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Revista MHSalud® (ISSN: 1659-097X) Vol. 9. No. 2. Agosto-Diciembre, 2012
LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LOS Y LAS JÓVENES MEXICANOS Y
MEXICANAS: UN ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE LAS UNIVERSIDADES
PÚBLICAS Y PRIVADAS
PHYSICAL ACTIVITY OF MEXICAN YOUTH: A COMPARATIVE ANALYSIS BETWEEN PUBLIC AND PRIVATE UNIVERSITIES
Jaime García Rodríguez y Carlos Fonseca Hernández.
Universidad Autónoma del Estado de México.
jaimedrgarcia@prodigy.net.mx
RESUMEN
La actividad física en
la historia aparece desde el momento mismo en que el ser humano
surge en la faz de la tierra como un personaje con necesidad de
movimiento, el cual se ha manifestado desde el principio de la
humanidad en varias facetas tales como el movimiento mecánico,
laboral y social. Esto ha evolucionado directamente en
proporción al desarrollo humano, llegando hasta nuestros
días a presentarse como parte vital dentro de la
formación de los individuos y como un medio indispensable para
alcanzar salud; sin embargo, existe también un sesgo en la
práctica de dicha actividad física y deportiva, que ha
originado un culto al cuerpo basado en un posmodernismo influenciado
por los medios masivos de comunicación y estándares de
una supuesta belleza física en ocasiones inalcanzable a la
realidad humana; lo que ha ocasionado la presencia de problemas
físicos, biológicos, pero de igual manera
psicológicos, que repercuten en la autoestima y autoimagen de la
población joven y adolescente, que se encuentra en busca de su
identidad. Los y las jóvenes actualmente se encuentran
influenciados por un estilo de vida dominado por la modernidad y
los avances tecnológicos, lo que deriva en una vida sedentaria
que produce efectos nocivos en todos los sentidos y todos los
ámbitos; lo cual aunado a programas de un sistema institucional
educativo y deportivo establecido con innumerables
carencias, nos lleva a complicar más la situación,
donde se añaden factores perjudiciales que abarcan desde la
ignorancia, la incapacidad e intereses personales, que no nos ayudan
para edificar alternativas que comiencen a funcionar. Es
primordial el establecer una solución pronta y efectiva
encaminada en la sistematización de una actividad física
adecuada basada en argumentos científicos y métodos
acordes, que nos puedan proveer de los diversos beneficios que su
práctica otorga y nos ayuden a detener el proceso de deterioro
físico al cual el ritmo de vida actual no arroja.
PALABRAS CLAVES: Actividad Física, jóvenes, tecnología.
ABSTRACT
Physical activity appears in history
from the moment when the human being comes in the face of the earth as
a character inneed of movement, which has appeared since the beginning
of mankind in various aspects such as mechanical motion, andsocial
work. This has evolved directly in proportion to human development,
reaching today to stand as a vital part of the training of individuals
and as an indispensable means to achieve health, but there is also a
bias in the practice of this activity and sport, which has created a
cult of the body based on a postmodernism influenced by the mass media
and standards of an alleged physical beauty sometimes unattainable
human reality which has led to the presence of physical, biological,
but equally psychological way, affecting self-esteem and self-image of
young people and adolescents, which is in search of his identity. These
kids today are influenced by a lifestyle dominated by modernity and
technological advances, resulting in a sedentary lifestyle which
adversely in every way and all areas, which coupled with institutional
programs educational system and countless sports established
deficiencies, leads to further complicate the situation, where you add
harmful factors ranging from ignorance, inability and personal
interests, which do not help us to build alternatives to start working.
It is essential to establish an early and effective aimed at
systematizing adequate physical activity based on scientific arguments
and methods in line, we can provide various benefits given practice and
help us stop the process of physical deterioration which the pace of
modern life does not shed.
KEYWORDS: physical activity, young, technology.
INTRODUCCIÓN
La preocupación por los
estándares de belleza y un cuerpo estéticamente atractivo
hacia los demás ha sido motivo de atención desde la
antigüedad, la cual actualmente ha cobrado una fuerza mayor
basándose en la influencia de una sociedad modernizada e
influenciada por distintos medios de comunicación que
intervienen de manera decisiva en la población y no
necesariamente con bases científicas fundamentadas, provocando
efectos secundarios nocivos en la salud de los individuos.
Ahora, igualmente es cada vez
más frecuente y necesaria la práctica de ejercicio por
los distintos grupos etáreos en nuestra comunidad, esto debido
al inminente problema de obesidad y de enfermedades crónicas
degenerativas que nos aquejan. Lo que al final de cuentas desencadena
que se quiera realizar de la manera más rápida y con
menos esfuerzo, como en la mayoría de nuestras metas como seres
humanos, la ley del mínimo esfuerzo, generando a su vez de
manera no deseada problemas de conducta entre algunas personas
como la obsesión por alcanzar una mejor figura y por obtener
mayor masa muscular.
En virtud de lo anterior, algunas
personas acuden al uso y abuso de sustancias de tipo ergogénico
para lograr objetivos deportivos que tienen que ver con la
obtención de una mejor estética corporal y
rendimiento físico de manera más pronta y
supuestamente más efectiva; sin tomar en cuenta los
posibles riesgos a la salud que puede implicar en algunas de las veces,
generando problemas tales como los renales, hepáticos,
dermatológicos, psicológicos, gastrointestinales, incluso
llegando al cáncer.
Entre todos estos problemas
causados, vale la pena mencionar los de conducta, como la
dismorfia muscular, que es un trastorno que afecta de manera
multidireccional al individuo y su entorno, que actualmente representa
un área de oportunidad en nuestra sociedad.
En una sociedad posmoderna,
cada vez más apegada a la tecnología en el uso de
Internet, celulares, computadoras, videojuegos, redes sociales e
incluso el sexo virtual; el sedentarismo se presenta cada vez con
mayor frecuencia impactando en la salud de la población, siendo
la principal causa de obesidad a nivel mundial, donde como
país, ocupamos los primeros lugares, generando la
aparición de enfermedades crónico degenerativas que nos
aquejan con una frecuencia cada vez más evidente, ocasionando
consecuencias a nivel económico, biológico y social en
todos los sectores poblacionales.
