N.º 85 • Enero - Junio 2022
ISSN: 1012-9790 • e-ISSN: 2215-4744
DOI: https://dx.doi.org/10.15359/rh.85.3
Licencia: CC BY NC SA 4.0

sección COSTA RICA

La Sociedad de Artesanos y la instrucción obrera en Costa Rica a finales del siglo XIX

The Craftsmen Society and the Worker Education in Costa Rica in end of the 19th Century

A Sociedade de Artesãos e a instrução trabalhista na Costa Rica no final do século XIX

Sonia Angulo Brenes*

Resumen: El presente artículo tiene dos objetivos, por un lado, exponer el surgimiento de la Sociedad de Artesanos (1874) como una de las primeras organizaciones de artesanos en Costa Rica, la cual, permitió la unión y solidaridad obrera y, por otro lado, recuperar los proyectos de instrucción obrera que poseía dicha asociación. El análisis se basa en la recuperación histórica de la organización a partir, principalmente, del tratamiento del periódico El Artesano, su medio de publicación. Se analizaron un total de cincuenta ejemplares. El trabajo concluye que la Sociedad de Artesanos se constituyó en un pilar fundamental para comprender los primeros atisbos de la conformación de la organización artesano-obrera en el país, debido a sus objetivos educativos y culturales, en especial, a los proyectos de instrucción realizados en el año 1889, los cuales, influenciaron fuertemente en su cultura obrera.

Palabras claves: artesano; clase obrera; Costa Rica; cultura; educación de los trabajadores; historia.

Abstract: This article has two objectives. First, it exposes the appearance of the Craftsmen Society (1874) as one of the first craftsmen organizations in Costa Rica that it allowed the worker merger and solidarity, and second, it recovers the worker instruction projects that such association had. The analysis is based on the historical recovery of the organization from the treatment of the El Artesano newspaper mainly, its official publishing medium. It was analyzed a total of fifty copies. It concluded that the Craftsmen Society was constituted in a fundamental base to understand the first trace of the worker craftsmen organization configuration in the country and their cultural and educational objectives especially due to the education projects made in 1889, which they strongly influenced the worker culture.

Keywords: craftsman; Costa Rica; culture; history; worker education; working class.

Resumo: Este artigo tem dois objetivos, por um lado, expor o surgimento da Sociedad de Artesanos (1874) como uma das primeiras organizações de artesãos na Costa Rica, o que permitiu a união e solidariedade dos trabalhadores e, por outro lado, recuperar os projetos de instrução trabalhista que a referida associação possuía. A análise se baseia no resgate histórico da organização a partir principalmente do tratamento dado ao jornal El Artesano, seu meio de publicação. Um total de cinquenta espécimes foram analisados. O trabalho conclui que a Sociedade dos Artesãos constituiu-se em um pilar fundamental para compreender os primeiros vislumbres da conformação da organização operária-artesã no país devido aos seus objetivos educacionais e culturais, especialmente aos projetos instrucionais realizados no ano de 1889, os quais influenciaram fortemente na sua cultura de trabalho.

Palavras chaves: artesão; classe trabalhadora; Costa Rica; cultura; educação do trabalhador; história.

Introducción

«La Sociedad de Artesanos es para todos los obreros que pisan el suelo nacional y para todos los que quieran engrosar las filas del trabajo aliado que persigue la unión potente, fuerte, grande y emprendedora».

El Artesano, 18891

En medio de un contexto de carácter autoritario que perduró hasta finales del siglo XIX, el cual implicó cuatro administraciones,2 una expansión de la administración pública –debido al aumento de números de empleados– y una política de alianza con políticos liberales,3 nacía, el 13 de marzo de 1874 en Costa Rica, una de las primeras organizaciones de artesanos, formada por la iniciativa del sacerdote Dr. Francisco Calvo, la cual, fue llamada la Sociedad de Artesanos.4 Esta organización se encontraba conformada por una diversidad de gremios artesanos, cuyo fin era la unión y solidaridad entre ellos, especialmente los que vivían en la provincia de San José. Esta asociación empezó a recorrer su camino vinculada a los intereses políticos, culturales y sociales del presbítero y del entonces presidente, general Tomás Guardia,5 quizás debido a su estrecha amistad.6

La Sociedad de Artesanos funcionó desde 1874 hasta 1891 cuando se disuelve, su acción se ubicada en la provincia de San José. En todo este período se puede hablar de tres fases, a saber: la primera, tuvo como énfasis las preocupaciones del auxilio mutuo, primordialmente de 1874 a 1882, la segunda, entre 1883 y 1888, se centraba en la necesidad de moralización e higienización de la clase trabajadora y, finalmente la tercera, de «reapertura», entre 1888 y 1891. Es en esta última, en donde, se desarrollan los proyectos de instrucción obrera que se estudiarán en el presente artículo, los cuales, fueron la Escuela Nocturna para artesanos, fundada el 2 de abril de 1889 y la Biblioteca Popular y la sala de lectura para los obreros y la población en general, creada el 25 de junio de 1889.

El desarrollo de la Sociedad de Artesanos se puede analizar a partir de los cambios políticos, sociales y culturales del contexto histórico, los cuales, se enmarcaban en la pugna entre conservadores y liberales, lo que se manifiesta en la primera fase de su surgimiento, la cual tuvo una marcada lógica de socorro mutuo, vinculada a los intereses de la iglesia, producto de su influencia en varios aspectos de la vida cotidiana costarricense entre 1825 y 1880.7 Según James Backer se constituye en el primer encuentro entre los objetivos de los artesanos y esta entidad eclesiástica. Sin embargo, esta versión inicial de la organización no duró mucho y se desintegró pronto, incluso debido al poco interés del sacerdote Calvo en mantenerla ya que: «la obra del Padre Calvo no duró mucho en el campo obrero. Aunque mostró una conciencia social e inquietudes por los problemas de la clase obrera, sus intereses principales fueron la política y la creación de la Masonería en Costa Rica»,8 quizás incluso debido a la secularización propuesta por Tomás Guardia.

El estatuto de esta primera versión de la organización se publicó en el periódico El Costarricense del 16 de julio de 1874,9 en donde, en su artículo 1 se establecía como finalidad los auxilios mutuos en las posibles situaciones de la vida familiar, a través del ahorro común de sus agremiados. Tal como se puede vislumbrar, el interés no era de índole político-gremialista sino más bien mutualista; es decir, en función del bienestar común de sus miembros, por esto, en el artículo 9 se expone que en el primer año de vida de la organización sus actividades centrales serán las que produzcan un lucro seguro para sus agremiados.

Los criterios para conformarse como integrante se establecen en el artículo 3 en donde se lee: «será socio todo individuo costarricense, que sea precisamente artesano, obrero, laborioso y honrado […]».10 En este sentido, la Sociedad se compromete a apoyarles en todo momento incluso en los casos, en los cuales se necesite trabajo como se manifiesta en el artículo 3511 y en los artículos 15 y 2312 se exponen los motivos ya sea en caso de incapacidad, pensión o muerte, en cuyo caso, sus familiares recibirán lo que les corresponde.

A partir de este acercamiento, a través de su estatuto, se vislumbra que la naturaleza de esta organización para este primer período se presenta con un énfasis de solidaridad y ayuda mutua. Asimismo sus intereses no son políticos y en sus particularidades se muestra el carácter cultural religioso costarricense, por ejemplo en el artículo 79 se expone que se prohíbe hablar en las reuniones sobre religión, asuntos públicos del Gobierno, empleados y política en general, mientras que en el artículo 80 se habla de la adopción de un Patrono religioso de la Sociedad.13

Esta primera versión de la organización se mantuvo hasta 1882, cuando se desintegra debido a desacuerdos entre sus miembros. En esta fase inicial su carácter mutualista y quizás utópico14 limita la defensa de sus condiciones de trabajo en términos políticos y económicos. En este sentido, cabe preguntarse ¿qué significó la Sociedad de Artesanos para la organización obrera costarricense? y ¿cómo influyó su proyecto de instrucción en la cultura obrera? Estas dos cuestiones conllevan a profundizar en el estudio de esta organización y cómo esto se revierte para inicios del siglo XX, en los primeros atisbos de la lucha política por mejores condiciones de trabajo.

