Revista Ensayos Pedagógicos |
Desafíos económicos, socioafectivos y académicos del regreso a la educación presencial
pos-COVID-19: experiencia del estudiantado
Economic, Socio-affective and Academic Challenges of Returning to Face-to-Face Education Post-COVID-19: Students’ Experience
Recibido: 1 de octubre de 2023. Aprobado: 26 de junio de 2024
http://doi.org/10.15359/rep.19-1.1
Norieth Guillén Cordero1
Universidad Nacional
Costa Rica
norieth.guillen.cordero@una.cr
Resumen
El objetivo de este ensayo es describir cuáles han sido los principales desafíos que ha experimentado el estudiantado de la Escuela de Secretariado Profesional (ESP) de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica, al regresar a la modalidad presencial después de haber cursado sus estudios por medio de la virtualidad durante dos años, a raíz de los ajustes que fue necesario implementar en la educación por la pandemia mundial del COVID-19, además, se busca conocer qué estrategias ha adoptado la ESP para favorecer el proceso de integración del estudiantado a las clases presenciales y qué otras medidas de flexibilidad curricular se han tomado para facilitar a esta población la continuidad de sus estudios de la mejor manera. El ensayo evidencia que los principales retos del regreso a la presencialidad se categorizan en: económicos, socioafectivos y académicos. Entre las acciones impulsadas por la ESP para facilitar la transición del estudiantado, está la unificación de días para clases virtuales y la incorporación de nuevas modalidades en el plan de estudios.
Palabras clave: Desafíos educación presencial pos-COVID-19, educación virtual, impacto del COVID-19 en la educación, regreso a la educación presencial.
Abstract
The objective of this paper is to describe the main challenges that the students of the Escuela de Secretariado Profesional (ESP) of the Universidad Nacional (UNA) of Costa Rica have experienced when returning to the face-to-face modality after having completed their studies through virtuality for two years, as a result of the adjustments that were necessary in education due to the COVID-19 global pandemic; in addition, it is sought to know what strategies the ESP has adopted to favor the process of integrating students into face-to-face classes and what other curricular changes have been made to facilitate this population to continue their studies in the best way. The essay shows that the main challenges of returning to in-person education are categorized as economic, socio-affective, and academic. Among the actions promoted by the ESP to facilitate the students’ transition, there is the unification of days for virtual classes and the incorporation of new modalities in the curriculum.
Keywords: COVID-19 impact on education, post-COVID-19 face-to-face education challenges, return to face-to-face education, virtual education
Antes de 2020, la educación virtual era considerada como la meta del futuro, muchas instituciones de educación superior en Costa Rica habían incorporado, parcialmente, esta metodología mediante aulas virtuales complementarias a las clases presenciales, un porcentaje de clases con apoyo tecnológico en los cursos, investigaciones en línea, uso de plataformas virtuales para la mediación pedagógica, entornos virtuales de aprendizaje e incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), entre otras estrategias que sugerían que la implementación de la tecnología sería paulatina, pero era una tendencia en crecimiento. Tal como lo indicaban Yong et al. (2017):
La evolución constante de la tecnología, así como la incidencia que esta tiene sobre la educación, constituyen en dos motivaciones que impulsan a las instituciones a pensar en el futuro de esta última. Además, como se indicó antes, se evidencia que la demanda de la educación virtual va en crecimiento debido a sus ventajas entre las cuales se encuentran el favorecimiento de aprender a lo largo de la vida; el aprovechamiento de la tecnología; la disminución de costos; y sus aportes a la inclusión y acceso a la educación superior. (p. 95)
Las ventajas demostradas de la educación virtual eran muchas, entre ellas que “la masificación de la educación, al trascender tiempo y espacio […] facilitando los estudios a personas cuyas características le impidan una formación presencial o semipresencial” (Pando, 2018, p. 476). Sin embargo, su implementación se consideraba más un complemento que una obligatoriedad total, debido a las posibles limitaciones presentadas por parte de los diferentes actores del proceso de enseñanza y aprendizaje, por ejemplo, problemas de conectividad y calidad de conexión, limitación de dispositivos electrónicos con software adecuados para impartir o recibir clases, pocas competencias tecnológicas para la enseñanza en entornos virtuales (docentes), resistencia a la educación virtual, dificultades para la autorregulación del aprendizaje, carencia de ambientes aptos para el aprendizaje virtual, falta de ergonomía, limitación de interacción social, brecha digital, entre otros.
