Resumen

Este trabajo analiza la reorganización política de la derecha en el Congreso de Brasil. Se consideran las trayectorias de los principales líderes, historia y posiciones ideológicas de los partidos de mayor relevancia. Son considerados el Partido Social Liberal (PSL), el Partido Novo (PN), el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y los Demócratas (DEM). Analizando de forma sucinta la trayectoria de estos partidos políticos y sus líderes, se podrá comprender mejor la agenda y el tipo de relación entre el Ejecutivo y el Legislativo durante el gobierno de Bolsonaro. El cambio que representó la llegada de este excapitán del Ejército a la presidencia significa una modificación en las identidades políticas de los principales partidos de derecha. Sin embargo, el artículo sostiene que la llegada a la presidencia de Bolsonaro y sus nuevas alianzas en el Congreso no deben interpretarse como un fin para el llamado “presidencialismo de coalición”, sino que suponen, más bien, de una reorganización de este mismo.

Palabras clave: Bolsonaro; partidos políticos; nueva derecha; líderes; Brasil.

Abstract

This paper analyzes the political reorganization of the right wing in the Brazilian Congress. The background of the main leaders, history and ideological positions of the most relevant parties are considered. The Social Liberal Party (PSL), the New Party (PN), the Brazilian Social Democracy Party (PSDB) and the Democrats (DEM) are considered. By succinctly analyzing the trajectory of these political parties and their leaders, it will be possible to better understand the agenda and the type of relationship between the Executive and the Legislative Chambers during the Bolsonaro administration. The change represented by the arrival of this former Army captain to the presidency of Brazil, meant a modification in the political identities of the main right-wing parties. However, the article argues that the arrival of Bolsonaro to the presidency and his new alliances in Congress should not be interpreted as an attempt to put an end to the so-called “coalition presidentialism”, but rather as a reorganization of it.

Keywords: Bolsonaro, political parties, new right wing, leaders, Brazil

Resumo

Este artigo analisa a reorganização política da ala direita no Congresso brasileiro. São consideradas as trajetórias dos principais líderes, a história e as posições ideológicas das partes mais relevantes. São considerados o Partido Social Liberal (PSL), o Novo Partido (PN), o Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB) e os Democratas (DEM). Ao analisar sucintamente a trajetória desses partidos políticos e seus líderes, será possível compreender melhor a agenda e o tipo de relação entre o Executivo e o Legislativo durante a administração de Bolsonaro. A mudança representada pela chegada deste ex-capitão do Exército à presidência significa uma modificação nas identidades políticas dos principais partidos de direita. Entretanto, o artigo argumenta que a chegada de Bolsonaro à presidência e suas novas alianças no Congresso não deve ser interpretada como um fim ao chamado “presidencialismo de coalizão”, mas sim como uma reorganização do mesmo.

Introducción

Este artículo se propone analizar la conformación de los principales partidos políticos de derecha durante el gobierno de Bolsonaro, entender la dinámica, aspectos programáticos y la trayectoria de los líderes de estos partidos. Partimos del supuesto de que el cambio representado por las elecciones presidenciales de 2018, que habilitó la llegada de Bolsonaro a la presidencia, ha producido una modificación en las identidades políticas de los partidos de derecha. Por lo tanto, también podemos hablar de cambios en torno a los ejes de gravitación del sistema político brasileño. Sin embargo, estas transformaciones no deben interpretarse como un fin para el sistema del “presidencialismo de coalición”, sino que anuncian una reorganización de este mismo en torno a nuevos líderes y partidos.

La relación entre el Congreso y el Poder Ejecutivo ha sido clave en Brasil, un país con una histórica regionalización de la política, para definir la estabilidad presidencial. Por ese motivo, Sergio Abranches (1988) acuñó la expresión del “presidencialismo de coalición” para referirse a la negociación permanente entre Ejecutivo y Legislativo para asegurar la gobernabilidad, en un presidencialismo atenuado que precisa del apoyo de una mayoría en el Congreso para mantenerse en el poder. Respecto de la importancia de construir coaliciones estables como garantía de la estabilidad de la presidencia, la historia reciente es ejemplificadora: los dos presidentes que tuvieron dificultades para preservar una relación estable de mayorías en el Congreso terminaron sometidos a un juicio político que los destituyó de la presidencia: Fernando Collor de Mello (1992) y Dilma Rousseff (2016).

Durante la campaña electoral de 2018 y en los primeros meses de su presidencia, Bolsonaro trazó una frontera (Aboy Carlés, 2001) entre la “nueva política” y aquello que definía como “vieja política”, identificada con los partidos tradicionales, cuyos principales líderes habían sido desacreditados tras revelarse su vinculación con hechos de corrupción en la operación Lava Jato. Eso le permitió presentarse como un personaje nuevo2, ajeno a las acusaciones de corrupción que involucraban a la clase política tradicional. Esta campaña lo diferenció y le permitió llegar a la presidencia.

El Congreso actual exhibe una gran fragmentación acentuada en los últimos años, con la existencia de alrededor de 30 partidos con representación según la última elección de 20183, a lo que se añade la caída en esta última elección del PMDB, que ha oficiado históricamente como traductor de las demandas entre el Legislativo y el Ejecutivo en el Congreso. En este contexto, cuatro formaciones partidarias de derecha dominan el Congreso: el Partido Social Liberal, el Partido Novo, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña y los Demócratas (DEM). Comprendiendo la historia, las posiciones ideológicas y los principales liderazgos de estos partidos se pueden imaginar las características de la agenda del gobierno en el Congreso y las relaciones Ejecutivo-Legislativo.

