Revista Perspectivas: Estudios Sociales y Educación Cívica
N.° 29. Julio-diciembre, 2024
ISSN electrónico: 2215-4728
Doi: http://dx.doi.org/10.15359/rp.29.2
URL: http://www.revistas. una.ac.cr/perspectivas
Licencia CC BY NC SA 4.0

Aula invertida: reflexiones teóricas para su implementación en los Estudios Sociales

Flipped Classroom: Theoretical Reflections for Implementation in Social Studies

Sala de Aula Invertida: Reflexões teóricas para implementação em Estudos Sociais

Marisol Gamboa Fallas1

Andrés Solano Porras2

Wilman Escobar Escamilla3

Fecha de recepción: 30/06/2023 - Fecha de aceptación: 08/01/2024

Resumen:

El presente artículo presenta un acercamiento conceptual y procedimental de la técnica didáctica del aula invertida, aplicada a los procesos de enseñanza y aprendizaje de los Estudios Sociales. Se analiza el concepto de aula invertida, su relevancia y consideraciones para su implementación. Así como sus principales alcances y retos en su ejecución, para el desarrollo de los contenidos de esta asignatura. Se concluye que el aula invertida es una técnica didáctica que viene a transformar el rol tradicional de los partícipes del proceso de aprendizaje en el campo de los Estudios Sociales. Incentiva la motivación en las personas estudiantes para la construcción de conocimiento e incentiva espacios de reflexión, análisis y trabajo autónomo. Es una técnica idónea para promover las metodologías activas en los Estudios Sociales y mejorar el manejo del tiempo en la disciplina, para así, posibilitar un incremento en la calidad educativa.

Palabras claves: aula invertida; didáctica; enseñanza; aprendizaje; Estudios Sociales.

Abstract:

This article presents a conceptual and procedural approach to the didactic strategy of flipped classroom applied to the teaching and learning processes of Social Studies. The article analyzes the concept of flipped classroom, its relevance to Social Studies Didactics and the considerations that may apply. As well as an attempt to determine possibilities and challenges when executing it in the development of the contents of this subject. The article concludes that flipped classroom is a technique able to transform the traditional role of the participants in the educational process of Social Studies. This technique fosters a greater interest for students in the construction of their knowledge, also encourages spaces for reflection, analysis and autonomous work. Lastly, flipped classroom is an ideal technique to encourage active methods and better time management that would enable an increase in academic quality.

Keywords: didactics; flipped classroom; Social Studies; teaching; learning.

Resumo:

Este artigo apresenta uma abordagem conceitual e procedimental da técnica didática da sala de aula invertida aplicada aos processos de ensino e aprendizagem dos Estudos Sociais. A intenção é analisar o conceito, a sua incidência na didática dos estudos sociais e determinar elementos que devem ser considerados na sua execução. Conclui-se que a sala de aula invertida é uma técnica didática que vem transformar o papel tradicional dos participantes no processo de formação no campo dos Estudos Sociais. Por sua vez, esta técnica pode funcionar como um elemento que fomente um maior interesse dos alunos na construção do seu conhecimento, fomentando também espaços de reflexão, análise e trabalho autónomo. É uma técnica didática ideal para promover metodologias ativas em Estudos Sociais e melhorar a gestão do tempo na disciplina de forma a possibilitar o aumento da qualidade educacional.

Palavras-chave: sala de aula invertida; didática; ensino; aprendizagem; Estudos Sociais.

Introducción

Los procesos de mediación docente se han transformado en búsqueda de propiciar el desarrollo de habilidades en el estudiantado, así como la inclusión de la tecnología en el aula como recurso en el proceso de desarrollo de actividades didácticas implementadas en la enseñanza de los Estudios Sociales. Las corrientes educativas, bajo dicha transformación, han desarrollado cambios en las tareas desempeñadas por la persona docente y estudiantes en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentan los Estudios Sociales como materia escolar es el enfoque memorístico y desvinculado que se difunde en las aulas por medio de la técnica expositiva como único medio para la construcción de conocimiento. El estudiantado, usualmente, muestra dificultad para sentir empatía por el conocimiento histórico cuando se le imparte separada de la vida cotidiana actual. De la misma manera, la construcción de conocimiento se dificulta cuando se basa en la transmisión unilateral de información desarticulada. Es necesario que se promueva la discusión de intercambio de criterios académicos que refuerzan la relación de horizontalidad en la formación educativa, lo cual permite generar un vínculo entre los Estudios Sociales y la persona estudiante.

