Vol 22, N° 44, Julio-Diciembre 2024
ISSN: 1409-3251, EISSN: 2215-5325
Influencia del grado de pendiente y extensión de la propiedad como factores condicionantes para la cobertura de suelo en La Paz, San Ramón, Alajuela, Costa Rica
Influence of the degree of slope and extent of the property as conditioning factors for soil cover in La Paz,
San Ramón, Alajuela, Costa Rica
Influência do grau de inclinação e extensão da propriedade como fatores condicionantes para a cobertura do solo em La Paz, San Ramón, Alajuela, Costa Rica
Luis Felipe Sancho-Jiménez
Instituto Tecnológico de Costa Rica, Costa Rica
https://orcid.org/0000-0001-9743-8890
Liz Brenes-Cambronero
Universidad de Costa Rica, Costa Rica
https://orcid.org/0000-0003-2467-5195
DOI: http://doi.org/10.15359/prne.22-44.2
Fecha de recepción: 16/1/2024 Fecha de aceptación: 06/04/2024 Fecha de publicación: 05/08/2024
RESUMEN
Se realizó un análisis cuantitativo de la pendiente del suelo de 2596,88 hectáreas ubicadas en La Paz, San Ramón, Alajuela, Costa Rica. Para completar el estudio se recolectaron 461 puntos de comprobación de campo, de los cuales se seleccionaron 182. Los datos se verificaron con la información disponible en el Mapa Catastral de San Ramón y la base de datos del Sistema Nacional de Información Territorial [SNIT]. Los resultados se clasificaron según las categorías de pendiente del suelo establecidas por MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214. Los resultados revelaron que 54,85 hectáreas (ha) corresponden a suelo con una pendiente que va desde = 0 % a ≤ 3 %; 105,6 ha se encuentran en terrenos con una pendiente mayor a 3 % y ≤ 8 %; 309,84 ha consisten en tierras con una pendiente mayor a 8 % y ≤ 15 %; 1079,07 ha son terrenos con una pendiente mayor a 15 % y ≤ 30 %; 799,02 ha son suelos con una pendiente que oscila entre > 30 % y ≤ 50 %; 229,39 ha representan tierras con una pendiente mayor a 50 % y ≤ 75 %, y 19,11 ha comprenden terrenos con una pendiente superior a 75 %. En las propiedades de más de 20 ha, con pendiente que supera el 50 % y son terrenos fuertemente ondulados, escarpados o muy escarpados, el 82 % de la extensión total (1097,36 ha) está cubierta por bosque.
Palabras claves: tierra agrícola, conservación ambiental, protección del paisaje, protección forestal, desarrollo rural.
ABSTRACT
A quantitative analysis was conducted on a 2596.88-hectare slope located in La Paz, San Ramón, Alajuela, Costa Rica. To complete the study, 461 field verification points were collected, of which 182 were selected. Data was cross-verified with the information available in the Cadastral Map of San Ramón and the database of the National Territorial Information System [SNIT]. Results were classified according to the soil slope categories established by MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214. The findings revealed that 54.85 hectares correspond to soil with a slope ranging from = 0% to ≤ 3%; 105.6 hectares are located on terrain with a slope greater than 3% and ≤ 8%; 309.84 hectares consist of lands with a slope greater than 8% and ≤ 15%; 1079.07 hectares are terrains with a slope greater than 15% and ≤ 30%; 799.02 hectares are soils with a slope ranging between > 30% and ≤ 50%; 229.39 hectares represent lands with a slope greater than 50% and ≤ 75%; and 19.11 hectares comprise terrains with a slope exceeding 75%. In properties exceeding 20 hectares, with a slope exceeding 50% and characterized as strongly undulating, steep, or very steep terrain, 82% of the total area (1097.36 hectares) is covered by forest.
Keywords: agricultural land, nature conservation, landscape protection, forest conservation, rural extension.
