R E P E R T O R I O |
| A M E R I C A N O |
Segunda nueva época N.° 32, Enero-Diciembre, 2022 | ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143 | |
Ella es un Ángel
A Jacqueline Alencar
Alexander Anchía Vindas
San José, Costa Rica
Quiero iniciar esta breve reflexión, de forma inversa como tradicionalmente se acostumbra, quisiera justificar ante el estimado lector, que toda reseña o semblanza se acostumbra siempre a escribir en tercera persona, de forma impersonal, es lo que manda el protocolo académico. No obstante, una vez aparezca el último punto de este espacio, deseo que el estimado lector comprenda mis razones del porqué convenía usar la voz protagonista, si fuese un relato, más que la impersonal.
Con las excusas planteadas, deseo de igual modo en honor a la persona cuyo trasfondo se extiende a esta obra electrónica, realizar primero el comentario de la obra como tal y luego de la persona a la cual hace mención; es decir, comenzar por la reseña de Ella es un Ángel. Versos y prosas para Jacqueline (Marcelo Gatica Bravo, ed., España, Tiberíades Ediciones, 2022) y luego por la semblanza de Jacqueline Alencar.
Quien tuvo la idea de tal compilación es el poeta Marcelo Gatica normalmente invitado a estos encuentros en Salamanca; él fue quien contactó figuras de diferentes géneros y países.
Ella es un Ángel es un libro publicado en versiones física y digital en Salamanca. Al final de esta composición será posible ver el link y disfrutar de los múltiples autores que convergen en la figura de Jacqueline Alencar, personaje al cual el libro se dedica y a quien se hace alusión en su portada.
“Somos mosaicos, pedazos de luz, amor, historia, estrellas pegadas con magia y música y palabras”, dice Anita Krissan.
Ella es un Ángel es justo eso, un mosaico, pero creo que a Jacqueline le hubiese gustado ese homenaje: una diversidad, contra toda discriminación de estilos, de nacionalidades, confluencia que acerca la universalidad. Eso es justo Jacqueline, es una mecenas e inspiradora universal. En el libro se hace realidad la frase célebre de Rubén Darío: “Eres un Universo de Universos y tu alma una Fuente de canciones”. Con el texto Ella es un Ángel, es posible acercarse en diferentes aristas al manantial literario que representó en vida Jacqueline Alencar. En esta vasta confluencia de nacionalidades, estilos y géneros literarios, quisiera sólo mostrar una pincelada de tan diverso y profundo aporte a la literatura como homenaje póstumo a Jacqueline Alencar.
No más iniciando el libro, Antonio Colinas (p.19) en muy pocos versos devela la personalidad de la homenajeada:
“Guardaba silencio.
Acaso porque ella
era el silencio que necesitamos
nosotros para ser.”
Se puede comentar en un caso como estos que Jacqueline era de credo cristiano evangélico, pero eso no niega compararla con la figura de María de Nazareth, quien escuchaba y todo se lo guardaba en el corazón. Es la Madre Teresa de Calcuta quien en una de sus citas exalta este silencio: “El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos a ver a Dios. Y el silencio del corazón como el de la Virgen, a conservar nuestro corazón.”
Respecto a otras cualidades de Jacqueline, es posible imaginar su sonrisa; tal y como lo realiza el poeta español Manuel Carlos Palomeque (p.22):
“¿De qué materia estaba hecha tu sonrisa?
Colgada a diario del gancho amable de tu rostro,
Pareciera así el portón entreabierto
De una tímida disculpa no pedida”
Esta descripción la realizaré desde la experiencia cuando iba a iniciar el “Encuentro de Poetas Iberoamericanos”, siempre durante el mes de octubre, estaba ella en el Colegio Fonseca de Salamanca recibiendo con una franca y honesta sonrisa a los poetas que llegaban a registrarse.
Luz Mary Giraldo (p.24) de Colombia añade:
“Fue solo verla y sentir un ángel de alas invisibles
delante de mis ojos.
La serenidad en el instante y la sonrisa
un leve aleteo
y la cámara lista a detener el tiempo.”
Finalmente, en la primera parte de este compendio, la poeta panameña Giovanna Benedetti (p.25) en un poema establecido claramente como homenaje a Jaqueline, nos la describe:
“Hoy recuerdo su mirada, su precisión, sus gestos.
