Revista Perspectivas: Estudios Sociales y Educación Cívica
N.° 26. Enero-junio, 2023
ISSN electrónico: 2215-4728
Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rp.26.3
URL: http://www.revistas.una.ac.cr/perspectivas
Licencia CC BY NC SA 4.0

Los principales atributos de un profesor de calidad: las representaciones sociales de los estudiantes y egresados del Liceo Colonia Puntarenas, Costa Rica

The main attributes of a quality teacher: the social representations of students and graduates of the Liceo Colonia Puntarenas, Costa Rica

Os principais atributos de um professor de qualidade: as representações sociais de alunos e egressos do Liceo Colonia Puntarenas, Costa Rica

Esteban Orias Sarmiento*

Fecha de recepción: 28/04/2021 - Fecha de aceptación: 07/05/2022

Resumen: El presente artículo explora las representaciones sociales del estudiantado del Liceo Colonia Puntarenas —cantón de Upala—, así como las de los alumnos egresados de esta misma institución. El segundo grupo se encuentra cursando el primer o segundo año de carrera, tanto en universidades públicas como privadas. Interesa interpretar esas representaciones sociales acerca de lo que entienden por un profesor de calidad. La meta es aportar insumos para crear un perfil de educador que se aproxime a la visión del alumnado. En futuras indagaciones, se profundizará en aspectos relacionados, específicamente, con el área de Estudios Sociales. Este ejercicio analítico se considera una primera etapa de tipo exploratorio. El trabajo se enmarca en el proyecto de mejora de la calidad educativa del Ministerio de Educación Pública, denominado MECEC, no obstante, se examinan los cambios y las continuidades que se dan entre el último nivel de secundaria y los primeros años universitarios.

Palabras claves: calidad de la educación; representaciones sociales; aprendizaje; enseñanza; profesores; Estudios Sociales.

Abstract: This article explores the social representations of the students of the Liceo Colonia Puntarenas —cantón de Upala—, as well as the perceptions of the students who graduated from this same institution. The second group is studying the first or second year of career, both in public and private universities. It is interesting to interpret the social representations about what they understand by a quality teacher. The goal is to provide inputs to create an educator profile that is closer to the vision of the students. Future inquiries will delve into aspects related, specifically, to the area of Social Studies. This analytical exercise is considered an exploratory first stage. This work is part of the project for the improvement of educational quality of the Ministry of Public Education called MECEC, however, it examines the changes and continuities that occur between the last level of secondary school and the first level of the university.

Keywords: educational quality; social representations; learning; teaching; teachers; Social Studies.

Resumo: Este artigo explora as representações sociais dos alunos do Liceo Colonia Puntarenas —cantão de Upala—, bem como dos alunos que se formaram nesta mesma instituição. A segunda turma está cursando o primeiro e o segundo ano do curso, tanto em universidades públicas quanto privadas. É interessante interpretar as representações sociais sobre o que eles entendem por um professor de qualidade. O objetivo é fornecer subsídios para criar um perfil de educador próximo à visão dos alunos. Em investigações futuras, serão aprofundados aspectos relacionados especificamente à área de Estudos Sociais. Este exercício analítico é considerado uma primeira etapa de natureza exploratória. Este trabalho faz parte do projeto de melhoria da qualidade educacional do Ministério da Educação Pública (MECEC), no entanto, são examinadas as mudanças e continuidades que ocorrem entre o último nível do ensino médio e o primeiro nível universitário.

Palavras-chave: qualidade educacional; representações sociais; aprendizagem; ensino; professores; Estudos Sociais.

Introducción

El Departamento de Evaluación de Calidad (DEC) del Ministerio de Educación Pública (MEP, 2013) costarricense, ha procurado integrar a la mayoría de instituciones educativas en el programa denominado “Modelo de Evaluación de la Calidad de la Educación Costarricense” (MECEC).

Los centros educativos que se matriculan en este proceso deben ir implementando una serie de mejoras tendientes a alcanzar altos estándares de calidad educativa. Dichas acciones es preciso que estén fundamentadas en las necesidades de la institución escolar, es decir, se enmarcan en el paradigma de la investigación y acción.