Foi realizada uma análise quantitativa da inclinação do solo de 2596,88 hectares localizados em La Paz, San Ramón, Alajuela, Costa Rica. Para completar o estudo, foram coletados 461 pontos de verificação de campo, dos quais 182 foram selecionados. Os dados foram verificados com as informações disponíveis no Mapa Catastral de San Ramón e no banco de dados do Sistema Nacional de Informação Territorial [SNIT]. Os resultados foram classificados de acordo com as categorias de inclinação do solo estabelecidas por MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214. Os resultados revelaram que 54,85 hectares (ha) correspondem a solo com uma inclinação que varia de = 0 % a ≤ 3 %; 105,6 ha estão em terrenos com uma inclinação maior que 3 % e ≤ 8 %; 309,84 ha consistem em terras com uma inclinação maior que 8 % e ≤ 15 %; 1079,07 ha são terrenos com uma inclinação maior que 15 % e ≤ 30 %; 799,02 ha são solos com uma inclinação que varia entre > 30 % e ≤ 50 %; 229,39 ha representam terras com uma inclinação maior que 50 % e ≤ 75 %, e 19,11 ha compreendem terrenos com uma inclinação superior a 75 %. Nas propriedades com mais de 20 ha, com inclinação superior a 50 % e terrenos fortemente ondulados, escarpados ou muito escarpados, 82 % da extensão total (1097,36 ha) está coberta por floresta.
Palavras-chave: terras agrícolas, conservação ambiental, protecção paisagística, protecção florestal, desenvolvimento rural.
El suelo constituye el fundamento vital que sostiene la vida en el entorno. La distribución de la cobertura en un terreno determina la disposición de los ecosistemas y, posiblemente, contribuye a la fragmentación de hábitats, lo cual afecta los ciclos naturales del clima. La utilización de la tierra y sus recursos define los modelos de ordenamiento territorial, elementos clave en la economía de las distintas regiones (Alarcón, 2006).
A lo largo de la historia, la tierra ha sido vista como una fuente de riqueza, estatus social y poder, pues el poseerla ha impulsado actividades productivas, especialmente la producción de alimentos, y ha sido un factor esencial para la vivienda y el desarrollo comunitario (Mosca, et al., 1984). En las áreas rurales, la tierra se considera una fuente de oportunidades laborales y desarrollo, mientras que en los núcleos urbanos se vuelve un recurso cada vez más escaso (Binns, 2003).
En América Latina, se prevé un cambio en el mercado de la tierra en el que sobresalen dos tendencias: la primera implica la fragmentación agraria y la segunda, la fragmentación de la propiedad en el sector campesino, el cual tiende a concentrarse en propiedades medianas y de grandes proporciones (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], Food and Agriculture Organization of the United Nations [FAO] e Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura [IICA], 2013). Actualmente, en esta región el 32 % de los ingresos provienen de recursos ambientales que proveen los bosques directa o indirectamente (Angelsen et al., 2014). En sí, las comunidades rurales de la región se han desarrollado en torno a la disponibilidad de recursos para construcción, medicina tradicional, alimentos y entretenimiento (García y Cambronero, 2019).
Las actividades antrópicas son fuente de cambios en el uso del suelo y están asociadas a la fragmentación de hábitats, pérdida de biodiversidad, erosión de los suelos, alteraciones en el ciclo del agua, modificaciones en el nivel del agua, disminución en la producción de alimentos y cambios en las dinámicas poblacionales (Olagunju, 2015; De Adelhart et al., 2016; Rosa et al., 2016; Gallardo-Cruz et al., 2019; Patarkalashvili, 2019). Por ejemplo, la deforestación, producto de la expansión de la frontera agrícola, pone en riesgo los bosques tropicales porque altera la generación de servicios ecosistémicos; además, las tierras con vocación forestal han sido destinadas a la ganadería y, en algunos casos, se ha observado una extracción excesiva de madera para obtener leña (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente [PNUMA], 2002).