A partir de 2020, a raíz de la pandemia por el COVID-19, la educación en el nivel mundial se vio revolucionada, según las Naciones Unidas (2020):
La pandemia de COVID-19 ha provocado la mayor interrupción de la historia en la educación y tiene ya un efecto prácticamente universal en los alumnos y docentes de todo el mundo, desde escuelas preescolares a secundarias, instituciones de enseñanza y formación técnica y profesional, universidades, centros de educación de adultos y centros de desarrollo de aptitudes. A mediados de abril de 2020 el 94% de los estudiantes de todo el mundo estaban afectados por la pandemia, lo que representaba 1.580 millones de niños y jóvenes, desde la educación preescolar hasta la educación superior, en 200 países. (p. 5)
Costa Rica no fue la excepción, debido a las medidas sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud en relación con el aislamiento y cierre de centros educativos, miles de estudiantes de todos los niveles: preescolar, primaria, secundaria y universidad tuvieron que experimentar una transformación abrupta en la modalidad de aprendizaje, pasando de lo presencial a lo virtual sin la posibilidad de previa preparación, ni diagnóstico alguno al personal docente o estudiantes sobre sus posibilidades para afrontar dicha modalidad. Mientras, las instituciones educativas hicieron sus mejores esfuerzos para realizar ajustes curriculares, adaptar los recursos educativos y transformar la mediación pedagógica para el nuevo entorno educativo tras la emergencia que, en ese momento, se vivía.
Para 2023, Costa Rica ha logrado reestablecer al 100 % la educación presencial, pero las generaciones que vivieron la transición de modalidad educativa presencial-virtual-presencial han tenido que experimentar un nuevo reajuste a la educación tradicional, por lo que el objetivo de este ensayo es abordar los principales desafíos que ha enfrentado específicamente el estudiantado de la Escuela de Secretariado Profesional (ESP) de la Universidad Nacional (UNA), al regresar a la modalidad educativa presencial, después de haber cursado sus estudios durante dos años mediante la virtualidad, qué estrategias adoptó la UNA para facilitar el nuevo proceso de transición y qué ajustes curriculares permanentes han surgido desde la experiencia d educación virtual que se dio a partir de la pandemia por el COVID-19.
De la presencialidad a la virtualidad y viceversa
Ante la declaratoria de estado de emergencia nacional hecha por el Presidente de la República de Costa Rica en marzo de 2020 (Decreto Ejecutivo 42227-MP-S, 2020) y tras las medidas sanitarias tomadas por el Gobierno, entre las que se encontraba el cierre de centros educativos del país, el Consejo Académico de la Universidad Nacional (CONSACA) acordó realizar la “implementación de un plan de contingencia para la docencia presencial remota por medio del apoyo tecnológico” (CONSACA, 2020, p. 37). Se entiende la presencialidad remota como “la posibilidad de participar de procesos educativos desde lugares geográficamente distribuidos sincrónica o asincrónicamente” (CONSACA, 2020, p. 38).
La Universidad Nacional suspendió todas las actividades académicas presenciales que estaban programadas y se estableció el periodo del 20 de marzo de 2020 al 4 de abril de 2020 para que las personas académicas realizaran “la migración al uso de herramientas tecnológicas para la presencialidad remota y su discusión con el estudiantado matriculado, esto como plan de contingencia” (CONSACA, 2020, p. 40). Asimismo, cada profesor debía presentar el plan de contingencia que realizaría para la migración al uso de herramientas tecnológicas para la presencialidad remota durante el resto del curso lectivo (CONSACA, 2020).
En acato a lo dispuesto por las autoridades universitarias, la Escuela de Secretariado Profesional procedió con el análisis de viabilidad para la migración de los cursos hacia la presencialidad remota; también se gestionó un reporte que permitiera conocer el acceso a conectividad del estudiantado; se elaboraron los planes de contingencia que promovieran la calidad, rigurosidad y mediación pedagógica apropiadas para el desarrollo de los cursos a través de la virtualidad. Lo anterior, con el fin de facilitar las condiciones óptimas que permitieran el logro de los objetivos académicos con la mayor participación estudiantil posible.
