo social es interpretado, comprendido, experimentado y producido” (p. 25), lo cual posibilita, dentro del proyecto, hacer una valoración de las estrategias de mediación desarrolladas en las distintas asignaturas ofrecidas en el servicio pedagógico brindado en los albergues institucionales del PANI, lo que permite comprender la mediación llevada a cabo, según la diversidad de situaciones que pueden conjuntarse en los albergues. Por lo tanto, se cumple con la característica de basarse en métodos de generación de datos flexibles y sensibles al contexto social en el que se producen, además de ser analizados y explicados comprendiendo la “complejidad, el detalle y el contexto” (Vasilachis, 2006, p. 25).
Principios orientadores en la propuesta metodológica del proyecto
El proyecto intentó generar una propuesta curricular flexible y contextualizada a las particularidades de los niños, niñas y adolescentes. El reto de salir de la zona de confort y de reconstruir la propuesta, desde la mirada de los docentes, devengó muchas satisfacciones. Los equipos base de los albergues fueron constituidos por docentes graduados y graduadas en las áreas de Educación Preescolar, de I y II ciclos, Educación Especial, Enseñanza del Inglés, Educación Física, Enseñanza de la Matemática, Arte, Educación Musical y Orientación, de diferentes instituciones de educación superior. El grupo de profesionales en educación, de acuerdo con la edad de la población meta (de 0 a 12 años o adolescentes), visitaban semanalmente los albergues y apoyaban los procesos educativos de la población, quienes, con base en su disciplina y reconociendo el perfil educativo de las PME, establecieron las áreas o prioridades a trabajar con ellas; de manera que su criterio profesional fue respetado y validado.
Los principios pedagógicos plasmados en el Manual para la Contratación de Servicios Profesionales (2018), de la Universidad Nacional, se establecieron como los pilares que le otorgaron el sustento a la propuesta de trabajo; estos se describen a continuación:
a.Interdisciplinariedad: se procuraba que el grupo de profesionales que laboraba en los albergues tuviera comunicación entre sí; de modo tal, que esto permitiera llegar a acuerdos en pro de las PME atendidas. Las experiencias interdisciplinarias fueron muchas e involucraron aspectos de mediación conjunta, en relación con un tema de importancia para la población particular; se trabajaron proyectos recreativos, talleres, entre otras dinámicas. Además, se realizaron acuerdos para manejar conflictos y promover conductas adecuadas que impactaran de manera positiva la convivencia en los albergues.
b.Espacio pedagógico: Se pretendía que, como equipo de profesionales, el grupo docente construyera, gradualmente, un espacio pedagógico en los albergues, en el cual se desarrollara el trabajo, pero más que eso, que este se adaptara a las necesidades e intereses de las personas menores de edad ubicadas en los albergues. La presencia del arte construido por las PME, libros, juguetes, materiales de reciclaje, almohadones, material deportivo u otro del que se disponía, se esperaba que formara parte de la cotidianidad del contexto del albergue.
c.Intencionalidad pedagógica: en la práctica, más que un activismo, se requería que existiera una razón en el hacer y quehacer de las interacciones con las PME. Si bien es cierto, el apoyo educativo respondía a la necesidad de reforzar los procesos formales y no formales, se esperaba que existiera una intencionalidad en la mediación desarrollada. En cuanto al conjunto de profesionales, el proyecto planteó preguntas basadas en su propio accionar, en relación con las PME, tales como ¿Cuál es el perfil de desarrollo de las PME?, ¿Qué pretendo que las PME aprendan? ¿Cómo voy a lograr aprendizajes con ellos? ¿Cuáles son mis retos como profesional? Estas preguntas tenían como propósito principal generar un proceso continuo de reflexión. A partir del análisis constante del contexto, se planteaban estrategias a través de una estructura de planeamiento, en este, no solo se incluía lo planeado para realizar con las personas menores de edad, sino también una reflexión acerca de la mediación de estas actividades, la misma se realizaba al finalizar la clase; es decir, se hacía una sistematización detallada de la experiencia pedagógica y del proceso vivido.