Los y las jóvenes son un
grupo etáreo vulnerable a los estilos de vida impuestos
por los medios de comunicación e influenciables por la
tecnología cada vez más avanzada que los conlleva a un
modo de vida inactivo aplicando la ley del mínimo esfuerzo
físico, condenando a esta población, que representa la
fuerza económica futura del país, a padecer enfermedades
propias de este sedentarismo y no sólo a eso, sino
también a disminuir su ciclo de vida y de manera determinante la
calidad de la misma.
Un ejemplo son nuestros(as)
jóvenes de distintos centros universitarios de renombre como el
Instituto Politécnico Nacional, La Universidad Autónoma
del Estado de México, el Tecnológico de Monterrey, la
Universidad del Valle de México, la Salle, la Universidad Justo
Sierra y la Escuela Médico Naval; donde se practican un
sinfín de disciplinas deportivas, pero que no son llevadas a
cabo por el grueso de los alumnos en todos los casos, y como en
todo en la vida, existe un área de oportunidad para mejorar
ciertos aspectos de infraestructura y estrategia.
Por eso, la importancia de
introducir en esta población juvenil principalmente, un sistema
de vida dinámico donde se lleve a cabo una actividad
física adecuada, periódica, programada y bien
prescrita, como una herramienta básica para conseguir y
preservar la salud, ya que los innumerables beneficios
fisiológicos, metabólicos, anatómicos, cognitivos,
sociales y académicos que representa son inobjetables. Sin
embargo, se debe tener mucho cuidado en no caer en excesos que nos
pueden llevar a ocasionar trastornos de la autoimagen y
autoestima; problemas que de igual manera se presentan primordialmente
en adolescentes y jóvenes, debido a que son estos los que
aún se encuentran en busca de una identidad y
aceptación social. Se debe también, tomar en cuenta
que diferentes disciplinas, entre ellas la nutrición, la
psicología, la educación física y la medicina del
deporte son factor determinante para que se pueda llevar a cabo una
óptima práctica de la actividad física.
Así, el objeto de estudio del
presente artículo es precisamente, realizar un comparativo entre
la actividad física realizada en distintos centros
universitarios, como un componente vital para el desarrollo integral de
una sociedad posmoderna necesitada de mejorar su calidad y estilo
de vida.
DESARROLLO
LA TECNOLOGÍA, EL POSMODERNISMO Y LOS Y LAS JÓVENES
En la actualidad, no se pone en duda
la importancia que tienen los y las jóvenes para el
desarrollo de un país, de hecho se les considera como actores
estratégicos para el futuro de México, sin embargo, a
pesar de ello han sido poco estudiados, atendiendo a la
suposición de que son una población sana, y en periodos
anteriores a la década de los sesenta pasaron inadvertidos a
todo el proceso de modernización e industrialización del
México contemporáneo. De igual manera, es indiscutible
que la tecnología es la generadora de grandes cambios sociales y
culturales a los cuales los individuos se han adaptado en las
relaciones laborales, sociales y familiares (Blanco, 2006).
Ya no es posible pensar en el
desarrollo humano sin tomar en cuenta el uso de los medios
tecnológicos, pues se han convertido en la vía por
la cual el ser humano reemplaza su medio natural por un ambiente
técnico, fenómeno observado principalmente a finales del
siglo XIX y finales del XX; es decir que para las personas, el entorno
toma otro significado y un valor drásticamente diferente, lo
natural ya no parece tan atractivo como lo tecnológico,
especialmente para las personas jóvenes (Blanco, 2006).
La tecnología se ha convertido
en la única forma moderna de producir aparatos útiles y
valiosos para las exigencias nuestra sociedad, además de
dominar la mayoría de las actividades humanas. Al tener en
cuenta el impacto que la tecnología posee para la sociedad y su
cultura, surge la inquietud de saber de manera más precisa
cuáles son las consecuencias de esta influencia y cual puede ser
su alcance, así como que tanto se puede controlar o
disminuir dicho flujo tecnológico (Blanco, 2006).
El desarrollo de las nuevas
tecnologías electrónicas para la transmisión y
almacenamiento de datos, o simplemente para ofrecer mayores opciones de
esparcimiento, comunicación y aprendizaje, forman parte de los
procesos más complejos y novedosos en nuestra sociedad. Los
medios de comunicación se han constituido en un ambiente donde
se desenvuelve nuestra vida, donde se crean y reproducen lenguajes,
conocimientos, valores comportamientos, actitudes y orientaciones
sociales.
Según Quevedo (2003) la
aceleración tecnológica modificó también de
manera profunda y desigual el perfil de las sociedades de fin de siglo,
la constitución del espacio público y los modos de vida
de sus integrantes, al tiempo que cambió los referentes
culturales en el caso de los y las jóvenes. Debido a diversas
causas se puede afirmar que la televisión ha colonizado el
tiempo libre de la gente, y esta población es consumidora
intensiva de tecnologías de comunicación: videos, cine,
radio, videojuegos; y en los sectores sociales más altos,
las tecnologías ligadas a la computación: chat, internet,
e-mail, etc.
Las personas se pueden
interrelacionar a través de las redes sociales; de hecho con tal
importancia, que según registros de google México,
mientras la radio tardó 38 años en llegar a 50 millones
de usuarios en el mundo, y la televisión se tomó 12 en
conseguir un igual número de televidentes, el Internet
alcanzó 50 millones de internautas en 4 años en 1995, y
para 2010 se contabilizaron más de 1900 millones de usuarios a
seca mundial, cifra que el día hoy seguramente ya
está rebasada (García, 2011).
Esta presencia de la
tecnología en la vida cotidiana se ha transformado en un
problema central en la educación, pues constituye hoy, un agente
de socialización tan importante como la escuela o la familia,
sólo que con diversas directrices que no necesariamente nos
llevan a un resultado benéfico (Quevedo, 2003).
