R E P E R T O R I O


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A M E R I C A N O


Segunda nueva época N.° Especial, 2020

ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143



“Controlled Atmosphere”: un acercamiento a las dinámicas de monocultivo desde las miradas de las mujeres

“Controlled Atmosphere”: An Approach to Monoculture Dynamics from the Perspectives of Women

Maité Cristina Loría López

Maestría en Estudios Latinoamericanos

IDELA, Universidad Nacional, Costa Rica

Cinthya Soto Calvo

Maestría en Estudios Latinoamericanos

IDELA, Universidad Nacional, Costa Rica

https://bit.ly/3dalbMj

Resumen

Este ensayo presenta la visión de las mujeres sobre el cultivo del banano y de la piña en la zona del Caribe de Costa Rica en la actualidad, inspirado en los artículos de Juan del Camino sobre la huelga bananera de 1934 publicados en la revista Repertorio Americano en ese mismo año.

Palabras claves: agroindustria en Costa Rica, huelga bananera de 1934, United Fruit Company, testimonios de mujeres

Abstract

This essay presents the perspective of women in relation to banana and pineapple cultivation in the Caribbean region of Costa Rica, inspired by Juan del Camino’s articles on the 1934 banana strike published in Repertorio Americano magazine during that year.

Keywords: agroindustry in Costa Rica, 1934 banana strike, United Fruit Company, women’s testimonials


Introducción

Este es un ensayo a la vez textual que visual sobre la vivencia, percepción y memorias de las mujeres participantes en relación con la agroindustria transnacional   en el Caribe de Costa Rica. Este ensayo es el resultado de la investigación tras el análisis de fuentes bibliográficas, así como del trabajo de campo realizado en las comunidades de Bananito Sur y Guácimo. El punto de partida ha sido la documentación de la primera huelga en la zona del Atlántico en 1934 durante las negociaciones para la expansión de las plantaciones bananeras –de la costa caribeña a la pacífica– entre el gobierno costarricense y la compañía transnacional United Fruit Company, publicada en el Repertorio Americano. El interés por ahondar en la problemática producto del respaldo estatal al modelo transnacional como paradigma económico en nuestro país, las condiciones laborales y las prácticas de opresión sostenidas en la contemporaneidad, nos llevaron a explorar el tema desde diversos medios. A partir de los testimonios de nuestras colaboradoras y acompañadas de los sentipensares de Juan del Camino, seudónimo del abogado costarricense Octavio Jiménez quien publicó al menos nueve artículos en Repertorio Americano en 1934 relacionados con o en contra de la United Fruit Company. Así, este estudio busca un enlace histórico entre el pasado y la vigencia del impacto ambiental, sociocultural, económico y político de los monocultivos de banano y su prolongación con las piñeras en Costa Rica.

Objetivos

El objetivo principal de este ensayo es recuperar las voces de cuatro mujeres en relación con las agroindustrias transnacionales por medio de un acercamiento con perspectiva de género que exponga sus sentipensares. Adicionalmente, nuestro deseo es destacar la importancia de la memoria histórica como herramienta de una conciencia política que hace un llamado a la sociedad costarricense para reflexionar sobre las decisiones gubernamentales que han llevado, no solo a la entrega masiva de tierras costarricenses o al desalojo de nuestras comunidades indígenas de sus territorios para el uso de un monocultivo tóxico, sino además avalar la creación de empleos precarios para sus propios ciudadanos. Un acercamiento breve, aunque no menos relevante, se establece de igual manera con la evidencia y el testimonio de una de las voces participantes acerca de la penetrante expansión piñera en el nivel nacional, cuya lógica análoga a la bananera refuerza esa misma precarización bajo el aval de la gobernanza costarricense.  Con la idea de lograr un mayor alcance de los contenidos, el formato de este ensayo estructurado mediante el uso alterno de imágenes y textos cortos, busca registrar de forma sucinta, inmediata y fehaciente la situación en desventaja vivida por quienes dependen de una economía basada en modelos de explotación sin una regulación estatal ajustada que respalde condiciones laborales dignas para sus ciudadanos.