d.Juego: fue visualizado en el desarrollo de la PME como un proceso natural y esencial de rescatar. Por ende, en la mediación pedagógica se incentivaba, independientemente de la disciplina, que el juego se convirtiera en una estrategia que permitiera la construcción de aprendizajes; este se presentó como un elemento que movilizaba y potenciaba el aprendizaje.
e.Flexibilidad: en la propuesta de trabajo con las PME y en la interacción con el personal de cuido, la meta fue mejorar la experiencia pedagógica, pero no se pueden obviar las realidades que viven estas personas; por ende, se esperaba comprensión para responder a las necesidades diarias y siempre cambiantes de los albergues. Aunado a la flexibilidad curricular que le permitía al docente apoderarse del proceso de mediación y plantear su propuesta de trabajo, se unió la gran movilidad de la población atendida, lo que responde al sistema de protección, que procura que la estancia de las PME en los albergues sea transitoria. De este modo, el proyecto concibe el proceso de mediación de forma dinámica, flexible, y específicamente basado en los intereses y las necesidades de las personas menores de edad atendidas; por consiguiente, con esta propuesta se dinamizó la atención integral, enfocada tanto en brindar apoyo académico como en desarrollar otras habilidades.
El grupo de profesionales en las diversas áreas educativas se perciben como los elementos claves de la experiencia. Por tanto, se analizaron los planeamientos didácticos y sus correspondientes sistematizaciones, como las fuentes de datos para el análisis que se plasma en este artículo. La plantilla de planeamiento se dividía en dos columnas, en una se planteaban las actividades realizadas y en otra la sistematización de la experiencia; con los avances, logros y cambios requeridos, entre otros elementos. A continuación, se amplían estas fuentes.
En el proyecto, fueron contratados 110 profesionales en las áreas educativas mencionadas; sin embargo, para este estudio se tomó una muestra de 18 docentes; de las siguientes áreas educativas: Educación Física, Educación Musical, Enseñanza del Inglés, Enseñanza de la Matemática, Educación Preescolar, I y II ciclos, Educación Especial y Orientación. Los profesores escogidos fueron seleccionados por ser docentes que se mantuvieron laborando de manera constante durante la aplicación del proyecto, por al menos un año de trabajo continuo, y, además, se verificó que presentaran al día toda su documentación; de esta manera, se eligió a docentes de cada área que atendieran tanto los albergues mixtos de 0 a 12 años (infantiles) como los de población adolescente (de 12 a 18 años de edad).
Instrumentos y estrategia de análisis
Los datos se tomaron de los planeamientos y se utilizaron matrices para sistematizar y categorizar los datos. Además de la descripción de las actividades en los planes, se analizaron las reflexiones o sistematizaciones realizadas por el cuerpo docente posteriores a la aplicación de los planes. Al considerar el planeamiento realizado, parte importante del trabajo del cuerpo docente, este es apoyado por las coordinadoras de área; estas son funcionarias de la Universidad Nacional, las cuales, dentro de sus labores, realizan una revisión del planeamiento didáctico del profesorado, sea en forma semanal, quincenal o mensual. De allí que, para el análisis de las estrategias, de acuerdo con los principios, se cuenta con un proceso de seguimiento de más de dos años de las coordinadoras.
Para el análisis, se organizan los resultados de la revisión y reflexión desde los cinco principios del proyecto:
El quehacer educativo, dentro del marco del proyecto, pretende trascender una mediación basada en la construcción per se de conocimientos con las PME; hacia un proceso de reflexión sobre el contexto y la realidad de los niños, niñas, y adolescentes; con el fin de que lo que se enseña tenga una lógica en la vida de estas personas. El aprender matemática se enmarca más allá de pasar una materia en la escuela, involucra, por ejemplo, la necesidad de ir a comprar y poder utilizar este aprendizaje en la vida cotidiana.