El programa cuenta con cuatro etapas: la número uno es la creación del ambiente propicio; la segunda, la autoevalución; en tercer lugar, está el plan de mejoramiento, y la cuarta parte es la auditoría de la calidad. No obstante, definir el concepto de calidad de la educación es el paso que antecede a todas las etapas.

Empero, establecer acuerdos sobre qué se entiende por calidad nunca es una tarea sencilla, menos cuando se exploran las diversas visiones de los actores sociales educativos: padres y madres de familia, estudiantes, egresados, profesores, administrativos, entre otros.

En el marco de este trabajo, se considera que los actores fundamentales en el proceso de enseñanza y aprendizaje son los estudiantes. Debido a esto, es primordial comprender las representaciones sociales que poseen los discentes acerca de qué se entiende por un profesor de calidad.

En este contexto, para acercarse a esa definición de calidad, el presente artículo procura comprender cuáles son las principales características que poseen los profesores con alto desempeño, según los estudiantes.

Es pertinente aclarar que se toma la decisión de incluir la visión de los egresados, pues una institución educativa considerada de alta calidad debe brindar herramientas para que el alumnado transite, sin mayores distorsiones, a la educación terciaria. Adicionalmente, el punto de vista del estudiantado universitario puede verter luz sobre la evolución de las representaciones sociales, al estar en contacto con experiencias académicas de otro nivel.

En tal marco, es que se plantea el análisis de los cambios y las continuidades que experimentan las representaciones, de los estudiantes y egresados, del Liceo Colonia Puntarenas, ubicado en el cantón de Upala.

En suma, al realizar el contraste entre ambas representaciones, se procura crear un perfil de profesor que sirva de modelo para construir una hoja de ruta, la cual permita encaminar la institución educativa hacia procesos de enseñanza y aprendizaje que cumplan las expectativas de los educandos del sistema secundario y que, adicionalmente, brinde las habilidades para transitar exitósamente al sistema universitario.

En síntesis, el objetivo que origina este artículo es analizar las representaciones sociales, de los estudiantes y egresados del Liceo Colonia Puntarenas, acerca de las características que poseen los profesores de calidad. Al desagregar el objetivo mencionado, queda de la siguiente forma: identificar las representaciones sociales, de los estudiantes, acerca de las características que poseen los profesores de calidad; reconocer las representaciones sociales, de los estudiantes egresados, acerca de las características que poseen los profesores de calidad; comparar las representaciones sociales de los alumnos y egresados del Liceo Colonia Puntarenas, con el fin de construir un perfil de profesor de calidad, que posibilite crear una hoja de ruta para mejorar las prácticas docentes.

Finalmente, es necesario recalcar que este ejercicio preliminar pretende complementarse con futuras investigaciones, las cuales tomen en cuenta las representaciones sociales, concretamente, de cuáles atributos posee un profesor de Estudios Sociales para considerarlo de calidad. En esta primera entrega, se generaliza, sin perder de vista los aportes que puede brindar a la asignatura de Estudios Sociales.

Antecedentes teóricos

Esta investigación procura conocer las representaciones sociales acerca de las características que posee un profesor de calidad, según los estudiantes de la educación secundaria y terciaria.

En este marco, es necesario explorar los resultados de trabajos de investigación con objetivos similares. Tangencialmente, interesa conocer la percepción del profesorado, pues esto permitirá establecer una serie de comparaciones.

Cabalín y Navarro (2010) concluyen que los docentes universitarios relacionan a un “buen profesor” con palabras como responsabilidad, empatía y conocimiento. Mientras, sus estudiantes lo vinculan con adjetivos como “responsable”, “respetuoso” y “empático”.

En otro análisis, García (1992) compara las percepciones de profesores y estudiantes, para concluir que:

Los profesores consideran con mayor frecuencia que los alumnos que un «buen profesor» debe tener un amplio conocimiento de la materia que enseña, ya que el 78% de los profesores han elegido esta característica como una de las tres fundamentales frente al 55% de los alumnos. 2) Los alumnos, en cambio, se inclinan más por la claridad del profesor en las explicaciones, llegando al 78% de los alumnos que eligen esta característica (p. 47).

En la búsqueda de un perfil de “buen profesor”, Santiago y Fonseca (2016) ultiman que, para un conjunto de profesores universitarios mexicanos, las frases determinantes de un alto perfil de calidad son formación académica, vocación y valores.