Metodología

Para la creación de este ensayo se hizo una investigación de campo durante los días 18, 19, 20 y 21 de mayo de 2019, cuando se visitaron la empacadora y las plantaciones de banano aledañas a Bananito Sur y San Clemente en el Caribe Sur, así como el cantón de Guácimo en la provincia de Limón, Costa Rica, desde donde el pueblo de Guápiles está luchando asimismo contra este tipo de monocultivo transnacional. Se utilizaron los recursos de la fotografía y la grabación de vídeo y audio para registrar los testimonios de las colaboradoras, las condiciones de producción del monocultivo, el estado de los pueblos bananeros, el comisariato y la industria portera que incluye la expansión de la carretera 32, que va desde la costa caribeña hasta la provincia y capital costarricenses, San José.

Durante nuestra investigación de campo, empleamos la herramienta1 de entrevistas no estructuradas, es decir, de preguntas abiertas que –apoyadas en la investigación previa de los movimientos laborales a partir de la introducción de las bananeras en el país–, permitieron guiar una conversación alrededor de la vida y las experiencias de las colaboradoras dentro de las bananeras así como de las luchas contra las piñeras . Estas son nuestras colaboradoras:

Teresa, sesenta años de edad, con cuarenta y dos años de experiencia desempeñándose en diversas funciones y localidades dentro de las plantaciones bananeras nacionales.

Pacífica, veintitrés años de edad, cuya familia emigró para trabajar en los monocultivos del Caribe Sur costarricense cuando ella era una niña, y quien había ido a la bananera cuatro veces a pedir empleo sin éxito.

Erlinda María Quesada Angulo, activista guapileña en la lucha contra la expansión de las piñeras en la zona del Caribe y cofundadora del Frente Nacional de Sectores Afectados por la Producción Piñera (FRENASAPP).

M. Sc. Marielos Aguilar Hernández, académica y catedrática de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Apoyadas en las premisas de Juan del Camino, los testimonios de estas cuatro mujeres son el recurso principal que hila este ensayo textual y visual. Desde sus propias voces, fue posible acercarnos, indagar y materializar las realidades que se viven en las bananeras, los movimientos sociales en contra de la agroindustria y la resistencia académica que han registrado las luchas laborales y sociales de las poblaciones que trabajan en los monocultivos o se han visto afectadas por la entrada de estos. Desde una mirada crítica latinoamericana, la utilización del testimonio como herramienta oral investigativa es una reivindicación de las voces silenciadas, subjetivas y situadas tanto en la academia, como en los medios de comunicación y las decisiones político-económicas que se toman gubernamentalmente.

Principales resultados 

Los testimonios de nuestras colaboradoras nos permiten comprender una serie de condiciones que se viven en los pueblos y en las plantaciones de monocultivo. Desde las voces de Pacífica y Teresa, aprendemos acerca de la calidad de vida en Bananito Sur:

A nivel de entretenimiento sólo cuando vienen a jugar en la plaza de beis o fútbol, cosas que uno no sale, o cuando eso de la finca (que) hacen fiesta ellos mismos, ese es el entretenimiento que hay aquí, no hay deportes, no hay un parque para los bebés, no hay nada de eso. (Para salir) uno paga al pirata mil de ida, mil de venida, ahí se van 2000. Para una emergencia cuesta que entre la ambulancia, yo a él (se refiere a su hijo en regazos) lo tuve en la casa porque la ambulancia estaba en La Romana y (dijo que) llegaba en 15 minutos y nunca llegó, llegó cuando estaba el bebé nacido. (Pacífica, 2019)

La mirada de Pacífica visibiliza la falta de espacios recreativos para la niñez y los/as adulto/as de Bananito Sur, dependiendo de las actividades que hace la bananera, las cuales expresan una forma de diversión particular. Esta población no tiene acceso a espacios de recreación y diversión sanos, tales como salones de baile o centros comunitarios donde se ofrecen actividades físicas o educativas. Su testimonio sobre el nacimiento de su segundo bebé demuestra el aislamiento con el que se vive dentro de los pueblos bananeros, la falta de transporte público que conecte Bananito Sur con la carretera principal donde pasan los buses hacia Limón, donde se encuentran las sedes de universidades nacionales y la sede de la universidad a distancia, posibilidades de acceso a otros trabajos, y otras opciones de diversión y recreación. Teresa nos comparte cómo este aislamiento y falta de recursos sociales se replica en la presencia de estructuras gubernamentales cuyo trabajo es la protección y representación de los/as trabajadoras de Bananito Sur:

