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Revista MHSalud® (ISSN: 1659-097X) Vol. 5. No. 1. Julio, 2008.
TEORÍA
TRANSTEORÉTICA DE CAMBIO DE CONDUCTA: HERRAMIENTA IMPORTANTE EN
LA ADOPCIÓN DE ESTILOS DE VIDA ACTIVOS
TRANSTHEORETICAL MODEL OF BEHAVIOR CHANGE: AN IMPORTANT TOOL WHEN ADOPTING AN ACTIVE LIFESTYLE
Dr. Carlos Álvarez
Universidad Nacional, Costa Rica
calvarez@una.ac.cr
RESUMEN
A pesar del
culto a la belleza que ha regido en esta sociedad globalizada, y a la
importancia de la actividad física en relación con la
prevención de las enfermedades cardiodegenerativas (US.DHHS,
1996), el sedentarismo sigue creciendo en la población.
¿Qué estrategias puede usar un profesional en movimiento
humano para lograr activar a la población? Es aquí donde
surge el modelo transteorético como una opción
innovadora que supera con creces las intervenciones biologistas
clásicas y cortoplacistas, donde ha prevalecido el centrarse en
los cambios momentáneos dados por valores fisiológicos.
Esta teoría muestra gran potencial, ya que ofrece los
fundamentos teóricos que posibilitan la adquisición de
una conducta activa. Este artículo explica los fundamentos
teóricos del modelo transteorético, incluyendo la forma
de valorar los estadios de cambio y de desarrollar diferentes
estrategias para movilizar a la persona, usando los procesos de cambio
y los conductuales.
PALABRAS CLAVES: Modelo
Transteorético, intervención, actitud de cambio,
actividad física, nutrición, procesos conductuales,
procesos cognitivos, estadios de cambio.
ABSTRACT
Despite the
worship of beauty that has ruled this globalized society and the
importance of physical activity for the prevention of
cardio-degenerative diseases (US.DHHS, 1996), sedentary behavior
continues to increase in the population. What strategies can be
used by professionals of human movement to make the population
physically active? It is at this point where the Transtheoretical Model
appears as an innovative option that greatly surpasses the classic
short-term biological interventions, which have focused on momentary
changes produced by physiological values. This model has
great potential since it offers the theoretical basis that makes the
acquisition of an active behavior possible. This article
explains the theoretical basis of the transtheoretical model, including
the way to assess the stages of change and to develop different
strategies to make the person active by using behavioral processes and
processes of change.
KEYWORDS:
Transtheoritical Model, intervention, behavior change, physical
activity, nutrition, behavioral processes, cognitive processes, stages
of change.
INTRODUCCIÓN
Un estilo de vida sedentario es un
factor de riesgo para una gran cantidad de enfermedades que se
convierten más prevalentes con la edad, en ambos sexos. Con
respecto al sedentarismo como factor de riesgo para enfermedad
coronaria, Caspersen (1987) notó que hay suficiente evidencia
para decir que este factor de riesgo se equipara con los otros factores
de riesgo primario. Estos hallazgos revelan que individuos que
presentan niveles bajos de aptitud física están en mayor
riesgo de sufrir enfermedad coronaria que el individuo con buena
condición aeróbica (Fletcher y otros, 2001).
Más aún, se ha señalado que la inactividad
física podría ser el más importante de los
factores de riesgo debido al hecho de que más personas son
inactivas físicamente que las que fuman o sufren de
hipertensión arterial o tienen un nivel alto de colesterol de
baja densidad (LDL) (U.S.Department of Health and Human Services, 1996).
En las últimas dos décadas, la evidencia
científica ha demostrado que la participación regular en
actividad física provee importantes aportes en la salud.
Como consecuencia, la promoción de la esta se ha reconocido como
una prioridad para la salud pública, así es como las
organizaciones mundiales en salud, se han pronunciado en el sentido de
la importancia en la prevención de la enfermedad
crónicodegenerativa y de los beneficios en la promoción
de la salud, a través de la actividad física (Pate y
otros, 1999).