Sobre el gobierno de Bolsonaro, al ser un fenómeno incipiente aún, no se encuentra demasiada bibliografía, aunque podemos mencionar los trabajos de Camila Rocha (2018) sobre la derecha económica ultraliberal, los aportes de Ester Solano (2018) sobre los votantes de Bolsonaro, el estudio antropológico de Lucia Scalco y Rosana Pinheiro Machado (2018) sobre la formación de la subjetividad bolsonarista, los análisis de Rodrigo Patto Sá Motta (2018) sobre el “giro a la derecha” y las ideas de sus promotores, así como nuestros propios aportes (Goldstein, 2019a; 2019b). A su vez, el reciente trabajo de Santos y Tanscheit (2019) sugiere que, a partir de las elecciones de 2018, la “derecha moderada” fue substituida por una “derecha radical”.

Los más destacados líderes de la derecha de Brasil, luego de la transición democrática, habían pertenecido al partido oficial de la dictadura, la Alianza de Renovación Nacional (ARENA)4. Sin embargo, ocultaban en parte su pasado o su pertenencia a la derecha para no ser asociados con los gobiernos militares. En el período 1994-2016, gobernaron partidos (PSDB/PT) cuyos principales políticos −Fernando Henrique Cardoso, Lula, José Dirceu, José Serra− habían pertenecido inicialmente al partido opositor a la dictadura, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB).

Durante las presidencias de Fernando Henrique Cardoso, el Partido del Frente Liberal (PFL) fue parte de la coalición de gobierno, participó de esta el vicepresidente Marco Maciel. Cardoso, si bien no se reconocía de derecha, orientó una coalición de centro-derecha en la búsqueda de realizar reformas liberales en la economía, muchas de las cuales fueron limitadas por la oposición del PT, los sindicatos y los movimientos sociales ligados a este partido. Sin embargo, inicialmente durante las presidencias de Lula y Dilma Rousseff y los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), los partidos de derecha pasaron a ocupar un lugar subsidiario en el sistema político. Las políticas de transferencia de renta como el Bolsa Familia le arrebataron al PFL parte de su base tradicional en el Nordeste, así como varios políticos de este partido pasaron a partidos aliados al PT para obtener los beneficios estatales que supone participar en el gobierno (Mendes Ribeiro, 2011; Singer, 2009). A su vez, la orientación del PSDB hacia la derecha, producida por la competencia electoral con el PT, desplazó al PFL de su electorado propio, y perdió votos durante este período.

En estos cuatro apartados abordaremos las transformaciones en las identidades políticas y liderazgos de estos partidos (DEM, PSDB, PSL y Novo), para llegar a comprender cómo se ha redefinido el sistema político y el presidencialismo de coalición en el Brasil de Bolsonaro, tema a ser retomado en la conclusión.

El Congreso, un actor fundamental en Brasil, se vuelve aún más relevante que en otros períodos como “poder moderador” y factor de estabilidad, ante la crisis permanente del gobierno de Bolsonaro que enfrenta a dos alas: militares y “olavistas”5.

1.El Partido Social Liberal (PSL): Una formación improvisada en la jungla de Brasilia

El PSL fue fundado en 1994 por la familia Tuma, y registrado por el Tribunal Superior Electoral en 1998. Aquel año Luciano Bivar, empresario y presidente del Sport Club Recife, asumió la presidencia del partido. La primera candidatura a la presidencia de la República fue lanzada en 2006 por Bivar, que obtuvo 61 000 votos. Como diputado, Bivar era integrante de la “bancada de la pelota”, que actuaba en el Congreso para impedir investigaciones contra dirigentes de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF)6.

En 2015, Bivar creó el movimiento Livres, un movimiento juvenil dentro del PSL que descendía del movimiento liberal juvenil Movimiento Brasil Libre (MBL). Esta nueva fracción partidaria se proponía renovar el programa del PSL, defendiendo el liberalismo económico, las libertades individuales y los derechos humanos7. En 2018, sin embargo, al percibir el potencial electoral de Bolsonaro, Bivar decidió inscribir por el PSL la postulación presidencial del ex capitán. La agenda conservadora a nivel cultural de su candidatura llevó a la salida de jóvenes que integraban el grupo de Livres. La mayoría de integrantes de este movimiento terminaron en el Partido Novo8.

El PSL no había tenido más que cinco bancas diputado hasta 20189, pero en las elecciones de aquel año, impulsado por la “onda conservadora” que recorrió el país capitaneada por la candidatura presidencial de Bolsonaro, llegó a los 52 diputados, 4 senadores y a la gobernación en tres Estados: Santa Catarina (gobernador Comandante Moisés), Rondonia (gobernador coronel Marcos Rocha) y Roraima (gobernador Antonio Denarium)10.

Durante la campaña electoral, el abogado Gustavo Bebbiano definió la afiliación de Bolsonaro al PSL y controló todos los directorios estaduales del partido, con la excepción de Pernambuco y el Distrito Federal11. Bebbiano asumió la presidencia del partido, que tras su finalización fue reasumida por Luciano Bivar. En el caso de Pernambuco, la campaña estadual fue montada por Bivar, actual diputado federal por ese eEstado. Allí tuvo un papel importante Antonio de Rueda, abogado de Bivar y articulador del PSL en Pernambuco. Otro importante articulador del PSL en el Nordeste es Julián Lemos.

