R E P E R T O R I O | A M E R I C A N O | |
Segunda nueva época N.° Especial, 2020 | ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143 | |
El centenario de José Martí en Repertorio Americano
The centenary of José Martí in Repertorio Americano
Mauricio Núñez Rodríguez
Centro de Estudios Martianos
La Habana, Cuba
Resumen
En este ensayo se analiza el papel de la revista Repertorio Americano durante sus 39 años de vida, a la par de otras destacadas revistas latinoamericanas (Orígenes, Sur, Contemporáneos). Destaca la singularidad de Repertorio Americano debido a que estuvo bajo la responsabilidad de una sola persona, su editor Joaquín García Monge. Se analiza la importancia de José Martí en Costa Rica y el homenaje de la revista a los cien años de su muerte, así como la presencia de otros destacados intelectuales latinoamericanos.
Palabras claves: revistas culturales, José Martí y Costa Rica, García Monge editor, intelectualidad latinoamericana
Abstract
This essay analyzes the role of Repertorio Americano during its 39 years of life along with other leading Latin American journals. The uniqueness of Repertorio Americano stands out for being a magazine in the hands of a single person: Joaquín García Monge. The importance of José Martí in Costa Rica is also analyzed, as well as the tribute of Repertorio Americano in the 50 years since his death, and the presence of other great Latin American intellectuals.
Keywords: cultural journals, José Martí and Costa Rica, García Monge editor, Latin American intellectuals
El Grupo Orígenes ha sido considerado por la crítica como uno de los momentos más significativos de la cultura cubana. La revista de igual nombre constituyó el portavoz estético de un núcleo de creadores integrado, no solo por poetas y narradores, sino también por traductores, músicos, compositores y artistas plásticos, que han devenido figuras imprescindibles en la historia nacional en cada una de sus manifestaciones. Los especialistas, al analizar la tradición de revistas literarias en Hispanoamérica, siempre sitúan a Orígenes como una de las mejores de habla hispana de su tiempo (1944-1956), solo comparada con Sur, en Argentina o Contemporáneos, en México; publicaciones alrededor de las cuales también se unificaron personalidades afines que, posteriormente, se convirtieron en figuras cimeras de las letras argentinas y mexicanas.
Sur, Contemporáneos y Orígenes emergen desde zonas geográficas consideradas por la crítica como las tres más importantes en el continente desde el punto de vista cultural en la primera mitad del siglo XX: México, Argentina y Cuba. Espacios donde existía un desarrollo notable de numerosas de sus expresiones artísticas legitimadas a escala latinoamericana.
Estas revistas estaban integradas por varios creadores que cumplían las diferentes funciones editoriales. Baste mencionar en el caso de Orígenes a sus dos artífices esenciales: el escritor José Lezama Lima y a José Rodríguez Feo: el primero, con un poder de convocatoria notable entre parte de la intelectualidad cubana de ese momento por su sabiduría enciclopédica, sus auténticos dotes como poeta y la experiencia de varios empeños editoriales; el segundo, por la sustantiva labor como editor, traductor y mecenas del proyecto, además de sus múltiples vínculos con escritores foráneos y su gran conocimiento de la literatura inglesa y norteamericana por sus estudios en la Universidad de Harvard en los Estados Unidos. A ellos se sumó el registro de Eliseo Diego, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Octavio Smith, Lorenzo García Vega, Gastón Baquero, el padre Gaztelu o la cienfueguera Cleva Solís; los artistas plásticos René Portocarrero, Amelia Peláez, Wilfredo Lam, Marcelo Pogolotti, y los músicos y compositores Julián Orbón, José Ardevol, es decir, un prisma de autores que independientemente de la suerte que el destino les deparó, continúan siendo genuinos representantes de la cultura cubana.