En este contexto de cambio se promueve la implementación de metodologías activas, entre las que interesa abordar la estrategia didáctica del aula invertida. Esta estrategia pretende la inversión de los roles comunes del proceso educativo y favorece una estructura y ambiente diferente en los procesos de aprendizaje, lo que permite el trabajo individualizado y, por ende, inclusión en la educación. Se considera que el aula invertida y el uso de la tecnología son canales inminentes para promover un modelo de educación que responda, de mejor manera, a las tendencias actuales en la didáctica específica de los Estudios Sociales, ya que brinda un nivel de flexibilidad y adaptabilidad que permite conformar estrategias de mediación valiosas y con acceso a una variedad de recursos.

La enseñanza de los Estudios Sociales implica una gama de temáticas y habilidades diversas que emanan del carácter interdisciplinario de la asignatura. Dicha caracterización debe repetirse al configurar los espacios de enseñanza y aprendizaje propios de las actividades didácticas que buscan promover habilidades y contemplar los intereses del estudiantado. Este ensayo pretende realizar una reflexión teórica y guiada por los lineamientos, para la operacionalización del aula invertida como estrategia en el abordaje de contenidos vinculados a los Estudios Sociales. Se analizan aspectos conceptuales, procedimentales y de valoración pedagógica, como técnica de mediación que pretende dar un giro en la dinámica habitual de las actividades en el aula. Este ensayo recurre a la entrevista semiestructurada, como insumo teórico para la reflexión alrededor de la implementación del aula invertida en el área temática de los Estudios Sociales.

Conceptualización del aula invertida

El aula invertida tiene sus bases teóricas desde la conceptualización brindada por los autores Bergmann y Sams (2012), quienes se identifican como creadores de la técnica de flipped classroom. Mencionan que el aula invertida tiene un papel dinamizador en la enseñanza y aprendizaje, pues rompe con la forma tradicional de realizar las clases; es decir, intercambia el espacio expositivo tradicional de las lecciones y lo traslada a la casa. Mientras que ocupa el tiempo de las lecciones para la discusión y realización de asignaciones prácticas que, en el esquema tradicional, se asignan como tareas. Por eso, su nombre propone darle vuelta a la clase, mediante el aprendizaje autónomo desde espacios fuera del horario lectivo.

Dicha estrategia se desarrolla con materiales didácticos que las personas estudiantes utilizan para acercarse a los contenidos desde su entorno autónomo. Usualmente estos materiales son herramientas audiovisuales y tecnológicas, que permiten el aprendizaje según el ritmo del estudiante. Esto permitirá que en clase la persona docente se centre en la problematización de las temáticas, la discusión y aclaración de dudas que tenga la comunidad estudiantil, así como espacios para desarrollar ejercicios prácticos, donde se aplique el conocimiento adquirido.

Debe buscarse comprender que el aula invertida no es una tecnología como tal, pero sí es una técnica que hace uso de la tecnología educativa. Ante ello, Ramos (2010) resalta que actividades como la televisión, películas, leer cómics, periódicos, revistas, navegar por internet, son ejemplos de herramientas que permiten la mediación educativa tecnológica. Estas mediaciones se pueden aplicar como herramientas del aula invertida, porque este tipo de materiales permite el estudio y la comprensión de contenidos académicos, pero la técnica implica otros momentos para su desarrollo.

Las herramientas tecnológicas son funcionales en el tanto la persona docente articule, de forma correcta, la explicación y la pertinencia del material en clase, el aula invertida nunca implica que el material enviado sustituya a la persona docente o el espacio de clase. Por el contrario, se implementa para extraer mayor provecho de estos recursos. La mediación didáctica debe implicar un equilibrio entre la utilización de medios tecnológicos para usos educativos, pero también articular espacios áulicos integrales, donde se articule una discusión de los aprendizajes construidos mediante la tecnología educativa. Villalba et al. (2019), mencionan que el aula invertida o flipped classroom, es un modelo que centra su desarrollo en la comunidad estudiantil para hacerla protagonista de su proceso de aprendizaje. Con esta modalidad cuando se desarrolla la lección, el estudiantado se presenta a la clase con un conocimiento previo común y puede dinamizar este conocimiento mediante una participación activa en las actividades propuestas por las personas que enseñan, y así generar un aprovechamiento óptimo del tiempo en clase, por medio de actividades. La técnica promueve que la persona estudiante aumente su compromiso y motivación con respecto a su proceso educativo y alcance una mayor comprensión y apropiación de los diferentes temas tratados.