El peso específico que tiene
la tecnología en la funcionalidad integral de la sociedad, recae
directamente en el grupo poblacional de jóvenes y
adolescentes, por que se encuentran en una etapa de
formación en todos los sentidos y resultan completamente
influenciables por un estilo de vida moderno y tecnológico,
donde el valor personal es proporcional al tipo de tecnología
utilizada de forma individual como lo son los celulares, las
computadoras portátiles, ipod, ipad, iphone, televisión
de paga, Internet, etc.
Y no sólo es la influencia de
la tecnología, sino también el estilo personal, marcado
por cánones de belleza y actualidad impuestos por los
medios de comunicación, dirigidos a obtener determinada silueta
corporal, autos, ropa y accesorios en muchas de las ocasiones
inalcanzables para la realidad de los individuos; algunas veces por
causas sociales como el propio nivel socioeconómico, y otras de
tipo biológico como por ejemplo un somatotipo o carga
genética que no les permite tener un cuerpo tan adelgazado, que
es como lo marca la moda actual.
Como los y las jóvenes
representan la esperanza futura, debemos hacer énfasis en su
desarrollo integral como individuos, que parte de un entorno social
ávido de un cambio en los estilos de vida que marcan un camino
hasta ahora directo a una vida sedentaria, llena de comodidades que
conllevan a inactividad, teniendo diversas complicaciones no
sólo en el aspecto biológico, sino social, cultural y
económico.
Se debe de aprovechar la
tecnología existente hasta el momento, pero sin abusar del
ahorro de energía que produce la inactividad
física, sobre todo en este grupo etáreo, pero sin
descuidar que los demás grupos poblacionales no se encuentran
exentos de padecer el mismo problema. Un ejemplo claro son los
videojuegos, que han venido a dejar obsoletas las tradicionales
recreaciones basadas en movimientos y actividad continua; y aunque
algunos de ellos requieren de cierto movimiento para que se lleven a
cabo, como el caso del Wii, videojuego que cuenta con un controlador
que incorpora sensores de movimiento que le permiten tres ejes de
libertad, y que el usuario ejecuta a través de mecánica
corporal; definitivamente no reemplazan los beneficios que brinda la
actividad física practicada de manera tradicional. De igual
manera, herramientas básicas como el Internet deben ser usadas
con fines objetivos y moderación, evitando pasar la mayor parte
del tiempo sentado ante una computadora interactuando en base a redes
sociales establecidas por este medio, y que en muchas de las ocasiones
sólo representan una pérdida de tiempo y a veces
hasta un peligro inminente de poder ser víctima de la
delincuencia existente a través de esta vía.
Todos estos medios de
comunicación y tecnología están cada vez
más al alcance de la mano de los diversos estratos sociales,
obviamente siendo más accesibles para los jóvenes de
nivel socioeconómico alto, pero que no exime de su uso a
los demás niveles. Si realizáramos un comparativo de
jóvenes que acuden a universidades privadas con respecto a
jóvenes pertenecientes a universidades públicas, se
podría decir que ambos se encuentran igualmente influenciados
por los aparatos tecnológicos, sin embargo, probablemente la
única diferencia es la forma en que los consiguen o los
usan unos y otros.
Imagen 1.
Clase de stretching en alumnos de la licenciatura de nutrición en la Universidad Justo Sierra.
Fuente: Fotografía tomada de archivo personal, se cuenta con todos los derechos para su uso en este artículo
JÓVENES SEDENTARIOS, FUTUROS ADULTOS ENFERMOS, UN PROBLEMA PARA EL PAÍS.
La necesidad de movimiento en el
desarrollo de las actividades humanas cotidianas se ha reducido bajo
los efectos de la modernización y la automatización, los
cuales han generado cambios en el estilo de vida de las poblaciones,
dicha tendencia ha aumentado de forma acelerada y se ha
establecido como la conceptualización de
sedentarismo; el cual fue calificado por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) en el 2003, como un factor de riesgo
para la aparición de enfermedades crónicas no
transmisibles de la edad adulta, y que exhibe entre sus rasgos
fundamentales la presencia de hipocinetismo, es decir poco
movimiento, condición que se manifiesta por el predominio de un
nivel de actividad física insuficiente para lograr un estado de
salud general recomendable (Moya, García, Lucena,
Casañas, Brito, Rodríguez, Flores y Cordero, 2006).
Debemos partir entonces, que la salud
no es algo estático sino un proceso dinámico donde,
tanto el individuo como su entorno tienen el poder de cambiar su
situación y dirigirla hacia un mejor nivel y calidad de
vida; de la misma manera entonces, una de las estrategias para
conseguirlo es también dinámica: la adecuada
práctica de actividad física; que hasta hoy, debido
a diversas circunstancias no se lleva a cabo, y menos de la manera
esperada para poder conseguir los beneficios que en la salud
otorga; a pesar de que supuestamente la población se encuentra
en el entendido de que el practicar ejercicio contrae un mejor estado
de salud.
En todo el mundo existe una creciente
preocupación por las consecuencias que provoca la inactividad
física; ya que el sedentarismo causa diversos factores adversos
en el individuo como: el aumento del peso corporal, disminución
de la flexibilidad, hipotrofia muscular, disminución de los
tiempos de reacción, mala circulación, mala postura,
dorsalgias y lumbalgias, aparición de enfermedades
crónico degenerativas, cansancio crónico, baja autoestima
y poca interrelación social (Ramírez, Vinaccia y
Suárez, 2004).
Recientes estudios demuestran al
sedentarismo como un factor desencadenante de un número
importante de enfermedades crónico degenerativas como la
hipertensión arterial, la diabetes, y la obesidad entre otras.
En Latinoamérica se hallan cifras que estiman que más de
un cuarto de la población mayor a 14 años no practica una
actividad física o deporte. Este estilo de vida sedentario no
sólo atenta contra la calidad de vida de la población,
provocando la aparición de enfermedades, sino que además,
tiene un alto costo económico para el país. Se estima que
un 20% del presupuesto destinado a las instituciones de salud,
podría ahorrarse si se aplicaran programas y proyectos que
favorezcan el desarrollo de actividad física y deporte.
Así, los recursos serían orientados de manera eficiente
hacia planes de prevención y mejoramiento de la salud
pública y no solamente a cubrir las necesidades y exigencias que
ocasionan las enfermedades (Ramírez et al., 2004).
