N.º 84 • Julio - Diciembre 2021
ISSN: 1012-9790 • e-ISSN: 2215-4744
DOI:
https://dx.doi.org/10.15359/rh.84.19
Licencia: CC BY NC SA 4.0
sección CRÍTICA BIBLIOGRÁFICA
Comentario del libro: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, de Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (compiladoras)
Book Review: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, by Alejandra de Arce and Alejandra Salomón (compilers)
Comentário sobre o livro: Um olhar histórico sobre o bem-estar rural argentino. Debates e propostas de análise, de Alejandra de Arce e Alejandra Salomón (compiladores)
Ignacio Andrés Rossi*
Resumen: Se comenta un libro de reciente publicación producido por el Centro de Estudios de la Argentina Rural de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Argentina. Este texto, contiene un conjunto de estudios sociales de la Argentina rural encarados desde múltiples perspectivas disciplinares: las formaciones estatales y su impacto en el devenir social, el papel de las escuelas y la salud en espacios periurbanos, la vivienda y las industrias en las economías regionales, entre otras.
La propuesta se torna enriquecedora para los espacios rurales latinoamericanos en tanto se ofrecen diferentes herramientas teóricas y metodológicas que pueden contribuir al desarrollo de este tipo de análisis en la región. La comprensión de los espacios y las problemáticas sociales se torna en una herramienta fundamental para pensar soluciones a largo plazo tras las transformaciones rurales desarrolladas en el último cuarto del siglo. Las ciencias sociales tienen un papel principal en este cometido.
Palabras claves: reseña bibliográfica; espacio rural; economía; bienestar social; urbanización; historia; Argentina.
Abstract: A recently published book produced by the Center for Studies of Rural Argentina of the National University of Quilmes (UNQ), Argentina, is discussed. This text contains a set of social studies of rural Argentina faced from multiple disciplinary perspectives: state formations and their impact on social evolution, the role of schools and health in peri-urban spaces, housing and industries in the economies regional, among others. The proposal becomes enriching for Latin American rural spaces as different theoretical and methodological tools are offered that can contribute to the development of this type of analysis in the region. The understanding of spaces and social problems becomes a fundamental tool to think about long-term solutions after the rural transformations developed in the last quarter of the century. The social sciences play a major role in this endeavor.
Keywords: book reviews; rural spaces; economy; social welfare; urbanization; history; Argentina.
Resumo: Discute-se um livro recentemente publicado, produzido pelo Centro de Estudos do Rural Argentina da Universidade Nacional de Quilmes (UNQ), Argentina. Este texto contém um conjunto de estudos sociais da Argentina rural abordado a partir de múltiplas perspectivas disciplinares: formações estatais e seu impacto no desenvolvimento social, o papel da escola e da saúde nos espaços periurbanos, habitação e as indústrias nas economias regionais, entre outros. A proposta torna-se enriquecedora para os espaços rurais latino-americanos na medida em que são oferecidas diferentes ferramentas teóricas e metodológicas que podem contribuir para o desenvolvimento desse tipo de análise na região. A compreensão dos espaços e dos problemas sociais torna-se uma ferramenta fundamental para pensar soluções de longo prazo após as transformações rurais desenvolvidas no último quarto do século. As ciências sociais têm um papel importante nessa empreitada.
Palavras chaves: revisão bibliográfica; espaço rural; economia; bem estar social; urbanização; história; Argentina.
Este libro1 es parte de la colección lanzada en 2018 por el Centro de Estudios de la Argentina Rural de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) dedicada a estudiar las transformaciones en las economías regionales, los problemas vinculados al desarrollo, los sujetos sociales agrarios y las políticas públicas vinculadas a estas cuestiones.
En esta ocasión, un conjunto de cientistas sociales tales como geógrafos, historiadores y economistas pretenden, a lo largo de once capítulos, dar cuenta de los cambios ocurridos en el sector agrario argentino en los últimos cincuenta años. Así, los investigadores se centran específicamente en pensar el concepto «rural» disciplinalmente y analizar los procesos de transformación productiva que tuvieron las agroindustrias más significativas del país.
En este tomo, se propone una mirada de larga duración que permita una aproximación sobre la calidad de vida de la población diacrónicamente y atenta a las asimetrías regionales. Así, el bienestar será entendido como una categoría que comprende no solo una dimensión socioeconómica, sino también sociopolítica y cultural de largo alcance.
