Revista 91.2

Revista RELACIONES INTERNACIONALES

Escuela de Relaciones Internacionales.

Universidad Nacional, Costa Rica.

N.º 91.2 • Julio-Diciembre de 2018

doi: http://dx.doi.org/10.15359/ri.91-2.4


 
         
   

De dragón revolucionario a tímido
y ahora rejuvenecido:
las etapas de la política exterior china
1

From revolutionary dragon to timid and now rejuvenated: the stages of Chinese foreign policy

Mayra Vélez Serrano2

ORCID: 0000-0003-2339-1182

 

Resumen:

Desde la toma de poder de Xi Jinping, se ha estado debatiendo sobre el futuro de la política exterior china. Sin embargo, estos debates carecen de contexto histórico o ideológico. Dado el carácter hipercentralizado del sistema político chino, la política exterior se debe analizar usando como fundamento las ideologías y los principios guías creados por distintos líderes del país. Esto permite entender tanto los factores ideológicos de su política exterior como las estrategias y acciones que China ha tomado en el nivel internacional. Mediante el análisis de documentos primarios, discursos, libros blancos y documentos secundarios, esta investigación propone que la política exterior china (desde 1949) ha tenido tres etapas distintivas. La primera se extiende durante el período en que Mao Zedong estuvo en el poder; se caracteriza por la creación de principios guías enfocados en el activismo revolucionario e internacional. La segunda comienza con Deng Xiaoping y concluye con Hu Jintao (1978-2012); se define como un período tímido, renuente de llamar la atención o tomar liderazgo internacionalmente. La última etapa ha comenzado con Xi Jinping (2013) y se diferencia por una mayor asertividad, confianza y disponibilidad de tomar liderazgo ante el sistema internacional. Este artículo es un breve compendio de los factores históricos e ideológicos que ponen en contexto la evolución de la política exterior de China y la relación de Xi Jinping con la política de sus antecesores.

Palabras claves: política exterior de China; política exterior china contemporánea; relaciones internacionales de China; constructivismo; principios guías.


Abstract:

Since Xi Jinping’s takeover, there has been debate about the future of China’s foreign policy. However, these debates lack historical or ideological context. Given the hyper-centralized nature of the Chinese political system, foreign policy must be analyzed using the guiding ideologies and guiding principles created by different leaders of the country as a foundation. This allows us to understand both the ideological factors of its foreign policy, as well as the strategies and actions that China has taken internationally. Through the analysis of primary documents, speeches, white papers and secondary documents, this research proposes that China’s foreign policy (since 1949) has had three distinct stages. The first stage, which extends during the period in which Mao Zedong was in power, is characterized by the creation of guiding principles of foreign policy that focused on international revolutionary activism. The second stage, which begins with Deng Xiaoping and concludes with Hu Jintao (1978-2012), is defined as a timid stage, reluctant to draw attention or take leadership internationally. The last stage has begun with Xi Jinping (2013) and is differentiated by greater assertiveness, confidence and willingness to take leadership before the international system. This article is a brief summary of the historical and ideological factors that put in context the evolution of China’s foreign policy and the relationship of Xi Jinping with the policy of its predecessors.

Keywords: Chinese foreign policy; Chinese contemporary foreign policy; Chinese international relations; constructivism; guiding principles.

Introducción

En el mes de marzo del 2018, la Asamblea Popular China decidió enmendar la Constitución para eliminar el límite de dos mandatos presidenciales de cinco años. Igualmente, se incorporó en la Constitución “El pensamiento Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”. Ningún otro líder, desde Mao, había tenido una ideología de su mismo nombre incluida en la Constitución, mientras ejercía. La consolidación de poder de Xi Jinping ha estado acompañada por reportes de China desplegando misiles antibuque, junto con interceptores electrónicos y otros equipos, en las islas que construyó en los arrecifes en disputa de las islas Spratly.

Estos eventos han llevado a analistas a debatir si China ha entrado en un nuevo período de relaciones internacionales y las consecuencias de tales actos. Algunos han declarado que la guerra entre China y Estados Unidos es inevitable (Allison, 2017; Mearsheimer, 2006; Ikenberry, 2008) y que la política exterior bajo Xi Jinping es radical (Economy, 2014). Otros enfatizan que la política exterior de Jinping es una continuación de lo establecido por sus antecesores (Carrico, 2013; Zhang, 2015) y que China no tiene aspiraciones imperialistas (Zhang, 2012).

¿Cómo se puede caracterizar la política exterior de China?, ¿es este un nuevo período o una continuación de políticas anteriores? Para contestar estas preguntas, se debe entender lo que son las ideologías guías y principios guías. Estos son la fuente principal para comprender la percepción de China sobre el mundo que la rodea, su identidad y las acciones concretas por seguir ante tal evaluación. Aunque se discute más adelante en detalle, la ideología guía se puede caracterizar como un conjunto de ideas que cargan un peso autoritario e informan las metas del Partido Comunista Chino (PPCh) para el país. Mientras, los principios guías se refieren a un aspecto menos abstracto, ya que tienen que ver con un conglomerado de guías para la formulación e implementación de políticas gubernamentales; en el caso de esta investigación, sería la política exterior.

Dado el carácter hipercentralizado del sistema político chino, el análisis de las ideologías y los principios guías creados por distintos líderes del país nos permite entender los factores ideológicos de su política exterior, así como poner en contexto las políticas actuales de Xi Jinping. Mediante el análisis de documentos primarios, discursos, libros blancos y documentos secundarios, esta investigación propone que la política exterior china contemporánea (desde 1949) ha tenido tres períodos que, aunque mantienen elementos en común, se diferencian lo suficiente para desagregarlos. El análisis de la política exterior como etapas les permite a aquellos iniciados en el estudio de China, como a los expertos, tener un breve compendio de los factores históricos e ideológicos que mejor explican la cambios de los principios guías de la política exterior china.

La primera etapa, que se extiende a lo largo del período cuando Mao Zedong estuvo en el poder, se caracteriza por la creación de principios guías de política exterior que se enfocaban en el activismo revolucionario internacional. La segunda, que comienza con Deng Xiaoping y concluye con Hu Jintao, se define como tímida, renuente de llamar la atención o tomar líderazgo. La última etapa comienza con Xi Jinping y se diferencia por una mayor asertividad, confianza y disponibilidad de tomar liderazgo ante el sistema internacional.

