Temas de nuestra américa
e-ISSN: 2215-3896.
(Enero-Junio, 2022). Vol 38(71)
DOI: https://doi.org/10,15359/tdna.38-71.7
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DOSSIER
Proceso de autorrepresentación en la escritura de autoras afrodescendientes centroamericanas: un conversatorio
Process of self-representation in the writing of Afro-descendant Central American women authors: a discussion
Processos de auto-representação na escrita de autoras afrodescendentes da América Central: uma conversação
Dra. Consuelo Meza Márquez
Profesora Catedrática jubilada
Universidad Autónoma de Aguascalientes
México
Resumen
En este artículo se presenta un resumen del conversatorio titulado: “Autorrepresentación de las mujeres afrocentroamericanas en la literatura”, realizado en el marco del Encuentro: "Afrodescendientes en el Bicentenario: prácticas y saberes ancestrales", durante la 23.a edición del Festival Flores de la Diáspora Africana. Este conversatorio fue sostenido entre cuatro escritoras afrocentroamericanas y que ha sido sistematizado a través de la respuesta de algunas preguntas que se plantearon en la ocasión, a partir de cuales se busca escuchar desde las voces de las propias escritoras como se autorrepresentan en la literatura, al indagar, además, acerca de su quehacer literario, su compromiso como mujeres negras, a quien va dirigida su literatura y su utopía como escritoras.
Palabras clave: afrodescendientes, compromiso literario, Flores de la Diáspora Africana, identidad étnica, Instituto de Estudios Latinoamericanos, multiculturalidad, quehacer literario, utopía literaria
Abstract
This article presents a summary of the discussion entitled: "Self-representation of Afro-Central American women in literature", held within the framework of the Meeting: Afro-descendants in the Bicentennial: ancestral practices and knowledge ", during the 23rd edition of the Festival Flores de la Diáspora Africana [Flowers of the African Diaspora]. This discussion was held between four Afro-Central American writers and has been systematized through the answer to some questions that were posed on the occasion, from which it is sought to hear from the voices of the writers themselves how they represent themselves in literature, investigating also about their literary work, their commitment as black women, to whom their literature is directed and their utopia as writers.
Keywords: Afro-descendants, ethnic identity, Flowers of the African Diaspora, Institute of Latin American Studies, literary utopia, literary engagement, Literary work, multiculturalism
Resumo
Este artigo apresenta um resumo da discussão intitulada: “Auto-representação de mulheres afro-americanas na literatura”, realizada no âmbito do Encontro: “Afrodescendentes no Bicentenário: práticas e saberes ancestrais”, durante a 23ª edição do Festival das Flores da Diáspora Africana. Essa conversa foi realizada entre quatro escritores afro-americanos e foi sistematizada através da resposta a algumas questões que foram levantadas na ocasião, a partir das quais se busca ouvir as vozes dos próprios escritores como eles se representam, na literatura, indagando, ainda, sobre sua obra literária, seu compromisso como mulheres negras, a quem sua literatura se dirige e sua utopia como escritoras.
Palavras chave: afro-descendentes, envolvimento literário, flores da diáspora africana, identidade étnica, Instituto de Estudos Latinoamericanos, Trabalho literário, utopia literária multiculturalismo
En el Encuentro "Afrodescendencia en el Bicentenario: Prácticas y saberes ancestrales" , organizado por la Fundación Arte y Cultura para el Desarrollo y el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica, en el marco del XXIII Festival Flores de la Diáspora Africana, se realizó un conversatorio, coordinado por Consuelo Meza Márquez, en el que se dialogó con Delia McDonald Woolery de Costa Rica, Xiomara Cacho Caballero de Honduras, Yolanda Rossman Tejada de Nicaragua, y Melanie Taylor Herrera de Panamá.
