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Revista MHSalud® (ISSN: 1659-097X) Vol. 7. No. 2. Diciembre, 2010.
EFECTO DEL MODELO “BAILE A LA SALUD”, SOBRE EL NIVEL
DE ACTIVIDAD FÍSICA, EL TIEMPO DEDICADO A MIRAR
TELEVISIÓN, LA FRECUENCIA DE CONSUMO DE ALIMENTOS Y
ESTADÍOS DE CAMBIO EN ADOLESCENTES MUJERES DE NOVENO AÑO
EFFECT OF A "DANCE TO HEALTH" MODEL ON THE LEVEL OF PHYSICAL ACTIVITY,
TIME SPENT WATCHING TELEVISION, FOOD CONSUMPTION RATE, AND STAGES OF
CHANGE IN FEMALE ADOLESCENTS IN NINTH YEAR
M.Sc. Óscar Hernández Quesada
Ministerio de Educación Pública, Costa Rica,
oshernandezque@hotmail.com
RESUMEN
El objetivo
de este estudio fue
determinar la influencia de un programa de promoción de la
salud llamado “Del Baile a la Salud” bajo el modelo
Transteorético como base en la intervención baile latino
(como forma de realización de actividad física) y charlas
de alimentación y actividad física, sobre
realización, tiempo dedicado a mirar televisión,
frecuencia de consumo de alimentos y estadíos de cambio.
Participaron 66 mujeres
adolescentes, 33 del grupo experimental y 33 del grupo control, con
edades entre los 15 y 17 años, estudiantes de secundaria. Este
programa tuvo una duración de 12 semanas, con una sesión
de 80 minutos por semana. A esa población se le aplicó
una evaluación inicial pretest, donde se obtuvo la cantidad en
tiempo de la realización de actividad física (CAF), el
tiempo dedicado a mirar televisión (TMT), Frecuencia de Consumo
de Alimentos (FCA) saludables y no saludables (ENCA 1997-98) y la
ubicación dentro de los estadíos de cambio (EC). Al
finalizar, se realizó un postest con el objetivo de verificar
cuáles fueron los cambios después de la aplicación
del tratamiento. Análisis estadístico:
para determinar el efecto de la intervención en CAF, TMT, FCA y
EC, se utilizó un ANOVA de dos vías, analizado por un
paquete estadístico SPSS versión 10. Resultados: con
respecto a variable
CAF del grupo experimental aumentó significativamente en
minutos, entre tanto, el grupo control disminuyó su tiempo de
realización de actividad física (p<0.01). Por otro
lado, en la variable TMT el grupo experimental disminuyó
significativamente, en comparación con el grupo control, el cual
aumentó el TMT (p<0.01). En el caso de EC los resultados
fueron favorables en términos generales para el grupo
experimental, a diferencia del grupo control cuyo comportamiento
presentó tendencias negativas. Por último, en la variable
FCA, no se observaron cambios significativos en el consumo promedio de
los grupos de alimentos analizados. Conclusiones: el programa
logró crear cambios conductuales, en las variables de CAF, TMT,
FCA y EC.
PALABRAS CLAVES: baile, modelo transteorético, adolescente.
ABSTRACT
The aim of this study was to
determine the influence of a health promotion program called " Dance to
Health" under the Transtheoretical Model as a basis for intervention,
Latin dance (as a form of physical exercise) and talks regarding food
and physical activity on the time spent watching television, frequency
of food consumption, and stages of change. A total of 66 female
adolescents participated in the study; 33 were in the experimental
group and 33 in the control group. Participants were high school
students aged between 15 and 17. The program lasted 12 weeks,
with one 80-minute session per week. An initial pretest was
administered, which yielded the amount of time devoted to performing
physical activity (TPA), time spent watching television (TWT), food
consumption rate (FCR), both healthy and unhealthy (ENCA 1997-98) and
where the group was located within the stages of change (SC). At
the end, a post-test was performed to verify the changes perceived
after treatment. Statistical analysis: in order to determine the
effect of the intervention on TPA, TWT, FCR, and SC, a two-way ANOVA
was used and data was analyzed using the SPSS statistical package
version 10. Results: regarding the TPA variable, the experimental group
increased significantly in minutes, while the control group decreased
the time used to perform physical activity (p <0.01). On the
other hand, in the TWT variable, the experimental group significantly
decreased compared to the control group, which increased the TWT (p
<0.01). In the case of SC, the results were generally favorable for
the experimental group, unlike the control group whose behavior showed
negative trends. Finally, in the FCR variable no significant
changes were observed in the average consumption of food groups
analyzed. Conclusions: The program was able to create behavioral
changes in the TPA, TWT, FCR and SC variables.