Explicó Bolsonaro que, para el ex secretario general de la Presidencia, Gustavo Bebbiano, fue difícil elegir a los presidentes estaduales, porque “no sabíamos quién era quién”12. Según Bolsonaro, el partido fue eligiendo candidatos sin considerar sus antecedentes y con una estrategia orientada a través de la promoción de las candidaturas en internet13.

Una vez en el gobierno, el PSL se encontró lejos de cumplir la función organizativa que precisa el gobierno en un congreso fragmentado. Los diputados del partido, en su mayoría sin experiencia política previa, buscan de forma individualista obtener visibilidad y protagonismo, incentivado por las redes sociales, al igual que los funcionarios de la presidencia en el Planalto y los pastores evangélicos.

Algunos de los miembros más importantes del PSL son Carla Zambelli, elegida diputada en la última elección de 2018 y fundadora del movimiento Nas Ruas. También es posible mencionar al hijo del presidente, Eduardo Bolsonaro, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, hasta que fue nombrado embajador de Brasil en Estados Unidos. También podemos mencionar a Marcelo Álvaro Antonio, coordinador del PSL en Minas Gerais, el diputado federal más votado de aquel estado en 2018, y actual ministro de Turismo. Este se ha visto involucrado en el escándalo de las “laranjas”, por uso indebido de fondos partidarios.

Otros que saltaron a la notoriedad a partir de la última elección son Delegado Waldir, Ana Campagnolo, Joice Hasselman, Janaina Paschoal14 y Alexandre Frota. Bia Kicis es diputada representante del proyecto Escuela Sin Partido15, ante las acusaciones de uso indebido de fondos partidarios para candidatos pantalla, el llamado escándalo de las “naranjas”, señaló que “Nuestra misión es mucho mayor, estamos luchando contra algo llamado el Foro de São Paulo. Algunas naranjas no se van a poder interponer en el camino”16. Kicis define al partido como “conservador-liberal” y por esto propone retirar la palabra “social” del nombre, palabra que considera como propia de la tradición de izquierda17.

Los enfrentamientos vía Whatsapp entre Eduardo Bolsonaro y Joice Hasselman durante comienzos de 2019 demostraron la ausencia de criterios comunes acordados para sostener una bancada estable. Más bien, manifestaron los intentos oportunistas por proyectar una carrera política personal. Sobran incentivos individuales y faltan incentivos colectivos. Así, las presiones de negociación y beneficios individuales del clima político en Brasilia han resultado letales para un partido poco estructurado y sin figuras con peso propio más allá de representar al presidente.

Los cuatro integrantes del PSL en el Senado son Soraya Thronicke, Flávio Bolsonaro, Major Olimpio y Juíza Selma18. El hijo del presidente ha adoptado un bajo perfil luego de las acusaciones de corrupción que lo vinculan a las milicias del crimen en Río de Janeiro.

Por otra parte, ante una situación donde el líder del gobierno en la Cámara de Diputados, Major Vitor Hugo tenía dificultades para encontrar respaldo, la ex periodista Joice Hasselman se convirtió en la articuladora. Vitor Hugo, ex colega de Bolsonaro en la Academia Militar de las Aguilas Negras, no presentaba interlocución con el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia. Hasselman, la diputada más votada de Brasil en la última elección, una ex periodista devenida en estrella de las redes sociales (cuenta con 2,4 millones de seguidores en Facebook) ejerce esa función de hecho por tener buena interlocución con el Planalto y el Congreso19. Sin embargo, rápidamente entró en confrontación con el presidente, abandonando esta función.

El eje central de la agenda del PSL en el Congreso es la llamada “Nueva Reforma Previsional” o “Nova Previdencia”, que consiste en un recorte de los derechos de jubilación históricos como una forma de equilibrar las cuentas públicas.

La incapacidad del PSL, el partido más cercano al Planalto, de cumplir un papel partidario organizador y estructurado que represente una correa de transmisión entre el Ejecutivo y el Congreso, supone una ausencia que el gobierno debe llenar. Como hemos mencionado, el “presidencialismo de coalición” demanda una base de apoyos sólida en el Congreso.

La salida del presidente del PSL, por las acusaciones de corrupción que sufren varios miembros de este partido, y el intento de formación del nuevo Alianza por el Brasil, muestran la inestabilidad crónica a la que está sometida la política de este país en este período, así como el personalismo del presidente Bolsonaro.

2.Del PFL al DEM: De la caída al resurgimiento

El PFL, creado en 1985, surgió como un partido de origen nordestino, de orientación liberal y situado a la derecha del espectro ideológico. A nivel organizacional, su línea y cohesión nacional estaba centralizada por la dirección nacional del partido, comandada por sus elites políticas, que equilibran las disputas internas al mismo tiempo que brindan relativa autonomía a las direcciones regionales (Paiva Ferreira, 2001). El partido apoyó a Sarney como el primer presidente de la transición democrática.

