R E P E R T O R I O | A M E R I C A N O | |
Segunda nueva época N.° 33, Enero-Diciembre, 2023 | ISSN: 0252-8479 / EISSN: 2215-6143 | |
Zelmira Segreda Solera de Cappella, a cien años de su muerte
Luis Gustavo Lobo Bejarano
Rosendo Segreda Zamora (1830-1906) contrae matrimonio con Isabel del Carmen Pérez (1842-1870), con quien procrea a dos hijos: Rosario Segreda Pérez (1866-1953) y Ricardo Segreda Pérez (1868-1944). Rosario se casa con Manuel Dobles Sáenz y se constituyen en los padres de Luis Dobles Segreda (1889-1956), eminente escritor, educador, diplomático y ex ministro de educación pública.
A inicios del año 1873, Rosendo Segreda se casa en segundas nupcias, en Heredia, con Susana Filomena de los Dolores Solera Rodríguez (1846-1937) y dan origen a la familia Segreda Solera. Los hijos de dicha familia se dan a continuación:
•Dr. Francisco Arturo Segreda Solera (1874?-1939)
•Zelmira Segreda Solera (1878-1923), nuestra biografiada
•Judith Segreda Solera (1881-1957)
•Juan María Segreda Solera (1884-1938)
•María Teresa Segreda Solera (1887-1977), quien fuera la esposa de Gonzalo Dionicio de los Ángeles Facio Ulloa (1888-1953), hijo del primer matrimonio de Justo Antonio Facio de la Guardia (1859-1932) y Victoria Natalia de los Dolores Ulloa Salinas. Gonzalo Dionicio y María Teresa son los padres de Gonzalo Justo Facio Segreda (1918-2018), quien fuera Ministro de Gobernación, Diputado, Presidente de la Asamblea Legislativa, Canciller de la República y diplomático.
•Lía Segreda Solera (1890-1950)
•Margarita Segreda Solera (1892-1986)
•Víctor Manuel Segreda Solera (¿? -1916)
Zelmira nació en Heredia, el 29 de mayo de 1878. No hemos podido ubicar su partida de bautismo al respecto, pero la fecha de nacimiento siempre ha sido la misma. Su educación la realizó en el Colegio de Sión. Dotada de una extraordinaria voz de soprano, sus primeras lecciones de canto las recibe con la profesora italiana Rosa Sorino.
Hemos localizado una entrevista que se le realizó a Zelmira en 1920. De ahí tomamos algunos datos biográficos, además de que transcribimos el texto completo del Diario de Costa Rica correspondiente al domingo 14 de noviembre de 1920, en su página 2.
A los quince años (alrededor de 1893, no hemos podido dar con una fecha exacta) cuenta la propia Zelmira que debutó en el Teatro Variedades con unos trozos de zarzuela. Y la crítica le cayó encima. Después de este hecho, solo se reportan participaciones en veladas y conciertos y no hemos encontrado registros de obras completas (fuera, excepcionalmente, de algunas misas de réquiem cantadas en los funerales de algunas de las personalidades más relevantes de la vida pública y privada del país).
Ya para inicios del siglo XX tenemos una interesante actividad musical. En 1902, propiamente en El Día, Año III, No. 645, del lunes 24 de noviembre, en su página 2, se informa que se hizo una reunión en las instalaciones de la Escuela de Música Santa Cecilia y se dio origen a la Sociedad Musical Santa Cecilia. El acta fundacional de dicha sociedad la firmaron: Zenón Castro R., José Barrenechea, I. Cardona, Luisa Montero, E. León R., Mateo F. Fournier, Enrique Jiménez, Rafael Alpízar A., Petra Rosat, Zelmira Segreda, Francisco Castro Q., J. J. Mendoza, Jorge G. Aubert, Juan Arias R., Pacífica Zelaya, Esther Morales, Herminia Antillón, Esperanza Flor, Rosa Montero, Elisa Espinach, Isabel Montero, Marcelino Fernández, Ofelia Castro, Pilar Jiménez S., Rodomino Origgi, Eloísa Bonnefil, Guillermo Castro A., M. V. Blanco, Francisco A. Mendoza, Alfredo Morales, Samuel Montandón, Berta Castro Q., Julia Antillón C., Chepita Varela, Margarita de Pérez, J. J. Vargas Calvo, Mercedes Riba, Paulina González R., Pedro María Arias, Carmen Montero, María Luisa Morales, Pedro Calderón N., Elías Alvarado y Presbítero José J. Calderón.
Fotografía tomada del libro de Virginia Zúñiga Tristán. La inscripción dice: No se ha podido establecer ni la fecha ni el lugar en que se tomó esta fotografía. Zelmira aparece en el centro rodeada de jóvenes que parecen ser estudiantes. La firma de M. Gómez Miralles indica que se tomó en Costa Rica. Los archivos de este fotógrafo fueron vendidos y por más esfuerzos que hicimos, no pudimos localizarlos.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 98.
Fotografía tomada del libro de Virginia Zúñiga Tristán. La inscripción dice: Acercamiento de la fotografía anterior. Nótese que Zelmira aparece muy delgada al comienzo de su juventud. Los niños llevan uniforme. ¿Qué suceso se representa en esta fotografía? Posiblemente un coro, pero ¿dónde y en qué fecha?
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 98.
Posteriormente, el Gobierno del Lic. Cleto González Víquez (1906-1910) le concedió una beca para realizar estudios de canto en Italia, saliendo del país -según dice La Prensa Libre, Año XIX, No. 5951, del 25 de julio de 1907- justamente ese día. Tendría, a la sazón, 29 años cumplidos. Según las propias palabras de la soprano: “Querían hacerme olvidar el recuerdo de un amor muerto, que me aniquilaba. Pensaron en el viaje y me arrancaron, así como lo oye, para trasplantarme a Milán. Allí pasé seis meses pero no tuve la oportunidad de estudiar y sí la de relacionarme con buenos artistas.”
Siempre se ha afirmado que Zelmira realizó primero estudios en el Conservatorio de Nápoles y luego en la Real Academia de Santa Cecilia, en Roma. Curiosamente, en la entrevista señalada, ella no menciona Nápoles. Dice que pasó seis meses en Milán pero nunca habla del Conservatorio de Nápoles. Según Zelmira, de Milán pasó a Roma donde ingresó a la Escuela de Música de Santa Cecilia, bajo la dirección de la señora Falchi.
Cuenta la diva que tuvo la oportunidad de participar en dos conciertos dirigidos por Pietro Mascagni (1863-1945) y cuando la escucharon cantar Cavalleria Rusticana se le abrieron las puertas. Le ofrecieron debutar con Aida. Esto suplía el primer trago amargo en tierras italianas: “Con decirle que llegué a Italia ofreciendo cantar Tosca y cuando me oyeron, me obligaron a suspender y a seguir estudiando…” Pero su familia se opuso a verla en las tablas, decisión que comunicó el Ministro de Costa Rica en Roma, señor Montealegre. Entonces deja la ópera y se dedica al canto coral y su enseñanza, disciplina en la que se titula. Pero según sus palabras, el título “nunca me ha servido de nada aquí. Con todo y mis estudios especiales sigo cantando misas y enseñando las notas a los escolares…” Decide, pues, dedicarse a la vida conventual y se va al convento. Es en esa época cuando conoce a don Enrique Cappella Palmieri, Marqués de Rocca San Felice, quien comienza a frecuentar el convento para visitarla, previa autorización de la superiora. El matrimonio se realiza el 6 de febrero de 1909, con la presencia de su hermano el Dr. Francisco Arturo Segreda Solera y de su cuñada Ofelia Castro Gutiérrez, hija del notable jurista costarricense Ángel Anselmo Castro Méndez y su esposa Ramona Gutiérrez Yglesias. La boda, según nos informa La Prensa Libre del 5 de marzo de 1909, se efectuó en Roma, en la iglesia de San Vincenzo.
Fuente: Escuela de Artes Musicales, Universidad de Costa Rica. Archivo Histórico Musical. Serie Fotografía. Signatura F1-0263
Impreso en la foto: “Sra. Zelmira de (tachado) Rocca San Felipe, que cantó la Romanza de ‘El Amigo Fritz’”.
Fuente: Archivo Histórico Musical, Universidad de Costa Rica. Reproducida, sin la leyenda que la acompaña, en la página 97 del libro de Virginia Zúñiga Tristán, con la inscripción: Zelmira joven, ya casada.
En la página “Actas de Matrimonios en Italia y otros registros de Genealogía Italiana”, encontramos los siguientes datos:
Nombre De La Esposa: Maria Zelmira Margherita De Luce Segreda
Padre De La Esposa: Rosendo
Madre De La Esposa: Filomena Sollera
Provincia: Roma
País: Italia
Nombre Del Esposo: Errico Vittorio Cappella
Comuna: Roma, Roma
Lazio, Italia
Fecha Original: 6 Feb 1909
Fecha: 1909-02-06
Fecha Estimada: No
Edad: 29
Padre Del Esposo: Pasquale
Madre Del Esposo: Giacinta Palmieri
Fotografía tomada del libro de Virginia Zúñiga Tristán. La inscripción dice: Única fotografía que existe de Zelmira con su esposo. Se ignora si fue tomada en Italia o en Costa Rica. A todas luces, la cantante estaba muy joven; lucía un bello pañolón bordado a la usanza de la época.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 96.
Casi de inmediato, el 30 de marzo de 1909, según asevera La Prensa Libre, Año XX, No. 3688, correspondiente al 31 de marzo de 1909, en su página 3, regresan al país y ella se dedica a la enseñanza y al canto. La actividad musical es grande.
En cuanto evento importante se diera en el país ahí estaba Zelmira. Nos consta que cantó en varios puntos del país donde se le invitaba, y en varias iglesias, entre ellas la Catedral Metropolitana, que era la más cercana a su residencia desde que se establecieron en San José. Al final de la vida de la cantante, el matrimonio Cappella Segreda vivía a un costado del Parque Central de San José. Sobre todo para oficios religiosos, Zelmira era muy buscada: misas de celebración, festejos patronales, consagraciones episcopales y, sobre todo, funerales.
Tenemos registro, solo para poner unos pocos ejemplos, de la participación de Zelmira Segreda en las honras fúnebres del obispo Bernardo Augusto Thiel Hoffmann (1850-1901), segundo obispo de Costa Rica, desde 1880 hasta su fallecimiento. Participó también en los funerales del General Aristides Romain (1856-1917) el 16 de febrero de 1917, en los del General Eduardo Calsamiglia Arias (1880-1918), efectuados el 13 de enero de 1919, y en las honras fúnebres que se les realizaron a los mártires de Buenos Aires: Rogelio Fernández Güell, Ricardo Rivera Cascante, Jeremías Garbanzo Arguedas, Joaquín Porras Quesada y Carlos Sancho Jiménez, el 15 de marzo de 1923, a cuatro meses de su propio deceso.
A mediados de noviembre de 1911, la prensa indica que los artistas se asociarán para así organizar una serie de veladas en el Teatro Nacional. Será anunciada el 15 de noviembre en La Información como la “Sociedad Musical Santa Cecilia”. La comisión organizadora de dicha sociedad la conformaban los señores Castegnaro, Jiménez Núñez, Campabadal y Vargas Calvo así como la señorita Luisa Montero, y se inicia el trabajo referente al concierto inaugural que dirigirá el Maestro Castegnaro. Sin embargo, el 30 de noviembre ya aparece como “Sociedad Musical de Costa Rica”, cuyo concierto inaugural se llevó a cabo el domingo 3 de diciembre de 1911 donde intervinieron, entre otros, Luisa Montero, Petra Rosat, Zelmira Segreda de Rocca San Felice, Samuel Montandón, Ismael Cardona, Juan Loots, Marita de Hine y Julio Osma.
Fue, también, maestra de canto en la Escuela Juan Rafael Mora (el Salón de Actos de este centro educativo lleva su nombre) e impartió lecciones particulares en la misma disciplina musical.
Uno de los acontecimientos más sobresalientes en la carrera de nuestra soprano sucedió en 1916, cuando nos visitó la afamada diva Amelita Galli Curci, considerada una de las grandes celebridades en la historia del bel canto. Se presentó en el Teatro Nacional. Cuenta don Carlos Enrique Chinchilla en su Homenaje a la memoria de doña Zelmira Segreda de Cappella (1978) que “una vez terminada su actuación, don Luis Anderson, Ministro de Relaciones Exteriores, pidió desde su asiento de palco que cantara Zelmira Segreda. Modesta, como era de suyo natural, en un principio no aceptó tan alto honor. Pero el público seguía pidiéndola y subió al escenario. El éxito fue estruendoso. La Galli Curci la invitó a que la acompañara en su gira por Suramérica y le prometió conseguirle de inmediato -tal era la excelente calidad de su voz- grabaciones en Nueva York. Sin embargo, motivos familiares ajenos a su voluntad no le permitieron hacer ni una ni otra cosa”. El relato es extraordinario pero presenta dos inconsistencias: no hemos ubicado en ningún medio periodístico que este hecho ocurriera. De haber sido así, quizás la crítica de la época lo habría reseñado y en al menos dos rotativos (El Imparcial y La Información) no encontramos constancia de este hecho. Lo otro es que el Ministro de Relaciones Exteriores desde el 1 de julio de 1915 y hasta el 27 de enero de 1917 fue don Julio Acosta García, quien se encontraba en “misión diplomática ante los demás gobiernos de Centroamérica con el encargo de estrechar los lazos con las hermanas centroamericanas”, dice Julio Revollo en su libro El Canciller Acosta. Además indica que “mientras dura el viaje del canciller Acosta, se encarga del despacho a don Mariano Guardia Carazo, secretario de Hacienda y Comercio, del 6 de diciembre de 1915 al 30 de mayo de 1916”. (Cfr. El Canciller Acosta, p. 15).
Luis Anderson Morúa fue Secretario de Relaciones Exteriores y Carteras Anexas, de 1906 a 1908 durante la primera administración de don Cleto González Víquez, mientras que desde el 1º. de mayo de 1914 y hasta el 27 de enero de 1917 fue diputado del Congreso Constitucional de Costa Rica, representando a la provincia de Alajuela.
Una de las facetas más curiosas de Zelmira es la que dice que, al menos en 1916, colaboró como pianista interpretando el telón musical para las proyecciones cinematográficas de cine mudo. Sin embargo, a este respecto, no hemos encontrado referencia alguna.
El 23 de octubre de 1917 a la 1:00 a. m., la ciudad de San José se conmocionó. La explosión que se suscitó en el Cuartel Principal fue la noticia social y política del momento: estalló la Casa de la Pólvora, almacén del arsenal del ejército costarricense ubicado junto a la Penitenciaría General (actual Museo de los Niños). Este hecho es considerado por algunos como un ataque rebelde contra la dictadura de los hermanos Tinoco. Como consecuencia de la gran explosión, más de 75 víctimas entre reclusos del presidio y militares en el cuartel resultaron heridos o muertos.