El sentido de la conversación tuvo como finalidad el escuchar las propias voces de las escritoras respecto a ese proceso, en el que ellas se expresan en sus creaciones literarias desde un cuerpo, una conciencia y un compromiso como mujeres negras. Para ello, se buscó penetrar en ese proceso de autorrepresentación, a partir de cuatro aspectos: la relación del quehacer literario y la identidad étnica y/o sexuada, a quien o quienes esta dirigida su escritura, el compromiso en la escritura y su utopía literaria en el sentido de la propuesta de sociedad que se encuentra en sus textos literarios.
Xiomara Cacho Caballero, Honduras
Yo interiorizo mi quehacer literario en relación con mi identidad étnica, tomando la cultura como parte fundamental de mi temática literaria, al manifestar la historia de mi pueblo y los rasgos particulares de su devenir histórico, sus luchas, sus padecimientos, sobrevivencias, al promover la historia y trascendencia cultural, lo que aporta conocimientos únicos y formas de comprender el mundo de manera diferente. Ayudando a fomentar la paz y el desarrollo sostenible. Al potenciar la protección de los derechos humanos y las libertades de nuestras comunidades; visibilizando mi cultura, evidenciándola con mi presencia como autora, escritora y poeta, debido a que no se han visto los esfuerzos por incrementar la claridad conceptual y hacer explícitos una serie de supuestos que subyacen en la mentalidad de la población mestizo ladina sobre la comunidad étnica.
Interiorizo mi quehacer literario, relacionándolo con mi identidad étnica, apoyada en teorías sociológicas, lingüísticas, ya que la lengua es el marcador que representa mi procedencia, mi origen, lo que soy y las ideas de la sociedad a la que pertenezco. Me apoyo también en las teorías antropológicas, históricas y estudios etnográficos. Me interesan, particularmente, las teorías antropológicas implicadas en un enfoque que aborda los procesos de transmisión cultural, desarrolladas por la antropología de la educación. Anhelo una educación conducida a la completa participación de los jóvenes de los pueblos minoritarios en las oportunidades socioeconómicas que ofrece el Estado, y todo ello sin que tengan que perder su identidad cultural o su lengua, apostando por una necesaria educación acerca de los llamados, culturalmente, diferentes.
SPEAK TO US
Father; I know you are there
Talk to us
Look to us
Look at us now
We are getting lost
Do not let us be in darkness
Give us a hope of promises
Do not let education
Misplace my brother
My brother is not the same now
He does not speak his language anymore
Brush away, the misunderstanding of him.
Escribo al público en general, para que la comunidad nacional e internacional conozca y valore la cultura negra, que dignifiquen y conciban a la negritud hondureña como un aspecto constitutivo de una nacionalidad. En mis obras literarias expongo temáticas que la comunidad nacional debe poner en mesas de discusión, especialmente para que la comunidad mestizo ladina conozca sobre las comunidades negras, para que las autoridades escuchen y actúen contra las injusticias que aquejan a la sociedad, para que todos aprendamos acerca de los diversos pueblos y culturas, para ahondar en las similitudes culturales y, con el mismo énfasis, en el reconocimiento e identificación de las analogías culturales. Estoy comprometida a elevar mi voz para que fuerzas culturales, económicas y políticas no continúen homogenizando nuestras lenguas, estoy comprometida a que mis escritos marquen la vida de cada uno de mis lectores, en particular, cuando leen mis textos trilingües (garífuna, español e inglés), ya que por la naturaleza de estos, sirven para concientizar profundamente sobre la diferencia lingüística y cultural que se utiliza como puente para ir más allá de las diferencias que nos separan como sociedad, porque la idea es unir las sociedades.
Mi compromiso literario es llevar la escritura como un proceso encaminado a lograr un desarrollo de los niveles de conciencia de la ciudadanía acerca de sus condiciones políticas, socioeconómicas, de los pueblos étnicos, con objeto de capacitarles para la ejecución de acciones sociales basadas en una comprensión crítica de la realidad, para la solidificación, extensión y legitimación del control que ejercen los grupos dominantes, estructurando las instituciones sociales que operan para mantener o incrementar dicho control, y es esta estructuración la que lleva al racismo, al sexismo y al clasismo institucional.
SUEÑO
¿Has visto un sueño avanzar?