Las figuras más importantes del mismo fueron Jorge Bornhausen, Cesar Maia y Antonio Carlos Magalhaes. Este último, denominado ACM, fue gobernador de Bahía durante tres mandatos. En tanto miembro del partido oficial del régimen militar, ARENA, los primeros dos mandatos transcurrieron durante este período autoritario, nombrado por los presidentes de facto Emilio Garrastazu Médici y luego por Ernesto Gaisel. También fue ministro de Comunicaciones de José Sarney. Luego fue elegido nuevamente gobernador, esta vez en elecciones democráticas, en 1990. Durante el período de las presidencias de Fernando Henrique Cardoso, ACM acordó la alianza del PSDB con el PFL y presidió el Senado en dos ocasiones. Bornhausen, por su parte, fue político del ARENA y gobernador de Santa Catarina (1979-1982) durante el régimen militar. También fue Secretario de Gobierno de Fernando Collor en 1992. Otro importante líder pefelista fue el pernambucano y vicepresidente de Fernando Henrique Cardoso, Marco Maciel (1995-2002). Afiliado al ARENA, fue presidente de la Cámara de Diputados (1977-1979) durante el régimen militar. Luego fue gobernador del Estado de Pernambuco (1979-1982) designado por Ernesto Geisel. Desde el PFL, Maciel apoyó la candidatura de Fernando Collor en las elecciones presidenciales de 1989 y asumió el liderazgo de su gobierno en el Senado20. Otra de las principales figuras del DEM es Ronaldo Caiado, histórico representante de la Unión Democrática Ruralista (UDR), que defiende los intereses de los grandes terratenientes (Bruno, 1996). Caiado es el actual gobernador de Goiás, y esto revela los vínculos del partido con las elites terratenientes.

Durante los años de Cardoso, el hijo de ACM, Luis Eduardo, presidió la Cámara de Diputados entre 1995-1997 hasta su fallecimiento y su padre presidió el Senado.

De este modo, un rasgo común que se observa al considerar las trayectorias de los principales políticos del PFL es su común pertenencia al ARENA, el partido del régimen militar, y el haber desempeñado importantes cargos en el gobierno en Brasilia durante el período de la dictadura, como gobernaciones y senadurías. A su vez, la mayoría de estos políticos apoyó la candidatura de Fernando Collor a la presidencia. Tras el fin de la Unión Democrática Nacional (UDN) con el golpe militar de 1964, el PFL fue el partido que mejor representó la ideología liberal-conservadora de las elites del país.

A partir de 2003, resultó difícil para el partido el período coincidente con la presencia del PT en el poder, ya que una formación partidaria esencialmente governista quedó fuera del gobierno federal. Esto se produjo por motivos ideológicos, al considerar que el PFL respondía al espectro de la derecha liberal conservadora. Como hemos señalado en la introducción, esto produjo una migración de políticos pefelistas a partidos que apoyaban al PT, en la medida en que el PFL perdía votos en su reducto tradicional, las zonas pobres del Nordeste (Mendes Ribeiro, 2011). “Aproximarse al gobierno federal es una necesidad. Muchos municipios no pueden sobrevivir sin aferrarse al poder” destacaba uno de los líderes del partido, José Carlos Aleluia21. En este marco, uno de sus principales líderes, Jorge Bornhousen, habló de “terminar con esa raza” refiriéndose al PT.

Ante una caída importante en el desempeño electoral, el partido encontró en el cambio de nombre una base para la refundación. Uno de los objetivos del cambio de nombre fue desvincular al partido de una asociación con su participación en la dictadura (Mendes Ribeiro, 2011). Así, comenzó a llamarse Demócratas en 2007, con la presidencia de Rodrigo Maia, entonces líder de la Bancada del PFL en el Congreso e hijo del intendente de Río, Cesar Maia22. Durante este período, algunos autores pronosticaban una caída indeclinable del partido tras su paso a la oposición, argumentando que se trataba de un partido que había estado ligado al gobierno federal (Cioccari, 2015).

En las elecciones municipales de 2012, el triunfo de Antonio Carlos Magalhaes Neto para la intendencia de Salvador, derrotando al PT, representó una significativa noticia para el partido que volvió a ganar una importante capital estadual, Bahía. ACM Neto había sido ya el diputado más votado de Bahía en 2010. En 2018, asumió la presidencia nacional del DEM.

El proceso de resurgimiento del partido comenzó en 2016, cuando tras el impeachment a Rousseff el DEM se volvió parte de la base aliada al gobierno de Temer, tras haber estado 12 años en la oposición a los gobiernos de Lula y Dilma. La renuncia del congresista Eduardo Cunha, acusado de corrupción, llevó a una nueva elección para la Presidencia de la Cámara de Diputados. Esto condujo a que Rodrigo Maia asumiera el cargo con 285 votos, y fue reelecto en febrero de 2017 con 293 votos.

En una elección donde los tres principales partidos perdieron en forma notable (PT, PSDB y PMDB), el DEM aumentó su número de diputados en el Congreso. Esta fue la primera recuperación en el número de diputados (+8) y senadores (+2) para el partido desde que el PT había llegado al poder en 2003. El partido tuvo su mejor desempeño electoral a nivel local en 2018 en Bahia, Rio de Janeiro y San Pablo. Esto se condice con una tendencia histórica desde por lo menos 2014 (Cioccari, 2015). Actualmente, el partido cuenta con 2 gobernadores, 4 intendentes y 29 diputados federales. Entre 2014 y 2018 el DEM pasó de 21 a 29 diputados23.

