REPERTORIO AMERICANO |
ISSN-0252-8479 Segunda Nueva Época, N.° 27, Enero-diciembre 2017 Páginas de la 173 a la 188 del documento impreso Sitio Web: http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/repertorio/index Doi: 10.15359/ra.1-27.14 |
Taller de Escritores 20161
SILENCIO
Miré los cerros sobre mi lecho
vi un brote de luz que asomó
entre los árboles y me acordé de ti
recordé tu mirada y pensando que llorabas
quise que me hablaras pero tú callaste.
Quise leer en tus ojos
lo que no pudiste decirme lo que no podrás expresarme
y que yo lograré entender
sin embargo así te fuiste
y la tristeza me agobió.
No mates mis ilusiones
no dejes que yo me vaya
así como aferrada a tu silencio
aférrate junto a mi almohada
que allí te daré mis besos
y saciaré en ti mis ansias.
Recuerda que estoy soñando
y adivinando que vayas
allí donde yo te sueño
y donde tú no llegabas.
Pero hoy estoy tan cerca y aún tú callas
será que también me anhelas pero no me dices nada
soy yo aquel cobarde que se conforma con tu mirada
no te vayas no hoy no te vayas me conformo con mirarte
y soñar que tú me amas.
David Mena Ahumada
Poeta de Huechuraba
HUECHURABA MI COMUNA
¿Dónde estabas Huechuraba
cuando recién te conocí
junto a mi ser amado que en años añoraba?
Estaba muy cerca de ti
siempre, siempre
y no me daba cuenta
de que no estabas ausente.
Y… un día quise saber
de mi hermosa comuna
un poco desolada
pero así como ella
no hay ninguna.
Estoy relatando tu historia
en este hermoso lugar
naciendo, creciendo
y formando parte de nuestro hogar
A ti te escribo querida
versos inspirados en mis penas y alegrías.
Formaste parte de mi vida
pasando tristezas desoladas.
Ahora estás bella y hermosa
como el pétalo de una rosa
de aquellos que un día sin saber
descubrieron cosas maravillosas.
Gloria Freire
Taller Literario EPAH
TU SER…TENEMOS TANTAS COSAS EN COMÚN
Eres el rey de las alturas, sobrevuelas cumbres de inmensas alturas con sus cabezas blancas porque los años son remotos.
Yo un ser que a pesar de mi larga vida, nunca he sido envidioso, siento un poco al verte tan parecido a mí.
Te veo con tu color negro, resaltando en la inmensidad del espacio azul de un maravilloso universo.
Tu cresta roja como representando el sol el cual solamente te entibia, porque a esa altura no calienta.
Al igual que yo soy un ser de soledad, cuando estoy solo puedo observar todo, ver con más tranquilidad el prodigioso milagro de la naturaleza, la fuerza mágica de su grandeza.
Cuando acaricias abanicando el majestuoso viento produciendo una música celestial vuelas libremente, para recorrer grandes distancias mirando distintos parajes, arroyos, ríos, lagunas, lagos, quebradas, que yo como un humilde montañero, debo recorrer durante días con esfuerzo y sacrificio por lo que siempre me sentí recompensado.
Admiro la fuerza de tus poderosas alas, grandes, imponentes como también la vitalidad y enérgicas patas depredadoras.
Tu imponente figura que me hace sentirme pequeño, pero mi pecho se hincha de dignidad al verte tan cerca quizás invadiendo tu espacio territorial.
Pedro Villegas Reyes
Escritor de Huechuraba y Poetas del Mundo
EL PASTEL
En la casa las cosas no estaban tan bien económicamente. Mi madre Rosario al parecer no recordaba que ese día mi hermano Francisco estaba de cumpleaños, cumplía ya seis años, yo Marco, como el hermano mayor, tenía que hacer algo. Fui al almacén de la esquina a conversar con don Juan, dueño del negocio, le tengo un problema, resulta que mi hermano menor está de cumpleaños y ahora no tengo dinero, Usted me puede vender algunos pasteles, yo se los pagaré cuando me paguen por los trabajos que he realizado. Su esposa llamada Mercedes, la cual estaba presente dice: Yo creo Juan que lo que solicita Marco es muy noble de su parte por lo tanto te vamos a regalar los pasteles para tu hermano.
