R E P E R T O R I O


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A M E R I C A N O


Segunda nueva época N.° 31, Enero-Junio, 2021

ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143



La migración de la población indígena miskita en Costa Rica desde la identidad y construcción del “otro”

The migration of the indigenous miskito population in Costa Rica from the identity and construction of “the other”

Gisella Segura Espinoza

Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO)

Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica

gisella.segura.espinoza@una.ac.cr

Resumen

En el siguiente artículo, se analiza el imaginario social acerca de la migración así como los mitos y estereotipos que tiene la población costarricense con respecto a la población inmigrante nicaragüense. Se identifican la percepción y el discurso que existe desde la construcción del otro, a partir de los mitos y reproducción de los estereotipos, la identidad y las estrategias individuales o de sobrevivencias que tienen las personas migrantes indígenas, en especial la población Miskita.

Para ello se analizan algunas manifestaciones textuales y discursivas que las y los costarricenses producen y reproducen acerca de las personas inmigrantes, en cuanto a imágenes, así como la percepción que se tiene de esta población, para evidenciar los mecanismos de naturalización, legitimación y reproducción del poder que existen y que ayudan a fomentar las desigualdades sociales, impidiendo así comprender el significado de las migraciones en la sociedad costarricense.

Palabras claves: migración, construcción del otro, identidad, imaginario social, mitos y estereotipos

Abstract

In the following article, the social imaginary about migration is analyzed, as well as the myths and stereotypes that the Costa Rican population has in relation to the Nicaraguan immigrant population. The perception and discourse that exist about the construction of the other is identified from the myths and reproduction of stereotypes, the identity and individual or survival strategies of indigenous migrants, especially the Miskito population. For this purpose, some textual and discursive manifestations that Costa Ricans produce and reproduce about immigrant persons are analyzed, in terms of images, as well as perception of this population. All this to demonstrate the mechanisms of naturalization, legitimation and reproduction of power that exist and that help to promote social inequalities, preventing understanding the meaning of migration in Costa Rican society.

Keywords: migration, construction of the other, identity, social imagination, myths and stereotypes

Introducción

Diversos autores coinciden en que la migración no es un fenómeno nuevo, ya que desde el siglo pasado se ha tenido que traer mano de obra, principalmente con la incorporación de diferentes actividades agrícolas como la bananera y la recolección de café. Hoy en día, se presenta también por diferentes condiciones, como lo es la coyuntura política y los fenómenos ambientales:

el arribo de nicaragüenses en Costa Rica empezó a ser reconocido en el siglo XIX, cuando los conflictos políticos y la expansión del cultivo de café en Nicaragua originaron la expulsión de campesinos de sus tierras, algunos de los cuales arribaron a Costa Rica en busca de trabajo, especialmente en la construcción del ferrocarril al Atlántico y en las plantaciones bananeras. La guerra Civil que tuvo lugar en Nicaragua entre 1927 y 1932 también activó “migraciones”. (Sandoval, 2008, p. xix)

Otros autores lo relacionan con la globalización a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX “la inmigración nicaragüense en Costa Rica en los años 1990 se articula en el nuevo estilo de desarrollo que se inicia en el país desde mediados de la década anterior, donde emergen una serie de actividades económicas que demandan una fuerza de trabajo que sólo de manera parcial estaba disponible en el país”. (Castro, 2015, p. 48)

El ingreso de población nicaragüense a Costa Rica no ha dejado de ser una controversia para la población costarricense ya que ante esta situación se han presentado manifestaciones de xenofobia en contra del ingreso de esas personas.

En Costa Rica, se presentó una serie de manifestaciones xenofóbicas en el Parque de la Merced, ubicado en el centro de San José, sitio donde conviven personas nicaragüenses. El sábado 18 de agosto de 2018, dio inicio una serie de manifestaciones xenofóbicas, entre estas un grupo de personas costarricenses se manifestaron en contra de las personas inmigrantes, colocaron la bandera de Costa Rica y cantaron el Himno Nacional, usaron la camiseta de Costa Rica como identificación, y consignas xenófobas principalmente con expresión de rechazo y odio al extranjero nicaragüense.

Estas acciones, en algunas personas, se justificaban para defender el país o en defensa de “sus derechos” como costarricenses; para otras, esto no fue más que una incitación al odio y a la violencia. Sin embargo, esto nos hace repensar parte de la construcción del “otro”, a partir del imaginario social que tiene la población desde la reproducción de los mitos y los estereotipos.

Costa Rica ha sido receptora principalmente de población nicaragüense y con ella también de población indígena. Los lugares con mayor predominio son Pavas, en San José, y Limón, que han sido de atracción por las bananeras y el café. Por lo general, estos grupos poblacionales al ser una minoritaria son excluidos de las políticas públicas y sufren discriminación.

