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Revista MHSalud® (ISSN: 1659-097X) Vol. 5. No. 1. Julio, 2008.
GENERACIÓN TRAS GENERACIÓN, SE RECOBRAN LOS JUEGOS TRADICIONALES
RECOVERING TRADITIONAL GAMES GENERATION AFTER GENERATION
María Morera Castro, Máster en Recreación Universidad Nacional y Universidad de Auburn
Costa Rica
mrmc2479@gmail.com
RESUMEN
Actualmente, las
comunidades, barrios y ambientes se encuentran
inmersos en una serie de situaciones y
problemáticas que han propiciado el deterioro de valores
sociales, culturales y espirituales, indispensables para la
armonía con uno mismo, el prójimo y el entorno.
Los estereotipos se han apoderado de
las mentes y los entornos se han
reducido a cuatro paredes, llenos de
rejas y dispositivos de seguridad. La
paz, la fraternidad, y alegría
se van, disminuyen. Y es
aquí donde la labor social,
espiritual y profesional de especialistas en el
ámbito recreativo toma fuerza para contribuir con el rescate y
la reestructuración de la sociedad. Son los juegos y las
rondas tradicionales instrumentos que facilitan las relaciones,
contribuyen en el aprendizaje y son una prueba de
demostración de habilidades. Forman parte
inseparable de la vida de la persona ya que estos son una
expresión social y cultural de la adaptación que ha
protagonizado el ser humano en relación con su entorno
(Maestro, 2005). Además no toma en cuenta la raza, edad, sexo o
la condición social; son una fuente generadora de
salud, una ayuda para mejorar las destrezas motoras, cognitivas y
emocionales; un medio para fomentar la creatividad,
despertar la imaginación, desarrollar el
sentido del ritmo; su objetivo es el bienestar
personal. Son un estímulo para liberar tensiones y
energía acumulada, así como para salir de la rutina
diaria y un puente para el aprendizaje de sí mismo, del
hábitat, de valores, costumbres y tradiciones. A
través de este documento las personas podrán encontrar
respuesta a cómo se trasmiten los juegos tradicionales,
qué los caracteriza, por qué son una herramienta
importante en la sociedad actual, con qué y cómo se
pueden elaborar y de qué manera se puede contribuir al rescate y
conservación de los mismos.
PALABRAS CLAVES: juegos tradicionales, recreación, juego, costumbres, tradiciones.
ABSTRACT
Communities, neighborhoods, and other
environments are currently immersed in a series of situations and
problems that have favored the deterioration of social, cultural
and spiritual values, which are essential for harmony with oneself,
others, and the environment. Stereotypes have captured minds and
settings have been reduced to indoor spaces, hemmed in by security bars
and protective devices. Peace, fraternity and happiness are
diminishing. It is at this point that the social, spiritual and
professional work of specialists in the recreational field
contributes to rescue and restructure society.
Traditional games and singing games are
then the tools used to facilitate relationships, contribute
to the learning process, and exhibit skills. They are fundamental
in a person’s life since they are a social and cultural
expression of how humans have adapted to their environment (Maestro,
2005). They do not take ethnicity, age, sex or social
conditions into consideration.
Traditional games are also a way of promoting
health, improving motor, cognitive and
emotional skills and a means of encouraging creativity and
imagination and developing a sense of rhythm. Their
goal is to attain a state of personal well-being. They are a way
to release tension and accumulated energy and to get away from the
daily routine. They represent a bridge to learn about
oneself, the environment, values, habits, and traditions.
In this document, readers will learn how traditional games
are transmitted, what their characteristics are, why they
are an important tool in today’s society, how they
are prepared, and how they can be revived and preserved.
KEYWORDS: traditional games, recreation, game, customs, traditions.
INTRODUCCIÓN
Existen diversas etapas en la vida
del ser humano, una de ellas es la infancia, en la cual el juego se
convierte en la actividad de mayor trascendencia para el mundo que la
rodea. Desde la cuna, cada persona empieza a descubrir de manera
lúdica su propio cuerpo y sus posibilidades de
movimiento. Se experimentan
los sentidos trasformados en sensaciones
y vivencias que empiezan a despertar los rasgos de
personalidad. Conforme van creciendo su entorno se expande y por
medio de la imitación se desarrollarán juegos como un fin
en sí mismos. Es por tanto, que el juego desde la infancia hasta
la adolescencia, desempeña un papel importante en el desarrollo
de la persona, ya que, satisface sus necesidades de acción y
expresión, se adquieren aptitudes físicas e
intelectuales, aprende a relacionarse con los y las demás y con
su entorno, así como valores y normas sociales que
posteriormente serán necesarios en la vida adulta (Maestro,
2005).