Ante la ausencia de un partido consolidado y que conozca los hilos de Brasilia por parte del gobierno de Bolsonaro, Rodrigo Maia brinda su know how político. Como articulador político de experiencia, presidió la Cámara de Diputados durante el gobierno de Michel Temer, en un Congreso ultraconservador, y puede ofrecer aquello de lo cual el gobierno de Bolsonaro carece: previsibilidad y confianza.

La pretensión de Bolsonaro, de construir acuerdos con las “bancadas temáticas”, se demostró en gran medida infructuosa. Esto es así porque las bancadas temáticas se agrupan en torno a intereses puntuales, pero no pueden construir una coalición estable para el Congreso. Así, como no podía ser de otra forma en este sistema, el gobierno precisó aproximarse a los sectores tradicionales de la política24.

De este modo, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, se ha convertido en un articulador clave en el Congreso. En 2019, fue reelegido en una amplia votación con 334 votos en un Congreso que cuenta con 513 diputados, como resultado de una mayoría expresiva. Al carecer el gobierno de un partido orgánico, el derechista heredero del partido oficial de la dictadura, Demócratas, se ha convertido en un articulador político clave. Esa fuerza se revela en haber elegido a los presidentes de las dos cámaras del Congreso, con el senador David Alcolumbre. Además, cuenta con importantes cargos en el gobierno: el jefe de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni; la ministra de Agricultura, Tereza Cristina, articuladora del Frente Parlamentario Agropecuario y Luiz Henrique Mandetta, el ministro de Salud.

Como principal diputado del Congreso, Maia ha coordinado la reforma clave para los mercados, la reforma previsional. Esta reforma, que busca equilibrar las cuentas públicas en un país con una profunda deuda pública, es vital para el gobierno como forma de retomar las inversiones.

Si bien ha tenido tensiones con el presidente, como cuando declaró que “el presidente ya no gobierna para una asociación militar” tras el escándalo que enfrentó a Carlos Bolsonaro, hijo del presidente, con el Secretario General de la Presidencia, Gustavo Bebbiano, Maia ha trabajado junto con Bolsonaro para la aprobación de la reforma previsional. A su vez, ha criticado al gobierno, por carecer de una agenda para atacar la pobreza y la desigualdad social.

Esto representa un cambio en el “eje de gravitación” en el Congreso, que había sido históricamente desempeñado por el PMDB. Sin embargo, tras la abrupta caída de 55,4 % de este partido en las elecciones con respecto a 2014 (pasando de 66 a 34 diputados)25, ahora este papel de traductor de la agenda del Ejecutivo al Legislativo se ofrece a ser representada por Rodrigo Maia y el DEM. Pero el DEM, como el PMDB, quiere obedecer a la lógica de la “vieja política”: cargos, financiamiento a cambio de votos en el Congreso.

Otra figura dentro del partido es Kim Kataguiri, un joven influencer del MBL que tuvo importancia al convocar a las protestas que llevaron al impeachment de Rousseff. Kataguiri apunta a liderar el Frente Parlamentario del Libre Mercado, que cuenta con 38 diputados26. El diputado Alan Rick se destaca como coordinador del Frente Parlamentario en Defensa de la Vida y la Familia.

Las declaraciones de Rodrigo Maia y Davi Alcolumbre contra el gurú presidencial residente en Virginia, Estados Unidos, Olavo de Carvalho, así como su distanciamiento de las declaraciones más polémicas de Bolsonaro, manifiestan que los principales líderes del DEM quieren constituirse, en sintonía con los militares, en un factor moderador frente a los “olavistas” del gobierno.

La salida de Gustavo Bebbiano, secretario general de la Presidencia de la República, al mes del gobierno, debilita al PSL y reafirma el dominio del DEM dentro del entramado gubernamental. Ante la falta de organicidad del PSL para enfrentar las exigencias del sofisticado sistema de negociaciones que funciona en el Congreso de Brasilia, este espacio ha sido ocupado por el DEM.

Actualmente, dentro del DEM se manifiestan dos tendencias. Por un lado, Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, que exhibe una postura de mayor distancia con Bolsonaro y se reúne con opositores como el Pastor Sargento Isidório y el gobernador de Bahía, Rui Costa (PT). Maia hace declaraciones críticas al mandatario, si bien ha articulado en favor de la reforma previsional en el Congreso. Por el otro lado, se encuentra el presidente del partido, ACM Neto, quien acompañó especialmente a Bolsonaro en su visita a Bahia en 2019 y ha pedido que los aliados reduzcan sus críticas al mandatario frente a las declaraciones polémicas27. Son dos posiciones distintas sobre el rumbo que debe tomar DEM en su vinculación con Bolsonaro.

La de Maia supone acompañar la agenda económica con distancia en lo político, mientras la de ACM Neto supone un apoyo pleno. Sin embargo, debemos mencionar que, con el estallido de la pandemia, el distanciamiento entre Maia del presidente se ha hecho mucho más profundo.

3.El “nuevo PSDB”: de la socialdemocracia a la derecha liberal con Doria

El Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) fue creado en 1988 por Fernando Henrique Cardoso y José Serra, cercano a los postulados socialdemócratas, con una orientación progresista como escisión del PMDB (Roma, 2002) y pregonando un “shock de capitalismo”. A diferencia del PT, con un vínculo con los movimientos sociales, se trata de un partido estructurado en torno a liderazgos y que careció de un arraigo en sindicatos y movimientos sociales (Roma, 2006).