Así, este artículo se divide en tres partes, el primero retoma el desarrollo de la Sociedad de Artesanos en el período de 1883 a 1891, con la finalidad de recuperar las transformaciones sufridas en el seno de la organización, la segunda recupera uno de los principales objetivos de esta, que fue la preocupación por la instrucción obrera a través de la Escuela Nocturna para obreros y la tercera, expone la creación de la Biblioteca Popular y la sala de lectura. Para recuperar estos tres aspectos de la Sociedad de Artesanos se trabajó desde el análisis de la historia política, en tanto el objetivo fue profundizar en la organización y sus influencias en el artesanado costarricense, a partir de la propuesta de Mario Oliva, de la necesidad de hacer historia de las organizaciones obreras y de buscar diversas fuentes que se alejen del discurso oficialista.15 El interés se avocó en aportar al estudio de la clase obrera o trabajadora desde su mirada y, para esto, como principal fuente primaria, se utilizó el periódico El Artesano, el cual fue el medio de publicación oficial de la Sociedad de Artesanos, se optó por este tipo de fuente hemerográfica, pues los estudios realizados de Carlos Luis Fallas16 y, principalmente de Mario Oliva, establecen tres características particulares: la primera, lo mencionaban como uno de los periódicos obreros con mayor alcance nacional, la segunda, tenía un tiraje considerable de ejemplares y la tercera, estaba dirigido, administrado o redactado por artesanos, en este caso, en especial, por Alejo Marín, quien, era carpintero.17

De esta manera, se revisaron, exhaustivamente, un total de cuarenta y ocho ejemplares, divididos de la siguiente manera: cuatro para 1883, treinta y dos para 1889 y doce para 1890, los tres años en que se realizó su publicación. A partir de esta revisión se establecieron los temas y preocupaciones más importantes de la Sociedad de Artesanos. El artículo aporta en la profundización sobre la organización y sus principales proyectos, desarrollados a partir de los estudios de Mario Oliva,18 los cuales fueron el punto de partida del análisis presentado.

La Sociedad de Artesanos y su proceso de organización

A partir de la desintegración de la Sociedad de Artesanos en 1882, los esfuerzos por establecer una nueva organización se hicieron efectivos en 1883 con la propuesta organizativa del abogado guatemalteco Rafael Machado Jáuregui a través de la división en gremios y representación de cada uno de ellos.19 Es en este período que, como parte de los esfuerzos para generar la unión gremial, se creó una publicación quincenal llamada El Artesano, cuya pluma descansaba en obreros, asalariados e intelectuales que exponían sus ideas,20 este primer momento de la publicación tenía como editor a Salomón Escalante y de redactor a José R. Chavarría. En estas condiciones se publicó entre el 15 de setiembre al 24 de noviembre de 1883.

Esta segunda fase responde con mayor fuerza al avance de un proyecto liberal, que como indica Gerardo Morales,21 corresponde a un movimiento cultural entre 1870-1880 que implicó un proyecto político de una sociedad oligárquico-liberal y que, según David Díaz trató «[…] de promover un programa de fomento al capitalismo y escultor de la razón, de la moral secular y del orden».22 Así, en el primer ejemplar de su periódico23 se describe su énfasis en la necesidad de representación de los intereses de la clase obrera y agrícola del país, alejándose de la prensa nacional y de sus intereses y al declarar como el centro de la vida del pueblo, el trabajo. En este sentido, esta fase se aleja del carácter mutualista anterior y se centra hacia preocupaciones de la organización y la movilización artesanal-obrera; aparece un nuevo objetivo la «moralización de la clase trabajadora» y su higienización, en medio de los ideales liberales, que se encontraban en el ambiente costarricense.

En esta segunda fase, la Sociedad de Artesanos inicia su vida organizativa vinculada a las ideas liberales de «orden y progreso», secularización de la vida cotidiana y civilización de los sectores populares. Algunos de estas discusiones y aspectos se reflejan en la publicación de su periódico El Artesano, en el cual se presentan análisis sobre la necesidad de la formación técnica, moral, cultural y política de los artesanos retratados en artículos sobre las artes, aspectos agronómicos, bancarios, de la industria y reproducciones del pensamiento de Benjamín Franklin sobre la moral, la economía y la política.24 Las discusiones de la Sociedad de Artesanos para esta segunda fase fueron:

Una integración entre lo que llamaban la parte obrera con la agrícola, para este momento se presenta un llamado constante no solo a los artesanos sino a los trabajadores agrícolas. De ahí que la publicación de El Artesano incluya una sección sobre contenidos agronómicos.

Una preocupación por la defensa de la patria, la cual, se asemeja a una madre que hay que defender.

Una moralización e higienización hacia los obreros, como parte de las preocupaciones liberales y de ahí que a lo largo de los ejemplares de su periódico se reproduzcan extractos de la obra de Benjamín Franklin, debido a su representación como el progreso científico, humano y social.25

Una preocupación por tres pilares, el espíritu de asociación, el fortalecimiento de la cultura –a través del arte, especialmente el teatro– y la fundación de un banco como medio de acceso al crédito para mejores condiciones de vida y la importancia de la caja de ahorros.26

Una última característica que llama la atención es la diversidad de gremios entre los artesanos, ya que en la sesión del 29 de octubre de 188327 se expone que la Sociedad de Artesanos se encuentra conformada por zapateros y sastres; talabarteros,28 plateros y grabadores; mecánicos, herreros y hojalateros; carpinteros, albañiles y pintores; alfareros y encuadernadores; tintoreros y curtidores y se acuerda que cada uno de ellos debe elegir una representación. En este sentido, no se puede hablar de un grupo homogéneo de artesanos sino de una diversidad de ocupaciones. Por esto para este período, Mario Oliva29 expone que no se puede hablar en sí de una clase trabajadora sino de grupos diversos con cantidad de intereses, principalmente artesanos-obreros.

Esta segunda fase de la organización duró cinco años y se disuelve, nuevamente, en 1888. Las fuentes no permiten comprender, en este caso, cuál fue el motivo de la desintegración. La última fase y quizás la más interesante se traslapa entre el cierre de la segunda, formada por el abogado Machado y una tercera reorganización en el año de 1888. En este tercer período, los intereses organizativos se profundizan hacia la instrucción obrera, a través de la Escuela Nocturna para artesanos, la Biblioteca Popular y la sala de lectura. La propuesta fue organizada por el carpintero Alejo Marín Jiménez, quien, el 23 de agosto de 1888 invita, a través del periódico La República,30 a todos los artesanos que se quisieran organizar para formar un comité provisional que sentará las bases de una «nueva» Sociedad de Artesanos, tal cual se presenta en la figura 1:

Figura 1. Invitación a artesanos a formar un Comité Provisional para la organización de la Sociedad de Artesanos

Fuente: La República, «Sociedad de artesanos», 23 de agosto de 1888, 3.

Esta invitación marcó una renovación organizativa, sin distinción de gremios y con una fuerte tendencia hacia la educación obrera. Asimismo, Alejo Marín se convierte en el editor de una segunda etapa de la publicación El Artesano, la cual se presenta una vez por semana, todos los sábados, y con una edición de 600 ejemplares31 y contó con colaboradores como Pío Víquez, Eloy Truque, Emilio Pacheco entre otros,32 los cuales discuten en sus páginas el desarrollo del movimiento obrero costarricense. La junta directiva de la Sociedad, para este tercer momento, quedó constituida de la siguiente manera:

Cuadro 1. Junta Directiva de la Sociedad de Artesanos

Cargo

Persona nombrada

Ocupación

Presidente

Alejo Marín Jiménez

Carpintero

Prosecretario

Jenaro Navarro Madriz

Sastre

Tesorero

Juan Antillón Ramírez

Peluquero

Primer vocal

Raimundo Castro Camacho

Sastre

Segundo vocal

Jesús Quirós Méndez

Carpintero

Administrador de El Artesano

Francisco J. Camacho

Impresor

Fuente: Elaboración propia de acuerdo con La Gaceta, Costa Rica, n.° 274, 23 de noviembre de 1888, 1-3 y Fallas, El movimiento obrero en Costa Rica, 169.