Con el fin de recaudar fondos para las familias de las víctimas de dicho suceso, se preparó una velada artístico-literaria que se efectuó en el Teatro Nacional la noche del domingo 10 de noviembre. La crónica del evento la encontramos en La Información, Año X, No. 3049, del martes 13 de noviembre, en la página 4, bajo el título La gran velada en el Teatro Nacional. Entre otros números, se presentaron dos poemas declamados por sus autores: Hernán Zamora Elizondo (1894-1967) y Rafael Cardona (1892-1973), Ti vorrei Rapire de Gastaldon con Gonzalo Fernández y Alvise Castegnaro y el drama A flor de alma de Raúl Salazar Álvarez (1893-1936). “El drama de Raúl Salazar -dice el artículo en cuestión- es un pasaje tomado de las emocionantes escenas que se desarrollaron en el Anfiteatro Anatómico del Hospital; al día siguiente de la tragedia; en su interpretación tomaron parte la señorita de Santigosa, la señorita Luz Anderson, don Gonzalo Fernández, don Rosendo del Valle y doña Zelmira de Cappella. Fue el número más emocionante de la velada”.
Se reseña que un grupo de jóvenes, asociados con doña Zelmira, se ofreció para cantar el Ave María del Ángelus, al final del drama, lo que dio más realce al desarrollo de este.
También se señala que el número final de la velada fue un cuadro plástico titulado “Jesús apareciendo a los soldados muertos” de la señorita Lía Piza, mientras que, entre bastidores, doña Zelmira de Cappella cantaba un Ave María.
“En la segunda época de la Cruz Roja Nacional que data de 1917, formó parte del primer comité de damas de dicha organización socorrista”, apunta Carlos Enrique Chinchilla. Sin embargo, Pedro Rafael Gutiérrez en el Anuario Centenario de la Cruz Roja Costarricense 1885-1985 dice textualmente que el 18 de mayo de 1919 “se fundó el primer Comité de Damas de la Cruz Roja Costarricense, integrado por las siguientes damas: María Fernández de Tinoco, Clementina de Quirós, Ofelia de Segreda, Zelmira de Cappella, Mercedes de Aragón, María A. de Gil, Ángela Acuña, Luz Blanco, María F. Caballero, Esther de Mézerville, Lupe Sandoval y Ester Zúñiga Castro”.
El 3 de noviembre de 1920 se ofrece una fiesta en la aristocrática mansión de los esposos Capella Segreda, cuya reseña aparece en el Diario del Comercio del día 5 de noviembre. La fiesta era “ofrecida por el señor Cónsul de Panamá, Dr. Francisco A. Segreda con motivo de la independencia de esta República”. Es significativo no solo que el Cónsul fuera justamente el hermano de la diva costarricense, sino que sería una de las últimas apariciones del Dr. Segreda en su cargo consular. El 20 de febrero de 1921 estalla la guerra de Coto que finaliza el 5 de marzo de ese mismo año. El conflicto armado entre ambas naciones hará que el Dr. Segreda renuncie a su cargo, como refiere La Tribuna del 26 de febrero de 1921.
La actividad musical de Zelmira declina poco a poco. El Diario del Comercio, Año III, No. 744, del viernes 2 de marzo de 1923 señala en su página 7 que el tenor chileno José Caballero, quien daría un concierto al siguiente día en el Teatro América, estuvo en la casa de los esposos Cappella Segreda. Dice textualmente: “En la residencia de don Enrique Cappella y su señora esposa doña Zelmira Segreda de Cappella se efectuó antenoche una hermosa audición musical. El tenor chileno don José Caballero cantó varias romanzas con todo éxito; en el dúo Aida acompañado de doña Zelmira fue aplaudidísimo”.
Esta es la última aparición pública de Zelmira Segreda, de la que tengamos noticia. A partir del mes de abril, su salud comienza a desmejorar, y su salud es motivo de preocupación, hasta que la anemia perniciosa vence y le causa la muerte. Eran las tres de la tarde del 19 de julio de 1923.
Su partida de defunción dice, respetando la redacción y ortografía originales:
No. 58. Zelmira Segreda Solera, mujer de cuarenta y cinco años de edad, casada con Enrique Cappella, costarricense y vecina de Hospital de San José, murió de anemia perniciosa en San José a las quince horas y treinta minutos del día diecinueve de julio de mil novecientos veintitrés. Fue sepultada en el Cementerio General distrito del cantón central de la provincia de San José. Hija legítima de Rosendo Segreda Zamora, agricultor y de Filomena Solera Rodríguez, de oficios domésticos, costarricenses y vecinos de San José.
Así consta del parte cincuenta y dos, libro trescientos setenta y dos, de fecha veinte de julio, citado expedido por Manuel Antonio Avendaño, Tesorero de la Junta de Caridad de San José a las ocho horas y cuarenta minutos del día veintitrés de agosto de mil novecientos veintitrés.
(f). Ricardo Giralt.
Los funerales fueron majestuosos. El periódico La Tribuna, Año IV, No. 993, del sábado 21 de julio de 1923, los describe. En sus páginas 5 y 8 viene la noticia descrita de esta manera:
LOS FUNERALES DE AYER.
TODA LA SOCIEDAD COSTARRICENSE RINDE HOMENAJE A LA MEMORIA DE LA SEÑORA SEGREDA DE CAPPELLA
En muchos años no recordamos haber presenciado UNA manifestación de duelo tan imponente, tan espontánea como la que tributó ayer la sociedad costarricense a la memoria de doña Zelmira Segreda de Cappella con motivo de sus funerales, celebrados a las nueve horas en la Iglesia Metropolitana.
El templo, colmado de visitantes enlutados. Gentes de todas las clases sociales, representaciones de todas las actividades se asociaron al tributo. Allí el señor Presidente de la República, algunos de sus Ministros, el señor Presidente del Congreso, varios diputados; más tarde, en el desfile; el señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia; el Encargado de Negocios de Francia, don Emmanuel Neuville y otros miembros del Cuerpo Diplomático; los ex-Presidentes Durán y González Víquez, y otros muchos personajes y especialmente un largo, interminable desfile de damas enlutadas y llorosas. Las había por millares, y así como el templo era insuficiente, poco después el cortejo llenaba las calles, dejando a su paso una estela de dolor.
El catafalco, sencillo, cubierto de flores, lo mismo que la alfombra negra, a lo largo de la nave. Candelabros y pebeteros. Ofició la misa el canónigo don Ricardo Zúñiga ayudado por los presbíteros don José Calderón y don Carlos Lira.
Lo que más hondamente impresionaba, lo que juntaba en un haz todos los corazones y los elevaba en una plegaria infinita, era la música y el coro, en que se juntaron los más distinguidos artistas nacionales, en un conjunto sorprendente, para rendir tributo a la excelsa compañera desaparecida. Nunca ejecutaron los unos ni cantaron los otros con más hondo sentimiento ni con más sincera devoción al arte, que tal era la forma mejor de despedir a Zelmira, cuando ella se alejaba de la vida.
Se ejecutó la Misa de don Roberto Campabadal, y en el Coro la organización fue la siguiente:
CORO:
Director: José Joaquín Vargas Calvo.
Organista: Roberto Campabadal.
Sopranos: Luisa Montero; Lela Campos; Petra Rosat; Isabel Gólcher; Gloria Picado; Carmen Montero; Jael Castro; Eva González; Lía Carrión de Jiménez.
Tenores: Manuel Salazar; E. Bousquet; Pedro Valverde; Ricardo Calderón; J. Rafael Araya; Emmanuel García; Rafael Solano; Abel Chaverri.
ORQUESTA:
Violines, Ismael Cardona; Rafael Alpízar; Alfredo Morales; Rafael Gallegos; Rafael Estrada; Ricardo Pérez; Daniel Zúñiga; Virgilio Castro.
Flautas, Roberto Cantillano; Juan de Dios Pérez; Romiro Osigge, Carlos Estrada.
Chelo, Rafael Manzanares y Carlos Cambronero.
Contrabajos, Raúl León; Manuel Acevedo y Elías Méndez.
Cornetines, José Quesada y Gonzalo Barrantes.
Trombón, Rafael Ángel Moya y Romilio Picado.
Clarinetes, Eduardo Gómez y R. Cerdas.
Como solistas se distinguieron en el ofertorio, la señorita Luisa Montero y en el Dies Irae las señoritas Campos y Gólcher; y en el Benedictus el tenor Bousquet. También cantó, al terminar la misa, el tenor Manuel Salazar.
De la Banda Militar asistieron los siguientes músicos:
Roberto Cantillano, Director.
Romilio Picado, Sub-Director.
MÚSICOS
Ismael Cortés; Alfredo Ordeñana; Gonzalo Barrantes, Maximino Acuña, Ramón Valverde; Mariano Picado; Celso Quirós; Gonzalo Freer; Marco A. Rojas; Arcelio Chaves; Luis Martínez; Juan R. Guillén; Vicente Orozco; Rafael Conejo; Rubén Cerdas; Claudio Villalta; Lisímaco Arrollo [sic]; Benjamín Murillo; Rafael A. Moya; Amadeo Fallas; Gabriel Moreira; Neftalí González; Ramón Carvajal; Abraham Rojas; Luis Cerdas; Casimiro Álvarez; Rafael Montero; Juan J. Meneses; Arturo Badilla; Francisco Murillo; Jesús Jiménez; José Santamaría y Rafael Vargas.
Terminada la misa, inició el desfile al Cementerio. Llamó particularmente la atención el carro fúnebre todo adornado de flores blancas y amarillas, y coronado por una lira.
La colonia francesa envió una hermosísima lira, con cintas de la bandera nacional, que fue colocada sobre la caja mortuoria.
Al partir el cortejo, los músicos de la Banda Militar que lo acompañaban ejecutaron el Duelo de la Patria y durante el trayecto continuaron la ejecución de marchas fúnebres.
La concurrencia llegó al Cementerio compacta, inmensa.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ya en el Cementerio, pronunció un sentido discurso el profesor don Justo A. Facio.
Así terminó el acto de ayer, que ha dejado los más hondos recuerdos.
Como casi una curiosidad, la defunción de Zelmira fue inscrita en la parroquia de La Dolorosa, con una nota marginal que dice: Zelmira Segreda. Catedral, pues aunque los funerales fueron realizados en la Catedral Metropolitana, la parroquia correspondiente es la de La Dolorosa.
El 28 de julio de 1923 se celebró la Misa de Novenario de Zelmira Segreda. Las impresiones las recoge el diario La Tribuna, Año IV, No. 1000, del domingo 29 de julio de 1923, página 5, bajo el título: “El solemne funeral de ayer”. Por el interés no solo biográfico sino musical se transcribe el artículo en su totalidad:
La Misa de Novenario en recuerdo de doña Zelmira Capella se celebró en la Iglesia Metropolitana de las 9 a las diez y media horas de ayer. Ofició la misa el Canónigo don Ricardo Zúñiga ayudado por los presbíteros don José Calderón y don Carlos Lira.
En el Coro se cantó la misa de réquiem de Verdi que es en tres partes: 1ª. Réquiem, 2ª. Ofertorio, 3ª. Agnus Dei. También la misa de don Roberto Campabadal: Dies Irae, Sanctus Benedictus y Responso.
Directores de la orquesta fueron don José Joaquín Vargas Calvo y don Emmanuel García y la orquesta estaba distribuida del siguiente modo:
Organista: don Roberto Campabadal.
Tenor solista, don Emilio Bousquet.
Contralto solista, Petra Rosat.
Sopranos solistas, señoritas Luisa Montero, Isabel Gólcher y Delia Campos.
Bajo solista, Pedro Valverde.
Violines, Ismael Cardona, Rafael Alpízar, Daniel Zúñiga, Rafael Gallegos, Ricardo Pérez.
Cello: Rafael Manzanares.
C. Bajo, Raúl León.
Flautas, Roberto Cantillano y Juan de Dios Pérez.
Clarinetes, Vicente Orozco y Jesús Jiménez.
Trombones, Rómulo Picado, Rafael Moya.
Coro: señoritas Carmen Montero, Eva González, Carmen Quirós, Adilia París, Noemí Sánchez, Margarita Cartín, Lola Jiménez, María del Rosario Jiménez, Ada Vargas, Lucía Antillón, Anita Ramírez, María Vechi, Marina Villalón, Paulina Vargas.
Señores: José Antonio Aguilar, Guillermo Zúñiga, Ricardo Calderón, Rafael Solano, Manuel Vicente Blanco, Marcos León, Víctor Manuel Porras, Manuel Aguilar, Andrés Sandoval, Miguel A. Argüello, Jorge Blanco, José Rafael Araya, Guillermo Castro.
Fue el de ayer un homenaje digno de la memoria de la gran dama desaparecida.
En La Tribuna, Año IV, No. 992, del viernes 20 de julio de 1923, página 4, viene el artículo titulado “Ha muerto Zelmira” que nos permitimos transcribir:
Después de larga y penosa enfermedad, dejó de existir ayer la distinguida dama doña Zelmira Segreda de Cappella. Desde hace algunos meses la ciencia había declarado que la enferma no podría levantarse más, pues el dardo de la muerte la había herido cruelmente, y solo el espíritu invencible de doña Zelmira era capaz de resistir esa lenta agonía.
Por eso no nos ha sorprendido la noticia. Hace ya muchos días que la angustia nos torturaba el corazón, haciéndonos más sensible la desgracia que un día u otro tendría que llegar inevitablemente.
Y fue ayer. El plazo del Destino se venció. Todas las esperanzas que el cariño había hecho florecer, se marchitaron y ya no queda otro remedio que el de sentir muy hondo esta pérdida, tanto más dolorosa por tratarse de una de esas mujeres excepcionales que habían hecho profesión de la bondad, culto del arte y religión del deber.
Fueron sus normas en la vida. La piedad tenía constantes primaveras en su espíritu. Se consagró a ser buena con todos y con todo. El arte consumió su esfuerzo y doña Zelmira fue aplaudida siempre que entonó su voz para interpretar a los más grandes maestros de la música, porque había logrado sentirla sinceramente. El deber fue el mayor placer de su vida y ella estuvo siempre en donde debía estar, inmutable, heroica hasta en esta postrera hora de la existencia, en que demostró haber sostenido con la muerte una lucha terrible para no abandonar a los seres que han menester de su compañía hasta ser vencida, ya sin fuerzas, sin sangre, sin nervios, sin ninguna otra arma que el hilo sutil de sus afectos, hecho de las propias fibras de su corazón.
Ahora no quedará de ella más que el recuerdo por doquier; ¡y qué recuerdo más dulce!.....
