R E P E R T O R I O | A M E R I C A N O | |
Segunda nueva época N.° 30, Enero-Diciembre, 2020 | ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143 | |
RESEÑA DE LIBRO
Marlene Ramos Rojas (Costa Rica): Los yeris y la dinastía twed (San José: PROMESA, 2011)
Leer una novela como esta es adentrarse en un mundo mítico del cual es difícil salir hasta no recorrer todas sus páginas. Esta es la saga de los tweds y los yeris, pueblos heroicos hermandados ancestralmente, que enfrentan grandes batallas contra los tunas, en todos los espacios y de todas las formas imaginables, por recuperar el arcori, talismán sagrado de Corhial. Con este proyecto de rescate del elemento mágico se inicia la narración.
Una familia yeri, los Nagón, llevan a cabo la mayor parte de la ingente empresa, y es la joven guerrera Yérrica la protagonista y el hilo conductor de esta epopeya.
Yérrica Nagón, valerosa mujer, es la figura mejor delineada y construida de esta interesante novela. Su temple, su coraje y su inteligencia la convierten en un personaje mítico, al igual que aquellos con quienes se entrecruza en su camino. Ella, sin perder su esencia femenina, su dulzura y su compromiso como nieta, hija y hermana de héroes legendarios de su pueblo, logra concentrar la atención del lector en su destino, a través de toda la novela. Además, es la historia de su amor la que, de algún modo, conforma y da fin a la narración.
Los espacios en los que se llevan a cabo las cruentas batallas, las misteriosas expediciones a lugares fabulosos y los ratos de vivencia familiar son espacios míticos que recuerdan aquellos sitios fantásticos de las novelas medievales, llenos de misterio, magia y ensueño.
Las culturas retratadas en la obra son universales. Sufren los mismos males y cometen los mismos errores que cualquier pueblo de cualquier parte del mundo, en cualquier momento de la historia. Padecen de vicios y defectos; de estos últimos, es la envidia la que dispara la acción principal de esta epopeya.
En este mundo mítico y lleno de tabúes, donde todo es posible, se mantienen inalterables las virtudes humanas fundamentales: la lealtad, el trabajo, la sinceridad, la honradez, la generosidad, la templanza y el espíritu solidario. Son precisamente esas virtudes las que sostienen y le dan realce a la acción novelesca. Cualquier lector, pero en particular el joven, a quien sin duda encantará este relato fantástico, percibirá esas virtudes como ejes fundamentales de la vida. Sin ellas, no hubiera valido la pena tantas luchas, tantas renuncias, ni tantos encuentros y desencuentros dolorosos.
Un aspecto particularmente interesante de la novela es el concepto trascendental del alma. Los personajes de esta saga creen en ello, lo que les brinda una manera diferente de enfrentar la vida y el fin de la existencia física. Sin embargo, transgredir esas virtudes esenciales puede provocar la muerte definitiva. Solo las virtudes salvan al ser humano y lo eternizan.
Hay que destacar la habilidad narrativa de la autora de esta obra. Es admirable su gran capacidad imaginativa, su exquisito empleo del lenguaje y la impecable descripción de los pasajes bélicos y de las escenas familiares e íntimas de los personajes, retratados con delicada prolijidad, lo que permite al lector vivir con intensidad la historia narrada. De esta manera, la autora presenta un impulso renovador de la literatura mítica clásica.
Por lo tanto, es muy loable la propuesta narrativa de Ramos, quien ofrece con esta novela el rescate de la lectura de las grandes obras clásicas ya olvidadas, sustituidas por el mundo de la imagen que empobrece y aniquila la imaginación del espectador. Es en esas obras clásicas donde encontramos la esencia de nuestro ser; por eso, compartimos plenamente con el narrador cuando al final dice: “Así de rápido olvidamos -y hasta banalizamos- los hombres y las mujeres de hoy, el ilustre tesoro del pasado que nos legaron nuestros ancestros y que, en definitiva, nos hizo ser quienes somos…”.
Vínyela Devandas Brenes
Asociación para el Desarrollo
Educativo y Cultural
Costa Rica
Doi: 10.15359/ra.1-30.33