R E P E R T O R I O | A M E R I C A N O | |
Segunda nueva época N.° 33, Enero-Diciembre, 2023 | ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143 | |
La guerra civil española y sus efectos en Costa Rica
The Spanish Civil War and its effects in Costa Rica
Fabio Valverde Barrantes
Investigador independiente
Heredia, Costa Rica
ORCID: 0009-0002-7865-3098
A mi gran amigo Luis Lobo Bejarano quien me ayudó en la elaboración de este material.
A Julián González Zúñiga cuya historia ancestral me inspiró a escribir este ensayo.
Resumen En este ensayo se analiza la recepción por parte de Costa Rica de la guerra civil en España (1936-1939), cuando surgieron grupos a favor y en contra de este acontecimiento. Pero una vez que España se integró al eje de naciones durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Costa Rica condenó el apoyo a España. Palabras claves: guerra civil española, fascismo, comunismo, Francisco Franco Abstract This essay analyzes the reaction of Costa Rica to the Spanish Civil War (1936-1939), when two groups emerged, one in favor and one against of Spanish nationalists. But because of Spain’s support for the “eje” of nations during the Second World War, the Costa Rican government condemned support for Spain. Keywords: Spanish Civil War, fascism, communism, Francisco Franco |
La guerra civil española fue un evento político-militar que tuvo repercusiones ideológicas y políticas en todo el mundo. Este evento ocurre cuando los nacionalistas liderados por Francisco Franco se sublevaron contra el gobierno del Frente Popular, electo democráticamente en febrero de 1936. Franco sería el máximo representante de las fuerzas conservadoras de España; entre ellas estaban los falangistas, el bloque nacional y los carlistas. Todas estas agrupaciones tenían sus diferencias ideológicas; sin embargo, lo que las llegó a unir fue lo que ellos mismos denominaron una cruzada en España contra el comunismo. Este bloque de extrema derecha lucharía para deponer el gobierno de Manuel Azaña, conformado por una variedad de agrupaciones de izquierda. La guerra civil española es el ejemplo más extremo de la lucha de ideas que se estaba dando en el mundo. En los años 30 ya las izquierdas estaban muy bien consolidadas al igual que las ideologías de carácter fascista. El conflicto español fue aprovechado por Alemania e Italia, países que probarían la eficiencia de su armamento entregándoselo a las huestes del Generalísimo. La victoria de Franco para los alemanes e italianos suponía un beneficio en los niveles ideológico y geoestratégico, ya que si este líder se hacía con el poder de España tendrían un aliado más en el afán por expandir las ideas fascistas por toda Europa. Por otro lado, la Unión Soviética haría exactamente lo mismo con el Frente Popular a quien dio soporte bélico. En este conflicto se definiría de una vez por todas el tipo de ideario político que tomaría las riendas de España, entre una coalición política conformada por anarquistas, socialistas y comunistas o la unión de los sectores más conservadores.
El presente ensayo estudia los efectos de dicho conflicto en Costa Rica.
La guerra civil española vivida desde nuestro país: Costa Rica dividida
El conflicto español generó diversas reacciones en el país. Por un lado, la incipiente izquierda de Costa Rica veía como un peligro la propagación de los movimientos de corte fascista en Europa y que estos se replicaran en América Latina, mientras que las agrupaciones conservadoras del país se mostraban preocupadas por el avance del comunismo, así como el peligro que este representaba para ciertos grupos económicos, políticos y religiosos.
En el país se conformaron bandos y agrupaciones que darían apoyo moral y económico a las facciones del conflicto español. Del lado republicano se formaron en Costa Rica el Grupo Pro-República Española y la Liga Antifascista de Costa Rica, creados en 1936 y 1937, respectivamente. Algunos de los miembros más destacados de estas agrupaciones fueron el pintor Tomás Povedano de Arcos y Fernando Goicoechea, activista e intelectual español radicado en el país. El Grupo Pro-República Española, desde la estación San José en su espacio diario “La Hora de España”, invitaba a intelectuales para que llevaran a cabo disertaciones creando así conciencia y apoyo moral a favor de la república española. Por ejemplo, el 19 de agosto de 1936, el escritor y filósofo Abelardo Bonilla Baldares disertaba sobre el tema de la revolución española. También el joven Rafael Ángel Llubere sería invitado a la estación en donde hablaría sobre el conflicto español; años más tarde fue de los poquísimos costarricenses que pasó de las palabras a la acción enlistándose en las brigadas internacionales que defendieron con las armas la legitimidad del gobierno republicano.
