REVISTA 95.2 Revista Relaciones Internacionales Julio-Diciembre de 2022 ISSN: 1018-0583 / e-ISSN: 2215-4582 doi: https://doi.org/10.15359/ri.95-2.8 |
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La geopolítica detrás de la pandemia del COVID-19 Sandy Zamora Steller1 ORCID: 0000-0002-9207-9304 |
El libro Coronavirus Politics: The comparative Politics and Policy of COVID-19 analiza cómo los aspectos de poder vinculados directamente a las medidas implementadas por los gobiernos para enfrentar la pandemia del COVID-19 condicionaron el desarrollo de esta en distintas regiones del mundo. Así, la obra parte de estudios de caso individuales distribuidos por grandes regiones geográficas, lo anterior posibilita reflexiones contextualizadas, donde personas vinculadas con los espacios específicos abordan con profundidad las reacciones por parte de los gobiernos de turno. De esta manera, el documento se estructura en cinco secciones: una parte introductoria, análisis de casos del continente asiático, el abordaje desde Europa, lo sucedido en el continente americano y cierra con un apartado sobre África.
El escrito tiene un enfoque contextual, debido a que se trabaja y redacta desde las vivencias de cada región. También, representa un esfuerzo de naturaleza interdisciplinaria para comprender los alcances multidimensionales del COVID-19 en el nivel global, prueba de ello es su diversidad editorial y de autorías. Se trata; por tanto, de una obra editada por Scott L. Greer, político científico; Elizabeth J. King, con estudios en salud global y enfoque de género; Elize Massard da Fonseca, doctora en política social y en salud pública y André Peralta-Santos, médico y especialista en salud pública. Las cuatro personas mencionadas reunieron a treinta autores con especialidad en salud y política, con el propósito de ofrecer reflexiones más integrales, debido a la complejidad analítica que ha representado esta pandemia para las ciencias en general y, particularmente, para los análisis en el campo sociopolítico.
Su parte introductoria relata una perspectiva distinta al resto del libro, debido a que incluye un análisis del accionar de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y no de un Estado, frente a la primera alerta de la pandemia mundial y, desde allí, se reflexiona en dos perspectivas: el rol científico, técnico y humanitario de la OMS y, en su papel como organización internacional y órgano diplomático negociador, ejecutor de políticas de salud global. Se realiza una crítica respecto a la demora en la reacción porque aunque su accionar fue rápido en ciertos aspectos, las estructuras de poder de China, caracterizadas por el autoritarismo, fueron las que desempeñaron el verdadero atraso para la exposición de la información, que sería el insumo para la toma de decisiones en el nivel global.
En la obra se argumenta que este país (China) no solo minimizó los niveles de contagio, sino que también indujo a la OMS a participar en una serie de negociaciones de alto riesgo, con el objetivo de intercambiar información y proveer acceso a los equipos de investigación situados en Wuhan. Es importante agregar que durante este periodo se considera que la diplomacia que practicó la OMS fue privada y centrada en los elogios, para mantener buenos términos con el gigante asiático. Tal cual se indica en el libro: “The option of publicly “shaming” the government as under SARS was a risky strategy with a more powerful China of 2020 and could lead to significant delay. WHO instead sought to stay on good terms with Chinese authorities, focusing on praise and private diplomacy” (Greer, 2021, 38).
Por su parte, la segunda sección aborda casos concretos en el continente asiático, con reflexiones sobre China, Hong Kong, Corea del Sur, Vietnam, Japón, India y Singapur. Lo anterior logra una excelente continuación de la parte introductoria, debido a que luego de señalar la reacción que tuvo China para controlar su situación y la exposición de la verdadera información, en relación con la OMS, se introduce el manejo político-militar que tuvieron las zonas a su alrededor. El control social en el territorio chino fue devastador con la población, debido a las restricciones de las libertades individuales, pero se considera, desde el punto de vista de los autores, que lo anterior fue lo que condicionó un mejor abordaje de la pandemia, debido a la demografía del país.
Al analizar los casos asiáticos, se destaca Hong Kong, que se apresuró a externar sus condiciones mucho antes de los comunicados oficiales de las autoridades de la OMS. Mientras tanto, otros países de Asia Central se adelantaron en la relajación de las medidas frente a lo recomendado por este organismo internacional. Además, se destaca que la región asiática, en general, se ha caracterizado por impactos económicos significativos en sectores poblacionales de ingresos menores, lo que acentuó la desigualdad social, que desencadenó manifestaciones contra los gobiernos. Por otra parte, se puede determinar, a partir del análisis regional, que ciertos países manifestaron comportamientos que desafían lo estipulado por la OMS, lo cual parece poner en entredicho su posicionamiento en esas zonas del mundo.
La tercera parte analiza la región europea, donde se enfatiza un elemento de la composición del libro: la cantidad de capítulos que se contemplan supera por el doble la cantidad de países abarcados en otros continentes. De esta manera, se discuten los casos de Reino Unido, Unión Europea, Dinamarca, Francia, Austria, Grecia, Turquía y Rusia. Para Alemania, Austria y Suiza se compartió el apartado con el enfoque del sistema político federal, mientras que para Portugal, España e Italia se redactó bajo el análisis comparativo, sobre cómo afectó la pandemia de formas completamente diferentes a estas zonas, debido no solo a sus capacidades económicas, que subordinan sus sistemas de salud, sino también a características demográficas como la edad de su población y la distribución de la misma en el territorio, lo que no favorecía la creación de una barrera contra el avance de la pandemia.