El estudio está organizado en dos partes: la primera desarrolla el marco conceptual y teórico, dando énfasis a la discusión de lo que son los principios e ideologías guías; la segunda analiza las tres etapas de la política exterior china. Para cada una de estas últimas se discuten, de manera concisa, los principios guías adoptados y sus implicaciones, citando políticas concretas de la política exterior.

Marco teórico y conceptual

El estudio de las relaciones internacionales, altamente influenciado por académicos estadounidenses y europeos, ha partido desde una ontología y epistemología positivista, enfocada en las expresiones materiales de poder. Sin embargo, en los últimos años, se ha fortalecido el análisis constructivista, el cual enfoca la atención en el vínculo entre los factores materiales y simbólicos de las relaciones internacionales, así como las características y acciones de los individuos que lideran la política exterior de un país. Explica Armando García García (2018) que el constructivismo parte de la premisa de que operamos en “un mundo de valores compartidos a través de un proceso de construcción social de identidades” (p. 192). Existe, entonces, una relación entre lo material y las ideaciones que influyen en la construcción de identidades, y, por tanto, en los intereses de aquellos que lideran la política de un país (Wendt, 1992).

Dado que los conceptos y creencias ideológicas son parte del lente interpretativo mediante el cual los líderes han visto a China y su papel en el mundo, seguir los cambios en estos factores es crucial para entender las prioridades de su política exterior (Zhao, 1996). En el caso de China, la macroestructura simbólica de su política exterior está reflejada en lo que se conoce como la ideología guía (zhidao sixiang), los principios guías (zhidao fangzhen) y los principios guías de relaciones internacionales (waijiao zhidao fangzhen). La ideología guía del partido permanece en el corazón de su sistema político. Es el conjunto autoritario de ideas y principios que encarna las metas y los objetivos del Partido Comunista Chino (PCCh) y sirve de base para todos los programas y directivos centrales de este (Heath, 2014). El Congreso del partido es el que decide incorporar un nuevo concepto a la ideología guía. Esto es un evento político importante, ya que el acto requiere que el partido reinterprete y actualice el significado de sus principios, políticas y directivas. Lo anterior a su vez requiere que las leyes y políticas del Estado se actualicen según sea necesario. La ideología guía solo ha tenido cinco actualizaciones principales: el pensamiento de Mao Zedong en 1945, la teoría de Deng Xiaoping en 1997, el pensamiento importante de las tres representaciones en el 2002, el concepto de desarrollo científico en el 2012 y el pensamiento de Xi Jinping en el 2016 (Heath, 2014).

Hay una jerarquía muy elaborada sobre cómo desarrollar e implementar estrategias y políticas públicas. La ideología guía posee la máxima autoridad y provee lineamientos para todas las demás actividades del partido y gobierno. Por el carácter centralizado del gobierno, esta guía tienen peso legal. Luego de las ideologías guías, le siguen en orden de autoridad los principios guías importantes, los principios guías, los principios y las políticas públicas (Heath, 2014).

Heath (2014) explica que los principios guías también señalan un nuevo concepto estratégico que busca enfrentar algún reto o cambio en el país que la ideología guía no prevé. La diferencia entre los principios guías y la ideología guía es que los primeros tienen una autoridad provisional, a menos que el liderato del partido los eleve a la segunda. Esto usualmente ocurre después del retiro del líder que desarrolla el nuevo concepto. Por otro lado, los principios guías marcan un aspecto menos abstracto que la ideología, ya que tienen que ver con un conjunto de reglas para la formulación e implementación de políticas públicas; es decir, tienen una naturaleza estratégica y operan sobre las políticas públicas y tácticas (Heath, 2014). Bajo esta categoría, caen los principios guías de política exterior, que rigen los intereses y estrategias de la acción internacional del país y son, por tanto, el objeto de estudio en esta investigación. Estos principios usualmente se manifiestan como un “eslogan” que refleja cierta simbología interpretativa; por ejemplo, el principio de “Ling qi luzao” (nueva estufa o cocina), para referirse a rescindir de tratados vigentes, o el principio de “salir al exterior”, para apuntar a una política de promoción de inversión al extranjero.

La siguiente tabla organiza las ideologías y principios guías de política exterior, por orden cronológico, según fueron formulados y adaptados por los líderes supremos de la República Popular China (RPC). Luego, se discute, de manera abreviada, en qué consiste cada una de ellos, se describe el contexto histórico en el cual se desarrollaron y se provee ejemplos de algunas de las acciones de política exterior que surgieron por su causa.

Tabla 1. Principios e ideologías guías por etapas de la política exterior China

Etapas

Líderes supremos

Ideología guía

Principios guías de política exterior

Traducción

(pinyin)

Traducción (mandarín simplificado)

1.a.

Activismo revoluciona-rio

Mao Zedong (1949-1976)

Marxismo-leninismo con pensamiento de Mao

Apoyarse de un lado

Dos puños

Frente unido

Yibiandao

Liangge quantou

Yitiaoxian

边倒

两个拳头

一条线

2.a.

Timidez con enfoque en asuntos internos

Deng Xioping (1978-1989)

Teoría de Deng Xiaoping - socialismo con características chinas

TGYH

Cinco principios de coexistencia pacífica

Independencia y paz

Lengjing guancha, wenzhu zhenjiao, chenzhuo yingfu, tao guang yang hui

Heping gongchu wu xiang yuance

Duli zhizhu de heping waijiao

冷静观察, 稳住阵, 沉着应付, 决不当, 韬光养晦

和平共处五项原则

独立支柱的和平外交

Jiang Zemin (1989-2003)

Tres representa-ciones

Veinticuatro caracteres

Salir hacia el exterior

Lengjing guancha, wenzhu zhenjiao, chenzhuo yingfu, juebu dangtou, taoguang yanghui, yousuo zuowei

Zou chuqu

冷静观察, 稳住阵, 沉着应付, 决不当, 韬光养晦, 有所作为

走出去

Hu Jintao 

(2003-2013)

Desarrollo científico

Paz y desarrollo

Mundo armonioso

Kexue fazhanguan

Hexie shijie

科学发展观

和谐世界

3.a.