En años recientes se han realizado esfuerzos significativos para
reducir los factores de riesgo modificables de las enfermedades
cardiodegenerativas en la población (no transmisibles). Sin
embargo, cuando se habla del sedentarismo, como factor de riesgo,
pareciera que los avances son reducidos, por lo que los esfuerzos para
promocionar la actividad física entre la población
sedentaria en Costa Rica se deben redoblar para impactar la salud
pública. Varios estudios (Marcus y Owen, 1992; Álvarez,
2001) indican que el uso de modelos teóricos, como el de los
estadios de cambio, han demostrado ser de gran impacto a la hora de
estructurar intervenciones para cambiar conductas sedentarias. Con el
objeto de darle alguna herramienta adicional al profesional en salud y
movimiento humano, este artículo presenta el modelo
transteorético de cambio de conducta, los fundamentos
teóricos del modelo, incluyendo la forma de valorar los estadios
de cambio y de desarrollar diferentes estrategias para movilizar a la
persona usando los procesos de cambio y los conductuales.
DESARROLLO (Justificación)
Varios acercamientos están
disponibles para motivar a la población en la adopción de
conductas de vida activa, sin embargo,
algunas de estas teorías psicológicas
basan sus supuestos en aspectos mecanicistas, que reducen los
cambios a un asunto muy simplista. Las intervenciones
mecanicistas para promover la actividad y hábitos apropiados a
través del cambio de conducta, como por ejemplo la
confección de prescripciones de ejercicio, los acuerdos
escritos, contratos de conducta, selección de metas y la toma de
decisiones, han estado asociadas con un 10% o 25% en el aumento de la
actividad física o de la práctica deportiva y es probable
que estén asociados a cambios de corta duración (Dishman,
1991). OConnor (1994), sugiere que las intervenciones que
han utilizado conceptos biologistas como
una receta, no han dado los resultados
esperados. Aunque estos estudios e intervenciones han mostrado cambios
pasajeros, también se les crítica
los diseños de estos estudios
o intervenciones. El cuestionamiento fundamental es
que se usaron estudios preexperimentales y cuasiexperimentales. Una
segunda
razón, es que los estudios realizados no han estado basados en
modelos teoréticos del cambio de conducta que incluye el
conocimiento reciente en la ciencia del cambio de conducta, la ciencia
del ejercicio, la ciencia de la nutrición y la de salud
pública (Dishman, 1991).
Es un hecho que el éxito de
cualquier programa de promoción de la salud debe tener claro las
teorías de la conducta, y sus procesos de cambio. Entre mejor se
entienda los factores que influencian una conducta deseada y el
contexto social en el cuál ocurre, más posibilidades
existirán que el diseño de intervención logre
impactar las conductas deseadas (Prochaska y otros, 1994). Las
teorías de la conducta ofrecen una explicación acerca de
la complejidad de los factores que influyen en ella de una forma
u otra y en un punto dado en el tiempo. Estas teorías
contribuyen al entendimiento de la naturaleza de la conducta deseada
que se quiere promocionar y de la indeseable que se quiere reemplazar.
Uno de los acercamientos
tradicionales para controlar conductas inapropiadas ha sido el de
proveer información acerca de las consecuencias negativas de la
actividad. Así es como, a la hora de tratar
de activar un determinado grupo, lo
común es dar información de
las consecuencias de ser sedentario y recomendar ejercicio desde un
punto de vista biologista. Dando recomendaciones de las consecuencias
negativas, de las conductas de riesgo que no han disminuido, ni
activado a la población. El sedentarismo es un factor de riesgo
coronario, que no ha sido modificado por un acercamiento basado en la
información. Otro modelo clásico, es de asumir que la
persona cambiará su conducta con el hecho de elaborarle un plan
basado en los principios de la metodología de la actividad
física. Este tipo de intervenciones respetan todos los
principios del entrenamiento, usa fórmulas basadas en hallazgos
científicos y han sido confeccionadas por profesionales, sin
embargo, estos acercamientos se han caracterizado por un porcentaje
bajo de adherencia; pero con el afán de darle una
solución a los problemas tradicionales de las intervenciones que
pretenden activar a la población, se ha escogido la
teoría de los estadios de cambio, teorías más
significativas en el campo de la modificación de la conducta y
la salud. Esta selección obedece al hecho de que los
modelos que representa esta teoría han sido aplicados y
analizados en una variedad de lugares, tomando en cuenta un
análisis de las teorías psicoterapéuticas de
avanzada (Prochaska, DiClemente y Norcross, 1992).