En su estudio sobre los rasgos definitorios de un educador de calidad, Merellano y Almoracid (2016) señalan que el perfil del profesorado está marcado por características como la empatía, el respeto, la paciencia, la humildad; además, debe ser una persona confiable, sociable y alegre. Esto según estudiantes universitarios.

En otro trabajo, la mayoría de alumnos de la educación terciaria concuerdan que los “buenos profesores” se caracterizan por realizar evaluaciones justas, ser organizados, estructurar adecuadamente el material, ser equilibrados en la asignación de trabajo, poseer buenas habilidades interpersonales y comunicativas (Casillas, 2006).

Acorde con Casero (2010), los aprendices universitarios aprecian que las explicaciones sean claras y ordenadas, que se muestre dominio de los contenidos. Adicionalmente, señalan su preferencia por que los docentes sean motivadores y humildes.

En los casos en que los sujetos de investigación son los alumnos de secundaria, autores como Lozano (2017) han concluido que: “en particular para este nivel educativo sus alumnos ponderan los rasgos actitudinales como fundamentales en su práctica exitosa” (p. 10).

Al explorar las representaciones de los estudiantes egresados, sobre esta temática, Caballero y Sime (2016) finiquitan:

Los hallazgos cualitativos nos indican un perfil docente de compromiso con sus estudiantes, con una percepción positiva y actitud motivadora, y con una calidad afectiva en sus interacciones; así como, un personal con pasión por enseñar, con dominio sobre los contenidos y con dominio de la clase (p. 15).

Otros atributos que valoran los colegiales son tolerancia, creatividad, exigencia, rigurosidad, empatía y esfuerzo. Estos aspectos actitudinales complementan características tales como el conocimiento, el ser didáctico y organizado (Lozano, 2017; Cassasus, 2013).

Gómez (2016) realiza un análisis de los atributos vinculados a “buenos profesores”, que aportan los colegiales. Una vez más, aparece la paciencia como un término sobresaliente, seguido de “actitud positiva”.

En la tabla 1, se resumen los atributos que consideran de mayor importancia los profesores universitarios y estudiantes de la educación secundaria y terciaria.

Tabla 1
Atributos valorados por los profesores y los estudiantes

Atributos valorados por los profesores

Atributos valorados por los estudiantes

Responsabilidad

Respeto

Empatía

Empatía

Conocimiento

Dominio de contenido

Formación académica

Humildad

Valores

Confianza

Vocación

Comunicativo

Sociable

Motivadores

Didácticos

Paciencia

Pasión por enseñar

Ordenado

Actitud positiva

Nota: Elaboración propia a partir del marco teórico, 2021.

Tal como se puede apreciar, en el caso de los estudiantes, los atributos están inclinados hacia los valores y las actitudes, mientras que el profesorado da mayor importancia al conocimiento y la formación académica.

Es tentador concluir que un docente quien construya sus representaciones sociales basadas principalmente en su dominio académico, descuidando la parte afectiva y actitudinal, pronto chocará con las representaciones de sus estudiantes (Cabalín et al., 2010). Lo anterior no quiere decir que el estudiantado no se preocupe por el contenido curricular, sino que sus inquietudes giran en torno a otras cualidades.

En la línea previa, se debe señalar que el alumnado, luego de establecer como rasgos predominantes lo afectivo y lo actitudinal, se centra en los aspectos didácticos. Dicho en otros términos, los estudiantes valoran al profesor “que sabe explicar”.

Otro aspecto que se debe rescatar es la aparente petrificación de las representaciones sociales de los profesores de secundaria y en el nivel de la universidad, pues, en los trabajos estudiados, los educadores concuerdan en que lo académico es más importante que lo afectivo.

Convicciones tan arraigadas llevan a suponer que será complejo deconstruirlas para integrar la parte emocional-actitudinal. Sin embargo, esto no puede llevar a conclusiones falaces, tales como que es más importante lo afectivo que lo intelectual, por ende, debe relegarse a un segundo plano. Esto sería invertir el orden, lo cual poco contribuiría a solucionar los aspectos reseñados.