Los autores coinciden en que el éxito de esta técnica depende del tipo de actividades que se planteen, ya que deben ser acordes a las distintas necesidades educativas de los estudiantes, pues el contexto de aula siempre es diverso. El aula invertida debe realizarse tomando en consideración las necesidades educativas de las personas que están inmersas en el proceso de aprendizaje, y prestar atención a los pensamientos, ideas, dudas, opiniones, críticas, retos del estudiantado, como elementos de relevancia. Esto le permitirá a la persona docente promover la motivación y el involucramiento del estudiantado, al darle voz en su proceso de aprendizaje y que ese desarrollo de la enseñanza disponga, desde sus propuestas y requerimientos (García, 2013; Villalba et al., 2019).

Además, el aula invertida permite que las personas estudiantes utilicen el material en sus espacios de estudio individual y puedan aprender a su propio ritmo y fortalecer la autonomía de aprendizaje. Esta característica es uno de los insumos que respalda el carácter inclusivo del aula invertida, donde este mecanismo facilita a la población estudiantil, que requiere apoyos educativos, tener un acercamiento, de primera mano, a la explicación que, tradicionalmente no sería posible, porque no puede revivir el momento áulico. Arce (2019) coincide en que la metodología posibilita incluir estudiantes que históricamente han experimentado una exclusión sistemática de los procesos de enseñanza, mediante la promoción de la habilidad de aprender a aprender. Por lo que, resultaría ventajoso, incluso en el caso de modalidades de estudio, donde el estudiantado se ausente por el cumplimiento de otras responsabilidades.

Bajo esta caracterización es posible afirmar que el aula invertida es una metodología activa, que dinamiza el rol del estudiantado como protagonista. La persona docente no desaparece, pero, su principal función es el diseño de los espacios de aprendizaje y el acompañamiento en los mismos. Esta metodología activa le permite a la comunidad estudiantil fortalecer una serie de habilidades como el pensamiento crítico y creativo, para el ejercicio del trabajo autodirigido, donde la persona estudiante puede autoevaluar su comprensión del contenido y formular sus propias conclusiones. De la misma forma, puede idear nuevas perspectivas de las temáticas que se están tratando y plantear interrogantes para dialogar en su espacio de clase (López et al., 2022).

Bachelor, a partir de su experiencia de aplicación en la enseñanza del inglés, remarca la necesidad de incorporar espacios de aula invertida desde un enfoque de habilidades y competencias para la comunidad estudiantil. Por ende, la evaluación, en estos casos, es un tema de interés, porque debe combinar una evaluación de carácter formativo y sumativo, para impulsar la revisión minuciosa del material por parte del estudiantado, pero, también, aperturar un espacio para la construcción de habilidades para la vida.

Asimismo, debe contemplarse que el aula invertida requiere una inversión de tiempo importante para la preparación de materiales que se emplean de manera intencionada. Como mencionan Tourón et al. (2014), el aula invertida es una técnica que ayuda en la construcción de habilidades, pero debe estar acompañada de una serie de actividades que fortalezcan el desarrollo de estas. Incluso, el uso de herramientas tecnológicas puede potenciar ese desarrollo, pero solo lo hará con la guía adecuada, para que la comunidad estudiantil pueda ejercitar su autonomía de aprendizaje.

En la medida de lo posible, se recomienda a la comunidad docente elaborar sus propios videos o materiales para el aula invertida, porque el tipo de material empleado es determinante en la efectividad de la técnica. Sin embargo, en los casos en los que no sea posible, debe buscarse un material que sea compatible con los contenidos, indicadores, habilidades y necesidades del estudiantado. De acuerdo con López et al. (2022) el desarrollo de las metodologías activas impacta, de manera significativa, la motivación del estudiantado y aumenta la significancia del contenido para el estudiantado y de todas las personas que conforman la comunidad educativa. Por ello, es importante reconocer los entes motivadores y los intereses de la comunidad estudiantil para que esos materiales que posibilitan el aula invertida sean efectivos en su aplicación.

La escogencia de los materiales incorrectos puede entorpecer el proceso de aprendizaje de la comunidad estudiantil. Por ejemplo, es común que las lecciones tradicionales se desarrollen bajo una lógica similar, con el uso de textos académicos, que permiten acercarse al conocimiento previo a la lección, pero, sin ningún acompañamiento de material interactivo o audiovisual. Este podría ser un factor que contribuya a la desmotivación y cause que las personas no continúen el abordaje del material y el aula invertida no toma el rumbo adecuado (Tourón et al., 2014).