En la sociedad
tradicional, la pubertad significaba el final
de la infancia, el abandono de la escuela y la
integración hacia las responsabilidades de la vida y el trabajo
adulto (Maestro, 2005). Actualmente este
fenómeno no ha desaparecido del
todo, aún los diferentes grupos
etarios asumen el comportamiento que dicta las reglas sociales. El
tiempo libre de los(as) jóvenes y las personas
adultas se ve disminuido por el
consumismo y la globalización, al
igual que la tecnología, estos se apoderan de sus
vidas. Desde el punto de vista social el juego ya no es tan
importante en estas edades, es
ahora un medio para desahogarse,
mejorar la salud mental, contribuye a salir de la
monotonía y estrés de la vida adulta.
Sin embargo, para las personas
adultas mayores el juego es un rescate de recuerdos, de volver a
vivir la infancia, las travesuras, la aventura y la alegría y un
medio de compartir con la familia o el entorno, que muchas veces las
han abandonado. Cabe señalar que no solo en las diferentes
edades se presenta el juego. También a lo largo de la historia,
los juegos han obtenido un papel fundamental y han
estado presentes en todas las culturas y
lugares. Son imprescindibles en algunas ocasiones
para lograr cierto grado de desarrollo físico, psíquico y
emocional. Igualmente, son un factor determinante en el proceso de
socialización y aprendizaje del ser humano (Bantulá y
Mora, 2002).
Por tanto, el juego es un instrumento
que facilita y crea lazos interpersonales, sin importar raza, edad,
sexo, condición social entre otros; una fuente generadora de
salud; una ayuda para mejorar las destrezas motoras, cognitivas y
emocionales; un medio para fomentar la creatividad, despertar la
imaginación, desarrollar el sentido del ritmo; su objetivo es el
bienestar personal; un estímulo para liberar tensiones y
energía acumulada, así como para salir de la rutina
diaria y un puente para el aprendizaje de si mismo, del entorno, de
valores, costumbres y tradiciones.
Este trabajo tiene como
propósito ofrecer una herramienta de antaño, los juegos
tradicionales, que sirva como medio para la integración,
interacción y rescate de la recreación en las
aulas, las familias, los campos de juego y cualquier otro espacio que
se utilice para la recreación.
JUEGOS TRACIONALES
Los juegos tradicionales son una
excusa perfecta para aprender y relacionarse o como una prueba de
demostración de habilidades. Forman parte inseparable de
la vida de la persona y sobre todo, no es posible explicar la
condición social del ser humano sin los juegos, ya que estos son
una expresión social y cultural de la adaptación que ha
protagonizado el ser humano en relación con su entorno (Maestro,
2005).
Reciben el nombre
de juegos tradicionales todos aquellos
conocidos por la gente de un
determinado lugar, llevados a la
práctica regularmente y que se
conservan y transmiten de generación en
generación, los cuales envuelven una gran cantidad de hechos
históricos propios de ese lugar o zona de origen (Bustos y
otros, 1999).
Este tipo de juegos populares traen
consigo aspectos culturales de comportamiento y aprendizaje de
valores, tareas cotidianas, normas y hábitos (Bustos y otros,
1999). Además, son actividades donde se
permite rememorar eventos históricos
de hace muchos años o siglos
y conocer costumbres y tradiciones de los pueblos, que de
generación en generación se han logrado recobrar y
mantener… son un pasado que no se quiere olvidar
(González, 2000).
¿Cómo se Transmiten los Juegos Tradicionales?
Según Maestro, (2005) la
transmisión de los juegos tradicionales se ha dado
de manera oral, generación tras generación. Y puede
darse de dos formas: la vertical que se da a través de la
familia y la horizontal por medio
de la socialización.
La familia es el primer lugar de
aprendizaje. Por medio de sus
diferentes miembros (abuelos, papás,
abuelas, mamás o los hermanos y las hermanas)
se introduce el entorno y se potencia el juego, a través
de estímulos visuales, voces y sonidos. En la
relación abuelo(a)-nieto(a) se crea un vínculo de
protección, complicidad y de relación transgeneracional
de gran importancia para la educación. Ellos y ellas aprenden
con la experiencia de un referente vivo, a lo que se le puede llamar
una transmisión generacional directa por imitación.
Conforme se va creciendo, las
necesidades de acción y de relación producen un
distanciamiento del núcleo familiar y el aprendizaje se
continúa en la calle, en el patio de recreo, en la esquina del
barrio. En ese momento, los juegos tradicionales cumplen su papel. Por
una vía u otra los juegos como trompos, canicas, rayuela, yoyos,
boleros, cronos, gallinita ciega, jackses, entre otros llegan hasta las
personas y de esa manera se conservan en el tiempo (Maestro, 2005;
Lavega y Olaso,
1999).