La reflexión permite señalar una característica básica de las representaciones sociales: es un campo de disputa para imponer o impugnar las interpretaciones que le dan inteligibilidad al mundo circundante. Este complejo entramado de voces está inmerso y atravesado por múltiples realidades políticas y sociales, cada una de ellas con intereses creados (Howarth, 2006).

De esta manera, para Jovchelovitch (citado en López da Silva, 2012), las representaciones sociales se encuentran “en constante movimiento, lo que demuestra que el enfoque de la psicología social está en cómo las diferentes representaciones chocan y compiten en el ámbito social, la forma en que coexisten en el mismo contexto” (p. 26).

El corolario de esta argumentación es que las representaciones sociales tienen la función de servir como un sistema para interpretar el contexto social. Sin embargo, al dar cuenta de la realidad, están conviertiéndose en ella o, al menos, están estableciendo una correlación de fuerzas con “otras verdades” que propenden a imponerse. De tal manera, la disputa por la hegemonía simbólica subyace a las representaciones. Esto evidencia confrontaciones, cooperación y resistencias en su elaboración (Howarth, 2006).

Sin embargo, el objetivo de este trabajo es poner a dialogar las representaciones sociales de los estudiantes, tanto de secundaria como en el nivel universitario, pues la lucha por dominar los espacios simbólicos, imponiendo criterios totalizantes, poco contribuiría a la discusión.

Develar cómo se confrontan, resisten y amalgaman estas representaciones sociales es la tarea que se propone este artículo. Adicionalmente, procura comprender la evolución entre las representaciones sociales de los estudiantes del sistema secundario y del terciario, para establecer ciertos paralelismos con el profesorado.

Participantes

Los participantes son adolescentes matriculados en último nivel de secundaria, en el 2021, además, alumnos universitarios egresados durante el 2019 y 2020, de la misma institución. Sus edades oscilan entre los 17 y 19 años. Todos ellos viven en el caserío llamado Colonia Puntarenas, en el cantón de Upala, en la provincia de Alajuela, en Costa Rica.

Las universidades a la que asisten son la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA), la Universidad Técnica Nacional (UTN), Universidad Estatal a Distancia (UNED) y el centro de estudios superiores llamado Universidad Católica (UC).

Al ser Colonia Puntarenas una zona de muy bajo desarrollo socioeconómico, según el Ministerio de Desarrollo y Planificación (MIDEPLAN, 2017), la cantidad de estudiantes que ingresa a los distintos centros de educación terciaria es muy limitada. Por este motivo, el número de egresados que participaron de la investigación fue siete personas en total. En el caso de los estudiantes de la institución, se seleccionó una igual cantidad para garantizar la equidad en la construcción de redes semánticas. En total son 14 personas, de las cuales 10 son mujeres y 4 hombres.

Metodología

El objetivo del estudio se enmarca en una investigación cualitativa. El propósito es acceder a las representaciones sociales de los estudiantes del último año de secundaria y los de primer y segundo año universitario, acerca de qué se entiende por un profesor de calidad. La idea fundamental es encontrar el núcleo de esas representaciones, ya que esto permitirá determinar su significación y organización (Abric, 2001); luego, se procura escudriñar los elementos periféricos, los cuales están en relación con las representaciones sociales centrales.

Para lograr construir el núcleo de las representaciones, se recurre a los métodos asociativos. La técnica aplicada es la llamada asociación libre de palabras. Los participantes deben exponer, en forma espontánea, las frases que estén asociadas con el objeto de estudio (Saénz, Maldonado y Figueroa, 2015).

En la línea anterior, “La asociación libre permite actualizar elementos implícitos o latentes que serían ahogados o enmascarados en las producciones discursivas” (Abric, 2001, p. 59).

En este punto, es prudente recordar que a los estudiantes se les solicitó mencionar diez palabras que estuvieran relacionadas con un profesor de calidad. Luego, debieron establecer una jerarquía, en la cual el criterio sería que la frase número uno se consideraría la más representativa de un educador de calidad y así sucesivamente.

No obstante, la polisemia que caracteriza a las palabras limita la capacidad de comprender el significado que tiene la frase para el entrevistado. Con el propósito de reducir el sesgo, se recurre a validar la contextualización semántica (SC). Esta técnica consiste en invitar al informante a escribir una frase que exprese el significado que tiene la palabra estímulo (Piermatte’o, Gregory y Lo Monaco, 2018). También es legítimo contar una anécdota o narrar un hecho, para que se logre explicar a cabalidad lo deseado.