Como se puede observar en esta tercera reorganización, la junta directiva estaba constituida totalmente por artesanos y su presidente, por primera vez, era un artesano, a diferencia de las dos anteriores propuestas. A partir del llamado de Marín Jiménez se realiza una primera Asamblea, el 30 de agosto de 1888,33 en la cual se acuerda la conformación de la asociación y la elaboración de los estatutos, que finalmente fueron publicados en La Gaceta el 23 de noviembre de 1888. En esta nueva reapertura se plantean nueve objetivos, en el artículo 3, tal cual se transcriben a continuación:

1. Mejorar la situación económica de sus miembros, facilitándoles un lugar de depósito seguro para sus economías por medio de una Caja de Ahorros;

2. Proporcionar a los mismos un recurso pecuniario mediante el uso del crédito;

3. Hacer negociaciones de banca y de comercio cuando así lo permita la situación de sus fondos;

4. La unión y protección mutua de los obreros socios, tanto en sus circunstancias desgraciadas personales, como en todas las que se relacionen entre ellos y la asociación;

5. Mejorar la posición social de sus miembros, creando y sosteniendo un Club, en donde puedan reunirse con entera libertad cada vez que lo deseen, a fin de tratar todos los asuntos que les interese y de recrearse con reuniones de confianza;

6. Perfeccionar la situación intelectual y moral de los mismos, costeando y abriendo a su servicio una Biblioteca, en la cual haya selección de obras recreativas e instructivas sobre los diversos oficios, industrias y artes manuales establecidas en el país y posibles de establecer;

7. Crear y sostener igualmente un Taller en donde los asociados puedan ejercer o aprender un oficio;

8. Procurar, tanto como sea posible y por todos los medios de que llegue a disponer por sí o por gestiones, la fundación pronta de una escuela nacional de artes y oficios;

9. Trabajar en el sentido de crear, promover e impulsar todo aquello que tienda a prosperar y adelantar de cualquier modo lícito la condición actual del obrero costarricense.34

A partir de la publicación en La Gaceta, la Sociedad de Artesanos es conformada el 9 de diciembre de 1888.35 En esta reorganización, a diferencia de la propuesta de 1874, se incluyen dos objetivos con mayor énfasis, los económicos, a través de la creación de la Caja de Ahorros y los vinculados a la instrucción intelectual y moral, los cuales, se concretizan en la creación de un club, de una escuela de oficios, un taller y una biblioteca obrera. Al mismo tiempo que se mantiene su carácter mutualista pero con menor intensidad.

La organización se propuso la creación de varios proyectos en muy poco tiempo, tales como la creación de la Caja de Ahorros entre los miembros de la organización fundada el 16 de febrero de 1889, la Escuela Nocturna para artesanos creada el 2 de abril de 1889 y, finalmente, la Biblioteca y la sala de lectura el 25 de junio de 1889 como ya se ha mencionado.

Asimismo, surgió una nueva edición del periódico el 9 de febrero de 1889, con una publicación semanal, todos los sábados, y dirigido a un público obrero. Cada número constaba de cuatro páginas con diversidad de artículos y con la propuesta de realizar intercambios de periódicos entre los distintos medios.36 Con una marcada tendencia hacia el pensamiento liberal que se manifestaba en las ideas propuestas en sus editoriales, véase, por ejemplo, el editorial del periódico del 11 de mayo de 1889, en el cual se expone su objetivo de la siguiente manera:

Nuestra idea y lealtad de principios son ya bien conocidas, ellas nos servirán de heraldo para entrar en el campo vasto de la civilización y en el estadío [sic] fecundo de la emisión del pensamiento escrito. Si tuviéramos que atenernos solamente á [sic] la debilidad de nuestras fuerzas claro está que no nos arriesgaríamos en el laberinto del periodismo; pero contando con la colaboración inteligente de escritores bien conocidos, sentimos menos peso y nos hallamos mejor dispuestos.37

En este editorial no solo se evidencian las ideas liberales, específicamente en su fuerte confianza hacia una mejor civilización, sino que también entre sus colaboradores destacados, citados con anterioridad, se encuentran Pío Víquez y Aquileo J. Echeverría, considerados ambos, escritores de la «generación del Olimpo».38 También, en distintas editoriales de otros números del periódico, en el año 1889, se señala su confianza hacia verdad39 y hacia la instrucción obrera.

En cuanto a la Caja de Ahorros se constituyó en un proyecto necesario, desde el punto de vista de la organización, para impulsar el progreso de sus asociados. Esta consistía en un ahorro mensual dentro de sus posibilidades salariales, con la finalidad de crear un fondo para responder a cualquier situación40 y, al mismo tiempo, la compra de acciones por los asociados con un valor de cien colones cada una, la cual, se podía pagar de una sola vez o en cuotas mensuales.41 Por esto, se constituyó en uno de los primeros proyectos que ejecutó la asociación y, a través del cual, lograba una relación de unión y de responsabilidad por parte de sus agremiados, ya que su finalidad era generar mejores condiciones de vida.

Por esto, para este período de la organización, el ahorro y la creación del fondo se convirtieron en un objetivo fundamental, ya que desde su punto de vista el progreso de los artesanos-obreros solo era posible a partir de tres condiciones: la primera, una base económica, la segunda, una moral, que se ajustará a las condiciones de la sociedad y la tercera, una educación basada en el aprendizaje de un oficio y al mismo tiempo en el fomento de conocimientos universales. Debido a este pensamiento es que en casi todos los ejemplares de su periódico se encontraban anuncios, por parte de la presidencia, instando a sus socios a pagar el ahorro y las cuotas para el progreso de la asociación y de ellos como trabajadores.

También, en esta fase de la organización se devela un interés por la solidaridad y unión de los artesanos-obreros, aun cuando parece que la tarea era lenta y muy difícil, así, en la publicación El Artesano del 29 de mayo de 1889, se escribe:

Sabíamos por experiencia agena (sic) y comprendemos por convicciones propias, que el carácter de nuestro pueblo es casi inaccesible á (sic) toda idea de asociación. Casi nos llegamos á (sic) a convencer, de que no cual otro Lázaro, el obrero costarricense era irresusitable. En nada estuvo que nuestras fuerzas flaquearan, y que, desalucionados [sic] fríos y excarmentados [sic], cediéramos el campo, buscáramos otro teatro y otro público. Pero uno que otro destello de luz, una claridad blanquecina que distinguíamos allá á [sic] lo lejos, contuvo la nave y dio valor al marino.42

En este sentido, su interés constante fue aumentar el caudal de asociados, promover la organización y, a través de sus objetivos, el avance moral, social, económico y educativo de los trabajadores. Así como también se manifiesta la preocupación constante por la unión entre organizaciones artesanas-obreras del país y, en general, con Centroamérica.43 En el primer caso, la asociación tuvo vínculo con la Sociedad Literaria «Trabajadores del Progreso» de Cartago44 y la Sociedad de Artesanos «El Progreso» de Alajuela.45 En el segundo caso, mantuvo relación con diferentes medios de publicación de la época y, especialmente, con los países de Nicaragua, con las Sociedades de Artesanos de Managua y León,46 con la Sociedad de Artesanos de San Salvador y de Artes de Sonsonate en El Salvador,47 la Sociedad Central de Artesanos de Guatemala y la Sociedad de Artesanos de Tegucigalpa, Honduras.48

El año de 1889 fue fundamental, en tanto la mayoría de los proyectos se lograron concretar, en medio, de la campaña electoral y frente a la división, en la misma asociación, entre liberales que apoyaban la candidatura de Ascensión Esquivel y, conservadores, al lado de José Joaquín Rodríguez. La Sociedad de Artesanos tuvo una lectura de la situación social, sobre todo con rasgos liberales,49 porque la mayor parte de los miembros se encontraban afiliados a este partido,50 con un impulso al desarrollo social, económico, educativo y moral de los artesanos-obreros, de ahí su preocupación por los proyectos de instrucción tales como la Escuela Nocturna de oficios y la Biblioteca Popular.