Una de las contribuciones más destacadas que hicieron los costarricenses que apoyaban la causa republicana fue elaborar una medalla al general José Miaja, reconocido militar que estuvo en las batallas de Guadalajara y Brunete; también se destacaría como uno de los defensores de Madrid. Esta medalla sería entregada por el costarricense Vicente Sáenz Rojas quien era la conexión entre el gobierno republicano y los ticos. También Sáenz se destacó por apoyar al gobierno de Manuel Azaña por medio de obras como “El resplandor de España”, “España heroica”, “España en sus gloriosas jornadas de julio y agosto de 1936”, entre otras.
En apoyo a Francisco Franco se conformó el Comité Patriótico Español, una agrupación fundada en julio de 1936 por españoles radicados en Costa Rica. Una de los notables miembros fue Adela Gargollo viuda de Jiménez, “Una de las primeras abanderadas de la sagrada causa y asesora del Comité Patriótico Español”. Esta organización se encargaba de captar adeptos y fondos para apoyar la causa del General Franco desde territorio costarricense. Estaba conformada tanto por españoles como por costarricenses que se sentían atraídos por la lucha, al punto que fueron enviados donativos tales como más de un millón de cigarros de la Tabacalera Costarricense para el ejército franquista. Un dato interesante es la certeza de que niños españoles afectados por la guerra recibieron donativos enviados desde suelo costarricense por este Comité.
Es importante mencionar que la Iglesia católica tuvo mucho que ver con la propagación del franquismo en Costa Rica. “El periódico La Época -afirma Rudy Guerrero Portales en Costa Rica y los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial- exponente del clero costarricense atacaba enconadamente a los judíos, comunistas y masones” (p. 103-104). “Con respecto a Franco, el mencionado periódico lo señalaba como el “salvador de España” (p. 107). La propaganda franquista por parte de la Iglesia católica costarricense se facilitó gracias a que tenía numerosos sacerdotes españoles dentro del país; por ende, el franquismo dentro de Costa Rica no solamente estuvo consolidado en el nivel social sino también religioso y, como veremos a lo largo de este ensayo, político.
La prensa durante el conflicto
Los medios periodísticos siempre juegan un papel importante en las guerras ya que se encargan de comunicar los sucesos que se desarrollan en el teatro de las operaciones. En el caso de Costa Rica no solamente daban informes sobre las batallas libradas en España, sino que también tendrían la función de ser una voz para las facciones que se crearon en Costa Rica a raíz del conflicto español. La Tribuna, uno de los medios de comunicación más importantes de la época, hacía propaganda al Comité Patriótico Español. Este medio sería uno de los voceros del franquismo ya que publicaba notas a favor de la causa del líder sublevado, además de informar a la población sobre las actividades que realizaban los miembros del Comité Patriótico Español. Por otro lado, La Prensa Libre emitía los comunicados de la agrupación Pro-República Española y denunciaba que el levantamiento franquista no era más que la interrupción de un gobierno electo democráticamente. En síntesis, los medios de prensa estaban completamente parcializados y serían la plataforma perfecta para manipular la opinión pública a favor de uno u otro bando. Desde su tribuna llamada Repertorio Americano, el maestro Joaquín García Monge denunciaba y hacía públicas las atrocidades cometidas en dicho enfrentamiento.
Política costarricense durante el conflicto
El gobierno de León Cortes Castro mantuvo al país neutral durante el conflicto español y personalmente negó todo tipo de vinculación con cualquiera de los bandos al no manifestar públicamente opiniones a favor de los sublevados o la república española. En el congreso de la república los diputados sostenían intensos debates sobre el tema según el historiador José Luis Torres en su libro: Otilio Ulate su partido y sus luchas. “El líder de los comunistas costarricenses mantuvo una serie de debates sobre estos temas, con diputados como Ernesto Martén, Teodoro Picado, Calderón Guardia, Ulate entre otros” (p. 107). El Diario de Costa Rica denunció que tanto Teodoro Picado como Calderón Guardia eran abiertamente partidarios de los fascismos europeos, culpándolos incluso de conseguir el silencio de los diputados ante los bombardeos de ciudades españolas causadas por Hitler y Mussolini. Si bien es cierto que Costa Rica se mantuvo neutral durante el conflicto es un hecho que la mayoría de los políticos estaban a favor de la causa franquista. Todo este contexto supuso una consolidación de agrupaciones de carácter fascista en Costa Rica, así como una clara inclinación por parte del Estado costarricense a favor de los gobiernos autoritarios de Europa.