En el análisis de los planes, se rescata, que debido a que muchas de las PME presentaban rezago escolar; se retomó, como parte de las actividades de mediación, el aprendizaje y construcción de lectoescritura básica, pues esta es una herramienta indispensable para poder desenvolverse en los contextos sociales de una forma adecuada, de manera que, la sistematización y reflexión solicitada en los planeamientos apuntaba a conectar las actividades con la intención de por qué se realizaba. Asimismo, se resalta, que, dentro de las actividades de mediación, se enfatizó el apoyo educativo en las materias académicas, pues al estar, las PME en escuelas y colegios, se requirió la preparación de trabajos extraclase, tareas, preparación para pruebas escritas, entre otros. Esto es importante, pues el avance en el sistema formal, le brinda a esta población la posibilidad de progresar en los años escolares, lo que aporta grandes beneficios para sus proyectos de vida. Por otra parte, en el área de orientación resaltan proyectos de vida que les permiten apuntar hacia metas en el corto y mediano plazo, lo cual es significativo, pues al estar estos niños y niñas, pero en especial, jóvenes, sin muchas redes de apoyo, la construcción de una proyección de sus vidas puede resultar fundamental.
Por otra parte, se mencionaba que las actividades realizadas impactaban la convivencia y las relaciones sociales asertivas entre quienes habitan cada casa. Esto implicó muchos retos en la cotidianidad, pues usualmente el equipo docente mediaba emociones y reacciones hacia otras personas integrantes de los albergues. Por tanto, la práctica requería que el componente sensitivo y social fuera un elemento muy importante para considerar en la mediación. En este sentido, como indica un docente, “los trabajos manuales realizados tenían como objetivo principal promover el desarrollo de la comunicación asertiva, la lógica, la convivencia y la negociación”. Estas competencias, desde el aprender a ser, desde el componente actitudinal, resultaron un aspecto muy importante y dinamizador de las experiencias de aprendizaje.
En la revisión de los planeamientos, se evidencian una serie de actividades desarrolladas y se resalta lo que se pretendió lograr con las acciones específicas planteadas; tales como:
a.utilización del cine-foro: para promover la temática de la diversidad y el esfuerzo por luchar por lo que se quiere.
b.lectura y análisis de cuentos: para abordar temáticas diversas, expresión oral, vocabulario, orden de oraciones, secuencias, entre otros.
c.trabajo con música y canciones: para reforzar el lenguaje, la oralidad y algunos contenidos de estudio.
d.actividades recreativas, juegos de mesa y talleres: para fomentar las buenas relaciones entre las PME y el manejo adecuado de sus emociones.
Los ejemplos pueden ser muchos; sin embargo, la pregunta sobre qué le aportaba este aprendizaje específico a la persona menor de edad, siempre estuvo presente, ya que sus necesidades eran muchas y los apoyos educativos debieron ser coherentes, de calidad, flexibles a sus necesidades y potencialidades.
El espacio pedagógico como medio para el aprendizaje
Al analizar la información propuesta por el equipo de profesionales, se observa el desarrollo del principio del espacio pedagógico en tres dimensiones diferentes, pero complementarias, las cuales se pueden categorizar como: a lo interno del albergue, al aire libre y comunitario.
a.Espacio interno del albergue
Este ambiente incluye varios elementos, tales como una mesa de trabajo, paredes, zonas verdes y la cocina. En el caso del uso de la mesa del hogar, se ve como un lugar de trabajo regular y un área para realizar talleres, juegos de mesa, visualización de películas educativas, y actividades recreativas. Por su parte, las paredes son utilizadas para decorar con los diferentes trabajos confeccionados y elaborar proyectos tales “como decoración para las celebraciones de cumpleaños o fiestas patrias”. Un sector poco convencional utilizado ha sido el de la cocina, el cual fue aprovechado para “elaborar recetas y estimular la creación de textos”. El espacio pedagógico en este caso, surge de la realidad del contexto y se pretendió que, aunque fuera una casa, se visualiza al docente y a la docente dentro de ella como un integrante más de la cotidianidad.