En este sentido, desde el año 1889 la Sociedad de Artesanos, a través de su periódico, manifiesta su apoyo a la candidatura de Ascensión Esquivel,51 aun cuando internamente se presentan diferencias en esta línea, debido, en particular, a la influencia de su fundador Alejo Marín. El apoyo a esta candidatura le generó a la Sociedad de Artesanos algunas controversias como la presentada en el ejemplar del 15 de junio, en el cual el editor responde a acusaciones sobre que el periódico no publica artículos sobre el candidato José Joaquín Rodríguez52 y, a la del 27 de junio, en la cual defiende la afirmación de que los periódicos que apoyan a Esquivel son pagados por su campaña, ante lo cual expone lo siguiente:

El 14 de enero de este año, un puñado de artesanos independientes y libres de compromisos se reunieron en Asamblea General, acordando trabajar porque el Licenciado don Ascensión Esquivel fuera el candidato a la Presidencia de la República, prometieron obrar de conformidad, suscribieron el convenio escrito, se acercaron al señor Presidente don Bernardo Soto por medio de una comisión á [sic] a significarle sus aspiraciones y deseos, y han hecho desde aquella fecha la más activa y expontánea [sic] propaganda. Quinientos y tantos artesanos josefinos no viven sino del sudor de su frente, ni necesitan del presupuesto ni obedecen más instrucciones ni otra consigna que las de su conciencia de hombres libres.53

En ese aspecto, la posición política de la Sociedad de Artesanos, en el año de 1899, es claramente liberal, a través de su apoyo a la candidatura de Esquivel, sumado a su deseo de instrucción y educación a la clase obrera y artesanal costarricense.

Sin embargo, esta posición cambia el 30 de diciembre de 1889 con el nuevo presidente de la Sociedad, Manuel Venegas y en la redacción del periódico, donde, el nuevo editor será Menardo Reyes,54 quien, en los primeros tres meses del año 1890 pasa de un extremo a otro la tendencia editorial, hacia una lectura más conservadora, al discutir aspectos como la relación entre el obrero y la figura de Jesús55 a través del texto «Un apóstol de Jesucristo: el abate de L’Épée»56 y en «Contradicciones clericales»,57 donde discute la relación-contradicción entre progreso y religión. Así es como se observa una tendencia vinculada hacia el arte más que a la política, que en el año 1889 se presenta en el periódico con mayor énfasis.

Finalmente, el periódico termina su publicación el 21 de marzo de 1890 y para el año 1891 se informa, en La República del 12 de marzo, la realización de una Asamblea con la finalidad de «reorganizar y reemprender las tareas sociales interrumpidas».58 Además, se vuelve a incorporar a Alejo Marín como presidente. Sin embargo, a partir de ese momento pareciera que la Sociedad de Artesanos se disuelve de nuevo.

No obstante, las tareas realizadas en esta última etapa de la organización son interesantes, en tanto, retoman, como eje fundamental, la educación obrera, en los dos proyectos mencionados, mismos que se discutirán en los dos siguientes apartados.

La instrucción obrera: la Escuela Nocturna para Artesanos

La idea de progreso en la Sociedad de Artesanos fue fundamental pues se encontraban impregnados de la cultura de su época, por esto las preocupaciones sobre la ciencia y la educación aparecían en varias secciones de su periódico y repetidas veces y, según se indica en sus estatutos, se consideró la necesidad de la creación de una Escuela Nacional de Artes y Oficios.59

Todo esto se materializó en la creación de la Escuela Nocturna para Artesanos, en la cual, dos veces por semana, se enseñaban una serie de conocimientos prácticos: «tales como aritmética, lectura, dictado, estudio sociológico del hombre, dibujo lineal y geografía universal».60 Sobre este punto, su interés en la instrucción obrera se visualizaba como un medio para la organización y, al mismo tiempo, como instrumento para el progreso. Esta escuela se complementaba con la creación de clubes y talleres que tenían como finalidad educar y moralizar al artesano-obrero, así lo manifiesta uno de los colaboradores del periódico José Monge Reyes:

Un cuerpo de artesanos convenientemente reglamentado, con escuelas y clubs, donde a la par que se obtenga ilustración también se pasen ratos de recreo, con periódicos y libros adecuados, no puede ser más honroso para un país y más aún para los mismos obreros. Resulta de semejante modo de ser, no sólo la riqueza individual y común de la colectibilidad [sic], sino el respecto consiguiente y simpatía absoluta de todo el mundo.61

La Sociedad de Artesanos, a partir de la creación de la Escuela, tenía como finalidad generar un artesano-obrero «ilustrado» que no solo conociera sobre los oficios a que se dedicaba sino también los conocimientos más generalistas de la sociedad. Tal cual se lee en la Editorial del periódico del 18 de enero de 1890:

Nuestra Sociedad de Artesanos ha comenzado á [sic] a elevarse á la altura de su misión. Ha comprendido que para realizarla necesita, ante todo, combatir la ignorancia, y ha fundado la Escuela Nocturna de artesanos y jornaleros, que, á juzgar por el resultado obtenido en los cuatro últimos meses de este año en que ha estado abierta tiene el éxito asegurado. Podemos ya contar en esta capital con toda una generación de obreros redimida de la esclavitud de la ignorancia á que por siempre estaba condenada, y veremos convertidos en conscientes ciudadanos, á los que no habrían sido instrumentos de mezquinos intereses.62

La Escuela Nocturna se convirtió en el instrumento del progreso y el orden, lo que reflejaba su pensamiento liberal, en tanto, era la educación la que formaría un artesano-obrero «ilustrado», consciente y pensante de la sociedad, especialmente costarricense. Este proyecto se completó con el interés de la creación de la Escuela de Artes y Oficios, cuyo énfasis se concentraba en el aprendizaje de oficios y conocimientos útiles, en especial, en las artes y las ciencias.63

Fue la Escuela Nocturna la forma concreta de lograr que los artesanos pudieran obtener conocimientos tanto universales, como técnicos y permitió crear en ellos la necesidad de comprender su contexto inmediato, tomar posición y establecer la necesidad de una biblioteca, en la cual acceder a textos de historia universal, literatura y aportes técnicos y científicos y, como manifiesta Iván Molina, era la forma que veían su avance en la esfera social.64

En consecuencia, se puede leer tres preocupaciones fundamentales de la Sociedad, la primera, la organización obrera, que se refleja en el constante interés de la asociación por llamar, continuamente, a nuevos asociados y solicitar a los antiguos asistencia y participación en sus proyectos. La segunda, la preocupación por la formación moral de los artesanos-obreros centrada, especialmente, en los proyectos de instrucción obrera y en su publicación de El Artesano. La tercera, la educación y el fortalecimiento del intelecto a través de la creación de la Biblioteca y la sala de lectura, cuyo objetivo era la promoción de los conocimientos universales de la sociedad, tal cual se expone en el siguiente apartado.

La Biblioteca Popular y la sala de lectura para obreros

La Biblioteca Popular y la creación de la sala de lectura se constituyeron en otro de los proyectos más importantes de la Sociedad de Artesanos, así en la reunión del Directorio del 23 de junio de 1889, se discutió la pertinencia de su creación y se acordó su apertura –en función del inciso 6 del artículo 3 del Estatuto– dirigida, en particular, a la instrucción y moralización del artesano-obrero como a la sociedad costarricense, en general. En esta reunión se discutieron las bases de dicho proyecto que se transcriben a continuación:

1. Que la biblioteca sea general y adquirida por donación, legado o compra, según lo permita la situación de los fondos.

2. Que la Sala de lectura, anexa a la Biblioteca, puedan concurrir todos los hijos del pueblo nacionales o extranjeros, sin restricciones de ningún género, guardando las fórmulas que se establezcan en el reglamento respectivo. […].