Asertividad, confianza y liderazgo

Xi Jinping (2013- presente)

Pensamiento de Xi Jinping, para el socialismo, con características chinas de la nueva era

Pensamiento de línea mínima

Nueva relación entre potencias

Comunidad del destino común

Renlemingyun gongtongt

Xi daguo waijiao

Dixian siwei

人类命运共同体

新大国外交

底线思考


Nota: Elaboración propia a partir de Zhao, (1996); Cheng y Zhang, (2009); Men, (2007); Jiabao, (2004); Keyser, (2007); Wang, (2014); Chen y Wang, (2011); Min y Xiaodil, (2007); Glaser y Madeiros, (2007); Blanchard y Guo, (2010); Sørensen, (2015); Hu, (2016); Swaine, (2015).

Etapas de la política exterior china

Primera etapa: el dragón revolucionario y Mao Zedong (1949-1976)

Cuando Mao Zedong tomó el poder, no solamente buscaba establecer un país comunista, sino rescatar el orgullo nacional manchado por las invasiones extranjeras y los Tratados Desiguales3. En los primeros años de Mao, la retórica se concentraba en la necesidad de ponerse de pie luego de años de vejaciones. De hecho, en su primer discurso anunciando la creación de la RPC, pidió que el país se levantara, diciendo:

Los chinos siempre han sido una nación grande, valiente y trabajadora; es solo en los tiempos modernos que se han quedado atrás. Y eso se debió enteramente a la opresión y la explotación por parte del imperialismo extranjero y los gobiernos reaccionarios internos… La nuestra ya no será una nación sujeta a insultos y humillaciones. ¡Nos hemos puesto de pie! (Discurso de Mao Zedong, citado en Cheek, 2002, p. 125).

El objetivo principal de Mao era mantener su independencia ante poderes extranjeros y consolidar su poder. Mas esto tenía que hacerlo ante un mundo bipolar. Adoptó tres principios guías importantes. El primero fue “lingqi luzao”, que se traducía como “hacer una cocina nueva”, y significaba que China iniciaría relaciones diplomáticas nuevas con todos los países (Zhao, 1996). Era una forma de desligarse del régimen del Kuomintang y, sobre todo, deshacerse de los Tratados Desiguales firmados tanto por la dinastía Qing como por el Kuomintang. “Dasao ganjing wuzi qingke”, el cual se traducía como “limpiar la casa y prepararse para traer invitados”, tenía como fin consolidar su poder internamente, antes de enfocarse en las relaciones internacionales. Finalmente, el más importante fue el principio de “yibiandao”, “apoyarse incondicionalmente hacia un lado”. Según Mao, su independencia dependería de aliarse con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en contra del imperialismo de Estados Unidos (Cheng y Zhang, 2009). El líder expuso que:

A la luz de la experiencia acumulada en estos cuarenta años [de Sun Yat-sen] y estos veintiocho años [experiencia del Partido Comunista], todos los chinos, sin excepción, tienen que ponerse, ya sea para el lado del imperialismo o al lado del socialismo (Discurso de Mao Zedong, citado en Cheek, 2002, p. 128).

La adopción de la política “yibiandao” era necesaria para que Mao se consolidara. En la China de 1940, todas las industrias y sectores necesitaban establecerse. El PPCh se enfrentaba a la tarea de construir un Estado moderno, a pesar de la pobreza y la debilidad acumulada en decenas de años de invasiones y guerras civiles. Por tanto, la ayuda externa no solo era importante, era crucial (Zhou, Zhang y Zhang, 2016). En 1950, se firmó el Tratado Sino-Soviético de Amistad y Asistencia Mutua, en el que la URSS se comprometió a dar $300 millones en ayuda, en forma de un préstamo concesionario. La URSS movilizó una gran cantidad de mano de obra y materiales, así como brindó asistencia para elaborar planes, establecer proyectos, suministrar equipos, capacitar personal, proporcionar préstamos y ayudar en la construcción (Zhou, Zhang y Zhang, 2016).

A China, al igual que a India, le interesaba mantener una postura independiente, pero a la vez socavar los esfuerzos imperialistas de Estados Unidos y otros países europeos. El Primer Ministro de la recién independizada India, Jawaharlal Nehru, convocó a los países recién independizados y a países no-alineados a una conferencia en Bandung, Indonesia. Nehru invitó a China, pero dejó afuera a Estados Unidos y a la Unión Soviética. China vio en esta conferencia la oportunidad de promover un visión anticolonial y antiimperialista (Garver, 2015). A pesar de las divisiones ideológicas, Zhou Enlai, representante de China, logró establecer en la conferencia una postura común bajo el eslogan de los cinco principios guías de coexistencia pacífica, que se resumía en 1) mutuo respeto en términos de integridad territorial y soberanía, 2) mutua no agresión, 3) no interferencia en los asuntos internos del otro, 4) beneficio equitativo y mutuo, y 5) coexistencia pacífica. Desde entonces, China ha mantenido el principio guía de la coexistencia pacífica como uno de los pilares más importantes de su política exterior, aunque en varias ocasiones las acciones de Mao lo contradecían.

Por otro lado, China también adoptó los preceptos principales de la ideología marxista-leninista de la revolución internacional del proletariado. En el mismo discurso de la proclamación de la RPC, Mao dijo que

En la época en que existe el imperialismo, es imposible que una revolución popular genuina gane la victoria en ningún país sin varias formas de ayuda de las fuerzas revolucionarias internacionales, y aunque se ganara la victoria, no podría consolidarse (Zedong, 1949).

A pesar del discurso pacifista de la conferencia de Bandung, en los primeros años de su formación, China se involucró en una serie de conflictos militares y guerras. Estas confrontaciones se pueden clasificar en dos categorías: disputas territoriales sobre el control de áreas fronterizas, como el conflicto con India en 1962 y con Rusia en 1969; o el otro grupo, que cae bajo la visión de Mao de la guerra contra el imperialismo burgués y el occidente, como fue la guerra de Corea de 1950, la de Vietnam de 1954 y Laos de 1969. Fuera de Asia, también decidió apoyar los movimientos comunistas y nacionalistas en África, donde respaldó la independencia de Sudan, Etiopía, Liberia y Libia. Igualmente, brindó su apoyo monetario a Egipto, durante la guerra del Canal de Suez (Ogunsanwo, 1974).

Sin embargo, las ambiciones de China de liderar el movimiento comunista internacional estaban en contradicción con los movimientos independentistas comandados por la burguesía nacionalista de estos países, y, por tanto, renuentes a los postulados del marxismo-leninismo. Por ejemplo, el mismo Gamal Abdel Nassar, Presidente nacionalista de Egipto, había evitado que reaccionarios y comunistas obtuvieran presencia en su gobierno. Según Ogunsanwo (1974), esta posición fue adoptada por otros líderes africanos, incluyendo a Sekou Touré de Guinea, Kwame Nkrumah de Ghana, Modibo Keita de Mali y Julius Nyerere de Tanzania.