En el primer capítulo, Alejandra de Arce y Alejandra Salomón sitúan el contexto de los surgimientos de los Estados de Bienestar a la luz del cuadro de la posguerra y el nacimiento de organismos internacionales promotores de las mejores condiciones de vida. La circulación de saberes y la legitimación de las ciencias sociales junto a la política como promotoras de la planificación constituyeron una plataforma teórica para examinar las visiones históricas del bienestar rural, especialmente desde la crisis del sector desde 1950.
Las autoras parten de la observación de la documentación institucional en una escala internacional. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) se tornan en instituciones centrales desde la mitad del siglo XX, a la hora de configurar el bienestar rural desde diferentes concepciones —modernización, estructuralismo, dependencia, etc.— y trasladar la producción del conocimiento a científicos y funcionarios nacionales que pusieran en marcha la políticas públicas en la región.
Ellas argumentan que más allá de las diferentes perspectivas en torno al bienestar rural predominó una visión dicotómica de campo-ciudad.2 Las etapas construidas por las autoras definen una primera (1960-1970) caracterizada por una mirada positiva centrada en el desarrollo de la comunidad mediante la mecanización y los avances tecnológicos.
Desde los años 1970, la mirada cambió a raíz de la emergencia de la pobreza rural para centrarse en los procesos de reformas agrarias y el ingreso mínimo como indicador de medición en la batalla por erradicar la pobreza. A finales del siglo XX, el concepto bienestar pierde fuerza explicativa obscurecido por la irreversibilidad de la pobreza y la caída de los Estados de Bienestar. No obstante, en la actualidad el concepto recobra vitalidad en el marco de los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 de la ONU, interpelando a los agresivos modelos productivos del agronegocio y su impacto ambiental.
Talía Violeta Gutiérrez inicia el segundo capítulo con un abordaje sobre la función de la escuela rural en la región pampeana de Buenos Aires entre 1960-1990.3 Ella sostiene que a la institución en ámbitos rurales se le exigen funciones extracurriculares y familiares que más ampliamente involucran a la orientación de la comunidad en aspectos como la salud, la alimentación, etc. También menciona que las funciones que se le asignan a la academia y a los maestros en el ambiente rural provienen del mismo Estado y la sociedad civil, formando parte de su autoidentificación.4
Aunque este aspecto se mantenga en gran medida en la actualidad, se ha ido parcialmente modificando a la luz de las nuevas transformaciones económicas que afectan al campo y las interconexiones con la vida urbana. La autora concluye en que la función social de la escuela debe mucho a Argentina en sus sucesivas crisis y que, específicamente, la institución tuvo un rol protagónico en la promoción del bienestar rural en las comunidades.
En el tercer capítulo María José Ortiz Bergia se ocupa de la salud rural y específicamente de cómo se ha ido modificando la estructura de riesgos asociada a la salud de los pobladores rurales en el territorio cordobés desde los años 1970 hasta inicios del siglo XXI.5 Metodológicamente, el estudio parte de una comparación entre departamentos con baja densidad poblacional que, aunque ante el impedimento de formular generalizaciones, le permiten a la autora inferir prácticas específicas desplegadas en la gestación del bienestar.
La perspectiva histórica también le permite a Ortiz Bergia definir los riesgos para la salud y las acciones para preservarla desde una mirada etapista. A pesar de los esfuerzos, la autora sostiene que en el periodo analizado la gran heterogeneidad en los riesgos de enfermar fue alta y las posibilidades de curarse eran endebles.
Aunque a comienzos del siglo XXI las condiciones de urbanización y mejoramiento habitacional redujeron la mortalidad en las regiones estudiadas, el desigual acceso a los servicios sanitarios persiste de acuerdo a las asimétricas condiciones socioeconómicas de los habitantes, la dispersión de los profesionales y los menguados presupuestos municipales. Tendencias que desde los años 1970 no se han logrado revertir.
Juan Manuel Cerdá analiza la evolución de la vivienda en el espacio rural de la provincia de Mendoza entre 1960-2000 mediante un estudio exploratorio sobre viviendas. Él asegura que una visión dominante de Argentina como un país urbanizado y un campo habitado con productos de materias primas en sus grandes extensiones de la pampa húmeda invisibilizó la pobreza rural, al apunto de estar ausentes en las agendas políticas de la segunda mitad del siglo XX.