Cuando llegó mi padre Arturo a la casa después del trabajo todos disfrutamos de ellos ya que eran ricos pasteles, con chocolate, crema y lúcuma.
Pedro Villegas Reyes
Escritor de Huechuraba y Poetas del Mundo
LA EXPEDICIÓN
Esperamos toda la semana y por fin llegó el día sábado, mis hermanas y yo iríamos a buscar moras, improvisando recipientes llevamos un viejo tarro de leche más algunas bolsas, mi hermano Antonio el mayor, era quien dirigía la expedición. Era el más alto, fuerte y decidido, vestía de manera ligera pero a pesar del calor no se quitaba su sombrero de piel conejo que mamá había hecho para él. Yoyo el que seguía era el más temeroso, lo que le preocupaba era que volviéramos antes que nos echaran de menos.
El pequeño Aníbal y yo queríamos partir pronto a recolectar las moras más sabrosas que encontráramos y dárselas a mamá para que nos cocinara un rico pastel. Era una soleada tarde de verano, todos vestidos igual como le gustaba al papá.
Subimos al cerro en fila india con Antonio a la cabeza, avanzamos entre pinos de boldos y espinos haciéndole el quiete a las matas de litre, para no hacernos daño entre escupetazos y garabatos. A poco andar entramos a la quebrada, Aníbal dio un tropezón, me apuré para ayudarlo pero también caí, Antonio y Yoyo solo reían mientras que Aníbal no paraba de llorar, lo tranquilicé indicándole que más allá de la arena y el canal alcanzaba a ver las moras más maduras del lugar.
Comimos los cuatro y tratando de no espinarnos lo cual se nos hacía imposible, logramos coger algunos frutos, los bracitos pequeños de mi hermano menor hacían lo imposible por coger alguna moras, como no podía hacerlo igual que nosotros decidido se encaramó en el tarro que llevábamos y que continuaba vacío y en un dos por tres cayó entre las moras, ninguno de nosotros reímos sólo atinamos a sacarlo de allí… el pobre quedó todo machucado y otra vez el llanto, pero ahora no callaba, nos mirábamos los tres y Yoyo avanzando llenó su boca de moras que él había sacado. Agarramos lo poco que teníamos y volvimos a casa decepcionados, sólo Aníbal reía con su boca pintarrajeada de moras.
Fabiola Figueroa
Taller literario EPAH
EL PASEO
Qué felices se veían los niños en el andén, llegó la hora de vacaciones, ese viaje inolvidable, los niños se fueron a jugar al fondo del salón mientras los padres admiran la belleza del sur, cómo olvidar al vendedor de tortillas o a la señora que gritaba los copihues, los niños decían mamá tengo hambre, entonces la mamá sacaba los huevos duros o el trozo de pollo, para merendar ya que el viaje sería largo, toda una tarde, qué lindo salir en familia y siempre ante una imprevista anécdota.
Una vez en casa todos reunidos en familia junto al hijo y hermano mayor, una tarde de compartir, el abuelo se mantuvo largo tiempo en la piscina temperada, una vez que sale de ella se alista para ir a la frontera con Argentina lo encontraron unos veraneantes y lo trajeron de vuelta a las termas donde estaba el resto de la familia, se alegraron al ver que él estaba bien acompañado y regresó sin problemas. También el paseo al campo motivó a la familia a visitar a un primo el cual sale a encontrarlos con alegría y para celebrar el encuentro ofrece al aire libre un abundante y rico asado…
Ana Saavedra Ponce
Poetas del mundo y Huechuraba
Taller Literario EPAH
PABLO Y SU PERRITO
Había una vez un niño llamado pablo, él se encantó con un perro de la calle, decidió llevarlo a su casa, llegó muy contento. Le puso de nombre Pebe, le enseñó muchas cosas en su nuevo hogar, el perrito Pebe en realidad era un cachorro muy travieso que alegraba el hogar en especial al niño. Pebe se acostumbró rápidamente, tenía techo, comida, un gran patio para correr y jugar, una casucha que consistía en una gran caja de cartón y lo más importante el cariño y cuidado de Pablo. Él le compró una cadena para sacarlo a pasear. Él, como niño responsable, le pidió a su madre que lo llevara a la veterinaria para que tuviera sus vacunas y creciera sano y juguetón. A Pebe le encantaba jugar con el agua entonces Pablo lo baña, el perrito chapoteaba en el agua, Pablo lo seca y lo lleva a dormir y colorín colorado… este cuento se ha terminado.