Aun así, el activismo de Mao en África mostró ser importante para su interés nacional, ya que luego de las naciones alineadas al bloque soviético, los países africanos fueron los primeros en reconocer al Gobierno de Beijing en las Naciones Unidas. A pesar de la retórica revolucionaria, China mantuvo una política pragmática con los países de África y como principio guía la “coexistencia pacífica”. Como muestra, desde 1960 a 1964, el número de países que formalizaron relaciones diplomáticas o votaban a favor de Beijing en la ONU fue aumentando escalonadamente, pero este reconocimiento vino con el pedido de los países africanos de que China se abstuviera de intervenir en su política interna (Ogunsanwo, 1974).

Esta época de activismo internacional también estuvo marcada por el deterioro de las relaciones sino-soviéticas, en respuesta a las políticas de Nikita Khrushchev de des-stalinización. Las tensiones entre Khrushchev y Mao llegaron a un punto culminante, ante la renuencia de la URSS de ayudar a China a construir armas atómicas, luego de haberle prometido que lo haría. Mao declaró que Khruschev era un reaccionario y que había abandonado la lucha del proletariado.

Las tensiones entre China y Rusia llevaron a Mao a establecer el principio guía de “liǎnggè quántou dǎrén”, que se traducía como “pelear con dos puños”, y el de “fandui dixiufan”, “oponerse al imperialismo de Estados Unidos y el revisionismo de la URSS”. Por tanto, abandonó su principio de “yibiandao” de alinearse con la URSS (Cheng y Zhang, 2009). Mao entendía que Rusia buscaba poner a China dentro de su órbita de estrategia global y, por tanto, estaba en juego su independencia, la misma que pensó proteger al alinearse con este país. Eventualmente, China y Rusia se enfrentaron militarmente en 1969, marcando el fin de sus relaciones diplomáticas.

De nuevo, en el afán de Mao de mantener a China independiente, adoptó el principio guía “Yu meiguo lianmeng zuzhi chi sulian” o “alinearse con Estados Unidos para frenar a la URSS”. Según Mao, esto requería dibujar una línea en donde se unieran EE. UU., Japón, Pakistán, Irán, Turquía y Europa, mejor conocida como la estrategia de “yitiaoxian” o “frente unido”. De acuerdo con Scott (2007), los líderes de política exterior chinos, al analizar la situación internacional, aconsejaron a Mao utilizar a los Estados Unidos para amedrentar a la URSS, ya que entendían que una invasión rusa era inevitable (Li, 2013). “Yitiaoxian” se mantuvo como el principio guía de la política exterior de China hasta 1982. Esto permitió que Mao y Nixon establecieran relaciones diplomáticas en 1972 y se convirtieran en parte del sistema internacional (Cheng y Zhang, 2009).

Bajo Mao, la política exterior de China se caracterizó por un vaivén entre el militarismo ideológico del líder y su pragmatismo. Sin embargo, el hilo conductor se resume en dos objetivos: la consolidación del poder de Mao sobre un país fragmentado y la independencia de este ante los dos imperios.

Segunda etapa: el dragón tímido y renuente

Si bien el mandato de Mao Zedong tuvo muchos aciertos, también marcó el futuro del país por las heridas que causaron la Revolución Cultural, la Gran Hambruna de 1959 (provocada por la política del Gran Salto, en la que murieron más de 40 millones de personas), más una serie de conflictos internacionales en la que las victorias chinas vinieron con un gran costo humano. Es por esto que luego de la muerte de Mao, el PCCh y Xiaoping comenzaron con la campaña de “emancipación de la mente” y la búsqueda de la verdad más allá de la rigidez del “liderato del partido” (Xiaoping, 1978); un eufemismo para denotar la necesidad de desligarse de la política y del pensamiento Maoísta, similar a lo que hizo Khrushchev con Stalin en la URSS.

Deng Xiaoping había concluido que el maxismo-leninismo-pensamiento de Mao era una teoría universal, pero que China aún carecía de las condiciones de maduración para la transición hacia el comunismo; en otras palabras, aún estaba en la primera etapa del socialismo (Men, 2007; Chai, 2003). Por tanto, la teoría de Xiaoping se enfocaba en permitir a las fuerzas capitalistas operar en China, en lo que llamó “construir el socialismo con características chinas” (jiansheyou zhong-guo tece de shehui zhuyi). Bajo esta teoría, Xiaoping lanzó la política de las “Cuatro Modernizaciones” en 19784. Igualmente, implementó la política de las “puertas abiertas”, abolió las comunas, permitió la propiedad privada y creó zonas especiales económicas5.

La visión del socialismo con características chinas requería mayor flexibilidad y apertura al mundo. Por tal razón, en 1982 se adoptó el principio guía de “independencia y paz” (Duli zhizhu de heping waijiao)6. Con esto en mente, Xiaoping oficializa la adopción de los cinco principios de la coexistencia pacífica, como el principio guía con el que la política exterior china se regiría (Jiabao, 2004). La adherencia a dichos principios le permitió a Xiaoping normalizar relaciones con Estados Unidos y aliviar las tensiones con la URSS (Kim, 1994). También fue una oportunidad de abandonar la retórica militante de Mao, ya que Xiaoping entendía que la seguridad del país no se basaba en la acumulación de armamento, sino en la confianza y el interés mutuo (Hongying, 2000). Más importante aún, estos principios le permitieron al PCCh establecer nuevas relaciones con varios partidos comunistas alrededor del mundo, sin que fuera impedimento para relacionarse con otros países que tuviesen sistemas sociales o ideologías distintas (Men, 2007). Era una oportunidad para establecer que no tenían la intención de involucrarse en la exportación de la ideología marxista ni de apoyar movimientos revolucionarios (Keyser, 2007).