Después, se efectúa un análisis semántico; el objetivo es conocer la estructura de las representaciones sociales. De acuerdo con Lagunes (citado en Sáenz et al., 2015), los indicadores fundamentales para el análisis semántico son: “Valor L o tamaño de la red (TR), Peso semántico (Valor M), Diferencial semántico (DSC) y Núcleo de la red (NR) o conjunto SAM” (p. 231).

Resultados

Para identificar el núcleo de las representaciones sociales sobre los profesores de calidad, fue necesario jerarquizar las palabras obtenidas de las entrevistas. Se parte de la premisa de que a mayor “peso semántico” y mayor frecuencia en la aparición de las palabras, se estará más cerca del núcleo y, por ende, de la representación en estudio. En las siguientes tablas y figuras, se describen los resultados de la organización y la jerarquización del campo semántico. Adicionalmente, se elaboró una figura donde se establece tres macrocategorías o campos semánticos que engloban el conjunto de palabras definidoras (ver figura 1).

Figura 1
Representación social sobre los profesores de calidad

Nota: Elaboración propia, 2021.

Partiendo de la información obtenida, se procede a crear una figura donde se muestre el núcleo y las zonas periféricas. Se debe aclarar que el peso semántico presenta cuatro cuadrantes y cuatro niveles de análisis: núcleo (100-75), alto (74-50), medio (49-25) y bajo (24-18). Es evidente que las palabras con mayor peso semántico y mayor frecuencia, pertenecen al núcleo central. La primera periferia está constituida por las palabras que aparecen con menor frecuencia, pero su peso semántico es medio. En la segunda periferia, se encuentran las palabras con menor frecuencia y menor peso semántico.

Las representaciones sociales de los estudiantes egresados (2019-2020) del LCP

Tal como se puede apreciar en la tabla 2, el valor más sobresaliente es el respeto, pues es la palabra que aparece con mayor frecuencia (5), mayor peso semántico (41) y un diferencial semántico del 100 %

Cuando se les solicita a los estudiantes que indiquen a qué se refieren con ser respetados, manifiestan: “el hecho de que no debe agarrar de burla a los estudiantes”, “que el hecho de ser profesor, no le da el derecho de humillar”.

Una de las informantes indica: “por ejemplo, mi profesor de fundamentos se pasa dando chistes y burlándose de los estudiantes que preguntan, como si fueran estúpidos”.

Sin embargo, una alumna señala que se siente irrespetada cuando un profesor “se queda viendo sus partes íntimas, e inclusive la llama para que vaya a su aula, para que, no sé y que le hable así, y no sé y esa vara que la agarra y le está mandando mensajes”.

Tabla 2
Campo semántico organización y jerarquización: egresados

Campo semántico

Palabras definidoras

Conjunto SAM

Fa

%

Peso semántico

Valor M

Diferencial semántico

DSC

Formación académica

Didáctico

5

30

34

82,92

Conocimiento

2

12

10

24,39

Valores

Respetuoso

5

30

41

100

Responsable

3

18

27

65,85

Empático

3

18

11

26,82

Actitudes

Vocación

5

30

35

85,36

Puntual

1

6

24

58,53

Inspirador

2

12

19

46,34

Motivador

4

24

19

46,34

Paciente

3

18

17

41,46

Humilde

3

18

16

39,02

Innovador

3

18

11

26,82

Equilibrado

2

12

8

19,51

Dinámico

2

12

7

17,07

Amigable

3

18

5

12,19

Simpático

2

12

4

9,75

Valor J

16 (Tamaño de red)

Nota: Elaboración propia, 2021.

Otra de las entrevistadas señala que es necesario que: “se respete a nivel de persona y creencias”, además, manifiesta que un profesor les dice: “a las güilas que no lleguen con ropa muy corta o con vestidos, porque si llegan así lo que quiere decir es que lo están tentando y que él no puede contra la tentación, entonces en respeto me refiero a cosas variadas”, señala la estudiante egresada.

Por tanto, la palabra “respeto” está vincula con la capacidad de una autorregulación, es decir, que no se abuse del poder, pero también hace referencia al acoso sexual.