Figura 1. Estudiantes pintando un mural en el albergue
Nota: Elaboración propia de las autoras.
El espacio al aire libre, como patios y jardines, se convirtió en otro lugar muy utilizado para el abordaje pedagógico. En este, se desarrollaron diversas estrategias, entre ellas: actividades recreativas para estimular destrezas motoras, de comunicación y de concentración con las PME, así como talleres y acciones interdisciplinarias. Como parte de las prácticas pedagógicas desarrolladas en sitios abiertos se encuentran, por ejemplo: el caminar sobre una cuerda para conocer el dominio y control de espacio y manejo de su propio cuerpo, saltar la cuerda, apañar una bola con ambas manos o con una mano, actividades para mejorar la convivencia, tales como competencias, sillas musicales, marcar el ritmo con las palmas, el gato y el ratón, la zapatilla, la papa caliente y ralis.
También, como el espacio pedagógico se adapta a las necesidades e intereses de las PME, se realizan juegos, donde se participa en las actividades que las mismas proponen y desarrollan, como dinámicas en hamacas, en un trampolín, competencias de carreras alrededor del albergue, lo cual permite que las actividades realizadas posean una intencionalidad pedagógica al potenciar valores y destrezas personales como la comunicación asertiva entre el estudiantado.
Figura 2. Estudiantes realizando actividades físicas en el patio para estimular destrezas motoras
Nota: Elaboración propia de las autoras.
Si bien, no todos los albergues poseen las condiciones para salir a la comunidad y aprovecharla, la realidad es que otros albergues tienen esas opciones y el profesorado del área de movimiento humano logró gestionar los procesos requeridos para salir y utilizarlos con propósitos pedagógicos. Por ejemplo, en el caso de un albergue, este tiene al frente una cancha muy amplia, la cual permitió proponer partidos de fútbol para “mejorar relaciones interpersonales y trabajo en equipo”. A su vez, en otras comunidades se cuenta, con parques o zonas verdes, con máquinas para la realización de ejercicios físicos, las cuales sirvieron como espacio pedagógico para que el equipo del área de movimiento humano planificara ejercicios variados y dosificara “cargas de entrenamiento para la ejecución de rutinas” con las PME. Además, gestionaron en las comunidades el uso de instalaciones deportivas, especialmente, el uso de piscinas, para el desarrollo físico de las PME y el aprendizaje de la natación como deporte.
Figura 3. Estudiantes en clases de natación en piscina comunitaria
Nota: Elaboración propia de las autoras.
La combinación de estas tres categorías de espacio pedagógico posiblitó un proceso más integral e innovador de aprendizaje para las PME, pues lograron interpretar que el aprendizaje puede llevarse a cabo en diferentes lugares, momentos, con diversas actividades lúdico-pedagógicas, con estrategias individuales o colectivas y con creación de productos o proyectos educativos.
En relación con este principio y con base en la revisión de planeamientos, se determina que las actividades cuya metodología se encuentra transversalizada por el principio de interdisciplinariedad, estuvieron presentes en diferentes momentos de la aplicación pedagógica, dichas acciones buscan alcanzar un abordaje integral de las personas menores de edad atendidas desde las diversas disciplinas de trabajo. Dentro de las estrategias que se emplearon destacan:
a.Talleres interdisciplinarios: sobresalen aquellos orientados al estímulo de las habilidades manuales, musicales, audiovisuales, artísticas, a la adquisición de hábitos de higiene o cuidado personal, y al fomento de convivencia social y fraternal.
b.Campamentos: su objetivo principal corresponde al estímulo de la sana convivencia, el respeto por las diferencias y la integración de las PME, no solo entre ellas mismas, sino además con el personal de cuido y la dinámica del albergue en general.
c.Giras educativas a centros de recreo: el propósito principal fue el esparcimiento y la estimulación de destrezas motrices, siendo estas últimas vitales en el proceso pedagógico, ya que intervienen en el desarrollo o el abordaje de los contenidos propuestos por las diversas disciplinas.
d.Actividades deportivas: se buscó fomentar la integración de las PME, la estimulación de habilidades deportivas y la práctica del deporte; asimismo, se procuró fortalecer la autoestima, el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales saludables.