La sociedad costarricense ya conocía desde los años 20 a las agrupaciones de carácter fascista; la primera organización ideológica de este tipo fue el “Fascio di Costa Rica”; por lo tanto, para los nacionales no era nada nuevo que este tipo de parafernalia se manifestara en el país. Podemos decir que estos grupos en Costa Rica para los años 30 llegaron a ser una moda. Incluso, el mismo Estado costarricense utilizó algunas características de estas ideologías. En nuestros colegios y escuelas era normal ver a los estudiantes haciendo el saludo fascista; también las agrupaciones deportivas solían hacerlo cuando saludaban al jefe de Estado. El historiador Guillermo Villegas Hoffmeister, en su libro La guerra de Figueres, asevera: “Los ámbitos del país escuchaban el grito entusiasta de ¡Viva Rafael Ángel Calderón Guardia…! Era el entusiasmo que siguió a los primeros meses de gobierno que se prolongó por el resto de 1940, año en que, por las calles de San José se veía transitar a jóvenes ataviados con camisas negras al modo de las usadas por los fascistas italianos, o con swásticas adornando cuellos de camisas, mangas o en el pecho y, a veces, muchas veces a otros con camisas azules y, al lado del corazón, el emblema del “Yugo y las flechas”, insignia de la falange española” (p. 14). Más adelante señala:
Las apariciones de las imágenes del führer Adolfo Hitler en las pantallas de los cines eran recibidas con salvas incontenibles de aplausos. Lo mismo cuando los que mostraban sus rostros en la pantalla eran el duce Mussolini o el caudillo de España, generalísimo Francisco Franco. A veces, uno que otro silbido de desagrado.
“Deutschland Uber Alles”, “Horst Wessel Lied”, “Gioviezza” y “Cara al Sol” eran sones oídos casi sin descanso, a través de alguna radioemisora. La moda era saludar brazo en alto y hasta hablar “de los compañeros que hacen guardia sobre los luceros…”, “Los ausentes, jóvenes caídos en defensa de sus ideales.
La Embajada Británica distribuía entre los ticos –seríamos acaso unos setecientos mil- un periodiquito: “La Guerra y sus Consecuencias”, escrito en español y en inglés. La Legación de los Estados Unidos, con equipos móviles de cine, en los distintos pueblos proyectaba películas sobre la guerra a la que aún su país no había entrado. La Legación alemana distribuía: “Signal” “La Bella Alemania”, mostrando al lado de las bellezas naturales de Alemania el poderío de su máquina de guerra. Entre el público había partidarios para cada bando. (p.15)
Básicamente, el sistema del país estuvo tomado por este tipo de ideologías autoritarias provenientes de Europa a raíz del conflicto español y, posteriormente, la Segunda Guerra Mundial.
Cambio de ideas: Costa Rica condena el franquismo
Toda la ostentación por parte de ciertos grupos de la sociedad costarricense que se manifestaban abiertamente a favor de estas ideas se acabaría cuando el gobierno de Calderón Guardia declaró la guerra a las potencias del eje en 1941. A partir de esta época hubo un marcado contraste con respecto a los años anteriores, ya que todas las ideologías de carácter fascista incluyendo el franquismo serían perseguidas y censuradas por el Estado costarricense.
La declaratoria de guerra por parte del gobierno de Calderón Guardia y la alianza que existió con el Partido Comunista generaron una ruptura entre los cortesistas -simpatizantes del ex presidente León Cortés Castro- y el gobierno, acentuando así las diferencias entre estos grupos. Por lo tanto, años después de finalizada la guerra civil española tanto los opositores como el mismo gobierno se desligarían completamente del franquismo debido a que este se relacionaba con el nuevo enemigo de Costa Rica a partir de diciembre de 1941, el eje. El elemento franquista sería utilizado tanto por la oposición como por los voceros del gobierno para desmoralizarse entre sí. De esta manera, los mismos medios de comunicación que años antes publicaban notas parcialmente a favor de agrupaciones fascistas, incluido el falangismo español, ahora las condenarían.