Asimismo, la Escuela de Secretariado Profesional de la UNA adoptó las recomendaciones emitidas por la Unidad de Evaluación, Mejoramiento e Integración de Tecnologías en la Docencia de la Vicerrectoría de Docencia de la UNA, publicadas a la comunidad universitaria mediante documento llamado Orientaciones metodológicas y evaluativas para apoyar la adaptación de los cursos presenciales a sesiones con apoyo tecnológico, en el que se hacía hincapié en que la presencialidad remota no es una transformación de la oferta académica hacia la virtualización, sino que es una adaptación que permite desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje de manera remota, por medio de herramientas tecnológicas, mientras se mantengan las medidas de distanciamiento social establecidas ante la emergencia por el COVID-19 (Vicerrectoría de Docencia, UNA, 2020a), por lo que siempre hubo claridad en que, en la UNA habría un regreso a la educación presencial cuando las condiciones así lo permitieran.
Según Armijos et al. (2023):
La pandemia marcó una etapa para la Educación Superior caracterizada por una respuesta de emergencia apoyada fundamentalmente en la tecnología, más precisamente, las tecnologías de la Información y Comunicación (TICs). No obstante, tal período fue provisorio ya que poco a poco la situación sanitaria fue mejorando, dando lugar a la posibilidad del retorno a las aulas. La mejoría se manifestó en una disminución de casos en el mundo y en el avance en la aplicación de las vacunas contra el COVID-19. (p. 518)
Durante aproximadamente dos años, en la Escuela de Secretariado Profesional de la UNA, se desarrollaron las clases mediante la modalidad presencialidad remota, siendo el principal medio, la virtualidad, lo cual significó, para el estudiantado, un proceso de transición con ventajas y desventajas. Para mayo de 2022, por medio del acuerdo UNA-CONSACA-ACUE-034-2022, el Consejo Universitario de la Universidad Nacional decide que para el II ciclo de 2022 “se regresa a la modalidad presencial en todos los planes de estudios y cursos que hayan sido diseñados y aprobados en esta modalidad” (CONSACA, 2022, p. 17).
Aunado a lo anterior, mediante instrucción UNA-VD-DISC-009-2022, la Vicerrectoría de Docencia (2020b) comunicó otras variaciones de modalidad que podían ser utilizadas para facilitar el regreso a la presencialidad, entre las que estaban: presencial remota, presencial mixta y presencial mixta híbrido-flexible, con lo cual se da inicio al regreso a la presencialidad en la Universidad Nacional.
Esto suponía un nuevo proceso de transición para el estudiantado, la reincorporación presencial a la universidad en medio de un brote pandémico conllevaría riesgos de contagio. Al respecto, Armijos et al. (2023), plantean que “…los temores provinieron principalmente ante efectos de posibles rebrotes del virus, de la posibilidad de que estudiantes y docentes se sientan en riesgo y no acudan a clases por este motivo, siendo un obstáculo para cumplir los nuevos planes” (p. 518); sin embargo, no solamente el peligro de contagio representaba un reto ante el regreso a la educación presencial, sino que, este nuevo cambio tendría otras implicaciones que es importante analizar. Por lo que, este ensayo busca plasmar los principales desafíos que presentó el estudiantado de la Escuela de Secretariado Profesional ante el regreso a la presencialidad pospandemia.
Principales desafíos del regreso a la educación presencial pospandemia
Se entiende como desafío una situación retadora que requiere ser afrontada. Durante la pandemia por el COVID-19, las personas estudiantes atendieron sus clases por medios virtuales desde sus hogares en diversos sectores del país, durante dos años, sin tiempo de traslado, sin gastos de transporte o alimentación fuera de casa, únicamente por medios virtuales y con flexibilidad pedagógica por el contexto de emergencia, condiciones que desaparecerían ante el regreso a la presencialidad y que significarían nuevos desafíos en el proceso de adaptación.