Cuando la alegría de las noches teatrales haga olvidarse a los concurrentes de la vida de fuera, de esa vida vulgar de la ciudad y estemos encantados, arrobados por el arte que brote del escenario engalanado con música y con cantos, solo una idea podrá poner en nuestros rostros un gesto de tristeza, y en nuestros ojos una sincera lágrima: el recuerdo de Zelmira, el recuerdo de cuando ella, atraída por la caridad e impulsada por la belleza del arte, sabía deleitarnos con la arrogancia de su voz hecha para cantar las sinfonías, hecha para divinizar las notas y para sentirlas y para hacerlas sentir hondamente…..
Cuando en el silencio de la iglesia estemos devotamente entregados al culto y nuestro pensamiento se ensanche en el más allá de la vida y nuestros sentimientos estén propicios para abrigar la fe, todo lo encontraremos igual, todo será lo mismo; pero no podremos evitar que el recuerdo de Zelmira nos haga ver su falta, la falta de su voz que era como un complemento de la misa, como el Evangelio del corazón, como la nota más alta de la fe, la que más nos acercaba al misterio de los Dioses, la que se llevaba nuestra propia alma hacia lo inconocido.
Y así en todo.....
Las buenas almas, más que en la vida, se hacen sentir afónico y habrá en la multitud el vacío de su presencia… en la muerte.
Y si nosotros supimos -en buena honra y para honra nuestra- exaltar sus méritos, y aplaudir sus bellezas y admirar sus bondades cuantas veces tuvimos ocasión de hacerlo, somos los primeros en este momento doloroso, en manifestar nuestro sincero duelo por la muerte de esta gentil dama que supo pasar por la vida, por la amarga senda de la vida, perfumándola con su eterna primavera excelsa, pródiga de flores de belleza y de bien, que nosotros recogemos en este momento para verterlas sobre su recuerdo.
La muerte de Zelmira Segreda generó diversas reacciones en los círculos intelectuales. Se van a transcribir algunos de estos textos en homenaje a la artista solamente para ejemplificar un poco el aprecio de las gentes hacia ella. En el Diario de Costa Rica, Año V, No. 1208, del domingo 22 de julio de 1923, página 7, la escritora Julia Jimeno de Pertuz (1882-1959), colombiana radicada en el país y quien se firmaba como Lydia Bolena, escribe estas líneas:
ZELMIRA DE CAPPELLA
Una de las primeras damas de la sociedad de San José, que me brindó de manera culta y espontánea su amistad fue Zelmira Segreda de Cappella. Preciso está en mi mente el recuerdo de la grata impresión que tuve al conocer su espíritu de artista sin egoísmos crueles ni vanos orgullos, su alma sensitiva y sabia en tolerancia y en caridad; aun siento en mi oído su voz en un aria de “Tosca”, una noche en que tuvo la galantería benévola de hacer una pequeña velada musical con sus alumnos en mi casa, que gozó y se honró con su presencia.
Plena de vida y de elegancia, nada me habría hecho pensar entonces que muy pronto iba a tener el dolor de verla ir cubierta de rosas hacia el campo de los eternos silencios, dejando niños que eran la delicia de sus ternuras y hondos afectos de familia: Hay ocasiones en que el cumplimiento de esa ley misteriosa que dispone la vida y la muerte nos desconcierta con sus fallos.
Julia de Pertuz
La revista Bohemia del 22 de julio de ese año, publicó en sus páginas dos textos alusivos a la diva costarricense. Uno es “En la muerte de Zelmira”, que bajo el seudónimo Claudio Ethal firmó el escritor Jenaro Valverde León (1892-1964):
EN LA MUERTE DE ZELMIRA
Pocas veces una existencia más encantadora y armoniosa fue en el mundo; pocas veces el milagro celestial de una sonrisa tuvo el raro prestigio de iluminar más divinamente un rostro de mujer.
Aquella frente tenía resplandor como la de las Vírgenes inmortalizadas en los lienzos del Renacimiento!
Es verdad que hoy lis harinas serán arrasados con desesperación por manos crispada por el dolor hasta inundar copiosamente ese túmulo augusto...
Es verdad que la Ciudad asombrada se ha convertido en un inmenso cenotafio donde una muchedumbre insomne y huérfana rodea el cuerpo sagrado de su maravillosa diva...
Es verdad...
Pero esta expresión gloriosa de dolor no logra consolarnos de esta evidencia terrible: ¡Ha muerto ya Zelmira!
El ruiseñor de su garganta y el pájaro azul de su cerebro se han fugado.
En las columnas del templo de Thalía la elocuencia de los crespones funerales lo dice todo, de manera rotunda, como una estrofa impecable de Valencia.
Y en el hogar recóndito, donde dos cabecitas de ángel juntan sus rizos adorables en la comunión de un mismo infortunio, hay ahora el silencio trágico y abandonado de una extraña Alhambra donde el recuerdo de la Diva tiene la virtud musical de surtidores que caen sobre tazones de plata.
Arianna divina: para los peregrinos del arte tu existencia encantadora y fecundas será en el futuro el hilo luminoso que los guíe
Claudio Ethal
Julio 20 de 1923
Por su parte, el poeta y dramaturgo Raúl Salazar Álvarez (1892-1936), publicó el texto titulado: “Oración que subió a la garganta y quedó trunca…!”, que se transcribe a continuación:
ORACIÓN QUE SUBIÓ A LA GARGANTA Y QUEDÓ TRUNCA...!
¡Frente a esta caja que guarda los despojos de la Madre Zelmira, yo me siento como ante una gran columna rota!...
Y me siento armonioso de silencio, como cuando a los labios quiere afluir el ritmo de una estrofa amorosamente concebida pero que al primer pronunciamiento queda trunca...
Pienso entonces que con la separación de nuestra Hermana Mayor, desaparece acaso el único ídolo espiritual ante el cual el pueblo de Costa Rica se postró reverentemente de rodillas y quemó sus más adorados inciensos.
¡Es tanta y tan honda esta congoja, de la que apenas escasamente pueden dar una idea las palabras, que creo que este lloro que ahora vertimos supera en mucho a la desolada angustia que sintiera caer sobre su espíritu aquel rebaño silencioso de almas que a través de Longfellow viera alejarse un día a Evangelina, agitando su pañuelo blanco en todos los recodos del camino!...
Es que ha caído un crepúsculo sobre nuestras almas.
Estamos atónitos. Todos nos interrogamos con la mirada, y sólo encontramos por su respuesta un amargo gesto perfilando los semblantes. ¡Necesitamos cómo lanzar un grito profundo; necesitamos que las lágrimas vengan a humedecer nuestros ojos, pero he aquí que es tan formidable esta triste realidad de que Zelmira se ha ido, que en vez de decirle al corazón que se desangre por nuestros ojos, nos quedamos siguiendo con la vista el vuelo de una azul mariposa que habrá de perderse en horizontes lejanos!
Y nos invade una inquietante congoja hurgar en los de las flores, y en el misterio de los sonidos, y en la magia de las estrofas y en los ritmos de la línea y en el parpadeo de los astros, porque pensamos que el alma de la Hermana, en su ascensión hacia el Trono de Dios, se ha deshecho en lo que siempre fue: es decir, se ha diluido en perfume o tonalizado en nota, o esculpido en estrofa, o perpetuado en línea, o convertido en estrella solitaria...
Por eso, no son éstos los momentos de venir a decirle a la Tierra: “Aquí os devolvemos esta maravillosa ánfora en cuyo seno ardió siempre fuego sagrado “. No. Ahora debemos decirle a la Naturaleza: “¡Venimos a depositar en tu regazo esta armoniosa arpa para que con ella nos halagues, ¡Oh madre sapientísima, en la música del pájaro, de la fuente y del viento!”
Perdón para el poeta que se ha quedado trémulo, agobiado por esta pena inmensa que a todos agobia, pues si el Arte Nacional se ha quedado huérfano, ¿en cuál otra forma que no sea la entrecortada y convulsa pueden sus hijos dar cuerpo a su lamentación profunda?
¿No estamos todos sintiendo que se ha muerto la Armonía?
Zelmira, Armonía, Dulce Hermana Armonía: ¡no te canses nunca de rogar por nosotros!
Raúl Salazar Álvarez
El viernes 27 de julio de 1923, el poeta José Albertazzi Avendaño (1892-1967) le dedica un texto a Zelmira en el periódico La Tribuna. Helo aquí:
DE ALMA A ALMA
(En su novenario)
Zelmira:
Las gentes no son tan desmemoriadas y tan ingratas como las juzgamos a veces en horas de abatimiento o de pesimismo; las gentes son buenas, Zelmira. Es verdad que como la simbólica ave de la leyenda te abriste las entrañas de tu arte, de tu ternura y de tu poesía para calmar y consolar la miseria ajena; cierto es que tu vida fue una sublime esencia puesta a quemarse lentamente en el pebetero de la caridad, de la caridad que es la más noble forma del bien; que los trinos de tu garganta fueron un rayo de divina y misericordiosa luz sobre la tiniebla de la congoja extraña o el milagroso ungüento que hacía florecer de amor la herida cruel; y verdad es que tu ejemplo de abnegación y sacrificio y tu generoso optimismo, -rara flor encantada que perfumó tu alma hasta en los últimos instantes de tu carne- es preclaro ejemplo en un país de sórdido egoísmo; pero cierto es también que Costa Rica entera ha sido una mano vacilante de emoción que dibujó el adiós de su amargura y una sola pupila temblorosa que lloró tu partida.
Los músicos, tus hermanos en el oscuro peregrinaje artístico, fueron detrás de tu caja diciendo con sus instrumentos toscos cómo el de tu muerte era un Duelo de la Patria, y los jardines todos de la ciudad volcaron sobre tu caja -de donde había huido el pájaro azul de tu ensueño a embriagarse con el azul de las estrellas- la ofrenda de su color y su perfume, como en la coronación tardía de quien llevó en sus manos, humilde y austeramente, el cetro del arte nacional.
Zelmira: no son tan desmemoriadas ni ingratas las gentes como las juzgamos a veces en horas de abatimiento o pesimismo: todos hemos llorado tu retorno; y yo, que apenas si una que otra vez me acerqué a tu amistad gentil, hoy estrecho tu recuerdo contra mi corazón.
J. Albertazzi Avendaño
Julio de 1923
El viernes 27 de julio de 1923, el Diario de Costa Rica publica el soneto “A Zelmira”, firmado por Victoria Kirkwood a quien mucha gente no reconoce. Se trata, nada más y nada menos que de la poeta Victoria Meza Murillo (1899-1931), quien usaba el nombre artístico de Rosario Luna. Para la fecha de publicación de este soneto era esposa de Noel G. Kirkwood, ciudadano británico de quien enviudó poquísimo tiempo después. Posteriormente, se convirtió en la primera esposa del poeta Julián Marchena, quien le dedicó un poema en su libro Alas en fuga. El texto de Victoria Kirkwood dice:
A Zelmira
Cerró los ojos, dijo adiós al mundo
y se entregó al silencio eterno y santo…
Se vio en todos los ojos brotar llanto
y en las almas dolor grande y profundo…
Sollozaron violines la partida,
de una nota que huyó del pentagrama,
una luz inmortal que el cielo ama
y la llevó en estrella convertida.
Pájaro azul de trinos armoniosos
que en los templos trinabas y en sollozos
debías convertir todas las almas.
Hoy has volado a la mansión divina,
convertida en estrella cristalina
para verte brillar cuando nos calmas.
Por esos mismos días, justamente el 29 de julio de 1923, el poeta José María Alfaro Cooper (1861-1939) da a conocer su poema “Para la corona fúnebre de Zelmira” que incluirá, posteriormente, en la página 89 de su libro Orto y Ocaso publicado en 1926.
Para la corona fúnebre de Zelmira
Resuena aún en el recinto santo
la dulcísima voz de nuestra diva
y ante el recuerdo permanece viva
la irresistible magia de su canto.
Cristiano corazón, alma cristiana,
fue toda para el bien y para el arte,
tomó en la ajena pesadumbre parte
y fue, del pobre o desgraciado, hermana.
Sonrió al dolor... con la conciencia pura
piadosa vio los pérfidos agravios
y sólo abrieron sus sellados labios
dulces frases de amor y de ternura.
Ya la alondra voló; los argentinos
acordes apagó la parca odiosa...
¡Aquella voz triunfante y melodiosa
faltaba en los alcázares divinos!
El Diario de Costa Rica, Año V, No. 1219, del sábado 4 de agosto de 1923, publica en su página 2 el soneto “El vuelo de la alondra”:
El vuelo de la alondra
Se han vestido de lujo los violines
para juntar sus notas a una lira
que pulsan los alados querubines
al recibir el alma de Zelmira;
Solloza con su canto el violoncelo:
las lágrimas se mezclan con su canto
y el coro de los ángeles del cielo
con músicas apaga nuestro llanto;
Las aves callan su trinar y en su vuelo
han teñido el arco iris de amaranto,
esfumado entre nubes de dolor:
La alondra melodiosa voló al cielo
pues faltaba en el cielo el dulce canto
de Zelmira en el coro del Señor!
J. Fermín Meza
Cartago, julio de 1923
Finalmente, el poeta Rogelio Sotela Bonilla (1894-1943) incluyó en su antología Rimas Serenas, publicada en 1934, el poema “Plegó sus alas líricas Zelmira”, cuyo último verso “donde es Santa Zelmira” caló muy hondo en los costarricenses. Aún décadas más tarde la expresión Santa Zelmira seguía estando presente en la memoria costarricense.
El poema, tal y como lo transcribimos, se encuentra en la página 130 de la edición original de Rimas Serenas; el mismo poema se incluye en las páginas 228-229 de la Poesía completa de Rogelio Sotela (1894-1943), que compilara y publicara el filólogo Carlos Porras.
Plegó sus alas líricas Zelmira
A la muerte de la excelente artista
doña Zelmira Segreda de Cappella.
Desolada suspira
una lírica alondra en la mañana;
es que ha muerto una hermana,
que se ha ido Zelmira.
La fuente ha detenido su murmullo
y el viento entre las ramas no delira;
es que están persiguiendo aquel arrullo
que se va con Zelmira...
Sólo hay en toda cosa un desconcierto
que al alma llanto y pesadumbre inspira;
es que Zelmira
ha muerto!
El pájaro detuvo su aleteo
se rompieron las cuerdas de la Lira,
paralizó la fuente su gorjeo,
plegó sus alas líricas Zelmira.
Se asoma el alma con dolor, y mira
que este pájaro azul tendió su vuelo;
pero es que va a cantar allá en el cielo
donde es Santa Zelmira...
Fotografía tomada de la página 99 del libro de Virginia Zúñiga Tristán. La inscripción dice: Reproducción de la esquela en que se invita a los funerales de Zelmira. Hasta hace unos 50 años, las participaciones de los fallecimientos se imprimían en las imprentas y se distribuían personalmente casa por casa.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 99.