Pues yo sí lo vi
¿Has visto lo bien que tu sueño puede avanzar?
Es divino y maravilloso.
El sueño avanza
Cuando el cielo llega a tus brazos.
¿Has visto lo bello que avanza tu sueño?
Pues yo sí lo vi.
El cielo en tus brazos
Es la conciencia del color de tu piel
ante los ojos de la sociedad
Es la frescura de tu pigmentación.
Lo maravilloso es
La sangre africana.
Es el dolor que sufrieron
Aquellos que te abrieron
Las puertas a la América.
Mi utopía literaria es develar la carencia del conocimiento sobre la multiculturalidad y el plurilingüismo de la nación, implementar proyectos de inclusión con poblaciones étnicas, mi intención es manifestar en mis obras poéticas y narrativas una reproducción fiel y exacta de la realidad, en que vivimos como pueblo étnico y también una realidad del ciudadano mestizo hondureño, su sufrimiento, su padecimiento, sus necesidades, al hacer uso minucioso de la descripción, para revelar perfiles de lo cotidiano, de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; se exponen problemas políticos, humanos y sociales, se muestra al ser humano, objetivamente, mediante la dura realidad.
Me gusta utilizar un lenguaje bastante crítico, al formular una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponentes. Revelo a los personajes, en especial los femeninos, como testimonios de una época, una clase social, un oficio, de los problemas de la existencia humana, reproduciendo y denunciando los males que aquejan a la sociedad. La intención es transmitir ideas de la forma más verídica y objetiva posible, sin entrar en ruptura con el romanticismo, lo sentimental y lo espiritual. Mis escritos son una viva conciencia de clase, son la representación objetiva de la realidad y de las circunstancias sociales que permiten reconstruir la realidad, porque puntualizan la problemática del contacto interétnico e intercultural.
Mis obras poéticas son respuesta a los fallos percibidos en la toma de conciencia espacial y temporal de que no existe un único modelo de mujer; por el contrario, existen múltiples modelos de mujer, determinados por cuestiones sociales, cuestiones étnicas, creencias religiosas, profesiones, y nacionalidad.
Otra de mis utopías literarias es el deseo de concientizar a los docentes del área de la lengua y la literatura en español e inglés para que actualicen sus planes curriculares, que los educandos se sensibilicen y tengan acceso a textos narrativos escritos por miembros de los pueblos étnicos y puedan tener más opciones de análisis y crítica literaria con material diverso y cultural, formativo. Mi compromiso literario es, que mediante mis textos, se transformen personas consecuentes, auténticas, que tengan como segunda naturaleza ser honorables, que vivan honestamente, valorando el esfuerzo de los demás, personas con valores morales firmes, confiables, con ternura, genuinas, serviciales, sensibles, justas, fuertes, perseverantes; crear mujeres que se mantengan firmes a su dignidad, a su formación moral, espiritual y cuidado de sus hijos.
Delia McDonald Woolery, Costa Rica
El interior de un escritor es como el interior de una vasija rota: a lo que se filtra, es a lo que hay que poner atención. Claro que eso es distinto a la identidad étnica que, tiene más relación con la forma en que nos vemos por fuera o nos miran, cuestión que los demás, casi nunca separan, a la hora de evaluar a un escritor. En especial, se piensa que puede escribir, tal vez, lo que no sabe muchas veces es pensar, y con más frecuencia omite mirar lo que sucede a su alrededor. En esencia, el ser un poeta o escritor no es por casualidad o por parentela, se debe a lo que llamamos, linaje familiar.