1948: ecos del conflicto español
Para mediados de los años 40 todas las agrupaciones que hubieran tenido relación con el eje habían sido eliminadas a la fuerza por el gobierno; cualquier manifestación a favor de los regímenes totalitarios de Europa era severamente reprimida. Es importante mencionar que el oficialismo se mostró como una vía política antinazi, por lo que a la oposición liderada por León Cortes se le catalogó como quintacolumnista, un término acuñado durante la guerra civil española para señalar a los sublevados franquistas. El país estaba encaminándose a una crisis política pues las fuerzas que se disputaban los destinos de la nación habían vuelto las calles de Costa Rica un auténtico campo de batalla: se crearon brigadas de choque a favor del gobierno que servirían para reprimir a los opositores, el ejército nacional y la policía eran constantemente movilizados a las calles por el caos que se vivía. Los términos “falangista”, “quintacolumnista” y “nazi criollo” fueron las herramientas que utilizó el gobierno para manipular la opinión pública; incluso el nuevo líder opositor de aquella época José Figueres Ferrer fue acusado por la prensa oficialista como un “ex franquista”.
Es importante mencionar que después de la guerra civil española se refugiaron en nuestro país ex combatientes de aquel conflicto, por lo que no solamente llegaron de España las ideas que detonaron el conflicto sino también aquellos hombres que las defendieron. Entre algunos de los combatientes de la guerra española que también lucharon en Costa Rica, podemos mencionar a Juan Ignacio Pérez Rey -aviador republicano quien cavó las trincheras para las milicias liberacionistas-, Julio López Masegosa -capitán del bando republicano quien ayudó a fabricar bombas para el ejército de Costa Rica- y Adolfo Braña -también republicano- quien, al finalizar la guerra civil de 1948, fue preso político.
La guerra civil española es un elemento imprescindible de la crisis en Costa Rica hasta llegar a la guerra civil de 1948, ya que fue uno de los tantos eventos que llegó a dividir a las familias costarricenses. El conflicto del país ibérico fue sin duda uno de los eventos históricos más influyentes de la Costa Rica de los años 40; es de suma importancia repasar estos eventos historiográficos de magnitud mundial que se relacionan con nuestro país ya que nos ayudan a comprender nuestro pasado, herencia invaluable.
Calvo Gamboa, C. (1982). León Cortés y su época. San José: EUNED, 228 p.
Durán Picado, R. (1994). San Isidro de El General, ciudad mártir. San José: EUNED, 104 p.
Figueres Ferrer, J. (1987). El espíritu del 48. San José: Editorial Costa Rica, 347 p.
Guerrero Portales, R. (1994). Costa Rica y Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. San José: Editorial Costa Rica, 348 p.
La Prensa Libre. Anuncio sobre la llegada de Rafael Ángel Llubere. Año XXXIV, No.11 844, 15 de agosto de 1939, p.5.
La Tribuna. Anuncio sobre el Comité Patriótico Español. Año XX, No.4597, domingo 18 de junio de 1939, p.9.
Oconitrillo García, E. (1985). Vida, muerte y mito del Dr. Moreno Cañas. San José: Editorial Costa Rica, 160 p.
Schifter Sikora, J. (1982). Costa Rica 1948: Análisis de documentos confidenciales del Departamento de Estado. San José: EDUCA, 252 p.
Schifter, J. (1985). La fase oculta de la guerra civil en Costa Rica. San José: EDUCA, 3ª. ed., 158 p.
Torres, J.L. (1985). Otilio Ulate Blanco, su partido y sus luchas. San José: Editorial Costa Rica, 459 p.
Villegas Hoffmeister, G. (1985). El otro Calderón Guardia. San José: Editorial Casa Gráfica, 95 p.
Villegas Hoffmeister, G. (1998). La guerra de Figueres: crónica de ocho años. San José: EUNED, 732 p.
Villegas Hoffmeister, G. (2004). Testimonios del 48. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 322 p.
Zeledón Cartín, E. (1997). Surcos de lucha. Libro biográfico, histórico y gráfico de la mujer costarricense. Heredia: Instituto de Estudios de la Mujer, 383 p.
Adela Gargollo Freer, líder de la sección femenina del Comité Patriótico Español.
Cupones del Comité Patriótico Español, de la colección del señor Geiner Redondo Garita.
Importantes protagonistas del conflicto español que se relacionan con Costa Rica
Rafael Ángel Llubere, costarricense que luchó en la guerra civil española por el bando republicano.
Vicente Sáenz Rojas, intelectual, notable ensayista y escritor costarricense quien vivió la guerra civil española y apoyó con sus obras al ejército republicano.
Equipo Editorial
Universidad Nacional, Costa Rica. Campus Omar Dengo
Apartado postal 86-3000. Heredia, Costa Rica