Contemporáneos, por su parte, estaba formada, fundamentalmente por poetas, pero también narradores, dramaturgos, críticos, periodistas que derivaron con los años en exponentes representativos de la cultura mexicana: Carlos Pellicer, José Gorostiza, Javier Villaurrutia, Salvador Novo, Jaime Torres Bodet, por ejemplo. La mayoría de ellos proceden del sureste de México, una región pródiga en la creación poética. La revista tuvo un consejo editorial desde sus primeros números y mientras duró desde el año 1928 al 1931. Publicaron cuarenta y tres números.
En el caso de Sur, Victoria Ocampo —su fundadora en 1931 y directora hasta su muerte en 1979— tuvo un consejo de redacción local formado por Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, María Luisa Oliver y Guillermo Torres; y un consejo de colaboradores extranjeros formado por: Alfonso Reyes, Waldo Frank, Pedro Henríquez Ureña y José Ortega y Gasset. Todos eran amigos personales de Victoria Ocampo. Posteriormente, ambos consejos se unen en un mismo comité de colaboradores que mostrará diversas variantes a lo largo de los años a partir de las propias estrategias para la continuidad de la revista. También contaban con un secretario de redacción.
La experiencia de Repertorio Americano emerge y se mantiene por casi cuatro décadas (1919-1958) más allá de estos llamados “núcleos culturales” y bajo la tutela de una sola persona: Joaquín García Monge. A diferencia de otras relevantes revistas de América Latina articuladas por varios gestores que devinieron posteriormente en grupos literarios y artísticos, en el caso de Repertorio, todo el proceso de la revista (edición, publicación, correspondencia, distribución) descansa en la férrea voluntad de un creador: su editor y fundador. El mérito es superior; pero también los grandes avatares de la revista por su permanencia y visibilidad, explicados por el colega Mario Oliva en uno de sus estudios.1
García Monge viajó poco fuera de Costa Rica; sin embargo, tenía comunicación con intelectuales y suscriptores de toda Hispanoamérica y también de Europa. Si pensamos en la revista Orígenes, José Lezama Lima nunca viajó fuera de Cuba; sin embargo, su cultura monumental está implícita en el criterio de selección de los autores, en la composición de cada número y en las ilustraciones que acompañan cada entrega. José Rodríguez Feo se encargó, en gran medida, de su circulación internacional y de establecer los contactos con autores foráneos contemporáneos.
Resulta significativo cómo una acertada estrategia editorial puede brindarle a la naturaleza de una publicación un perfil de intereses más allá de sus fronteras y con pocos recursos porque ese fue otro rasgo que conecta a ambas aventuras editoriales.
Otra arista que acerca a ambas revistas fue que tuvieron una profunda vocación martiana. El editor principal de Orígenes —y la mayoría de los autores que integraron el grupo— tuvieron una raigal devoción martiana. Por solo citar dos ejemplos, Cintio Vitier y Fina García Marruz constituyen dos prolíficos estudiosos de la obra martiana (y de otros autores cubanos e hispanoamericanos) con aportes superlativos a la bibliografía del autor y con una labor fundacional desde el punto de vista institucional de espacios dedicados al estudio del universo martiano. Cintio Vitier fue Presidente de Honor del Centro de Estudios Martianos durante varios años hasta su muerte.
Es sustantiva la tradición de revistas culturales en Hispanoamérica. La Casa de las Américas dedicó años atrás un posgrado que trazaba las rutas de estas publicaciones y, posteriormente, un congreso internacional.
El centenario de José Martí en Repertorio Americano
Un acercamiento, en apretada síntesis, a la presencia de la figura y el pensamiento de José Martí en Repertorio Americano forma parte de los intereses con que la crítica latinoamericana se acerca a las páginas de la revista. Son conocidos los estudios: Gabriela Mistral en Repertorio Americano, la presencia de Alfonso Reyes, la de Andrés Bello o la de Roberto Brenes Mesén.