No podemos olvidar que en la
actualidad nuestro país ocupa los primeros lugares en obesidad,
principalmente a nivel infantil, provocado precisamente por este
estilo de vida sedentario, debido a la falta de promoción de la
actividad física en todos los sectores de la comunidad por parte
de las instituciones de salud y deportivas, la falta de profesionales
de la salud capacitados en el tema, programas de activación
física francamente no diseñados con bases
científicas o realistas acorde a nuestra población,
además de una sociedad cada vez más apegada a la
tecnología.
La obesidad y el sobrepeso son uno de
los principales problemas de Salud Pública, según la OMS,
la obesidad es la enfermedad metabólica más frecuente en
los países desarrollados y se considera como una epidemia (Who,
1998). La prevención es el tratamiento ideal, y la escuela es el
lugar ideal para educar sobre hábitos alimenticios saludables,
así como para promover y facilitar el desarrollo del ejercicio
físico. Los centros escolares juegan un importante papel en la
promoción de la salud debido al carácter obligatorio de
la educación para toda la población a nivel
básico, su naturaleza de espacio educativo y la cantidad de
tiempo que permanecen ahí los alumnos (Santos, 2005).
Sin embargo, aún es distante
el poder lograr este nivel de educación en nuestros (as)
jóvenes; según la revisión realizada por
Simons-Morton y Parcel (1988) sobre los patrones de actividad
física de los y las jóvenes devela un gran problema: la
sociedad no ha sabido persuadir a la gente joven para que
adopte un estilo de vida activo y se implique en la práctica
frecuente de ejercicio físico. En este sentido, se debe tomar en
cuenta que la etapa escolar es fundamental para fomentar
un estilo de vida activo, teniendo en cuenta que se trata de un periodo
en el que se necesitan aprender habilidades y conocimiento
práctico que influirá y facilitará el compromiso
con una vida activa (Devís y Peiro, 1997).
Hay que tomar en cuenta que el
esfuerzo que se realice en los sistemas escolares tampoco será
suficiente si en el núcleo principal de la sociedad, que es la
familia, no se aplican estrategias específicas para promover el
estilo de vida activo. Los programas educativos en este sentido deben
ir dirigidos paralelamente a las dos entidades: la escuela y la
familia. Pero, la realidad es que ambos sectores se encuentran
completamente olvidados, y cuando se pretende aplicar programas para
promover la actividad física, estos resultan insuficientes y
obsoletos. Al paso que vamos hasta el momento, todos estos y estas
jóvenes sedentarios(as) de hoy, serán los adultos (as)
mayores (predominantes en la pirámide poblacional futura)
enfermos de mañana, afectando no sólo su individualidad y
su núcleo familiar, sino al equilibrio económico del
país, incrementando el gasto público en servicios
médicos, medicinas, incapacidades y un sistema de pensiones de
por sí ya desgastado.
BENEFICIOS DE PRACTICAR ACTIVIDAD FÍSICA ADECUADAMENTE.
El término actividad
física hace referencia a cualquier movimiento corporal producido
por los músculos esqueléticos y que tiene como resultado
un gasto energético que se añade al metabolismo basal. En
los últimos años se ha profundizado cada vez más
en el estudio de la actividad física, tanto en los efectos
saludables de su práctica habitual como en la relación
que su ausencia mantiene con el desarrollo, mantenimiento y
agravamiento de diversas enfermedades crónicas. El ejercicio es
un tipo de actividad física, pero con un sistema, un
método, practicado de manera regular y que puede estar reglado o
no (Varo, Martínez y Martínez, 2003).
En los últimos años,
estudios científicos han demostrado los beneficios producidos en
la salud por la práctica de actividad física regular, y
como consecuencia la promoción de la actividad física
está siendo reconocida como una cuestión a tratar por la
salud pública (Pate, 1995).
En el ejercicio físico
adecuado e individualizado, realizándolo con frecuencia, en
forma continua y progresiva, queda comprobado científicamente
que: existe un desarrollo y crecimiento equilibrado y armónico,
mantiene el funcionamiento óptimo de los aparatos y sistemas del
organismo primordialmente el cardiovascular y músculo
esquelético, reduce el riesgo de enfermedades crónico
degenerativas, mejora el control de las mismas, contribuye al
bienestar mental y psicológico, mejora el estado de
ánimo, mejora la autoestima y da una consideración
positiva sobre la imagen corporal (Devís y Peiro, 1997); tomando
en cuenta lo importante que resulta mantener una adecuada autoestima y
autoimagen en los y las jóvenes principalmente, para lograr un
desarrollo integral que garantice la funcionalidad e integración
social de estos individuos. Así también, Paffenbarger,
Hyde, Wing, Lee, Jung y Kampert, (1993) demostraron que el incremento
en los niveles de actividad física ha sido eficaz para aumentar
la longevidad: las personas físicamente activas viven alrededor
de 2 años más que las inactivas; aunque
independientemente de poder alcanzar o no un mayor número de
años al ciclo de vida, lo más importante será la
calidad que se le pueda agregar a estos años
(Ramírez et al., 2004).
Entre otros beneficios, algunas
investigaciones realizadas demuestran el fuerte impacto que tiene la
actividad física sobre la cognición, la
socialización y el rendimiento académico. Estudios
desarrollados por la universidad de Illinois, en los Estados Unidos,
determinaron que a mayor actividad aeróbica, menor
degeneración neuronal. Un trabajo realizado por el doctor Kubota
de la Universidad de Handa (Japón), demostró con
jóvenes que realizaron actividad física por 30 minutos
tres veces por semana durante tres meses, obtener una mejor
función del lóbulo frontal del cerebro, comprobado a
través de pruebas de inteligencia específicas. Se
encontró una relación positiva entre la actividad
física y el rendimiento académico en estudios realizados
por el Departamento de Educación del estado de California en los
Estados Unidos, que apoyan la idea de que dedicar un tiempo sustancial
a la actividad física en las escuelas, puede traer beneficios en
el rendimiento académico de los niños (Ramírez et
al., 2004).