Características de los juegos tradicionales
Según González (2000) y
Lavega y Olaso (1999) algunas características de estos juegos
son:
Significan un medio de transmisión de valores y cultura.
Son de muy fácil comprensión, memorización y acatamiento.
Sus reglas son flexibles.
No requieren de material costoso.
La gama es muy amplia y ofrecen muchas posibilidades para que todos y todas puedan participar.
Practicables en cualquier momento y lugar.
Representan un patrimonio cultural irremplazable.
Son un disfrute para la familia.
Son una fuente de motivación para grandes y pequeños.
Facilitan y estimulan el desarrollo de la sociabilidad entre
generaciones, con nuestros pares y con el entorno más
próximo.
Son la excusa para valorar y conocer
otros juegos y tradiciones de otras culturas. Favorecen la
comunicación y adquisición del lenguaje.
¿Qué tipo de materiales se necesitan para jugarlos?
Anteriormente, en
los hogares se fabricaban los
propios juguetes con palos, piedras,
latas, cuerdas, hojas, mecates, entre otros. Es importante
señalar que algunos de los juegos no precisan de un material
específico y en caso de ser así, se puede reaprovechar
cualquier objeto o material de los recursos existentes en el entorno
inmediato (Bustos, 1999).
Los juegos tradicionales dan la
posibilidad de que cada persona construya su juguete poniendo en
práctica su ingenio y creatividad para utilizar el
material disponible a su alcance. Convirtiendo al niño(a) en
“artesano(a)” que de esa habilidad dependerá muchas
veces su calidad como jugador (Maestro, 2005).
Recobrando los Juegos Tradicionales
A pesar de que en algunas sociedades
los abuelos y abuelas pasan inadvertidos, Maestro (2005) destaca
que ellos y ellas son un
cúmulo de experiencias, un foco
de atención, sabiduría y
aprendizaje. A través de ellos (as) se pueden rescatar por
medio de su memoria, los mayores juegos tradicionales, tarea que no
solo es gratificante, sino da la posibilidad de utilizarlos como una
herramienta para conseguir objetivos en
proyectos específicos: antropológicos,
históricos, deportivos, educativos, recreativos, entre otros.
El relato de los abuelos y las
abuelas es el medio más importante para recolectar la
información necesaria a fin de conocer cómo se jugaba,
dónde, con qué y todo lo que involucre un juego
específico. Ahora bien, es importante contrastar la
información, jugarlo y conocer el contexto
antropo-cultural, con el fin de valorar y
conservar el patrimonio cultural a
través del factor humano y social, vital para el
individuo (Maestro, 2005).
A través de los relatos se
pueden recobrar estos juegos, así como animar a grandes y
pequeñitos a descubrir el valor que poseen y su historia.
Además, la posibilidad de trasmitirlos y enriquecer la memoria
de una región, una comunidad o una cultura e inclusive una
igualdad de género, debido a que las diferencias generadas en la
sociedad entre lo que el hombre y la mujer pueden practicar en el
nivel lúdico es muy marcada aún en algunos lugares
(Bustos y otros, 1999).
Dentro de los juegos tradicionales se
puede encontrar una amplia gama de modalidades lúdicas:
juegos de niños o niñas,
canciones de cuna, juegos de
adivinación, rimas, juegos de sorteo, juguetes
y juegos de diversas variedades (Sisfontes, 1999).
A continuación se presenta una serie de juegos tradicionales que se han podido recobrar:
1. Ahorcado.
2. Alto (“stop”).
3. Alturita.
4. Aro.
5. Avispero.
6. Bolsillo.
7. Bolero.
8. Bolinchas o canicas y sus diferentes variantes como por ejemplo chócolas.
9. Bombetero.
10. Burra lo largo y a lo alto.
11. Cachetadas con papel.
12. Cuartas.
13. Caballito de madera.
14. Cachirulos.
15. Carrera de aros.
16. Carrera de barquitos en el caño.
17. Carrera de cintas.
18. Carrera con limones.
19. Carrera de sacos.
20. Carrera de zancos.
21. Chapa con Manila (RUN RUN).
22. Cerbatanas.
23. Cromos.
24. Carros de madera.
25. Cola al burro.
26. Cuartel inglés.
27. Cuartas.
28. Cuerda o suiza.
29. Culebrita.
30. Elástico.
31. Enano, gigante.
32. Escondido y sus diferentes modificaciones.
33. Flecha o resortera.
34. Frío, caliente.
35. Fútbol con paleta y jugadores de clavo
36. Gallinita ciega.
37. Gato.
38. Guerra de frutas, boñiga, etc.
39. El Huevo y la cuchara.
40. Jackses.
41. Lanzar la herradura.
42. Los moros.
43. Luchas de naves (papel).
44. Mecate, sencillo, doble, triple.
45. Países.
46. Palo ensebado.
47. Papalote.
48. Papa caliente.
49. Pique tres.
50. Policías y ladrones.
51. Póngale la cola al burro.
52. Puritos.
53. Quedó y todas sus variantes.
54. Sortijita.
55. Raya.
56. Rayuela, de diferentes formas, colores.
57. Resbalar con cartón.
58. Tablero con chapas.
59. Teléfono chocho.
60. Trecillo.
61. Tres chapas.
62. Trompos: zapita
(achatado y pequeño), macho
(alargado y grande) y sus diferentes
variantes trucos con el trompo, guerritas entre otros.