Es importante señalar que no se determina una diferencia significativa entre la aplicación de estrategias interdisciplinarias según la categorización del albergue al que pertenecen las PME, sean mixtos de 0 a 12 años o de adolescentes, esto por cuanto en el análisis de datos, se determinó que dichas estrategias se encuentran presentes en los diversos escenarios.
En relación con el principio del juego, los resultados obtenidos muestran que el equipo de profesionales ejecutó diversas estrategias pedagógicas basadas en su área específica y según el tipo de albergue en el cual laboraban, ya sea mixtos de 0 a 12 años o de adolescentes; los siguientes tipos de juegos fueron utilizados:
a.Juegos didácticos: en el área de I y II Ciclo, se utilizaron las adivinanzas como mecanismo para abordar la lectura de oraciones cortas. También, en esta materia, se trabajó en resolver multiplicaciones mediante el juego de “gato” y “ruleta”; además, se realizaron crucigramas, sopas de letras, ilustraciones para colorear, dominó, figuras con papel craft, ejercicios de apresto y elaboración de muñecas de cartón; asimismo, se aplicó el juego de mesa “conversando en español” y sudokus y el colocho para la lectoescritura. De igual forma, en los albergues de adolescentes, en los cuales se ofreció el servicio de artes plásticas, se desarrollaron estrategias basadas en el dibujo libre y manualidades, esto para estimular la creación personal y el desarrollo de la imaginación. En educación especial, se trabajó en el reconocimiento de hábitos para el cuidado personal, en la estructura cognitiva para la identificación de sílabas, fonemas simples y palabras, mediante la estrategia denominada la caja de letras.
b.Juegos tradicionales: se llevaron a cabo diversos juegos como la anda, congelado, escondido, caballito, galopar y deslizarse.
c.Juegos en equipo: se desarrollaron diversas actividades al aire libre en formato de competencias o rallies. Adicionalmente, en educación física, el cuerpo docente trató de promover el trabajo en equipo por medio de estrategias grupales tales como el juego del pañuelo, gallinita ciega, atar y desatar compañeros y compañeras, juego pre-deportivo de baloncesto con balón somático y aros, simulando canchas, juego de velocidad con reacción “helicóptero”, juego pre-deportivo de voleibol con globos, y estimulación mental mediante expresión corporal de teatro y yoga.
d.Juegos de mesa: se utilizaron diversos juegos de mesa como UNO, Jenga, bingo, charadas, rompecabezas, retos, stop, y Pictionary para promover el aprendizaje de vocabulario relacionado con colores, números, diferentes tipos de animales y la sana convivencia.
e.Juegos de estimulación motriz y visomotora: en preescolar, principalmente, se trabajó la estimulación visomotora, con el uso de consolas de videojuegos, se emplearon canciones para trabajar la concentración sostenida, rimas, coordinación de manos, la araña Itsy Bitsy, entre otros. Asimismo, en el área de I y II ciclos, se aplicó el juego del colocho para fortalecer la lateralidad; además, se trabajó en el seguimiento de instrucciones y en la motora fina por medio de actividades para enhebrar, ensartar. Finalmente, en música, se llevaron a cabo estrategias de estimulación y relajación por medio del ritmo y tempo, rondas musicales, canto, percusión corporal, ejercicios de coordinación y rítmica, coreografías y pasos de baile popular.