La obra de José Martí y su recepción en otros autores se reitera en los diferentes años de la revista —tal y como lo expresa la exhaustiva “Bibliografía martiana en Repertorio Americano” realizada por el colega Mario Oliva Medina—.2 No es casual, entonces, que en año 1953 al cumplirse el primer centenario de su nacimiento, no solo se le dedicara un número especial en el mes de enero, sino que casi todas las entregas del año le reservan un espacio.
La impronta de José Martí en Repertorio Americano no debe analizarse desligada de la connotación de su imagen en Costa Rica, de las dos visitas que hizo al país, de los dos breves textos que le dedicara o de sus entrañables vínculos con Centroamérica. Pero, desde otra perspectiva, está relacionada estrechamente con la amplia presencia de patriotas y familias cubanas que emigraron a Centroamérica, específicamente a Costa Rica, a finales del siglo XIX como consecuencia de las etapas de la guerra por la independencia en la isla: la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y la Guerra Chiquita (1879-1880).
El legado martiano (o su recepción) desde las páginas de Repertorio Americano no es una expresión aislada en la prensa costarricense. Ya desde finales del siglo XIX en el periódico El Pabellón Cubano3 se hallan los ecos martianos “ya sea como referencia o publicando parte de su obra escrita”.4
Repertorio Americano —como legítima heredera de la mejor tradición de la prensa nacional— asume en sus páginas, no solo el universo de José Martí, sino también el de otros próceres latinoamericanos como Bolívar, Hostos, Sarmiento. Tanto es así que desde el año 1933 aparecen pensamientos de estas personalidades en todos los números de la revista5 y es que “en el ideario garcía-mongeano encontramos por todas partes, aunque de manera dispersa, la importancia de las grandes figuras de América”.6
La presencia martiana en las páginas de Repertorio es también expresión de lo que ocurría en la sociedad costarricense. Después de su muerte se organizaron veladas sucesivas a su memoria, e incluso le dedicaron poemas, algunos publicados en El Pabellón Cubano.
Resulta frecuente en la revista resaltar sistemáticamente fechas significativas vinculadas con la vida de figuras notables de la historia del continente. El 15 de abril del año 1953 se menciona un aniversario de la muerte del Padre Miguel Hidalgo o el número del 1o. de septiembre del mismo año brinda la noticia de la creación del Comité Directivo del homenaje a sor Juana Inés de la Cruz a propósito del tercer centenario de su nacimiento, o el homenaje a Roberto Brenes Mesén en el quinto aniversario de su muerte en el número del 15 de abril. Ello parece ser parte de la estrategia editorial de la revista. El 10 de abril de 1945, por ejemplo, se publica un trabajo de Andrés Iduarte: “El cincuentenario de la muerte de Martí”, por lo que resulta coherente que en el año 1953 se le dediquen colaboraciones en casi todos los números.
Repertorio Americano tuvo once ediciones en el año 1953. Aparecen textos relacionados con José Martí en diez de ellas. Suman diecinueve los que de una manera u otra reverencian el centenario. El tributo a José Martí se multiplica a lo largo del año y se difumina de múltiples formas; por ejemplo, aparecen poemas inspirados en su figura, se utiliza un fragmento de una de sus obras para recordar a Bolívar; a su vez, se publican estudios que se detienen, no solo en secciones de su amplia creación, sino también en su estancia en diferentes países: México, Guatemala, España. Asimismo, Repertorio Americano se hace eco de varios actos que se realizan en Cuba7 y otros países latinoamericanos.
En sus páginas también se analiza la trascendencia del legado martiano en sus contemporáneos y en las generaciones posteriores de intelectuales cubanos, o dicho de otro modo, se detiene en la recepción del pensamiento martiano en figuras de la intelectualidad cubana de la primera mitad del siglo XX. De ahí que las semblanzas sobre significativos estudiosos de su obra sea otra de las peculiaridades que identifica el homenaje desde Repertorio Americano. Me detendré en las dos publicadas: primero, en la que brinda el puertorriqueño José Ferrer Canales sobre el pensador cubano Enrique José Varona, titulada “Perfil de Varona” y, en un segundo momento, en el texto “Félix Lizaso, apóstol martiano” del autor mexicano José de Jesús Núñez y Domínguez. Ambos autores cubanos fueron colaboradores de la revista; pero, además, algunas de sus obras fueron reseñadas aquí.8
La semblanza que escribe el conocido ensayista, profesor universitario y activista social José Ferrer Canales sobre Enrique José Varona descansa no solo en la admiración y devoción de este por José Martí, sino también en la presencia del autor en la creación intelectual de Varona.