El cuarto apartado estudia las Américas, pero, al contrario de Europa, el abordaje es más somero; debido a la cantidad de países estudiados, frente a la heterogeneidad social y política de la región, con asimétricos índices de desarrollo humano y niveles de desigualdad. De esta manera, solo se abordaron los casos de Canadá, Estados Unidos, Brasil, Colombia y Chile. El libro deja de lado, por completo, a Centroamérica y se enfoca, de forma exclusiva, en intentos fallidos respecto al manejo de la pandemia, la ignorancia científica de los Gobiernos hacia el desarrollo y el alcance de la enfermedad, lo que puede llevar a contribuir con los estereotipos existentes. Por otro lado, se evidencia el fallo de la hegemonía estadounidense que, a pesar de ser una potencia económica, sus políticas sociales mostraron las históricas debilidades en al área de salud y los altos costos en materia de seguridad médica.
Un abordaje más limitado de casos también se repite en la última sección del libro, correspondiente al continente africano. Lo anterior pese a que, dado su tamaño geográfico y demográfico, así como la diversidad de sistemas políticos, solo se analizan cuatro casos: Malawi, el contexto sobre las lecciones aprendidas desde Tanzania, un enfoque sobre las respuestas obtenidas en Sudáfrica y, por último, se encuentra un capítulo respecto a la mortalidad en países como Nigeria y Egipto. Se reflexiona que es posible identificar buenas prácticas en el manejo de pandemias, a partir de los últimos tres países mencionados.
Al usar el método de comparación, cada uno de los aportes a este libro analizan sistemas políticos y su manejo ante emergencias de salud, económicas y políticas, puesto que el COVID-19 tuvo repercusiones en todas las actividades del ser humano. Asimismo, se debe reconocer el esfuerzo del texto por aportar diversidad de casos, que ilustran los alcances de la pandemia y las reacciones de los Gobiernos del momento. No obstante, se identifican carencias respecto a la representatividad de casos para las regiones de América y África. Se puede comprender que durante mucho tiempo estas zonas han sido difíciles de estudiar por el acceso a la información; sin embargo, durante la pandemia del COVID-19, se identificaron situaciones en las que el flujo de información era constante y documentado, como lo son los ejemplos de Costa Rica y Etiopía. Lo anterior, con el afán de lograr un abordaje aún más integral, que expresara la complejidad del fenómeno, con posibilidades de aportar respuestas exitosas y no exitosas distintas, ambas válidas para la reflexión académica y la formulación en política pública.
Es importante mencionar que el libro genera un puente de información entre las políticas públicas, la salud (global) y el impacto social del fenómeno pandémico. Esto se expresa en los esfuerzos continuos, a lo largo de la obra, por analizar cómo las decisiones gubernamentales incidieron en el desarrollo de la pandemia y cuál fue su efecto en las reacciones de la población civil, ya sea mediante datos de la mortalidad, salud mental o incluso tasas de desempleo. De la misma forma, el texto hace un estudio profundo de las interconexiones que ofrecen las Relaciones Internacionales y sus posibles alcances como disciplina, lo que se evidencia en aquellos casos de países que decidieron o no accionar, bajo las medidas implementadas por la OMS. Razón por la cual la obra permite ejemplificar cómo el Derecho Internacional y el multilateralismo inciden en la política mundial; y cómo las organizaciones internacionales recobran importancia en determinados momentos de la historia, en un contexto donde la transparencia y efectividad informativa, así como las velocidades de reacción pueden hacer diferencia entre la vida y la muerte.
En conclusión, el libro muestra la importancia de las aproximaciones interdisciplinarias en las Relaciones Internacionales y la relevancia de iniciativas académicas de colaboración para plantear temáticas en vertiginoso cambio, con elevados niveles de complejidad. Además, se reflexiona sobre la relación colectividad-individualidad en el área de la salud pública global, la política pública y sus efectos en el sistema internacional y una oportunidad para consolidar espacios de discusión académica novedosos, que reflexionen más allá del Estado, donde este no pierde vigencia, pero comparte espacio con actores y dinámicas muy diversos y, en algunos casos, amorfos.
Por último, el texto presenta la eficacia de las fuertes políticas hegemónicas tradicionales vinculadas al militarismo, exponiendo que, si bien durante el desarrollo geopolítico de muchos Estados ha sido un eje estratégico para su sobrevivencia, frente a situaciones epidemiológicas, las mejores estrategias giran alrededor de sistemas de salud fuertes. Es por lo anterior, que la visión de la fuerza en la política analizada en el texto comprueba que no siempre es necesaria para garantizar el bien común, mientras que aspectos que se han relegado en la gestión de la política internacional e interna de los estados, tales como la cultura humanitaria y las prácticas ancestrales de relacionamiento social, terminan siendo piezas claves en la convivencia y el orden social.
Referencia bibliográfica
Greer, S. L., King, E. J., Fonseca, E. M. da, & Peralta-Santos, A. (Eds.). (2021). Coronavirus Politics: The Comparative Politics and Policy of COVID-19. University of Michigan Press. https://doi.org/10.3998/mpub.11927713
1 Universidad Nacional, Escuela de Relaciones Internacionales. Estudiante del Bachillerato en Relaciones Internacionales. Correo electrónico: sandy.zamora.esteller@est.una.ac.cr
Fecha de recepción: 30 de mayo del 2022 • Fecha de aceptación: 22 de julio del 2022 • Fecha de publicación: 10 de agosto del 2022
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