Esta teoría se basa en el
concepto de cambio para la reconstrucción de las condiciones de
salud de la sociedad. Se considera como punto de inicio la
premisa de que el cambio no es un evento aislado, sino un proceso y que
el proceso de aprendizaje debe respetar las formas naturales de conocer
y manejar el entorno del individuo. En el concepto de
cambio se tomará el modelo transteorético de cambio de
conducta, el cuál considera al cambio como un proceso, en vez de
un evento aislado en el tiempo. Este modelo está compuesto por
dos dimensiones: las etapas y los procesos de cambio. Las etapas de
cambio se refieren a lo temporal, motivacional, y a la constancia del
cambio, mientras que los procesos de cambio son aquellas actividades
que tienen lugar entre las etapas. Con esto en mente se parte del hecho
de poder clasificar a las personas dentro de uno de los estadios de
cambio (Prochaska y otros, 1994).
Este modelo, transteorético de
cambio de conducta, tiene sus orígenes en estudios de conductas
adictivas como el abuso del alcohol, fumado, la obesidad, y el abuso de
drogas (O'Connor, 1994). Prochaska y Bess (1994) establecen que
el cambio es ni más ni menos que un proceso, en lugar de ser
interpretado como un evento aislado. Este es un acercamiento con gran
potencial para la promoción de la actividad física y de
la buena alimentación, ya que esto posibilita a los educadores
físicos o profesionales en salud a enfocar el problema de la
adherencia a la actividad física que promueva los hábitos
individuales de esta. Esta teoría tiene dos dimensiones:
estadios y procesos de cambio. El modelo propone que las personas hacen
los cambios de conducta en etapas y que ellos se mueven en forma
secuencial a través de estadios mientras experimentan diferentes
procesos de cambio (DiClemente y otros, 1991). Estos estadios
representan una dimensión temporal, durante la cual el cambio
puede ocurrir, mientras que los procesos de cambio son estrategias
individuales usadas conforme los individuos progresan a través
de los estadios de cambio. En otras palabras, los procesos de
cambio son aquellas actividades y eventos que conducen a conductas
exitosas en el cambio. En este modelo, los clientes pueden ser
clasificados en alguno de los cinco estadios, según se puede
observar en la figura dibujo 1 (Cardinal y otros, 1998).
ESTADIOS DE CAMBIO
El primer estadio de cambio es el de
precontemplación, que es el estadio en el cuál no hay
intención para el cambio de conducta o deseo de adoptar un
estilo de vida activo. Para este O´Connor (1994)
recomienda que para el proceso de intervención se utilicen
como elementos básicos, el preguntarle al individuo la
razón por la que no hace actividad física o por lo que no
se alimenta apropiadamente. También, se propone proveer
información acerca de la importancia de la actividad
física y la buena alimentación, incluyendo los beneficios
de la misma y los riesgos de una vida sedentaria. El objeto de este
estadio es el de facilitarle al individuo el espacio para que piense en
los riesgos de una vida sedentaria y de los beneficios de una vida
activa. Algunas estrategias que se pueden implementar están:
pedirle al cliente que lleve un diario que incluya entrevistas a
personas activas que sean modelos para el sujeto, confección de
historias que incluyan personajes que son activos, observar
fábulas y determinar el grado de actividad
física de los personajes, ver
videos que muestren modelos apropiados,
realizar pequeñas obras de teatro o mimo que realcen los
beneficios de una vida activa, cocinar recetas saludables,
propiciar actividades físicas en
los recesos (juegos, mecate, concursos,
etc.) (Álvarez, 2001). En este estadio es indispensable que los
clientes retomen el disfrute de las actividades, a través de la
actividad física.