Para la fundamentación de este apartado se contó con la participación de 70 personas estudiantes de la Escuela de Secretariado Profesional. El 62,9 % pertenece a la carrera Administración de Oficinas y el 37,1 % a la carrera Educación Comercial. El 97 % de la población tiene entre 18 y 24 años. Al momento de llenar el cuestionario, el 100 % del estudiantado se encontraba cursando el grado de bachillerato. El 41,4 % de la población indica ser de procedencia rural, mientras que el 58,6 % de procedencia urbana. El 65,7 % del estudiantado afirma que durante la pandemia le correspondió recibir clases 100 % virtuales, con modalidad sincrónica y asincrónica, mientras que el 34,3 % manifiesta que, por problemas de conectividad, solo podía resolver actividades de manera asincrónica y buscar las condiciones óptimas para realizarlo fuera de sus casas.
Desafíos desde la perspectiva económica
Uno de los principales desafíos que enfrenta el estudiantado con el regreso a la presencialidad es el costo económico (Huillca et al., 2022). Con la implementación de la educación remota por medios tecnológicos, los estudiantes podían acceder a las clases desde cualquier ubicación, por lo que tuvieron una reducción en los costos económicos derivados de traslados, alimentación y hospedaje requeridos durante las clases presenciales. En la Tabla 1, se destacan los principales costos que ha retomado el estudiando para estudiar presencialmente y en qué porcentaje esto representó un reto para ellos:
Tabla 1
Desafíos económicos del regreso a la educación presencial pospandemia
Indicador |
Porcentaje |
Pagar transporte para desplazamiento. |
84,3 % |
Costo de alimentación y traslados para ir y volver a la universidad porque una clase es presencial y otra es virtual el mismo día. |
77,1 % |
Pagar alojamiento durante el tiempo de clases. |
24,3 % |
Nota. Encuesta a estudiantes de la ESP (Elaboración propia).
Asumir nuevamente gastos significativos por efectos de traslado, alimentación y hospedaje para cursar sus estudios presenciales representa para el estudiantado un desafío significativo, debido a que con la implementación de la virtualidad, los recursos propios u obtenidos a partir de la beca que les ofrece la universidad podían ser destinados a la compra de dispositivos electrónicos para sus estudios en línea, el pago de servicio de internet y electricidad. Para casos especiales en que los discentes en condición de vulnerabilidad no tenían posibilidades económicas, la UNA les facilitó chips de acceso a telefonía y equipo de cómputo (Solano, 2020), por lo que, los ingresos percibidos se utilizaban para aportar económicamente a sus familias, quienes muchas veces tenían afectación de ingresos por la pandemia, especialmente aquellas en condiciones socioeconómicas vulnerables, que realizan trabajos físicos presenciales (Conejo et al., 2020). Además de lo mencionado, con el regreso a la presencialidad, no se eliminó la educación virtual, sino que esta ha tomado fuerza (Rodríguez, 2021) y ahora el estudiante debe costear tanto los gastos de educación presencial, como los de educación por medios tecnológicos.
Desafíos desde la perspectiva socioafectiva
Desde el punto de vista socioafectivo, los estudiantes experimentaron desafíos importantes con el regreso a la presencialidad, tras haber estado confinados durante dos años en sus casas, muchos de estos están relacionados con la ansiedad que genera volver al exterior ante un entorno de incertidumbre, con la obligatoriedad de cumplir con protocolos sanitarios y con el riesgo de ser infectados por COVID-19, también influye el retomar la interacción social que se había perdido y abandonar el lecho familiar en el que ya habían asumido un rol durante la pandemia. De acuerdo con Pérez y Tabares (2021):
La vida rutinaria, la falta de estímulos externos para lograr nuevos aprendizajes, el tiempo ante una computadora, los cambios tanto en los hábitos de sueño como en los alimenticios pueden incidir en el estado socioemocional y en el aumento de niveles de estrés, aburrimientos, frustración, y ansiedad que traen consigo respuestas que revelan desilusión y enfado. (p. 4)
En la Tabla 2, se detalla cada uno de los desafíos socioafectivos que los estudiantes participantes destacan con el regreso a la presencialidad:
Tabla 2
Desafíos socioafectivos del regreso a la educación presencial pospandemia
Indicador |
Porcentaje |
Estrés que genera las dificultades para ir y volver a la universidad porque una clase es presencial y otra es virtual, el mismo día. |
77,1 % |
Pérdidas de tiempo por clases canceladas o clases de poco tiempo que requieren mi presencia. |
74,3 % |
Dejar mi ambiente familiar en el que requieren de mi presencia y apoyo para labores del hogar o cuido de familiares, mientras estudiaba virtual. |
40 % |
Dejar mi casa en zona rural para estar más cerca de la Universidad |
30 % |
Nota: Encuesta a estudiantes de la ESP (Elaboración propia).