Es probable que las características actitudinales y valores que se le exigen al profesor estén asociadas a la necesidad del estudiantado de sentirse respetado, por ejemplo, recurre a palabras como humildad (16), paciencia (17).

En las entrevistas realizadas, los estudiantes indican que el profesor debe ser humilde para reconocer que se equivocó, practicar un equilibrio entre ser estricto y poder ser amistoso o sociable en la clase, es decir, saber manejar los tiempos.

Una de las consultadas señala que, en la universidad, el nivel de autoritarismo es relativamente mayor que en las instituciones de secundaria.

Siguiendo con el análisis, del núcleo, se encuentra la vocación (35) y el ser didáctico (34). Estas parecen ser las cualidades que complementan las representaciones de un profesor de calidad, pues los estudiantes consideran que los pedagogos con vocación poseen las características antes mencionadas. El ser didáctico es indispensable, pues siempre se asocia con “saber explicar”.

Figura 2
Núcleo y elementos periféricos de las RS sobre los profesores de calidad, según egresados del Liceo Colonia Puntarenas (2019-2020)

Nota: Elaboración propia, 2021.

Por otra parte, en la primera periferia, la responsabilidad es la frase más importante. Esta palabra se complementa con otras que aparecen en la segunda periferia (puntual e innovador).

Llama la atención que los estudiantes universitarios relegan el poseer conocimiento a la tercera periferia, apenas con un diferencial semántico de 24,39. Esto permite colegir que valoran poco cuánto saben y les resulta más relevante cuánto saben enseñar.

En suma, el núcleo de las representaciones sociales de un profesor de calidad se centra en los valores (respetuoso), seguido de las actitudes (vocación) y, finalmente, de la formación académica (didáctico).

Las representaciones sociales de los estudiantes de undécimo año (2021) del LCP

Los resultados que se muestran a continuación son derivados de los ejercicios aplicados a los estudiantes quienes están cursando undécimo año del Liceo Colonia Puntarenas (2021).

Tomando como sustento la tabla 3, se concluye que los valores con mayor peso semántico son paciencia (42), respeto (40) y comprensivo (24).

En cuanto al significado de “paciencia” señalan: “que explique las veces que sean necesarios por si alguna no logra entender a la primera e incluso a la segunda explicación, pasiciencia”, “que el profesor cuando los alumnos no entiendan tiene que aser todo lo posible para que el alumno entienda”, “una profesora que no sea bipolar”. Nótese que la frase completa sería: “paciencia para explicar y que no se enoje cuando le pregunte por segunda o tercera vez”.

En cuanto al concepto de respeto, si bien es polisémico, es claro que se vincula con el abuso de autoridad, en un sentido relativamente parecido a los universitarios, ya que, al consultar sobre su significado, indican que: “cuando nos corrija, no lo haga de mal modo”, “odio que sea prepotente”, “que sus problemas personales no se los venga a desquitar con los estudiantes”, “que no les grite a sus estudiantes”.

El nivel de conocimiento no aparece en la red semántica central. Dicho de otra manera, para los estudiantes de secundaria importa cómo se enseña, aunque cabe rescatar que le brindan a ello un lugar de privilegio mayor que los alumnos universitarios.

En suma, el núcleo está dominado por conceptos vinculados con los valores. En la segunda y la tercera periferia, las actitudes continúan predominando: ser puntual (26), comprensivo (36). En términos generales, las categorías se estructuran, en orden de importancia, de la siguiente manera: actitudes, valores y, finalmente, formación académica (didáctica).

Tabla 3
Campo semántico organización y jerarquización: estudiantes

Campo semántico

Palabras definidoras

Conjunto SAM

Fa

%

Peso semántico

Valor M

Diferencial semántico

DSC

Formación académica

Conocimiento

3

18

25

59,52

Didáctico

3

18

24

57,14

Evaluador

1

6

8

19,04

Valores

Humilde

3

18

23

54,76

Respetuoso

5

30

40

95,23

Actitudes

Dinámico

3

18

24

57,14

Puntual

5

30

26

61,90

Comprensivo

6

36

36

85,71

Amigable

4

24

16

38,09

Amable

3

18

13

30,95

Paciencia

6

36

42

100

Creativo

6

36

35

83,33

Autoridad

2

12

15

35,71

Vocación

3

18

18

42,85

Valor J

(Tamaño de red 16)

Nota: Elaboración propia, 2021.