Un segundo estadio es el de
contemplación, en el cuál la persona piensa en la
posibilidad de ser activo físicamente en un futuro cercano. Una
vez que un cliente se ha clasificado en este estadio, el profesor
podrá intervenirlo, con el objeto de que pueda avanzar a otro
nivel o estadio. Para tal efecto Marcus y Forsyth (2003) recomiendan
que aumente el conocimiento del individuo sobre el tema y las
oportunidades para que pueda involucrarse en actividades que
correspondan en el nivel de destreza de él. Además, se
recomienda seguir con las actividades de la fase anterior y con la
enseñanza de nuevas destrezas físicas y alimenticias que
los faculte para emprender nuevas aventuras. En este momento es
apropiado visualizar formas en que ellos pueden ser activos y que
comprendan que no solo haciendo deporte se va a llenar los requisitos
para una buena salud, sino también por medio del ejercicio y de
la actividad física (Corbin y otros, 1996).
En este punto del modelo, se dice que
si la persona interioriza las estrategias anteriores estaría
en el estadio de preparación.
Estaría decidiendo, preparándose
o comenzando a realizar pequeños cambios. Este
es un punto crítico en los estadios de cambio, el cuál
requiere de un aumento o eliminación de las barreras que impiden
que la persona siga cambiando. Además, se requiere que el
promotor o docente le ayude a proponerse metas realistas. La estrategia
conlleva la sustitución de conductas pasivas por otras que
conduzcan a activarse. Punto clave es el estímulo constante,
basado en los logros y no en aspectos generales (Cardinal y otros,
1998).
Algunos autores,
como por ejemplo Marcus y otros
(1992), sostienen que además de
los estadios anteriores, es necesario incluir una fase de
acción, que es cuando el individuo modifica su
conducta, experiencias y ambiente para
iniciar nuevos patrones de movimiento y
alimentación. El periodo de inicio y los seis meses se
consideran críticos, ya que es en este momento cuando la persona
es más propensa a abandonar las nuevas conductas (Dishman,
1988). El cambio realizado en sus patrones de movimiento o
alimentación, requiere de acompañamiento y refuerzos
permanentes, los cuales deben ser basados en los logros y no en
comentarios generales de éxito. Además, en este punto se
facilita mucho la permanencia del sujeto en esta etapa, si se
desarrolla una cadena de apoyo, como por ejemplo la familia, así
es como los padres podrían involucrarse con sus hijos durante la
semana en alguna actividad física, que no solo de soporte a los
cambios de sus hijos, pero también a un cambio en sus patrones
de movimiento. Lo mismo podría hacer los padres, si el alumno
decide incluir dentro su alimentación la ingesta de frutas
cotidianamente (Wright y otros, 2000).
La última etapa de este modelo
es la de mantenimiento, que es cuando el individuo ya lleva más
de seis meses con los cambios de conducta. Un sujeto que se encuentra
en este estadio, se le debe incentivar para que explore nuevas
alternativas de actividad física o para que involucre
nuevas formas de alimentación, que le ofrezcan mayor variedad.
En este momento del proceso, surge la necesidad de focalizar
obstáculos, que impiden o minimizan las posibilidades de
éxito (Cardinal y otros, 1998).
PROCESOS DE CAMBIO
Dentro de la dinámica de la
teoría transteorética los estadios ayudan a situar al
cliente en un punto determinado sin embargo, poco se lograría
sabiendo esto y desconociendo las estrategias que se podrían
implementar para propiciar que el sujeto escale posiciones y así
se logre llegar hasta el estadio apropiado. Los procesos de
cambio son las actividades que propician que el individuo
se movilice hacia un nuevo estadio
(OConnor, 1994). Prochaska, DiClemente y
Norcross (1992) identifican diez procesos de cambio. Estos serán
descritos someramente, siguiendo el aporte que hace Marcus y otros
(1992).
1. Elevación de la conciencia: tiene que ver con los esfuerzos
individuales en la búsqueda de información y su
correspondiente entendimiento en relación con determinado
problema.
2. Reevaluación del ambiente: es una evaluación por parte del sujeto del problema y como este
incide sobre el ambiente social y físico.
3. Alivio dramático: contempla los aspectos afectivos del
cambio, frecuentemente incluye experiencias emocionales relacionadas al
problema de conducta.