La inscripción del mismo dice: Fotografía de Zelmira que apareció en el novenario de su fallecimiento en los Recordatorios distribuidos durante la misa.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 104.
La inscripción dice: Una de las más importantes fotografías que pudimos obtener. Los músicos y cantantes que tomaron parte en la Misa de novenario de Zelmira. Fotografía tomada en el atrio de la Catedral Metropolitana. Muy probablemente se cantó el Réquiem de don José Campabadal bajo la dirección de don José Joaquín Vargas Calvo, con el organista Roberto Campabadal y con la participación de los siguientes cantantes y músicos de orquesta:
Petra Rosat Ismael Cardona
Luisa Montero Ricardo Pérez
Isabel Gólcher Juan de Dios Pérez
Lela Campos Roberto Cantillano
Lucía Antillón Rafael Gallegos
Paulina Vargas M. “el renco” Alpízar
Ada Vargas M. Raúl León
Pedro Valverde Marcos León
Jorge Blanco J. Daniel Zúñiga
Guillermo Castro A. Rafael Manzanares
Emmanuel García Emilio Bousquet
Obsérvese que en la parte superior izquierda aparece una cara borrada con tinta. Según las personas consultadas, la figura era la del tenor Melico Salazar quien, de acuerdo con recortes de periódico en poder de la Lic. Yolanda Cappella Segreda de Elliott, tomó parte en los funerales de la gran soprano.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 105.
Nota: En esta reseña se citan nombres de participantes tanto del funeral como de la misa de novenario. Al iniciar la reseña de la foto se dice misa de novenario, al final se habla de funeral. La participación del tenor Salazar está reseñada en el funeral de Zelmira, no así en la misa de novenario. Si ese rostro tachado corresponde al tenor Salazar, la fotografía es del 20 de julio de 1923 en la Catedral Metropolitana, posiblemente posterior al oficio religioso.
Fotografía tomada de la página 101 del libro de Virginia Zúñiga Tristán. La inscripción dice: El féretro durante los servicios religiosos.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 101.
La inscripción dice: La carroza fúnebre en espera del féretro. Nótese la gran cantidad de ofrendas florales lo que obligó a la Funeraria a traer una carroza extra. Las coronas en forma de lira adornaron todo el coche fúnebre, a solicitud de Zelmira.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 101.
La inscripción dice: El entierro al salir de la Catedral Metropolitana.
Fuente: Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, p. 102.
Del matrimonio Cappella-Segreda nacieron dos hijos: Yolanda y Antonio. Doña Yolanda nació el 15 de junio de 1918. Fue bautizada como Yolanda Antonia Modesta Rosario Jesusa de la Trinidad Cappella Segreda. Falleció a los 92 años el 13 de agosto de 2010. Ella casó con el señor Mervin Elliott, y tienen una hija, Yolanda Juanita Elliott Cappella (n. 1961), quien casó el 5 de diciembre de 1980 con Óscar Alejandro Arana Soto, y de quien se divorció el 22 de septiembre de 1986. De su segundo matrimonio, efectuado el 10 de noviembre de 1989, con Eloy Morúa Padilla y cuyo divorcio se da el 4 de julio de 2003, hay un hijo Roberto Morúa Elliott (n.1991) y quien reside en los Estados Unidos.
Don Antonio, a quien bautizaron como Antonio Enrique Pascual Cappella Segreda, por su parte, nació el 6 de diciembre de 1921 y murió el 30 de octubre de 2008. Se casó con Isabel Domínguez Chacón, el 5 de julio de 1947, de la que enviudó el 5 de febrero de 2000 y de este hogar hay seis hijos: Manuel Antonio (n. 1948), Daniel (n. 1949), Fernando (n. 1951), Silvana (n. 1954), Alberto (n. 1959) y Alejandro (n. 1962).
El 28 de julio de 2001 volvió a contraer matrimonio con Ligia Quiceno Salazar, hasta su muerte y dejando viuda a su segunda esposa.
El mismo don Enrique Cappella, después de enviudar en 1923, volvió a contraer matrimonio, tres años y medio después, el 29 de enero de 1927, esta vez con María Josefina del Socorro Páez Gómez (1896-1945), con quien procreó dos hijos: Enrique Cappella Páez (27 de noviembre de 1927 / 1 de setiembre de 1999) y Amelia Cappella Páez (23 de febrero de 1931 / 22 de abril de 2018).
Como hemos visto, a Zelmira Segreda no se le dio la oportunidad (por una disposición familiar), de pisar los escenarios. Quizás el recuerdo de su debut a los quince años y la serie de críticas acerbas que de ello se desprendió hayan influido en la decisión de los Segreda Solera respecto al destino artístico de su hija.
Zelmira participó en infinidad de conciertos y de misas, aún desde antes de partir hacia Italia. Según lo que nos narra la prensa de la época es que podemos establecer el repertorio que Zelmira ofreció a sus coterráneos.
Lejos estamos de decir que sea su repertorio completo y contamos solamente con los datos que nos presentan los artículos de prensa. Los programas de mano del Teatro Nacional no hacen sino reforzar, en múltiples ocasiones, lo que la prensa señala, cuando se realizaba un concierto en dicho recinto, pero cuando la interpretación era en una iglesia o en otros lugares, no contamos con esa posibilidad. Posiblemente, existan nombres adulterados (en cuanto a obras y a compositores) pero es lo que nos permite ver la información pública, a la que tenemos acceso.
Hemos tratado de identificar, en su gran mayoría, los títulos de las obras y los nombres de los compositores, sin lograrlo en todos los casos. Incluso hemos señalado en más de una ocasión compositores y obras cuando fueron interpretados con distintos colaboradores.
Así, pues, tenemos, aproximadamente, un corpus que llega a poco más de las cincuenta obras entre obras completas (misas, etc.) y fragmentos de diversas óperas, canciones populares, himnos patrióticos, religiosos y demás:
ÁLVAREZ, Fermín María (1833-1898): Plegaria (Jueves 12 de octubre de 1922. San José. Escuela Juan Rafael Mora. Concierto de canto y música española en honor a don José Figuer del Valle y con motivo de la Fiesta de la Raza. Orquesta integrada por don Ismael Cardona, don Roberto Cantillano, don Ricardo Pérez, don G. Castro, don C. Murillo, don Rafael A. Moya, don C. Cambronero y don José Daniel Zúñiga).
ANÓNIMO O DESCONOCIDO: Non Tornó (Domingo 3 de noviembre de 1895. Heredia. Salón de la casa que fue de don José María Zamora. Velada lírico-literaria del club herediano “El grito de Yara” a beneficio de la independencia de Cuba).
ANÓNIMO O DESCONOCIDO: Ave María (Martes 13 de noviembre de 1917. San José. Teatro Nacional. Velada para recaudar fondos para las familias de las víctimas de la explosión del Cuartel Principal).
ANÓNIMO O DESCONOCIDO: Vigilias Solemnes de Difuntos con tres Responsorios (Zelmira Segreda, María Campabadal, Gloria Picado, Lola Castegnaro, Ricardo Calderón, Pedro Valverde, Gonzalo Fernández, con acompañamiento de orquesta. Roberto Campabadal, director. Lunes 13 de enero de 1919. San José. Catedral Metropolitana. Funeral del Gral. Eduardo Calsamiglia Arias).
ARRIETA, Emilio (1821-1894): Marina. Dúo de Marina y Jorge (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar. Jueves 30 de octubre de 1902. San José. Centro Español. Concierto a beneficio de la señora Bordanova de Gijón, para que ésta pueda repatriarse).
BIZET, Georges (1838-1875): Carmen. Terceto de las cartas (Zelmira Segreda de Rocca San Felice, Luisa Montero y Petra Rosat. Sábado 6 de diciembre de 1902. Concierto de la Sociedad Musical de “Santa Cecilia” a beneficio del Asilo de Huérfanos. / Domingo 3 de diciembre de 1911. San José. Teatro Nacional. Concierto de la Sociedad Musical de Costa Rica. Orquesta y Piano. Acompañamientos de Piano y Dirección: Señora Marita de Hine y señores R. Campabadal y J. J. Vargas Calvo).
BIZET, Georges (1838-1875): Carmen. Dúo (Zelmira Segreda, Emilio Bousquet. Lunes 22 de noviembre de 1920. Heredia. Escuela Normal de Costa Rica. Velada artística. Premiación de alumnos galardonados por la Association Nationale de la Alliance Française).
CALDERÓN NAVARRO, Pedro (1864-1909): Libera me Domine de morte eterna (Zelmira Segreda de Cappella, Alejandro Aguilar, Ricardo Calderón, organista Ismael Cardona, Juan de Dios Páez y Raúl León, Ricardo Calderón, director. Miércoles 10 de mayo de 1916. Sabanilla de Montes de Oca. Funeral de Eliseo Vargas Gamboa).
CAMPABADAL, José (1849-1905): Misa (Zelmira Segreda, soprano; Alejandro Aguilar, tenor; Ricardo Calderón y Fray Luis Beltrán, barítonos; Fredi Raimundo, bajo; José Antonio Gallegos, barítono; Petra Rosat y María Campabadal, contraltos; Ana María Ferraz y Lola Castegnaro, sopranos. Orquesta conformada por: Violines: Ismael Cardona, Rafael Alpízar, Ricardo Pérez; Violoncello: Jorge Aguilar Machado; Cornetín: Gonzalo Barrantes; Trombón: Rafael Ángel Moya; Clarinete: Ramón Roldán; Contrabajos: Raúl León, José Acevedo y Flauta: Juan de Dios Pérez. Roberto Campabadal, director coral y Alvise Castegnaro, director musical. Sábado 1 de diciembre de 1917. San José. Catedral Metropolitana. Funeral del expresidente Licenciado José Joaquín Rodríguez Zeledón).
CAMPABADAL, Roberto (1881-1931): Misa. 2 extractos (Zelmira Segreda, Gloria Picado, Lola Castegnaro, Pedro Valverde, Gonzalo Fernández, Ricardo Calderón, Lola Zúñiga, María Campabadal. Órgano: Roberto Campabadal. Orquesta compuesta por veinte profesores.
Alvise Castegnaro, director. 11 de agosto de 1919. San José. Catedral Metropolitana. Funeral del Gral. José Joaquín Tinoco Granados).
CAMPABADAL, Roberto (1881-1931): Misa de Réquiem (Zelmira Segreda, Petra Rosat, Luisa Montero, Anita Ferraz, Emilio Bousquet, Ricardo Calderón, José Foglia, Pedro Valverde, Rafael Solano, Fray Pablo. Órgano: Roberto Campabadal. Orquesta: Violines: Cardona y Alpízar; Flauta: Pérez; Violoncello: Aguilar Machado; Contrabajos: León y Acevedo; Clarinete: Jiménez; Pistón: Gonzalo Barrantes; Trombón: Picado. Jueves 15 de marzo de 1923. San José. Catedral Metropolitana. Funeral de Rogelio Fernández Güell y compañeros).
CAMPABADAL, Roberto (1881-1932): Responso compuesto a la memoria de don Pilar Jiménez (Zelmira Segreda, Petra Rosat, Luisa Montero, Anita Ferraz, Emilio Bousquet, Ricardo Calderón, José Foglia, Pedro Valverde, Rafael Solano, Fray Pablo. Órgano: Roberto Campabadal. Orquesta: Violines: Cardona y Alpízar; Flauta: Pérez; Violoncello: Aguilar Machado; Contrabajos: León y Acevedo; Clarinete: Jiménez; Pistón: Gonzalo Barrantes; Trombón: Picado. Jueves 15 de marzo de 1923. San José. Catedral Metropolitana. Funeral de Rogelio Fernández Güell y compañeros).
CARMIER: Misa (Zelmira Segreda, Petra Rosat, Gloria Picado, Mercedes Cruz, Conchita Cruz, Samuel Montandón. Orquesta: Mateo Fournier, Pilar Jiménez, Alfredo Morales, Rafael Alpízar, Emilio León, Ramón Roldán, Patricio Carvajal. Pedro Calderón Navarro, director. Jueves 2 de mayo de 1907. San José. Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Funeral de don Elías Castro Ureña).
CASTELLANI, Angelo (1863-1949): Misa de Réquiem (Zelmira Segreda, Luisa Montero, Anita Ferraz, Gonzalo Fernández, Gloria Picado, Lola Castegnaro, Pedro Valverde, Fray Luis Beltrán y Fray Zenón. Orquesta: Violines: Alfredo Morales, Celso Antillón, Ismael Cardona, Álvaro Quirós y Manuel Carvajal; Violoncellos: Rafael Manzanares y Jorge Aguilar; Contrabajo: Patricio Carvajal; Clarinetes: Carlos Moya y Ramón Roldán, Trombones: Rafael A. Moya y Romilio Picado; Flauta: Roberto Cantillano; Cornetín: Jesús Mora y Alvise Castegnaro, director. Roberto Campabadal, órgano. Viernes 16 de febrero de 1917. San José. Catedral Metropolitana. Funerales del Gral. Aristides Romain).
CASTELLANI, Angelo (1863-1949): Misa (Zelmira Segreda, soprano; Alejandro Aguilar, tenor; Petra Rosat, mezzo-soprano; Pedro Valverde, bajo; Manuel García, Guillermo Castro Arias, Ricardo Calderón, Luisa Montero, Carmen Montero, Amelia Soto, María Beeche, Anita Ferraz, Anita Ramírez, Delia (Lela) Campos, María Velkie. Orquesta. Elsa de Echandi, piano. Violines: Miguel Ángel Castro Carazo, Ricardo Pérez, Daniel Zúñiga, Rafael Alpízar, Ismael Cardona y César Nieto; Clarinete: Eduardo Gómez; Contrabajos: Celso Quirós y Patricio Carvajal; Flautas: Roberto Cantillano y Juan de Dios Pérez; Violoncelos: Rafael Manzanares y Jorge Aguilar Machado. José Joaquín Vargas Calvo, director. Domingo 3 de setiembre de 1922. Guadalupe, Goicoechea. Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Funerales de don Pilar Jiménez Solís).
CHAPÍ, Ruperto (1851-1909): La Tempestad. Gran Concertante (Zelmira Segreda y Luisa Montero, sopranos; Manuel Salazar, tenor; Samuel Montandón y Juan Arias, bajo. San José. Teatro Nacional. Miércoles 28 de diciembre de 1904. Velada de la Escuela de Música “Santa Cecilia”).
CHARPENTIER, Gustave (1860-1956): Louise. Aria del tercer acto (Depuis le jour). Viernes 30 de marzo de 1917. San José. Parque Central. Concierto extraordinario de la Banda Militar, a beneficio de los niños belgas, bajo la dirección del Maestro Loots, con el concurso de Sra. doña Zelmira de Rocca San Felice, Soprano; Sr. don R. Azuola, Tenor; Sr. don Lipoff, Violinista; Sr. don Desantis, Harpista).