La programación ejecutada siempre estuvo influenciada por el principio de flexibilidad, ya que la realidad vivida en los diferentes albergues y las características de la población (transitoriedad, edad, situaciones conductuales o emocionales, actividades escolares, entre otros) determinaron, en su mayoría, la dinámica del albergue y por ende, el desempeño laboral de los profesionales, quienes al enfrentarse a este contexto, reajustaron su planificación proponiendo acciones como:
a.Ajuste de la planificación y variación del enfoque: dirigiéndose hacia la elaboración de tareas o trabajos escolares de carácter urgente para cumplir con las obligaciones estudiantiles.
b.Planificación de respaldo: esta consistía en contar con un banco de estrategias o metodologías para emplear al asistir al albergue y conocer a alguna PME de nuevo ingreso a quién debía atenderse, sin tener conocimiento a profundidad de su vida, condición o realidad.
c.Atención prioritaria de conductas que dificultan el trabajo con las PME: esto con el fin de equilibrar la situación y posteriormente poder continuar con el trabajo planteado.
d.Ajustes de horario de atención: para que los mismos fueran acordes a la presencia y necesidades de las PME dentro de los albergues, así como a las modificaciones horarias de las instituciones educativas.
Del mismo modo, cabe señalar que este tipo de acciones se aplicaron indistintamente en todos los albergues, puesto que la realidad vivida por cada persona menor de edad y la dinámica que se experimentó por parte de los colaboradores del proyecto fue muy semejante y ello requirió flexibilidad.
Conclusiones y reflexiones finales
Es importante considerar que, para que exista una mediación pedagógica pertinente, es fundamental el compromiso que desarrolle el profesorado en educación. De allí que, después de analizar las estrategias implementadas se destacan las siguientes conclusiones:
a.La propuesta educativa planteada por el proyecto fue muy amplia y permitía la posibilidad de que el equipo docente desarrollara una mediación de trabajo organizada de forma coherente y contextualizada, lo que promovió la utilización de los principios pedagógicos, generando un apoyo educativo diferente para las personas menores de edad.
b.Por otra parte, la consideración del espacio pedagógico como un elemento de aprendizaje, procuró salirse del contexto del aula, como una zona de interacción docente-estudiante. El análisis muestra la posibilidad de utilizar múltiples entornos de una forma pedagógica y propicia para el aprendizaje.
c.Asimismo, lograr que el cuerpo docente fuera parte del contexto se convirtió en una meta del proyecto, pues, al principio, se concebían como extraños dentro del albergue; el ganar espacios o impregnarlas de forma simbólica, así como desarrollar experiencias significativas permitió que su presencia se transformara y que el profesorado se convirtiera en colaboradores para el crecimiento integral de los niños, niñas y adolescentes.
d.La intencionalidad pedagógica fue visualizada y trabajada como la posibilidad de construcción docente, la cual tomó dos líneas principales de acción, una orientada hacia la mediación de contenidos teóricos, pero desde una perspectiva de funcionalidad para la vida y otra, orientada hacia la construcción de convivencias positivas, del fortalecimiento de habilidades personales, elaboración de proyectos de vida, de disfrute del arte en sus múltiples formas y de crecimiento integral de la persona. Aspectos que impactaron el desarrollo holístico de las personas menores de edad, lo que permitió sobresalir algunas cualidades y talentos de las PME en las diversas áreas.
e.El juego fue un recurso de gran utilidad para promover el aprendizaje significativo a través de actividades lúdicas, pero con propósitos y contenidos académicos apropiados a la población a la que se atendía. Este fue también un gran aliado para fomentar el trabajo en equipo, fortalecer habilidades sociales, estrechar lazos socio-afectivos, mejorar la comunicación asertiva y permitir el surgimiento del liderazgo como mecanismo de trabajo positivo. Finalmente, también sirvió como recurso didáctico útil, ya que permitió la estimulación motriz y visomotora, potenció la concentración, el seguimiento de instrucciones y la relajación. Esto se vincula con lo planteado por Camacho (2012), al indicar que el juego “es un recurso que permite al niño hacer de por sí solo aprendizajes significativos y que le ayudan a proponer y alcanzar metas concretas de forma relajada y con una actitud equilibrada, tranquila y de disfrute” (p. 16). Además, agrega Camacho, “el educador, al planificar, debe partir de que el juego es una tarea en la que el niño hace continuamente ensayos de nuevas adquisiciones, enfrentándose a ellas de manera voluntaria, espontánea y placentera” (2012, p. 16), al reforzar la relevancia de que la movilidad y la diversión que encierran las actividades lúdicas nutrieron la propuesta pedagógica que el personal docente desarrolló.