Carratala y Carratala (1999)
mostraron que se atribuye al deporte el poder magnificar valores
psicosociales como el respeto por el otro, la responsabilidad y el
compañerismo. Gutiérrez (1995), concluye que los valores
sociales y personales son los más propicios de alcanzar a
través de la actividad física y el deporte.
Para poder alcanzar los beneficios
que la actividad física provee, es importante mencionar que se
debe llevar a cabo de manera adecuada, con metas individualizadas y
alcanzables, adaptada al tipo de población a la que va dirigida,
reduciendo al máximo los riesgos de su
práctica, reuniendo todos los implementos necesarios en
cuanto a indumentaria, recursos materiales deportivos, planes de
entrenamiento específicos, profesionales en la
preparación física para prescribir los planes de
entrenamiento, una nutrición equilibrada y auxiliarse de
una especialidad médica como la Medicina del Deporte, que
maximice las posibilidades de éxito en los objetivos
marcados y se minimicen los accidentes propios de dicha
actividad. Lo cual, lamentablemente no se lleva a cabo en la
mayoría de las ocasiones; donde se aplican programas de
actividad física generalizados, sin evaluaciones previas ni
valoraciones periódicas, que se realizan en base a
políticas no pensadas para las necesidades reales de la
población.
Es de subrayar la relevancia de la
actividad física como un potencial indiscutible para el
desarrollo individual y colectivo; y por tanto, fundamental
considerarla como un pilar indiscutible dentro del rubro de la salud.
Además, los beneficios no son meramente físicos o
estéticos, las ventajas a nivel cognitivo y social, sin
dejar a un lado el aprovechamiento escolar, representan un avance
evolutivo en las tres esferas del individuo como unidad biopsicosocial.
Queda claro que es primordial
promover y aplicar programas de activación en nuestro grupo
etáreo más vulnerable que son los y las niños (as)
y jóvenes; sin pasar por alto que los beneficios que la
actividad física brinda son en general para todas las edades.
Solo hay que tomar en cuenta que dicha actividad o ejercicio debe ser
específico acorde a edad, sexo, condiciones ambientales, estado
de salud, condición física, etapa de entrenamiento, metas
y objetivos individuales. Y sobre todo, esta actividad debe ser
evaluada, vigilada y prescrita de manera multidisciplinaria por
diferentes áreas: Medicina del Deporte, nutrición,
psicología, kinesiología, terapia física, y la
metodología del entrenamiento, quienes
trabajarán en conjunto para tener éxito en
esta ardua tarea de la promoción de la salud y la mejora de los
estilos de vida en niños y jóvenes a través de la
actividad física.
Desafortunadamente, la mayor
parte de la población en nuestro país no hace ejercicio,
desconoce los beneficios que este puede aportarle, e ignora la manera
apropiada para llevarlo a cabo; y quien llega a practicarlo,
generalmente lo hace de manera empírica y desorientada,
influenciado por lo medios de comunicación y personas no
capacitadas ni expertas en el ámbito deportivo, como para dar
recomendaciones o aplicar programas de entrenamiento. Por tanto, urge
unir esfuerzos en todas las disciplinas de la salud para establecer
estrategias de activación y educación sobre la
actividad física, que cubran las expectativas y
necesidades que la población demanda.
Queda el reto para realizar
investigación en el área, elaborando un programa de
promoción de la actividad física aplicable a
nuestra población, que evalúe el incremento de actividad
física de la comunidad, y el resultado en calidad de vida
relacionada con salud y forma física. Como lo realizado en el
protocolo para la evaluación multicéntrica del programa
experimental de promoción de la actividad física
(Grandes, Sánchez y Torcal, 2003).
Imagen 2.
Clase de stretching en alumnos de la
maestría en fisioterapia deportiva en la Universidad del Valle
de México, Campus Coyoacán.
Fuente: Fotografía tomada de archivo personal, se cuenta con todos los derechos para su uso en este artículo
LA ACTIVIDAD FÍSICA EN MÉXICO.
Actualmente en nuestro país
existe una reforma a los artículos 65 y 66 de la Ley
General de Salud donde se instruye a las autoridades sanitarias y
educativas a promover la obligatoriedad escolar de practicar 30 minutos
de ejercicio físico para prevenir padecimientos de sobrepeso y
obesidad que ponen en peligro la salud física y mental de los y
las menores, aunque en la realidad esto no se lleve a cabo ni en tiempo
ni en forma, resultando insuficiente y mal aplicado. Así, con
372 votos a favor en el pleno de la cámara de
diputados, se dio luz verde al dictamen de la Comisión de
Salud, en el que se advierte la necesidad de combatir la obesidad que
actualmente padece el 30 por ciento de la población
escolar del país. De igual manera se aprobó la reforma
para regular la venta de alimentos chatarra en las escuelas como otra
medida para solucionar el problema.
Existen también, programas
regionales y nacionales de activación física escolar en
el nivel educativo básico, que es donde se encuentra el grupo
etáreo de mayor problema. Sin embargo, la realidad es que hasta
este momento no han funcionado de la manera esperada ninguno de estos
programas, y es probablemente por que se basan como la mayoría
de las políticas públicas en nuestro país,
sólo en buenas intenciones y atendiendo a los intereses
personales o de grupos específicos, sin tomar en cuenta aspectos
regionales, individuales, sin planes de control y seguimiento; y
donde la mayoría de las veces, los encargados de aplicar dichos
programas y protocolos de activación física no tienen la
formación profesional ni la información necesaria para
aplicar de manera eficiente la encomienda, y en muchos de los casos, el
plan de activación física y de alimentación es
tomado como una mera norma que hay que cumplir al vapor sin la
conciencia de la necesidad real de solucionar el problema tan grave que
nos aqueja.