KEYWORDS: dance, transtheoretical model, adolescent.
INTRODUCCIÓN
El ser humano ha sido creado para la
realización de movimiento y la ejecución de actividad
física, sin embargo esta se ha visto afectada por diversos
avances tecnológicos que han creado una sociedad automatizada y
han contribuido a un deterioro de la salud física y mental
(Hoeger, Hoeger e Ibarra, 1996). Este fenómeno anteriormente
descrito, ha sido observado en poblaciones jóvenes, ya que
según Fernández et ál. (2001), indican que en la
actualidad se ha logrado establecer que las y los niños y las y
los adolescentes presentan una aptitud física deficiente, ya que
no realizan la cantidad de actividad y de ejercicio físico
necesaria para lograr beneficios en su salud, dedicando gran parte de
su tiempo libre a la realización de actividades sedentarias
tales como ver televisión, oír música, leer y
juegos de video. Lo anterior también lo han comprobado autores
como Balaguer, Pastor y Moreno (1999) y Avalos (2002), quienes
encontraron una disminución en la cantidad de práctica
deportiva y de actividad física conforme las y los adolescentes
aumentan de edad, entre los 11 y los 17 años. Asimismo, Bianchi
y Brinnitzer (2000), determinaron que cerca del 50% del total de las
alumnas encuestadas en su estudio, no practicaban actividad
física fuera del contexto escolar.
De igual manera en Costa Rica se ha
encontrado que un gran número de la población no practica
ejercicio físico de la manera recomendada. En 1996 una encuesta
determinó que un 53.4% de la población de 12 a 70
años, nunca realizaba ejercicio físico contra un 2.9% que
lo hace una vez al mes, 21.4% de una a dos veces a la semana y un 22.3%
lo práctica durante tres o más ocasiones a la semana
(Morice, 1998).
Y es que la poca realización
de actividad física ocasiona estilos de vida sedentarios y esto
se asocia a enfermedades, tal como lo presentan Monge,
Muñoz, Figes, Rivera y Alvarado (1997), quienes señalan
que entre un 52 % y un 75% de población adolescente, presenta
niveles altos de colesterol; por su parte Fernández y Moncada
(2003), han determinado problemas de obesidad y sobrepeso en
adolescentes costarricenses, ya que encontraron que entre un 15% y un
23% en la mujeres y entre un 14.9% y un 17.6% en hombres tienen
sobrepeso y entre un 26% y un 5.8% en mujeres y de un 2.2 % a un 5 % de
los varones tiene obesidad. Asimismo, la práctica de estilos
poco saludables se ha podido observar hasta en la dieta del
costarricense, ya que se encontró que el aporte calórico
de la grasa en la dieta se incrementó del 20% en 1966 a 29.0 %
en 1991 y se mantiene en 27.4% en 1996. Por su parte, la ingesta de
frutas y vegetales durante la adolescencia no alcanza los
requerimientos mínimos de consumo, así lo reportó
Monge (2001), donde indica que las y los adolescentes consumen 1.7% de
frutas y 1.1% de vegetales.
Al contrario, la práctica de
estilos saludables como la realización de la actividad
física en la niñez y la adolescencia, puede generar una
dosis de prevención para problemas del sistema cardiovascular,
muscular, óseo y de enfermedades metabólicas como la
diabetes (Fernández et ál., 2001). Estos hábitos
de actividad física que se adquieren durante la niñez y
la adolescencia, presentan una mayor probabilidad de mantenerse a lo
largo de toda la existencia, proporcionando así la base de una
vida activa y saludable (Organización Mundial de la Salud, 2001
y Organización Panamericana de Salud, 2000).