4. Autoevaluación
5. Liberación social: conciencia, disponibilidad y aceptación por el sujeto de alternativas.
6. Contra-condicionamiento: es la sustitución de conductas alternativas al problema.
7. Relaciones de ayuda: es la utilización de apoyo por otros en el intento de cambio.
8. Administración de los refuerzos: cambia la estructura que le da sostén al problema.
9. Autoliberación: es la escogencia y compromiso del individuo
para cambiar la conducta, incluyendo la idea de que puede cambiar.
10. Control del estímulo: es el control de situaciones y otras causas que inician la conducta no deseada.
Otros autores como Marcus y Forsyth
(2003), presentan procesos cognitivos y conductuales, los cuales son
más aplicables en un contexto móvil y real. Si se
presta atención a los procesos que se presentan a
continuación, se podrá notar que el camino es claro a la
hora de intervenir a un sujeto, grupo comunal, industrial o escolar sin
embargo, es necesario saber en que momento estos procesos pueden ser
más efectivos. Para este caso, en uno de los apartados de este
artículo se mostrará en que estadio se usa cuál
proceso en mayor medida.
Procesos cognitivos: Aumentar conocimiento
Ser conciente de los riesgos de la conducta sedentaria
Analizar el impacto de la conducta en la vida de otros Entender los
beneficios de una conducta activa Aumentar las posibilidades de
conductas saludables
Procesos conductuales:
Sustituir conductas sedentarias por activas
Incluir soporte social
Premiarse por pequeños grandes logros
Compromisos personales (contratos)
Recordatorios permanentes (ropa deportiva en el trabajo, camiseta extra para caminar durante el café)
Prochaska y DiClemente (1985),
proponen que la aplicación de las estrategias depende del
estadio de cambio en que se encuentre el sujeto. Esto sugiere que la
intervención que tome en cuenta lo anterior,
aumentará la efectividad de la
intervención. Basado en investigación
seccional cruzada Prochaska y DiClemente (1985) proponen que los
educadores físicos o de salud enfaticen procesos
específicos durante los estadios específicos de cambio.
Uno de los puntos atractivos de este
modelo es que puede ayudar a los educadores en salud a tener un mejor
entendimiento de sus clientes (sujetos). Por ejemplo, si los
facilitadores pueden reconocer que un número determinado de
sujetos se encuentra en un estadio determinado, ellos pueden
implementar estrategias que propicien un cambio. Esto también es
importante debido, como se mencionó previamente, que los
patrones de comportamiento se establecen temprano en la vida (Wright,
Patterson y Cardinal, 2000).
Dependiendo en el estadio en el que
el cliente se encuentre, así serán las estrategias que se
podrán implementar para aumentar la actividad o para mejorar la
calidad de la alimentación (Marcus y Forsith, 2003).
Con los estadios se explica cuando
las personas cambian, y con los procesos se explica como cambian,
debido a esto antes de pasar
a la parte aplicativa, se
presentarán los procesos cognitivos y los
conductuales. Según Marcus y Forsyth (2003) todos los procesos
son importantes y pueden ser usados según el estadio de cambio
sin embargo, se recomienda que se apliquen como se presentan en este
documento.
ESTRATEGIAS PARA CADA UNA DE LAS TEORÍAS DE CAMBIO
El paso inicial cuando se interviene
una persona o grupo, es el de establecer el estadio de cambio en que se
encuentra cada uno de los sujetos que tomarán parte en el
programa, esto con el fin de decidir las estrategias particulares que
se deberán utilizar en cada caso (Cardinal et al, 1998). A
continuación encontrarán uno de los cuestionarios, que se
usan para clasificar a los participantes de un programa que
pretenda cambios de conducta hacia estilos de vida más activos.
Mantenga en mente que este cuestionario es uno de los más
simples, por lo que se recomienda
ampliamente. Una vez que la persona está situada en un
estadio de cambio, diríjase al estadio correspondiente y utilice
alguna de las estrategias correspondientes.
CUESTIONARIO ACTITUD DE CAMBIO
Seguidamente, las siguientes
oraciones ayudarán a entender su nivel de actividad
física. Por favor lea la oración y marque el
número de la oración que mejor representa su estado
actual de actividad física o su interés en actividad
física (Cardinal, Engels y Zhu, 1998).