En conclusión, al realizar un análisis comparado entre las RS de los estudiantes de secundaria y los egresados, se puede señalar, para ambos grupos, que los valores están primero y que las actitudes complementan la ética y la moral. Contrario a lo esperado, los alumnos de secundaria dan un mayor valor a los conocimientos, por encima del estudiantado universitario.

Figura 3
Núcleo central y elementos periféricos de las RS sobre los profesores de calidad, según estudiantes de undécimo año del Liceo Colonia Puntarenas (2021)

Nota: Elaboración propia, 2021.

Finalmente, en la tabla 4, se propone un modelo del profesor ideal, según el nivel de preferencia del alumnado. Se toman en cuenta los atributos de formación docente, valores y actitudes. Luego, se plantea una especie de antimodelo, es decir, la antípoda de un profesor de calidad.

Tabla 4
Modelo teórico del profesorado ideal y su antípoda

Formación docente (modelo)

Formación docente (antimodelo)

Sabe explicar (dominio didáctico)

No sabe explicar

Actualizado

Desactualizado

Conocimiento académico

Sin conocimiento académico

Conocimiento didáctico

Sin conocimiento para enseñar

Conocimiento evaluativo

Sin conocimiento para evaluar

Valores

Antivalores

Amable

Mal educado

Respetuoso

Irrespetuoso

Amigable

Antipático

Autoridad (dominio de grupo)

Autoritario (abusa del poder)

Autoridad (dominio de grupo)

Permisivo (indulgente)

Paciente

Impaciente

Actitudes positivas

Actitudes negativas

Comprensivo

Severo

Comprometido

Holgazán (desinteresado)

Innovador (creativo)

Tradicional

Dinámico

Aburrido

Tolerancia

Intolerancia

Inspirador

No inspirador

Vocación

Sin vocación

Nota: Elaboración propia, 2021.

Conclusiones

El análisis de las representaciones sociales de los estudiantes, en el nivel de secundaria, revela que el aspecto de formación académica del profesorado se encuentra en un segundo plano. Para el alumnado, un profesor de calidad no es el que tiene mayor cantidad de conocimientos o títulos, sino el que los respeta, el que no abusa de su autoridad. Esto concuerda con los resultados de otros estudios reseñados (Lozano, 2017; Gómez, 2016).

No obstante, el alumnado de undécimo año tiene claro que una característica constructora de un profesor de calidad es su capacidad de explicar los contenidos programáticos en forma didáctica, es decir, “sabe explicar”. La necesidad de docentes con alta capacidad de enseñar es una característica que los estudiantes de todos los niveles señalan como esencial; esta conclusión se ha mencionado en otras investigaciones (García, 1992; Casero, 2010).

Llama la atención que la palabra conocimiento aparece en los niveles más bajos de análisis. La importancia de los valores y las actitudes es abrumadora.

Este binomio respeto-didáctica se repite cuando se analizan las representaciones sociales de los estudiantes que cursan el primer y segundo año de la educación terciaria. Una vez más, saber explicar tiene un peso mayor que el conocimiento que pueda acumular el profesorado.

Se establece una clara diferencia con la secundaria, cuando el estudiantado universitario le brinda menor importancia al conocimiento que los alumnos de colegio. Esto parece contradecir los resultados de diversos trabajos de investigación (Santiago y Fonseca, 2016; García, 1992; Caballero y Sime, 2016).

A pesar de que para ambos grupos el respeto es fundamental, prueba de ello es que el rasgo ocupa el núcleo, suelen entender el concepto con ciertos matices. Mientras que los aprendices de secundaria lo relacionan con el abuso de poder, los universitarios le adicionan la connotación de acoso sexual.

En resumen, las representaciones sociales de un profesor de calidad consisten en que, para los dos grupos, las actitudes como el respeto, en el amplio sentido de la palabra, son fundamentales. Tanto para unos como para los otros, los valores y las actitudes se complementan con el ser didáctico; además, consideran que la vocación es una palabra que resume todas las buenas características de un profesor de calidad.