Se estructura a partir de cinco secciones, pero desde el final de la segunda la presencia de Martí emerge y permanece en las siguientes. Ferrer Canales enfatiza en las afinidades entre ambas personalidades y pensamientos. Narra los encuentros que tuvieron y la cordialidad entre ambos. Realmente es una semblanza dedicada a Varona y a Martí. Ferrer Canales los define como el maestro y el Apóstol de Cuba. La semblanza a Varona también es un homenaje a Martí que bien pudiera agregarse a la “Bibliografía martiana en Repertorio Americano”. Su presencia es expresión de una marcada intencionalidad editorial. No es casual que esté en la portada del segundo número de enero de 1953.
La crítica coincide en afirmar que en la amplia labor ensayística de Ferrer Canales, la más significativa es la consagrada a la vida y obra de algunos autores hispanoamericanos de proyección universal, como Enrique José Varona (1849-1933), José Martí (1853-1895) y el pedagogo, ensayista y narrador puertorriqueño Eugenio María de Hostos (1839-1903). Su tesis de Maestría en Estudios Hispánicos en 1944 fue sobre el filósofo cubano: “Enrique José Varona es cifra alta de la intelectualidad de América, voz serena y militante por la libertad y la cultura superior de nuestros pueblos, presencia simbólica del más alto magisterio”.9 Parece ser que esta semblanza es un adelanto de una investigación mayor en proceso en ese momento porque años más tarde, en 1964, Ferrer Canales publica el volumen Imagen de Varona donde muestra un exhaustivo itinerario crítico de su obra.
Tres etapas distingue Ferrer Canales en la evolución del estilo de Varona:
a.La primera incluye el tiempo que media entre la publicación de sus Odas anacreónticas (1868) y los Paisajes cubanos (1879).
b.La segunda época (1880-1883) se inaugura con las conferencias filosóficas dictadas en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. En 1883 pronuncia su famosa conferencia sobre Cervantes.
c.Una tercera etapa que se inicia en 1894 hasta el final de su vida en 1933. Esta fase la define como la de “su más alta depuración” y, a su modo de ver, tiene su culminación artística en el volumen Martí y su obra política (1896).
Gran parte del análisis de Ferrer Canales cala en la recepción que hace del legado martiano uno de sus contemporáneos que le sobrevive 38 años: “Varona asciende hasta la comprensión cabal del viril, tierno y puro Martí”.10
La presencia de Varona no es circunstancial en la revista, además de ser colaborador, no solo se menciona en secciones de Repertorio la salida de sus libros en La Habana, sino que se brinda acuse de recibo de la llegada de alguno de estos. También formó parte de los autores que brindaron contribuciones para la continuidad de la revista en etapas de incertidumbre económica. Aparece también como autor en el tomo 1 de La Edad de Oro, ese singular proyecto editorial que García Monge realizara bajo el influjo martiano.
En el discurso de esta semblanza se establece una interrelación muy interesante: un autor puertorriqueño -José Ferrer Canales- publica en Repertorio Americano en Costa Rica, un texto sobre una de las personalidades más notables de la historia del pensamiento cubano -Enrique José Varona- que además de ser contemporáneo de José Martí, fue un gran admirador de su legado, de su accionar y estudioso de su obra.