En el nivel educativo superior la
situación tampoco es tan alentadora, pues pocas son las
universidades de nuestro país, que realmente le dan la
importancia merecida a la actividad física y deportiva, donde
realmente no toman en cuenta los beneficios formativos que puede
otorgar, es tomada como un aspecto extra académico de menor
nivel de jerarquía en el currículo escolar; y lo que es
peor, en muchas ocasiones es practicada e impartida por personal no
calificado o experto en el área, basándose
solamente en la propia experiencia deportiva y en el empirismo puro,
sin pensar que la educación física es un
constructo que abarca diversas disciplinas de la ciencia para
establecer sus bases metodológicas y fisiológicas, que
debe de practicarse de manera científica y multidisciplinaria.
Hacen falta recursos materiales, infraestructura y personal capacitado
que garantice un buen nivel de desarrollo de la actividad en estos
niveles educativos.
El deporte a nivel privado en los
gimnasios y clubes deportivos cuenta con las mismas o peores carencias
en cuanto a los recursos y los métodos de entrenamiento
aplicados a los usuarios, pero con un elemento más en contra: el
uso de sustancias ergogénicas, que dependiendo su origen, como
en el caso de los anabólicos, pueden causar efectos devastadores
a mediano y largo plazo en las personas que los utilizan; y como
hablamos de productos que son introducidos como una alternativa
más rápida para obtener resultados sobre todo
estéticos, resultan un potencial muy atractivo, sobre todo
para la población joven que resulta, como siempre, la
más susceptible.
Y por último, pero no
así en orden de importancia, el alto rendimiento; donde tampoco
es la excepción, pues la falta de recursos, becas deportivas,
apoyos a talentos deportivos, falta de profesionales de apoyo como
médicos especialistas en Medicina del Deporte,
psicólogos, nutriólogos, terapistas, metodólogos;
una escasa evaluación morfofuncional previa y de seguimiento a
los deportistas, e intereses personales que se sobreponen al bien
común, afectan y limitan el desarrollo del deporte profesional
en México.
Imagen 3.
Sesión de recuperación
con electroterapia en competidores de una carrera atlética
celebrada en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe.
Fuente: Fotografía tomada de archivo personal, se cuenta con todos los derechos para su uso en este artículo
LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LA MEDICINA DEL DEPORTE EN ALGUNOS CENTROS
UNIVERSITARIOS EN MÉXICO: UNA REVISIÓN DE LOS CASOS EN LA
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO, INSTITUTO
POLITÉCNICO NACIONAL, EL INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE
ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY, LA UNIVERSIDAD DEL VALLE DE
MÉXICO, LA SALLE , JUSTO SIERRA, Y LA ESCUELA MÉDICO
NAVAL.
La actividad física y el
deporte son una actividad primordial de carácter
extraacadémico que se lleva a cabo en los distintos centro
universitarios en nuestro país; pero que sin embargo, no se le
da la importancia que representa dentro del desarrollo integral de los
y las jóvenes universitarios(as), por distintas razones o
impedimentos, pero que al final de cuentas es un área a la
que se le da un peso secundario, sin tomar en cuenta los beneficios y
efectos positivos que arroja para esta población.
Así también, hay que
darle una mención específica a un área necesaria
para desarrollar dicha actividad física dentro de las
instalaciones universitarias, y esta es la medicina del deporte. La
medicina del deporte es una especialidad médica
desafortunadamente poco conocida en México, debido al poco
número de especialistas que existen en el país; sin
embargo es una disciplina fundamental para que se lleve a
cabo una adecuada y bien prescrita actividad físico
deportiva, no sólo los deportistas de alto rendimiento,
sino en todo aquel que practique algún tipo de actividad
física. Es una disciplina que se encarga de la prevención
y atención de lesiones del sistema músculo
esquelético, la evaluación previa la actividad deportiva
a través de evaluaciones morfofuncionales, corrección de
la postura y biomecánica, detección de talentos
deportivos, eficiencia la adecuación física ayudando a
mejorar el rendimiento físico de los individuos, e
interrelaciona con otras disciplinas para mejorar los planes de
entrenamiento, recomendaciones nutricionales, y rehabilitación
de lesiones provocadas por el deporte.
La medicina del deporte en nuestro
medio se desenvuelve a nivel de la medicina privada,
instituciones deportivas y algunas instituciones educativas, y aunque
parezca irónico, en el sector salud no está lo
suficientemente diseminada a pesar de las necesidades que existen en
dicha área con respecto a contar con expertos en este
rubro, que ayuden a la atención y prevención de los
problemas de obesidad y enfermedades crónico-degenerativas que
nos persiguen de manera amenazante cada vez con más fuerza.
Ahora, hablando ya
específicamente de las escuelas, un rubro primordial en el
desarrollo poblacional, centro fundamental de influencia en
nuestros(as) jóvenes, y objetivo primario de este
análisis; se expondrá un punto de vista personal y
profesional del trabajo que se lleva a cabo desde el aspecto
deportivo en algunas de ellas.
Para ello habrá que
ejemplificar algunas instituciones universitarias públicas y
privadas donde la práctica de actividad física y de
la medicina deportiva están presentes; tal es el caso del
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad
Autónoma del Estado de México, la Universidad del Valle
de México, La Salle, la Universidad Justo Sierra y la Escuela
Médico Naval; donde según la experiencia personal, se
llevan a cabo diversas disciplinas deportivas, competencias locales,
universiadas e intercampus, de donde surgen algunos talentos
deportivos que llevan a cabo programas de entrenamiento especializados,
en la mayoría de los casos con instalaciones adecuadas y de
primer nivel. Sin embargo, existe aún una amplia área de
oportunidad, donde se pueden mejorar los comedores para los
deportistas, la infraestructura, el mantenimiento, los apoyos y becas
para los alumnos, las áreas destinadas para la
rehabilitación y terapia física, y sobre todo los
recursos humanos especializados, ya que en algunas ocasiones son
pocos en número, y en otras hace falta que realmente sean
profesionales certificados en su área.
En las universidades públicas,
el tipo de población, es tendiente a practicar la actividad
física con probablemente menos recursos y apoyos
económicos, sin embargo existe la infraestructura suficiente,
aunque sea sólo a nivel central, no así en las unidades
académicas descentralizadas, como en el caso de la Universidad
Autónoma del Estado de México; como para que, con
ayuda de profesionales de la misma institución, se puedan
llevar a cabo programas eficientes y evaluables en rendimiento
físico deportivo; sin embargo hace falta mucho por hacer en el
área, y aplicarse en detección de talentos deportivos, ya
que la fuga de estos a instituciones privadas, debido a las becas y
apoyos que se les ofrece, es algo muy frecuente y que al final
perjudica a estas universidades.