No, aquí no hay nada (Ministerio de Trabajo), aquí hay plata de entre medio. ¿Por qué motivo? Porque ellos compran... esa visitadora social que llegó llamaba las personas, ellos (los capataces) llegan y hacen una reunión previa y dicen: “vean, van a venir a hacer una entrevista”. Entonces te dice, “si a ustedes les preguntan que si ustedes se pueden sindicalizar, ustedes digan que sí, ustedes aquí tienen el gran derecho de hacerlo. (Teresa, 2019) 

Estas acciones calculadas de los capataces no sólo limitan la posibilidad de mejorar las condiciones de trabajo al intimidar a los/as trabajadores/as a vivir en espacios laborales represivos, sino construyen además condiciones carentes de derechos laborales, representación, justicia y creación de relaciones que permitan la construcción de sociedades más justas y equitativas. Aun así, nos preguntamos por qué mujeres como Teresa y Pacífica, y sus familias, viven y trabajan en los pueblos bananeros. En palabras de Teresa (2019), “Las cosas buenas es que hay trabajo, así de sencillo, aunque sea de hambre el salario.” 

Esta reflexión denota la realidad laboral, tanto nacional como migratoria, de quienes quedan al margen de posibilidades reales a falta de empleos dignos, oportunidades laborales de crecimiento y estructuras de educación que inciten a un crecimiento socio-cultural y económico. Contrariamente, estas condiciones fomentan la creación de obra de mano barata para el beneficio de corporaciones transnacionales y el enriquecimiento de sus directores ejecutivos e inversionistas. Las poblaciones que se doblegan a trabajar en transnacionales de monocultivo ponen la vida en el trabajo bajo el riesgo de contraer enfermedades relacionadas con jornadas extensas, inhalación y contacto de químicos dañinos para la salud, malnutrición por la imposibilidad de acceso a productos alimenticios saludables. En ese sentido, una de las estructuras de las plantaciones es la imposición del comisariato, donde antiguamente era el único supermercado que monopolizaba la variedad de productos y precios. Hoy en día, el comisariato sirve a la nefasta tarea de mantener a las poblaciones bananeras en constante deuda. ¿Cómo funciona esta estructura esclavizadora? Esto lo explica claramente Pacífica al extender y mostrarnos la constancia salarial del mes previo de su padre:

Este pago le vino 40. Como son socios, les rebajan seguro y les rebajan del comisariato, cuando uno no tiene qué comer, uno se va a meter en ese comisariato, es como un segundo recurso. Y allá revenden mejor dicho la comida. Cuando mi papá me ayuda a comprar los pañales, leche, e igual saca la comida, ahí es cuando no sale el pago completo. Bueno casi nunca, por esa situación, o sea uno tiene que volver a sacar, y después vuelven a rebajar lo del pago, y uno se la pasa así, y es duro, la verdad es duro. Sí, ahí uno medio sobrevive. (Pacífica, 2019).

El comisariato mantiene una cuenta abierta para los/as trabajadores/as que les deducen directamente de sus salarios, de manera que cuando este les llega ya va con la deuda cancelada, muchas veces dejándolos en cero. ¿Cómo podríamos nosotros asumir las riendas en nuestras vidas, pagar para una mejor educación, crear una cuenta de ahorros, si vivimos con salarios tan miserables y una estructura tan cruel que nos mantiene mal alimentados, endeudados y dependientes del trabajo en la bananera?

El arroz de acá la gente tiene que comprarlo a los precios más bajos, o sea la mediocridad, ¿por qué? Porque el campesino no le dan a que en Guanacaste produzca arroz. Afuera de Palí hay un señor con sacos de frijoles que él cosecha, porque nadie le compra ya que del extranjero tiene los frijoles y el arroz baratos, mientras que el arroz verdadero, el que nosotros deberíamos de consumir ni siquiera le dejan al campesino venderlos... Entonces a usted no lo dejan que venda el verdadero arroz que es el que vale la pena, y es ese otro arroz que puede comprar la gente de acuerdo a su salario. Porque no hay un salario... una boleta en blanco, entonces usted tiene que volver a ir a comprar al comisariato porque di, ¿de dónde va a agarrar? Plata no la hay. (Teresa, 2019)