3. Que este nuevo establecimiento se inaugure el próximo 15 de setiembre […].65

El objetivo principal de la biblioteca fue crear las herramientas para el fortalecimiento de la civilización y del progreso,66 propias del espíritu positivo de su época, inspirado quizá, en los primeros vínculos con la lectura positivista y liberal,67 y con el interés de proveer en el artesano-obrero no solo conocimientos sino también una moral, que les permitiera dirigirse hacia el «camino del bien». De ahí su constante atención en que los trabajadores se acercaran a la lectura y permitieran, desde su punto de vista, la creación de un «hombre nuevo» y así se expone: «el libro, el periódico, la lectura, ¿por qué no han de ser la palanca, y la idea, el punto de apoyo?»68

A partir de este momento, el proyecto inició con la solicitud de donaciones de libros a colaboradores, intelectuales y al pueblo, en general, para iniciar su colección, por medio de una publicación en el periódico del 13 de julio de 1889. En función, de este anuncio se inicia la donación de dinero o libros, por parte de diversas personas, figuras públicas, intelectuales de la época y artesanos-obreros. Así, por ejemplo, para el 25 de julio de 1889 se habían donado 117 libros,69 para el 10 de agosto de ese mismo año se habían recolectado 267 textos,70 para el 14 del mismo mes 329 ejemplares,71 para el 21 de agosto 33572 y finalmente, para el 14 de setiembre –un día antes de la inauguración– se contaba con 460 ejemplares.73 Es importante comentar que fue un total de 39 personas las que donaron libros, de las cuales, a algunas se les nombró socios honorarios.

En un acercamiento a los títulos de los libros donados se pueden identificar los intereses de las personas, ya que, principalmente, se regalaron libros sobre historia y geografía, literatura, ciencias naturales, nociones de derecho y gramática, entre otros. En ese sentido, prevaleció una tendencia secular por sobre obras con contenido religioso debido a la influencia y posicionamiento de la Sociedad de Artesanos.

Asimismo, al encontrarse en medio de la campaña electoral como ya se ha mencionado, una de las primeras personas en responder ante la solicitud de la Sociedad fue el precandidato José Joaquín Rodríguez, quien en una carta del 15 de julio de 1889 les manifiesta lo siguiente:

Yo aplaudo, señor Secretario, el pensamiento de la Sociedad de Artesanos, y no sólo lo aplaudo, sino que ayudaré con mucho gusto á [sic] su realización.

En lugar de enviarle unos cuantos libros que pudieran resultar duplicados en la Biblioteca, autorizo al Presidente de la Sociedad para que tome por mi cuenta en las librerías de esta ciudad, las obras que juzgue más útiles á su objeto, hasta por el valor de cien pesos […].74

Ante esto, la Sociedad de Artesanos acepta su apoyo al proyecto y le agradece en una carta, el 18 de julio de 1889. Mientras que también aceptan las donaciones tanto de Bernardo Soto como de Ascensión Esquivel, a este último agradecen en la edición del 25 de julio de la siguiente manera:

DON ASCENSIÓN ESQUIVEL, el simpático candidato del partido liberal, el generoso protector de la clase obrera, el noble hijo del pueblo, que atiende á [sic] a todos como á [sic] iguales, el Jefe del Estado por ministerio de la ley, ha obsequiado á [sic] la Sociedad de Artesanos con una magnífica y variada colección de obras, mapas y cuadros para uso de la Biblioteca de la Sociedad de Artesanos. Su donativo, según precios corrientes en plaza, no vale menos de doscientos cincuenta ó trescientos pesos […].75

Esta situación evidencia, por un lado, como el proyecto de la Biblioteca Popular no estuvo excepta de la confrontación política y de los intereses partidarios tanto en los candidatos como a lo interno de la Sociedad de Artesanos que se refleja en su agradecimiento hacia el precandidato Esquivel.

Así en los siguientes ejemplares se sigue informando de las diversas personalidades que donaban dinero o libros, entre ellos tanto liberales como conservadores. En este sentido, las donaciones fueron de figuras como Juan Fernández Ferraz, Julián y Carlos Volio.

En el cuadro 2 se puede visualizar que la lucha política se expresaba en la formación de la biblioteca y por esto la variedad de títulos donados se rigen a partir de este criterio, pues al mismo tiempo contribuyeron sacerdotes, intelectuales, políticos, abogados, entre otros, de una clase social adinerada, especialmente costarricense. Asimismo, casi la totalidad de personas que donaron libros o dinero eran hombres, ante una única mujer que se identificó, quien donó en representación de su hijo.

Cuadro 2. Nombres de las personas donantes y su contribución para la Biblioteca Popular

Nombre de la persona

Tipo de contribución

Licenciado Bernardo Soto, presidente de la República

Contribución material en libros

Licenciado Ascensión Esquivel

Contribución material en libros, mapas y cuadros

Licenciado José Joaquín Rodríguez, presidente de Costa Rica, entre 1890-189476

Contribución monetaria de 100 colones

Licenciado Julián Volio –catedrático de la Universidad de Santo Tomás–

Contribución material en libros

Eloy Truque, colombiano, subsecretario de Hacienda y Comercio en la Administración de Carlos Durán77

Alejo Marín Jiménez, presidente de la Sociedad de Artesanos

Buenaventura Corrales, oficial mayor del Ministerio de Instrucción Pública78

Juan F. Ferraz, impulsor del krausismo en Costa Rica

Licenciados Isidro Marín C., Alberto Brenes C., Ramón Loría Iglesias, Gerardo Castro y Manuel A. Quirós

Dr. Bartolomé Marichal C.

Dr. Luis Hidalgo, presbítero

Ing. Juan Francisco Echeverría

Manuel Aragón, Genaro Lara, Juan Rafael Carazo, Adolfo Bonilla, Manuel Bejarano, Manuel Carazo Peralta, Carlos Volio Tinoco, Francisco Jiménez Núñez, Emiliano Padilla, Luis Diego Sáenz, Alejandro Aguilar, Manuel Veiga López, Benjamín Piza, Francisco Sánchez, Jesús Salazar, Luis Arroyo, Rafael Odio, Justo A. Facio y Fabián Esquivel y Robert A. Nanne, guatemalteco

Genoveva Cañas obsequió libros a nombre de su hijo Alberto Álvarez Cañas

Ricardo Cooper

Contribución monetaria –50 pesos–

Federico Tinoco

Julián M. Conejo

Contribución de los Anales de la Sociedad Científico Literaria de Costa Rica

Fuente: Elaboración propia de acuerdo con El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas», 25 de julio de 1889, 2 y 4; El Artesano, «Sin título», 28 de julio de 1889, 2; El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», 6 de agosto de 1889; 2; El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», 10 de agosto de 1889, 1-2; El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», 14 de agosto de 1889, 2; El Artesano, «Sin título», 31 de agosto de 1889,2-3; El Artesano, «Inaguracion», 6 de setiembre de 1889, 2, El Artesano, «Sin título», 26 de setiembre de 1889, 3; El Artesano, «Correspondencia», 1 de noviembre de 1889, 2.

A partir de la recolección de los volúmenes –que en total fueron 497–, la Sociedad abrió su sala de lectura para todas las personas en el local, en donde, se encontraba la organización. Sobre los textos recibidos los temas fueron variados, entre ellos los oficios y artes, historia, literatura, ciencias, religión, economía, mitología, entre otros. Así como se donaron libros en español, inglés y francés, y textos de todo tipo de conocimientos. La donación de textos evidenció el interés por la educación y la cultura de las personas obreras, pero también la diversidad de intereses ya que, por un lado, se donaban libros como el Origen de las especies de Charles Darwin y, por otro lado, sobre preocupaciones religiosas como se pueden observar en el cuadro 3.