Lesly Herrera Labra
Poeta de Huechuraba
EL PUENTE DE NEBULANDIA
Anastasia la niña que vive en un bello campo, en las noches se llena de luces por la cantidad de estrellas que ve, también constelaciones y una gran estrella que la sigue para todos lados, alumbrando su caminar.
Su pensar y tristeza es por su amor que fue convertido por unos brujos en un oso, sabe que tiene cura, pero debe cruzar un puente que está pero no está. Este puente se encuentra entre las nubes, pero no son las típicas, la forma es de llaves musicales, para poder hallarlas debe subir al cerro y continuar hasta un valle donde las flores crecen mirando hacia el noroeste. Ellas apuntan y señalan adonde debe continuar Anastasia, las hojas al ser frotadas por el viento tocan una armoniosa melodía que al llegar al oído llena de energía, las nubes solo se ven de día, ya de noche se desaparecen.
Por eso la niña como sabía qué hacer, comenzó a realizar la travesía, subió al cerro y avanzando a paso firme luego de algunas horas se encontró con el valle de las flores, el ruido hermoso de las hojas frotadas por el viento que le dio nuevas energías para seguir el viaje, ese viaje que le traería nuevos amigos y nuevas aventuras.
Al llegar muy cercano al puente, por cada paso que daba se alejaba más, era extraña la sensación, entonces Anastasia dio un sobresalto, al ver a su lado un enorme saltamontes, mas su asombro fue que le habló, diciéndole que no se sintiera asustada, pues con él llegará a tiempo, pero la niña seguía con miedo. El alado amigo para calmarla aleteó sus alas, ella se calmó y sintió una confianza enorme. El chapulín que sabía que su aleteo era mágico le pidió que se subiera a lo que Anastasia accedió sin reparo, luego de un salto con sus patas muy alto abre sus alas y el vuelo es automático, así sin tardanzas la chica llega a las nueve nubes en forma de llaves musicales. La felicidad de Anastasia se notaba en su rostro, el alado se despidió y desapareció sin más.
Al caminar la primera nube ella reconoció cuál nota era, al seguir la segunda nube, la segunda nota y así hasta la séptima nube, la sorpresa para ella al ver que eran las notas musicales do-re-mi-fa-sol-la- con ellas debe sacar una melodía con esa melodía cumplirá el sueño de sacar el embrujo a su amado, para liberarlo debe entonar una canción que no sabe cuál es… la gran estrella que la acompaña y la protege envía un destello que la envuelve con esa luz brillante de hermosos colores, al crear una melodía sublime que llegará al oso envolviéndolo en un suave brillo de aurora boreal unido al amor de Anastasia se convierte nuevamente en un hombre. La chica debe bajar para encontrarse con su amor.
Entonces aparece nuevamente el saltamontes lleno de felicidad por lo acontecido, le pide a Anastasia que suba y emprende el vuelo… al llegar al lugar donde se encontraba el oso, ahora había vuelto ese hombre que tanto ama y amará por siempre.
Mauricio Ortega Solís
Escritor de Huechuraba
CANTIDAD DE ENTREGA
Cuánto se puede hacer, para enseñar y comunicar la verdad. Si quien recibe lo entregado no la toma en consideración.
Cuánto se puede entregar para aclarar las situaciones de la vida si quien la recibe tiene reparos, porque se encuentra en libre acción.
Cuánto se debe comunicar y expresar para decir
qué es lo mejor de nuestra existencia
si lo dicho queda en el aire absoluto.