En Costa Rica, ha existido una gran diversidad étnica y cultural, “dentro de esta diversidad tienen presencia seis pueblos indígenas, que actualmente habitan en 24 territorios” (Gaete, 2015, p.7). Entre los pueblos indígenas se encuentran: Bibrí, Brunca o Boruca, Térraba, Cabécar, Chorotega, Huetar, Maleku, los Ngöbe o guaimí. (INEC, 2013, p. 25)

La población migrante indígena ha sido doblemente discriminada; es una población que ha sido invisibilizada, al ser un grupo minoritario, lo que les dificulta aún más el acceso a sus derechos, tanto en cuanto a las necesidades de salud, educación y vivienda, como dejar atrás sus culturas y cosmovisiones distintas. (Sandoval, 2015, p. 5)

Tal es el caso de la población Miskita nicaragüense asentada en la finca San Juan de Pavas en San José, Costa Rica, que tiene alrededor de 30 años de estar inmigrando desde la Costa Atlántica de Nicaragua (Villalobos, 2018, p.11). Se trata de una población indígena migrante que al ser minoritaria ha sido invisibilizada. Esta población se enfrenta a nuevos retos, y con estos a nuevas necesidades económicas, sociales y culturales, teniendo consecuencias en relación con los cambios culturales y muchas veces con la desintegración familiar y, por ende, una vulnerabilidad de la niñez. Pero aunque el fenómeno de la migración ha estado presente por muchos años, hoy en día se han construido mitos y estereotipos respecto a la población migrante como se verá más adelante.

Planteamiento

Esta población, por lo general, al no contar con documentos oficiales, en el caso de los hombres, son contratados en las cosechas de café o en construcción y las mujeres en oficios domésticos, con acceso solo a salarios mínimos, lo que les impide vivir en mejores condiciones de vida, y tal como lo menciona Sandoval (2008): “la comunidad nicaragüense en Costa Rica es frecuentemente racializada y criminalizada”. Además de esto es vista como amenaza para la población costarricense, al tener que convivir y compartir servicios, educación y aspectos laborales.

Por otra parte, desde la independencia de España, en 1821, ha habido disputas y conflictos asociados frecuentemente con la definición de las fronteras en límites entre los dos estados. Discursos nacionalistas han convertido las fronteras en límites racionalizados. En este contexto, los nicaragüenses han sido a lo largo del tiempo “otros” internos y externos. Son percibidos como inmigrantes, pero también miembros de un estado amenazante tanto en tiempos de la dictadura somocista como durante el período sandinista. Estas representaciones internas y externas se entretejen entre sí y son reactivadas en circunstancias específicas. (Sandoval, 2008, p.xix)

Históricamente, se han dado conflictos por los límites entre Costa Rica y Nicaragua; recientemente “el conflicto limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua de 2010 y 2015” en la Isla Portillos, localizada al norte de Costa Rica, y la Isla Calero. Esta diferencia se resolvió con una sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya el 16 de diciembre de 2015, que ratifica la soberanía de Costa Rica sobre la isla.

Para Goldade (2007), el creciente aumento de inmigrantes nicaragüenses provoca ansiedad en la población nacional, además de reacciones violentas, por cuanto consideran que le vienen a quitar el trabajo y a adquirir una mayor demanda de los recursos públicos, situación que hace reproducir el estigma hacia la inmigración nicaragüense (p.233).

Por otro lado, Fleming (2007) agrega:

a pesar de que Costa Rica ha sido reconocida internacionalmente como una nación pacífica con un fuerte sistema de seguridad social, la llegada de nuevos inmigrantes provocó que la sociedad de este país reflexionara acerca de muchos de sus programas estatales. Los sistemas de salud y educación, los cuales proveen servicios gratuitos para todas las personas a pesar de su estatus migratorio, fueron atacados. (p.359)

Por tanto, en este artículo se analizará el imaginario social de la migración, los mitos y estereotipos que tiene la población costarricense con respecto a la población migrante nicaragüense, particularmente sobre la población indígena migrante, tomando en cuenta la construcción del otro a partir de los mitos y la reproducción de los estereotipos, a través del discurso, así como las estrategias individuales o de sobrevivencias que tienen las persona migrante indígena Miskita, entendiendo los mitos y estereotipos como la imagen y las atribuciones negativas que se le dan a las personas, en este caso a personas migrantes dentro de una sociedad sin tener conocimientos.

Construcción del otro

Para Molina (2010), la concepción de Costa Rica como una sociedad blanca data de los años 1880 y 1890, basada en los políticos e intelectuales liberales, lo que permitió que en el siglo XX, Costa Rica fuera una excepcionalidad al resaltar principalmente su diferencia y supuesta superioridad frente a vecinos del resto de Centroamérica. (Molina, 2010, p.111). Es así como se ha llegado a construir una diferenciación con los otros países, principalmente con Nicaragua; al respecto Molina (2010) agrega:

Costa Rica en contraste con sus vecinos del Istmo y sobre todo con Nicaragua, era una república blanca- una feliz Suiza de los trópicos-, cuyos gobiernos civiles y democráticos se afanaban por ofrecer a la población creciente servicios educativos y sanitarios con el fin de garantizar la pureza y el progreso de una raza casi perfecta. (p. 8)

Además con las tendencias culturales del siglo del café y el banano, Costa Rica se destacó por la consolidación de “un modelo de convivencia social y política distinto de las tradiciones violentas que prevalecían en los otros países del istmo”. (Molina, 2010, p.11) Desde esta perspectiva, Sandoval (2008) menciona que se crea un sentido de diferencia para con las personas migrantes, desde una condición histórica y coyuntural:

Las identidades nacionales en Costa Rica se han caracterizado por representaciones esencialistas que insisten en un idílico sentido del pasado, una población “blanca” y, recientemente, una próspera clase media y una democracia estable como referencias cruciales de pertenencia nacional. Inversamente, el “otro” nicaragüense es asociado con frecuencia a un pasado político violento, piel oscura, pobreza y formas no democráticas de gobierno. En otras palabras, categorías similares son empleadas para definir a los “auténticos nacionales” y el otro. (Sandoval, 2008, xvi)

Por lo que, históricamente, se ha creado una conformación de identidades en ambas naciones, desde la resistencia en los límites entre Nicaragua y Costa Rica y el control de Nicoya y el Río San Juan, a lo que Sandoval señala:

Simultáneamente, los nicaragüenses se fueron convirtiendo en el “otro” en el imaginario costarricense. Los conflictos con el estado nicaragüense posterior a la independencia, originado por desacuerdos en la definición de las fronteras, inauguraron tensiones que están aún presentes. Además los nicaragüenses han sido históricamente representados por su castellano “diferente” y su piel oscura. (Sandoval, 2008, p.109)

Esto ha hecho que se construyan imágenes y prototipos de una persona extranjera nicaragüense y relacionada como personas pobres, criminales, etc. No siendo igual cuando se habla de una persona extranjera estadounidense, denomina “gringa”, o europea que, además, la relacionan con el dólar y que viene como turista. Y desde esta perspectiva la formación de una identidad nacional crea cierta pertenencia, pero a la vez cierta diferencia y exclusión. Al respecto Sandoval señala:

En resumen, la nación costarricense ha sido constituida, a lo largo del tiempo, por relaciones sincréticas entre diversos grupos, en particular indígenas, europeos, mestizos, negros, asiáticos y latinoamericanos. A pesar de esta diversidad, el sentido de nacionalidad en Costa Rica se ha caracterizado por referencias a una cierta “excepcionalidad” política, cultural y étnica, la cual incluye, entre otros atributos, un fuerte sentido de diferencia respeto a otras naciones centroamericanas. (Sandoval, 2008, p. 312)

La identidad es una construcción ideológica, tal y como lo señala Bartolomé (2006): “Dentro de la lógica del discurso propio, la presencia de grupos culturales, social, racial o lingüísticamente diferenciados es comprendida a partir de los mismos parámetros simbólicos vigentes en cada específica reflexión mítica. La presencia de esos “otros” que son parecidos a “nosotros”, pero con los cuales no podemos identificarnos, suele ser explicada como sucesos que ocurrieron en el transcurso del tiempo de los orígenes, lo que otorga sentido y razón de ser el mundo a todos los entes que lo pueblan” (p. 41). Por lo tanto, no se debe excluir ningún tipo de identidad, sino que ,deben existir grupos organizados, con necesidades y características diferentes.

Todo esto ha generado consecuencias, ya que desde la diferenciación se ha excluido a cierta población, y desde esta perspectiva se tiene una actitud negativa y hostil hacia las personas migrantes nicaragüenses solo por el hecho de ser nicaragüenses. Por lo que también es importante en este estudio la construcción del otro, a partir de mitos y estereotipos, identificando el trato que reciben las personas migrantes e indígenas, desde la percepción que tiene la sociedad costarricense.

Para Martínez (2011), “El prejuicio y la discriminación son elementos presentes en casi todas las culturas y se hallan asociados a la estima propia expresando la superioridad sobre los demás con la pretensión de imponer nuestros esquemas culturales y nuestra voluntad transformando la diferenciación en desigualdad” (2253). Por otro lado, hace referencia a que “la discriminación se refiere a la actitud concreta que causa la exclusión de algunos individuos de recompensas y oportunidades sociales con una tendencia a la etnización de las diferencias” (2253).

Metodología

A continuación, se presenta el análisis y discusión de la información recopilada, a partir de los principales hallazgos de las encuestas realizadas en los años 2014, 2015 y 2018, por el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO). Los resultados de la encuesta permiten visualizar el imaginario social que tienen las personas costarricenses en cuanto a las personas migrantes, la percepción sobre la discriminación y, finalmente, las estrategias territorio que usa la población Miskita.

Se plantea el imaginario social de la población costarricense respecto a la población migrante y población indígena migrante, permitiendo así visualizar los mitos y estereotipos que tiene la población costarricense.

Encuesta: Acercamiento a la Población Miskita en Costa Rica (2014)

El programa de Población para la Equidad con Perspectiva de Género y Diversidad Cultural, del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional de Costa Rica, en conjunto con la Red Distrital de Derechos de la Niñez y la Adolescencia, del Subsistema Local de Protección de Pavas del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), realizaron el estudio “Acercamiento a la Población Miskita en Costa Rica”, cuyo principal objetivo fue construir un perfil sociodemográfico y cultural de la población Miskita residente en este país y visibilizar estadísticas de esta misma población.

En cuanto a la población de estudio, se definió como el conjunto de hombres y mujeres Miskitas jefes y jefas de hogar residentes en el país. Para ello era importante que las personas se autoidentificaran como Miskitas, es decir, que se consideraran pertenecientes a este grupo étnico y que el colectivo las reconozca como tales. Para ello no se contó con una muestra estadística por ser un estudio exploratorio como primer acercamiento a la población Miskita en el país.