Cabe señalar que el análisis temporal y espacial del suelo permite comprender los cambios en la cobertura, al proporcionar una comprensión profunda de la dinámica de los ecosistemas (Gonzaga, 2015). Estas variaciones no solo ponen en peligro las características del ecosistema, sino también el desarrollo de las comunidades y la preservación de los modos de vida campesinos. Al respecto, Hernando (2019) y Trujillo (2019) señalan que estas transformaciones pueden favorecer al abandono de las áreas rurales, lo que a su vez influye en procesos como la desagrarización (Camarero et al., 2020).
En este contexto, los Sistemas de Información Geográfica [SIG] son herramientas que permiten cuantificar los cambios en el terreno, por ejemplo, la expansión de la frontera urbanística y agrícolas, así como los aspectos naturales que ayudan a comprender sus efectos sociales, económicos y ambientales, con el fin de ofrecer insumos para el fortalecimiento del ordenamiento territorial (Paegelow et al., 2003; Benítez et al., 2012), el cual se basa en información precisa sobre un área.
De este modo, el estudio del uso del suelo incorpora variables geográficas, socioeconómicas y ambientales que pueden recopilarse, digitalizarse y georreferenciarse para convertirlas en formato ráster (Velázquez et al., 2002); todas estas permiten el análisis y la predicción de escenarios de desarrollo. El territorio rural es dinámico, en él se reflejan los cambios sociales, económicos y ambientales que dejan su huella en el uso de suelo y se perciben en el paisaje. La pendiente es uno de los factores condicionantes para definir esas actividades humanas que se realizan en el suelo, pues limita su capacidad de uso y afecta las labores de cultivo asociadas con el manejo del agua en la tierra (Ministerio de Agricultura [MAG] y Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas [MIRENEM], 1994).
Este estudio marca el cierre de un ciclo de investigación de ocho años en La Paz, en el cual se determinó la cobertura del suelo (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2021). Este estudio se convirtió en un insumo esencial para analizar los resultados en relación con la pendiente del terreno en el área. Además, se relaciona con las expectativas de disposición de la propiedad en La Paz (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2023), aunque no se abordaron en profundidad porque no guardan estrecha relación con el nivel de pendiente del suelo y no eran parte del objetivo inicial del análisis.
Bajo este escenario, la investigación tuvo como objetivo determinar el grado de pendiente del suelo y su relación con la extensión de las propiedades y el uso del suelo en La Paz, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Reserva Biológica Alberto Manuel Brenes [ReBAMB], San Ramón, Alajuela, Costa Rica, para sentar un precedente desde dónde monitorear los posibles cambios que puedan ocurrir en la composición del paisaje. Además, se determinó las zonas de mayor vulnerabilidad ante esos posibles cambios.
El área comprende al caserío de La Paz, en el distrito de Piedades Norte del cantón de San Ramón, Alajuela, Costa Rica. La comunidad recorre 23,72 km2 y es considerada como rural-urbana (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2021) (Figura 1). Es una comunidad de vocación agrícola en donde históricamente destacan cultivos como la caña de azúcar. Además, en años recientes se ha presentado un auge en iniciativas de turismo rural como cabañas, áreas para acampar, casas de alquiler, posadas, senderos en reservas naturales privadas, cabalgatas, caminatas nocturnas y restaurantes que basan su oferta en los atractivos naturales (Moya y Brenes, 2017).
Figura 1
Paisaje del área de estudio en donde se observa la pendiente del terreno y el uso del suelo
Nota. Lens-Fontan, 09 de mayo del 2021.
La Paz se encuentra a 3 km de la ReBAMB (Figura 2), dentro de la zona de amortiguamiento (Guido y Sánchez, 2009). Es una región de importancia hídrica que abastece gran parte del agua potable que se consume en el distrito de Piedades Norte y un sector central del cantón de San Ramón.
Figura 2
Ubicación del área de estudio con respecto a la Reserva Biológica Alberto Manuel Brenes, San Ramón, Alajuela, Costa Rica
Nota. Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero (2021).