Varios de los liderazgos fundacionales del partido tenían un perfil socialdemócrata, como los ex gobernadores de San Pablo, Franco Montoro y Mario Covas. Se trataba inicialmente de una coalición de políticos socialdemócratas con economistas ortodoxos, ya que hacia fines de los 80 y principios de los 90, una cuestión prioritaria para estabilizar la economía lo era también para reducir la desigualdad: derrotar la hiperinflación (Barros, 2019). Sin embargo, durante el período del PT en el gobierno, esta dirigencia fue reemplazada por políticos más conservadores como Aécio Neves, Geraldo Alckmin, Joao Doria y Carlos Sampaio28.

Es un partido que históricamente ha representado a la clase media (Singer, 2018). Durante el período correspondiente a los gobiernos del PT, al buscar capitalizar la oposición a este partido, el PSDB incorporó en sus plataformas inicialmente las políticas sociales del PT, como el Bolsa Familia. También, la propia dinámica oposicionista lo fue situando más a la derecha de lo que inicialmente proclamaba en su propuesta de fundación y la búsqueda por atraer al electorado opositor.

En 2013, Aécio Neves obtuvo la presidencia del PSDB, manifestando un cambio en la relación de fuerzas del partido que lo favorecía. Durante este período, el control del partido residió en este ex gobernador de Minas Gerais, que tuvo una expresiva votación en la elección presidencial, donde casi vence la presidencia a Dilma Rousseff. En 2016, con el impeachment, Neves decidió articular la salida de Rousseff en el Congreso junto con el PDMB. Al llegar Temer al Palacio del Planalto, el PSDB, frustrado electoralmente en cuatro elecciones sucesivas (2002, 2006, 2010 y 2014) fue beneficiado con cargos en el gobierno. El apoyo más o menos consistente de la plana mayor del PSDB a la destitución irregular a Rousseff en 2016 a cambio de cargos en el gobierno de Michel Temer selló la suerte del partido, que a partir de entonces quedó asociado a la impopularidad del ex presidente. Esta situación definiría el pobre desempeño electoral del partido en 2018.

Aécio Neves, con acusaciones de corrupción por la Lava Jato, dilapidó su capital político como ningún otro, y junto a esto, la pertenencia y viabilidad de su partido a la “centro derecha”, con los economistas liberales moderados y aún la pertenencia de la vieja guardia de FHC y Serra. En 2018, el partido decreció 44,5 % en la votación con respecto a 2014. Fue una dura derrota que implicó 25 diputados menos que en la elección de cuatro años atrás.

Desde 2016 ya había comenzado a despuntar el liderazgo de Joao Doria, un empresario conservador y defensor del liberalismo económico, director del movimiento empresarial Lide, apadrinado por Geraldo Alckmin, contra la dirigencia histórica del partido. Doria venció a Fernando Haddad en 2016 en la disputa por la intendencia de San Pablo por 53 % a 16 %. Esa candidatura ya expresó una ruptura entre la nueva guardia pos-ideológica de Alckmin-Doria y el centrismo progresista de Cardoso y Serra dentro del PSDB (Dualibi, 2019). Alckmin había sido candidato en 2006 y 2018.

En 2018, Doria, a mitad de su mandato como intendente paulista, se postuló a la gobernación de San Pablo. Durante la campaña, se alineó con el discurso bolsonarista, al señalar que ‘“Si Dios está mirando Brasil, como creo que va a suceder, el PT no va a ser elegido’ y ‘Lula quiere comandar el país desde la cárcel, es el colmo de un ciclo perverso”’29. El propio Doria posó con un cartel que pedía el voto “BolsoDoria” y también defendía que “Bandido bueno es bandido preso”. En la segunda vuelta, venció al rival Marcio Franca, por 51 % a 48 %.

Con el bajo desempeño electoral de Geraldo Alckmin, el ex gobernador de San Pablo candidato en las elecciones presidenciales de 2018, Doria se quedó sin rivales de peso en la disputa por la dirección del partido. En este escenario de giro a la derecha por el voto conservador de 2018 y caída de la plana mayor de los liderazgos del partido, Joao Doria ganó el comando partidario en 2019, designando como presidente del PSDB a Bruno Araújo para lo que denomina como un “nuevo PSDB”. De este modo, el PSDB está cambiando de forma sustantiva su identidad político-ideológica30. Este giro presenta tensiones con la identidad histórica del partido, lo que explica ausencias de la dirigencia histórica en el último Congreso, donde fue electo el nuevo presidente. En 2018, Doria pasó de la intendencia de San Pablo a la gobernación del Estado en un voto sustentado por el mismo electorado que votó a Bolsonaro.

Doria busca posicionar de este modo al “nuevo PSDB” porque especula que, hacia 2022, con el desgaste de Bolsonaro en una sociedad derechizada, él se podría alzar con la candidatura a la presidencia y heredar una parte de su electorado a la vez que moderar aspectos de la propuesta bolsonarista que lo hagan atractivo para un electorado de centro. Así, deberá realizar un cuidadoso juego entre la adhesión a las políticas que obtienen mayor apoyo de Bolsonaro, pero exhibiendo una crítica hacia otras, aunque sin despegarse del presidente, ya que la base electoral de Bolsonaro en San Pablo es casi igual a la de Doria.