Específicamente en el caso de la educación secundaria en Costa Rica, la aplicación del aula invertida ha sido exitosa en el contexto del retroceso educativo provocado por la pandemia COVID-19. La aplicación se ha realizado en contextos de educación superior, y, en este caso, en educación secundaria, en las áreas educativas de la enseñanza del Español y Dibujo Técnico, teniendo como resultado la construcción de habilidades educativas al implementar el aula invertida (Araya et al., 2022). Sin embargo, en el caso de los Estudios Sociales aún no se registran sistematizaciones de experiencias de aplicación de este método en el contexto costarricense.

El aula invertida en el contexto de los Estudios Sociales

Estudios Sociales es una asignatura que forma parte del currículo del sistema educativo costarricense e implica temáticas diversas que generan que su concepto y abordaje sea cambiante. Sin embargo, al ser la Historia y la Geografía sus principales bases en el currículo educativo costarricense, se retoman los conceptos y marcos de acción de estas disciplinas para su caracterización. Las mismas se unen como áreas medulares de la disciplina y son guiadas bajo principios pedagógicos que orientan la didáctica teniendo presente su carácter interdisciplinario (Morales, 2010).

La didáctica de los Estudios Sociales tiene una línea de pensamiento concreta, que recae en la necesidad de generar motivación e interés, más allá de los espacios educativos tradicionales. Los Estudios Sociales buscan que las personas estudiantes, inmersas en el proceso educativo, puedan identificarse con el hecho pedagógico y que los aprendizajes sean productivos en su vida cotidiana (Rodríguez, 2018).

En la didáctica de los Estudios Sociales hay una concentración importante en la comprensión del medio en que se desarrolla la población y la reinterpretación del espacio, a partir de la mirada social que brindan la Historia, la Geografía y la Ciudadanía. Sin embargo, un elemento intrínseco de los Estudios Sociales, sin contemplar su contenido curricular, es el carácter crítico y reflexivo de la disciplina. El principal objetivo de los Estudios Sociales como asignatura es promover la criticidad para cuestionar el patrón social de comportamiento de los diferentes grupos sociales a lo largo de la historia y en la actualidad, para proyectar la resolución de problemas (Solano, 2021). De ahí la necesidad de disponer de un proceso de mediación docente, que permita el desarrollo de habilidades de pensamiento y para el desenvolvimiento participativo en la sociedad globalizada.

Como afirma Pages (2002), esta disciplina se centra en promover el desarrollo de habilidades que empoderan al estudiantado para interpretar los escenarios sociales y tomar una postura crítica al respecto. Por ende, para responder a las demandas del contexto social en que se enseña se debe recurrir a la innovación docente en temas didácticos y evaluativos. Con base en el objetivo de propiciar el desarrollo de habilidades y competencias deben plantearse técnicas didácticas que propicien el protagonismo del estudiantado en su proceso educativo. La persona docente debe desvincularse del rol transmisor y concentrarse en la formulación de espacios provechosos para el desarrollo autónomo de competencias o habilidades.

En este contexto, se hace necesario una mediación docente que sea gran antagonista de la predominancia del método expositivo y un enfoque memorístico en la enseñanza de la asignatura. Aunque las personas docentes buscan promover la conversación, por medio de preguntas y el planteamiento de hipótesis, los espacios de apropiación y protagonismo de la persona estudiante son reducidos (Castañeda, 2019).

La persona estudiante, bajo los modelos de enseñanza memorística tradicional, toma un rol pasivo en su proceso educativo y reduce los espacios que le permiten ejercitar sus habilidades en desarrollo, así como su autonomía. Como alternativa a estas prácticas pedagógicas, se plantean técnicas como el aula invertida. Bajo esta línea didáctica, se busca que la persona docente diseñe espacios para la construcción del conocimiento, de manera práctica, y, a la vez, subsane las necesidades que surgen en el contexto de los Estudios Sociales.

Las necesidades insurgentes ocupan, también, un rol que requiere su contemplación para valorar la utilidad de la técnica de aula invertida en la disciplina. Uno de los principales desafíos al que responde la técnica es el manejo y el aprovechamiento del tiempo. En una asignatura interdisciplinaria el contenido es denso y complejo, por lo que el manejo del tiempo es un factor que influye directamente en la calidad educativa. Las diferentes actividades que se desarrollen en el aula deben ir mediadas por lapsos temporales predeterminados. El uso de herramientas o técnicas que se enfoque en la organización de actividades para el cuerpo docente y estudiantil deben ser priorizadas, porque pueden elevar la calidad educativa de los espacios pedagógicos (Rojas, García y Brenes, 2002).