El número de propiedades registradas en el área se definió mediante el estudio del mapa catastral de San Ramón y segregar el sector de estudio. Además, se corroboró con datos del Sistema Nacional de Información Territorial [SNIT] para obtener fotografías aéreas (versión 2017), las cuales fueron procesadas mediante el software libre QGIS. La información se confirmó en el campo con 461 puntos de comprobación recopilados entre agosto del 2016 y marzo del 2017. Para la georreferenciación, se utilizó un dispositivo de Posicionamiento Global [GPS] de la marca Garmin, modelo MAP 64. Posteriormente, se seleccionaron 182 puntos como pixeles de referencia (Jensen, 1996) para la creación de un mapa temático, que incluye grado de pendiente del suelo mediante la vectorización de los datos. Las categorías de extensión de la propiedad se determinaron por conveniencia (Blanco y Castro, 2007; Jiménez-Barrera, et al., 2022), estas categorías se describen en la Tabla 1.
Tabla 1
Clasificación de las propiedades según su extensión
Extensión de la propiedad |
Descripción |
<0,25 ha |
Propiedades con una extensión inferior a 2500 m2. |
≥0,26 ha a < 2 ha |
Propiedades cuya extensión es igual o mayor a 2500 m2, pero inferior a 20.000 m2. |
≥2,01 ha a < 10 ha |
Propiedades cuya extensión es igual o mayor a 20.000 m2, pero inferior a 100.000 m2. |
≥10,01 ha a < 20 ha |
Propiedades cuya extensión es igual o mayor a 100.000 m2, pero inferior a 200.000 m2. |
≥20,01 ha |
Propiedades cuya extensión es igual o superior a 200.000 m2. |
Nota. elaboración propia, 2023.
Además, para determinar las categorías de la pendiente del suelo se tomó de referencia a MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214, en el cual se determinan siete categorías detalladas en la Tabla 2. En este punto, cabe señalar que, adicionalmente, se utilizó la escala Likert, en esta se emplean ocho niveles que se complementa con colores para aumentar la sensibilidad sobre el tema (Bisquerra y Pérez, 2015), el uso de esta escala de colores aporta a la discusión posterior que caracteriza las condiciones de esas tierras con respecto al posible cambio de uso de suelo en la región, basado en los factores señalados como la pendiente, su rol en estos cambios y sus implicaciones sobre el paisaje (Bisquerra y Pérez, 2015; Gordillo-Ruiz y Castillo-Santiago, 2017 y Adame et al., 2020).
Tabla 2
Categorías del suelo según el grado de la pendiente
Categoría |
Porcentaje de pendiente |
Capacidad de uso de suelo |
|
I |
Plano o casi plano |
≥ 0 % a ≤ 3 % |
Pocas o ninguna limitación para el desarrollo de actividades agrícolas, pecuarias o forestales, adaptadas ecológicamente a la zona. |
II |
Ligeramente ondulado |
>3 % a ≤ 8 % |
Pocas limitaciones, reducen la posibilidad de elección de actividades o incrementan los costos de producción debido a la necesidad de usar prácticas de manejo y conservación de los suelos. |
III |
Moderadamente ondulado |
> 8 % a ≤ 15 % |
Limitaciones moderadas, que restringen la elección de los cultivos o incrementan los costos de producción. Para desarrollar los cultivos anuales se requiere prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos y agua. |
IV |
Ondulado |
> 15 % a ≤ 30 % |
Fuertes limitaciones, restringen su uso a vegetación semipermanente y permanente. Los cultivos anuales se pueden desarrollar solo en forma ocasional y con prácticas muy intensas de manejo y conservación de suelos y aguas, excepto de climas pluviales, donde este tipo de cultivo no es recomendable. |
V |
Fuertemente ondulado |
> 30 % a ≤ 50 % |
Severas limitaciones para el desarrollo de cultivos anuales, semipermanentes, permanentes o bosque, por lo cual su uso se restringe para pastoreo o manejo de bosque natural. |
VI |
Escarpado |
> 50 % a ≤ 75 % |
Utilizadas para la producción forestal, cultivos permanentes tales como frutales y café, aunque estos últimos requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos y aguas. |
VII |
Fuertemente escarpado |
> 75 % |
Severas limitaciones, solo permite manejo forestal en caso de cobertura boscosa; en aquellos casos en que el uso actual sea diferente al bosque, se procurará la restauración natural. |
VIII |
N∕D |
N∕D |
No reúne las condiciones mínimas para actividades de producción agropecuaria o forestal alguna. Solo tienen utilidad como zonas para la preservación de flora y fauna, protección de áreas de recarga acuífera, reserva genética y belleza escénica. Se consideran en esta categoría acantilados, precipicios, peñones u otras áreas de condiciones similares. |
Nota: elaboración propia (2023) con base en MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214.