Por otra parte, podemos mencionar que en el Senado Federal funciona el “bloque parlamentario PSDB-PSL”, integrado por líderes de ambos partidos, e incluye del PSDB a políticos relevantes como José Serra, Antonio Anastasia y Tasso Jereissati31. De este modo, tras el giro a la derecha del partido capitaneado por Doria, se manifiesta la convergencia ideológica entre ambos partidos.

Es necesario agregar, sin embargo, que a partir de la crisis de la pandemia del Covid 19 Bolsonaro ha entrado en una confrontación directa con el gobernador de San Pablo, lo que aleja, a partir de ahora, la agenda entre uno y otro. Son dos espacios separados que disputarán el poder hacia 2022.

4.Partido Novo. El liberalismo empresarial en política

El Partido Novo fue creado en 2011 por empresarios y gestores del mercado financiero en San Pablo y Río de Janeiro, entusiastas del liberalismo económico32. Joao Amoedo, quien perteneció al consejo de Administración del Banco Itaú y ha estado vinculado al mercado financiero33 se propuso, con la creación del partido, “llevar ideas de la gestión privada a la gestión pública”, relativas a una reducción de la intervención estatal34. Amoedo es también el actual presidente del partido. El discurso señala que los “pésimos servicios públicos” no coinciden con la “enorme carga tributaria” que debe pagarse para sustentarlos, por lo que la solución consiste en reducir el peso del Estado y privatizar35. Otro eje es la cuestión de la eficiencia y las cualidades técnicas de los políticos que serían parte del Novo. Amoedo propone “valorizar la libertad del individuo para que no dependa tanto del Estado”36 y el partido fomenta lo que denomina como la “cultura de la meritocracia”37.

El partido se define como de “personas comunes, no políticas”, usando el contexto de desprestigio por corrupción de la clase política tradicional.

En las elecciones municipales de 2016, el partido participó en cinco capitales, eligió 5 concejales y obtuvo 300 000 votos38.

Ricardo Salles, el actual ministro de Medio Ambiente, fue candidato por el Partido Novo a diputado federal en 2018, pero no fue electo.

En 2018, el empresario Romeu Zema, dueño de las Lojas Zema, tiendas de electrodomésticos, se convirtió en el primer candidato a gobernador del partido victorioso en Minas Gerais con 6,9 millones de votos. Derrotó a Fernando Pimentel, gobernador del PT en este Estado y a Antonio Anastasia del PSDB. Zema indicó en una entrevista con respecto al PSL y el Partido Novo que “El ADN coincide en 99,5 %. Em muy pocas cosas talvez no estemos alineados”39.

En las elecciones de 2018, el Partido Novo eligió 8 diputados federales, 12 diputados estaduales, y el candidato a la presidencia Joao Amoedo, obtuvo el 3 % de los votos.

Marcel Van Hatten, el diputado más votado de Rio Grande do Sul, con 349 855 votos, se ha convertido en una de las principales espadas del gobierno en la Cámara de Diputados. Una de sus figuras electas como diputado estadual por Rio Grande do Sul es el líder del MBL Fábio Ostermann, quien tiene una parte importante de su formación en Estados Unidos.

El partido ha obtenido su mejor desempeño en Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Minas Gerais, Sao Paulo y Río de Janeiro, donde ha elegido diputados federales y un gobernador. El éxito de este partido manifiesta un nuevo modo de hacer política, vinculado al ideario del liberalismo económico empresarial, a la vez que un giro a la derecha en el voto del electorado.

Conclusiones: Los nuevos inquilinos del vacío que dejó el PMDB

Inmediatamente después de la transición democrática, el sistema de partidos brasileño fue caracterizado como “multipartidario”. A pesar de ello, luego de las presidencias de Sarney, Collor e Itamar Franco, el sistema se configuró desde 1994 en torno a dos polos fuertes (PSDB/PT) con un origen en San Pablo y un “partido del interior” (Singer, 2018) como el PMDB. Este ciclo de elecciones polarizadas en segunda vuelta se desarrolló con estabilidad y orientó las preferencias partidarias entre 1994-2016. Sin embargo, durante los gobiernos del PT, la polarización electoral y las derrotas del PSDB lo fueron llevando a la derecha. La confrontación se endureció en 2014 y se acrecentó con el impeachment en 2016. Esta alternancia terminó con la elección de Bolsonaro en 2018 y la implosión del PMDB.

La izquierda se encuentra dividida luego de la derrota electoral de 2018. El principal partido que es expresión de este signo ideológico, PT, si bien mantiene el dominio parece haber perdido una parte del terreno, quedando confinado al Nordeste del país. Del otro lado aparece una derecha multivariada a nivel partidario, pero unificada detrás de un proyecto e intereses concretos desde la presidencia de Michel Temer: un Brasil conservador en las costumbres y liberal en la economía. Esa derecha que hoy gobierna comenzó a encontrar su coherencia interna y afinidad programática en oposición a los gobiernos de Lula y Dilma.