CUEVAS, Eduardo ( ¿? -1913): El Marqués de Talamanca. Cuarteto (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar, Alberto Medina y José María Fernández. Domingo 18 de agosto de 1901. San José. Teatro Nacional. Concierto a beneficio de la Sociedad de San Vicente de Paúl / Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar, Luis Esquivel, Samuel Montandón. Orquesta. (Sábado 17 de abril de 1904. Teatro Nacional. Velada a beneficio del Asilo de Pobres).
DI CAPUA, Eduardo (1865-1917): Mari Mari (Sábado 2 de diciembre de 1916. San José. Teatro América. Velada artística organizada por Zelmira Segreda para recoger fondos y asilar a los mendigos. / Lunes 22 de noviembre de 1920. Heredia. Escuela Normal de Costa Rica. Velada artística. Premiación de alumnos galardonados por la Association Nationale de la Alliance Française).
DONIZETTI, Gaetano (1797-1848): Lucia di Lammermoor. Sexteto (Zelmira Segreda, Luisa Mora, Alejandro Aguilar, Francisco Saborío, Pedro Calderón Navarro y José María Fernández. Domingo 28 de julio de 1901. San José. Teatro Nacional. Concierto de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Sociedad Musical “La Lira”, en la parte instrumental).
GASTALDON, Stanislao (1861-1939): Ti vorrei Rapire (Domingo 3 de noviembre de 1895. Heredia. Salón de la casa que fue de don José María Zamora. Velada lírico-literaria del club herediano “El grito de Yara” a beneficio de la independencia de Cuba).
GAUDIOSO: Misa: Dies Irae (Zelmira Segreda y José Rodó. Orquesta. José Joaquín Vargas Calvo, director. [Se ejecutaron fragmentos del Réquiem de Verdi: Réquiem Kyrie, Domine Jesu y Agnus Dei y de la Misa de A. Gaudioso: Dies Irae, Sanctus y Benedictus. Intervinieron además de Zelmira Segreda y José Rodó: Luisa Montero, Omodeo Zorino, Alejandro Aguilar, Predro M. Arias, M. Aurelia de Underwood y Coro]. Jueves 12 de setiembre de 1901. San José. Catedral Metropolitana. Funerales del Obispo Bernardo Augusto Thiel).
GAUDIOSO: Réquiem (Zelmira Segreda, Gloria Picado, Lola Castegnaro, Pedro Valverde, Gonzalo Fernández, Ricardo Calderón, Lola Zúñiga, María Campabadal. Órgano: Roberto Campabadal. . Orquesta compuesta por veinte profesores. Alvise Castegnaro, director. Lunes 11 de agosto de 1919. San José. Catedral Metropolitana. Funeral del Gral. José Joaquín Tinoco Granados).
GIORDANO, Umberto (1867-1948): Andrea Chénier: La mamma morta. Orquesta (Domingo 13 de mayo de 1917. San José. Teatro Nacional. Concierto Lírico en honor del poeta colombiano Leopoldo de la Rosa).
GIORZA: Misa de Réquiem (Zelmira Segreda, Mary de Arias, Teresa de Sartoresi, Consuelo Mata, Carmen Patiño, Manuela Coto, Luz Coto, Isabel Brenes, José Foglia, Manuel A. Coto. Orquesta integrada por veinte músicos. Manuel Freer, director musical y Fray Dionisio de Lloréns, director del coro. Miércoles 14 de enero de 1920. Cartago. Iglesia de San Francisco. Funerales del Lic. don Alfredo Volio Jiménez).
GOMES, Antonio Carlos (1836-1896): Il Guarany. Dúo: Sento una forza indomita (Zelmira Segreda y Alejandro Aguilar. Orquesta. Miércoles 6 de abril de 1904. San José. Teatro Nacional. Velada a beneficio de la Sociedad Italiana de Mutuo Socorro).
GOUNOD, Charles (1818-1893): Mireille: Vals (O légère hirondelle). (Domingo 2 de junio de 1901. Alajuela. Teatro Municipal. Velada a beneficio de los pobres de San Vicente de Paúl de esa ciudad).
GOUNOD, Charles (1818-1893): Roméo et Juliette. Aria. (Je veux vivre) (Domingo 1º de junio de 1902. Cartago. Teatro Municipal. Velada a beneficio de los pobres de la Sociedad de Señoras de la Caridad. Gustavo Campos, encargado de la parte musical).
GOUNOD, Charles (1818-1893): Fausto. Aria (Ah, je ris de me voir si belle en ce miroir). (Miércoles 24 de junio de 1903. Heredia. Casa Municipal. Velada de la Sociedad de Señoras de la Caridad de San Vicente de Paúl, a beneficio de los menesterosos que dicha institución protege. Dedicada al Dr. Juan José Flores Umaña).
GUTIÉRREZ, Manuel María (1829-1887): Himno Nacional de Costa Rica (Zelmira Segreda, solista, como directora coral y junto a Emilio Bousquet, en varias oportunidades).
GUTIÉRREZ, Carlos María (1865-1934): Himno a Monseñor Volio (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar, Petra Rosat, Ricardo Calderón, Anita Ferraz, Juanita Olivas, Adela Ruiz, Isabel Sibaja, Virgilio Chaverri y otros más. Orquesta compuesta por 22 ¿32? músicos. Viernes 26 de mayo de 1916. Alajuela. Consagración episcopal de Monseñor Claudio Volio Jiménez como Obispo de Santa Rosa de Copán, Honduras).
HALÉVY, Jacques Fromental (1799-1862): La Juive. Aria (Jueves 8 de diciembre de 1898. Heredia. Concierto de la Sociedad de Señoras de San Vicente de Paúl).
HERNÁNDEZ, Pablo (1834-1910 ¿?): Misa de Réquiem (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar, Ángela de Lara, Pedro Valverde y Ricardo Valverde. Orquesta. Director: Manuel Alberto Coto. Sábado 28 de febrero de 1920. San José. Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Funerales de don Vicente Basigó, antes de remitir el cuerpo a España).
HOFFMAN: Misa (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar, Ricardo Calderón, organista. Ismael Cardona, Juan de Dios Páez y Raúl León; Ricardo Calderón, director. Miércoles 10 de mayo de 1916. Sabanilla de Montes de Oca. Funeral de Eliseo Vargas Gamboa).
LISLE, Rouget de (1760-1836): La Marsellesa (Zelmira Segreda, solista, como directora coral y junto a Emilio Bousquet, en varias oportunidades).
G. A. MANNDONO: Misa de Réquiem (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar, Ricardo Calderón, Pedro Valverde. Orquesta: Ramón Roldán, Raúl León, Roberto Cantillano, Emilio León. Roberto Campabadal, director. Domingo 9 de abril de 1916. San José. Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Funerales de la señorita Elena Carranza Montealegre).
MANNDONO: Responso Solemne (Zelmira Segreda, María Campabadal, Gloria Picado, Lola Castegnaro, Ricardo Calderón, Pedro Valverde, Gonzalo Fernández, con acompañamiento de orquesta. Roberto Campabadal, director. Lunes 13 de enero de 1919. San José. Catedral Metropolitana. Funeral del Gral. Eduardo Calsamiglia Arias).
MASCAGNI, Pietro (1863-1945): Cavalleria Rusticana. Dúo de Santuzza y Turiddu (Zelmira Segreda y Santiago Durán. Lunes 27 de octubre de 1919. San José. Escuela Juan Rafael Mora. Velada artística con motivo de la Fundación de Patronatos).
MASCAGNI, Pietro (1863-1945): Cavalleria Rusticana. Aria (Voi lo sapete, o mamma. Domingo 22 de abril de 1917. San José. Teatro Variedades. Concierto en honor de la eminente diva belga Maria Claessens. / Martes 12 de octubre de 1920. Guadalupe, Goicoechea. Escuela de Guadalupe. Homenaje a don Pilar Jiménez Solís. Alvise Castegnaro, piano).
MASCAGNI, Pietro (1863-1945): L’ Amico Fritz. Aria de Suzel (Viernes 15 de setiembre de 1909. San José. Teatro Nacional. Orquesta compuesta por 32 músicos. Julio Fonseca, director. Ceremonia de premiación de los Juegos Florales).
MASSENET, Jules (1842-1912): Manon. Aria del primer acto (Miércoles 13 de junio de 1917 y Miércoles 20 de junio de 1917. San José, Parque Central. Concierto de la Banda Militar bajo la dirección del Maestro Loots con el concurso de la señora doña Zelmira de Cappella (Soprano) y del señor don Longino Soto (Violín), a favor de los damnificados del terremoto de El Salvador).
PALESTRINA, Giovanni Pierluigi da (1525-1594): Stabat Mater (Zelmira Segreda di Rocca San Felice y Luisa Montero, sopranos; Gloria Picado y Petra Rosat, mezzosopranos; Alejandro Aguilar, Roberto Azuola y Santiago Durán, tenores; Manuel Barrionuevo, barítono; Pedro Arias, Octavio Castro Saborío y Manuel Vicente Blanco, bajos. Julio Osma y César Nieto, directores. Viernes 21 de marzo de 1913. San José. Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad). [Concierto con motivo de conmemorarse el Viernes Santo].
PONCHIELLI, Almicare (1834-1886): La Gioconda. Gran Concertante (Zelmira Segreda, Petra Rosat, Alejandro Aguilar, Samuel Montandón, Juan Arias y Coro. Sábado 6 de diciembre de 1902. San José. Teatro Nacional. Concierto de la Sociedad Musical “Santa Cecilia”, a beneficio del Asilo de Huérfanos).
PONCHIELLI, Almicare (1834-1886): La Gioconda. Dúo (Zelmira Segreda, Petra Rosat. Domingo 5 de noviembre de 1911. San José. Teatro Nacional. Orquesta. Julio Fonseca, director. Velada para festejar a la República de El Salvador que conmemora el Centenario del primer intento de independencia de la América Central / Identificado como Dúo del segundo acto. Zelmira Segreda, Maria Claessens. Domingo 22 de abril de 1917. San José. Teatro Variedades. Concierto en honor de la eminente diva belga Maria Claessens).
PUCCINI, Giacomo (1858-1924): La Bohème. Aria de Mimí (Domingo 2 de junio de 1901. Alajuela. Teatro Municipal. Velada a beneficio de los pobres de San Vicente de Paúl de esa ciudad. / Sábado 17 de abril de 1904. San José. Teatro Nacional. Velada a beneficio del Asilo de Pobres / Identificada como Racconto de Mimí. Martes 12 de octubre de 1920. Guadalupe, Goicoechea. Escuela de Guadalupe. Homenaje a don Pilar Jiménez Solís. Alvise Castegnaro, piano).
PUCCINI, Giacomo (1858-1924): La Bohème. Dúo (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar. Miércoles 24 de junio de 1903. Heredia. Casa Municipal. Velada de la Sociedad de Señoras de la Caridad de San Vicente de Paúl, a beneficio de los menesterosos que dicha institución protege. Dedicada al Dr. Juan José Flores Umaña).
PUCCINI, Giacomo (1858-1924): Tosca. Aria: Vissi d’ arte (Lunes 27 de octubre de 1919. San José. Escuela Juan Rafael Mora. Velada artística con motivo dela Fundación de Patronatos. / Identificada como Plegaria. Lunes 22 de noviembre de 1920. Heredia. Escuela Normal de Costa Rica. Velada artística. Premiación de alumnos galardonados por la Association Nationale de la Alliance Française).
PUCCINI, Giacomo (1858-1924): Tosca. Dúo Tosca-Cavaradossi (Zelmira Segreda y Emilio Bousquet. Martes 17 de agosto de 1920. Orquesta. San José. Liceo de Costa Rica. Fiesta en honor del director del plantel don Justo A. Facio, con motivo de su cumpleaños).
PUCCINI, Giacomo (1858-1924): Madame Butterfly. Aria del segundo acto. (Un bel dí vedremo. Domingo 5 de noviembre de 1911. San José. Teatro Nacional. Orquesta. Julio Fonseca, director. Velada para festejar a la República de El Salvador que conmemora el Centenario del primer intento de independencia de la América Central. / Domingo 22 de abril de 1917. San José. Teatro Variedades. Concierto en honor de la eminente diva belga Maria Claessens).
SCARBA, John. Misa (Zelmira Segreda, Pedro Valverde, Ricardo Calderón. Orquesta compuesta por diez músicos. Roberto Campabadal, director. Viernes 25 de julio de 1919. San José. Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Funerales de don Sebastián Villalaz).
TOSTI, Francesco Paolo (1846-1916): Penso. Vals (Domingo 1º de Junio de 1902. Cartago. Teatro Municipal. Velada a beneficio de los pobres de la Sociedad de Señoras de la Caridad. Gustavo Campos, encargado de la parte musical).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): Il Trovatore. Miserere (Zelmira Segreda, Alejandro Aguilar y Coro. Domingo 8 de julio de 1901. San José. Teatro Nacional. Concierto de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Sociedad Musical “La Lira”, en la parte instrumental).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): La Traviata. Concertante final del II Acto (Zelmira Segreda de Rocca, Luisa Montero, Samuel Montandón, Coro mixto a cuatro voces). (Domingo 3 de diciembre de 1911. San José. Teatro Nacional. Concierto de la Sociedad Musical de Costa Rica. Orquesta y Piano. Acompañamientos de Piano y Dirección: Señora Marita de Hine y señores R. Campabadal y J. J. Vargas Calvo).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): La Forza del Destino. Aria (Pace, pace, mio Dio) (Jueves 30 de octubre de 1902. San José. Centro Español. Concierto a beneficio de la señora Bordanova de Gijón para que ésta pueda repatriarse).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): Aida. Aria (Jueves 8 de diciembre de 1898. Heredia. Concierto de la Sociedad de Señoras de San Vicente de Paúl. / Identificada como Ritorna Vincitor. Domingo 22 de abril de 1917. San José. Teatro Variedades. Concierto en honor de la eminente diva belga Maria Claessens).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): Aida. Dúo de Aida y Amneris (Zelmira Segreda, Petra Rosat. José Joaquín Vargas Calvo, piano. Sábado 21 de octubre de 1905. San José. Teatro Nacional. Concierto a beneficio de los pobres de San Vicente de Paúl).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): Aida. Dúo Aida-Radamés (Zelmira Segreda y Emilio Bousquet. Miércoles 3 de noviembre de 1920. San José. Residencia particular de la familia Cappella Segreda. Recepción ofrecida por el Dr. Francisco Segreda Solera Cónsul General de Panamá en Costa Rica en conmemoración del aniversario de la separación del territorio colombiano).
VERDI, Giuseppe (1813-1901): Aida. Dúo Aida-Radamés (Zelmira Segreda y José Caballero. Miércoles 28 de febrero de 1923. San José. Residencia particular de la familia Cappella Segreda. Audición musical).