Estudios como el de Burke et
ál.., (1998), Gortmaker et ál.., (1999), Harrell et
ál.. (1999), han comprobado el éxito de la
inserción de programas para mejorar la adopción de
estilos de vida saludables en escolares con resultados positivos a
corto, mediano y largo plazo, lo anterior concuerda con los objetivos
de la Organización Mundial para la Salud (OMS) para la
promoción de estilos de vida activos en las escuelas o los
colegios, para aumentar la cantidad de actividad física
(Organización Mundial para la Salud, 2001).
Una de las estrategias es el baile,
ya que es una forma divertida de realizar actividad física
que proporciona diversos beneficios fisiológicos propios del
ejercicio aeróbico (Ainsworth et ál., 2000; Echegoyen,
2001; Monastra, 2002; Peidro et ál.., 2002), aunque es notable
que el deporte ha sido más estudiado, tal vez porque la danza y
el baile se han considerado como un arte, que no tiene nada que ver con
la ciencia, se ha olvidado que hay una parte física que no se
puede desligar del arte, no basta con la expresión, la danza se
ha desarrollado tanto, que el bailarín ha rebasado las
líneas de la normalidad corporal y trata de hacer proezas
corporales no imaginadas; y es ahí en donde falta hacer ciencia
(Echegoyen, 2001).
Por lo anterior, este estudio
pretende determinar la influencia de un programa de promoción de
la salud llamado “Del Baile a la Salud” bajo el modelo
Transteorético, como base en la intervención baile latino
(como forma de realización de actividad física) y charlas
de alimentación y actividad física, sobre
realización de actividad física, tiempo mirando
televisión, estadíos de cambio y alimentación.
METODOLOGÍA
Sujetos: participaron 66 estudiantes
mujeres adolescentes, con una edad promedio de 15 años. El grupo
estaba dividido en dos: 33 grupo control y 33 grupo experimental.
Distribuidas a conveniencia, ya que ambos grupos eran secciones
previamente determinadas en el colegio.
Procedimiento: Se trabajó con
dos grupos: el grupo control al cual no se le aplicó
ningún tratamiento, reciben las lecciones regulares de
Educación Física (Unidad de Baloncesto). Al grupo
experimental se le aplicó el programa modelo del “Baile a
la Salud”.
En el desarrollo del mismo se
utilizaron charlas y actividades de reforzamiento sobre la importancia
de una adecuada alimentación y los beneficios del ejercicio
físico. Este se aplicó bajo la utilización del
Modelo Transteorético durante las lecciones de
Educación Física que esta población recibía
semanalmente (dos lecciones / 80 minutos por semana). A esa
población se le aplicó una evaluación inicial
pretest, donde se obtuvo la CAF, el TMT, la FCA y la EC. Al finalizar
se realizó un postest con el objetivo de verificar cuáles
fueron los cambios después de la aplicación del
tratamiento.
Instrumentos: Se utilizó el
cuestionario de “Recuento de Actividad Física del
Día-Previo (Welk y Wood, 2000), para determinar la CAF y la TMT.
En la evaluación del estado de alimentación de las
adolescentes o FCA se utilizó la Encuesta Nutricional de
Canarias (ENCA 1997-98), (Serra, Cabrera y Sierra, 2000),
dándole énfasis en la ingesta de alimentos saludables y
no saludables. Por último se utilizó el
“Cuestionario de actividad física y estadíos de
cambio” (Marcus y Forsyth, 2003), para la ubicación de las
adolescentes dentro de los diferentes estadíos de cambio, tanto
al inicio de la intervención como al final de esta.
Análisis estadístico:
se calcularon estadísticas descriptivas y un análisis de
varianza de dos vías (mediciones por grupo), para determinar el
efecto de la intervención en CAF, TMT, FCA y EC, todo mediante
el paquete estadístico SPSS versión 10 para Windows.
RESULTADOS
Como se aprecia en la tabla 1 y el
gráfico 1, para el tiempo de realización de actividad
física, se evidencia una interacción significativa. El
análisis de efectos simples aplicado como Post Hoc, para el CAF,
mostró que no existieron diferencias iniciales (pretest), entre
ambos grupos, pero el grupo experimental aumentó
significativamente su nivel de actividad física luego de la
aplicación de la intervención, pasando de 54.54 minutos a
84.36 minutos. Entre tanto, el control pasó de 49.09 minutos a
36.36 minutos, siendo la diferencia de los tiempos promedio de
actividad física en el postest significativa (p<0.01), entre
ambos grupos.