Estos testimonios demuestran las condiciones opresoras en las que viven las poblaciones bananeras. La crueldad de un sistema transnacional con la aprobación gubernamental que se alimenta del trabajo precario de personas que quedan atrapadas dentro del mismo sistema y sin la posibilidad de acceder a otras formas de empleo, de crear arreglos de pagos, de demandar precios justos en los comisariatos, transporte público, acceso a la salud, educación integral o derechos humanos laborales, políticos y económicos. ¿Por qué llamamos a este ensayo Controlled Atmosphere? Además de ser el anuncio que va al lado de los camiones que llevan el banano al puerto para transportarlo a Estados Unidos o Europa, ¿qué nos motivó a utilizar este nombre para este ensayo?

Si usted es sindicalista, y todavía no se ha asociado pero se echó una hablada, porque hay otros que están aquí que le dicen al gerente: “fulana de tal vieras que dijo esto y esto”. Entonces hoy es jueves, el miércoles por mucho usted está cambiando, así tenga cinco años de trabajar, para que usted no se asocie, no tenés libertad... Eso había allá (en las bananeras de Álvarez Desanti), eso lo hacen en todas las bananeras y allá peor. Porque el señor ese muy claro lo dice: “El que manda soy yo, aquí el que manda soy yo”. En Bananera Continental se viven esas cosas. Talvez cualquier trabajadora se le arrima a una que es sindicalista, te ven por la cámara y te echan. Porque ahí hay cámara en todo lado para eso. ¿Entiende? Ahí no tiene usted derecho ni a rascarse porque ellos la ven. (Teresa, 2019)

Esta forma de controlar a los/as trabajadoras crea espacios laborales tensos, hostiles y represivos, donde el/la trabajador/a está consciente de que cualquier intento de sindicalizarse para velar por sus derechos peligra la pérdida de su trabajo. Es un sistema punitivo y represor. De acuerdo con la vivencia de Teresa, desde la huelga del Pacífico Sur en Golfito,  la compañía cerró sus puertas y se llevó su negocio para otro lado. Los/as trabajadores/as saben que cualquier intento de colectivizar su lucha puede ser castigada con el cierre de la empresa. Además de esta triste pérdida para la lucha por derechos laborales en Costa Rica, este tipo de ambientes controlados evitan el posible fortalecimiento de la lucha laboral en las bananeras. Para cubrirse de sus violaciones de derechos, las bananeras han creado el famoso comité permanente:  

Tenemos un comité permanente, una persona que representa a los compañeros para defenderlos. ¿Qué es lo que pasa? La compañía se los llevan a darles una comida, a tomar guaro, para que él no moleste, entonces él no te cuida, no te defiende. Ahora hay una liquidación cada año, el comité firmó. El comité representa a los trabajadores, firmó para que el salario sea estable, y a ellos les pagan una bonificación muy alta para que firmen, y por firmado ellos no pueden hacer nada, porque ellos están representando al trabajador, ellos firmaron para que esa cesantía no se las den, para cuando lo liquidan, les están robando el salario, aparte de que el salario es malo, les roban la liquidación. (Teresa, 2019)

Estas son las consecuencias de un sistema que por medio de tácticas represivas y acciones corruptas crea realidades laborales, socioculturales y políticas de esclavización, aislamiento y opresión. Estas estructuras opresoras dan pie a la reproducción y naturalización de otro tipo de maltratos laborales:

El gerente, son unos perros, así de sencillo, ellos se ocasionan (sic) del puesto para maltratar al empleado, si usted tiene un puesto de administradora, entonces usted maltrata, tiene fuerza para maltratar al compañero, el empleado. ¿Por qué lo hace él? A él le dan una bonificación de un millón, dos millones si tiene equis cantidad de cajas. Entonces maltratan al trabajador para que les den rendimiento. (Teresa, 2019)

Desde este punto de vista se deduce que los capataces se convierten en los encargados de explotar a los/as trabajadores/as, vigilarlos/as, y denunciarlos/as cuando actúan con libertad y conciencia, todo bajo el mandato de los dueños de las compañías, a cambio de sobornos y premiaciones. Es la reproducción absoluta de una división del trabajo esclavista. Este sistema laboral opresivo ahora también se expande por medio de las piñeras en el país: 