f.En este contexto de albergue, fue indispensable la posibilidad de plantear una mediación flexible, que respondiera a los cambios siempre presentes en las dinámicas. Este principio no es fácil desde la docencia tradicional, pues es común homogeneizar, esperar cambios y aprendizajes específicos, pero esta población infantil y adolescente presenta muchos retos para el profesional, de manera que se requería ser capaz de mirar como oportunidad los cambios y la incertidumbre. La flexibilidad fue un elemento dinamizador y permitió mirar con mayor criticidad la propuesta de mediación construida por el docente. Este accionar confirma lo propuesto por Labarrere (2008), al plantear que el “objetivo de la mediación pedagógica es la transformación, desencadenar o promover procesos de reestructuración en la persona(lidad), o en los sujetos (individuales y colectivos). Por tanto, la mediación se define también por sus motivaciones, sus objetivos y consecuencias” (p. 89).
g.Finalmente, la interdisciplinariedad juega un papel importante, pues al convivir un grupo de docentes de múltiples disciplinas en un espacio de albergue, se requirió la construcción de acuerdos y objetivos conjuntos para el bien de la población atendida. Para el profesional de educación desde una visión tradicional, la interdisciplinaridad no es relevante, pero la práctica del proyecto logra entrever grandes oportunidades de crecimiento profesional, con este ejercicio: retribución que no solo impacta la mediación, sino la comprensión del proceso de aprendizaje innovador y los alcances que puede lograr una estrategia articulada desde las diversas disciplinas.
h.Se resalta que la propuesta de atención desarrollada por el equipo de profesionales, con la guía de los principios pedagógicos del proyecto, fue la correcta, pues propició una interpretación de la realidad de cada niño, niña y adolescente dentro de su contexto hogar-regional, sus realidades, necesidades, talentos y posibilidades, permitiendo que la acción docente fuera mucho más integral, comprehensiva y referida a la atención particular, según la realidad individual de la PME, lo cual no se hubiera logrado con un currículo externo, adaptado a la experiencia educativa que se proponía, pero descontextualizado a la realidad de los albergues.
i.Al finalizar el proyecto, se comprende que los aprendizajes fueron muchos, pero el mayor, posiblemente, es que se construye de forma conjunta. Además, se resalta que la pedagogía requiere la reconstrucción de nuestros propios métodos, el reaprender, el adaptarse al cambio y apostar por lo nuevo, lo sensible, lo que permanece. Establecer que las propuestas pedagógicas ajustadas a la población beneficiada, en este caso una población diversa, es fundamental para lograr la calidad educativa, en un marco de respeto hacia la persona menor de edad como sujeto de derecho.
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Recibido: 3 de febrero de 2020. Aprobado: 2 de setiembre de 2020.
http://dx.doi.org/10.15359/rep.16-1.11
1 Magíster en Educación con Énfasis en Docencia Universitaria, Universidad Nacional (UNA). Académica, División de Educación Básica, Universidad Nacional (UNA), Heredia, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0002-1827-0928
2 Magíster en Psicología Educativa, Universidad de Minnesota. Académica, División de Educación Básica, Universidad Nacional (UNA), Heredia, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0001-6634-9780
3 Magíster en Educación con Énfasis en Docencia Universitaria (UNA). Académica, División de Educología, Universidad Nacional (UNA), Heredia, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0002-0742-7328
4 Magíster en Educación con Énfasis en Docencia, Universidad Internacional San Isidro Labrador (UISIL). Directora Académica, Colegio Nuestra Señora del Pilar, San José, Costa Rica. https://orcid.org/0000-0001-5369-9597
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