A finales de la década de los ochenta, China había cambiado su imagen frente al mundo: de un país revisionista a uno acomodaticio al sistema y al derecho internacional. Luego de la caída de la URSS y con la presión internacional sufrida luego de la represión de las protestas de Tiananmen, Xiaoping adoptó el principio guía más importante de su mandato, eventualmente conocido como la “Estrategia de 24 Caracteres”. Originalmente, Xiaoping había pronunciado la primera parte de este postulado en 1989. En aquel entonces, estableció: “Primero debemos observar calmadamente. Segundo, debemos asegurar nuestra posición. Tercero, debemos lidiar con los asuntos calmadamente” o “lengjing guancha, wenzhu zhenjiao, chenzhuo yingfu” (Chen y Wang, 2011, p. 197). Luego, en 1992, Xiaoping mencionó: “podremos convertirnos en una gran potencia solo si mantenemos un perfil bajo”, “tao guang yang hui” o “principio de TGYH”. Eventualmente, este se convirtió en el “Principio de los 24 Caracteres” que se traducía como “observar con calma la situación, asegurar cada paso, lidiar con cambios con paciencia y confianza, nunca convertirse en líder, mantener un bajo perfil” o “lengjing guancha, wenzhu zhenjiao, chenzhuo yingfu, juebu dangtou, taoguang yanghui ”.

En esta etapa, en 1989, llega al poder Jiang Zemin, como secretario general del PCCh, y luego a la presidencia en 1993. En aquel momento, la URSS había desaparecido. La mayoría de los gobiernos totalitarios del mundo había sido derrocada o había abandonado el poder para dar paso a las democracias. Era necesario justificar tanto la legitimidad de la dictadura del Partido Comunista como la del capitalismo en un sistema socialista. Zemin desarrolló la “teoría de las tres representaciones” en la que establecía que el Partido debe siempre representar las inquietudes del desarrollo de las fuerzas productivas avanzadas de China, representar la orientación del desarrollo de la cultura avanzada de China, y representar los intereses fundamentales de la mayor parte de la población de China (Zemin, 2002). Era claro que el comunismo ya no era un elemento unificador y que la retórica a favor de los campesinos y proletariados estaba desacreditada, ante el surgimiento de una clase capitalista. Por tanto, las “tres representaciones” buscaba dar un enfoque nacionalista, incorporar a la clase pudiente al partido y así mantener la supremacía (Men, 2007; Keyser, 2007; Wang, 2014).

Al igual que Xiaoping, Zemin entendía que, para el desarrollo de China, se necesitaba mantener un ambiente de paz. Las reformas iniciadas por Xiaoping habían puesto a China en una posición de evidente crecimiento económico. Sin embargo, el punto histórico más relevante del crecimiento del país ocurrió durante la crisis asiática de 1997. Esta arrojó en picada a muchas economías regionales. El sistema financiero internacional también sintió el impacto. En gran medida, China estabilizó el mercado financiero internacional al mantener el Renminbi chino sólido frente al dólar, al tiempo que hizo todo lo posible para suministrar capital a los países en problemas, recibiendo reconocimiento mundial (Friedman, 2000).

Estas acciones exitosas llevaron a que Zemin modificara los principios de Xiaoping en un discurso, en 1998, que describió el principio de política exterior de China con las siguientes palabras: “Lengjing guancha, chenzhuo yingfu, juebu dangtou, taoguang yanghui, yousuo zuowei” (observar con calma, lidiar con los asuntos calmadamente, nunca buscar el liderazgo, ocultar el brillo y atesorar la oscuridad, hacer algo). El concepto “yousuo zuowei” o “hacer algo” fue un principio que Zemin añadió a los principios de Xiaoping (Shen, 2011). Él argumentaba que esto se refería a que hacer lo mejor posible, para que algo estuviese al alcance de China, no era compatible con no hacer nada (Heath, 2014). Es decir, mantener un perfil bajo y renuente a tomar liderazgo no significaba dejar de hacer las cosas.

Eventualmente, Zemin también adoptó el principio de “salir al exterior” o “zou chuqu”. El prototipo de este concepto fue pronunciado en 1998, cuando Zemin estableció que se debía “activamente expandir y apoyar” a las empresas nacionales para que fueran “al exterior”; específicamente a África, Asia Central, Medio Oriente, Europa Central y América del Sur (Min y Xiaodil, 2007). En el 2000, el Partido adoptó oficialmente el principio guía de “salir al exterior” como parte de su Décimo Plan Quinquenal. Este fue el comienzo de una nueva etapa económica. En el 2001, China entró a la Organización Mundial de Comercio. A pesar de que Zemin no se conoce por su trabajo teórico, como se le conoció a Mao o Xiaoping (Tien y Chu, 2000), la creación de este principio fue uno de los aportes más importantes a la política exterior china, luego de “abrir las puertas” de Xiaoping, ya que sus consecuencias se sentirían en el mundo entero, durante la próxima década.

Al momento que Hu Jintao tomó el poder en el 2003, China había aumentado su interacción con otros países, a través de instituciones multilaterales y la inversión directa. Según datos oficiales, para 1996, China tenía ciento tres compañías invirtiendo en el exterior. Para el 2002, un año después de oficializarse la política de “salir al exterior”, se había triplicado este número (Min y Xiaodil, 2007). Estos cambios drásticos también llevaron a Beijing a atender la percepción que otros tenían de su comportamiento internacional (Glaser y Madeiros, 2007). La crisis del estrecho de Taiwán y la toma del arrecife Meiji en 1995 aumentaron la desconfianza y preocupación de sus vecinos. Es por esto que Zheng Bijian7, reconocido intelectual y en aquel momento Presidente Ejecutivo de la Escuela del Partido Comunista, desarrolló el argumento de que el ascenso de China era uno pacífico. Eventualmente, esto se conoció como el principio del “ascenso pacífico” o “heping jueqi”. Implicaba que China no estaba dispuesta a basar su crecimiento en la expansión externa y la guerra (Bijian, 2005). La primera vez que Bijian utilizó este término fue durante su discurso ante la conferencia de Boao, en el 2003, luego de haber regresado de un viaje a Estados Unidos en el que se reunió con el Presidente George W. Bush. A pesar de que este principio fue adoptado inmediatamente por el PCCh y Hu Jintao, se dejó de usar oficialmente en el 2004, reemplazado por el principio guía “paz y desarrollo” (Suettinger, 2004; Glaser y Madeiros, 2007). Este cambio ha sido altamente debatido (Suettinger, 2004) con algunos académicos, adjudicando las posibles connotaciones negativas y amenazantes de la palabra “ascenso” (Zhang, 2012).