63. Un, dos, tres queso.
64. Yoyo, con todos sus trucos.
(Hernández, 1987; González, 2000; Sisfontes, 1999; Lavega y otros, 1999; Ramírez, 1993).
Y algunas rondas tradicionales son:
1. Ambo matarilerileron.
2. Arroz con leche.
3. El gato y el ratón.
4. Juguemos en el bosque.
5. El reloj (los esqueletos).
6. Guayabita del Perú.
7. Hueso vamos a comer.
8. La casa de Don Juan.
9. La mar.
10. La muerte.
11. La pájara pinta.
12. La semana.
13. Las tinajitas.
14. Lero lero.
15. Llego carta.
16. Los pollos de mi cazuela.
17. Mirón mirón.
18. Oba.
19. Osito osito.
20. Pájara pinta.
21. Pajarito pito pito
22. Paris o nonis
23. Pisi Pisi araña.
24. Piedra, papel o tijera
25. Rabito conejo.
26. Ronda de amistad.
27. Ron maca ron.
28. Tinajas.
29. Tin marín.
30. Zapatito cochinito.
(Hernández, 1987; González, 2000; Sisfontes, 1999; Lavega y otros, 1999; Ramírez, 1993).
CONCLUSIONES
Los juegos y rondas
tradicionales son una forma de
rescatar: la memoria de una región, el
testimonio de una comunidad, las costumbres de una tierra y las
tradiciones que de generación en generación
formarán una historia.
Motivar la recreación familiar
a través de los juegos tradicionales no solo favorece la
interacción de las y los miembros, sino que también
amplía la gama de actividades en las cuales se pueden conocer,
divertir, reír, intercambiar ideas y compartir sanamente.
Por medio de la utilización de
los juegos y rondas tradicionales se puede fomentar la creatividad,
mejorar la salud (física, mental y emocional), fortalecer los
valores y actitudes, incrementar las destrezas y habilidades de todas
las poblaciones sin distinción de raza, credo, edad,
discapacidad o identidad sexual.
El juego
continúa desempeñando un papel
muy importante en el desarrollo
integral de los infantes, un medio de
formación para las personas adolescentes, un
factor de unión entre las personas jóvenes y adultas y un
conocimiento para enseñar, en las personas adultas mayores.
Los juegos y
las rondas tradicionales son otra
herramienta más de la gama
de actividades recreativas que pueden contribuir para transmitir,
rescatar y mantener los valores culturales de generación en
generación.
En el ámbito educativo, los
juegos y las rondas tradicionales se convierten en una herramienta de
fácil acceso, de bajo costo y con una diversidad tal, que puede
ser utilizado en cualquier ocasión y/o lugar y por cualquier
persona.
REFERENCIAS
Bantulá, J. y Mora, J. (2002). Juegos multiculturales: 225 juegos
tradicionales para un mundo global. Barcelona: PAIDOTRIBO.
Bustos, M., Carrión, M., García, J., Guzmán, J.,
Irigoyen, A., Larraya, I., López, J., Maestro, F.,
Martínez, F., Maseda, J., Muriel, J., Ruiz, M.,
Sánchez, J., Valle, R., Velásquez, C. y Zoroza, A.
(1999). Juegos: una propuesta práctica populares para la
escuela. España: Pila Teleña.
González, A. (2000). Tin Marín ¡a jugar! San José, Costa Rica: EUNED.
Hernández, M. (1987). Juegos
tradicionales costarricenses. Costa Rica:
Talleres gráficos de Offiprint Industrial S.A.
Lavega, P. y Olaso, S. (1999). 1000
Juegos y Deportes populares y
tradicionales: tradición jugada. Barcelona:
PAIDOTRIBO.
Maestro, F. (2005). Juegos tradicionales. España.
Sisfontes, P. (1999). Juegos y Rondas. Documento en la Biblioteca
Clemencia Conejo. Escuela Ciencias del Deporte, Universidad Nacional.
Ramírez, O. (1993). Al rescate de las rondas y los juegos tradicionales. Costa Rica: Impresos Costa Rica 2000.
Recepción: 11 de octubre del 2007.
Correción: 13 de marzo del 2008.
Aceptación: 13 de marzo del 2008.
Publicación: 31 de julio del 2008.
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