Esta colaboración entrelaza a creadores del Caribe y, a su vez, establece puentes culturales entre el Caribe y Centroamérica. Ese necesario diálogo intelectual en la región lo propician las páginas de Repertorio Americano y la marcada intencionalidad editorial de Joaquín García Monge. Este discurso es un botón de muestra de la comunicación intercultural que propició Repertorio Americano. Es un texto que unifica geografías y pensamientos liberadores, magisterio y acción, a dos creadores y un oficio: el magisterio, labor que también desempeñó Ferrer Canales en diversas universidades del continente.
Tuve la posibilidad de conocer a Ferrer Canales y lo recuerdo como un orador enfático y apasionado durante sus intervenciones en el Centro de Estudios Martianos a finales de la década del noventa del pasado siglo, a propósito de los coloquios entre Cuba y Puerto Rico que organizaba la institución en aquella etapa.
Otra significativa semblanza es la titulada “Félix Lizaso, apóstol martiano”.11 El texto está fechado en Tegucigalpa en enero de 1953; pero corresponde al poeta, ensayista, periodista y político mexicano José de Jesús Núñez y Domínguez quien cumplía misión diplomática por esos años en Honduras.12
Núñez y Domínguez tiene una amplia obra poética, periodística y ensayística. Fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua y de la Academia Mexicana de la Historia. En su creación ensayística destaca Bolívar en México, contribución en el centenario de su muerte (1930) y un estudio sobre la estancia de Martí en México (1933). De ahí que esta semblanza sobre Félix Lizaso (La Habana, 1891- Rhode Island, 1967) no es un acercamiento casual ni fortuito en sus intereses investigativos.
Núñez y Domínguez enfatiza en los grandes esfuerzos de Félix Lizaso, no solo en el estudio, recopilación y promoción de la obra de José Martí, sino que también fue uno de los principales impulsores de los homenajes en La Habana por su centenario y, además, de la idea de erigirle una escultura en Nueva York.
Resulta notable esta aproximación que resalta la devoción de Félix Lizaso al estudio y divulgación de la obra del poeta y patriota cubano en la primera mitad del siglo XX. Su consagración brindó grandes aportes a la bibliografía martiana que son referentes para los estudiosos contemporáneos.13 No es primera vez que se reconoce la dedicación de Lizaso en las páginas de la revista.
En esta segunda semblanza los ecos de la imagen de Martí unifican a un autor mexicano: José de Jesús Núñez y Domínguez14 con las páginas de Repertorio, es decir, se entrelazan México, Costa Rica y Cuba.
Otra colaboración sustantiva resulta “Cecilio Acosta o José Martí”. En el momento en que escribe este trabajo el poeta, crítico literario, ensayista periodista y profesor universitario Augusto Arias (Quito, 1903-1974) era bien conocido en Ecuador por el conjunto de su obra; pero sobre todo por el volumen Panorama de la literatura ecuatoriana que actualmente continúa siendo bibliografía de consulta en el sistema educacional de su país.
Augusto Arias imprime a su valoración el mismo ritmo que Martí le aporta al discurso de su semblanza sobre Cecilio Acosta: “El escrito en el cual [José Martí] se revela y se retrata, se condensa y se perfila, en su Revista Venezolana de Caracas, del 5 de julio de 1881”. Emplea cuatro expresiones que encierran la amplitud de registros poéticos que enaltecen la conocida pieza que le ocasionó su precipitada salida de Venezuela. A su modo ver, en este discurso Martí “se revela”, “se retrata”, “se condensa” y “se perfila”. Corrobora en el análisis que “en sus líneas se contornea una serenidad llena de lírico arrebato”.14
Arias afirma, además, que en el texto sobre Cecilio Acosta “no hay línea perdida y si solo hubiera escrito ese capítulo sería para tenerlo entre los mejores prosistas de América” y explora, a su vez, en la identificación que se establece entre el autor y el personaje que centraliza su atención. Es un formidable y agudo texto —enviado desde Quito— seleccionado para la portada del número del 15 de abril de 1953.15
En esta entrega se entrelazan cuatro pueblos latinoamericanos: Ecuador, Venezuela, Costa Rica y Cuba. Y es que Repertorio brinda la plataforma para ese encuentro. El centenario de Martí es la invitación. Su figura y legado es la convocatoria mientras que Repertorio y su editor brindan el contexto para la integración latinoamericana como vocación y premisa en la revista.