Las conclusiones esbozadas coinciden con los estudios internacionales (Caballero, 2016; Santiago y Fonseca, 2016; Cabalín et al., 2010), en los cuales se indica que lo afectivo y actitudinal posee un mayor peso que lo académico, según la visión del estudiantado.

Sin embargo, tal afirmación se debe matizar, pues no solo es necesario que los profesores universitarios reconozcan que el afecto, los valores y las actitudes cuentan tanto como lo académico, sino que los educandos, en el nivel de secundaria, comprendan que el rigor académico debe permear los procesos de enseñanza y aprendizaje. En suma, un profesor de calidad es preciso que procure un equilibrio entre lo académico, lo didáctico y lo afectivo, sin importar el nivel.

Adicionalmente, es esencial recalcar que el desarrollo de competencias emocionales no está en contradicción con el logro académico, inclusive, se ha demostrado que, en la preadolescencia, el desarrollo de la empatía predice mejor el éxito escolar que las pruebas estandarizadas (Cassasus, 2006).

Estos hallazgos deben permitir al profesorado universitario comprender que las representaciones sociales sobre la calidad de los profesores, que llevan los estudiantes de secundaria a la universidad, están cargadas de paternalismo, afecto y actitudes tendientes a proteger al adolescente, típicas del sistema secundario.

Lo anterior entra en una flagrante contradicción con la perspectiva universitaria. Esta última debida a que se ha demostrado que los profesores universitarios consideran primordial el conocimiento y no tanto así las emociones o el afecto (García, 1992).

En conclusión, el tránsito de la secundaria a la universidad ha sido poco explorado, por tanto, las continuidades y cambios no están del todo claros. El abordar esta temática en diversos espacios podría no solo servir como hoja de ruta para mejorar en la calidad que ofrecen en secundaria los profesores, sino que insta a discutir las representaciones, en el entorno universitario, con el afán de lograr mayor conciencia de las transformaciones por ejecutar y las medidas por implementar para las partes involucradas.

En suma, esta investigación abre nuevos caminos para plantear interrogantes vinculadas con el tránsito de la secundaria a la educación terciaria, tales como ¿los estudiantes perciben el ambiente universitario cargado de mayor abuso de autoridad que el sistema secundario?, ¿existe mayor permisividad al hostigamiento y al abuso sexual en los centros universitarios con respecto al sistema secundario?, ¿las representaciones sociales en secundaria enfatizan en los aspectos didácticos y el profesorado universitario banaliza el discurso, dando mayor énfasis al conocimiento académico?

Finalmente, queda demostrado que, al menos para este caso, sin importar la asignatura, los valores y las actitudes están estrechamente vinculados con todas y cada una de las materias. Esto plantea una interrogante adicional: ¿cuáles elementos novedosos se deben integrar a un estudio de representaciones sociales en trabajos sobre asignaturas específicas, tal como el caso de los Estudios Sociales, si ya se sabe de antemano que los valores y las actitudes son atinentes a todo el cuerpo docente, independientemente de la asignatura?

En la línea anterior, es factible afirmar que para que un profesor de Estudios Sociales sea de calidad debe cumplir con características éticas y actitudinales muy claras. Lo que se esclarece del todo es cuáles son los conocimientos (académicos, didácticos y evaluativos) que debe exhibir, según los alumnos.

A modo de complemento de la argumentación anterior, es necesario puntualizar que las representaciones sociales de los estudiantes, acerca de qué se entiende por un profesor de calidad, no son suficientes para construir un perfil de un educador con alto desempeño. Por el contrario, esta visión se debe integrar con otras, analizando las representaciones de más actores educativos, tales como los pedagogos encargados de la formación inicial de los profesores, los científicos sociales quienes se han abocado a investigar las habilidades y competencias que debe poseer el cuerpo docente en la actualidad, así como el personal docente junto con los padres de familia. De lo contrario, la perspectiva siempre será fragmentada, y, por ende, sesgada.

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* Costarricense. Magíster Scientiae en Educación a Distancia por la Universidad Estatal a Distancia (NED), campus Montes de Oca, Sabanilla, San José, Costa Rica. Docente del Ministerio de Educación Pública (MEP), Liceo Colonia, Puntarenas, Costa Rica.Correo electrónico: esteban.orias.sarmiento@mep.go.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8140-3447

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