En el área, se contabilizaron 3788 propiedades, que en conjunto alcanzan 2596,88 hectáreas. Se clasificó el suelo según el grado de pendiente y, además, se determinó el número de hectáreas para cada categoría descrita en la Tabla 3. El comportamiento de los datos asemeja a una Campana de Gauss (Infante y Zarate de Lara, 2010), pues los resultados del número de propiedades y extensión en hectáreas según categorías se concentra en terrenos con un grado de pendiente intermedia y se presenta menos registros en los costados del gráfico en ambas categorías como se detalla en la Figura 3.
Figura 3
Número de propiedades y hectáreas según la categoría de la pendiente en La Paz, Piedades Norte de San Ramón
Nota: elaboración propia con base en datos del mapa catastral de San Ramón (2023).
Al evaluar el grado de pendiente del terreno en relación con la extensión de la propiedad, se evidenció que las propiedades se basan en la combinación de terrenos con diversos grados de pendiente (Figura 4).
Figura 4
Composición de las propiedades según el grado de pendiente en La Paz, Piedades Norte de San Ramón (2016-2017)
Nota: elaboración propia (2023), con base a MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214, el mapa catastral de San Ramón y SNIT (2017).
Para presentar la ubicación geográfica de los terrenos, se generó un mapa temático en el que se refleja la ubicación de las tierras según el grado de pendiente (Figura 5). Esta representación permite observar los bloques de tierras con alta pendiente (color verde); asimismo, se ubican núcleos de tierras con baja pendiente (color rojo); en este punto cabe señalar que en estas tierras planas se concentra la población que realiza la mayoría de las actividades agrícolas en el país y para esto se requiere de una red de caminos, lo cual es factible gracias a la geografía del terreno (Martínez, 2003, Perry, 2010, Giraldo y Gómez, 2014; Sterzik, 2020, Devia y Piñeros, 2021).
Figura 5
Grado de pendientes en La Paz, Piedades Norte de San Ramón (2016-2017)
Nota: elaboración propia (2021), con base a MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214, mapa catastral de San Ramón y SNIT (2017).
Tabla 3
Composición de las propiedades; por categorías de extensión, según la pendiente del suelo y la cobertura de uso
Extensión de la propiedad según categorías |
Ubicación |
Cobertura |
< 0,25 ha |
Mayoritariamente, estas tierras se ubican en áreas con una pendiente menor al 30 %. |
El 44 % corresponde a la red vial. Además, el 10 % posee cobertura natural distribuida en cobertura forestal (6 %) y red hídrica (4 %). |
≥ 0,25 ha < 2 ha |
Estas propiedades se concentran en áreas con pendiente inferior a 30 %. El 50,91 % (109,75 ha) del área posee una pendiente mayor al 15 %, pero no superan el 30 %. El 19,16 % (41,31 ha) tiene una pendiente entre el 8 % y el 15 %, mientras que el 15,5 % (33,42 ha) supera el 30 %. |
El 31 % (66,99 ha) de las tierras en esta categoría están dedicadas al cultivo de caña de azúcar, el 22 % corresponde a la red vial, el 20 % (43,7 ha) está cubierto por bosques y el 16 % (34,84 ha) se dedica a pastos. |
≥ 2 ha < 10 ha |
Estas propiedades se encuentran en áreas con una pendiente inferior al 30 %. Los terrenos con una pendiente mayor al 50 % representan el 5,71 % (35,44 ha), mientras que aquellos con menos del 8 % de pendiente representan el 7,83 % (48,63 ha). |