Aparte de las razones expuestas en la Tabla 2, que son situaciones frecuentes en el estudiantado participante, también hay casos de discentes con condiciones muy particulares que tienen un impacto socioafectivo importante, entre los que se pueden destacar los indicados en la Tabla 3:
Tabla 3
Situaciones individuales que representan desafíos socioafectivos del regreso a la educación presencial pospandemia
Caso particular |
Debido a problemas de salud debo trasladarme al centro médico, en el que me atienden, un día antes de la cita, debido a la lejanía y como consecuencia, pierdo dos días de clase, el día en el que me traslado y el de la cita, además el día de traslado no lo puedo justificar. |
Tener que caminar casi 2 kilómetros para poder agarrar el bus. |
Al ser madre, el buscar quien se haga cargo de mi hija es lo que se me dificulta; sin embargo, en la virtualidad teniendo mi hija en casa no presto la misma atención. |
El clima muchas veces dificulta la movilidad para trasladarme por vivir lejos. |
Nota: Encuesta a estudiantes de la ESP (Elaboración propia).
Las situaciones planteadas en las Tablas 2 y 3 que han sido experimentadas por el estudiantado con el retorno a la presencialidad post Covid-19, influyen en el desarrollo de la vulnerabilidad y con ello en la afectación de habilidades sociales y de aprendizaje, que pueden tener una incidencia negativa en el rendimiento académico (Machado y Fajardo, 2023).
Desafíos desde la perspectiva académica
Posiblemente los desafíos más significativos que se evidencian en este ensayo son los de corte académico, por ser el principal ámbito que requirió una transformación radical con la llegada del COVID-19, esto tuvo un gran impacto para la población estudiada y, además, originó otros retos planteados anteriormente.
Al transformarse la metodología de la educación universitaria a presencial remota por medios tecnológicos, con la llegada del COVID-19, el estudiantado experimentó cambios que fueron percibidos por la mayoría como beneficiosos. Más de un 80 % de las personas participantes expresó que para ellos la virtualidad tenía más ventajas que desventajas, desde el punto de vista académico.
Es importante recordar que, el 97 % de la población posee una edad entre los 18 y 24 años, por lo cual se les considera nativos digitales. De acuerdo con Prensky (2011):
Más y más gente joven ha mejorado profunda y permanentemente en cuanto al uso de la tecnología, conectando con sus iguales y el mundo como ninguna generación anterior lo había hecho. Ríos de información les llegan las veinticuatro horas del día de los siete días de la semana. Cada vez en mayor medida lo que quieren y necesitan está disponible en su bolsillo bajo demanda. (p. 12)
Lo anterior facilita que tengan una mejor adaptabilidad a los procesos educativos virtualizados, por lo que la mayoría resalta importantes ventajas de la virtualidad sobre la presencialidad, tal como se muestra en la Tabla 4:
Tabla 4
Principales ventajas de la educación virtual sobre la presencial
Indicador |
Porcentaje |
Si no había clases no se perdía el viaje. Dedicaba mi tiempo a otra cosa académica en mi hogar o trabajo |
75,7 % |
Podía gestionar mi tiempo en virtualidad sin ningún problema |
70 % |
Tenía buenas condiciones para recibir clases virtuales (computadora e internet) |
62,9 % |
Se me facilitaba más trabajar de manera remota |
52,9 % |
Aprendía bien mediante la virtualidad |
52,9 % |
No se me dificultaba desligarme del ambiente y actividades de la casa para solamente dedicarme a estudiar de manera virtual |
45,7 % |
Las personas docentes manejaban la virtualidad muy bien y las clases eran de buena calidad |
42,9 % |
No necesitaba interacción social presencial, me desenvolvía bien en la virtualidad |
40 % |
Nota: Encuesta a estudiantes de la ESP (Elaboración propia).