Con respecto al TMT, el
análisis de efectos simples mostró en la tabla 3 y en el
gráfico 2, que igualmente no existieron diferencias iniciales en
el pretest, entre ambos grupos, sin embargo el grupo experimental
presentó una tendencia a disminuir significativamente el TMT
(pretest 135.45 minutos, postest 76.36), mientras que el control
aumentó su tiempo (pretest 117.27 minutos, postest 130.63
minutos).
También se observa como en el post-test, las
diferencias son significativas (p<0.01), entre el grupo intervenido
y el grupo control.
En la evaluación de la
frecuencia del consumo de alimentos, en el puntaje promedio de todos
los grupos no se encontraron diferencias significativas. De tal manera
que en el grupo de leche no se observaron diferencias significativas de
grupo entre mediciones (mediciones F: 0,016; p>0,05; grupo F: 1,079;
p>0,05; medición por grupo F: 0,016; p>0,05). Es decir que
los sujetos, tanto del grupo experimental como del control, no
cambiaron entre mediciones su nivel de consumo de alimentos de este
grupo.
Algo parecido se encontró para
el grupo de grasas (mediciones F: 0,107; p>0,05; grupo F: 3,1;
p>0,05; medición por grupo F: 1,144; p>0,05).
También se obtuvo lo mismo con el grupo de carnes bajas en
colesterol (mediciones F: 0,619; p>0,05; grupo F: 1,413; p> 0,05;
medición por grupo F: 0,019; p > 0,05; grupo F: 0,032;
p>0,05; medición por grupo F: 3,681; p>0,05). Así
mismo ocurrió con el consumo de carnes altas en colesterol
(mediciones F: 0,122; p>0,05; grupo F: 0,437; p>0,05;
medición por grupo F: 0,17; p>0,05). Lo mismo se
presentó para el consumo de alimentos de los cereales
(mediciones F: 0.207: p<0.05; grupo F: 0.032; p<0.05;
medición por grupo F: 3.681; p<0.05). La misma
situación se presentó para el consumo de alimentos de
vegetales y frutas (mediciones F: 0,577; p>0,05; grupo F:
1,716; p>0,05; medición por grupo F: 0,33; p>0,05). Del
mismo modo sucedió con el consumo de alimentos del grupo de los
azúcares (mediciones F: 0,505; p>0,05; grupo F: 0,013;
p>0,05; medición por grupo F: 2,679; p>0,05). Y lo mismo
ocurrió con el consumo de comida chatarra (mediciones F: 0,166;
p>0,05; grupo F: 1,576; p>0,05; medición por grupo F:
1,77; p>0,05).
A continuación se presentan
los resultados correspondientes a los estadíos de cambio de
práctica de actividad física según grupo y
mediciones, (tabla 5.a y 5.b).
Como se aprecia en la tabla 5.a, los
resultados fueron favorables en términos generales para el grupo
experimental. Solo un sujeto se encontraba en precontemplación
en el pretest y logró pasar a contemplación en el
postest. Así mismo de 16 sujetos que se encontraban en
contemplación en el pretest, mejoraron su estadio (1 a
preparación y 10 a acción). Del mismo modo, de 3 sujetos
que se encontraban en preparación pasaron 2 a acción en
el postest y de 6 que se encontraban en acción, 5 pasaron a
mantenimiento en el postest. También se presentó el
caso de sujetos que mantuvieron su mismo estadío entre pretest y
postest, 1 en preparación, 1 en acción y 7 en
mantenimiento.
En la tabla 5.b, se observa que el
comportamiento del grupo control fue diferente al experimental y con
tendencias negativas, pues a diferencia de este, en el grupo control se
presentaron casos de sujetos que retrocedieron en su estadio (2 sujetos
pasaron de contemplación a precontemplación, 2 sujetos
pasaron de preparación a contemplación, 1 sujeto
pasó de acción a contemplación, 2 sujetos de
mantenimiento a contemplación, 1 sujeto pasó de
mantenimiento a preparación y 1 sujeto pasó de
mantenimiento a acción). También había sujetos que
se encontraban en acción en el pretest y que se mantuvieron en
ese estadio en el postest (3 sujetos) y 2 mejoraron a mantenimiento.