Los trabajos que integran el homenaje a José Martí desde Repertorio Americano en los números del año 1953 muestran cinco ilustraciones: dos fotos, dos dibujos y una reproducción del célebre retrato que Herman Norman le hiciera. Uno de los dibujos está firmado por Caravia y otro es obra de Roberto Córdova titulado “José Martí”. Son piezas de trazos bien definidos, discursos originales, sobrios y atractivos. Esta iconografía también puede considerarse como parte del homenaje al poeta cubano en el centenario de su nacimiento. Necesariamente hay un criterio artístico que avala su elección que, seguramente, estuvo también al cuidado del editor.
Analizo específicamente el centenario de José Martí desde las páginas de Repertorio Americano, es decir, la presencia de los textos que publicó la revista a propósito de este acontecimiento; pero realmente las acciones por la fecha comenzaron desde antes en sus páginas. Félix Lizaso en su artículo “El Homenaje Americano a José Martí” (Tomo XLVII, No.18, 15 de junio de 1952, p. 273-274) explicaba la significación del centenario e invitaba a la comunidad de intelectuales del continente a organizar homenajes en sus respectivos países y explicaba los proyectos e ideas que se estaban gestando en Cuba.
Pero en diciembre de 1952, en la sección “Noticia de libros”16 se publican dos notas a manera de breves pinceladas martianas que pueden considerarse como preámbulo de la gran cobertura que la revista brindará al centenario a partir del mes siguiente. Se comenta la llegada de dos libros: Martí. Carne y espíritu de Néstor Carbonell17 y Cincuenta años de Poesía Cubana (1902-1952), ordenación, antología y notas de Cintio Vitier, catalogado en la nota como “de considerable importancia”.18
La presencia de ensayos que centralizan la temática martiana continuó posterior a 1953. Dos aproximaciones del ensayista cubano Juan Marinello, presencia habitual en Repertorio :“Sobre el caso literario de José Martí”, por ejemplo, aparece en el año 1954.19
Repertorio Americano resultaba el espacio ideal para sensibilizar a los escritores de la región a propósito del acontecimiento histórico, por una parte, por su notable nivel de circulación, por el prestigio y respeto alcanzado en el continente y, por otra, por la auténtica vocación martiana de su editor y diría más: porque confiaban en la revista y la consideraban un espléndido modo de divulgación.
Pero, incluso, desde mucho antes la preocupación por el centenario aparece en Repertorio Americano. El texto “Martí, tema de América” de Guillermo Cabrera Leiva, enviado desde la Universidad de Miami, aparece en el año 1951 y se publica en la revista en 1953 (Tomo XLVIII, No. 7, 15 de junio de 1953, p.100-101). El editor no tiene reparo en reiterar la colaboración si se justifica, no solo por su calidad, sino por lo oportuno que resulta. Es un criterio editorial dinámico, abierto en función de lograr una coherencia suprema en cada entrega del año.
Las páginas de Repertorio Americano constituyen como un manual para el editor. Brinda muchas lecciones sobre dinámicas editoriales.20 No es casual que desde Puerto Rico, José Enamorado afirmara: “Repertorio Americano, ese gran periódico nuestro, publicado bajo la ilustre y sabia dirección del maestro del periodismo americano, don Joaquín García Monge”.21
Otra peculiaridad de los textos que aparecen en los números de este año es que varios de ellos constituyen un llamado a la sensibilidad de los escritores del continente a involucrarse en el acontecimiento. En esa misma dirección se enmarca “México y el centenario de José Martí“ de Andrés Iduarte (enviada desde Columbia University en New York, Repertorio Americano, Tomo XLVIII, No. 6, 15 de mayo de 1953, p.83-84). Iduarte se suma a los homenajes y se pone a disposición de los que en Cuba y en México están organizando actividades y estimula a otros estudiosos de países hermanos a que se sumen. Paralelamente, se refiere en el discurso de su propuesta a la significativa influencia de México en la vida y el pensamiento martiano.