La encuesta se aplicó los días 30 de noviembre y 7 de diciembre del año 2014, en la Escuela Finca San Juan, ubicada en Finca San Juan de Pavas, en San José. Se entrevistó a un total de 458 personas, residentes en 12 cantones del país, ubicados en las provincias de San José, Alajuela, Heredia y Limón (Sandoval y Espinoza, 2016, p.27).

Encuesta: Percepción de la población costarricense sobre cambio climático, salud humana y migración

Dentro de la encuesta “Percepción de la población costarricense sobre cambio climático, salud humana y migración”, había un módulo específicamente relacionado con migración, específicamente sobre la “Percepción de la población migrante nicaragüense”, en donde se le solicitaba a las personas entrevistadas la opinión sobre los derechos de las personas migrantes, así como las características negativas y positivas de la población migrante nicaragüense y, finalmente, una pregunta acerca de las manifestaciones realizadas el día sábado 18 de agosto de 2018.

La población de estudio estuvo conformada por personas mayores de 18 años o más, costarricense o extranjera con más de dos años de residir en el país. La encuesta se realizó a teléfonos celulares, se verificó que la persona fuera usuaria frecuente de la línea celular y que la utilizara para uso personal. Se realizó en el mes de noviembre, con una muestra de 851 participantes. La recolección de la información se llevó a cabo del 3 al 15 de noviembre de 2018.

Prensa nacional

Se consultó y se hizo una búsqueda en los medios, tales como los periódicos nacionales, entre ellos La Nación, La Extra y La Teja, para encontrar noticias relacionadas con la migración, durante el mes de noviembre, e identificar el discurso o la forma de presentar las noticias hacia las personas migrantes.

Redes sociales

Con la red social se identificó, por medio de Google y Facebook, los eventos coyunturales acerca de la comunidad nicaragüense en Costa Rica, específicamente con memes o imágenes relacionados con la discriminación hacia la población migrante. El trabajo de campo se llevó a cabo en el mes de noviembre y diciembre del 2018, cuyo objetivo fue triangular información, para explorar formas de identidad nacional y la discriminación.

Análisis y discusión

Construcción del otro

Costa Rica ha sido receptora de población nicaragüense, la cual aumenta cuando hay cosechas de café. En general, estas personas inmigrantes laboran como guardas de seguridad y en construcción, mientras las mujeres trabajan en fábricas y como empleadas domésticas. Hay quienes no poseen documentos oficiales y no pueden acceder a empleos formales, pero los contratan en las cosechas de café y en las construcciones con salarios mínimos.

La percepción que tiene la población local respecto a los migrantes es muy importante ya que eso nos permite visualizar los mitos y estereotipos que existen en el imaginario popular; al respecto, se mencionarán algunos resultados de la encuesta sobre percepción de la población costarricense hacia la población migrante nicaragüense.

Con respecto a los derechos que debe tener la población migrante, el 31,2 % considera que las personas extranjeras que residen en Costa Rica no deberían tener los mismos derechos que tienen las personas costarricenses. Dentro de las razones mencionadas, señala que las personas migrantes “tienen más derechos que las personas costarricenses”, “vienen a hacer mucho daño”, “tienen su propio país”, “son una carga para el país” y “se aprovechan de los beneficios que se les da”.

Por otro lado, las personas que sí piensan que deben tener los mismos derechos (68,8%) argumentan que “todas las personas son seres humanos”, “son personas que vienen a contribuir con la economía del país”, “buscan una mejor calidad de vida y refugio”, además de que “cumplen con las obligaciones”. Cabe destacar que se dan repuestas ambivalentes, por ejemplo cuando opinan que “sí deben tener los mismos derechos pero el derecho al voto no”, o que “deben tener derechos solo si vienen a trabajar”.

Ante el supuesto de que existen personas extranjeras sin documentos migratorios al día en Costa Rica, las personas consideran que “el Estado costarricense debería regularizar su situación” (93,3%). Pero con respecto a las personas extranjeras que no tienen documentos migratorios al día, el 71, 9% de la población costarricense considera que deben volver a su país.

En la encuesta, se solicitó mencionar una característica positiva de la población migrante nicaragüense; el 82% de la población costarricense menciona principalmente que son “trabajadores, valientes y esforzados”; en segundo lugar, que “aportan a la economía del país ya que son mano de obra barata” (5,7%), que “son buenas personas, humildes, amables” (5,6%). Con menos porcentajes nos encontramos razones como que son “emprendedores”, que “buscan mejores condiciones de vida”. Sin embargo, también se encontraron respuestas ambivalentes tales como “algunos son trabajadores”, donde se incluía una palabra positiva como trabajadores, pero hacían énfasis en que “no todos”.

Este aspecto es importante ya que dentro del discurso racista que se maneja, por lo general se utiliza el maltrato verbal que, aunque nieguen que son personas que rechazan a la población minoritaria, emiten argumentos xenofóbicos tales como “algunos son trabajadores”, “no todos son malos”.

Al consultar sobre una característica negativa de la población migrante nicaragüense, la relacionan principalmente con la delincuencia y el crimen (28,2%), agresivos, violentos y machistas (16,1%), problemáticos, conflictivos y que vienen a hacer mucho daño (13,5%), bajo nivel educativo, malcriados (8,1%), se aprovechan de los beneficios (5,5%), saturan los servicios y son un gasto para el país (3,9%), son indocumentados y no pagan impuestos (3,5%), entre otros, y con menos porcentajes que son viciosos, alcohólicos y fiesteros.