El 48,8 % (284,4 ha) de estas tierras está cubierto por bosques, el 20,62 % (122,7 ha) son pastos, el 17,35 % (102,65 ha) está cultivado de caña de azúcar, el 11,44 % (67,7 ha) corresponde a la red de caminos y el 2,35 % (13,95 ha) se refiere a cuerpos de agua. |
≥ 10 ha < 20 ha |
Estas propiedades se sitúan mayormente en terrenos con una pendiente del 15% al 50%, son suelos ondulados o fuertemente ondulados. Por su parte, el 11,07 % (36,36 ha) tiene una pendiente entre el 8 % y el 15 %, y el 10,47 % (34,4 ha) supera el 50 % de pendiente. Una pequeña parte, el 5 % (16,44 ha) presenta una pendiente menor o igual al 8 %. |
El 61 % (201,7 ha) está cubierto por bosques y el 16 % (51,98 ha), por pastos. |
≥ 20 ha |
Estas propiedades abarcan 1341.97 hectáreas. Se caracterizan por ser terrenos con una pendiente superior al 30 %, lo cual los hace fuertemente ondulados, escarpados o muy escarpados. |
De estas, el 82 % (1097.36 ha) está cubierto por bosques. El 6 % (81,62 ha) corresponde a pastos, el 4 % (57,1 ha) a cultivos de caña de azúcar y el 1% (16,34 ha) a cultivos mixtos. Estas propiedades poseen una red de caminos que cubre el 6 % (77,99 ha), mientras que el 0,01 % (0,84 ha) se destina a uso urbano. |
Nota: elaboración propia (2023), con base en datos del mapa catastral de San Ramón y SNIT (2017).
Con el aumento demográfico se incrementa la demanda de los recursos, lo que genera presión creciente sobre el uso de la tierra. Durante el siglo XX, el Estado costarricense compró propiedades de gran extensión para dividirlas en parcelas más pequeñas, las cuales fueron asignadas a personas de bajos recursos para actividades agropecuarias; en respuesta a la presión popular por el acceso a la tierra (Núñez, 2001) para el cultivo agrícola. Sin embargo, esta práctica no incorporó la vocación del suelo según su grado de pendiente, entre otras variables importantes que no fueron consideradas.
En dicha dinámica, las personas enfrentaron barreras socioeconómicas y desafíos ambientales para mantener las áreas de cultivo o expandir sus actividades, por lo que se ha propiciado la regeneración natural de suelos con vocación forestal, especialmente en áreas con fuertes pendientes.
En 2017, Palomeque-de la Cruz et al., identificaron tres tipos de variables que influyen en el cambio de uso de suelo: geográficas, socioeconómicas y ambientales. Estas variables incluyen la pendiente del suelo, la densidad poblacional, la proximidad a áreas urbanas, el turismo y la cercanía a zonas protegidas y cuerpos de agua. Todos estos elementos están presentes en el área de estudio como dinamizadores del cambio de uso de suelo. En el área de estudio, se han destinado 627,38 ha a actividades agrícolas, como caña de azúcar, pastos y cultivos mixtos (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2021). Sin embargo, al considerar la pendiente del suelo y el uso recomendado, 106,34 ha se utilizan para la agricultura en tierras no aptas, lo cual aumenta los costos de producción y conlleva el deterioro del agroecosistema, con efectos a largo plazo. Por ejemplo, en el área, 294,76 ha están dedicadas a pastos (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2021), cabe señalar que, en el caso de América Latina, una de las principales causas de la deforestación se relaciona con la ganadería, que ha reemplazado los cultivos agrícolas (Ramírez y Ruiz-Buitrago, 2020). Aunado a los pastizales, los pequeños agricultores desarrollan actividades como la agricultura mixta, la cual también contribuye a la deforestación (Geist y Lambin, 2002).