En mi caso, llegué a la poesía, y a la literatura, en general, por algo más que circunstancial; después de muchos años de trabajo personal, de enfrentamiento con realidades propias y ajenas, reconozco que el camino, por más largo y solitario, siempre estuvo ahí. Hace poco, murió una buena amiga, y entre los recuerdos de muchas conversaciones salió una frase que se acomoda ahora a este tema: nadie sobra en esta sociedad. Hacen falta tanto el ladrón como el millonario porque todos nos enseñan, o son útiles para algo… Con el paso de los años he llegado a la conclusión de que ella tenía razón, y que la escritura que yo hago es lo que me gusta hacer, y el mejor trabajo que puedo desempeñar, y que, pese a todo, continúo en su camino por una extraña pasión que me sobrepasa, distinta a muchas otras cosas. Soy como un girasol que florece en el blanco y negro del papel en el que escribo, y como tal, entiendo que no existe un límite preciso entre mi identidad étnica y mi quehacer literario; un lugar indeciso entre la vida y la muerte, y así como no existe la una sin la otra, tampoco existiría yo, si no fuese escritora.
Continuar de pie, como el destino,
frente a horizontes de sangre y odio,
Frente a todo lo que puede ser humano y no lo es…
Soy como un tabú hecho de fuerzas diferentes…
¿Sabes cómo se doblega un espíritu así? Solo muerto…
La palabra compromiso es muy amplia, y a la vez amable, como para ignorar sus consecuencias y bondades: se comprometen los novios y los amantes para seguir juntos toda una vida, y una sin la otra, como ya dije, no existe. En muchas formas la literatura es mi pareja perfecta, la que me completa, y como un buen proveedor, en muchas formas me alimenta. Todo escritor, emergente o no, nos propone un viaje hacia la corporalidad de nuestra cultura, a través de lo que escribe, y replantea lo que queremos decir, y que otros entienden, a su modo, bajo sus limitaciones. En sí el camino del guerrero que, para mí, no es más que el gozo de poder escribir lo que quiero, como quiero, porque pese a lo que se piense escribir, no es solo sentarse frente a una hoja de papel y ya. Fácil, es hacerle punta al lápiz, o arrugarlo, pero a la hora de escribir, sobre todo si se es mujer, entra en juego el machismo, el ser miembro de otras etnias, sobre todo si se es negro o indígena, sujetos de conquista colonial. Siempre habrá quién nos venga a decir cómo y por qué debemos escribir, y cuando se tiene el aplomo de decirles que no se piensa como ellos, accede una al ring de box, sin guantes ni protectores pues, el grupo hegemónico, determina literal y literariamente quienes somos. En este punto, las estrategias de descalificación, surgen como una constante muy desfavorable: la piel lleva a la raza, la raza va a la homofobia (que siempre anda con la hermanita menor, la xenofobia, que juegan todos en el patio de la tía misoginia), que, finalmente, hacen de la descalificación un arte, y de la vida del escritor el ser sobreviviente de un desierto. Esos tampoco son lugares fáciles de vivir, menos de sobrevivir, por tanto, mi público lector es aquel que quiera leerme sin juzgamientos ni explicaciones, porque la labor del escritor es solo escribir.
Sería poco veraz, consecuente, y casi un insulto, tanto para mis colegas como para mí, decir que todo lo referente a la creación ha sido un lecho de rosas, cada vez más rápidamente agresivo. La SOCIEDAD PANDA, le llamo yo al mundo literario, porque no existe animal más indefenso, sin estrategia de sobrevivencia y, sin embargo, es uno de los animales más longevos al conocimiento humano. Mundo literario (literal) tan caótico, y a veces más sordo de lo necesario, por eso cada cierto tiempo reflexiono sobre la decisión de escribir: el camino siempre estuvo ahí, y fue cuestión de tomar el riesgo del sí podré, pero siempre llegan opciones de toma de decisión, y voy por caminos viejos. Desde el inicio fue así.