En las universidades privadas se
ofrecen becas deportivas e instalaciones con alta
tecnología, en la mayoría de los casos, para la
práctica de las diversas disciplinas deportivas, con un
sinfín de oferta en actividades en todas las áreas; sin
embargo, a pesar de ello, también probablemente debido al tipo
de población, no hay una cobertura total en la práctica
de las mismas; aunque puede ser que si sea fundamental la
cuestión económica, para que los alumnos se
integren a las actividades deportivas, pues consideramos que no es lo
mismo tener actividades académicas y deportivas como parte de un
día normal, que añadirle actividades laborales que
se tengan que desempeñar por necesidad económica en
algunos casos de los alumnos de universidades públicas. Aunque
no es una limitante determinante para no realizar actividad, ya que con
una adecuada administración y una calendarización
oportuna se puede hacer eficiente el tiempo y lograr el objetivo.
Con respecto a la
inclusión de la medicina del deporte en estos centros
educativos, la mayor parte le dan cierta importancia, pero faltando
aún promoverla y apoyarla de manera más incisiva, sobre
todo en los recursos materiales e infraestructura apropiada; y en la
medida que esto suceda, los resultados en las competencias deportivas,
el menor número de lesionados y mejor control de los
deportistas, se hará evidente.
En la tabla 1 se exponen los
principales aspectos que se diferencian acorde a las
características particulares de las diversas universidades.
Imagen 4.
Sesión de TRX en alumnos de la Escuela Médico Naval
Fuente: Fotografía tomada de archivo personal, se cuenta con todos los derechos para su uso en este artículo
Imagen 5.
Sesión de TRX en alumnos de la Escuela Médico Naval.
Fuente: Fotografía tomada de archivo personal, se cuenta con todos los derechos para su uso en este artículo
Imagen 6.
Sesión de TRX en alumnos de posgrado de medicina del deporte del IPN.
Fuente: Fotografía tomada de archivo personal, se cuenta con todos los derechos para su uso en este artículo
POSIBLES ALTERNATIVAS
Habrá que realizar una
revisión exhaustiva de los programas de activación
física existentes en el país hasta el momento, dirigidos
a grupos poblacionales diferentes, tomado en cuenta las
particularidades regionales precisamente de esas poblaciones,
así como los recursos humanos y materiales para llevarlos a
cabo; establecer nuevos programas y proyectos que favorezcan el
desarrollo de la actividad física y una buena
alimentación, en base a la investigación a través
de estudios regionales sobre hábitos alimentarios, actividades
realizadas y recursos posibles de una población
específica, que en este caso y en orden de importancia, es la
integrada por nuestros(as) jóvenes.
Eliminar la intromisión de las
empresas de productos alimentarios en las políticas y estatutos
que se establezcan en las leyes y normas para la venta e
introducción de alimentos en las escuelas, para evitar el sesgo
hacia los intereses particulares de las mismas; así como,
determinar el tipo de alimentos que se pondrán a la venta
en las escuelas, como los alimentos llamados chatarra, como las
frituras, golosinas y refrescos, que desafortunadamente aún se
siguen ofertando en la mayoría de las escuelas, supuestamente
cuidando la ración, cuestión realmente inefectiva
ya que el reducir la cantidad en las porciones de los productos no es
la solución, pues nadie regula que se venda más de una
porción al mismo alumno, y al final de cuentas es importante la
calidad y la cantidad de los alimentos.
El promocionar por todos los medios
posibles en todos los sectores de la sociedad, la importancia de
la práctica de actividad física adecuada e
individualizada, que sea prescrita por personas capacitadas y no se
realice de forma empírica; darle el peso específico que
tiene en todos los lugares donde se imparte, tanto a nivel escolar,
recreativo, privado o de alto rendimiento.
Contratar a profesionales de la salud
especialistas en el área, tanto para diseñar los
programas y estrategias, como para la aplicación de los mismos,
que intervengan en las diversas instituciones tanto de educación
y salud, como las dedicadas a la disciplina deportiva. Hasta hoy, la
actividad física a nivel institucional y privado se encuentra no
especializada, pues no basa su desarrollo en el apoyo de los expertos
de las diferentes áreas de la salud, necesarios para
llevar a cabo una actividad física plena y funcional.
El gobierno debe transformar
esta situación, trabajando conjuntamente con los
profesionales de la salud especialistas en el área, de una
manera multidisciplinaria e interdisciplinaria para establecer las
posibles estrategias, soluciones, políticas
públicas y planes de intervención. Hace falta abrir
un camino laboral en las instituciones de educación, a
profesionales de la salud como el educador para la salud, el
nutriólogo, el psicólogo y el médico del deporte,
para que se apliquen los programas establecidos de manera
específica y se realicen las evaluaciones previas y adecuadas a
los escolares. Dentro de las instituciones deportivas del
país existe carencia de estos mismos profesionales que se
encuentren certificados y actualizados para aplicar su
conocimiento y experiencia en los atletas; por ello es primordial
de igual manera, formar equipos profesionales multidisciplinarios
estratégicos que nos den logros en el ámbito del alto
rendimiento, ávido de resultados a nivel internacional.
Enfocar los planes
estratégicos a los dos pilares de nuestra sociedad que resultan
más favorables para la educación y el fomento de
hábitos de ejercicio: la escuela y la familia, en donde
nuestros(as) jóvenes deben de tener el mayor apoyo.
Capacitar e involucrar a
directivos, profesores de las diversas instituciones de
educación, así como a los padres de familia sobre las
estrategias a seguir para implementar actividad física en los
escolares y en el núcleo familiar.
Realizar evaluaciones
morfofuncionales a los escolares y universitarios para detectar
problemas de salud, capacidades físicas, individualizar cargas
de entrenamiento y formar grupos homogéneos para la
aplicación de la actividad física en las escuelas.