Este estudio registró que la cobertura de suelo de uso urbano (0,34 % del área) se concentra en las tierras con pendiente ≤ 3 %; ahora bien, al considerar que en total el 2,11 % (54,85 ha) del área corresponde a la categoría I, es preciso señalar que las hectáreas restantes corresponden a tierras que actualmente poseen cobertura de suelo destinada a otras actividades como la caña de azúcar y los pastos (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2021). Estas son tierras planas interconectadas por una red de caminos que favorecen los cambios en la cobertura del suelo; un fenómeno descrito por autores como Calixto (2019). Asimismo, es preciso considerar que los cambios en el uso del suelo son consecuencia de las interacciones entre las actividades humanas y el medio natural (Berlanga et al., 2010), lo cual se confabula para incrementar el interés en el seguimiento ante los cambios que se puedan presentar producto de la interacción entre las variables descritas como dinamizadoras de los cambios en el uso de suelo.
Al considerar los aspectos señalados por MAG-MIRENEM, 1994, Decreto N.° 23214 sobre el uso de suelo y la relación con la pendiente, en el área de estudio al menos 2126,59 ha deberían estar bajo procesos de restauración natural del bosque, pero de estas solo se registraron 1734,35 de cobertura natural (Sancho-Jiménez y Brenes-Cambronero, 2021), lo cual significa una diferencia de 392,24 ha que actualmente poseen algún tipo de actividad antrópica asociada con pastos, caña de azúcar, cultivos o red de caminos. Autores como Martínez y Donoso (1996) asumen que la propiedad se asigna conforme se determina el equilibrio del mercado del suelo en donde la oferta satisface la demanda que ejerce la expansión de las fronteras agrícola y urbanística, con lo cual se dan cambios en el uso de suelo pues generan impactos al pasar de áreas de bosques y cultivos a áreas urbanas, en asociación con la alta degradación (Camarasa-Belmonte, López y García, 2018).
Bajo este escenario, el análisis de la cobertura de suelo permite estimar los cambios que pueden darse en un territorio (Camacho-Sanabria et al., 2015); por ejemplo, Sugden (2018) y Gallardo-Cruz et al. (2019) han determinado que el cambio de uso de suelo contribuye al cambio climático y al deterioro de los socioecosistemas. Otras investigaciones han determinado que los cambios en los bosques tropicales, al transformarlas en áreas pecuarias, genera pérdida de sumideros de carbono, alteraciones en el ciclo del carbono y del clima global (Von Thaden, et al., 2020, Hurtado-Abril y Lizarazo, 2022).
En un escenario de incertidumbre del desarrollo rural, se incorpora herramientas que ofrecen insumos para la toma de decisiones en la gestión del territorio, por ejemplo, la vocación de uso de suelo, a partir del grado de la pendiente, con este aporte se favorece la interpretación del modelo de desarrollo más apropiado para las condiciones que ofrece un territorio; para luego dar seguimiento a posibles cambios en la cobertura al determinar situaciones de riesgo (Velázquez et al., 2002). El seguimiento de estos factores permite estimar escenarios y, con esto, tomar acciones que permitan prevenir impactos antrópicos asociados con esas variaciones. Más allá del resultado de la investigación, es preciso reconocer la vulnerabilidad del ecosistema bosque a sufrir cambios de uso de suelo, influenciado por variables espaciales como el uso potencial, la estructura y tamaño de la propiedad, la distancia con los caminos, la distancia con las plantaciones, así como las variables ambientales como pendiente, exposición y altitud (Sandoval y Oyarzun, 2004).
La deforestación de los bosques naturales se facilita con la apertura de carreteras con la finalidad de interconectar los distintos núcleos poblacionales (Briceño et al., 2019), una situación que se registró en el área de estudio, pues se estableció una red vial en zonas de baja pendiente, en donde el uso de suelo dejó de estar asociado con el uso de suelo para bosque.
Ahora bien, el comportamiento del paisaje es un termómetro que permite medir los cambios en los patrones observados en el uso y cobertura del suelo con una escala espacial (Zavala et al., 2007). Los datos obtenidos con esta investigación plantean la tarea de generar proyecciones ante posibles escenarios de expansión o retracción de los diferentes usos y cobertura del suelo, los cuales tendrían relación con la deforestación y la resiliencia de los ecosistemas (Soares-Filho et al., 2002; Turner II et al., 2007; Zavala et al., 2007; Camacho-Sanabria et al., 2015 y Delphin et al., 2016).