En el 2000, empieza el proceso de las piñas. Desde el inicio visualizábamos que iba a ser igual o peor que el banano. Efectivamente, yo considero que es peor porque en piña hay dos cosas: 1) Hay cero cobertura, entonces el daño ambiental al suelo es mucho más grande: la erosión, el impacto y al extenderse muchísimas hectáreas en cero cobertura la biodiversidad también se pierde más, el banano como son plantas es menos problemático; 2) El impacto a la salud humana es más fuerte, aunque en banano se usaron agroquímicos muy fuertes como el Nemagón, en piña no han respetado las cercanías con las comunidades, el impacto en la salud es más directo. (Erlinda, 2019)

Erlinda nos comparte no solo la creciente preocupación que representa la expansión de las piñeras para el ambiente y la salud de los/as trabajadores, también nos recalca que otra de las grandes afectaciones de los monocultivos son las afectaciones de salud para las comunidades que viven cerca de ellas, o en el caso de la piña, comunidades que han sido invadidas por la entrada de las transnacionales.

Estamos trabajando con algunas comunidades donde en la ventana de la habitación de la señora está la piña, lo que la separa es un zanjo, es directo el impacto cuando fumigan. Ellas nos cuentan que son las nueve, diez de la noche y ellas no pueden salir porque les da miedo, cuando es de día agarran sus niños y se van a la plaza o se van para algún lado. (Erlinda, 2019)   

Conclusión 

La subjetividad de las experiencias de nuestras colaboradoras nos permite experimentar este ensayo textual y visual desde otra mirada, como otra forma de sentipensar el capitalismo expansivo, iniciado en Nuestra América a partir del asalto colonial y secundado por ese hijo personificado en el imperialismo, los cuales han venido arrasando con los recursos, las tierras y las poblaciones de América Central. Muchas son las consecuencias que brotan de una economía basada en la agroindustria transnacional que camufla las estructuras de la esclavitud a la contemporaneidad desde otros formatos. Lo que un día se iniciara en Costa Rica con las bananeras, se volvió a imponer con las piñeras y se prolongará de manera exponencial con cualquier otro monocultivo que le preceda hasta el momento que ejerzamos la presión social con la cual reivindiquemos nuestros derechos al buen vivir. Bajo el eco de estas palabras, les invitamos a disfrutar de nuestro ensayo: “Controlled Atmosphere”: un acercamiento a las dinámicas del monocultivo desde la mirada de las mujeres.   

Referencias  

Camino, Juan del (seud. de Octavio Jiménez). Estampas. En Costa Rica, por lo antigua y poderosa, la United Fruit Co. es el tipo de organización yanqui salida del control de la nación. Repertorio Americano, Tomo XXVIII, No.21, 2 de junio de 1934.

---------------------. Estampas. La esclavizadora Electric Bond & Share sigue entreteniendo y engañando. ¿Hasta cuándo? El ejemplo deplorable de la United Fruit Co. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No.2, 14 de julio de 1934.

----------------------. Si nos descuidamos, la voracidad de la United Fruit Co. se tragará cuanto le convenga en la zona del Pacífico. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No.5, 4 de agosto de 1934.

----------------------. Estampas. Estamos con los trabajadores de la zona atlántica. De una realidad vieja desconocida del costarricense. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No.7, 18 de agosto de 1934.

----------------------. Estampas. Una rebeldía más de la United Fruit Co. con los escitas que aplauden el ‘ejemplo de dignidad’ que ha dado. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No.11, 22 de setiembre de 1934.

----------------------. Estampas. Abra los ojos el Congreso y no haga más contratos con una compañía de por sí peligrosa. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No.18, 10 de noviembre de 1934.

----------------------. Estampas. El miedo a la United Fruit Co. ha hecho de Costa Rica una tribu de enanillos. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No. 19, 17 de noviembre de 1934.

----------------------. Estampas. Sigamos con la fatídica compañía frutera yanqui. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No. 23, 15 de diciembre de 1934.

-----------------------. Estampas. De un balance desastroso, meditación melancólica de fines de año. Repertorio Americano, Tomo XXIX, No. 24, 29 de diciembre de 1934.


1 Véase la sección de ESPECIALES, al final de esta revista. Se encuentran las entrevistas realizadas.