A pesar de como reaccionamos en lo que nos dicen, igual debemos
poner atención a quienes nos ayudan a aprender
para ser mejores en nuestra espiritualidad y convivencia.
Mauricio Ortega Solís
Escritor de Huechuraba
EL JARRÓN MÁGICO
Una vez más fui a la azotea como era mi costumbre en día sábado para deleitarme con admirar el amanecer, allí en una esquina sobre el porta-macetero de fierro forjado sin color más bien aroma a óxido por los años conservado de generación en generación, aun así con la silueta imponente de un jarrón color turquesa mediante la mirada somnolienta de mis pupilas, fijo la atención por definir el color porque ya no es el mismo, cambia a verde musgo.
¡Qué raro! Mientras lo contemplaba más detalles le encontraba, de verde musgo cambió a tornasol, de tornasol a color amarillo, decidí acercarme al jarrón y descubrí que le adornaban dos asas suaves platinadas que permitían hacer juego con los tonos que las niñas de mis ojos dibujaban. Lentamente lo cogí entre mis suaves manos para mirar en su interior, se escucha una música suave desde adentro, acerco su boca ancha al oído y cuán grande fue la sorpresa al descubrir en el fondo muy profundo a una niña con un vestido rosa más una cinta ancha de encaje en la cintura.
Calcetines blancos con bordados en hilos de seda púrpura que la sostenían, unos zapatos de charol negro y su cabeza la coronaba un gran cintillo blanco con estrellas doradas. La niña tenía su cabellera larga hasta la cintura y la chasquilla remolinada color negro azabache. El arremolinado rostro de la niña demostraba un semblante alegre, sus ojos verdes realzan la inquietante mirada. Ella jugaba con brincos abrazada de una muñeca de trapo, con piernas largas, pelo de lana y ojos bordados con hilo sencillo.
La curiosidad permite fijar más la mirada en el interior del jarrón, la niña descubre que la observo, al acentuar sus ojos hacia arriba nuestras miradas se cruzaron… sentí una gran comunión con ella y una corriente intensa en mi piel, repentinamente por unos segundos siento que ella está fuera del jarrón en la azotea sosteniendo con fuerza ya que en su interior estaba yo la adulta, con una flor de maravilla entre mis manos… nos comunicamos sin hablar de tal forma que me di cuenta de que ambas éramos una sola persona, repentinamente despierto recostada en la hamaca, con las manos hacia el cielo, abro bien abiertos mis ojos, el jarrón estaba en el mismo lugar, su color era ocre, la música se desvaneció en el espacio y entonces descubrí que la magia del jarrón fue solo un sueño.
Gladys Soledad Zapata Rodríguez
Escritora de Huechuraba y Poetas del Mundo
EL JARRÓN EGIPCIO
Viajando en el tiempo donde uno puede organizar el viaje debido a que en mi juventud quise visitar un museo de antigüedades con tantas cosas maravillosas de todos los países del mundo, exuberantes reliquias talladas en oro y plata, me hice un descanso en una escalera toda de mármol que me llevaba al subterráneo de este enorme museo al llegar al último peldaño vi con asombro un enorme jarrón egipcio con detalles tan hermosos de la época de las pirámides donde existían jarrones, reinas, faraones, príncipes y la imaginación me llevó tan rápido como el pensamiento al extremo de sentirme y palparme en mi cuerpo vestiduras del tiempo de los egipcios, al mirar ese jarrón tan hermoso que parecía mágico me envolvía con tanta alegría que sentí ganas de bailar como las bailarinas en los salones del rey con velos y vestidos de seda, joyas en mis manos y pies, en mi cabeza una corona de reina y un suave velo que cubría mi cara.
Miré otra vez el jarrón y desperté a la realidad, estaba frente a él y pude ver la magia que despertó en mi mente y mis sentidos, solo era la magia en mis sentidos de la imaginación humana y terrenal. La historia es mi propio sueño que quedó en la magia de mi mente como un cuento que dice… tu sueño continuará…
Juana Muñoz Arteaga
Escritora de Huechuraba
LA ESPERA DE UN AMOR
Dulce niña de mis ojos quiero hablarte y mirarme que tus ojos quemen la retina de mi iris.