La inexistencia sobre estadísticas específicas sobre las condiciones de vida de los pobladores rurales da cuenta del desinterés de las autoridades nacionales. La vivienda en el espacio específico de la ruralidad mendocina se encuentra asociada a la producción y las formas de trabajo históricamente derivadas de esta. Cerdá afirma que:
Los avances en la utilización de materiales constructivos de las viviendas han sido una variable importante, aunque no la única, para transformar el bienestar global de la población de la provincia de Mendoza durante los años considerados en este capítulo. Sin embargo, también marcan desigualdades sociales —y espaciales—, entre aquellos que tienen acceso —o no— a dichos materiales. Es innegable que durante los últimos cuarenta años del siglo pasado determinados bienes y servicios —como electricidad, cloacas, agua potable, electrodomésticos, etc.— se han convertido en elementos básicos para la obtención de una «vivienda digna» en la Argentina.6
Sin embargo, el autor detecta aún en el año 2001, la persistencia de condiciones precarias de vivienda y falta de acceso a la propiedad en tanto aún lo más común es encontrar ocupantes no propietarios en relaciones laborales informales. Estos problemas, al día de hoy, incrementan la vulnerabilidad social condicionando el desarrollo futuro de las comunidades.
En el capítulo cinco Verónica Trpin examina las transformaciones territoriales y las desigualdades en los mercados de trabajo en el Norte de la Patagonia. Especialmente, el estudio de caso se centra en la mano de obra estacionaria de la producción de tomate, a raíz de un exhaustivo trabajo de campo realizado en la región. La autora argumenta que:
Las desigualdades presentes en la estructura agraria de los valles irrigados en la Provincia de Río Negro dan cuenta de la histórica consolidación de mercados de trabajo segregados, en los que los orígenes migratorios nacionales o limítrofes marcaron las trayectorias y las condiciones laborales, generalmente caracterizadas por la informalidad laboral.7
Además, la autora caracteriza patrones de inserción laboral segmentadas que implicarían ascensos laborales para algunos trabajadores entendidos como nichos laborales. Esto consolida un repertorio de estrategias de acción que caracteriza al mercado de trabajo hortícola y frutícola desde la expansión de esta actividad en el Valle Medio de Río Negro desde los años 1970.
Así, Trpin detecta la consolidación de una generación de norteños e inmigrantes limítrofes empleados en la producción hortícola, aunque también en combinación con actividades no agrarias, con una importante proyección a convertirse en medieros y luego en arrendatarios. Sin embargo, en los últimos años la mecanización de la cosecha redujo significativamente la circulación temporaria de mano de obra consolidando una visión negativa de la maquina entre los productores manuales.
No obstante, la demanda de mano de obra manual así sea en tareas alternas como la plantación o la cosecha, es demandada a la luz de la experiencia y determinados conocimientos técnicos que cualifican a la mano de obra más rudimentaria.
Ariel Osatinsky nos presenta un estudio pormenorizado sobre la industria azucarera tucumana en la segunda mitad del siglo XX y el gran declive que esta sufrió desde la década de 1960 afectando a los pequeños productores, obreros de fábrica y surco. Desde entonces, el cierre de ingenios, la disminución de la superficie con caña y de la producción de azúcar, forman parte de las consecuencias de las crisis de sobreproducción, la mayor mecanización y las innovaciones técnicas que afectaron a la pequeña zafra hasta los años 1990.
Desde aquel entonces, las desregulaciones implementadas en los años de Carlos Menem (1989-1999) dieron un golpe de gracia que afectó de lleno a los trabajadores y cañeros, especialmente a los pequeños productores. El heterogéneo panorama que nos muestra Osatinsky permite observar a los grandes productores empresariales que, asociados a dueños de ingenios azucareros, explotan más de 1000 hectáreas con mano de obra permanente y un alto nivel de mecanización.
Sin embargo, también se encuentran en aquel mundo social los productores medianos que explotan entre 20 y 400 hectáreas, también mecanizados, pero que combinan mano de obra familiar con transitoria. En suma, las conclusiones de Osatinsky son terminantes, la industria azucarera que había representado en la primera mitad del siglo XX el 50 % del Producto Bruto Geográfico (PBG) de Tucumán, se redujo al 10 % entre los años 2000-2001.8
En palabras del autor, «el declive señalado está vinculado a profundas crisis que experimentó la actividad durante la segunda mitad del siglo XX, las que afectaron sobre todo a los pequeños productores y a los obreros de fábrica y surco».9 Durante cincuenta años de declive y en aras de incentivar una desregulación que acabara con la inelástica oferta del mercado interno, las políticas estatales aplicadas en los años 1990 provocaron una larga crisis que benefició a los grandes productores que venían impulsándose con las transformaciones tecnológicas-productivas.