El abandono del “ascenso pacífico” por “paz y desarrollo” o “kexue fazhanguan” es comprensible, ya que el último encajaba con el sistema teórico que Jintao estaba desarrollando y que eventualmente se convirtió en la ideología guía de “desarrollo científico”. La noción de “desarrollo científico” seguía los principios de la teoría de las tres representaciones y del socialismo con características chinas. Jintao entendía que el crecimiento económico no tenía sentido si no estaba orientado hacia las personas, “yiren weiben”. Este énfasis era necesario, dado que la apertura a las fuerzas del mercado y la globalización habían exacerbado las brechas entre las regiones, lo rural y lo urbano, y, sobre todo, entre los distintos grupos sociales (Fewsmith, 2004).

El “desarrollo científico” como ideología guía y “paz y desarrollo” como principio guía de la política exterior eran principios deducidos de una visión universal desarrollada por la filosofía confuciana de la sociedad armoniosa o “hexie shehui”. La idea de la “Sociedad Armoniosa” tenía como enfoque asuntos internos, sin embargo, Jintao lo tradujo a la política internacional como el principio del “Mundo Armonioso” o “hexie shijie”. Originalmente, el concepto de sociedad armoniosa era un ideal social para gobernar no solo las relaciones familiares e interpersonales, sino también las de los gobernantes y los gobernados. En el clásico de Confucio, la búsqueda de la armonía social no significaba la ausencia de conflictos y desacuerdos, de hecho, en tal armonía había espacio para la oposición (Chan, 2010).

En términos internacionales, un mundo armonioso no requería el perfecto alineamiento de intereses entre los países o la ausencia total de conflicto. Para Jintao, un mundo armonioso consistía en cinco elementos. En términos políticos, todos los países se debían respetar entre sí y aplicar los principios de democracia a las relaciones entre Estados. En lo económico, las naciones deberían cooperar entre sí para maximizar las fortalezas de cada una y avanzar hacia la globalización con base en el principio de ganancias mutuas. Tercero, cada país debía aprender del otro, buscando terreno conjunto, pero respetando la diversidad cultural. En cuanto a seguridad, se debía fortalecer la cooperación, resolver disputas a través de mecanismos pacíficos y aumentar la confianza entre sí, con el fin de mantener la estabilidad del mundo. El quinto y último elemento, en asuntos ambientales, era que cada país debía cooperar y asistir al otro para proteger al planeta (Blanchard y Guo, 2010). Es decir, el discurso del “mundo armonioso” buscaba exaltar la virtud de la diversidad y la diferencia, enfatizar la importancia del diálogo y el aprendizaje mutuo, al igual que promover el desarrollo común y la tolerancia (Zhang, 2012).

Hu Jintao continuó, en gran medida, con la política de Xiaoping y Zemin de presentar una imagen positiva y pacífica ante la comunidad internacional. Esto se refiere a que los principios de los “veinticuatro caracteres”, de “coexistencia pacífica” y de “paz y desarrollo” tenían como fin construir una identidad que buscaba aliviar las inseguridades, de países vecinos y otras superpotencias, de que China no era un país imperialista o con ambiciones hegemónicas, e incluso ni siquiera uno revisionista del sistema internacional (Zhang, 2012).

Sin embargo, Jintao no estaba imitando todos los preceptos de la política de Xiaoping. Las reformas introducidas por este último habían sido tan exitosas que para 1990 China se consideraba un milagro (Zheng y Tok, 2007). Esto le permitió recobrar un sentido de confianza y seguridad que se tradujo a una política exterior más activa y asertiva. Según Zheng y Tok (2007), el principio del “mundo armonioso” buscaba enfatizar los valores tradicionales de armonía como alternativa a los valores occidentales, basados en la fuerza y dominación. Era claro que, durante el mandato de Jintao, se estaba a punto de abandonar el principio de “ocultar las capacidades” (tao guang yang hui) y “evitar tomar liderazgo” (jue bu dangtou).

Esta renovada confianza también se dio luego de que Estados Unidos se embrollara en dos conflictos bélicos (Afganistán e Iraq), los cuales, a todas luces, parecía no podía ganar y estaba drenando su presupuesto. A lo anterior se le sumaba la recesión económica que sufrió luego de la crisis de Wall Street del 2008, en la que se sumó Europa. Mas la crisis en Europa no solo fue económica, sino una del mismo proyecto político de la Unión Europea. Con Estados Unidos enfocado en el Medio Oriente y Europa tratando de mantenerse unida, China tenía las puertas abiertas para entrar a los mercados de África y América Latina.

Esta nueva seguridad se mostraba en visitas oficiales por parte de Jintao. Ningún otro presidente había tenido la cantidad de visitas oficiales como él. Por ejemplo, en el 2004, a un año de la toma de poder, Jintao hizo dieciocho visitas oficiales a seis países latinoamericanos. Al próximo año, realizó más de ochenta visitas8, sin contar las de los primeros ministros o ministros del exterior. Gracias a la política de “salir al exterior” y las visitas diplomáticas, China se convirtió en el principal destino de exportaciones, así como en la principal fuente de inversión y préstamos de varios países, como fue con Argentina.

Tercera etapa: el dragón renovado

A diferencia de Jintao o Xiaoping, Xi Jinping tomó el poder con una clara visión de lo que sería el núcleo de la ideología guía de su mandato. En su discurso en la ceremonia de inauguración ante el XVII Congreso Nacional del Partido, Jinping revivió la misma retórica de Mao Zedong de explotar la memoria histórica de la grandeza de la civilización china, la cual fue lacerada por las guerras de Opio y los Tratados Desiguales. Igualmente, revivió la noción de “China se ha puesto de pie”, estableciendo así un tono patriótico y asertivo del futuro chino y su rol en el mundo:

Nuestra responsabilidad es la de unir y conducir a la gente de todo el partido y de todos los grupos étnicos de todo el país, mientras que acepten el testigo de la historia y continúen trabajando para la realización del gran renacimiento de la nación china, con el fin de permitir que la nación china se pare con mayor firmeza y poderosamente entre todas las naciones del mundo y hacer una mayor contribución a la humanidad (Transcript: Xi Jinping’s speech at the unveiling of the new Chinese leadership, 2012)

Ese mismo año, visitó la exposición “Camino hacia la Revitalización” del Museo Nacional, sobre historia China desde las guerras de Opio hasta el presente (Denton, 2014). Antes de comenzar su recorrido9, pronunció uno de los discursos más importantes de su mandato. Aquí expuso el gran “sueño chino” de alcanzar el “rejuvenecimiento” de la nación. Es difícil definirlo. Xi Jinping ha dicho que para cumplirlo se debe “caminar por la ruta del chino, desarrollar el espíritu chino y maximizar las fortalezas chinas” (Lam, 2016). Jinping explicó también que el “sueño chino” implica la consecución de la meta de “los dos objetivos centenarios” (liangge yibainian mubiao). Estos buscan establecer una “sociedad moderadamente acomodada” (xiaokang shehui) para el 2021, cuando el PCCh haya cumplido los cien años y haya un “país socialista rico y fuerte” (fuqiang de shehuizhuyi guojia) para 2049, cuando la RPC haya cumplido cien años (Sørensen, 2015). Lo que sí es claro es que el eslogan del “gran rejuvenecimiento” ha venido acompañado de referencias a los cien años de humillación que representaron las invasiones extranjeras y los Tratados Desiguales10. Más importante aún, tal eslogan permite darle una nueva legitimidad al partido, mediante el uso de sentimientos nacionalistas, alguna vez pensados como ideología burguesa (Wang, 2014).