Quiero enseñarte el universo que hay dentro de mi ser, si solo verte enciende la fuerza de mi cuerpo, el ardor de un fuego abrasador, siento tus labios en los míos como los anillos de fuego del poderoso sol.
Así sostengo en mi mano la pluma con la que escribo en la esquela rosada perfumada, te expreso el cantar de mis sentidos bella joven te digo por escrito lo que siente este humilde corazón. Ansío verte pronto para tomar tus manos suaves como pétalo de flor.
Han pasado tantas primaveras y tú tan lejos de mi vida, nos separan lluvias, vientos y tormentas.
Cuándo volverás amada mía te espero ansioso en la fría estación, miro cuando parte el tren de la esperanza, miro cuando llega el tren de la ilusión. Te veo viajar con tu vestido azul, en tus cabellos una cinta rosa, quiero verte mi niña hermosa, abrazarte, oler tu perfume que sale de tu cuello, embriágame de tu risa porque he de sufrir esto que duele tanto y tus encantos me enloquecen.
Tengo en mis manos el anillo que pondré en tu dedo, la alianza de mi amor eterno te seguiré esperando en el próximo tren no importa cuánto tiempo así me quede sin aliento, querida vuelve pronto para tenerte conmigo siempre y entregarte las estrellas y todas las flores que hay en el universo.
Me quedo quieto en ti pronto veo venir a una doncella vestida de azul celeste envuelta en velo de tul, sonriendo suavemente, abriendo sus brazos, trayéndome besos que hacen que mi cuerpo tiemble con pasión.
Ya te tengo conmigo, abrázame fuerte, unamos nuestros cuerpos en un solo beso que nos transporte al cielo tan cerquita de Dios.
Tomo tu cintura y cojo tu mano, te miro a los ojos, te digo te amo, abro el pequeño cofre, saco el anillo y lo pongo en tu dedo, con mi voz entrecortada te pido ser mi esposa, me abrazas, te abrazo, me besas y nos vamos juntos por aquel camino con espejos de agua, con flores y aromas, ya eres mía, ya te tengo, que Dios nos bendiga, querida, el mundo es nuestro.
Juana Muñoz Arteaga
Escritora de Huechuraba
EL TUE-TUE O CHONCHÓN
Me contaba mi abuelita
Rosita Amelia se llamaba
Era muy picarona mi abuelita
Pues tenía ya 90 años la condenada.
Me decía que al Tue-Tue le temía
Pues en los campos se aparecía
Era un pájaro brujo al que temía
A los pobres enfermos e incautos asustaría.
Pues era negro y feo el condenado
Decían las malas lenguas que pactó con el diablo
Lamentablemente el enfermo agónico estaba marcado
Sus ojos negros en la obscuridad brillaban y todos le temían
El pájaro brujo se posaba en la cima de los árboles marcados
Por la fría muerte que anunciaba
Y con su Tue-Tue, grito espantoso todos gritaban y huían
Ella, mi abuela me decía, que se llevaba el alma
Del que agónico en la cama amanecía
Pasaba toda la noche arriba del árbol
Junto a la casa pernoctaría.
Y una vez muerta aquella persona
Ya del lugar se retiraría
Pues solo buscaba a aquella alma perdida
Y a todos los parientes del difunto asustaría.
Después el malvado brujo
Su hechizo terminaría
Pues volviendo a su casa de brujo
Su cuerpo recuperaría.
Dicen las malas lenguas, acerca del Tue-Tue
Que su cabeza se vuelve pájaro al revés
Y patas y alas negras le saldrían, al malvado Tue-Tue.
Pero ver para creer dice mi abuelita.
Esta leyenda no tiene fin
Pues el Tue-Tue es un poderoso brujo
Que tiene pacto con el malandrín
Y jamás descansa de hacer el mal, como artilugio
Pues su esencia es ser un brujo, Tue-Tue o Chochón es lo mismo
Que deja el cuerpo en su casa y sale a volar la cabeza
Pues su esencia es ser un brujo Tue-Tue o Chochón en las noches
Sin fin de nuestras tierras llamadas Sur.