VERDI, Giuseppe (1813-1901). Aida. Dúo del acto cuarto Aida y Radamés (O terra addio). (Zelmira Segreda, Emilio Bousquet. Martes 12 de octubre de 1920. Guadalupe, Goicoechea. Escuela de Guadalupe. Homenaje a don Pilar Jiménez Solís. Alvise Castegnaro, piano).
¿Y CÓMO ERA LA VOZ DE ZELMIRA SEGREDA?
Una de las cosas que lamentamos profundamente respecto a Zelmira Segreda es no contar con registros fonográficos. Siempre se dijo que sí, que había grabado, que quizás con otro nombre, en fin una serie de argumentos que no hicieron más que levantar día a día el deseo de poder contar con algo más que palabras, deseo jamás llegado a concretar. La única historia que nos parecía fahaciente no la hemos podido comprobar: al día de hoy ni en el periódico La Información ni en El Imparcial de mayo de 1916 consta que Amelita Galli-Curci le ofreciera buscarle casas disqueras, ni ofrecerle una gira, ni siquiera que la propia Zelmira hubiera sido escuchada por la diva italiana. Falta establecer, por medio de una investigación seria y concienzuda, la veracidad de tales asertos.
Según Carlos Enrique Chinchilla en su Homenaje a la memoria de Doña Zelmira Segreda Solera de Cappella, citado en la bibliografía, él pudo “agrupar el criterio de cinco grandes artistas conocedores de la materia y que estando ellos en sus mocedades pudieron aquilatar el peso del arte de Zelmira Segreda”. Lo malo es que no se cita una fuente documental. No tenemos constancia de si fue escrito en una publicación específica o si el autor se entrevistó con los músicos y logró esas impresiones de manera personal:
Según el señor Chinchilla (p. 14-15), los testimonios son varios, que, en su momento recoge doña Virginia Zúñiga Tristán en su libro Zelmira Segreda la alondra costarricense. Transcribo las palabras de la señora Zúñiga, complementando los faltantes que hubiere con las expresiones del señor Chinchilla: “El Profesor Alcides Prado Quesada, quien fue violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, viajó mucho por el extranjero y se le considera uno de los mejores compositores costarricenses, declara: “Tenía un timbre bellísimo, gran sentido de la musicalidad y excelente afinación. Era gran [sic] dramática. En mi criterio, a su muerte vino a sustituirla Isabel Gólcher de Berrocal, hoy retirada del mundo artístico”. El Prof. Claudio Brenes, uno de los mejores bajos que ha tenido el país y que ha cantado en el Teatro Nacional y en el extranjero, maestro de canto de muchos jóvenes que hoy se consideran como las mejores voces del país, afirma lo siguiente: “Cuando la escuché estaba yo muy joven. Recuerdo que Zelmira en compañía del tenor francés Bousqué [sic], solía cantar por las tardes en su casa de habitación, frente al Parque Central y formábase en el parque un no pequeño auditorio que la admiraba. Como soprano considero que difícilmente alguien la llegue a superar en nuestro país”. (El subrayado es nuestro). Doña Isabel Gólcher de Berrocal, quien fue una soprano de bellísima voz, añade: “Yo inicié mis estudios de canto con Zelmira. Su voz y su temple artístico eran fantásticos. Era una soprano dramática como pocas”. El Prof. José Daniel Zúñiga Zeledón, quien fue por muchos años Director Técnico de Música en el Ministerio de Educación Pública, violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional y compositor de varias canciones muy queridas del pueblo costarricense, dice: “Su dulce y potente voz ha sido de las mejores que ha dado nuestro país. Siempre ocupó Zelmira los mejores lugares en conciertos, audiciones y festividades religiosas y familiares. Su voz era de extensa tesitura. Yo la recuerdo con admiración y cariño”.
Dejamos para el final el juicio de un hombre quien no solamente era un excelente violinista, sino también una persona muy culta, escritor y periodista, porque su opinión es muy valiosa, ya que siempre fue parco en alabanzas. Nos referimos a Don José Marín Cañas y transcribimos sus palabras: “Sin duda alguna Zelmira Segreda fue la mejor cantante de su época, la figura más relevante que tuviera el país en estos días. Era, de por demás, una mujer muy hermosa” (Zúñiga Tristán, p. 34-35). En esto, los juicios coinciden. Al respecto en su libro Alborada del Arte Lírico en Costa Rica, Julio Molina Siverio (quien sí recogió las opiniones directamente de una charla personal con don Claudio Brenes) asevera: “Antes y después de su muerte, abundaron los testimonios sobre la voz y el arte de Zelmira Segreda. De todos ellos son dos, por la seriedad de su procedencia, los incluidos aquí: el del bajo Claudio Brenes y el del también bajo italiano [en realidad, español], Andrés de Segurola, cantante del Metropolitan Opera House de Nueva York de 1909 a 1920. Claudio Brenes, recordado cantante costarricense, escuchó a Zelmira en sus ensayos con el tenor Bousquet y hacia 1943 oyó decir a Melico Salazar que Zelmira había sido la gran soprano dramática costarricense, de voz semejante a la Rosa Ponselle, famosa diva con la que Salazar había cantado en el Metropolitan de Nueva York. El dramaturgo nacional Daniel Gallegos Troyo, siendo un niño y viviendo en Los Ángeles, escuchó decir al bajo De Segurola algo similar sobre Zelmira a la que éste había oído en Milán o en Roma” (p. 68-69).
ENTREVISTA: LA CONFESIÓN DE UNA ARTISTA
En: Diario de Costa Rica, Año II, No. 409, domingo 14 de noviembre de 1920, p. 2.
Con anticipación pedí una entrevista a doña Zelmira Segreda de Cappella y me señaló de tres a cuatro de la tarde del día siguiente.
Por cierto que no me hice esperar; me presenté con puntualidad maravillosa.
Encontré una visita y tuve necesidad de aguardar buen rato. Un campesino que había contratado una misa, daba excusas por haberla transferido el cura de la aldea.
Y era cosa de ver; se frotaba las manos, articulaba frases incoherentes, volvía a iniciar su charla y no llegaba al fin.
Sudaba yo de congoja y Zelmira me volvía a ver, seguramente, creyendo que me impacientaba. Pero soy de los que saben escuchar con atención a los pobres campesinos, cuya ingenuidad de niños-grandes, les hace hablar con miedo ante la dama y los caballeros de la ciudad. Son crédulos y fervientes cumplidores de la palabra empeñada y no saben cómo excusarse de cosa tan sencilla: ¡el cambio de una fecha!
Al fin le ayudamos a salir del apuro y como con cuchara terminó su discurso, haciendo genuflexiones y dándole vueltas al sombrero con una mano, mientras fijaba la mirada en el suelo.
-¿Qué le parece el sermón?- dijo ella al regresar de la puerta hasta donde lo acompañó.
-Pobrecito, no sabe decir lo que siente, pero quizá sí siente todo lo que quiere decir…
-¡Yo no le entiendo una palabra! Y así es siempre.
-Sabe, creí que se trataba de una declaración, tales eran los términos de su cumplida excusa y tal su encogimiento.
-No moleste, dice riendo, mientras vuelve a ver con disimulo hacia la puerta de la calle.
Es que acostumbra quedarse un rato, como para oír comentarios.
Mientras se levanta de nuevo y observa la calle desierta, admiro su talle esbelto y su elegante traje azul, muy propio para un té de palacio.
Pienso que esta buena Zelmira, que tan finamente recibe a los campesinos y que tan exquisitamente abre los salones de concierto a la gente elegante, nació para lucir cetro y corona, aun cuando apenas consiguiera llevar un escudo en sus tarjetas de visita y educar su voz para cantar misas.
Aquí se reanuda el diálogo.
-Comienza la entrevista artística; usted debe contestar a todas mis preguntas, sin ocultar nada.
-Bueno, me confesaré con Ud.
-Nada menos es lo que deseo. Necesito conocer detalles de su vida y satisfacer una curiosidad mía, a la vez que cumplo un deseo del público lector.
-¿Pero se puede saber cuál es el afán de interesarse por la vida ajena? Me da la idea de un chico travieso que sube al campanario para mirar los interiores de las casas de la aldea…
Así Ud., como que se pone de puntillas, hace hablar a la gente y mira hacia adentro…
-No tanto. Pero hay en cada alma humana algo nuevo que estudiar para comprender la vida y hacerla amable; eso es lo que yo busco. Soy como el minero que cava la tierra y se interna tras la codiciada veta. Pero dejemos toda vana filosofía y pasemos a conocer su vida artística.
-Yo desde chiquilla sentía afición por la música. A los quince años debuté en el Teatro Variedades con unos trozos de zarzuela, algo picaresco que me enseñó el renco Quirós, un periodista que Ud. debe conocer de nombre por lo menos.
Y me cayó encima la crítica del público y me comieron.
Fueron dolores de cabeza para mí y no menos para mi familia.
Mi vida ha sido muy atormentada; tiene de tragedia y de romance. Lo que sé por experiencia es que soy muy torcida…
-No parece; lleva usted siempre una sonrisa fresca y lozana como una rosa de primavera, que indica tranquilidad de conciencia y conformidad con la vida.
-Oiga mi historia de artista: En 1907 me mandaron a Italia a estudiar, por mediación de varios amigos de mi casa, especialmente de Alejandrito Alvarado, que siempre ha tenido finezas para los que aman el arte.
-Querían hacerme olvidar el recuerdo de un amor muerto, que me aniquilaba. Pensaron en el viaje y me arrancaron, así como lo oye, para trasplantarme a Milán. Allí pasé seis meses pero no tuve la oportunidad de estudiar y sí la de relacionarme con buenos artistas.
Me trasladé a Roma donde viví dos años. ¡Qué lindo es aquello! Vaya un día; cuánto desearía verlo de viaje por aquella tierra, cuna del arte, donde solo se vive de ensueño.
Ingresé a la Escuela de Santa Cecilia bajo la dirección de la señora Falchi.
Tuve el honor de tomar parte en dos conciertos que dio el maestro Mascagni. Por supuesto, en el coro…
Me oyeron cantar Cavalleria Rusticana y le pidieron al entonces Ministro de Costa Rica en Roma, señor Montealegre, que me permitiera debutar en el teatro con Aida, a lo cual se opuso, por decisión de mi familia que no quiso verme en las tablas.
Abandoné el estudio de la ópera y me dediqué al canto coral y su enseñanza. Me examiné y obtuve el diploma, que por ahí anda rodando. Nunca me ha servido de nada aquí. Con todo y mis estudios especiales sigo cantando misas y enseñando las notas a los escolares…
-No es muy dramática esa parte de su vida artística.
-Espérese, que no le he contado todo… falta la parte novelesca.
Cuando me dio por hacerme monja, luego el noviazgo y al final el matrimonio…
¡Verá! Yo sentía vocación para profesar y me acabó de convencer Sor Vicenta, una belemita, de origen nicaragüense, poetisa, que me enseñó a tocar el arpa.
Pero a la vez Sor Rosalía me pintaba horrores de la vida interna del Convento y me hacía reflexionar que yo no tenía vocación.
Nació la lucha interior y al fin triunfó el mundo, logrando evitar mi viaje a Trieste, donde estaba el noviciado de ese Convento.
En esos días conocí a Enrique, mi marido. Yo no me decidía a aceptarlo, se lo confieso, pero la bondadosa acogida de su padre, un viejito archisimpatiquísimo, dio vida a la pasión.
Entonces vino el matrimonio a que asistió mi hermano Francisco y su esposa Ofelia. Después el regreso y la prosa de la vida.
-¿En Costa Rica hizo algunos estudios?
-Sí, con la señora Sorino Modeo y el Maestro Castegnaro. ¡Viera cuánto me aproveché! Con decirle que llegué a Italia ofreciendo cantar Tosca y cuando me oyeron, me obligaron a suspender y a seguir estudiando…
-¿Le ayudó el Gobierno para sus estudios?
-Sí, don Cleto me otorgó una pensión de cien francos mensuales. Por supuesto que no me alcanzaban y tenía que ayudarme mi familia.
-¿Cuál es su autor favorito?
-Puccini.
-¿Y qué obras canta con mayor gusto?
-Madame Butterfly, Tosca y Aida.
Una criada avisa que está servido el té y pasamos al elegante comedor. Dos pequeñas niñas morenitas y de ojos vivos, sirven y obedecen órdenes.
-Las recogí en el Guanacaste. Es mi chifladura de ahora, asilar gente en mi casa…
Entra en eso una de las chicas con Yolanda, la heredera del hogar Cappella-Segreda y corre, la levanta y la besa, mientras exclama:
-Esta es la vida…
Poco rato después me retiro pensando que yo estimo y admiro a Zelmira, porque hay muchas gentes que la envidian…
Periódicos y revistas:
-Gacetillas: Con gusto publicamos la siguiente invitación… En: El Heraldo de Costa Rica. Año IV, No. 1127 (sábado 2 de noviembre de 1895), p. 2-3.
-La velada del domingo. Notas para una crónica. En: La República. Año X, No. 2867 (jueves 30 de julio de 1896), p. 2.
-De Heredia. En: El Heraldo de Costa Rica. Año VIII, No. 2051 (domingo 4 de diciembre de 1898), p. 2.
-De caridad. En: La Prensa Libre. Año X, No. 2881 (jueves 8 de diciembre de 1898), p. 2.
-Velada en Heredia. En: La Prensa Libre. Año X, No. 2897 (miércoles 28 de diciembre de 1898), p. 2.
-Notas: Fiesta de San Juan. En: El Tiempo. Año I, No. 215 (martes 26 de junio de 1900), p. 2.
-Escasú. En: El Día. Año I, No. 24 (martes 2 de octubre de 1900), p. 2.
-De Cartago. En: El Día. Año I, No. 49 (sábado 3 de noviembre de 1900), p. 2.
-El viernes 1 del presente…. En: El Tiempo. Año II No. 424 (domingo 10 de marzo de 1901), p. 3.
-El domingo se dará una gran velada… En: El Tiempo. Año II, No. 482 (miércoles 29 de mayo de 1901), p. 3.
-Teatro Municipal. En: La República. Año XV, No. 5284 (domingo 2 de junio de 1901), p. 2.
-Entusiasmo por el Concierto. En: La República. Año XV, No. 5318 (viernes 26 de julio de 1901), p. 3.
-Teatro Nacional. En: La República. Año XV, No. 5321 (martes 30 de julio de 1901), p. 1.
-Teatro Nacional. En: La República. Año XVI, No. 5336 (sábado 17 de agosto de 1901), p. 3.
-Fallecimiento del Ilmo. y Revmo. Sr. Dr. don Bernardo Augusto Thiel. En: La República. Año XVI, No. 5358 (jueves 12 de setiembre de 1901), p. 2.