En el capítulo siete Delia Ramírez y Carolina Diez realizan un abordaje sobre las transformaciones del agro en la provincia de Misiones a partir de la retracción de los cultivos tradicionales y el avance del modelo de agronegocio forestal en detrimento de las clásicas regulaciones estatales de protección e incentivo del sector.
Como afirman las autoras, «El modelo de desarrollo que garantizó el ascenso social y económico de los productores rurales de Misiones por casi un siglo se perfiló alrededor de un actor social central, el “colono”».10 Se trata de un tipo de agricultor que no debe ser considerado ni como un farmer, ni como un campesino, sino más bien como un tipo social caracterizado por explotar los cultivos tradicionales —yerba mate y tabaco—, pero con una estrecha articulación con el mercado.
El desarrollo de esta forma de explotación produjo, teniendo en cuenta que el empleo familiar representaba el 61 % del total de productores del Nordeste Argentino hacia finales del siglo XIX, cierto bienestar social en referencia al acceso a la vivienda, la educación y los servicios de salud, pero también la ampliación del espacio productivo y la adquisición de medios de producción.
Sin embargo, la década de 1990 supuso un tiempo de transformaciones que favoreció el avance de la actividad forestal, con importantes precedentes de desarrollo desde los años 1970, y la reorganización de la actividad de acuerdo a los vientos de la globalización. Como sostienen Ramírez y Diez, los productores tradicionales quedaron fuera del modelo de agronegocio forestal sufriendo fuertes impactos en la reproducción de la agricultura familiar al no poder enfrentar la capitalización exigida por el mercado y la falta de acceso al crédito productivo.11
En el capítulo ocho, Santiago Conti y Suzette Sánchez se encargan de analizar el bienestar rural en el cooperativismo de la estepa, provincia de Río Negro. El investigador y la investigadora afirman terminantemente que la historia productiva de la Patagonia desde la Campaña al Desierto (1878-1885), se encuentra atravesada por una «lógica de concentración y la configuración del latifundio».12
Es decir, un modelo de estancia que, vinculado al ferrocarril y a la producción ovina desde fines del siglo XIX, favoreció la hegemonía de una lógica a gran escala caracterizada por la extracción de fibra/pelo y su posterior comercialización, con escaso valor agregado, a empresas metropolitanas.
En este marco el autor y la autora ponen la mirada en el cooperativismo que, asociado al modelo de estancia, se constituyó en una alternativa de pequeña escala agropecuaria y artesanal con importantes formas de asociación que perduran desde hace más de cuarenta años hasta nuestros días.
Conti y Sánchez afirman que existió un punto de inflexión desde la crisis ambiental por la gran nevada en 1984 que permitió observar la idea de crisis-rural en oposición a la clásica crisis-urbana definida por acontecimientos político-económicos.13 Además, prestan especial atención al rol de diferentes actores como la Iglesia católica y el mercachifle, que tuvieron una escasa atención en la historiografía y que en contextos de crisis se tornan en figuras relevantes para pensar las agendas de políticas públicas y otros tipos de organización económica para el futuro.
Cecilia Canevari y Cristina Biaggi presentan en el capítulo nueve un estudio de caso sobre el protagonismo de las mujeres en la comunidad de Juliam Grande en la provincia de Santiago del Estero entre 1989-2015. Este sitio es una pequeña comunidad campesina, y como lo afirman las autoras, los cambios ocurridos en el sector desde la década de 1990 transformaron sus formas de producción, pero también la organización social, institucional y hasta las subjetividades en sus pobladores.
Las policías neoliberales impactaron en la comunidad, especialmente la eliminación del salario familiar recibido por los pequeños productores algodoneros que los redujeron y los relegaron a actividades agropecuarias de autoabastecimiento. Con menos capacidad de soportar la impredecibilidad y los avatares de los cambios climáticos en los últimos años, también se afectaron a los pobladores de esta comunidad donde el 84 % percibe un ingreso proveniente del Estado nacional.
La mirada puesta en la economía feminista que adoptan Canevari y Biaggi permite dilucidar la importancia de las mujeres en esta comunidad en términos objetivos, pero también de emociones y de cuidado. En los hogares de Jumial Grande la división sexual del trabajo tiene fronteras difusas entre lo productivo y lo reproductivo: el espacio domestico-feminizado pierde contrastes con el espacio público-masculinizado. Sin embargo, el patriarcado aún impregna un orden valorativo negativo en torno al trabajo reproductivo de las mujeres, desvalorizando e invisivilizando los importantes roles femeninos.