Este año me he mantenido en contacto con colegas del sistema público y privado de educación que, desde el preescolar hasta los niveles superiores, se esfuerzan por "sostener" una estructura tan endeble y mediocre que, sin lugar a dudas, vale la pena revisar con lupa y detenimiento. Costa Rica se sigue vendiendo como un país sin ejército, democrático, con educación global y gratuita. No obstante, de todos los recortes que requería hacer, sopesó que una partida del rubro de cultura era prescindible porque eso, claro está, no parece tener el tipo de retribuciones que son jugosas para Hacienda. Solo falta leer un poco de historia para darse cuenta de que las naciones que no le prestan real atención a la educación y áreas vinculantes, no terminan muy bien que digamos. En mi caso no me creo un tipo de héroe, tampoco la gran educadora con la que soñaron los liberales, más bien me sostengo por un espíritu de terquedad ontológica que me hace creer que el acceso al conocimiento, a la crítica, al debate, a las ciencias, al humanismo, a la filosofía, y a la lectura pueden convertirnos, a mediano o largo plazo, en mejores personas, en gente inquieta y hambrienta de cosas plácidas y buenas, que al igual que exigen también saben retribuir, cuestionar y demandar cuando es preciso. Yo no busco sostener algo en ruinas, me interesa, más bien, crear un poco de estruendosa y necesaria destrucción.
Nací negra porque soy el sol,
candengue y miel.
Nací de agua negra, mar tranquila;
brujería de huesos en el andar de calipsos.
Nací negra
porque como el berimbao
soy leyenda
y como el silencio
el cantar de los cantares.
Esa multiculturalidad de la costa Caribe de Nicaragua, hoy denominada Región Autónoma Costa Caribe Norte y Región Autónoma Costa Caribe Sur, fue y sigue siendo parte intrínseca de mi vivir cotidiano. Ese crisol de sangre, lengua y piel siempre estuvo y ha estado presente desde mis primeras letras. En mi poesía saltan palabras en inglés, en miskitu, algunas en mayangna, puesto que como compartí en algún momento en un recital en mi tierra natal, donde se me consultó al respecto, respondí que soy como una tinajita con una variedad de ingredientes que fui almacenando dentro de mí, heredada de mis ancestras y ancestros. Cuando ha tenido la oportunidad, ese bagaje de matices se ha ido volcando a través de las letras, intentando atrapar, entender y compartir, el entorno que ha sido parte de mi existencia desde que tengo uso de razón, tal como expongo en el poema Mairin del libro Lágrimas sobre el musgo de mi autoría, publicado en el 2008, por el Centro Nicaragüense de Escritores. En él intento describir ese crisol de culturas que me ha acompañado siempre, como yo lo he percibido y del que soy parte:
Sobre el extenso lienzo de mi piel
se asoman risueños,
todos los matices de Gaia,
iridiscencia expandiendo
un murmullo insistente
de lenguas antiguas
las ancestras me hablan…
mairin, woman…yal…
Sí, Soy Mujer Multicolor…
el ritmo de cocoteros
cimbreando en su andar,
con un exquisito jadeo de olas
en el pecho amante.
En su vientre de playas infinitas,
El sol seducido
arde en su centro,
donde el placer aguarda,
anidando en el húmedo
laberinto de las caracolas.
Si, hombre caribe
de mirada oriental,
Soy la alquimia perfecta
Para apaciguar tu hombría.
La costa Caribe siempre ha estado presente en lo que escribo, ya sea poesía, cuentos breves o artículos. Además de ser parte de mi legado, pienso que tengo el afán permanente de mostrar que somos algo más que el estereotipo folclórico del Palo de Mayo (May Pole), festividades danzarías con un toque erótico que se realizan alrededor de un árbol adornado de cintas de colores y frutas para honrar a Mayaya, la diosa de la fertilidad y la llegada de las primeras lluvias que auguran buenas cosechas. Una forma de aportar a ello ha sido trabajar en la visibilización y difusión del trabajo creativo de las mujeres poetas, narradoras y recopiladoras originarias de las regiones autónomas de la costa Caribe, desde los espacios posibles. Incentivarlas a través de la escritura a que relaten sus historias desde sus propias vivencias, desde sus miradas, aciertos y desaciertos. Reflexionar y dialogar sobre el pasado y presente compartido, apostando al futuro, desde sus propias potencialidades, para transformar sus realidades, mi realidad, nuestras realidades, y, como un desafío de que sí podemos, surge este poema publicado en el poemario Nocturnidad del Trópico por el Centro Nicaragüense de Escritores en el 2010:
ÍCARO
Tu voz me alcanzó
entre la bruma del desconcierto:
“¡Go for it!