1= precontemplación 2= contemplación 3= preparación 4= activación 5= mantenimiento
1. Actualmente no soy físicamente activo o activa, y no estoy pensando en cambiar.
2. Estoy pensando en realizar actividad física en los próximos días.
3. Soy activo, pero no regularmente.
4. Actualmente soy activo, pero inicie la actividad física hace menos de 6 meses.
5. Actualmente soy activo o activa y llevo 6 meses de hacerlo
Ahora que usted o el sujeto que usted
está aconsejando, conocen el estadio en que se encuentra,
localice en los apartados siguientes las estrategias que se recomiendan
para el estadio respectivo y aplíquelas.
ESTRATEGIAS DE APLICACIÓN DE LA ETAPA DE PRECONTEMPLACIÓN
En esta etapa es básico usar
el proceso cognitivo de conocimiento y el de establecer algunas metas
que conduzcan a conductas elementales de movimiento, como por ejemplo:
segundos de movimiento en camino al trabajo. No presione una
activación prematura en esta etapa, ya que el sujeto puede
desertar al encontrar mucha presión o al considerar que el
activarse no vale la pena. La misión en esta etapa es
desarrollar en el cliente el deseo por realizar actividad
física. Algunas de las estrategias siguientes han dado excelente
resultado en diferentes poblaciones; sin embargo, sea cauto y use
algunas de ellas, con el propósito de que no saturen al
individuo (Marcus y Forsyth, 2003).
1. Aumentar confianza en habilidades para cambio.
2. Mencione riesgos de ser sedentario y los beneficios.
3. Motivar para realizar planes de cambio y hoja de cambio.
4. Discuta y haga que el sujeto resuelva las barreras para la activación.
5. Recomiende redes de apoyo (familiares, amigos y grupos sociales).
6. Discuta posibles actividades por realizar y evalué barreras para realizarlo.
7. Clarifique ambivalencia entre lo que logrará y lo que la persona espera.
8. Desarrolle un diario actividades diarias.
9. Observe su show favorito y
calcule la cantidad de movimiento
que realizan los participantes.
10. Establezca las diferencias entre actividad física y ejercicio.
11. Mencione estrategias que usan las personas para evitar la
12. actividad física.
13. Mencione actividades que pueden ser adoptadas.
Una sesión grupal o charla
comunal puede ser usada para impactar a las personas que están
en la etapa de repudio hacia la actividad física.
Adicionalmente, no espere que la persona salte a pensar en la
posibilidad de hacer actividad física. Resuelva primero las
causas de la aversión al movimiento, las cuales pueden ser:
malas experiencias, falta de conocimiento, vergüenza de usar ropa
deportiva, falta de tiempo. Muchas de las razones para no activarse
terminan siendo un círculo de excusas que frustran a ambos. Pare
el círculo y trate la técnica de resolución deproblemas (problema, soluciones y meta).
ESTRATEGIAS DE APLICACIÓN DE LA ETAPA DE CONTEMPLACIÓN
Al igual que el estadio de
precontemplación, el estadio de contemplación es
inestable y requiere que el profesional en salud no asuma gran
estabilidad del participante. Por ser esta etapa o estadio, esencial en
el futuro de la intervención, se recomienda iniciar a
estructurar la aplicación de los
procesos de cambio de conocimiento
y de los riesgos que acarrea
una conducta sedentaria, igualmente el proceso conductual de
actividades alternativas es apropiado recomendarlo. Tenga cuidado en no
involucrar a la persona en ejercicio, sino más bien, en buscar
posibilidades dentro del horario del sujeto de incrementar algunos
minutos de actividad física. Ponga una fecha para el inicio de
los incrementos en actividad física y decidan metas a corto y
mediano plazo (Wrigth, Patterson y Cardinal, 2000).
En este estadio todavía pueden
persistir obstáculos para activarse, por lo que el profesional
en salud debe propiciar la resolución de problemas en una
dinámica de uno a la vez. Una meta manejable en este estadio es,
primero que la persona comprenda las diferencias entre las diferentes
componentes del movimiento humano, para poder incluir en la rutina de
la persona cinco minutos de actividad física en un espacio
viable.