Las colaboraciones que publica la revista a propósito del centenario de José Martí no son textos breves ni divulgativos únicamente. Son acercamientos serios y agudos que expresan un conocimiento amplio, profundo y crítico del quehacer martiano por cada uno de sus autores. Son textos que continúan siendo referencia para los estudiosos contemporáneos más de seis décadas después. No es menos cierto que Repertorio Americano acoge a lo más representativo de la intelectualidad de los países. La revista es como un gran reservorio o muestrario de la literatura y la cultura hispanoamericanas en la primera mitad del siglo XX.
Es curioso que la mayoría de los trabajos publicados tengan como fecha de escritura el mes de enero. ¿Habrán sido textos por encargo? Bien pudo haber sido si tenemos en cuenta la profunda vocación martiana del editor. Habría que revisar su epistolario u otros números de la revista en busca de alguna invitación o convocatoria a escritores del continente para confirmarlo. Aunque, ciertamente, la invitación a organizar homenajes por el centenario aparece en las páginas de la revista en la voz de varios autores desde diferentes latitudes.
La presencia de José Martí en Repertorio Americano se vuelve onmipresente al igual que la de otros próceres de América. La devoción latinoamericana de la revista es derivación de esa misma arista de su editor quien fue un promotor raigal y por convicción del legado de los próceres de nuestro continente.
Desde Repertorio Americano se le brinda un homenaje de carácter hispanoamericano si tenemos en cuenta los países de procedencia de los autores, la naturaleza y alcance de los textos publicados o, dicho de otro modo, la revista lo recuerda de acuerdo con su propio universo, al radio de acción universal que ya poseía y, es esencial, por supuesto, el cuidado y equilibrio editorial de Joaquín García Monge quien no solo se propone sino que logra trazar una integración latinoamericana y caribeña auténtica desde la cultura, desde las múltiples identidades y aportaciones propias de cada región.
Estas reflexiones bien pudieran titularse: “El Centenario de José Martí en nuestra América a través de Repertorio Americano” porque precisamente ese es el rol que desempeñó la revista: hacerse eco de todo lo que sucede en el continente en torno a la fecha. Es un homenaje plural a José Martí en el año de su centenario a través del diálogo intercultural, académico y fraternal que propician las páginas de Repertorio Americano.
1 Mario Oliva Medina: “Revista Repertorio Americano: algunos alcances sobre su trayectoria, 1919-1958” en Revista Izquierdas, No. 1, Año 1, ISSN 0718-5049. Versión digital (Ponencia presentada a las IV Jornadas de Historia de las Izquierdas: Prensa política, revistas culturales, y emprendimientos editoriales de las izquierdas latinoamericanas, CEDINCI, Buenos Aires, 14-16 de noviembre de 2007).
2 Mario Oliva Medina, José Martí en la historia y la cultura costarricenses, Editorial de la Universidad Nacional, Costa Rica, 2001, p. 121-132.
3 “La otra fuente de transmisión del ideario martiano, importante fue la prensa. En 1895 salió a la luz pública El Pabellón Cubano, que extendió sus días hasta el 27 de febrero de 1898 en su entrega ciento veintiséis. Su primer número corresponde al 27 de octubre de 1895. Su redactor fue Emilio Artavia, de oficio zapatero y barbero, la administración estuvo a cargo de Constantino Gálvez. Nació como órgano del club obrero El Pabellón Cubano, pero en la práctica lo era de todos los clubes cubanos por lo que, meses más tarde, el 24 de febrero de 1896, se convirtió en el órgano del Partido Revolucionario Cubano, creado por José Martí cuatro años antes en exilio neoyorkino”, en Mario Oliva Medina, José Martí en la historia y la cultura costarricenses, Editorial de la Universidad Nacional, Costa Rica, 2001, p. 47.