-Los funerales del Ilmo. Sr. Obispo En: El Día. Año II, No. 296 (sábado 14 de setiembre de 1901), p. 2.
-Teatro Municipal. En: La República. Año XVI, No. 5602 (sábado 31 de mayo de 1902), p. 2.
-De Cartago. En: La Prensa Libre. Año XIII, No. 3783 (sábado 31 de mayo de 1902), p. 3.
-De Cartago. Obra Filantrópica. En: La Prensa Libre. Año XIII, No. 3795 (viernes 27 de junio de 1902), p. 2.
-Programa del concierto... En: La Prensa Libre. Año XIV, No. 3899 (miércoles 29 de octubre de 1902), p. 3.
-Sociedad Musical Santa Cecilia. En: El Día. Año III, No. 645 (lunes 24 de noviembre de 1902), p. 2.
-Velada. En: La Prensa Libre. Año XIV, No. 3931 (sábado 6 de diciembre de 1902), p. 3.
-Notas Editoriales: Como lo esperábamos resultó esplendido el concierto… En: El Día. Año III, No. 657 (martes 9 de diciembre de 1902), p. 2.
-Funerales del Dr. Ulloa en la iglesia del Carmen. En: La Prensa Libre. Año XIV, No. 4008 (viernes 13 de marzo de 1903), p. 2.
-Velada en Heredia. En: La Prensa Libre. Año XIV, No. 4084 (martes 23 de junio de 1903), pgs. 2-3.
-El 19 de julio próximo se efectuará… En: El Día. Año III, No. 801 (miércoles 24 de junio de 1903), p. 3.
-La velada de Heredia. En: La Prensa Libre. Año XIV, No. 4086 (jueves 25 de junio de 1903), p. 3.
-La velada de Heredia. Impresiones (f. Samuel Gelb.). En: La República. Año XVII, No. 5925 (viernes 26 de julio de 1903), p. 2.
-Funerales y entierro (Dr. Juan J. Flores). En: El Día. Año IV, No. 891 (miércoles 14 de octubre de 1903), p. 2.
-Hoy a las 8 p. m…. En: El Día. Año IV, No. 1030 (miércoles 6 de abril de 1904), p. 3.
-Velada del Nacional. En: El Centinela. Año II, No. 273 (viernes 8 de abril de 1904), p. 2.
-Programa de la velada en el Teatro Nacional. En: La Prensa Libre. Año XV, No. 4333 (miércoles 13 de abril de 1904). p. 2.
-El siguiente es el programa que se ejecutará… En: El Día. Año IV, No. 1027 (jueves 14 de abril de 1904), p. 3.
-Sección Teatral. En el Nacional. En: La Prensa Libre. Año XV, No. 4337 (lunes 18 de abril de 1904), p. 3.
-El asilo de pobres. La velada del sábado. En: El Día. Año IV, No. 1031 (martes 20 de abril de 1904), p. 2.
-Arte. En: El Noticiero. Año III, No. 731 (domingo 30 de octubre de 1904), p. 3.
-Concierto. En: La Aurora. Año I, No. 39 (jueves 29 de diciembre de 1904), p. 2.
-En el Nacional. En: La Prensa Libre. Año XVI, No. 4551 (martes 3 de enero de 1905), p. 3.
-Concierto. En: El Heraldo de Costa Rica. Año XV, No. 3867 (viernes 20 de octubre de 1905), p. 3.
-La velada. En: El Heraldo de Costa Rica. Año XV, No. 3870 (martes 24 de octubre de 1905), p. 2.
-La romería a Alajuelita. En: La República. Año XX, No. 6928 (jueves 17 de enero de 1907), p. 2.
-En la mañana del jueves próximo pasado… En: Páginas Ilustradas. Año IV, No. 144 (domingo 5 de mayo de 1907), p. 2.
-Con rumbo a Italia parte la señorita Zelmira Segreda, a perfeccionar su valiosa voz. Feliz viaje le deseamos y que conquiste muchos triunfos. En: Páginas Ilustradas. Ano IV, No. 155 (domingo 21 de julio de 1907), p. 3.
-Partió Zelmira. En: La Prensa Libre. Año XIX, No. 5951 (jueves 25 de julio de 1907), p. 3.
-Menudencias: Zelmira. En: La Prensa Libre. Año XX, No. 6361 (viernes 26 de febrero de 1909), p. 3.
-No llegó. En: La Prensa Libre. Año XX, No. 6362 (sábado 27 de febrero de 1909), p. 3.
-Se nos fue Zelmira. En: La Prensa Libre. Año XX, No. 6367 (viernes 5 de marzo de 1909), p. 3.
-Vuelve don Federico - Himno Matrimonial. En: La Prensa Libre. Año XX, No. 6378 (jueves 18 de marzo de 1909), p. 3.
-De regreso. En: La Prensa Libre. Año XX, No. 6387 (martes 30 de marzo de 1909), p. 3. (Regreso de Francisco Segreda que asistió al matrimonio de su hermana Zelmira en Italia).
-Menudencias: Llegada de Zelmira. En: La Prensa Libre. Año XX, No. 6388 (miércoles 31 de marzo de 1909), p. 3.
-Los Juegos Florales. Los dos números. En: La Información. Año II, No. 446 (jueves 16 de setiembre de 1909), p. 3. (el artículo completo se titula: El día de la Patria en San José: Reseña de los Juegos Florales, p. 2-3).
-Revalida su título de profesora de música. La Información. Año III, No. 1100 (miércoles 2 de agosto de 1911), p. 4.
-Músicos nacionales y extranjeros tienen una reunión, y por unanimidad, toman el acuerdo de formar una asociación con el objeto principal de trabajar y empeñarse en todo sentido, a fin de educar al pueblo a que guste de la buena música y al efecto, los señores músicos, se trazaron un bonito plan de campaña. En: La Información. Año IV, No. 1164 (martes 17 de octubre de 1911), p. 3.
-Artistas que tomarán parte en la velada de esta noche en el Teatro Nacional [Homenaje a El Salvador por los 100 años del primer grito independentista centroamericano]. En: La Información. Año IV, No. 1181 (domingo 5 de noviembre de 1911), p. 12. [Clisés].
-La velada del Centenario. En: La Información. Año IV, No. 1182 (martes 7 de noviembre de 1911), p. 6.
-Los artistas se asociarán. En: La Información. Año IV, No. 1187 (domingo 12 de noviembre de 1911), p. 1.
- La Sociedad Musical “Santa Cecilia”. Preparativos para el primer concierto. En: La Información. Año IV, No. 1189 (miércoles 15 de noviembre de 1911), p. 6.
-Sociedad musical de Costa Rica. En: La Información. Año IV, No. 1202 (jueves 30 de noviembre de 1911), p. 2. [Anuncio]
-La Sociedad Musical de Costa Rica dará su primer concierto en el Teatro Nacional. En: La Información. Año IV, No. 1202 (jueves 30 de noviembre de 1911), p. 3.
-El gran concierto del domingo. La distinguida esposa del señor Ministro Americano tomará parte en los coros de la Sociedad Musical de Costa Rica que cantarán el domingo en el Teatro Nacional. En: La Información. Año IV, No. 1204 (sábado 2 de diciembre de 1911), p. 3.
-Teatro Nacional. Velada organizada para festejar a la República de El Salvador que celebra en esta fecha el Centenario del primer intento de Independencia de la América Central. En: Páginas Ilustradas. Año VIII, Nos. 312-13 (domingo 10 de diciembre de 1911), p. 35.
-Nota de Arte. La música del Viernes Santo. En: La Información. Año IV, No. 1592 (miércoles 19 de marzo de 1913), p. 5.
-Funerales y entierro de la señorita Elena Carranza Montealegre. En: La Información. Año IX, No. 2462 (lunes 10 de abril de 1916), p. 2.
-Misa de réquiem. En: El Imparcial. Año II, No. 289 (sábado 13 de mayo de 1916), p. 7.
-Homenaje al Ilmo. y Revdo. señor Obispo. Electo de Santa Rosa de Copán, Doctor don Claudio Volio Jiménez, honra y prez del clero costarricense (incluye la letra del Himno a Monseñor Volio). En: La Información. Año IX, No. 3506 (viernes 26 de mayo de 1916), p. 4.
-Descripción de las magníficas e imponentes ceremonias de la consagración episcopal de Monseñor Claudio Volio, Obispo de Santa Rosa de Copán. En: La Información. Año IX, No. 3507 (sábado 27 de mayo de 1916), p. 2.
-La consagración de Mons. Volio en Alajuela En: El Imparcial. Año II, No. 303 (sábado 27 de mayo de 1916), p. 2.
-La velada En: El Imparcial. Año II, No. 415 (sábado 16 de setiembre de 1916), p. 2. [Zelmira como pianista acompañante].
-La Velada en Cartago a beneficio de los niños belgas fue un gran éxito moral y material. Hermoso discurso del Doctor Volio. En: La Información. Año IX, No. 2769 (domingo 19 de noviembre de 1916), p. 5.
-Día a Día: Las empresas de Zelmira. En: La Información. Año IX, No. 2782 (martes 5 de diciembre de 1916), p. 5.
-Los Funerales y el Entierro del General DON ARISTIDES ROMAIN. Efectuados con gran solemnidad ayer en esta capital. Imponente manifestación de duelo. El discurso oficial del señor Ministro de Guerra y Marina. Discurso de un representante de la Colonia francesa radicada en Costa Rica. En: La Información. Año IX, No. 2842 (sábado 17 de febrero de 1917), p. 4.
-Los funerales y entierro del General Romain. En: El Imparcial. Año III, No. 546 (sábado 17 de febrero de 1917), p. 5.
-Programa del Concierto extraordinario que dará la Banda Militar, a beneficio de los niños belgas, bajo la dirección del Maestro Loots, esta noche, a las 8, en el Parque Central, con el concurso de Sra. doña Zelmira de Rocca San Felice, Soprano; Sr. don R. Azuola, Tenor; Sr. don Lipoff, Violinista; Sr. don Desantis, Harpista. En: El Imparcial. Año III, No. 581 (viernes 30 de marzo de 1917), p. 5.
-Programa de la función del domingo en el Teatro Variedades. En: El Imparcial. Año III, No. 595 (miércoles 18 de abril de 1917), p. 5.
-El brillante concierto de esta noche en el Teatro Nacional. En: La Información. Año IX, No. 2912 (domingo 13 de mayo de 1917), p. 4.
-La fiesta de ayer en la Escuela de “Juan Rafael Mora” dedicada a las señoritas Anita Tristán y Fidelina Brenes. En: La Información. Año IX, No. 2919 (martes 22 de mayo de 1917), p. 2.
-Los festivales del sábado y domingo en los salones del Centro Español a beneficio de los damnificados de El Salvador. En: La Información. Año IX, No. 2938 (viernes 15 de junio de 1917), p. 5.
-Programa del Concierto que dará la Banda Militar bajo la dirección del Maestro Loots, con el concurso de la señora doña Zelmira de Cappella (Soprano), y del señor don Longino Soto (Violinista), esta noche, a las 8, en el Parque Central, a favor de los damnificados salvadoreños. En: La Información. Año IX, No. 2942 (sábado 23 de junio de 1917), p. 4.
-Esta noche estará de gala el Teatro Nacional. Velada pro-Salvador dirigida por Zelmira. En: La Información. Año IX, No. 2945 (miércoles 20 de junio de 1917), p. 2.
-Misa de Réquiem en la Iglesia del Carmen. En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 21 (sábado 26 de julio de 1919), p. 4.
-La gran velada en el Teatro Nacional. En: La Información. Año X, No. 3049 (martes 13 de noviembre de 1917), p. 4.
-Homenaje póstumo al Ex–Presidente Lic. don JOSÉ J. RODRÍGUEZ. Los funerales y el entierro del ilustre hombre público constituyeron una extraordinaria y solemne manifestación de justo duelo del GOBIERNO Y DE NUESTRA SOCIEDAD. En: La Información. Año X, No. 3063 (domingo 2 de diciembre de 1917), p. 4.
-Otra diva. En: La Acción Social. Año I, No. 142 (miércoles 19 de junio de 1918), p. 3 [sobre el nacimiento de su hija].
-Las solemnes honras fúnebres de ayer en memoria del General D. EDUARDO CALSAMIGLIA. El entierro y los discursos. En: La Información. Año X, No. 3823 (martes 14 de enero de 1919), p. 2.
-Misa de réquiem en la iglesia del Carmen. En: Diario de Costa Rica. Año 1, No. 21 (sábado 26 de julio de 1919), p. 4.
-Muerte trágica del Sr. Ministro de Guerra. FUNERALES Y ENTIERRO. En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 35 (martes 12 de agosto de 1919), p. 2.
-Fundación de Patronatos. En la Escuela Juan Rafael Mora. Un éxito artístico de Zelmira. En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 103 (sábado 1 de noviembre de 1919), p. 1.
-Fiestas escolares. Un homenaje a Zelmira. En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 114 (sábado 15 de noviembre de 1919), p. 4.
-Solemnes funerales en Cartago en memoria de don Alfredo Volio. En: La Prensa. Edición de la tarde. Año I, No. 91 (martes 13 de enero de 1920), p. 2.
-Los funerales de hoy en Cartago. En: La Prensa. Edición de la tarde. Año I, No. 93 (miércoles 14 de enero de 1920), p. 2.
-Solemnes funerales a la memoria del Lic. don Alfredo Volio ayer en la ciudad de Cartago. En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 160 (jueves 15 de enero de 1920), p. 1.
-A la memoria de Dn. Vicente Basigó . En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 199 (domingo 29 de febrero de 1920), p. 4.
-Las fiestas de Zelmira. En: Diario de Costa Rica. Año I, No. 286 (viernes 18 de junio de 1920), p. 3.
-Programa de las fiestas de mañana 14 de julio 10 a. m. – Fiesta ofrecida por la colonia francesa a los huerfanitos, y que se verificará en el Hospicio de Huérfanos de la capital. En: La Prensa. Año I, No. 244 (martes 13 de julio de 1920), p. 5.
-Fiesta en el Liceo de Costa Rica. En: La Prensa. Año I, No. 272 (martes 17 de agosto de 1920), p. 2.
-Don Pilar Jiménez en el homenaje que le tributó la Escuela de Guadalupe. En: Diario de Costa Rica. Año II, No. 384 (jueves 14 de octubre de 1920), p. 2.
-La fiesta social de antenoche. En: Diario del Comercio. Año I, No. 68 (viernes 5 de noviembre de 1920), p. 5.
-El ceremonial fúnebre de ayer en la Catedral. En: La Prensa. Año II, No. 343 (viernes 12 de noviembre de 1920), p. 1.
-Entrevista: LA CONFESIÓN DE UNA ARTISTA. En: Diario de Costa Rica. Año II, No. 409 (domingo 14 de noviembre de 1920), p. 2.