Para la población costarricense, se sigue viendo a los nicaragüenses como una carga para el país, algunos hacen ver las “cosas buenas” que han hecho, tales como que han traído beneficio al país por el aporte de mano de obra, es decir, se da un doble discurso al ser una población “mal pagada”, pero al mismo tiempo son considerados como “una carga”; por otro lado, al decir “algunas personas”, existe una internalización de la exclusión social que se hace reconocida, desde el lenguaje cotidiano, en los discursos de los medios, en la red social. Al respecto, Martínez (2011) señala que

el prejuicio y la discriminación son elementos presentes en casi todas las culturas y se hallan asociados a la estima propia expresando la superioridad sobre los demás con la pretensión de imponer nuestros esquemas culturales y nuestra voluntad transformando la diferencia en desigualdad. (p. 2253)

Por otro, lado al consultarle a la población costarricense si considera que en el país se rechaza a la población migrante nicaragüense, el 74,2%, acepta que sí existe un rechazo. Dentro de las principales razones consideran que se da principalmente porque “los costarricenses somos xenofóbicos” (14,7%), les quitan el trabajo a las personas costarricenses (10.2%), cometen crímenes (9,6%), se les relaciona con la delincuencia (7,6%), tienen diferencias culturales, religiosas y de costumbres (7,3%), son malas personas que manipulan, mienten, maltratan (8,4%). Con menos del 5% respectivamente, señalan que es por el uso de los servicios públicos de los costarricenses, por ser pobres, de bajo nivel educativo, por su color de piel y por ser indocumentados.

Para la población costarricense, este “otros” son los responsables de la inseguridad pública y el aumento de la criminalidad; por otro lado, en cuanto a los servicios de salud, educación y vivienda, los sienten como parte del deterioro en los servicios públicos que existen en Costa Rica. Además, como menciona Sandoval (2008),

La construcción de los nicaragüenses como “otros” ilustra esta dinámica. Ellos son considerados como una amenaza para la salud pública, pues algunos han ingresado al país padeciendo cólera, también hay disputas diplomáticas entre los gobiernos de ambos, Costa Rica y Nicaragua por la definición de fronteras, disputas que han sido representadas también como amenazantes. (p. 11)

“La constitución del nicaragüense como otro” articula sobre todo representaciones racializadas y de clase. De hecho, si los nicaragüenses no fuesen de piel oscura y pobres, no serían “otros”. Un inversionista nicaragüense, por ejemplo, es primero que todo reconocido como un “hombre de negocios” y en segundo lugar como un nicaragüense. El término “nica” está reservado para el nicaragüense pobre. (Sandoval, 2008, p. 312)

Medios

Los medios de comunicación también hacen una desvalorización de las personas migrantes ya que por lo general las presentan relacionadas con robos, delincuencia, asaltados, violencia, y hacen ver la inmigración de los y las nicaragüenses como una amenaza, percepción que tiene también la población costarricense. Como lo señaló Michel Foucault (1970) - traducido por González-,

la separación entre lo verdadero y lo falso no es ni arbitraria, ni modificable, ni institucional, ni violenta. Pero si uno se sitúa en otra escala, si se plantea la cuestión de saber cuál ha sido y cuál es constantemente, a través de nuestros discursos, esa voluntad de verdad que ha atravesado tantos siglos de nuestra historia, o cuál es en su forma general el tipo de separación que rige nuestra voluntad de saber, es entonces, quizá, cuando se ve dibujarse algo así como un sistema de exclusión (sistema histórico, modificable, institucionalmente coactivo). (p.19)

Por su parte, para Sandoval (2008), “los medios han promovido esta política racializada especialmente en las noticias de sucesos, las cuales constituyen una modalidad periodística sin el destaque de las noticias sobre economía y política, pero con una más amplia y diversa audiencia, la cual puede reconocer fácilmente los personajes arquetípicos (por ejemplo, héroes…)”(p. 313).

Aparte del doble discurso que se usa en los medios de comunicación hoy en día, también se usan imágenes en la red o Internet como una forma de expresión de dominio sobre las personas migrantes, y se ofrece la posibilidad de expresarlo libremente, naturalizando de esta forma la xenofobia. “Se podría argumentar que la representación del “otro” nicaragüense como amenaza y problema ha emergido con especial énfasis en los medios impresos, los cuales parecen tener un efecto de agenda sobre otros medios como la televisión y la radio” (Sandoval, 2008).

Es así como el 18 de agosto de 2018, un grupo de personas costarricenses se manifestaron en el Parque de La Merced de San José en contra de las personas migrantes nicaragüenses, donde se dieron confrontaciones entre policía, manifestantes y personas nicaragüenses. A la población costarricense se le consultó si estaba de acuerdo con acciones tales como la violencia realizadas en esa marcha contra el ingreso de nicaragüenses; al respecto, el 20,8% menciona que sí está de acuerdo, mientras que el 79,2% señala que no.