La alteración en los patrones partidarios que dominaron la competencia política entre 1994-2016 no significa el fin del presidencialismo de coalición. Se trata, más bien, de una reorganización de este en torno a nuevos polos. Las pérdidas del PMDB, el histórico mediador entre las elites regionales y el Congreso, que redujo su cantidad de diputados entre 2014 y 2018 en un 55 %, han sido capitalizadas por nuevos y viejos polos renovados de la derecha en el Congreso. En este sentido se inscribe DEM, un partido que ha recuperado su fuerza, con miembros en distintos cargos del Ejecutivo y el Legislativo40. Esto no significa que la reorganización del sistema no implique turbulencia e inestabilidad por la caída de su principal organizador hasta entonces: el PMDB.

La derrota para la presidencia del Senado del experimentado articulador en el Congreso, oriundo de Alagoas, Renan Calheiros (PMDB), no significó el fin del “presidencialismo de coalición”. De hecho, un miembro del mismo partido y ex ministro de Dilma Rousseff ha sido definido como jefe del gobierno en el Senado. La indicación de Fernando Bezerra (PMDB) como líder de la bancada oficialista en el Senado es un gesto de aproximación del gobierno con este partido41.

Hay un punto de unión entre estos cuatro partidos (DEM, Novo, PSDB, PSL) en el marco del Brasil bolsonarista, y es reducir la intervención estatal que consideran había caracterizado a los gobiernos del PT. Con la caída del PMDB, estos cuatro partidos pueden representar, hacia la derecha, una ocupación de este espacio vacante en el nuevo Brasil conservador. El presidencialismo de coalición sigue funcionando, dominado ahora por los inquilinos de la “nueva derecha”, defensores del libre mercado y la iniciativa privada.

Nuevos partidos y líderes, con formación en el exterior, vinculados al mercado financiero y un perfil empresarial, dominan el Congreso. Joao Doria como figura dominante en el PSDB, Joao Amoedo y sus discípulos en el Partido Novo, Rodrigo Maia en el DEM y Eduardo Bolsonaro en el PSL son algunas de estas nuevas figuras que se destacan en el nuevo presidencialismo de coalición, propio de esta etapa del Brasil bolsonarista. La crisis originada en el gobierno bolsonarista con el estallido de la pandemia, sin embargo, hace peligrar esta inicial unión derechista en torno a la agenda económica liberal, y preanuncia nuevas divisiones y reorganizaciones hacia las elecciones presidenciales de 2022.

Bibliografía

Abranches, Sergio. (1988). Presidencialismo de coalizão: o dilema institucional brasileiro. Dados: Revista de Ciências Sociais, 31(1), 3-55. Rio de Janeiro: IUPERJ

Bruno, Regina. (1996). Revisitando a UDR: Ação política, ideologia e representação, Revista Instituto de Estudos Brasileiros, USP, 40, 69-89.

Carlés, Gerardo Aboy. (2001). Las dos fronteras de la democracia argentina: La reformulación de las identidades políticas de Alfonsín a Menem. Homo Sapiens Ediciones, 2001.

Cioccari, Deysi. (2015). Do PFL ao Democratas: dos grandes personagens políticos ao esvaziamento partidário e a possível fusão em 2015. I Seminário Internacional de Ciência Política Universidade Federal do Rio Grande do Sul-Porto Alegre.

Duailibi, Julia. (2016). A guerra do cashmere. Piauí, 119.

Solano, Esther. (2018): Crise da democracia e extremismos de direita. Fundación Friedrich Ebert. library. fes.de

Ferreira, Denise Paiva. (2001). Descentralização partidária e federalismo no Brasil. PFL ’versus’ PMDB 1982-2000. Dissertaçao-Doutorado FFLCH-Universidade de Sao Paulo.

Goldstein, Ariel. (2019ª). Bolsonaro. La democracia de Brasil en peligro. Marea Editorial.

Goldstein, Ariel. (2019b). The new far right and the construction of a right wing order. Latin American Perspectives.

Mendes Ribeiro, Ricardo Luiz. (2011). A decadência longe do poder: refundação e crise do PFL [Tesis de mastría]. Universidad de San Pablo.

Rocha, Camila. (2018). ‘Menos Marx mais Mises’: uma gênese da nova direita brasileira (2006-2018) [Tesis de doctorado]. Universidad de San Pablo.

Rocha de Barros, Celso. (2019). O Pós-PSDB, Folha de S. Paulo, 03/06/2019.

Patto Sá Motta, Rodrigo. (2018). Anticomunismo e antipetismo na atual onda direitista, conferencia presentada en el III Coloquio “Pensar as direitas na América Latina”, Universidad Federal de Minas Gerais.

Roma, Celso. (2000). A institucionalização do PSDB entre 1988 e 1999. Revista Brasileira de Ciências Sociais, 2000.

Roma, Celso. (2006). Organizaciones de partido en Brasil: el PT y el PSDB bajo perspectiva comparada. América Latina Hoy, 44, 153-184.

Rosana Pinheiro Machado y Lucia Scalco. (2018). Da esperança ao ódio: Juventude, política e pobreza do lulismo ao bolsonarismo. IHU Unisinos. ihu.unisinos.br

Santos, Fabiano e Talita Tanscheit. (2019). Quando velhos atores saem de cena: a ascensão da nova direita política no Brasil. Colombia Internacional, 99, 151-186. https://doi.org/10.7440/colombiaint99.2019.06

Singer, André. (2018): Lulismo em crise. Companhia das Letras.

---