El aula invertida precisamente presupone un mejor manejo del tiempo, porque los espacios expositivos se eliminan en el contexto del aula y eso aumenta el tiempo disponible para realizar actividades que, en el escenario tradicional, serían inviables. Asimismo, este espacio disponible presenta la posibilidad de desarrollar actividades prácticas, donde se ejercite el pensamiento crítico y creativo del estudiantado, mediante la aplicación del conocimiento histórico al que se aproxima con el material que analiza, previo a la lección. Este tipo de ejercicios permiten una mayor vinculación y proximidad a una contextualización fructífera del contenido.

Particularidades para contemplar en su aplicación en los Estudios Sociales

Primeramente, es central que la selección del material sea acorde con las necesidades del contexto áulico. El material debe ser conciso, comprensible para el estudiantado, visualmente atractivo y concreto, según la temática en estudio. Las personas estudiantes muestran mayor dificultad para analizar materiales extensos o cargados de tecnicismos y datos irrelevantes. Además, con respecto a la accesibilidad debe contemplarse que exista acceso a internet o bien, contar con alternativas para los casos de acceso restringido (Villalba et al., 2019).

Características como la disponibilidad de equipo y las necesidades educativas también deben considerarse en la selección de materiales. En ocasiones, debe considerarse si las personas estudiantes tienen acceso a pantallas táctiles, sistemas de audio, así como contemplar temas de suscripción, porque se busca que las personas estudiantes puedan visualizar el material la cantidad de veces que deseen hacerlo. Igualmente, deben valorarse temas como los lapsos de concentración, la calidad de las imágenes y videos o el vocabulario empleado.

De igual manera, los materiales seleccionados deben ser contextualizados a la realidad del estudiantado en la situación de aprendizaje que se está desarrollando en el proceso educativo; es decir, es común que se asignen materiales que se salen del contexto costarricense o latinoamericano y transportan la visión del aprendizaje desde otras perspectivas, como las europeas o estadounidenses (Pérez, comunicación personal, 13 de mayo de 2022).

Además, es importante recomendar que el material utilizado pueda ser construido por la persona docente, pues ayudará a que el material esté contextualizado y apegado a la realidad educativa de las personas estudiantes. En Costa Rica y, específicamente en la enseñanza de los Estudios Sociales, no es usual que las personas docentes construyan materiales audiovisuales propios, por lo que se tiende a utilizar materiales de otros países, esto ocasiona que el material no esté adaptado al proceso educativo que se está desarrollando y que no se atiendan las necesidades educativas, presentes en cada contexto educativo. Sin embargo, cuando no existe la posibilidad de generar una serie de materiales, es necesario que se realice una revisión detallada de los existentes y que se asignan en el aula invertida, para que estos sean acordes a la realidad educativa donde se labora (Pérez, comunicación personal, 13 de mayo de 2022). Igualmente, pueden hacerse recortes de diferentes materiales o generar un video con anotaciones o comentarios de la persona docente a partir de otro video.

En cualquier escenario, con respecto a la producción de material, la persona docente puede buscar materiales de manera gradual mediante escalas geográficas. Es decir, que en la búsqueda se priorice el material realizado en el nivel comunitario, y, sino, buscar producciones más grandes de entidades de Costa Rica. De no existir material para la temática tratada, se puede escalonar la búsqueda a materiales realizados en América Latina, y así, consecutivamente, hasta seleccionar el material que se considere adecuado al contexto educativo donde se trabaja (Pérez, comunicación personal, 13 de mayo de 2022).

La selección y planificación correcta del aula invertida es también una garantía para la accesibilidad y atención de las necesidades educativas. De conformidad con Blanco (1990), para satisfacer y atender, de manera oportuna, necesidades individuales es necesario que se busquen esquemas no tradicionales de acción. En esta dirección, se considera que la línea correcta de atención a la diversidad se basa en un equilibrio entre la respuesta a las necesidades del grupo como colectivo, y las de cada persona estudiante, como ser individual. Garantizar que el material responda a la necesidad colectiva de cobertura de un contenido, de manera efectiva, es primordial, pero, a su vez, seleccionar un material que responda a las necesidades individuales de algunos estudiantes, bajo el principio del Diseño Universal de los Aprendizajes, será sumamente provechoso (MEP, 2018). Además, la diversidad de materiales es muy amplia y permite la diversificación y accesibilidad de acuerdo con cada caso.