Según la población de estudio, dentro de las razones que argumentan sobre si estaban de acuerdo con la marcha en contra de la población migrante nicaragüense, es “porque tienen derechos de expresar” ya que los costarricenses estaban defendiendo sus derechos, porque “el país no posee los recursos económicos/ son una carga para el país”, porque “solo vienen a hacer daños, se estaban adueñando de San José y se querían apropiar del parque”, por ser indocumentados y vienen de forma ilegal, porque vienen a quitarnos las oportunidades a los costarricenses y quitan el trabajo y, finalmente, porque creen que le faltaron el respeto a la patria, al quemar la bandera de Costa Rica porque, según mencionan, estaban violentando la ley.

Es importante recalcar que cuando se le hace la consulta a la población costarricenses sobre los derechos de las personas extranjeras, dice que sí deben tener derechos pero al preguntarle por las manifestaciones de las personas migrantes nicaragüenses, sí están de acuerdo probablemente porque son personas nicaragüenses.

Por otra parte manejan el discurso de no ser personas xenofóbicas, que respetan los derechos de las personas migrantes y que no están de acuerdo con las manifestaciones, pero por otro lado hacen expresiones de exclusión y discriminación.

Como lo expresa Sandoval (2008), “otra importante implicación del discurso de los medios ha sido la representación de la comunidad nicaragüense en Costa Rica como un problema nacional”

Los eventos criminales no solo han construido una representación criminalizada y racializada del otro nicaragüense, sino que también han apuntado un fuerte sentido de pertenencia nacional. Es decir, una representación de la identidad nacional costarricense emergió en el contexto de las amenazas asociadas con la “inmigración” (p. 314).

Las personas que no estaban de acuerdo con las manifestaciones realizadas en contra de la población migrante señalan que “son seres humanos y tienen derechos”, las manifestaciones “deben ser pacíficas, sin violencia”, “hay que darles oportunidades ya que buscan una mejor calidad de vida”, “hay nicaragüenses que aportan al país y vienen a trabajar”, “porque le corresponde al Estado actuar y no a los ciudadanos”, “No, porque representa el odio, la xenofobia, se promovió la discriminación”.

Es importante recalcar que hubo personas que mencionaron la “mala difusión de información”, ya que se mal informó por parte de los medios de comunicación y se mal interpretó la situación que se llevó a cabo en la manifestación.

Por otro lado, se dieron imágenes en las redes sociales asociadas a la marcha con discursos de xenofobia, en los cuales posiblemente se sientan libres de expresar su identidad. Y de esta forma por medio de imágenes también se puede naturalizar una identidad nacional fomentando a la vez la exclusión.

Fuente: www. google.com. Octubre 2018.

Existen innumerables ejemplos de imágenes que fomentan la xenofobia y la discriminación en las redes, en cierto sentido, para ejercer control sobre las personas migrantes, ya que son consideradas como una amenaza y un problema para el país, al tener que ofrecerles algunos servicios públicos y de educación.

La discriminación

Como se mencionó anteriormente, la construcción del otro se da a partir de una identidad nacional en donde lo que se construye es la exclusión de las personas “externas” por su color de piel, acento, costumbres, etc. Al respecto, Sandoval (2008) señala: “el sentido de ser “único” en Centroamérica ha sido representado a través de la estigmatización de “otros” internos -campesinos, negros, indígenas- y otros externos, entre los cuales los nicaragüenses han sido cruciales” (Sandoval, p. 241).

En 2015, se le consultó a la población costarricense sobre la discrimación hacia la población minoritaria, tales como personas indígenas, migrantes, personas adultas mayores: Percepción de la población costarricense sobre la discriminación. Se le preguntó a la población costarricense si ante cierto grupo de personas que viven en Costa Rica, con diferente religión, diferentes partidos políticos, personas homosexuales o con discapacidad, o ser indígena, son consideradas “diferentes”. El 56,1% de la población costarricense considera que el “ser indígena y que otros no sean indígenas” provoca mucha diferencia entre las personas de Costa Rica, mientras que el 43.9% considera que hay muy poca o ninguna diferencia.

Al consultar sobre qué tanto estarían dispuestos o dispuestas a permitir que en su casa vivieran personas indígenas, migrantes o con una cultura distinta a la suya, responden que si aceptarían que una persona indígena viva en su casa (92,3% ), con una cultura diferente (87% ) o que sean migrantes (79.8%).

Para la población de estudio, el grupo de personas que sufren más discriminación son las personas indígenas con un alto porcentaje de 23,7% en comparación con otros grupos minoritarios. Y el 90% de las personas entrevistadas considera que la población migrante no sufre discriminación.

Grafico 1

Distribución relativa de las personas entrevistadas según quienes sufren más discriminación. Agosto 2015

Fuente: Encuesta: Percepción de la población costarricense sobre la discriminación. Agosto de 2014

Sin embargo, en la misma encuesta se menciona que más del 60% de las personas costarricenses consideran que el trato que se les tiene a las personas indígenas y migrantes es “malo, regular y muy malo”.

En este mismo estudio, se les consulta a las personas costarricenses acerca de cuánto consideran que en Costa Rica se respetan los derechos de las personas indígenas y las personas migrantes; al respecto, alrededor del 85% señala que a las personas indígenas se les respeta poco o nada los derechos, de igual forma el 78% considera que no se les respetan los derechos a las personas migrantes.