Además, este estudio ofrece un punto de partida para dar seguimiento a las variaciones del suelo, mediante la evaluación oportuna de los patrones y cambios de uso de suelo, pues son una herramienta que refleja el impacto de las actividades económicas y el modelo de desarrollo en un territorio en relación con sus recursos (Berberoglu y Akin, 2009). Al respecto, distintas investigaciones han señalado la necesidad de monitorear y entender la influencia de los factores asociados a los cambios de uso del suelo, en especial a la deforestación debido a sus implicaciones ambientales y socioeconómicas en el largo plazo (De Sy et al., 2012).
Si bien en cierto, con la investigación se determinó que existe concordancia entre lo planteado en la teoría y el uso y la cobertura del suelo en La Paz, en donde la pendiente del suelo es un factor limitante ante los posibles cambios y transformaciones del paisaje, la cual ha permitido contar con una amplia cobertura de suelo forestal. No obstante, no existe seguridad de que esta condición sirva como barrera ante posibles cambios del suelo en el futuro; por lo tanto, se deben dar mecanismos de seguimiento y monitoreo que permitan visibilizar las variaciones que se puedan presentar antes de que generen una afectación en la biodiversidad y en los servicios ecosistémicos que se generan en esta importante comunidad de la zona de amortiguamiento de la Reserva Biológica Alberto Manuel Brenes [ReBAMB] ubicada en La Paz de San Ramón, Alajuela, Costa Rica.
Este trabajo representa un punto de partida para investigaciones posteriores, con el fin de que sigan la evolución del uso del suelo en esta área específica de la Reserva Biológica Alberto Manuel Brenes y su zona de influencia. En esta investigación se determinó que las propiedades con menor extensión se encuentran en áreas con pendientes menores al 30 %. Además, se generó información que contribuye a entender el rol de la pendiente del suelo y la extensión de la propiedad como variables a considerar en los procesos de manejo y conservación del bosque, y, en sí, de la biodiversidad que se resguarda en este ecosistema.
A su vez, se determinó que existe una importante cobertura forestal del 46% (284,4 ha) en las propiedades con extensión de 2 a 10 hectáreas; asimismo, en propiedades con un rango de extensión de 10 a 20 hectáreas el 61 % (201,7 ha) de su superficie mantiene el bosque y se ubican en terrenos con pendientes que van del 15 % al 50 %. Las propiedades con una pendiente superior a 50 % se caracterizan por ser terrenos fuertemente ondulados, escarpados o muy escarpados, los cuales en conjunto representan el 82 % (1097,36 ha) de la extensión total de cobertura de bosque y se ubican en las propiedades de más de 20 hectáreas.
En La Paz destaca la diversidad de pendientes del suelo, desde terrenos planos hasta muy inclinados, cada uno con implicaciones significativas para su uso y los desafíos asociados a su manejo y conservación. Con esta investigación se evidencia que existe una conexión entre las pendientes y la cobertura del suelo, y a su vez proporciona una visión integral de cómo interactúa la topografía y la actividad humana en la zona para ampliar la comprensión del paisaje en La Paz y sienta las bases para futuras políticas que busquen equilibrar el desarrollo poner en riesgo la conservación de la biodiversidad.
NOTA: agradecemos al Sistema de Estudios de Posgrado [SEP] de la Universidad de Costa Rica [UCR] por financiar parte de la investigación, a la Red de MACROUNIVERSIDADES de América Latina y el Caribe por la Beca Movilidad en el Posgrado 2016, al Sistema Nacional de Áreas de Conservación [SINAC], a la Municipalidad de San Ramón, a las personas funcionarias del Equipo Básico de Atención Integral en Salud [EBAIS] Los Trapiches de Piedades Norte, por brindar la información solicitada referente al área de estudio, a las Asociaciones de Desarrollo de La Paz y Calle Arias y a las personas de La Paz por ser parte de esta investigación.
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