Además, 9 sujetos en mantenimiento en pretest, mantuvieron
ese estadio en el postest.
En términos generales se
observa que los sujetos del grupo experimental tienden a mantener su
estadio de práctica de actividad física (principalmente
contemplación y mantenimiento) o a mejorar de estadio a
acción. Mientras que el grupo control presenta algunos casos que
mejoran de estadio, otros que lo mantienen (los que estaban en
contemplación y mantenimiento principalmente), pero presenta
muchos casos que empeoran su estadio.
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue
determinar la influencia de un programa de promoción de la salud
llamado “Del Baile a la Salud” bajo el modelo
Transteorético como base en la intervención, baile latino
(como forma de realización de actividad física) y charlas
de alimentación y actividad física, sobre
realización de actividad física, tiempo mirando
televisión, estadíos de cambio y alimentación.
Se determinó que el grupo
experimental aumentó el tiempo promedio de realización de
actividad física luego de la intervención, obteniendo que
un 84% de las adolescentes superan los 60 minutos requeridos por la
OMS, contrario el grupo control el cual disminuyó el tiempo de
esta variable pasando de un 55% a un 33% de adolescentes que efectuaban
una hora o menos de actividad física. El hallazgo anterior es de
suma importancia pues según Garita (2006), las mujeres
adolescentes disminuyen la realización de actividad
física por factores como la pérdida de feminidad y la
discriminación asociada al deporte, elementos que influyen
directamente en una población susceptible a desistir de los
programas de ejercicio tradicionales pero que el baile probablemente
influyó positivamente como lo indica Sanabria (2000).
Lastimosamente, el sistema educativo nacional ha centrado la
atención en la elaboración de planes donde se desarrolla
el aprendizaje de destrezas deportivas, sin tomar en cuenta el elemento
primordial para lograr adherencia a la realización de actividad
física en las adolescentes; el gusto por determinada actividad
física, lo cual a la postre como lo menciona Muñoz (2005)
y se demostró en este estudio, pueden lograr cambios positivos
en esta población.
Variable de tiempo dedicado a mirar televisión.
Según la OPS (2000),
Rodríguez y Rondón (2000), Tercedor et al (2007), el
tiempo dedicado a ver televisión ha aumentado con los
años en esta población lo que podría generar
deterioros en la salud de las personas vinculados a estilos de vida
poco saludables y aparición de enfermedades. En este estudio se
pudo encontrar modificaciones positivas en el tiempo que dedicaban las
adolescentes a mirar televisión, ya que mientras el grupo
experimental disminuyó el tiempo destinado a ver
televisión, el grupo control lo aumentó. Eso
podría generar una alternativa para combatir la
problemática.
Variable de alimentación.
Contrario a los resultados
positivos que se encontraron en las variables anteriormente
mencionadas, en el área de la evaluación de la
alimentación no se hallaron cambios significativos en el consumo
promedio de los grupos de alimentos analizados. Sin embargo, es
importante rescatar que la ingesta del grupo de alimentos chatarra,
tuvo un aumento en promedio tanto en el grupo experimental como en el
grupo control, situación que a pesar de no ser significativa
estadísticamente, no deja de ser alarmante, más
aún, si esto lo respalda Suárez, Torrealba, Villegas,
Osorio y García-Casal (2005), donde expone que las adolescentes
presentan deficiencias de consumo en la mayoría de los grupos
alimenticios. No obstante, se encontró una tendencia no
significativa con la ingesta de frutas y vegetales, la cual
aumentó de forma positiva en ambos grupos. Fontes de Oliveira y
Kuhlmann, (2006), en su intervención igualmente con el Modelo
Transteorético, sí encontró cambios
estadísticamente significativos en el consumo de frutas y
vegetales.
