ISSN: 1405-0234 • e-ISSN: 2215-4078
Vol. 10 (2), julio – diciembre, 2022
Licencia: CC BY NC SA 4.0
Presentación
Presentation
El mundo de postpandemia es más un pandemónium que un retorno apacible a la normalidad anterior que, en realidad, nunca fue verdaderamente normal, si por ello entendemos una vida armoniosa, estable y segura. De hecho, parece que la Pandemia sólo detuvo por un breve instante histórico, las peligrosas tendencias que amenazan la sobrevivencia de la humanidad, y luego más bien ha actuado como un precipitante de acción retardada de todas ellas. Las cuatro crisis (ambiental, económica, de hegemonía, y de civilización) han regresado y con mayor virulencia que antes del estallido de la gran plaga mundial del Covid-19. Este es el mundo caótico y en transición confusa hacia algún estado futuro que aún no podemos vislumbrar y menos aún predecir, en el que la praxis nuevo humanista debe surgir, posicionarse y actuar.
¿Qué entendemos por praxis nuevo humanista? En términos muy generales, la concebimos como un sexto brote de teoría y práctica humanista, de pensamiento y acción transformadora y rectificadora que contribuya a lo que en numerosos trabajos anteriores hemos llamado como la capacidad auto-emancipadora de la humanidad; en este caso, como la capacidad innata de la especie para romper cadenas, rebasar limitaciones objetivas y subjetivas, disipar sutiles pero insidiosas prisiones mentales en la que los poderes reinantes nos ha aherrojado, y desafiar así la naturalización de un orden material de cosas mundanas tan injusto como irracional. El humanismo del siglo XXI, el Nuevo Humanismo, o como quiera llamarse, debe ser en este contexto no sólo una nueva floración emancipadora, auto libertaria, como en cinco momentos históricos anteriores -desde la Grecia Clásica al maelström decimonónico de la Revolución Industrial y la expansión colonial e imperialista desde sus centros metropolitanos a la periferia invadida y sometida- sino de salvación al borde del abismo de la extinción colectiva de la humanidad. Esto es lo que desde nuestra humilde trinchera universitaria intentamos forjar, hacer crecer, y difundir mediante la Revista de Nuevo Humanismo.
Hemos salido de la Pandemia sólo para hundirnos en la crisis económica postergada desde el año 2008 mediante los llamados programas de “flexibilización cuantitativa”, que no son otra cosa que una inflación monetaria desbocada con la que la Reserva Federal de los EE. UU. ha intentado sofocar las llamaradas de un capitalismo a punto de fundirse por completo. Y como es lógico y era completamente de esperarse, la hipertrofia del sector financiero del capitalismo declinante de EE. UU. y las otras potencias económicas ligadas militar y geopolíticamente en diversas formas de connivencia con este, ha sido transferida a la inflación de los precios de las materias primas, los alimentos y de casi todas las mercancías que circulan en el mercado mundial. Era sólo cuestión de tiempo, y de la conjunción de ciertos catalizadores, para que la inflación monetaria acabara por trasladarse a la inflación de precios en el ámbito de las mercancías.
¿Cuáles han sido estos precipitantes de la inflación? En un orden de importancia: 1. La Pandemia; 2. Las sanciones aplicadas a Rusia a raíz de la guerra en Ucrania; 3. La escasez y ralentización de la oferta global de numerosas mercancías cruciales a raíz de varios cuellos de botella en el transporte y la distribución. Pero ninguno de estos factores coyunturales es la causa real y esencial del proceso inflacionario. Son lo que son, simples fenómenos precipitantes; pues la causa estructural, es el estancamiento del capitalismo a causa de la caída de la rentabilidad en amplios sectores de este a nivel productivo y geopolítico, su crisis antes latente y ahora en forma abierta, que ha sido postergada por la inyección financiera desmedida de capitales ficticios para compensar la falta de un crecimiento económico tangible y real. Y en este proceso, los EE. UU. mediante la Reserva Federal, y gracias a su hegemonía financiera global resultante del predominio mundial del dólar, han emitido bonos del tesoro por cantidades estratosféricas para financiar la deuda monstruosa de este país. Así, aunque el dólar no se deprecia ante otras divisa de manera muy significativa -gracias a la alta demanda mundial de esta moneda de referencia global impuesta por Nixon a partir del año de 1971- su poder efectivo de compra no deja de descender.
Ante la enormidad de estos procesos y su impacto negativo en la vida de todos, nuestro trabajo de hormigas parece completamente intrascendente. No obstante, sabemos que los sistemas complejos como el sistema-mundo actual, poder ser modificados, bajo determinadas condiciones estructurales internas, por el simple “aleteo de una mariposa”. Naturalmente no tenemos ninguna certeza de esto último, pero mientras exista esa posibilidad objetiva, no tenemos derecho a bajar los brazos y rendirnos ante un supuesto destino aciago e ineludible.
Con este número 10.2 se completan los primeros cinco años de esta muy joven publicación del Centro de Estudios Generales. No ha sido un sendero de rosas, sino un ascenso por una montaña escarpada cuyo avance ha sido sostenido heroicamente por nuestra pequeña facultad, quizá la que tiene el mayor número de estudiantes combinado con uno de los menores presupuestos en nuestra universidad, pero siempre impulsado con entusiasmo y generosidad por nuestros Coeditores juveniles, Yerlin Godínez, Valeria Ureña, Fabián Gómez Valle, y Cristhian Bermúdez, todos ellos estudiantes de la Universidad Nacional de Costa Rica.
Este número incorpora un conjunto de artículos que cubren un espectro bastante amplio de inquietudes que tienen que ver con la vida de comunidades étnicas importantes de nuestros países, reseñas de manifestaciones culturales de nuestro tiempo, ensayos breves de índole existencial y político, trabajos sobre humanismo propiamente tal, y ensayos obre experiencias educativas en nuestra época tan complicada y convulsa.
Y como siempre, invitamos a nuestros lectores, así como a los diversos ensayistas, a seguir colaborando con sus trabajos y experiencias al desarrollo sustantivo de esta publicación.
Miguel Baraona Cockerell
Revista Nuevo Humanismo.
Centro de Estudios Generales.
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