Además no que hay olvidar el contexto cultural de la época, en el cual se presentaban las librerías, se señala, especialmente, la de Vicente Lines fundada en 1884, en la cual se encontraban títulos de Proudhon, Marx, Tolstoi, entre otros y el acceso a los libros, parte de los artesanos, se había empezado a ampliar desde 1860, leyendo cada vez más cantidad de libros seculares, en este último sentido contribuyó la Biblioteca Popular.79 Asimismo, el listado donado evidenció los intereses de una clase burguesa, agrícola y comercial, que como menciona Iván Molina leían, por ejemplo, a Julio Verne, Alejandro Dumas, Walter Scott, entre otros.80

Cuadro 3. Algunos títulos de libros donados a la Biblioteca Popular

Temática

Libro

Autor

Organización obrera

La idea de la revolución en el siglo XIX (1851)

Pierre Joseph Proudhon

Historia de las asociaciones obreras en Europa (1864)

Fernando Garrido

La democracia, el comunismo y el socialismo (1865)

Eugenio García Ruiz

Preocupaciones religiosas

El protestantismo comparado con el catolicismo

Jaime Balmes

Conversaciones sobre el protestantismo actual

Monseñor Segur

Moral e higienización de los trabajadores

Miscelánea de Economía Política y Moral (1788)

Benjamín Franklin

Higiene, fisiología y filosofía del matrimonio (1874)

A. Debay

Elementos de fisiología e higiene (1874)

Luis Felipe Mantilla

Instrucción cívica (1888)

Ricardo Jiménez

Conocimientos universales

Lecciones de Física (1883)

Domingo Serrano

Lecciones de Historia

Pedro Rivas

Nociones de Teoría Musical

M. J. Núñez

Elementos de Gramática Castellana (1888)

Andrés Bello

El origen del hombre (1871)

Charles Darwin

Centroamérica

Cuestión de la unión Centroamérica

Luis Batres

Reseña histórica de Centroamérica

Dr. Lorenzo Montúfar y Rivera

Literatura universal

Fábulas

Esopo

La Ilíada (762 A.C)

Homero

Fausto (1790)

Johann Wolfgang von Goethe

Don Quijote de la Mancha (1605)

Miguel de Cervantes

El año terrible (1872) y Esmeralda (1836)

Víctor Hugo

Tormento (1884)

Benito Pérez Galdós

La isla misteriosa (1874)

Julio Verne

Fuente: Elaboración propia de acuerdo con El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas», 25 de julio de 1889, 2; El Artesano, «Sin título», 28 de julio de 1889, 2; El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», 10 de agosto de 1889, 1-2; El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», 14 de agosto de 1889, 2; El Artesano, «Sin título», 31 de agosto de 1889, 2-3.

La Biblioteca y la sala de lectura se convirtieron en un medio no solo para promover los conocimientos y la lectura, sino también para brindar cursos de diferentes oficios como la taquigrafía.81 El proyecto siguió su camino, para ese momento se contaba con un nuevo local con alguna infraestructura básica, donación de libros y la incorporación de un bibliotecario para el ordenamiento de la misma. En cuanto a su financiamiento en el Reglamento General se exponía, en el artículo 103,82 que los gastos de la Biblioteca se cubrirían por medio de la venta del periódico.

El 15 de setiembre se realizó la apertura de la Biblioteca con gran cantidad de personas; sin embargo, según se expone en la crónica de la actividad con solamente una quinta parte de los asociados,83 así se describe la inauguración:

Vimos allí una infinidad de magníficos cuadros y cartas geográficas de inestimable valor científico, industrial, agrícola y artístico, obsequio de don Ascensión Esquivel84; vimos una rica colección de periódicos centroamericanos y extranjeros, recibidos como canje al órgano de la publicación de la Sociedad, y vimos apiñados en los estantes de la Biblioteca como unos quinientos volúmenes obras de todo género: Historia, industrias, oficios, artes, literatura, derecho, ciencias, religión, etc., etc.; todo un tesoro dispuesto a derramar luz, á [sic] vulgarizar conocimientos y á nutrir inteligencias.85

A partir de este día, los artesanos-obreros y personas en general se acercaban a la sala de lectura, donde en una lista del 12 de octubre de 1899 en El Artesano,86 se pueden evidenciar varios aspectos, el primero, que era utilizada únicamente por hombres, cuyos intereses se constituían en la lectura de los periódicos, en textos históricos, de oficios y literatura especialmente, tal cual, se presenta en el cuadro 4:

Cuadro 4. Asistentes a la Biblioteca Popular y la Sala de Lectura en la segunda semana de setiembre, 1889.

Nombre

Obras consultadas

Manuel Monteagudo

Los misterios de la Inquisición

**Juan M. Alvarado F.

Los siete tratados

Licímaco [sic] Hoyos

** Víctor Guardia

Los Hijos del Pueblo

Diego Valerín

Teneduría de libros

**Juan M. Quirós B.

Siete Tratados

**Teodoro Quirós

Viaje al Polo Norte

** Teodoro Prestinary

El Expósito

Juan Antillón

Redención del Esclavo

** Alejandro Alvarado hijo

Leyendas Históricas

Ricardo Méndez

Historia de la Prostitución

Agustín Luján

Aníbal Calderón

Santa Biblia

José de Jesús Flores

Carlos Matis

La Ciencia y sus hombres

Müller

Revolución de Roma

**David Rojas

La Ciencia y sus hombres

** Claudio Quirós

El Quijote

Ricardo Gargollo

Historia Universal

Carlos Pupo

Misterios de la India

Francisco Rojas

La Atmósfera

Juan J. Quirós

La isla misteriosa

José J. Chaverri

Fábulas

Rafael Mata

Enanos y Gigantes

Ernesto Lara

Amor fraternal de los animales

Eduardo Bonilla

Colosos-Antiguos y Modernos

J. Félix González

Manual de Pinturas

Matías Trejos

Tesoros del arte de Inglaterra

Saturnino Trejos

Clementino Soto

Periódicos

Jenaro Navarro M

Elías Rivas

Jorge Hine

Julio Acosta

Manuel Venegas

Manuel Aragón

Alberto Pacheco

Mariano Rodríguez

Nota del periódico: Los marcados con ** son los más aplicados.87

Fuente: Elaboración propia de acuerdo con El Artesano, «Sala de lectura. Asistentes de la 2° quincena de setiembre», 12 de octubre de 1889, 3.

Por lo que se encuentra registrado en el periódico El Artesano, sus lectores, en totalidad, eran hombres y sus intereses literarios se dirigían a la actualidad nacional, a través de la lectura de los periódicos y se reflejan en la diversidad de artesanos que conformaban la Sociedad, pues mientras algunos asumían la lectura sobre temas de historia y literatura como Don Quijote de la Mancha o La isla misteriosa. Otros leían la Biblia o la historia de la Inquisición representando el contexto político, social y cultural de la época que se enmarcaba en el avance del liberalismo frente a la lucha eclesiástica por no perder terreno. Sin embargo, la pregunta que surge fue ¿si los textos donados eran de interés del artesanado y de la clase obrera o trabajadora? ya que, en su mayoría, los textos no fueron donados por obreros debido a sus condiciones económicas.

Asimismo, es necesario preguntarse ¿quiénes eran los obreros y artesanos que conformaban la Sociedad?, pues estos apoyaban las ideas liberales y la educación como medio de civilización y progreso. A diferencia de una organización como la Sociedad de Artes y Oficios de San José, la cual se funda en 1889 pero con ideas más conversadoras y en compañía del candidato José Joaquín Rodríguez.88

La Biblioteca, para el año 1890, se cambia de lugar a las oficinas de la Universidad de Santo Tomás, donde, se expone la posibilidad de que esta pase a formar parte de la Biblioteca Nacional de Costa Rica o dentro de ella tenga un lugar específico, en tanto, un aporte importante es que muchos de los libros del catálogo de la Biblioteca Popular no se encontraban en la Nacional, quizás este cambio se debió a la censura nuevamente realizada por la iglesia católica.89

La Biblioteca Popular y la sala de lectura fueron proyectos que impulsaron el conocimiento universal y particular de artesanos-obreros, lo que permitió que se convirtieran en aspiraciones ambiciosas tanto para la organización como para el momento histórico. Se destaca las relaciones de los asociados con figuras públicas e intelectuales liberales que apoyaron su realización e impulsaron, a través de la donación de dinero o libros, la puesta en marcha; así como la visión del presidente de la asociación Alejo Marín que impulsó este tipo de proyectos, tratando de ir más allá de lo económico y moral en sí mismo. Finalmente, aunque la asociación se disolvió en 1891, su aporte, ante todo organizativo y educativo, permitió sentar las bases para la constitución de la clase trabajadora en Costa Rica que iniciará sus primeros pasos a inicios del siglo XX.

Conclusiones

La Sociedad de Artesanos se constituyó en un pilar fundamental para comprender los primeros atisbos de la conformación de la organización artesano-obrera en el país y sus objetivos educativos y culturales, en especial debido a los proyectos de instrucción realizados en el año 1889, los cuales, influenciaron fuertemente en su cultura obrera e incidieron de manera definitiva en la constitución de la clase trabajadora en Costa Rica, pues brindaron las bases de unión y solidaridad entre ellos.