4 Oliva Medina, 2001, p. 49.
5 “Y concebí una federación de ideas” —Eugenio María de Hostos.
“El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública no se ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás.” José Martí.
“Bárbaros, las ideas no se matan”, repitió Sarmiento.
“Desgraciado el pueblo cuando el hombre armado delibera.” Bolívar.
6 Oliva Medina, 2001, p. 93.
7 Repertorio Americano se hace eco de las actividades académicas que se realizan en La Habana por el centenario, por ejemplo, se publica una ponencia titulada “La esencia del hombre y de lo humano”, leída en la capital cubana en las Conversaciones Filosóficas Interamericanas. Es una reflexión de perfil filosófico de un intelectual costarricense, Alejandro Aguilar Machado, que cita a José Martí en varias ocasiones.
8 El volumen Pasión de Martí de Félix Lizaso tuvo una reseña de Rafael Marquina en el Repertorio Americano, tomo XXXVII, No.7, 23 de marzo de1940, p. 104.
9 José Ferrer Canales: “Perfil de Varona” en Repertorio Americano, tomo XLVIII, No.2, 15 de enero de 1953, p. 17.
10 José Ferrer Canales: “Perfil de Varona” en Repertorio Americano, p. 18.
11 Repertorio Americano, tomo XLVIII, No. 5, 15 de abril de 1953, p. 72.
12 En la última etapa de su vida se dedicó a faenas diplomáticas. Fue embajador de México en Bélgica (1946-1948), en República Dominicana (1949-1951), posteriormente en Honduras y Chile donde murió en abril de 1959. Fue director de importantes revistas y periódicos mexicanos.
13 Pasión de Martí (1938); Martí, místico del deber (1940); y Martí y la utopía de América (1942); Archivo José Martí, entre una gran colección de aportadores títulos.
1514Las colaboraciones de José de Jesús Núñez y Domínguez a la revista constituyen rigurosos análisis literarios. En el Tomo XLVII, No.24, 15 de diciembre de 1952, p. 369-372, apareció en la portada:“Influencia de Victor Hugo en la América Latina” donde aborda la recepción de la obra del autor francés en lectores y críticos de la región.
15Augusto Arias, “Cecilio Acosta o José Martí” en Repertorio Americano, Tomo LXVIII, No.5, 15 de abril de 1953, p. 42-43.
16 “Noticia de libros” en Repertorio Americano, Tomo XLVII, No. 23, 15 de noviembre de 1952, p. 368.
17 Néstor Carbonell: Martí. Carne y espíritu (dos tomos), La Habana, 1952 (Edición homenaje de la República de Cuba en el cincuentenario de su independencia). El editor hace una recomendación a los lectores: “Con una posesión cabal del tema y mucha habilidad, el autor nos pone a Martí a contar su vida. Una autobiografía imaginaria y tan satisfactoria”.
18 Cincuenta años de Poesía Cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas de Cintio Vitier. Ediciones del Centenario. Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, La Habana, 1952.
19 Juan Marinello: “Sobre el caso literario de José Martí” en Repertorio Americano, Tomo XLVIII, No. 17, 15 de octubre de 1954, p.257-262.
20 Por ejemplo, esa cordialidad entre las publicaciones de diferentes países del continente (unas a otras se envían textos, reseñas, libros de sus autores y colaboradores), el sentido ético de referir siempre la fuente de procedencia de los trabajos, la pluralidad que reina en sus páginas donde tienen espacio textos publicados en Colombia, Venezuela, México, Argentina, Uruguay, El Salvador o Cuba, es decir, Centroamérica, Suramérica, el Caribe, es decir, nuestra América.
21 Repertorio Americano, Tomo XLVIII, No. 5, 15 de mayo de 1953, p. 74-75.