Para Sandoval (2008), “ambas distinciones están estrechamente relacionadas: los nicaragüenses, por ejemplo no solo son estigmatizados a través de marcas étnicas, sino que también son representados en términos de ciudadanía como “inmigrantes ilegales”, lo cual también lo relacionan con la desigualdad económica y material ya que por lo general esta población migrante viven o son de bajos recursos, precisamente por las condiciones o los lugares donde viven (Sandoval, 2016, p.16).

Al respecto, en la encuesta realizada a la población Miskita, se puede observar que dentro de las principales razones por las que en alguna ocasión se ha sentido una persona discriminada son principalmente por su acento al hablar, por su cultura, su apariencia física -el color de piel, tipo de cabello- y además se les discrimina por su nivel económico.

Grafico 2

Distribución relativa de las personas Miskitas según principales razones por las que se han sentido discriminadas

Fuente: Encuesta: Acercamiento a la población Miskita en Costa Rica. 2014

Lo anterior concuerda con los resultados de la encuesta realizada a la población costarricense sobre discriminación, en el año 2015, por cuanto los resultados arrojan que más del 60 % de la población costarricense considera que en Costa Rica se discrimina mucho a las personas indígenas, mientras que el 35, 6% señala que se discrimina poco o nada a estas personas. Dentro de las principales razones por las que se discrimina a la población indígena según lo menciona la población costarricense, es por su acento al hablar, por su cultura, por su apariencia física, como el color de piel, el tipo de cabello, etc.

Estrategias de sobrevivencia

En este capítulo se han explorado algunos factores que podrían ayudar a comprender por qué en décadas recientes los nicaragüenses son representados como “otros” en el imaginario social; sin embargo, es importante dar a conocer cómo viven las personas indígenas migrantes como un claro ejemplo de sus estrategias de sobrevivencia.

A pesar de que las personas migrantes, en este caso la población Miskita, migran en busca de una mejor calidad de vida, se enfrentan a otras situaciones de necesidades como tener un trabajo, alimentación u otros. Por consiguiente, algo que caracteriza a esta población es la red de apoyo que se tiene entre esta comunidad como una estrategia de sobrevivencia.

Para la población entrevistada en la comunidad de Miskitos, se generan estrategias de sobrevivencia entre esta misma comunidad y tratan de solucionar parte de sus problemas, por ejemplo, ante la falta de trabajo, entre los Miskitos se ayudan a buscar trabajo, se comunican dónde conseguirlo (28,5%), o se busca por medio de los amigos o amigas (14,4%).

Para la alimentación se hace una recolecta entre la misma comunidad (19,3%), entre ellos mismos se ayudan (15,6%), se ayudan entre amigos o compañeros ya que se prestan dinero o les dan comida (14,2%), ayuda familiar (11,2%). Cabe destacar que con menos porcentajes mencionan la ayuda de la iglesia, trabajan para comprar alimentos o se comparte la comida.

Cuando es la salud lo que les afecta, por lo general visitan un centro de salud, hospital, clínica o Ebais (30,4%), “se recolecta dinero y se ayuda económicamente” (16,3%), “alguna persona Miskita que tenga problemas de salud, se ayudan entre todos” (12,7%), o “cada quien busca cómo solucionarlo” (12,5%). Con porcentajes menores, mencionan que se busca apoyo familiar, también se utiliza la medicina natural o bien se da apoyo por parte de la iglesia Morava.

Cuando es una persona familiar que se muere, la mayoría concuerda con que “los vecinos y familiares se organizan para recoger dinero para los funerales” (76%), “se busca ayuda en la iglesia Morava” (7,3%), “se busca ayuda en las instituciones del gobierno nicaragüense en Costa Rica (embajada o consulado)” (6,4%), “también se busca ayuda en la iglesia católica” (0.7%).

De las 143 personas entrevistadas de la comunidad de San Juan de Pavas, estas vivían hace 10 años en Nicaragua (31,4%) y 12,4% vivía hace 5 años en Nicaragua, algunos en la Isla Caimán. El 87,8% de la población que vive en Costa Rica en el momento de la entrevista se ubicaba en la provincia de San José, principalmente en la comunidad de Pavas. Cuando vivían en su comunidad de origen, Nicaragua, se dedicaban al cultivo de la tierra (59.2%), actividades pesqueras (25,5%), al trabajo salariado (13,3%) u otros (2%).

Es interesante conocer que dentro de la comunidad de origen, la mayoría tiene su posición de migrar hacia otro lugar o bien lo hace regularmente, esto por cuanto al consultarles si en su comunidad de origen las personas migran a otro lugares, el 83% responde que sí. La principal razón por la que migran es por la pobreza en la que viven y la búsqueda de empleo (75,5%), por superación y búsqueda de mejores oportunidades (14,6%), y alrededor del 3% considera que es por visitar familiares o por la guerra.

El 94,6 % de la población entrevistada menciona que es común que migren a otro país, principalmente su lugar de destino es Costa Rica ( 69,4%) y Estados Unidos (12, 9%); como otras opciones tienen Panamá (8,8%) y Honduras (5,3%). Dentro de las razones por las que buscan estos países para migrar es porque consideran que hay mejores oportunidades de empleo (75.3%), la calidad de vida es mejor (7,8%), es menos costoso (4,9%), huyen de la guerra (3,4%) y por la situación económica (2,9%).