La Sociedad de Artesanos significó un aporte al artesano-obrero en cuatro aspectos: el primero, en la organización y en la posibilidad de pensar el mejoramiento de las condiciones de vida de los artesanos a través de la unión nacional y centroamericana; el segundo, en la generación de ahorros y fondos para el apoyo económico, al discutir elementos como el crédito en esta clase social; el tercero, en la posibilidad de la instrucción por medio del aprendizaje o refinamiento de un oficio y, en términos de la adquisición de conocimientos de todo tipo, en la formación del ser humano. El cuarto, en el fortalecimiento de la cultura en general y de los intereses obreros.

En este sentido, el estudio de la Sociedad de Artesanos es interesante porque permite comprender las transformaciones de la organización artesana-obrera en Costa Rica, que transcurre entre un primer momento vinculado al mutualismo, hasta el acercamiento con el pensamiento liberal y con el fortalecimiento de ideas para intervenir en la política costarricense. Todo esto se ve reflejado en el apoyo brindado por diversas personas en la creación de la Biblioteca Popular y la sala de lectura.

La influencia de su proyecto formativo en la cultura obrera es decisiva, puesto que creó la necesidad de que el artesano-obrero no solo se dedicará a su oficio a través de la Escuela Nocturna sino que, al mismo tiempo, ampliara conocimientos universales en temas como las ciencias, la literatura, la música, el arte, entre otros, a través de la Biblioteca. Todo esto evidencia su interés por la educación e instrucción. Finalmente, el impulso de la instrucción obrera fortaleció en el artesano-obrero su interés por la situación del país, por la cultura, por el arte y por el conocimiento. Sin embargo, la Sociedad de Artesanos también evidenció las dificultades asociativas, económicas y culturales de los artesanos para la organización obrera.

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El Artesano, «Condiciones», 11 de mayo d 1889, 1.

El Artesano, «Colaboradores», 11 de mayo de 1889, 1.

El Artesano, «El Artesano. Explicación», 11 de mayo de 1889, 1.

El Artesano, «Síntomas», 18 de mayo de 1889, 1-2

El Artesano, «Los gremios», 18 de mayo de 1889, 3.

El Artesano, «Esperanzas», 29 de mayo de 1889, 1.

El Artesano, «Candidatura», 29 de mayo de 1889, 1.

El Artesano, «La caridad y los huérfanos», 29 de mayo de 1889, 2-3.

El Artesano, «Correspondencia oficial», 9 de junio de 1889, 1

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El Artesano, «Sin título», 15 de junio de 1889, 4.

El Artesano, «Rumores», 27 de junio de 1889, 1.

El Artesano, «Socios», 6 de julio de 1889, 2.

El Artesano, «Biblioteca Popular», 6 de julio de 1889, 1.

El Artesano, «Biblioteca Popular», 20 de julio de 1889, 1.

El Artesano, «Sin título», 20 de julio de 1889, 1.

El Artesano, «Sin título», 20 de julio de 1889, 1-2.

El Artesano, «Correspondencia oficial», 25 de julio de 1889; 2.

El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas», 25 de julio de 1889, 2.

El Artesano, «Sin título», 28 de julio de 1889, 2.

El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)», 6 de agosto de 1889; 2.

El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)»10 de agosto de 1889, 1-2.

El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación), 14 de agosto de 1889, 2.

El Artesano, «Sin título», 17 de agosto de 1889, 2.

El Artesano, «Sin título», 21 de agosto de 1889, 2.

El Artesano, «Artes y oficios», 31 de agosto de 1889, 1.

El Artesano, «Sin título», 31 de agosto de 1889,2-3.

El Artesano, «Inaguracion», 6 de setiembre de 1889, 2.

El Artesano, «Sin título», 6 de setiembre de 1889, 1-2.

El Artesano, «Reglamento general de la Sociedad de Artesanos (Continuación)», 6 de setiembre de 1889, 1.

El Artesano, «Más obsequios para la Biblioteca», 14 de setiembre de 1889, 1.

El Artesano, «Sin título», 19 de setiembre de 1889, 3.

El Artesano, «Sociedad de Artesanos (Crónica del 15 de setiembre)», 19 de setiembre de 1889, 1-2.

El Artesano, «Congreso Centro Americano de Obreros», 26 de setiembre de 1889, 2.

El Artesano, «Sin título», 26 de setiembre de 1889, 3.

El Artesano, «Correspondencia oficial», 28 de setiembre de 1889, 1.

El Artesano, «Sala de lectura. Asistentes de la 2° quincena de setiembre», 12 de octubre de 1889, 3.

El Artesano, «Correspondencia», 1 de noviembre de 1889, 2.

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El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar», 16 de julio de 1874, 3-4.

El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar, Continuación», 25 de julio de 1874, 3-4.

El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar, Continuación», 8 de agosto de 1874, 3-4.

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https://doi.org/10.15359/rh.73.1


Fecha de recepción: 06/04/2021 - Fecha de aceptación: 24/06/2021
* Costarricense. Doctora en Historia por la Universidad de Costa Rica (UCR), Sede Central Rodrigo Facio, San José, Costa Rica. Docente e investigadora en la Escuela de Trabajo Social, Universidad de Costa Rica (UCR), Sede Central Rodrigo Facio, San José, Costa Rica. Correo electrónico: sonia.angulobrenes@ucr.ac.cr ORCID https://orcid.org/0000-0001-8097-5710


1 El Artesano, «Socios», 6 de julio de 1889, 2.

2 Las administraciones gubernamentales fueron la del general Tomás Guardia (1870-1876 y 1877-1882), Próspero Fernández (1882-1885), Bernardo Soto (1885-1889) y José Joaquín Rodríguez (1890-1894). Iván Molina Jiménez y Steven Palmer, Historia de Costa Rica: breve, actualizada y con ilustraciones (San José, Costa Rica: EUCR, 2011).

3 David Díaz Arias, «La vida política, 1808-2000», en: Historia contemporánea de Costa Rica (1808-2010), coordinado por Patricia Vega (San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica; EUNED; Fundación MAPFRE, 2019), 15-66.

4 Vladimir de la Cruz, Las luchas sociales en Costa Rica (San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1980), 25-27.

5 Molina Jiménez y Palmer, Historia de Costa Rica, 69.

6 Carlos Luis Fallas, El movimiento obrero en Costa Rica (San José, Costa Rica: EUNED, 1983), 387.

7 Gerardo Morales, Cultura oligárquica y nueva intelectualidad en Costa Rica: 1880-1914 (Heredia, Costa Rica: EUNA, 1995).

8 James Backer, La Iglesia y el sindicalismo en Costa Rica (San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1978), 45.

9 El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar», 16 de julio de 1874, 3-4.

10 Ibíd., 3-4.

11 El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar, Continuación», 25 de julio de 1874, 3-4.

12 El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar», 16 de julio de 1874, 3-4.

13 El Costarricense, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos de San José de Costa Rica, presentados por el secretario de la misma don Adolfo D. Escobar, Continuación», 8 de agosto de 1874, 3-4.

14 Mario Oliva Medina, Artesanos y obreros costarricenses (San José, Costa Rica: EUNED, 2006), 72-81.

15 Ibíd., 1-8.

16 Fallas, El movimiento obrero en Costa Rica, 169.

17 Por ejemplo, Mario Oliva refiere que para 1889 el periódico logró un tiraje de mil ejemplares. Oliva Medina, Artesanos y obreros costarricenses, 95-96.

18 Es importante mencionar que, si bien los estudios historiográficos sobre el movimiento obrero aparecen en los años setenta y ochenta de investigadores como Víctor Hugo Acuña, Carlos Hernández y de investigadoras como Marielos Aguilar, Patricia Vega. En el caso específico de la Sociedad de Artesanos se encuentran tres análisis principales el de Carlos Luis Fallas, en 1983 titulado El movimiento obrero en Costa Rica (1830-1902), el de Vladimir de la Cruz, en su texto de 1980 Las luchas sociales en Costa Rica y, especialmente, el estudio de Mario Oliva Medina intitulado Artesanos y obreros costarricenses, el cual se separa de los análisis anteriores y se constituye en la base teórica e historiográfica para el presente artículo.