ESTRATEGIAS DE APLICACIÓN PREPARACIÓN
En este punto, el individuo
está sumergido en la espiral de cambio, por lo que se requiere
que el individuo que está realizando actividad física en
forma esporádica, asuma los retos y compromisos de una persona
que ya ha avanzado en la adopción de los procesos cognitivos,
esto sin olvidar los conductuales. En este estadio los procesos se
entrecruzan, para lograr lo mejor de cada una de las estrategias. Se le
puede sugerir a la persona algunas de las estrategias siguientes, con
el afán de que el deseo de realizar actividad física, sea
materializado en una conducta estable (Marcus y Forsyth, 2003).
Fijar metas y firmar contrato basándose en realidad (estrategias abandono).
Reforzar pequeños cambios.
No recomiende cambios generales.
No se refiera a los pequeños cambios como insignificantes.
Unirse a grupos y llevar un record de actividad física.
Evaluar metas y decidir cómo se puede aumentar la cantidad de actividad física.
Mantenga metas apegadas a la realidad.
Decida en qué momento del día es más energético.
Trate de incluir amigos o familiares en sus actividades.
Planee con la familia actividades activas en el fin de semana.
Es tiempo de premiarse, elija cosas con las cuales puede incentivar los
logros obtenidos. Introduzca estiramiento y relajamiento en su rutina.
Esté seguro que al realizar la actividad física pueda hablar confortablemente.
Cuando determine una conducta sedentaria, escoja paralelamente la opuesta.
Tradicionalmente, en las
intervenciones conocidas, se han utilizado refuerzos materiales para
mantener conductas de movimiento (Marcus y Forsyth, 2003); sin embargo,
estas estrategias no han desembocado en conductas permanentes, por el
contrario, pierden su efectividad con el tiempo. Lo que si se ha
determinado como una estrategia efectiva es el uso de un puntaje por
meta lograda, esto con el fin de
ir interiorizando el manejo de los
procesos y de probar efectividad de los mismos.
ESTRATEGIAS DE APLICACIÓN EN LA ETAPA DE ACCIÓN
Aunque pareciera que se pueden tirar
las campanas al aire, no baje la guardia, ya que el participante
está sujeto a que abandone el estilo activo de vida,
si no encuentra apoyo en el entorno. En este estadio se requiere que se
establezca una rutina que será cotejada en una hoja para tal
efecto y con valoraciones físicas, con el afán de que
ayuden a valorar los cambios del participante, aumentar la
motivación y para realizarle ajustes en la rutina de actividad
física.
1. Ayudar con retroalimentación (mediciones físicas ayudan).
2. Cooperar con capacitación continua.
3. Programas educativos, mezclados con actividad física novedosa.
4. Proveer materiales autodigeribles.
5. Trazarse metas que impliquen retos grupales.
6. Siempre buscar la ayuda grupal.
7. Se pretende formar un anillo de apoyo que se involucre y conozca las metas.
8. Escoja refuerzos que mantengan la motivación alta.
9. Estimule a algún amigo a unirse en pequeñas actividades recreativas.
10. Organice una caminata por placer con sus amigos.
11. Determine si hay alguna barrera que le impide algunas veces realizar la actividad.
12. Confeccione una lista de los beneficios que ha logrado hasta ahora.
ESTRATEGIAS ADICIONALES
Estrategia 1: recuerde en seleccionar metas a corto y largo plazo. por
ejemplo: si su deseo es participar en una caminata para la salud de 10
kilómetros dentro de 3 meses y usted solo camina 4 kilómetros, es hora de que
piense si puede cumplir la meta y de cómo piensa incrementar el
tiempo para el logro de la misma. Siempre establezca metas realistas.
Estrategia 2: es tiempo de unir a su
actividad a otras personas y de asistir a charlas en estilos de vida
saludables. Invite a familiares y amigos a acompañarlo.
Explíqueles también de los planes de ser más
saludable y solicíteles cooperación.
En esta fase el participante ya
realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios
para la salud, por lo que es tiempo de reevaluar las metas e introducir
algún tipo de medición que ayude a motivar los logros a
partir de este momento (frecuencia cardiaca, minutos totales caminados,
pasos dados).