De la misma manera, el aula invertida se caracteriza por ser una metodología activa, que permite el abordaje de las particularidades educativas de manera eficaz, porque posibilita el trabajo personalizado entre docente-estudiante. Al basarse en el trabajo autónomo, existe mayor disponibilidad de tiempo efectivo para que la persona docente atienda las dudas de forma intencionada y atenta; dado que la mayoría de la clase estará elaborando su trabajo sin depender de la explicación de la persona docente para ejercer su construcción de conocimiento (Castro, comunicación personal, 16 de mayo de 2022).

La comunicación constante con la población estudiantil es un elemento que debe estar presente cuando se implementa el aula invertida, pues al promover la autonomía, existe un proceso de adaptación donde hay dudas reiteradas. Conjuntamente, en la medida que exista mayor flexibilidad y apertura en el proceso educativo, también existirá mayor motivación. En este contexto, las redes sociales pueden ser espacios provechosos para la difusión de material y discusión de los materiales educativos enviados.

Precisamente, la comunicación debe ser propiciada de forma intencional, para que las personas estudiantes tengan un espacio de expresión y diálogo constante con los materiales que se han empleado para el tratamiento de las temáticas. Además, esa comunicación debe estar acompañada por algún canal, como los mencionados, para que sea efectiva, desde el espacio autónomo de aprendizaje y la persona que guía el proceso formativo (Cantón y García, 2012).

La diversidad de materiales debe considerarse, ya que es un factor motivacional y que permite la atención de necesidades educativas particulares. Fuera del contexto áulico, es necesario que se utilice diversidad de estrategias para la construcción del aprendizaje autónomo, esto, mediante canciones, películas, documentales, podcast, cómics, periódicos, poemas, entre otros. Del mismo modo, estos materiales deben ser diversos también en el espacio áulico, cuando se realizan los diversos análisis críticos del conocimiento construido, así las temáticas no se vuelven monótonas y rígidas y se permitirá la flexibilidad en clase. Es necesario recordar que el aula invertida tiene como espacio de importancia el análisis y las reflexiones que se puedan realizar en clase (Pérez, comunicación personal, 13 de mayo de 2022).

La desmotivación es uno de los desafíos constantes en el sistema educativo y no simboliza un elemento lineal. El estudiantado puede mostrar desmotivación por factores externos, así como por la abstracción de algunas temáticas que genera desvinculación con la asignatura. En este escenario, el aula invertida debe ser un espacio que permita la vinculación y empatía histórica del estudiantado con el contenido a tratar. Además, al referirse a la motivación deben examinarse las relaciones existentes entre docente y estudiante, así como entre pares. El aula invertida ejercita, también, habilidades como el trabajo en equipo y el trabajo colaborativo, con el fin de desarrollar un ambiente de respeto y confianza, de forma tal, que la comunicación y difusión del conocimiento construido sea más efectiva y fluida.

En la misma línea, la persona docente debe propiciar un espacio áulico que permita el diálogo, la reflexión y la formulación de problemas como comunidad educativa. Los espacios de interacción que genera esta técnica son ideales para analizar a los grupos desde la perspectiva docente y visualizar la construcción de las habilidades cognitivas en equipo, así como la convivencia entre pares en sus lecciones (Alvarracín et al., 2022).

La puesta en práctica del aula invertida implica una planificación previa, donde el estudiantado comprenda la funcionalidad de la técnica y reciba instrucciones concretas. Es importante retomar que esta técnica busca promover la autonomía del estudiantado, pero para propiciar dicha autonomía debe manejarse el proceso educativo de manera transparente (Villalba et al., 2019). Por eso, la persona estudiante debe conocer los objetivos del aula invertida para apropiarse de su rol protagónico en el proceso educativo y la forma en que se brindan las instrucciones, lo que resulta crucial para consolidar ese proceso.

La asignación de un material audiovisual, una fotografía o cualquier otro material didáctico debe acompañarse de una guía para el análisis de la fuente. La elaboración de las consignas correctas es crucial para alcanzar los objetivos propuestos. La guía que se le brinda el estudiantado debe surgir, concretamente, de los criterios de evaluación, en procura de que las clases presenciales sean provechosas para el estudiantado. Dado que, el análisis de un material basado en elementos, como el interés personal del docente o factores contextuales no tendrá el material suficiente para trabajar en las lecciones y la técnica perderá eficacia.