19 Fallas, El movimiento obrero en Costa Rica, 161-166.

20 Patricia Vega Jiménez, «Periodismo y literatura en Costa Rica (1883-1950)», Revista de Historia, n.º 73 (enero-junio, 2016): 24, https://doi.org/10.15359/rh.73.1

21 Morales, Cultura oligárquica y nueva intelectualidad en Costa Rica: 1880-1914.

22 Díaz Arias, «La vida política, 1808-2000», 39.

23 El Artesano, «El Artesano», 15 de setiembre de 1883, 1-2.

24 Véase, por ejemplo, las ediciones del periódico El Artesano del 15 de setiembre de 1883, 13 de octubre de 1883, 10 de noviembre de 1883 y 24 de noviembre de 1883, en los cuales se presentan diferentes artículos sobre este tema.

25 Benjamín Carrión, «Intervención en el Homenaje a Benjamín Franklin», Boletín de Informaciones Científicas Nacionales, vol. 8, n.° 74 (1956): 441-446,

https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/11795/2/CCE-BICN-V8-N74-1956.pdf

26 El Artesano, «El Artesano», 15 de setiembre de 1883, 1-2; El Artesano, «El Banco Hipotecario», 13 de octubre de 1883, 1; El Artesano, «El Artesano»10 de noviembre de 1883, 1-2.

27 El Artesano, «El Artesano», 10 de noviembre de 1883, 1-2.

28 Artesanos dedicados al oficio del cuero.

29 Oliva Medina, Artesanos y obreros costarricenses, 23-24.

30 La República, «Sociedad de artesanos», 23 de agosto de 1888, 3.

31 El Artesano, «Condiciones», 11 de mayo d 1889, 1.

32 El Artesano, «Colaboradores», 11 de mayo de 1889, 1.

33 La Gaceta, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos», 23 de noviembre de 1888, 2-3.

34 La Gaceta, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos», 23 de noviembre de 1888, 2.

35 El Artesano, «Biblioteca Popular», 20 de julio de 1889, 1.

36 El Artesano, «El Artesano. Explicación», 11 de mayo de 1889, 1.

37 El Artesano, «El Artesano. Explicación», 11 de mayo de 1889, 1.

38 Álvaro Quesada, Breve historia de la literatura costarricense (San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica, 2010).

39 El Artesano, «Síntomas», 18 de mayo de 1889, 1-2.

40 El Artesano, «Socios», 6 de julio de 1889, 1-2.

41 La Gaceta, «Estatutos de la Sociedad de Artesanos», 23 de noviembre de 1888, 2-3.

42 El Artesano, «Esperanzas», 29 de mayo de 1889, 1.

43 En la publicación del 26 de setiembre de 1889 en El Artesano se expone la idea por parte de los artesanos de Nicaragua y Costa Rica de realizar un Congreso centroamericano de obreros con la finalidad de promover el estudio de las artes y enviar una persona que se instruya sobre este aspecto en Estados Unidos. El Artesano, «Congreso Centro Americano de Obreros», 26 de setiembre de 1889, 2.

44 El Artesano, «Correspondencia oficial», 9 de junio de 1889, 1 y El Artesano, «Sin título», 6 de setiembre de 1889, 1.

45 El Artesano, «Correspondencia oficial», 25 de julio de 1889; 2 y El Artesano, «Sin título», 6 de setiembre de 1889, 2.

46 El Artesano, «Sin título», 6 de setiembre de 1889, 2.

47 El Artesano, «Paz y Unión», 15 de junio de 1889, 1 y El Artesano, «Sin título», 6 de setiembre de 1889, 2.

48 El Artesano, «Sin título», 6 de setiembre de 1889, 2.

49 Un ejemplo de esta postura fue expuesto en la campaña presidencial entre 1899-1890, donde su candidato abiertamente era el liberal Ascensión Esquivel. El Artesano, «Candidatura», 29 de mayo de 1889, 1.

50 El Artesano, «Correspondencia oficial», 28 de setiembre de 1889, 1.

51 El Artesano, «Candidatura», 29 de mayo de 1889, 1.

52 El Artesano, «Sin título», 15 de junio de 1889, 4.

53 El Artesano, «Rumores», 27 de junio de 1889, 1.

54 El Artesano, «Redactor, Editor y Administrador», 4 de enero de 1890, 1.

55 El Artesano, «Un apóstol de Jesucristo: el abate de L’Épée», 8 de febrero de 1890,1.

56 El título hace referencia a Charles-Michel l’Épée, pedagogo francés dedicado al trabajo con personas sordas.

57 El Artesano, «Contradicciones clericales», 14 de febrero de 1890, 1.

58 La República, «La Sociedad de Artesanos», 12 de marzo de 1891, 2.

59 El Artesano, «La caridad y los huérfanos», 29 de mayo de 1889, 2-3.

60 Fallas, El movimiento obrero en Costa Rica, 169.

61 El Artesano, «Los gremios», 18 de mayo de 1889, 3.

62 El Artesano, «Las Sociedades de Artesanos y la Unión Nacional», 18 de enero de 1890, 2.

63 El Artesano, «Artes y oficios», 31 de agosto de 1889, 1.

64 Iván Molina Jiménez, El que quiera divertirse: libros y sociedad en Costa Rica (1750-1914) (San José, Costa Rica: EUCR, 1995).

65 El Artesano, «Biblioteca Popular», 6 de julio de 1889, 1.

66 El Artesano, «Biblioteca Popular», 6 de julio de 1889, 1.

67 Auguste Comte sobre este aspecto expone lo siguiente: «es imposible que una coordinación semejante, al desarrollar familiarmente las ideas de orden y armonía, referidas siempre a la Humanidad, no tienda a moralizar hondamente, no sólo a los espíritus selectos, sino también a la masa de las inteligencias, que habrán de participar, todas, más o menos, en esta gran iniciación, según un sistema conveniente de educación universal». Auguste Comte, Discurso sobre el espíritu positivo (España: Alianza Editorial, 1998), 91-92).

68 El Artesano, «Biblioteca Popular», el 20 de julio de 1899, 1.

69 El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas», 25 de julio de 1889, 2.

70 El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación)»10 de agosto de 1889, 1-2.

71 El Artesano, «Biblioteca Popular de la Sociedad de Artesanos. Catálogo de las obras recibidas (Continuación), 14 de agosto de 1889, 2.

72 El Artesano, «Sin título», 21 de agosto de 1889, 2.

73 El Artesano, «Más obsequios para la Biblioteca», 14 de setiembre de 1889, 1.

74 El Artesano, «Sin título», 20 de julio de 1889, 1.

75 El Artesano, «Sin título», 25 de julio de 1889, 4.

76 El Artesano, «Sin título», 20 de julio de 1889, 1-2.

77 Religión y Patria, «Eloy Truque García», 1 de mayo de 1930, 209-210.

78 El Artesano, «Sin título», 19 de setiembre de 1889, 3.

79 Molina Jiménez, El que quiera divertirse...

80 Iván Molina Jiménez, «“Azul por Rubén Darío. El libro de moda”. La cultura libresca del Valle Central de Costa Rica (1870-1890)», en: Héroes al gusto y libros de moda, sociedad y cambio cultural en Costa Rica (1750-1900), editado por Iván Molina y Steven Palmer (San José, Costa Rica: EUNED, 2004), 211-255.

81 El Artesano, «Sin título», 17 de agosto de 1889, 2.

82 El Artesano, «Reglamento general de la Sociedad de Artesanos (Continuación)», 6 de setiembre de 1889, 1.

83 El Artesano, «Sociedad de Artesanos (Crónica del 15 de setiembre)», 19 de setiembre de 1889, 1-2.

84 Es importante mencionar que la asociación durante este año (1899) apoyó fuertemente la candidatura para la presidencia de Ascensión Esquivel, que correspondía a la propuesta liberal.

85 El Artesano, «Sociedad de Artesanos (Crónica del 15 de setiembre)», 19 de setiembre de 1889, 1.

86 El Artesano, «Sala de lectura. Asistentes de la 2° quincena de setiembre», 12 de octubre de 1889, 3.

87 El Artesano, «Sala de lectura. Asistentes de la 2° quincena de setiembre», 12 de octubre de 1889, 3.

88 Fallas, El movimiento obrero en Costa Rica, 171-174.

89 Morales, Cultura oligárquica y nueva intelectualidad...

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