El crecimiento demográfico, acompañado de más hogares, contrasta con la reducción en el uso de la tierra, producto de la falta de incentivo estatal a la pequeña producción agropecuaria. Así, adquirieron mayor importancia los trabajos estacionales, asalariados y otras estrategias que vinculan a la comunidad con la vida urbana producto de la mayor circulación de dinero por promoción estatal y el avance de las tecnologías de transporte, electricidad y medios de comunicación que reemplazan a las antiguas estrategias de subsistencia. En gran medida, las autoras confirman que:
Podemos afirmar que, durante estos años, aun cuando el deterioro del entorno ambiental se presenta como una amenaza al buen vivir, las mujeres han mejorado sus condiciones de bienestar, por el acceso a una calidad de vida que ha resultado en una menor carga en el tiempo y la intensidad de trabajo.14
Fernanda Longhi, Laura Cordero y Pablo Paolasso analizan en el capítulo diez la pobreza y desnutrición infantil en el Noroeste Argentino (NOA) durante el siglo XX. Este estudio exploratorio, en tanto son escasos los estudios sobre desnutrición en espacios rurales, se centra en el déficit nutricional infantil y tiene una gran relevancia en una región que presenta la mayor población rural de Argentina.
Ante la falta de registros oficiales, la propuesta metodológica de los autores los conduce a plantear un panorama oficial a partir de las observaciones antropométricas de las regiones urbanas y algunas localidades puntuales de Tucumán mediante la observación de registros alternativos. El problema de la pobreza en la región, con la cual se asocia su ruralismo, se torna preocupante a la luz de los altos casos de mortalidad infantil y prevalencias de desnutrición en provincias como Santiago y Jujuy.
Longhi, Cordero y Paolasso afirman que «Quedó clara entonces la articulación existente —y nociva— entre pobreza, ruralidad y problemas nutricionales, conformando una importante faceta de análisis que no ha tenido, hasta el momento, un interés académico central».15
Además, como lo señalan los autores, la desnutrición desemboca en malnutrición con efectos concretos en obesidad y con el consecuente incremento del riesgo de contraer enfermedades de tipo crónica-degenerativa: principales causas de muertes en el estadio epidemiológico mundial actual por COVID-19. Como concluyen los autores, la nueva cara de la pobreza hoy implica obesidad infantil en el NOA, razón suficiente para pensar políticas públicas destinadas a su erradicación.16
Juan Manuel Diez presenta en el último capítulo un estudio sobre servicios públicos y comunicaciones en tres localidades de baja densidad poblacional en el sudoeste de la provincia de Chubut: Lago Blanco, Aldea Beleiro y Ricardo Rojas. En una región de enormes distancias el transporte y las comunicaciones se constituyen como herramientas imprescindibles para conectarse con otros espacios.
Diez sostiene que la contextualización como la problematización del lugar se construye desde una mirada en un principio ajena al mundo urbano pero con repercusiones concretas en la cosmovisión de los lugareños.17 En este sentido se tornan centrales las políticas públicas estatales en aras de promover mecanismos de integración, aunque hasta el momento se han centrado en la instalación de instrumentos de conexión telefónica, Internet o estaciones de servicio, sin lograr articular las sociabilidades locales. En este sentido, el autor afirma que:
Los dispositivos que pone en marcha el Estado, a partir de las políticas públicas, tienen más que ver con el fomento de la instalación de cosas —Internet, estaciones de servicio o telefonía celular— que con el acompañamiento de un proceso que está en movimiento. En definitiva, a las localidades llega Internet, pero se desafecta el correo postal; llega el combustible, pero en un mismo periodo desaparece el transporte de larga distancia. Lejos de fortalecer las dinámicas sociales en funcionamiento, se producen cambios irregulares e imprevisibles que someten a la población local a un proceso de innovación permanente.18
Producto de este proceso, como lo afirma el autor, es la predominancia del mercado local que, con grandes esfuerzos de las comunidades, sostiene las redes de relaciones en torno a un proyecto de desarrollo que se define permanentemente en base a lo que se descompone.