Los resultados encontrados en este
aspecto pudieron deberse a que según Burke et al (1998), es de
suma importancia la motivación de la familia al revisar sus
dietas, de tal manera que se logre crear algún tipo de
relación entre el hogar y la escuela. En el presente estudio se
desarrollaron charlas específicas para las alumnas, dejando de
lado la familia y por supuesto es en el hogar donde se preparan la
mayor cantidad de alimentos que ellas consumen y aunque estas
modifiquen su ingesta alimentaria durante el tiempo que permanecen en
el colegio, en el hogar no es así. Por tal motivo se debe
considerar incluir a los padres de familia dentro del proceso para
poder crear modificaciones en el hogar y así reforzar el cambio
en la alimentación de las adolescentes.
Variable estadíos de cambio.
En el caso de esta
investigación se pudo observar modificaciones positivas en el
postest del grupo experimental, por su parte en el grupo control se
presentaron modificaciones negativas en algunos estadios. En este
estudio un 75.7% se situó en el periodo de realización de
actividad física de forma regular (acción y
mantenimiento) muy distante a lo encontrado por Souza y Duarte (2005),
en donde el 38.3% de los adolescentes practicaban actividad
física regularmente (estado de mantenimiento). Siguiendo con lo
citado por Souza y Duarte (2005), el 35.4% hace actividad física
irregularmente (estado de preparación), y el 26.2% son
sedentarios (precontemplación o contemplación). Este
último dato difiere con lo obtenido por el grupo experimental al
final de la aplicación del modelo, donde en el periodo de
precontemplación, contemplación y preparación se
reportó un 0%, 18.9% y 6% respectivamente, contrario al grupo
control donde incluso el porcentaje en estado de no realización
de actividad física (45.4%), superó el promedio de lo
presentado por estos autores; quienes además sugieren la
creación de nuevas intervenciones en las escuelas, para
así promover la práctica de actividad física,
especialmente en las mujeres, y de buscar opciones que sean elegidas
por ellas mismas, para aumentar la adherencia a la actividad
física. Por su parte, Frenn y Malin (2003) y Woods, Mutrie y
Scott (2002), también encontraron diferencias significativas
(p<0,05) y cambios conductuales, respecto a los estadios de cambio
de realización de actividad física utilizando Modelo
Transteorético.
Por último, el baile ha sido
mencionado por la Organización Mundial de la Salud como
una actividad física agradable y divertida, donde el individuo
puede expresarse y comunicar pensamientos y emociones (Jaramillo y
Murcia, 2002; Sanabria, 2000), sin embargo en los programas de
intervención aplicados por Harrel et al, (1999), (1996), Burke
et al, (1998), Gortmaker et al, (1999) y Dunn et al, (1999), para crear
modificaciones en los estilos de vida, han utilizado rutinas de
ejercicio para inducir a la población a llevar estilos de vida
más activos, sin tomar en cuenta la preferencia de la actividad,
pero que sí fue considerado en este estudio, junto con charlas
al igual que lo hicieron Harrel et al, (1999), Burke et al, (1998),
Gortmaker et al, (1999) y Dunn et al, (1999). También este
modelo se diferenció de los otros, en que la aplicación
del tratamiento se presentó durante doce semanas, esto con el
fin de aproximarse a una realidad trimestral del Modelo Educativo
Nacional, diferente al tiempo utilizado por Gotmaker et al, (1999) y
Harrel et al, (1996), quienes usaron programas de ejercicios con
intervenciones de actividad física de tres veces por semana,
durante ocho semanas. Las anteriores características pudieron
haber contribuido en el éxito del programa.
Por último, el diseño
de una intervención con un adecuado componente cognitivo, debe
considerar la implementación de diferentes teorías como
el Modelo Transteorético, todo con el propósito de
aumentar la adherencia a estos programas y a la actividad
física, siendo en este caso el modelo del “Baile a la
Salud”, una herramienta más, para la realización de
actividad física, en las adolescentes, que puede crear
modificaciones conductuales en los estilos de vida evaluados.
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Agradecimientos
Al Dr. Carlos Álvarez Bogantes, al M.Sc. Gerardo Araya Vargas y al M.Sc. Carlos Flores.
Recepción: 08 de febrero del 2010.
Corrección: 14 de mayo del 2010.
Aceptación: 14 de mayo del 2010.
Publicación: 31 de diciembre del 2010.
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