Cuando migran a otro departamento o provincia de su país de origen, por lo general consideran en primer lugar Managua (68,1%) y como otra opción para migrar dentro de su país de origen está la Región Autónoma Atlántico Sur Bluefields (11,1%) y en tercer lugar la Región Autónoma Atlántico Norte Puerto Cabezas (6,5%). Dentro de las razones por las que migran a estos lugares: para trabajar (48,9%), para estudiar (21,3 %), para realizar compras (personales o para comercio) (11,1%), para buscar una mejor calidad de vida (7,2%), para visitar o conocer (6,8%), o bien porque no tienen cómo salir de Nicaragua (4,7%).

Dentro de las principales cambios que han experimentado las familias de esta comunidad al migrar han sido, principalmente, “la forma de ganarse la vida (trabajo)” (90,8%), “la forma de crianza de los niños y niñas” (83,1%), “las comidas” (74,8%), “la lengua” (76,6%). La relación con la comunidad es otro cambio que han experimentado estas familias al vivir en Costa Rica (74,6%) y también la participación en grupos (67,2%).

Es interesante resaltar esta última parte con la población Miskita, ya que por las medidas tomadas por el gobierno sandinista en Nicaragua se inició un desplazamiento miskito, lo que llegó a conformar una colonia Miskita en Costa Rica. Por lo cual es importante comprender la situación en la que viven, como la falta de empleo y condiciones de pobreza, pues la población indígena migrante sufre una situación de mayor vulnerabilidad al vivir en condiciones de pobreza, discriminación y exclusión.

Como queda explícito, la población indígena Miskita tiene su propia cultura y sus estrategias de sobrevivencia por lo que es una población que debe ser más visibilizada. Se da un acercamiento del imaginario de la población indígena Miskita al señalar las razones de migrar hacia Costa Rica, por lo que se debe profundizar más sobre su territorialidad.

Conclusiones

Las identidades nacionales son imágenes construidas socialmente y a través de la historia alimentadas de prácticas cotidianas, lo que hace ver a las demás personas como diferentes. Es interesante cómo para la población costarricense, a “los otros” dentro del margen cultural se les tilda de analfabetos, maleducados y faltos de cultura, por lo que se termina generalizando a la población desde un punto de vista de inferioridad, descalificando y desvalorizando así sus capacidades.

Desde este punto de vista, los procesos de formación de la identidad nacional de las personas costarricenses han permitido que a las personas migrantes se las vea como a los “otros”, en un sentido de diferencia e inferioridad y una amenaza para la identidad étnica y cultural.

Las víctimas llegan hacer revictimizadas por el discurso periodístico, ya que este recalca a menudo a las personas nicaragüenses asociándolos con la delincuencia, el crimen, la ilegalidad y la violencia, lo que ha permitido, además, el desprecio y expresiones de forma negativa hacia esta población.

Por otra parte, las redes sociales, mediante imágenes estereotipadas, han incrementado la sensibilización hacia la población costarricense respecto a la persona migrante, promoviendo de esta forma la xenofobia y la discriminación.

Se debe dar énfasis al aporte de la población migrante para nuestro país, así como la contribución económica, principalmente desde los medios de comunicación, para lo cual es importante tener una sensibilización de cómo manejar el discurso y así fomentar los valores en la población costarricense.

Se debe rescatar que dentro del imaginario costarricense se encuentran respuestas como “son muchos”, hay una sobrepoblación, pero lo hacen en referencia a la demanda que se va a tener en los servicios públicos que existen.

Cuando se les pregunta por los derechos humanos de una persona extranjera, la mayoría están de acuerdo, pero al preguntarles específicamente por derechos de las personas nicaragüenses no están de acuerdo. Lo que se hace sospechar que cuando se habla de un extranjero “gringo” es aceptable, pero si es de piel morena, no lo es.

Al consultarle a la población directamente si existe un rechazo hacia la población nicaragüense por parte de la población costarricense, menciona con mayor porcentaje precisamente porque no se les pregunta directamente si rechazaría a una persona migrante, por lo que hace referencia solo a las otras personas pero no se incluyen.

Se dan repuestas ambivalentes, lo que hace pensar en el doble discurso racista, mediante el trato a grupos minoritarios, con una intención de negación, como por ejemplo cuando se le pide características negativas y se les señala como violentos, problemáticos, delincuentes, pero cuando se les pide características positivas señalan que “son muy trabajadores, pero no todos”, “algunos, son respetuosos y trabajadores”, “también hay algunos buenos, pero…”

Se hace referencia a la clase social, donde la población indígena migrante y las personas migrantes nicaragüenses son caracterizadas como pobres y en posiciones subordinadas a los costarricenses.

Al existir deberes y derechos, se debe revisar la normativa para que la población indígena Miskita que se encuentra en Costa Rica pueda tener acceso a los diferentes servicios, y para que sea una población visibilizada. Por lo tanto, es importante hacer más estudios sobre su territorialidad y constitución en nuestro país.

Todas las personas son iguales y tienen los mismos derechos, sin ninguna discriminación, según la convención 169 de la OIT, por lo que se le debe dar seguimiento en cuanto al reconocimiento, la promoción y la protección de los derechos y libertades, al ser sujetos de derechos.

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Recibido: 22 de junio, 2021

Aceptado: 29 de junio, 2021

Doi: 10.15359/ra.1-31.5


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