La precisión y modalidad de la guía para el análisis depende de la persona docente, se puede facilitar una guía por escrito o bien, acompañar el material de un insumo que especifique las áreas que requieren mayor atención, por parte del estudiantado. Estas consignas pueden ser de provecho para motivar a la comparación histórica y el pensamiento sistémico, entre otras habilidades (Tourón et al., 2014).

Igualmente, la mediación didáctica debe incorporar el material con el que se trabajó a distancia y centrarse en los ejes brindados para su análisis. En el nivel curricular y didáctico, el uso del aula invertida también conlleva una transformación (Merla y Yánez, 2016). En el mismo concepto de aula invertida se evidencia la variación de la secuencia didáctica tradicional. Por eso, los espacios áulicos bajo esta técnica requieren que la persona docente planifique actividades que permitan el trabajo creativo y autónomo, por parte del estudiante. La eficacia del aula invertida desaparece cuando la persona docente desconfía del trabajo a distancia que realiza el estudiantado e invierte el tiempo de la clase en explicar nuevamente el contenido.

Por el contrario, esta técnica se centra en aumentar la disponibilidad de tiempo en las aulas para promover la discusión, el análisis y la elaboración de productos creativos en las lecciones. De hecho, se considera que la aplicación del aula invertida se ve enriquecida por la metodología de taller porque, aunque no es obligatorio, la técnica se beneficia de concretar productos como resultado del trabajo estudiantil (Castro, comunicación personal, 16 de mayo). En estos casos, se busca que las personas estudiantes tengan un resultado tangible basado en el conocimiento que construyen en el espacio a distancia y en el aula.

Uno de los principales aspectos a considerar en la aplicación de cualquier técnica didáctica es la evaluación. En el caso del aula invertida, bajo el eje de promoción de la autonomía, se considera que visualizar los materiales enviados por la persona docente tienen un carácter formativo en la evaluación, dado que el principal interés es que el estudiantado comprenda la necesidad de realizar la actividad a distancia, para poner en práctica ese conocimiento en su espacio de clase. Por ende, uno de los objetivos de esta técnica es promover la responsabilidad académica sin el contrapeso de la obligatoriedad (Castro, comunicación personal, 16 de mayo).

No obstante, las actividades que se realizan en la clase, con base en el conocimiento construido, sí pueden formar parte de la evaluación sumativa. De la misma forma, en los casos en que las personas docentes lo consideren oportuno puede promoverse la técnica de manera inicial, mediante tareas, donde el estudiantado se familiarice con el desarrollo del aula invertida. Igualmente, existen herramientas que permiten acompañar al estudiante cuando analiza la fuente de información asignada. Incluso, hay aplicaciones diseñadas para brindar al estudiantado ese acompañamiento en el análisis de la fuente (Castro, comunicación personal, 16 de mayo).

En los escenarios con acceso a tecnología se puede acceder a plataformas donde el estudiantado recibe preguntas diseñadas por la persona docente, conforme avanza en el material audiovisual, para cerciorarse de la comprensión de este. Mientras que, en espacios donde el acceso a la tecnología es limitado se pueden insertar pequeñas actividades como tomar fotografías, resolver acertijos y otras actividades que permitan monitorear la revisión del material y su comprensión. En general, todas las herramientas que permitan recolectar evidencias de la actividad estudiantil serán ganancia para el proceso educativo, en general.

A manera de conclusión

La mediación didáctica en Estudios Sociales tiene, en el aula invertida, una estrategia para la implementación efectiva de una metodología activa que puede favorecer el desarrollo de habilidades y desafía, de manera positiva, el orden tradicional de la educación. Bajo esta técnica se invita al estudiantado a apropiarse de su proceso de aprendizaje y desarrollar habilidades de pensamiento crítico que promuevan el análisis, la reflexión y la argumentación, a partir de la puesta en práctica del conocimiento construido de manera autónoma. En general, es innegable que uno de los principales alcances del aula invertida radica en la posibilidad de ejercitar la autonomía y la autorregulación.