El gran rejuvenecimiento también vino acompañado de cambios en los principios guías de la política exterior, al igual que en las políticas desarrolladas para implementarlos. Xi Jinping ha mantenido, entre su sistema de principios guías, la mayoría de los principios de sus antecesores. En el compendio de discursos pronunciados por Jinping, aparece innumerables veces la solemne promesa de “nunca buscar la hegemonía o cometer cualquier acto de expansión”, “no buscar beneficios a costa de los demás”, “mantener el sistema de comercio internacional y participar en la gobernabilidad económica global”, llevar a cabo “la cooperación de beneficio mutuo” y “la estabilidad global” (Jinping, 2014). Mas Jinping se distancia de sus antecesores en tres principios guías: 1) “comunidad con un destino compartido para la humanidad” (renlei mingyun gongtongt), 2) “nuevas relaciones diplomáticas entre grandes potencias” (xi daguo waijiao) y 3) “pensamiento de línea mínima” (dixian siwei).

El principio de “comunidad de destino común” fue originalmente propuesto por Jintao en el 2007 y luego apareció en el 2011, en el libro blanco Desarrollo Pacífico de China11. Eventualmente, Jinping adoptó este concepto como principio guía de su política hacia todos los países, pero, en específico, hacia los de su región. La noción implica que las aspiraciones de desarrollo económico y seguridad de los países de la región son interdependientes y que está en interés de China cooperar bajo la premisa “ganar-ganar”. Con esto en mente, el país ha lanzado tres proyectos importantes: 1) la ruta de la seda en Asia Central, 2) la ruta de la seda marítima en el Sudeste Asiático y 3) el corredor económico en el sur asiático (Sørensen, 2015). Creó el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura con una inversión inicial de $50 mil millones. Igualmente, en el 2013, China comenzó a cortejar a la Asociación de Naciones del Sureste Asiático12. En un discurso pronunciado ante el parlamento de Indonesia, Jinping anunció el deseo de construir una “comunidad de destino común” más unida (Zhang, 2015). Tal retórica tenía como fin permitirle a Jinping un mayor liderazgo en los asuntos de la región, para así establecer soluciones a los problemas de seguridad. Según el líder, la seguridad de la región estaría mejor atendida por los asiáticos (Sørensen, 2015) y China podía proveer su “sabiduría” o “zhonguo zhihui” (Zhang, 2015), así como darle un “enfoque chino hacia la gobernación global” (La visión de Xi sobre la comunidad de destino común, 2017).

La asertividad de China en la región, mediante la toma del liderazgo y una retórica pacífica, se precisaba para ir debilitando la presencia y dominancia tanto económica como militar de Estados Unidos en el territorio. Esta retórica está íntimamente relacionada con el principio de “nuevas relaciones diplomáticas entre grandes potencias” (xinxing daguo guanxi). En junio del 2013, Xi Jinping se reunió con el Presidente Obama (EE. UU.) para definir lo que, eventualmente, se conoció como una nueva relación entre grandes potencias. Lo más relevante de esta reunión oficial fue la pronunciación, por parte de Beijing, la cual afirmaba que China ya era una gran potencia (daguao) y no un “país grande en desarrollo” (Hu, 2016, p. 165). Al igual que con la creación del principio “paz y desarrollo”, el de la “nueva relación entre grandes potencias” respondía al análisis de las percepciones de que China estaba ante la inevitabilidad de una guerra. Frente a la nueva identidad y la inseguridad causada en el exterior, Jinping declaró que este principio poseería tres componentes: 1) tendría como prerrequisito la no confrontación y rechazaría el supuesto de que la potencia ascendente y la potencia establecida están destinadas a la guerra; 2) el principio básico del respeto mutuo de los intereses claves de cada país, y 3) la utilización de la estrategia de “ganar-ganar” como herramienta para implementar un modelo funcional sobre las áreas de interés común.

Finalmente, otra gran desviación, y la más importante, de las políticas de los antecesores de Jinping fue el principio guía del “pensamiento de la línea mínima” o, en inglés, el “bottom-line thinking”. Este es un corolario del concepto de “paz y desarrollo”. Xi Jinping argumentó que China regirá su política exterior con base en el “desarrollo pacífico”, pero que no estará dispuesta a sacrificar sus intereses primarios con el fin único de mantener la paz (Jinping, 2015). Jinping estableció que los intereses principales son: defender la autoridad absoluta del PCCh, defender la soberanía e integridad territorial de China y defender el desarrollo continuo de la economía (Swaine, 2015); es decir, no negará los derechos e intereses de otros países, pero tampoco renunciará a los propios (Jinping, 2015). Esta política ha sido reflejada en los asuntos de Taiwán, el reclamo territorial sobre varias islas del mar de la China Meridional y la militarización de este. Según Jiechi (2017), ex-Director de la Oficina de Asuntos del Exterior del PCCh, estos son parte de los intereses primarios.

Los principios guías adoptados por Xi Jinping han tenido como fin promover la “gran revitalización” del país. Jinping, al igual que Mao Zedong, ha hecho referencia constante al período de las guerras de Opio, a invasiones y a la firma de los Tratados Desiguales, como el periodo de humillación que llevó a la gran civilización china a su fin. No es de sorprenderse que su política exterior tenga ahora mayor asertividad, ya que es el reflejo de un renovado sentir de confianza y orgullo de lo alcanzado en las últimas tres décadas. Si la política exterior de Deng Xiaoping se caracterizó por el principio de mantener un perfil bajo, ocultar las capacidades y nunca tomar liderazgo, Xi Jinping sobresale por tomar liderazgo y aumentar el perfil; es decir, por luchar para ser exitoso o “Fanfa you wei”. Precisamente, el 14 de julio del 2014, en vísperas de la sexta reunión de los líderes del BRICS, Jinping dejó en claro que, con el continuo desarrollo, China jugaría el papel de “país responsable”. “Seremos más activos y proactivos en el mantenimiento de la paz mundial... en asuntos internacionales... en la promoción del desarrollo común” (Xi Jinping accepts a joint interview, 2014).