Formando grupos de profesionales para supervisar, evaluar y dar
seguimiento a los programas establecidos, para ajustar o modificar en
caso necesario. Así como elaborar informes periódicos
sobre los avances obtenidos durante el desarrollo de los programas
establecidos.
En el rubro de las evaluaciones
morfofuncionales es sumamente crítico que la mayoría de
nuestra población que realiza algún tipo de actividad
deportiva, ni siquiera sepa que existen; pues estamos acostumbrados al
famoso certificado médico general previo, como requisito para
iniciar la práctica deportiva. Una evaluación
morfofuncional debiera ser aplicada a toda aquella persona que realice
ejercicio, y definitivamente va más allá de un simple
certificado médico. La evaluación morfofuncional es una
valoración cuantitativa y cualitativa de parámetros
bioquímicos, psicológicos, mecánicos,
antropométricos, energéticos y somáticos que
determinan el rendimiento físico; basada en la
realización de un examen clínico, exámenes de
laboratorio, gabinete, antropometría, somatoscopía,
pruebas funcionales y de esfuerzo. Todo esto para evitar entre otras
cosas, lesiones que pueden llegar hasta la muerte súbita en el
deporte.
Se debe evitar al máximo el
estilo de vida sedentario, hay que enseñar y orientar a los y
las jóvenes en el adecuado uso y manejo de las
tecnologías a su alcance, evitando el abuso de las mismas,
creando talleres y estrategias para la administración del tiempo
libre; implementando programas académicos en educación
física a nivel escolar, adecuando infraestructura apropiada al
nivel y tipo de deporte, recursos materiales, y expertos en el
área que apliquen sistemas efectivos y evaluables.
Por último, el introducir la
educación física o la práctica deportiva como una
actividad igual de importante que las académicas, en el nivel
universitario y escolar, de forma organizada, supervisada y
profesionalizada, ayudará a que los y las jóvenes
aprecien y obtengan de manera precisa los beneficios que todo esto les
otorga.
CONCLUSION
Los y las jóvenes son el
semillero de la fuerza laboral y cultural, y lo que suceda con
ellos y ellas será nuestro futuro como país, por lo que
habrá que cuidar esa base poblacional para que se pueda mantener
un equilibrio. La obesidad, realidad crítica instalada en la
población, principalmente producto de una vida moderna y
apegada a la tecnología sobre todo en este grupo etáreo ,
debe ser abordada en base a estrategias y políticas
públicas construidas pensando en la situación real que
nos aqueja y pensando que el problema demanda una atención
pronta, con soluciones eficaces que no pueden esperar a una
resolución a largo plazo, se deben tomar medidas a corto
plazo que puedan revertir la situación que se vive hasta este
momento, pues de no ser así, nuestro país se encuentra en
el peligro inminente de ser integrado por futuros adultos mayores
repletos de enfermedades crónico degenerativas e
incapacidades físicas que llevarán la
economía y el equilibrio laboral a una situación
deplorable.
El educar en la salud es un
área determinante para poder transformar hábitos y
costumbres de la sociedad que puedan resultar en una mejor calidad de
vida, teniendo como una herramienta básica la promoción
de la actividad física y el deporte a nivel nacional, ya
que quedan completamente comprobados los beneficios en la salud
que su práctica adecuada conlleva. Pero, es importante que se
haga conciencia que esta actividad física va más
allá de subir las escaleras en vez de usar un elevador por
ejemplo, o de recomendar comer frutas y verduras diariamente; requiere
de mucho más, de que cada individuo cuente con un plan de
entrenamiento individual con metas y objetivos específicos y
alcanzables, que conjuntamente se lleve a cabo con un régimen
alimentario igualmente individualizado, dejando atrás los
productos milagro y la “varita mágica” esperada por
la mayoría para que nos resuelva la situación sin que
ocupemos el mayor esfuerzo.
Así también se deben
establecer las bases estrechando lazos con otras áreas de la
salud como la Medicina del Deporte, para desarrollar programas y
sistemas de activación física aplicables a nuestra
población, ayudando de esta manera a mejorar el estilo de
vida en lo individual y lo colectivo, no solamente en el mantenimiento
de la salud, sino optimizando y aumentando el nivel de rendimiento
físico en general. Todo esto, tomado en cuenta como principales
áreas de oportunidad e intervención a pilar fundamental
de la sociedad que es la familia, y al pilar de mayor influencia y
formación en el país, que es la escuela.
Con respecto al comparativo entre las
universidades públicas y privadas en los aspectos de la
infraestructura y recursos humanos, cabe señalar, que la
infraestructura en áreas deportivas se encuentra basta en la
mayor parte de las instituciones privadas, así como la presencia
del recurso humano especializado igualmente en la mayoría de
ellas, sin embargo, un buen porcentaje de alumnos de esta
población cuenta con cierta apatía a realizar una
disciplina deportiva con regularidad y compromiso; así
también aunque se cuenta con médicos en medicina
del deporte y algunos otros profesionales en el área, son pocos
en cantidad, para el número de eventos y actividades que se
desarrollan en sus instalaciones.
En las universidades públicas
en general, hace falta poner énfasis en la infraestructura
y en los recursos humanos especializados para satisfacer la demanda del
gran número de alumnos que manejan en sus filas. Aunque la
población de estas universidades es más cooperadora y
entusiasta, hace falta encaminar de manera adecuada esta actitud hacia
una práctica deportiva equilibrada y eficaz.
De manera genérica en ambos
grupos universitarios, hace falta inmiscuir profesionales de la
medicina deportiva, nutrición, psicología y
entrenamiento, que trabajando de manera interdisciplinaria puedan
aportar conocimientos y experiencia profesional que de un giro de
360º a la situación actual de la actividad física
que vive el sector universitario en nuestro país. Y esto no
sucederá hasta que los encargados de dirigir y administrar la
educación en nuestro medio estén concientes de estas
necesidades.
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Recepción: 22 de junio de 2011.
Corrección: 9 de noviembre 2012.
Aceptación: 9 de noviembre 2012.
Publicación: 31 de diciembre del 2012.
Artículo de la Revista MHSalud de la Universidad Nacional, Costa
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