ESTRATEGIAS DE APLICACIÓN EN LA ETAPA DE MANTENIMIENTO
Estar en esta etapa significa que la
persona ha interiorizado los procesos cognitivos y los conductuales, lo
que le otorga la posibilidad de aplicar los procesos aprendidos y las
respectivas estrategias; sin embargo, la supervisión del
profesional se hace necesaria para seguir reforzando lo aprendido
(Cardinal y otros, 1998). Es básico que el participante anticipe
dificultades ambientales, las cuales podrían hacer que el
individuo retroceda en la espiral de cambio.
1. Apoyo social.
2. Anticipar dificultades y desarrollar plan.
3. Recomendar otras actividades si el cliente está motivado.
4. No asuma la permanencia en esta etapa.
5. No se desmotive si hay abandono de la actividad.
6. Promueva actividad física entre los conocidos
Estrategia adicional 1. Si tiene que salir de viaje o va de paseo anticipe actividades físicas que pueda realizar.
Estrategia 2. Si por motivo de una enfermedad leve detiene la actividad
física, aproveche el tiempo leyendo algún tipo de
literatura sobre estilos de vida activos.
Estrategia 3.Localice grupos comunitarios
de actividad física que le
ofrezcan nuevas actividades.
Estrategia 4. Mantenga metas anuales de participación en eventos
recreativos. Comparta con otros los logros y motívelos a cambiar
poco a poco.
Este es momento de verificar los
procesos cognitivos y conductuales que se están manejando y de
garantizar el disfrute de la actividad. Además, considere
importante después de seis meses de actividad física,
desarrollar estrategias de contingencia, en caso que haya un abandono,
viaje, cambio de residencia u otro imprevisto que amenace los logros.
A través de cada uno de los
estadios presentados se han sugerido las estrategias o procesos
necesarios para movilizar a los sujetos de un estadio a otro. Cuando la
gente se encuentra en el estadio 2, ellos están usando en mayor
medida procesos cognitivos, por el contrario, si los
sujetos están en el estadio 4, ellos estarán utilizando
mayor cantidad de procesos conductuales. Lo anterior, no quita que el
facilitador en salud pueda recurrir a usar ambos tipos de procesos
especialmente en las etapas superiores o cuando la persona abandona la
espiral de cambio. El facilitador debe contemplar que los sujetos
pueden avanzar un estadio o descenderlo, sin que ponga en peligro el
proceso de cambio. Más bien, se espera que el sujeto tenga
avances de un estadio o retrocesos como parte normal del proceso. Lo
que no es aconsejable es ver a un sujeto avanzar tres estadios en una
semana. Si lo anterior sucediera, que es muy frecuente, especialmente
en personas que no tienen conciencia del tiempo que llevan siendo
sedentarios, lo que se recomienda es que se permita al sujeto cierta
libertad, mientras el mediador ejecuta el proceso en el orden sugerido.
Muchos de los mediadores en salud, no
toman en cuenta una etapa sexta, que es la de abandono; sin embargo, el
promotor en movimiento humano, conoce lo fácil de tener una
recaída a través de las etapas de la vida,
y por qué no muchas recaídas. Conscientes de
este proceso, es válido mantener un control de los procesos
adoptados, con el afán de reforzar y verificar la
interiorización de los mismos.
CONCLUSIÓN
El modelo transteorético, con
sus estadios de cambio, ha demostrado ser de gran impacto a la
hora de estructurar intervenciones para
cambiar conductas sedentarias. Los fundamentos
teóricos del modelo, incluyendo la forma de valorar los estadios
de cambio y de desarrollar diferentes estrategias
para movilizar a la persona de
un estadio a otro,
podrán ser implementados siguiendo lo presentado en este
artículo.
El potencial del modelo
transteorético para asistir a los profesionales en movimiento y
la salud, en la tarea de activar a la población es
significativo, especialmente cuando se aplican apropiadamente los
procesos. Este dominio garantiza el uso pertinente de las estrategias
que conducirán a movilizar a la persona a un nuevo estadio.
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Recepción: 11 de octubre del 2007.
Correcion: 02 de abril del 2008.
Aceptación: 02 de abril del 2008.
Publicación: 31 de julio del 2008.
Artículo de la Revista MHSalud de la Universidad Nacional, Costa
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