Conclusión

En octubre del 2017, en un maratónico discurso ante la XIX Asamblea Nacional, Xi Jinping resumió las etapas de la política exterior china, cuando dijo que China “se puso de pie... creció rica... y ahora se está poniendo fuerte”. La primera etapa se caracterizó por la búsqueda de independencia, consolidación de poder y activismo revolucionario comunista. Durante esta época, la política exterior china vacilaba entre una puramente ideológica, a favor de la revolución comunista, y otra puramente pragmática, en pro de la independencia soberana del país, mas siempre fue proactiva y asertiva, con el fin de hacerle frente al intervencionismo imperialista que llevó a la ruina la dinastía Qing. La segunda etapa se caracterizó por el pragmatismo, la timidez de tomar el liderazgo en asuntos internacionales o de presentar una actitud que pudiera percibirse como amenazante. Pero el éxito de las reformas económicas durante este período llevó a que China entrara a la tercera etapa de su política exterior. Esta ha recogido elementos importantes de las primeras dos. Xi Jinping ha revivido el discurso nacionalista y la explotación de la memoria histórica de las guerras de Opio y los Tratados Desiguales, tal como lo hizo Mao Zedong en la primera etapa. Sin embargo, a diferencia de la primera etapa, esta tercera mantiene de la segunda la identidad pacífica, colaboradora y benigna del asenso de China. Mas la diferencia sustancial de la etapa anterior es que Xi Jinping ha dejado claro que no está dispuesto a sacrificar sus intereses fundamentales por la paz como fin.

Si bien es cierto que Xi Jinping está enfrentando una serie de retos tales, como una creciente brecha entre ricos y pobres, problemas ambientales, movimientos cesionistas, corrupción endémica en el Partido y una economía aún dependiente de la exportación, no hay la menor duda de que China ya ha aceptado identidad de ser una gran potencia destinada a tomar el “centro del escenario mundial”.

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1 Este trabajo se completó gracias al apoyo de Williams College como profesora invitada en residencia del Coloquio de Investigación de Verano de 2018, dirigido por la Sra. Molly Magavern y la Dra. Mérida Rúa.

2 Doctorado en Relaciones Internacionales y Política Comparada. Catedrática Auxiliar en la Universidad de Puerto Rico, Recinto Río Piedras. Correo electrónico: mayra.velez3@upr.edu.

3 Desde 1842 hasta 1933, China sufrió invasiones constantes, cada una culminando con un tratado. En total, hubo dieciocho tratados. Por ejemplo, luego de la primera guerra de Opio, el Tratado de Nanking estableció que China concedería el territorio de Hong Kong a Gran Bretaña, además de abrir al libre comercio los puertos de Amoy, Foochow, Ningpo y Shanghai. La nación se comprometió a pagar una indemnización y aceptar que los representantes de la Corona tuviesen estatus de igualdad ante el Emperador. Igualmente, la firma del Tratado de Tientsin en 1858 y la Convención de Beijing de 1860. Estos tratados comenzaron un sistema de derechos “extraterritoriales” que permitía a los comerciantes y marineros extranjeros actuar sin respeto a las leyes chinas, incluso ignorar el pago de los aranceles acordados en ellos (Clements, 2008).

4 Cabe destacar que, originalmente, Zhou Enlai, Primer Ministro bajo Mao Zedong, fue quien propuso formalmente llevar a cabo la modernización de la industria, la agricultura, la defensa nacional, la ciencia y la tecnología, en 1964.

5 En 1987, el exprimer ministro Zhao Ziyang, en un discurso titulado “Avance en el camino del socialismo con características chinas”, presentó la teoría de la etapa primaria del socialismo y propuso una línea básica de “una tarea central y dos puntos básicos”, para guiar la formulación de políticas durante esta etapa primaria. De acuerdo con este punto de vista, el desarrollo económico es la tarea central del Gobierno, mientras se sostienen dos puntos básicos, que fueron los cuatro principios cardinales (el camino socialista, la dictadura democrática popular, el papel principal del Partido y el marxismo-leninismo-pensamiento de Mao Zedong), así como la política de reforma y apertura.

6 12th National Congress of the CPC. Traducción en inglés disponible en http://cpcchina.chinadaily.com.cn/2010-10/20/content_13918249.htm

7 En 1992, se le nombró vicepresidente de Escuela del Partido Comunista, cuando Hu Jintao era Presidente. Ambos trabajaron juntos en distintos organismos hasta que Hu Jintao fue elegido como Presidente del PCCh y Bijian se convirtió en asesor del presidente en asuntos internacionales.

8 Para más información de las visitas de distintos presidentes, ministros del exterior y primeros ministros, ir a la página “China Vitae- VIP appearances”, disponible en http://www.chinavitae.com/vip/

9 Para más información sobre el contexto en el cual surge el discurso en el que se pronuncia “el sueño chino”, ver el libro El sueño chino de la gran revitalización de la nación china. (2004). Departamento de Estudios Documentales, adjunto al Comité Central del PCCh. Beijin: Ediciones en Lenguas Extranjeras.

10 Ver el discurso de Xi Jinping en octubre del 2017, ante la XIX Asamblea Nacional del PPCh, recuperado de http://spanish.xinhuanet.com/2017-11/03/c_136726335.htm

11 La traducción de este libro está disponible en español, y aparece publicado en la página de la Embajada China en Ecuador: http://ec.china-embassy.org/esp/xwdt/t862206.htm

12 La ANSA se creó en 1967, por seis países del Sudeste de Asia, con el fin de fomentar la cooperación en los ámbitos económico, social, cultural, técnico, educativo y de otras índoles, así como en la promoción de la paz y la estabilidad regionales, mediante el respeto permanente tanto de la justicia como del estado de derecho y la adhesión a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.


(Fecha de recepción: 16 de agosto 2018 y aprobado para publicación el 13 de setiembre de 2018)

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