Incluso, la diversidad de técnicas y recursos que pueden contemplarse en el aula invertida hacen que la motivación del estudiantado aumente ante el estímulo constante. Asimismo, entre los materiales recomendados hay diversas manifestaciones artísticas literarias, que permiten el desarrollo del pensamiento creativo, entre ellas encontramos: la pintura, la animación, las canciones, los poemas y los cómics. Sobre este particular, es necesario considerar que la multiplicidad de formas en las cuales se presenta una determinada temática favorece la atención de la diversidad en las aulas.

Además, el aula invertida corresponde a una técnica didáctica muy flexible, que puede adaptarse a las diferentes necesidades del entorno educativo. Ante la diversidad de materiales que pueden utilizarse también hay garantía de la accesibilidad de la técnica para desarrollarla en el marco del Diseño Universal de los Aprendizajes. De la misma forma, esa diversidad de materiales permite hacer una selección de recursos que se adapten al escenario tecnológico con el que cuentan las personas estudiantes. De esta manera, encontramos mayor pertinencia y contextualización en el abordaje metodológico que se realiza al desarrollar temáticas de Estudios Sociales.

La evaluación del aula invertida también es un elemento flexible en el contexto educativo, pues busca separarse del concepto de obligatoriedad y desarrollar la autorregulación del estudiantado, mediante la comprensión de la importancia de prepararse académicamente para asumir retos que se le presentan en el espacio áulico. No obstante, también puede valorarse como un proceso, que gradualmente funciona como evaluación formativa, dado que se presenta la valoración de elementos asociados al logro de diversos aprendizajes, propuesta en las actividades de mediación.

Para la aplicación del aula invertida es necesario considerar elementos centrales para su ejecución. En ese sentido, se deberá tomar en cuenta el contexto, los intereses de los educandos, el acceso a herramientas, recursos tecnológicos y el papel que debe cumplir el docente, como promotor de las actividades a ejecutar, en diferentes escenarios. Aunque el tiempo de preparación puede aumentar, también disminuye la carga ejercida por la persona docente cuando se restringirse a espacios expositivos. De esta forma, se favorece el desarrollo de verdaderos espacios de aprendizaje colectivo, donde la propuesta metodológica permita relaciones académicas horizontales.

Es importante recalcar que la discusión teórica del aula invertida no está orientada a disminuir la figura de la persona docente, sino que busca optimizar el espacio disponible y el tiempo, para extraer un mayor provecho del facilitador y su conocimiento, la transposición didáctica y el trabajo individualizado en el aula. Se está ante un escenario, donde la persona estudiante cumple un rol central en el proceso de enseñanza y aprendizaje en un contexto de mayor aprovechamiento del tiempo en el aula.

La enseñanza de los Estudios Sociales tiene, en la actualidad, el reto de promover la formación de personas críticas, analíticas, reflexivas y responsables, que participen, activamente, en la construcción de la sociedad en la que se desenvuelven y es ahí, donde incorporar técnicas de mediación, como el aula invertida, permite aumentar la disponibilidad de tiempo en las aulas, para promover la discusión colaborativa, el análisis y la elaboración de productos creativos, reflexivos y adaptados a los intereses de la población estudiantil. Claro está, es necesario que la persona docente desarrolle recursos y una planificación adecuada de la propuesta pedagógica que pretende llevar a cabo en su espacio de aprendizaje.

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  1. 1 Costarricense. Licenciada en la Enseñanza de los Estudios Sociales y la Educación Cívica por la Universidad de Costa Rica, sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. Docente en el Ministerio de Educación Pública y Programa Institucional de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior de la Universidad de Costa Rica. Investigadora independiente. marisol.gamboa@ucr.ac.cr https://orcid.org/0000-0001-8951-2261

  2. 2 Costarricense. Licenciado en la Enseñanza de los Estudios Sociales y Educación Cívica por la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. Estudiante de la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica. Docente del Programa de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior de la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. andres.solanoporras@ucr.ac.cr https://orcid.org/0009-0004-0846-291X

  3. 3 Costarricense. Máster en Educación Inclusiva e Intercultural de la Universidad Internacional de la Rioja, Logroño, España. Licenciado en la Enseñanza de los Estudios Sociales y Educación Cívica por la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. Licenciado en Derecho por la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. Docente de la Escuela de Formación Docente de la Universidad de Costa Rica (UCR), Sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. Docente del Ministerio de Educación Pública (MEP), San José, Costa Rica. Investigador en la Escuela de Formación Docente de la Universidad de Costa Rica (UCR), sede Rodrigo Facio, San José, Montes de Oca, Costa Rica. wilman.escobar@ucr.ac.cr https://orcid.org/0009-0007-1612-8075

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