Y atesoro el frasco del perfume
que ella me dio en el Fonseca.
Una fragancia que, en mi espejo, es ya parte del misterio
de una mujer que fue floresta, dulcedumbre y verso.”
Es posible encontrar versos en lengua inglesa y portuguesa, por parte de los muchos poetas que visitaron Salamanca para el “Encuentro de Poetas”, siempre durante los meses de octubre antes de la pandemia.
Es a partir de la página 109 que inicia la parte prosaica un poco más corta. Esta da inicio con una postal abstracta.
Enrique Cabero (p.112), en pocas líneas, muestra otras aristas de su personalidad en la parte más racional y prosaica del texto: “La filantropía y la fe evangélica completaron su vida de amor, amistad y servicio a los demás”.
Es Juan Antonio Monroy (p.115) quien acierta dando una pequeña reseña biográfica de Jacqueline Alencar:
“Jacqueline Alencar nació el año 1961 en la ciudad de Cobija, Bolivia, situada a orillas del río Acre, que tiene fronteras próximas con Perú y Brasil. Cobija fue fundada en 1906 por el coronel Enrique Cornejo. Su educación escolar le permitió ir pasando de un grado a otro hasta llegar a la Universidad. En todo ese recorrido fue una estudiante brillante, siempre la primera de su clase, con notas de sobresaliente.”
Llegado a este punto deseo alejarme ligeramente de cómo se describe a Jacqueline, quien fue el tema para que autores de diferentes géneros, estilos y nacionalidades convergieran en el libro Ella es un Ángel.
Deseo continuar realizando un breve esbozo como autor de lo que fue compartir un tiempo a distancia y presencial con Jacqueline Alencar.
A Jacqueline la conocí como una fina dama de la sociedad salmantina en 2013. Era la primera vez que visitaba Salamanca y recuerdo siempre su sonrisa y hospitalidad con todos los poetas y personas vinculadas a la cultura. Nos preparó una deliciosa cena justo después de que presenté un libro en la Facultad de Geografía e Historia de la USAL. A pesar de que julio no es un mes apropiado en Salamanca para las presentaciones, recuerdo siempre su entusiasmo, su amabilidad. De su vida profesional, de lo que me enteré es que ella en vida fue crítica literaria y promotora cultural; escribió misceláneas del ámbito académico. Pero sobre todo recuerdo de ella sus lindas fotos donde tomaba a las personas en su mejor ángulo, en su mejor momento, tenía la sensibilidad de un fotógrafo profesional, aunque según entiendo ella no tomó ningún curso especializado en el arte de la fotografía.
Algo más de nuestra lejana relación fue la Fe, la seguridad en un ser supremo que nos apoya y nos ayuda a vivir. Con el tiempo logramos intercambiar mensajes religiosos y citas bíblicas.
En vida tuve la posibilidad de verla una segunda vez cuando fui invitado a correpresentar a Costa Rica en el “XXI Encuentro Iberoamericano de Poetas”, en ese año dedicado a las ocho centurias de fundación de la Universidad de Salamanca. Me acuerdo de verla radiante, al lado de su esposo Alfredo Pérez Alencar, ofreciendo una bienvenida a los poetas que estaríamos en el Encuentro y, por supuesto, luego las lindas fotos en el Instituto Fray Luis de León y la presentación del libro El misterio en Ti desperté.
En pocas palabras, puedo decir de Jaqueline que sin hablar mucho, con su sonrisa como lámpara, fue inspiración para diferentes creadores no sólo literarios, sino también de otras artes. Aportó profundidad y espiritualidad al conglomerado cultural salmantino; quizás no tenía una palabra, pero su presencia era sinónimo de fiabilidad y confianza en la marcha del evento y de la cultura.
Invito a los lectores a adquirir gratuitamente el libro electrónico al menos por la red de Tiberiades; además, pueden encontrar el libro electrónico Sembradora de Poesía, con menos autores y la participación de su esposo, dedicado a esta figura que sin duda trascenderá su tiempo.
He aquí los links:
https://tiberiades.org/?p=5750
Equipo Editorial
Universidad Nacional, Costa Rica. Campus Omar Dengo
Apartado postal 86-3000. Heredia, Costa Rica