Con base en la información anterior, se puede asegurar que el principal desafío que presenta el estudiantado al regresar a la educación presencial es el tener que desligarse de las ventajas que les ofrece la educación por medios tecnológicos y tener que adaptarse, nuevamente, a la normalidad que se vivía antes de la pandemia por el COVID-19. Entre las ventajas que tiene la presencialidad sobre la virtualidad, el 61 % afirma que aprende de mejor manera cuando se les explica presencialmente y el 54% afirma que prefiere la interacción social presencial.
Haberse alejado de la presencialidad durante dos años incide también en el cambio de hábitos de estudio, pues en la virtualidad se tienen todos los recursos accesibles para ser consultados durante las clases o durante las evaluaciones, mientras que en la presencialidad deben depender más de los conocimientos adquiridos y competencias desarrolladas, sin posibilidad de consulta de los contenidos, por lo que, tal como lo indican Dávalos et al. (2023), el reajuste de los hábitos junto con las carencias de saberes y la posible falta de acompañamiento puede tener secuelas negativas en el rendimiento académico con el regreso a la presencialidad.
Acciones de la Escuela de Secretariado Profesional antes los desafíos enfrentados por el estudiantado
Al consultar a las autoridades de la ESP sobre las medidas tomadas en relación con los retos presentados por parte del estudiantado con el regreso a la presencialidad, se manifestó que:
•En la unidad académica siempre se procura ofrecer horario diurno y nocturno para cada curso, pero que, lograr un espacio en el horario deseado dependerá del momento en que se matricule (lo cual está sujeto al promedio que tenga la persona estudiante) y del cupo disponible, según la oferta de grupos, que responde a las posibilidades presupuestarias de la ESP.
•La ESP incursionó en la incorporación del componente virtual en los cursos desde antes de la pandemia por COVID-19, pero que la experiencia con la virtualidad a raíz de dicha contingencia permitió incrementar la virtualidad en el nuevo plan de estudios, que rige a partir de 2023, de manera que ahora el diplomado se imparte de manera presencial con apoyo tecnológico (3 clases virtuales), el bachillerato se imparte de manera bimodal (60 % presencial y 40 % virtual) y la licenciatura 100 % virtual.
•A partir del primer ciclo de 2023 se han unificado las semanas en las que se pueden ofrecer clases virtuales, de forma tal, que el estudiantado no tenga inconvenientes con mezclas de modalidad en un mismo día. En el caso de los cursos presenciales con apoyo tecnológico las clases virtuales son en las semanas 7, 11 y 15, y en el caso de los cursos bimodales las clases virtuales son en las semanas 3, 5, 7, 9, 11, 13, 15 y 17. Así los estudiantes no tendrán problemas de desplazamiento por mezclas de modalidades en un mismo día (M. E. Ugalde, comunicación personal, 28 de setiembre de 2023).
Si bien la pandemia por el COVID-19 tuvo un fuerte impacto en la educación costarricense al forzar la virtualidad como medio principal para desarrollar el proceso de enseñanza y aprendizaje (por todas las desventajas que esta puede representar para el estudiantado con limitado o nulo acceso a internet, falta de dispositivos electrónicos para recibir las clases o problemas de calidad de conectividad, entre otros), lo cierto es que en el caso del estudiantado de la Escuela de Secretariado Profesional de la Universidad Nacional la transición de la presencialidad a la virtualidad no fue tan marcada en términos de uso de entornos virtuales de aprendizaje, debido a que esta unidad académica ya tenía incorporado el componente virtual en el desarrollo de sus cursos y el estudiantado había experimentado, previamente, la mediación pedagógica virtual, aunque no al 100 %.
Sin embargo, el regreso a la presencialidad si representó, para el estudiantado, una readaptación a condiciones que tenían más de dos años de no experimentar, y esto, sumado al confinamiento y a los cambios académicos, laborales, sociales y personales a causa del COVID-19, hizo que surgieran desafíos importantes que, para efectos de este ensayo, fueron categorizados en tres áreas: económicos, socioafectivos y académicos.