I will be rooting for you…”
Airosa, extendí las alas,
suavemente,
como la brisa en tu pelo.
Entre las nubes atisbé
un arco iris bajo mis pies,
sentí el sabor del paraíso
derramándose entre mis labios.
Ícaro celoso, impotente…
me ve crecer,
elevarme,
volar…
Éstas alas no se derriten,
Son alas de MUJER.
Desde la poesía, construimos ese lugar ideal que queremos, desbordamos la imaginación para sustentarla y creer en ella. En el caso de las escritoras de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Norte y Sur de Nicaragua, la autonomía es nuestra utopía de mujeres comprometidas con nuestra realidad sociocultural. El Dr. Esteban Krotz, que fue docente nuestro en la Maestría de Antropología Social, en la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense/URACCAN, manifestó lo siguiente en uno de sus escritos: “La antropología volvería a encontrarse con la utopía, aquella tradición de pensamiento y acción que parte de la insatisfacción con el presente, porque esta convencida de que debe haber una posibilidad de organizar la convivencia de los seres humanos de tal modo que todos puedan ser libres y tener un lugar respetado” (Krotz, 2000) . Como mujeres escritoras intentamos interpretar el mundo en el que vivimos y convivimos, nombrando las cosas, evidenciándolas y difundiéndolas para poder hacer incidencia en las transformaciones que deseamos. En el poema Stand by Me, aún inédito, intento externar ese sentir:
Stand by Me
Stand by me
Madiba,
Y continuaré la lucha
por alcanzar el arcoíris de tus ojos
Stand by me
Just stand by me,
¡Escucha!
¡Los tambores están sonando!
And my bare feet,
Walking over the path
That you told me about,
To reach Ngaje Ngai,
At the summit of Kilimanjaro.
We have the chance to change,
Stand by me.
Melanie Taylor Herrera, Panamá
Si una escribe y no describe físicamente a ningún personaje o si escoge no tener, expresamente personajes negros, la ausencia dice mucho. Hay que tener coraje para ser consciente de tu propia negritud en un mundo donde muchos preferirán actuar como si la raza, como constructo social, no existe; un poco como avestruces que ocultan su cabeza en la arena para no ver el racismo de su propia sociedad, de ellos mismos o de sus propios familiares y amigos. Otros se ocultan en la utopía del mestizaje, es un asunto doloroso y es una manera de no sentir vergüenza de sus propios orígenes.
De lo que no escribo, no existe. Así que, a propósito, con toda deliberación, en mis escritos tengo personajes negros que son descritos como tales. Quizás el más logrado, desde esta perspectiva, es el cuento “El Viaje” que aparece en la antología Más que Islas.
Escribo principalmente para mí misma.
MARINA
Me sumerjo
en la humedad resplandeciente
con salinos bríos
luego
en el sonido de la espuma
y el silencio
burbujean en mí
he vuelto a casa
al primer vientre
al todo/a la nada
al vaivén deleitoso
del placer primigenio
soy yo escamada
bebiendo el arco iris
caricia de peces nacarados
peces todos
rojos/ amarillos/ azules/ verdes
con ellos floto y nado
me desperezo y resurjo mujer.
Aunque confieso que por dinero he escrito ensayos, artículos breves y hasta ficción por encargo. Es un juego magnífico, escribir con parámetros específicos porque te fuerza a desarrollar más recursos.
Yo no creo que la literatura existe para corregir a la sociedad o hacer justicia social. Ese no es mi pensamiento. Pero la buena literatura refleja la sociedad en todos sus matices, incluso sin juzgar si son matices buenos o malos, pero los describe y es, como un gran espejo, del cual ya no es posible negar los reflejos. Uno lee y asiente con la cabeza, oh sí yo he visto eso, yo he sentido eso, yo he conocido un personaje así.
Mi utopía personal es participar de una residencia artística y usar todo mi tiempo para leer y escribir.
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