Sale a volar las noches de los brujos
Los martes y jueves por las noches de luna llena
Y gritar Tue-Tue, como escuchaba mi abuelita
Y asistir a los aquelarres los martes y jueves de luna llena
A adorar al malandrín, así me contaba mi abuelita.
Rosemarie Castro Jara
Taller de Escritores de Huechuraba
NO TE DISTE CUENTA DE QUE TE DIJE ADIÓS
No te diste cuenta hijo mío de que te dije adiós, ese día en el cementerio general cuando íbamos siguiendo tu pequeño ataúd blanco, la pena nos inundaba, parecía que mi pena de madre nunca se acabaría.
Aquella pena que transmití a mis cuatro hijos… Ulises el menor de 5 años, Samuel de 9 años, Francisca de 14 años y Néstor de 18 años y tu padre e improvisados acompañantes, en un día de mucho frío.
Fue un día lamentablemente triste para mí, pues momentos antes tuve tu pequeño cuerpo en mis manos, tu pequeña espaldita, cabía en la palma de mi mano, tus ojos cerrados sin mirarme permanecían durmiendo el sueño eterno y a la vez observaba tus tiernas manos pequeñas. Tu cuerpecito desnudo así como naciste de mi cuerpo de madre irradiaba una dulzura, todo su ser, tus piernecitas y tus diminutos pies.
Pero fue tanta mi pena que no podía vestirte, además, tu cuerpo era tan pequeñito y frágil que parecía se iba a desarmar, ¿por qué? No te pude vestir no fui capaz, fue porque me inundaba la tristeza, no paraba de llorar, solo te dejé nuevamente encima de tu pequeña ropita color Calipso la cual estaba adentro de tu camita ataúd, que fue tu cama por toda la eternidad donde reposan los huesitos de tu pequeño cuerpo de bebé, que ahora deben estar hechos polvo, totalmente desintegrados. Te puse gorrito y te cubrí con el resto de tu ropita. Solo se veía tu pequeña carita durmiendo y cerraron el sarcófago y lo sellaron para siempre.
Te recé un Padre Nuestro y un Dios te Salve María, pidiéndole al señor Jesucristo la conformidad de aquella gran pena y que te llevara al cielo con él. Corrían las lágrimas por mi rostro, parecía que nunca iban a dejar de caer y que la pena profunda en mi corazón y en mi alma de madre no acabarían.
Antes de sepultarte en la tierra santa te miramos yo y mis hijos por última vez a través del vidrio del ataúd y te dijimos adiós.
El señor Jesús te quiso llevar, pues eras para él un angelito para el cielo y te necesitaba allá junto a él, pero ahora sé que cuando yo muera me estarás esperando en ese viaje que haremos juntos hacia la eternidad donde tú ya estás.
Un día en mi casa después de tu muerte física tuve mucha pena, seguía llorando mucho y un día en mi cama estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí cerca de mí una vocecita tierna, suave y angelical…me dijiste…mamá, ahí supe que estabas vivo, me refiero a tu alma y me hiciste saber que siempre estarías junto a mí, acompañándome y cuidándome. Desde ese día que me dijiste mamá no tuve más tanta tristeza en mi corazón y me quedé viviendo tranquila, pues sé que te viniste a despedir de mí, para que yo no tuviera no sintiera más tristeza y pena en mi corazón. Y te fuiste al cielo, donde están los angelitos junto a Jesús.
Si hubieras estado físicamente a mi lado ya tendrías nueve años, pues naciste muerto el mismo día del año 2007.
¡Gracias! Querido hijo Simón Oliver Romualdo que me viniste a decir adiós con esa linda y maravillosa palabra que significa tanto para mí y es ¡Mamá!
Rosemarie Castro Jara
Taller de Escritores de Huechuraba
1 Biblioteca Municipal, Municipalidad de Huechuraba, Chile: “Donde Nace la Greda”.
Universidad Nacional. Facultad de Filosofía y Letras Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA) Campus Omar Dengo, Heredia, Costa Rica |