En términos de desafíos económicos se identifica que, con el regreso a la presencialidad, se retoman gastos que no se hacían mientras se estudiaba desde la casa, de manera virtual, como lo son costos de traslados, de alimentación y de hospedaje. Dichos recursos eran utilizados, por el estudiantado, para el pago de internet, compra de dispositivos electrónicos para recibir clases y para aportar a la economía del hogar, en muchos casos afectada por la pandemia. Con el regreso a la presencialidad, la UNA habilitó modalidades que no se desligaban del todo de la virtualidad, como lo son la presencialidad remota, la presencialidad híbrida y la presencialidad híbrido flexible, por lo que era necesario seguir asumiendo los costos de internet, pero, además, retomar los costos en los que se incurre al regresar presencialmente, pues todos los cursos podían tener modalidades diferentes.
Desde un enfoque socioafectivo, las personas estudiantes manifiestan que el confinamiento y la incertidumbre vivida durante la pandemia del COVID-19 afectó sus niveles de estrés, ansiedad y frustración, lo que dificultó el lidiar con los retos presentados al volver a la presencialidad como, por ejemplo, no estar con su familia, delegar a terceros el cuido de sus hijos, tener que abandonar su entorno seguro aún con riesgos de contagio, no poder atender adecuadamente su salud por problemas para justificar ausencias presenciales, entre otros.
Académicamente, los estudiantes destacaron los desafíos por mezclas de modalidades entre cursos para un mismo día (uno virtual y otro presencial) y manifestaron que la mayoría de las condiciones que tenían con la presencialidad remota por medios virtuales les beneficiaba, por lo que el principal reto era tener que abandonar esas ventajas y volver a adaptarse a la modalidad presencial. A pesar de lo anterior, el 71 % de los encuestados consideran que el regreso a la presencialidad no solo trajo desventajas, sino que también ventajas, pues para muchos el aprendizaje se les facilita más cuando el docente explica presencialmente, además de que muchos prefieren la interacción social presencial y asistir a la universidad les permite desligarse de otras actividades laborales y del hogar para concentrarse 100 % en sus estudios. Sin duda, las generaciones de estudiantes que vivieron los cambios de la educació por la contingencia del COVID-19, han tenido que experimentar transiciones bruscas y les ha correspondido desarrollar una gran capacidad de adaptabilidad.
Es importante recalcar que, la esencia de la Universidad Nacional ha sido siempre la educación presencial, todas las modificaciones que se hicieron para afrontar la pandemia, entre ellas la creación de la presencialidad remota por medios 100 % virtuales, fue una medida no permanente, adoptada por la urgencia de la situación, por lo que, una vez superado el riesgo, la presencialidad fue reincorporada paulatinamente.
Por su parte, la ESP ha demostrado ser una unidad académica a la vanguardia de los cambios tecnológicos, ya que el componente virtual ha formado parte de su currículo desde antes de la pandemia y después de esta, se ha incorporado, de manera más significativa, para facilitar al estudiantado el acceso a sus estudios, además de prepararlos para futuros entornos laborales virtualizados.
No obstante, es imprescindible resaltar todas las facilidades que los medios digitales aportan a la educación, en especial, al exponer al estudiantado a metodologías de trabajo altamente utilizadas en la actualidad por las empresas para el teletrabajo y las que tienen que manejar, por lo que, si bien el fuerte de la UNA es la educación presencial, es indispensable que la virtualidad forme parte permanente del currículo.
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Yong, E., Nagles, N., Mejía, C. y Chaparro, C. E. (2017). Evolución de la educación superior a distancia: desafíos y oportunidades para su gestión. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, 50, 80-105. http://revistavirtual.ucn.edu.co/index.php/RevistaUCN/article/view/814/1332
1 Académica, investigadora y coordinadora de la comisión curricular de la Escuela de Secretariado Profesional de la Universidad Nacional, máster en Administración Educativa y licenciada en Educación.
https://orcid.org/0000-0003-3724-5549
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