Creemos que este libro es un aporte imprescindible no solo en tanto esfuerzo historiográfico sobre el bienestar rural en regiones aún inexploradas por las grandes líneas de estudio de las ciencias sociales de Argentina, sino también, para avanzar en una agenda de políticas públicas que contemplen con certeza las necesidades puntuales de las comunidades, tales como las referentes a los pequeños productores, las mujeres, los trabajadores estacionales, los niños, entre otras.
Más ampliamente, este estudio se torna imprescindible como referencia para las ciencias sociales de Latinoamérica donde predominan países que, aunque en gran medida urbanizados, hoy desatendieron a importantes actores de sus regiones rurales. Aún vivimos en un mundo en que las necesidades básicas o su efectiva provisión constituyen un problema, Argentina y su extenso territorio no se encuentra exento de esto.
Los historiadores y los cientistas sociales, en tiempos en que se cuestiona su relevancia, se encuentran comprometidos con estas realidades y no solo producen conocimientos teóricos relevantes para los campos disciplinares, sino que piensan en soluciones concretas.
Hemos constatado a lo largo de este conjunto de ensayos el compromiso con la resolución concreta de problemas crónicos e históricos y que repiensan profundamente cómo mejorar las condiciones de vida de la población y realizar aportes puntuales a las políticas públicas que deben destinarse en un futuro a resolverlas.
De Arce, Alejandra y Alejandra Salomón (compiladoras). Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis. Buenos Aires, Argentina: Editorial Teseo, 2020.
Ortiz Bergia, María José. De caridades y derechos. La construcción de políticas sociales en el interior argentino. Córdoba (1930-1943). Córdoba, Argentina: Centro de Estudios Históricos, 2009.
1 Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (compiladoras), Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis (Buenos Aires, Argentina: Editorial Teseo, 2020).
2 Ibíd., 46.
3 En una línea similar puede consultarse su trabajo sobre la función social de la escuela en Tandil, Argentina: Talía Violeta Gutiérrez, «Del hogar agrícola a los maestros queseros: La escuela granja de Tandil (Argentina), 1915-1960», Quinto Sol, vol. 19, n.° 2 (mayo-agosto, 2015): http://dx.doi.org/10.19137/qs.v19i2.831.
4 Talía Violeta Gutiérrez, «La función de la escuela rural más allá de las aulas. La promoción social de la familia (región pampeana, 1960-1990)», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 57.
5 Para un análisis con una perspectiva histórica centrada entre los años 1930-1943 en la misma región puede consultarse su libro: María José Ortiz Bergia, De caridades y derechos. La construcción de políticas sociales en el interior argentino. Córdoba (1930-1943) (Córdoba, Argentina: Centro de Estudios Históricos, 2009).
6 Juan Manuel Cerdá, «Vivienda rural en Mendoza», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 120.
7 Trpin Verónica, «Transformaciones territoriales y desigualdades en el Norte de la Patagonia. Mercados de trabajo segregados en la producción agraria», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 142.
8 Ariel Osatinsky, «Crisis y deterioro laboral en la agroindustria azucarera De Tucumán durante la segunda mitad del siglo XX», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 172.
9 Ibíd., 149.
10 Delia Ramírez y Carolina Diez, «Transformaciones contemporáneas en las condiciones de reproducción social de los agricultores familiares en el agro misionero», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 179.
11 Ibíd., 197.
12 Santiago Conti y Suzette Sánchez, «Cuando organizar el trabajo es organizar la comunidad», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 203.
13 Ibíd., 223.
14 Cecilia Canevari y Biaggi Cristina, «Mujeres, producción y reproducción. Transformaciones en la vida cotidiana en Jumial Grande», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires: Teseo, 2020), 250.
15 Fernando Longhi, Laura Cordero y Pablo Paolasso, «Pobreza y desnutrición infantil en la ruralidad del noroeste argentino», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 278.
16 Ibíd., 279.
17 Juan Manuel Diez Tetamanti, «Aislamiento e inclusión, invertir la experiencia. Debates sobre servicios públicos en Chubut», en: Una mirada histórica al bienestar rural argentino. Debates y propuestas de análisis, ed. por Alejandra de Arce y Alejandra Salomón (Buenos Aires, Argentina: Teseo, 2020), 286.
18 Ibíd., 306.
Fecha de recepción: 21/09/2020
* Argentino. Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Luján (UNLu), Luján, Buenos Aires, Argentina y Maestría en Historia Contemporánea en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Los Polvorines, Buenos Aires, Argentina. Investigador independiente. Correo electrónico:
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