-Festival artístico en la Escuela Normal. En: La Prensa. Año II, No. 350 (sábado 20 de noviembre de 1920), p. 3.
-Velada en la Escuela Normal. En: La Tribuna. Año 1, No. 181 (domingo 21 de noviembre de 1920), p. 4.
-La grandiosa velada de ayer en el AMÉRICA. En: La Prensa. Año II, No. 412 (martes 8 de febrero de 1921), p. 3.
-El incidente de anoche frente al Consulado de Panamá. La multitud hace bajar el escudo. Los discursos-. Habló el señor Presidente de la República. En: La Tribuna. Año I, No. 258 (sábado 26 de febrero de 1921), p. 1.
-Funeral y entierro de don PILAR JIMÉNEZ. En: Diario del Comercio. Año III, No. 602 (martes 5 de setiembre de 1922), p. 4.
-El solemne réquiem efectuado en la ciudad de Guadalupe en memoria de don Pilar Jiménez S. En: Diario de Costa Rica. Año IV, No. 948 (martes 5 de setiembre de 1922), p. 5.
-Música Española. En: Diario del Comercio. Año III, No. 631 (jueves 12 de octubre de 1922), p. 8.
-El tenor Caballero en la residencia de los esposos Cappella-Segreda. En: Diario del Comercio. Año III, No. 744 (viernes 2 de marzo de 1923), p. 7.
-En el América mañana dará un concierto el tenor José Caballero. En: Diario del Comercio. Año III, No. 744 (viernes 2 de marzo de 1923), p. 7.
-Los funerales a la memoria de Fernández Güell y compañeros. En: Diario de Costa Rica. Año IV, No. 1106 (sábado 17 de marzo de 1923), p. 4.
-Carnet Social: Enfermos: La señora doña Zelmira Segreda de Cappella ha continuado bastante delicada de salud. En: La Tribuna. Año III, No. 907 (viernes 6 de abril de 1923), p. 5.
-Vida Social: La salud de doña Zelmira de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III, No. 770 (domingo 8 de abril de 1923), p. 4.
-Vida Social: Enfermos: Mejor de salud continúa doña Zelmira de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III, No. 773 (viernes 13 de abril de 1923), p. 4.
-Nuevamente grave doña Zelmira de Cappella. En: Diario de Costa Rica. Año IV, No. 1128 (miércoles 18 de abril de 1923), p. 5.
-La salud de Da. Zelmira. En: Diario de Costa Rica. Año IV, No. 1132 (domingo 22 de abril de 1923), p. 6.
-Enfermos: Doña Zelmira Segreda de Cappella va restableciendo. En: La Prensa. Año IV, No. 1067 (jueves 3 de mayo de 1923), p. 3.
-Vida Social: La salud de doña Zelmira. En: Diario del Comercio. Año III, No. 793 (martes 8 de mayo de 1923), p. 8.
-Anuncio: Teatro Nacional. Gran velada en honor de doña Zelmira Segreda de Cappella. Compañía Marina Ughetti presentará La Mazurka Azul. En: La Tribuna. Año IV, No. 938 (martes 15 de mayo de 1923), p. 5.
-Teatro Nacional. Gran función para esta noche en honor de doña Zelmira Segreda de Cappella. En: La Tribuna. Año IV, No. 938 (martes 15 de mayo de 1923), p. 7.
-Gran función en honor de Da. Zelmira Segreda de Cappella para esta noche en el Teatro Nacional. En: Diario del Comercio. Año III, No. 799 (martes 15 de mayo de 1923), p. 8.
-Rezago de ayer. La función de gala en honor de doña Zelmira de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III No. 802 (viernes 18 de mayo de 1923), p. 2.
-Vida Social: Enfermos: Se encuentra casi restablecida doña Zelmira Segreda de Cappella. Le deseamos pronto y completo restablecimiento. En: Diario del Comercio. Año III, No. 831 (sábado 23 de junio de 1923), p. 4.
-Dictamen cuya aprobación honrará por su alto espíritu de justicia a la Cámara Legislativa. Se refiere a doña Zelmira Segreda de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III, No. 845 (jueves 5 de julio de 1923), p. 5.
-Vida Social: Sigue delicada de salud doña Zelmira Segreda de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III, No. 846 (viernes 6 de julio de 1923), p. 5.
-No hay retreta por la muerte de doña Zelmira. En Diario del Comercio. Año III, No. 857 (viernes 20 de julio de 1923), p. 1.
-ORLA NEGRA. Fallece en esta capital la distinguida dama doña Zelmira Segreda de Cappella. –Hoy se efectuarán sus funerales en la Santa Iglesia Metropolitana. En: Diario del Comercio. Año III, No. 857 (viernes 20 de julio de 1923), p. 5.
-Fallecimiento de doña Zelmira Segreda de Cappella. En: La Tribuna. Año IV, No. 992 (viernes 20 de julio de 1923), p. 1.
-Ha muerto Zelmira. En: La Tribuna. Año IV, No. 992 (viernes 20 de julio de 1923), p. 4.
-Necrológicas: Doña Zelmira de Cappella. En: La Prensa. Año IV, No. 1129 (viernes 20 de julio de 1923), p. 2.
-Los funerales de ayer. Toda la sociedad costarricense rinde homenaje a la memoria de la señora Segreda de Cappella. En: La Tribuna. Año IV, No. 993 (sábado 21 de julio de 1923), p. 5 y 8.
-Funerales y entierro de doña Zelmira de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III, No. 858 (sábado 21 de julio de 1923), p. 4.
-Zelmira de Cappella (f. Julia de Pertuz). En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1208 (domingo 22 de julio de 1923), p. 7.
-En la muerte de Zelmira. (f. Claudio Ethal). En: Bohemia. Año II, No. 35 (domingo 22 de julio de 1923), p. 7.
-Oración que llegó a la garganta y quedó trunca…! (f. Raúl Salazar Álvarez). En: Bohemia. Año II, No. 35 (domingo 22 de julio de 1923), p. 8.
-A Zelmira (f. Victoria Kirkwood). En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1212 (viernes 27 de julio de 1923), p. 2.
-De alma a alma (f. J. Albertazzi Avendaño). En: La Tribuna. Año IV, No. 998 (viernes 27 de julio de 1923), p. 7.
-Para la corona fúnebre de Zelmira (f. J. M. Alfaro Cooper). En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1214 (domingo 29 de julio de 1923), p. 8.
-El solemne funeral de ayer (sobre la Misa de Novenario de Zelmira). En: La Tribuna. Año IV, No. 1000 (domingo 29 de julio de 1923), p. 5.
-Dos esquelas familiares anunciando la muerte de Zelmira y agradeciendo las muestras de cariño. La primera encabezada por Enrique Cappella y la familia y la segunda por parte de Juan María Solera R. y señora. En: La Tribuna. Año IV, No. 1003 (jueves 2 de agosto de 1923), p. 5.
-El vuelo de la alondra (f. J. Fermín Meza). En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1219 (sábado 4 de agosto de 1923), p. 2.
-Gran recital del “Cantor de América” dedicado a la memoria de doña Zelmira Segreda de Cappella. Se verificará el próximo jueves en nuestro regio coliseo. En: Diario del Comercio. Año III, No. 876 (domingo 12 de agosto de 1923), p. 4.
-El recital de mañana en el Nacional. En: Diario del Comercio. Año III, No. 878 (miércoles 15 de agosto de 1923), p. 5.
-Fueron colocados todos los Palcos y Butacas para el recital de Chocano. En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1228 (miércoles 15 de agosto de 1923), p. 2.
-El Recital de Chocano. En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1229 (viernes 17 de agosto de 1923), p. 5.
-Del recital de anoche en el Teatro Nacional. Discurso del Lic. Alvarado Quirós. En: La Tribuna. Año IV, No. 1016 (sábado 18 de agosto de 1923), p. 4.
-Discurso leído en el Recital de Chocano el 16 de agosto en el Teatro Nacional, por su autor, D. Alejandro Alvarado Q. En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1230 (sábado 18 de agosto de 1923), p. 4.
-Se pide el bautizo de una escuela con el nombre de doña Zelmira de Cappella. En: Diario de Costa Rica. Año V, No. 1237 (domingo 26 de agosto de 1923), p. 9.
-Los muertos del año. Zelmira Segreda de Cappella. En: Diario del Comercio. Año III, No. 949 (sábado 10 de noviembre de 1923), p. 8.
-El triste aniversario de hoy. En: Diario del Comercio. Año IV, No. 1145 (sábado 19 de julio de 1924), p. 4.
-El réquiem de ayer a la memoria de Zelmira. En: Diario del Comercio. Año IV, No. 1146 (domingo 20 de julio de 1924), p. 3.
Amelita Galli Curci y sus conciertos en Costa Rica:
-Es probable que venga a Costa Rica una Compañía de Ópera de primer orden. Los principales artistas ganan mil dólares por noche. En: La Información. Año VIII, No. 1443 (miércoles 22 de marzo de 1916), p. 3.
-Ya llegó el celebrado cuadro de ópera GALLI-CURCI. El próximo domingo hará su debut en el Teatro Nacional. En: La Información. Año IX, No. 3492 (viernes 12 de mayo de 1916), p. 4.
-Llegada de la Galli-Curci. En: El Imparcial. Año II, No. 289 (sábado 13 de mayo de 1916), p. 4.
-El saludo de una artista. En: El Imparcial. Año II, No. 289 (sábado 13 de mayo de 1916), p. 7.
-Ayer tarde llegó a esta capital, la eminente soprano AMELITA GALLI-CURCI. En: La Información. Año IX, No. 3493 (sábado 13 de mayo de 1916), p. 2.
-Teatro Nacional. ¡Hoy debut! ¡Hoy debut! En: El Imparcial. Año II, No. 290 (domingo 14 de mayo de 1916), p. 4.
-La Galli Curci. En: El Imparcial. Año II, No. 291 (lunes 15 de mayo de 1916), p. 1.
-Teatro Nacional. En: El Imparcial. Año II, No. 292 (martes 16 de mayo de 1916), p. 4.
-Teatro Nacional. Debut de la eminente soprano Amelita Galli-Curci. En: La Información. Año IX, No. 3496 (martes 16 de mayo de 1916), p. 2.
-Ruidoso éxito de Amelia Galli-Curci. En: El Imparcial. Año II, No. 293 (miércoles 17 de mayo de 1916), p. 4.
-A última hora. Teatro Nacional. Segundo concierto Galli Curci. En: La Información. Año IX, No. 3497 (miércoles 17 de mayo de 1916), p. 2.
-Medalla de Oro. Amelita Galli-Curci (f. Rosendo del Valle). En: El Imparcial. Año II, No. 294 (jueves 18 de mayo de 1916), p. 6.
- Teatro Nacional. Segundo concierto Galli Curci. Extraordinario éxito de la eminente soprano (f. Chantecler). En: La Información. Año IX, No. 3498 (jueves 18 de mayo de 1916), p. 3.
-Teatro Nacional (f. Chantecler). En: La Información. Año IX, No. 3500 (sábado 20 de mayo de 1916), p. 3.
-Teatro Nacional. Grandes funciones para hoy. La eminente soprano Galli-Curci echa el resto. En: La Información. Año IX, No. 3501 (domingo 21 de mayo de 1916), p. 5.
-Teatro Nacional. Últimas funciones de la eminente soprano Amelita Galli Curci. En: La Información. Año IX, No. 3508 (domingo 28 de mayo de 1916), p. 3.
Libros y artículos
-Acuña Braun, Ángela (1969). La mujer costarricense a través de cuatro siglos. Tomo I. San José: Imprenta Nacional, p. 580-581.
-Alfaro Cooper, José María (1926). Orto y Ocaso. San José: Imprenta Universal, p. 89.
-Borges, Fernando (1980). Teatros de Costa Rica. San José: Editorial Costa Rica.
-Bariatti, Rita (2001). Italianos en Costa Rica 1502-1952. De Cristóbal Colón a San Vito de Java. San José: UACA.
-Barquero Trejos, Zamira y Vicente León, Tania (2016). Mujeres costarricenses en la música. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
-Chinchilla, Carlos Enrique (1988). Homenaje a la memoria de Doña Zelmira Segreda Solera de Cappella, s. l., s.ed.
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-Molina Siverio, Julio (1997). Por las rutas del tenor. Ensayo biográfico e iconográfico de Melico Salazar Zúñiga. San José: Editorama.
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-Oconitrillo García, Eduardo (1981). Rogelio Fernández Güell: escritor, poeta y caballero andante. San José: Editorial Costa Rica.
-Revollo Acosta, Julio Ernesto (2012). El Canciller Acosta. San José: Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Instituto Manuel María de Peralta. Serie Yvonne Clays 9.
-Rodríguez Montero, Ernesto (2016). José Daniel Zúñiga: la canción descriptiva. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
-Segura Méndez, Manuel (1965). Melico. San José: Editorial Costa Rica.
-Sotela, Rogelio (1934). Rimas Serenas. San José: Imprenta Española Soley y Valverde, p. 130.
-Sotela, Rogelio /2007). Poesía completa de Rogelio Sotela (1894-1943). Carlos Porras (comp.). San José: EUNED, p. 228-229.
-Vargas Cullell, María Clara (2004). De las fanfarrias a las salas de concierto. Música en Costa Rica (1840-1940). San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
-Zúñiga Tristán, Viriginia (1988). Zelmira Segreda la alondra costarricense. San José: Editorial de la Universidad Estatal a Distancia.
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Documentos
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-Historia de la Cruz Roja Costarricense. Extraído de: https://www.sutori.com/es/historia/historia-de-la-cruz-roja-costarricense--RabCjoEPXu6S5q5Z1oHn1S7b
-Acta de defunción de Zelmira Segreda. Extraído de: https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:7B44-BTMM
-Acta de nacimiento de Yolanda Antonia Modesta Rosario Jesusa de la Trinidad Cappella Segreda. Extraído de: https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:3QHV-P3XR-59F2-6?cc=1925429&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3A6FWX-NTPP
-Acta de defunción de Yolanda Antonia Modesta Rosario Jesusa de la Trinidad Cappella Segreda. Extraído de: https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:3QHV-V367-Z94B?cc=1925429&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3ADTWC-BTZM
-Acta de nacimiento de Antonio Enrique Pascual Cappella Segreda. Extraído de: https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GT4T-XW5?i=419&cc=1925429&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQGLF-NDHD
-Acta de defunción de Antonio Enrique Pascual Cappella Segreda. Extraído de: https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:3QHV-J36T-LKZD?mode=g&cc=1925429&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3A6Z31-RH7D
-Inscripción de la defunción de Zelmira Segreda en la Parroquia de La Dolorosa. Extraído de: https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:NQKG-BYQ
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Universidad Nacional, Costa Rica. Campus Omar Dengo
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